jueves, 1 de mayo de 2008

MARAVILLOSA - CAPITULO 32

Capítulo 32



Clio aprendió una lección importante ese día acerca de ser una novia. Ella fue besada, alimentada, bailada, pellizcada, elogiada y acariciada por todos . Por todos excepto su marido.
Pero descubrió otra cosa. Durante los dos días anteriores a su boda, su marido había estado recorriendo los campos vecinos buscando harina blanca.
Había habido un brillo especial en sus ojos cuando los criados comenzaron amasar un enorme pastel, un pastel hecho con frutillas y harinas blanca. Encima del pastel colocaron una jaula dorada con palomas blancas, un símbolo indiscutible de amor romántico.

Merrick la había estado observando cuando ella vio entrar el pastel , mientras los invitados aplaudían y vitoreaban . Ella pudo ver en sus ojos que él había hecho eso por ella.
Era la cosa más romántica que jamas hubiese visto y eso la confundió, la hizo sentirse extraña e inquieta, pero también la hizo querer estar más cerca de él para agradecerle.
Ella sabía que era raro que un hombre verdaderamente se preocupase del orgullo de su esposa. Ella pensó que podría hacer algo tonto, como llorar .

Fue afortunado que justo en ese momento doce acróbatas formaron una torre humana con la forma de la cola de un pavo real, y quitó la atención fuera de ella.
Ella se deslizó silenciosamente por las puertas laterales y fue hacia las cocinas del castillo. Solamente unos pasos y ella estaba fuera de la fortaleza al aire libre.
La luna tenía un color de ámbar y se veía tan enorme y cercana que parecía que ella podría estirar la mano y tocarla.
Podía oír la celebración, los gritos de alegría y la música. Ella ya había tenido bastante de baile y risas, y de ser lanzada de persona en persona para ser besada , pellizcada y pisoteada .
Aunque ella sabía que él estaba de pie allí y podía sentirlo observándola, prefirió dejar sus ojos cerrados, aun cuando podía sentir el calor de su cuerpo cuando Merrick se acercaba .
Algo suave tocó su mejilla. Ella captó el perfume dulce de una rosa. " Hmmmm. Adoro el olor a rosas, Merrick ""
Él no dijo nada , pero ella casi podía ver su sonrisa cuando dijo su nombre.
"Me diste un pastel""
"Sí," él murmuró. " Te agradó ?"
"Sí," ella murmuró. " Gracias. Fue el más bello y el más precioso de los regalos ""
Él se rió suavemente. "Eres la única mujer que conozco que consideraría que un pastel de harina blanca es el más precioso de los regalos matrimoniales""
Ella solamente sonrió, optando por no contarle acerca de cuanto significaba ese regalo para su orgullo .
Él lentamente sacó la rosa de sus labios, luego la pasó por su mentón y por sus párpados.
Toques suaves como una pluma. Caricias de un amante.
"No te detengas," ella murmuró.
Él reemplazó el capullo de rosa por sus labios.
Ella amaba sus labios, su boca, su sabor. Él la besó suavemente, de la misma forma en que él la había tocado con la rosa.
En el momento que él se había sentado en la mesa principal , Merrick había dejado en claro que él rechazaría cualquier bebida alcohólica. Boda o no. Ella supuso que tenía que ver con la noche en que él había hecho las rimas obscenas sobre ella.

" En este momento, esposa mía," él murmuró en tono bajo . "No puede haber otra mujer en el mundo tan bella como vos""
Fue extraño que esa vez su voz sonase ronca con una emoción que ella nunca había oído antes. Una mezcla extraña de admiración con deseo carnal .
Pero Clio no abrió sus ojos, dejó que sus labios la acariciaran lentamente y tiernamente, como las alas de una mariposa.
Ella deseaba tocarlo y abrir su boca, pero , a mismo tiempo, quería prolongar esa ternura, disfrutarla como el recuerdo mas dulce del día de su casamiento.
Él gimió su nombre y la separó del muro , y para apoyarla contra de él. Su boca se cerró ardientemente sobre la de ella.
Clio deslizó sus brazos alrededor de su cuello , lo que hizo que él la besara aun más profundamente.
Su lengua se abrió paso en su boca y tocó sus dientes y su lengua . Las manos de Merrick se deslizaron hacia su trasero y la apretó contra su ingle.
Su boca se movió hacia su oreja, donde su lengua fue enterrada. Le produjo escalofríos deliciosos que le recorrieron el cuerpo .
Clio gimió su nombre, pensando que él dejaría de lamerle la oreja , pero secretamente rogando para que no lo hiciera.


