lunes, 19 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA - CAPITULO 18

CAPITULO 18

En el palacio, Bellamy encontró al emperador de pésimo humor, inclinado delante de una maqueta de una fortaleza situada en la frontera con Lombardia. Lotario había invitado al Halcón para que este evaluase las posibilidades de un asedio a ese castillo, que se consideraba ser inexpugnable y en cuya edificación el imperio había gastado una verdadera fortuna.
Mientras la comida matinal se enfriaba en la mesa, el duque sajón circundaba el modelo, señalando cada una de las varias y costosas fallas. La muralla, de escaso espesor, podría ser quebrada con facilidad por cualquier ariete común y corriente.
— Dime , Halcón, qué piensas de lady Térese? — Lotario preguntó , de repente, desviando el rumbo de las conversaciones.
— Ella es rubia — respondió Roderick, indiferente, y fue sentarse para comer, sin importarle que los huevos estuviesen fríos.
— Bien , es mas de lo que dijo sobre lady Diane. — El emperador tomó el arma que Roderick había traído , una novedad en su reino. — Me gustaría poder ver una demostración de esta bestia perfeccionada de que hablaste. Bellamy, Tienes excelentes lugares para cazar cerca de tu propiedad , verdad?
— Hay buena caza por allá.
— En ese caso, sugiero que hagamos una visita al campo. Quiero la opinión del Halcón sobre las fortificaciones que te encargué hacer en las cabeceras del río.
— No tengo interés en visitar Auvergne — replicó Roderick. — estoy muy al tanto del tipo de defensas usado en Toulouse, ninguna de las cuales es adecuada en los feudos del norte, repletos de bosques.
— Casi nunca voy Auvergne — aclaró Lord Bellamy. — su Majestad se refiere a la propiedad que es de mi mujer, en Picardie. Fue allá que establecimos nuestro hogar. La caza es muy buena allá.
— No sabía que residía tan al norte — comentó Roderick, sorprendido con la información.
— Mi mujer siempre prefirió quedar en su casa paterna que enfrentar el ritmo agitado de la corte, cosa que también consideré ventajosa. Mis hijos fueron criados sin mimos o caprichos , lo que sin duda se lo debo al sentido común de su madre.
— Picardie dijo ... — Roderick comentó, pensativo.
Viéndolo a punto de ceder, Lotario insistió , como zorro viejo que era:
— Vayamos, Roderick, y mientras estamos allá puedes aprovechar para darle una buena mirada a las tres hijas de mi ministro. No quiero ser acusado de soborno, pero si de casualidad escoges a la mayor , agregaré a la dote de ella mil coronas de oro , mas el ducado de Lorraine.
— Majestad — protestó Lord Bellamy -, No soy exactamente un hombre pobre.
— Te conozco bien, Roger. Roderick está reticente a unirse a una familia tan ligada a mi persona, y eres el padre mas posesivo de todos los padres del reno . De ese modo , tus hijas van a envejecer antes que consientas en separarte de ellas. Por eso, sólo me resta ofrecer incentivos. Piensa en el asunto , Roderick. Prometo el doble de esa cantidad , si el casamiento se realiza en este mes.
— Majestad — Lord Bellamy habló en un tono ultrajado. -, mis hijas no están en subasta.
— Nadie dijo que lo están. Si lo estuviesen , valdrían mucho mas que eso . En verdad , ellas valen su peso en oro y diamantes. No te ofendas si estoy haciendo el papel de casamentero. Sucede que conozco a tu familia hace muchos años. Mi oferta es para que Roderick se decida.
— Prometo que tomaré su oferta en consideración , su majestad.
— Ah, vos irás a Picardie muy pronto . Quiero una prueba de tus armas contra mis defensas. Tengo certeza que Longervais vale el desafío. Allá encontrarás a sir Cavell, mi vasallo y un amigo íntimo de Lord Bellamy. Ve hasta allá, Halcón. Imagina el peor escenario posible, un cerco de grandes dimensiones, y calcula cuantos hombres y qué tipo de defensas necesitaré. Sabes, Roderick, podría ordenarte que te cases con una de las hijas de Bellamy.
_ Si, como podría ordenarle al sol que no salga una mañana. puede ordenar cualquier cosa, Majestad . El problema es saber si puede hacer que las órdenes sean cumplidas. Mi feudo es distante, y no podremos venir a la corte con frecuencia. No tengo el menor deseo de tener a mi lado una joven infeliz, acostumbrada a vivir aferrada a las faldas de su madre.
— Podrías permanecer aquí en la corte por uno o dos años , hasta que tu esposa se adapte al matrimonio, tengo necesidad de tenerte a mi lado, hasta que el tratado de Verdun esté concluido.
— Mi gente también necesita de mí, Majestad . Te pido que recuerdes que después mi derrota en Montigney, me otorgaste una dispensa permanente de tu servicio.
— Es verdad, pero en esa ocasión no pensé que fueses a sobrevivir a tus heridas. Aun así , recé mucho por tu recuperación, Roderick. Lo que te sucedió me cubrió de vergüenza. Anne es mi sobrina, mas no es mas que una prostituta ordinaria.
— Majestad , ya no siento nada por Anne. El pasado está muerto. Pero quiero recodarte que ya no formo parte de su ejército, y que el imperio por el momento no está en guerra.
— Lo sé , lo sé… — lo interrumpió el emperador. — Pero vamos a salir de aquí . Hay una persona que quiero que conozcas. .
— No otra muchacha., espero.
— No. Creo que vas a hallar a Eric mucho mas interesante.

