EPILOGO
Marion pensó que su corazón iba a estallar de felicidad cuando vio las altas torres contra el cielo plomizo de invierno. Aunque hubiese aprendido a amar a Wessex, siempre vería en Campion un verdadero hogar que la había salvado de la tiranía de su tío.
Había sido un poco difícil explicárselo a su marido . Habiendo crecido en medio de los lujos del castillo de su padre, Dunstan no se impresionaba mucho con el ambiente de Campion . Además , después de pasar algunos meses en compañía de sus hermanos, no estaba muy ansioso por volver a verlos. Marion entendía su postura. El Lobo era celoso y quería que su esposa sólo le dedicase su afecto a él y a Wessex. Pero todos los otros de Burgh pasarían Navidad en compañía de su padre y Marion quería estar presente.
Le había llevado una semana entera y mucha saliva para convencer a su marido.
El Lobo había resistido, discutido y argumentado que detestaba viajar, que ese año había pasado más tiempo con sus hermanos que en los últimos tres años juntos, y que no quería poner en riesgo la vida de la criatura que su esposa llevaba en el vientre. Marion había derribado uno a uno esos argumentos afirmando que Campion quedaba a unos pocos días de viaje, que ella estaba en los primeros meses del embarazo y que sería de mala educación rechazar la invitación del conde. Cuando se dio cuenta que su marido se estaba ablandando, le pidió que considerase se viaje como un regalo para ella. Dunstan comenzó a protestar por lo bajo , una señal inequívoca de que finalmente cedería .
Ahora, confortablemente acomodada en el salón del castillo de Campion, con la chimenea encendida, Marion sentía una enorme satisfacción por la capitulación de Dunstan. Posando la mano sobre su estomago , que comenzaba a hincharse, paseó sus ojos por el salón.
Allí estaban todos los siete hermanos de Burgh. Incluso Simon había retornado de Baddersly, a donde había viajado para tomar posesión del feudo en nombre de ella y de Dunstan. Y había hecho un trabajo excelente. Habiendo expulsado del castillo a los camaradas corruptos de Peasely, había nombrado un nuevo administrador , había reorganizado las defensas del feudo y sólo entonces había regresado a la casa de su padre, ansioso por enfrentar nuevos desafíos.
El más joven y activo de los hermanos de Burgh atravesó corriendo el salón, como si fuese una versión juvenil del Lobo, y se sentó a los pies de la cuñada. A pesar de las protestos de Marion, Nicholas colocó una manta encima de las piernas de ella mientras Robin insistía en que se recostase sobre el almohadón que le ofrecía. Marion se divertía con eso. Los rudos de Burgh la trataban como una flor muy frágil. Y bien, por qué no dejar que la malcriasen un poco ?
Hasta ese momento el embarazo estaba transcurriendo sin ningún problema, mas allá de un apetito voraz y una cierta tendencia a llorar sin motivo aparente. En esas ocasiones - Dunstan la mimaba todavía más que sus hermanos .
Marion disimuló una sonrisa y se acercó más al fuego, sin darse cuenta que su marido la observaba. Poco después él fue sentarse a su lado y la envolvió con uno de los brazos.
Quizás por respeto a la condición de Marion o por respeto a la celebración de Navidad , los hermanos no discutían tanto cuanto acostumbraban a hacer e incluso Stephen controlaba su lengua. En ese momento el castillo de Campion era la imagen perfecta de la tranquilidad domestica... lo único que faltaba en ese cuadro idílico era el conde de Campion.
Todos esperaban la entrada de Campion, que había convocado la reunión de sus hijos en el castillo después de haber recibido un mensaje del rey. Marion procuraba convencerse que no todas las noticias venidas del soberano podían ser malas . Aun su orden de enviarla de vuelta a Baddersly había acabado siendo una bendición, porque ahora estaba casada con el Lobo.
Tal vez adivinando esos pensamientos, Dunstan pasó su mano por su vientre , en un gesto lleno de ternura, como si quisiese acariciar al hijo anidado allí ... o a la hija.
Campion estaba llegando. Cuando su suegro se paró en el centro del salón con su proverbial garbo y elegancia, Marion intentó adivinar por la expresión del representante del rey que tipo de noticias serían dadas. El semblante del conde, como siempre, era sereno y reservado.