Él dio un paso atrás y ella sintió las piedras duras contra sus hombros y sus caderas. Él la inmovilizó allí con su cuerpo, presionando y moviéndose en círculos rítmicos y lentos que la enloquecieron .
Las manos masculinas fueron hacia sus piernas, levantando su vestido , y abriendo sus muslos para que él pudiera presionar su virilidad contra la ingle de ella.
Se sentía tan bien que Clio se meció contra él , queriendo cada vez más.
Él la tocó en todas partes. Sus pulgares masajearon los pezones por sobre la tela delgada del brocado , luego se movieron hacia abajo para acariciar su espalda, sus nalgas y sus muslos desnudos.
Él gimió su nombre repetidas veces, luego metió sus dedos entre sus muslos y friccionó la carne húmeda por la necesidad de su toque.
Clio quería sus dedos, su boca, y, oh, Dios mío, quería su lengua.
Su mano la abandonó dejándola insatisfecha y vacía. Él empezó a desatar sus pantalones. Pero de repente se detuvo , maldiciendo entre dientes . Merrick tomó una respiración profunda y apoyó su frente en el pared al lado de la de ella, su respiración era jadeante.
"Por Dios," él refunfuñó . " no puedo tomarte contra un muro""
"No me importa," ella murmuró, la necesidad en ella era tan fuerte que ya no tenía orgullo ni pudor . " Solamente hazlo . Ahora, Merrick, Tómame ahora ""
Él gimió su nombre.
"Hazlo," ella replicó .
"Clio"
Ella agarró su cabello con manos y lo hizo mirarla. " Maldición . Tómame Ahora ""
La siguiente cosa que ella supo era él la empujaba contra la pared. Ella casi gritó cuando él la arrojó sobre su hombro y caminó con grandes pasos a través del patio del castillo.
“Merrick ... , "ella dijo en un susurro ronco ," Bájame "" Ella se sintió transportada a los tumbos , su única vista era el trasero y la espalda de su marido.
"Silencio""
¡"Merrick"!
Él pateó la puerta cerrada del establo y fue a la parte posterior del establo. Subió a una escalera pequeña hacia el ático.
¿" Qué pasa ? ¿ A Dónde estás llevándome "?
Él la lanzó sobre el heno fragante suave y comenzó a quitarse sus ropas delante de ella. " Te traje al heno""
Ella estalló en risas y se sacó sus zapatos, fingiendo querer arrojárselos a él.
Él ahora estaba desnudo excepto por su ropa interior y giró y la desató, luego se la bajó.
Ella amaba la imagen de él con el taparrabos.

Ella tocó nerviosamente el cinturón de plata, pero él se inclinó y se lo quitó antes que ella pudiera moverse . Él le sacó el vestido por la cabeza , luego se arrodilló sobre sus talones y mirándola por un tiempo que pareció larguísimo . Ella sudaba cuando él la miraba de esa manera, como si estuviese bebiendo cada centímetro de su cuerpo con sus ojos. Él agarró el borde de su camisa y la desgarró tan rápidamente que ella jadeó e instintivamente la tomó en su mano.
"No," él le dijo a ella con voz ronca y profunda.
Luego él se apoyó sobre ella y la besó muy profundamente. Las manos de Clio acariciaron su espalda . Ella tiró de los cordones de su taparrabos, y luego lo soltó .
Merrick se rió , estaba desnudo , erecto y listo para ella. "Tócame," él respiró en su oído antes de lamerla oreja otra vez.
La mano de Clio lo tocó , sintiendo su extensión rígida, acariciando la punta .
“Es demasiado grande”, ella pensó, sin darse cuenta que había hablado en voz alta . Merrick se congeló. Luego comenzó a reírse. “ Justo las palabras que un hombre desea oír, mujer""
" No creo que esto tenga gracia" Ella lo apartó de un empujón en sus hombros. "Déjame verlo"
¿" Dejarte Verlo? Él se rió con más ganas.
Ella levantó su mentón, no le gustaba que se rieran de ella. “Tengo derecho. Soy tu esposa ""

Él levantó mano mientras intentaba controlar sus estúpidos y masculinos accesos de risa. Luego, mordiéndose los labios, él rodó fuera de ella y se acostó de espaldas al lado de ella, ofreciéndole una completa imagen frontal de su cuerpo.
Ella estudió su miembro Por un tiempo largo . Finalmente ella miró hacia abajo, entre sus propias piernas y frunció el ceño. " No creo que entre...”
Y sacudiendo la cabeza, ella comenzó a alejarse.