El enorme baúl había llegado por la mañana . Thea sólo tomó conocimiento de eso al retornar de su cabalgada matinal.
— Andrea te mandó un regalo . — Lilla levantó la tapa, y dentro había por lo menos diez vestidos de buena calidad .
Se arrodilló , Thea examinó los trajes. Los telas y los modelos eran sin duda encantadores, mas ni de cerca podían compararse con los que le habían sido ofertados por Herewald.
— Es muy generosa Andrea. Pero pronto el bebé va a crecer y ella podría volver a usarlos.
— Si, pero varios bebés cambian el cuerpo de una mujer para siempre, querida. Tu hermana no será capaz de usar uno de esos vestidos de nuevo.
Thea sujetó uno de los trajes sobre su cuerpo y contempló su imagen en el espejo oval del cuarto de su madre.
— Son vestidos demasiado finos , adecuados para la corte . No necesito ese tipo de ropa.
— AL contrario , los vas a necesitar a todos .
Con un movimiento brusco, Thea se dio vuelta hacia su madre.
— Por qué ? Recibiste noticias de papá ?
— Siempre recibo noticias de tu padre. En breve estará en casa. A juzgar por el tono de la carta que acabo de recibir y por la tristeza de Marie, creo que te verás obligada a frecuentar la corte, Thea, te guste o no.
— Oh! — Gimiendo, Thea miró irritada a su madre.
— No me gusta eso.
— Se trata de un deber filial. Puedes desafiar a tu padre, pero... desafiarás al emperador? — Lilla reparó en la expresión reservada de su hija.
— No , haré lo que me sea exigido , pero no tengo el menor interés en comparecer en la corte . Por lo menos , con los vestidos de Andrea, no tendremos que gastar dinero en ropas.
— Thea? — Lilla le sonrió a su hija.
— Si , mamá.
— No quieres hablar respecto a lo que pasó?
Doblando el vestido, Thea lo colocó de vuelta en el baúl.
— No puedo. Y es mejor que me olvide.
— No creo que seas capaz de eso, mientras no saques todo afuera. Dejaste a alguien o alguna cosa sin la cual no logras vivir feliz ? Te transformaste en una sombra de vos misma,
— Yo cambié, mamá . Eso es todo.
— Todos cambiamos, de alguna forma, después de lo que sucedió. Pero no es un simple cambio el que veo en tu mirada . Veo un profundo sufrimiento, un dolor inmenso en lo mas íntimo de tu alma. Olvidar tal vez no sea el mejor camino.
— Para ser sincera, nunca seré capaz de olvidar.
— Vos lo amas?
— A Quién ?
— Al padre del bebé que estás esperando.
— Mamá !
— Mi querida , hay ciertas cosas que una mujer de mi edad no puede dejar de ver. Aun delgada como estás, a los ojos atentos de una madre tu embarazo es visible.
Lady Bellamy nunca había visto antes una expresión de tanta angustia en el rostro de ninguna de sus hijas. Lo que era prueba suficiente de que sus sospechas eran correctas.
— Mamá , te lo imploro, no me presiones! No puedo hablar sobre ese asunto .
Ese fue el fin de la conversación por parte de Thea. Fiel a su estilo, ella salió de los aposentos y corrió hacia afuera , al aire libre.
Con un profundo suspiro, Lilla se levantó, Thea ahora necesitaba era de un hombre fuerte que ayudase a borrar todos los recuerdos de su captor de su mente. Aunque detestase la idea del casamiento, éste acabaría por ocuparle los días y darle sentido a su vida.
El amor nunca mas podría surgir en la existencia de Thea, pero Lilla sabía que, profundamente , su hija era obediente. Si Lord Bellamy viniese con un hombre de su elección , alguien que aceptase Thea en su estado actual, cargando en su vientre el hijo de otro, ella casarse iba para satisfacer la de su padre.
Con ese pensamiento, Lilla volvió la abrir a carta de Roger.