Después de saludar a sus hijos, Campion fue directo al punto .
El rey tiene una misión para uno de ustedes - él anunció, lo que hizo que algunos de los jóvenes de Burgh se moviesen inquietos pues ya se veían partiendo hacia el campo de batalla.
- Se trata de un gran sacrificio, pero es un sacrificio que mejorará el futuro de ustedes.
Marion se sintió todavía más curiosa. Qué misión el rey había reservado a uno de los de Burgh?
- La voluntad de nuestro soberano es que uno de ustedes se case para asegurar la posesión de un feudo que se quedó sin lord.
Marion contuvo una sonrisa mientras los hermanos de Burgh se encogían en sus asientos. Cobardes y solterones ! Aunque entendiese la reticencia de los muchachos, le gustaría que hubiese otra mujer en la familia, otros niños creciendo junto a su hijo .
- Lo siento mucho, hijos, pero no hay modo de no cumplir con esta orden del rey.
Marion se sorprendió al ver que el conde hacía una mueca. Era como si estuviese anunciando una sentencia de muerte y no una boda.
Campion carraspeó antes de proseguir.
- Ahora hablemos de la novia... La muerte de su padre no sólo la transformó en la dueña de una vasta propiedad sino que también la dejó a la merced de algún aventurero que tal vez la fuerce a casarse contra su voluntad .
Marion sintió la tensión y el pesar que dominaba el ambiente. Dios! No estaban en un velorio. Incluso Dunstan, que no corría el riesgo de ser el escogido, ahora apretaba su hombro nerviosamente .
Pero de quién diablos estaba hablando el conde ? Sería la heredera todavía una niña, o una vieja... una solterona insoportable, una mujer con cuernos y cara de sapo ? Fuese quien fuese, Marion sintió compasión por la mujer con quien nadie quería casarse.
- El deseo del rey que uno de ustedes se case con la hija de Fitzhugh.
- La bruja ! - gritaron siete voces masculinas al mismo tiempo, con una vehemencia que sobresaltó a Marion.
- Esa mujer es una bruja!
- Es una víbora!
Es una asesina que mató a su último marido en su noche de bodas !
Seguramente es una perra frígida que ...
Campion frunció el ceño y negó sacudiendo la cabeza .
- Parece que el rey ha sido magnánimo al examinar ese incidente, ya que se trataba de Walter Avery, un caballero rebelde quien la obligó a casarse.
- Aún así ella lo mató! - replicó Simon.
Marion creyó que Geoffrey estaba temblando , por la forma en que se encogía en su asiento. Aunque la situación fuese seria tampoco se trataba de una sentencia de muerte . Allí estaban, seis valientes guerreros orinándose en sus pantalones ante la mención del nombre de una simple muchacha.
Como si se diese cuenta que su esposa estaba por reírse en cualquier momento, Dunstan súbitamente se puso de pie .
Avísennos cuando todo esté organizado para la boda - él vociferó , mientras ayudaba a Marion a levantarse .
Poco después marido e mujer caminaban afuera del salón y Marion se sorprendió al ver que Dunstan estaba tan pálido como sus hermanos. Cuando la puerta se cerró ella no resistió más y se desternilló de risa .
- Esto no tiene gracia , Marion - la censuró Dunstan, mientras la llevaba de la por la mano en dirección al cuarto que ellos estaban ocupando.
Una vez en el cuarto, al ver la mueca amarga de su marido, Marion contuvo la risa hasta que la última vela fue apagada. Entonces ella pudo , por lo menos , sonreírse en la oscuridad.
- Marion ? - dijo Dunstan, posando su mano en el hombro de ella .
- Humm?
- Necesito agradecerte por haberme salvado de la bruja Fitzhugh! - él dijo, comenzando a reírse, una risa que fácilmente contagió a Marion.
Durante varios minutos ellos se rieron y sólo se detuvieron por miedo a que los otros los oyesen .
- No fue nada, cariño . La misión no fue difícil - dijo Marion, intentando recuperar el aliento . - Incluso te diría que fue fácil . Porque me crucé con un Lobo que estaba listo para ser domado.
FIN
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