lunes, 5 de mayo de 2008

MARAVILLOSA - CAPITULO 39

Capítulo 39

Por más de una la semana habían tratado de entrar en Camrose. No podían. Ningún ataque podía abrir una brecha en los muros. Los hombres eran matados y no tenían noticias de lo que ocurría en el interior.
Nada .
David ap Gruffydd no negociaría.
Sólo le llevó dos días para las otras patrullas se uniesen a la de Merrick , y mensajeros habían sido enviados a Edward y los barones vecinos pidiendo ayuda. Parecía que más de un castillo estuviese bajo asedio.
Merrick había pasado las últimas pocas horas repasando estrategias. Nada parecía ser promisorio. Era tarde, cerca de una hora antes de las plegarias del mediodía.
Su escudero le trajo comida, luego lo dejó solo como él había pedido. Merrick giró y miró la bandeja. Había una taza de cerveza al lado de un tazón de potaje. Ignoró la comida y tomó la taza.
Un sentido de temor lo invadió.
Se llenó de cerveza.
La bilis se le atascó su garganta y él se inclinó y vomitó.
Se limpió la boca, luego se enderezó . Sus manos colgaban débilmente a los costaddos. ¿Qué podían hacer? Él podía esgrimir una espada , una maza y un hacha de guerra , pero no podía hacer nada para rescatar a su esposa.
Sintió como si la energía de la vida le fuera chupada del cuerpo.
La respiración que él intentó tomar , le dolió. El aire comenzaba a a oprimirle el pecho. Podía sentir sus emociones crecer dentro de él tan furiosamente y con tal fuerza que tuvo que contenerse para no gritar.
Casi desesperado por la angustia , caminó fuera de su tienda , necesitando aire fresco . Se quedó allí y miró fijamente a Camrose, la fortaleza que él había construido para ser fuerte e impenetrable.
El orgullo de su rey.
La destrucción de su corazón.
La ironía de todo eso le dolía como una espada atravesada en su corazón. La verdad horrible de que no podría romper las defensas de Camrose , que él mismo había diseñado, para salvar a su esposa. El lugar seguro que él había construido ahora no la dejaba entrar y lo mantenía a distancia .


Él vio el parpadeo de una luz en la torre distante y se sintió atraído hacia él como una polilla . Atravesó el campo, pasando al lado de hombres dormidos, a través del barro y sobre las brasas trémulas que quedaban de los fuegos del campamento.
Su mirada fija nunca dejó la torre distante extraña con una luz tan débil y lejana que a medida que caminaba no parecía más cercana.
Pensó haber visto una sombra cruzar la ventana. Un parpadeo de luz dorada.
¿Su imaginación? No lo sabía.
Deseó que fuera ella, esperaba que fuese ella, caminando allí, como él caminaba, Clio paseándose delante de la ventana, esperándolo.
Solamente una señal , todo lo que necesitaba era una señal, entonces sabría si ella estaba a salvo.
La mente era una cosa cruel; le hacía trucos y engaños . En un momento uno soñaba con tener a su amor en sus brazos. luego uno se despertaba bañado en un sudor frío.
Y Luego venía la realidad.
Ella estaba allí, lejos, y sin embargo tan cerca. Indefensa.
Y él estaba aquí. Impotente.
Merrick se quedó allí por un tiempo largo , recordando que sus últimas palabras para ella habían sido de furia.

Finalmente la luz distante titiló y desapareció , haciendo que la torre pareciera como una enorme sombra negra , casi como algo que no estaba realmente allí.
Merrick cerró sus ojos contra las emociones que lo invadían otra vez. Dejó caer su cabeza en derrota.
Se derrumbó en el barro y curvó su cabeza sobre sus manos, pidiéndole a Dios otra oportunidad con ella.
Por Clio, Su Clio. Orando por la mujer que significaba más para él que su propia respiración, más que aun su salvación.

A la siguiente noche le trajeron al monje . El hermano Dismas estaba llorando y gimiendo. Él vio a Merrick y tropezó con la tierra, cayendo de rodillas mientras sollozaba.
Él balbuceó que lo habían enviado al León Rojo. Se suponía que él le diera un regalo de David Ap Gruffydd.
En sus manos, él sostenía un vestido manchado con sangre.
Merrick lo miró.
Él conocía el vestido . Era que el horrible vestido amarilla azafrán que Clio había usado ese primer día en el castillo. Lo miró por un tiempo largo , sintiendo como si estuviera en una pesadilla, no queriendo ver lo que veía.
La sangre e su esposa. Una parte de él, llena de esperanza ,todavía la creía viva y le decía que lo que veía no era lo que parecía, quizás ella le hubiera dado ese vestido a su criada … a alguien. A Cualquiera.
"Ella está muerta, Mi Lord ," Hermano Dismas gimió. "Ella está muerta"
¿"quién"?
" La vi caerse por las escaleras. Ella se cayó como un muñeco de paja. Pero entonces vino lo peor. Ella yació allí , en propia sangre "" Él sacudió el vestido . " Ella perdió el bebé. Con toda esa sangre, ella perdió el bebé ""
¿" El bebé"? Merrick lo agarró por la capucha y lo subió arrastrando por la tierra. ¿" Quién?
¡Hable, hombre! ¿Quién está muerto "? Él lo sacudió con tanta fuerza que el hombre no podía hablar.
El hermano Dismas solamente posó los ojos en él como si no lo viera.
¿"Quién"? Merrick repitió.
" Lo siento, Mi Lord , su esposa. Juro por la Santa Cruz que fue Lady Clio ""