"Mi querida Lilla:

El emperador ordenó que nuestra familia se una a la del duque de Emory. Decidí que Marie es la mas indicada para ese casamiento, debido a su naturaleza dócil y maleable. El emperador vendrá a conmigo para Landais. Llegaremos en quince días.
Cuida de todos los preparativos y avísale Marie. El casamiento se realizará después de nuestra llegada.
Por orden de su Majestad ,
Roger."

Mas Lilla tenía sus propias ideas respecto al asunto . Después de quemar la carta en la chimenea, colocó un chal en sus hombros y descendió para reunir a los criados y dar inicio a los preparativos para la recepción de tan ilustres huéspedes.

En una tarde soleada, una semana mas tarde, viendo a Thea pasar a caballo por la alameda central de los jardines , Marie dejó de lado el bordado y descendió corriendo los escalones del patio, saludando a su hermana. En el mismo instante, Thea tiró de las riendas , deteniendo con habilidad el gran caballo castaño. No se comparaba con Victory, pero era un bello animal.
— A dónde vas ? — preguntó Marie.
— Voy hasta el bosque a recoger hongos para las salsas. Quieres venir conmigo? Podemos cabalgar juntas como en los viejos tiempos.
— No , creo que es mejor que me quede y ayude a mamá en los últimos preparativos.
— Está bien. Estaré de vuelta pronto.
— Ten mucho cuidado
— No te preocupes. — Con esas palabras, Thea incitó el caballo a galopar y pronto desapareció en una curva, las faldas volando al viento, exponiendole las piernas hasta las rodillas.
Con un leve sentimiento de envidia ante el coraje inexpugnable de su hermana , Marie volvió dentro del salón , donde su madre daba instrucciones a algunos siervos.

Garth, el caballo castaño, era casi tan bueno como Victory. Como al otro, le gustaba de correr. Thea lo dejó suelto para galopar a gusto , manteniendose firme en la montura .
Al pasar por el molino y por el riacho, lo obligó a disminuir el ritmo, para entrar en el camino empedrado por los romanos, que subía hasta lo alto de la colina. Desde lo alto, pudo ver todas las modificaciones hechas en Longervais. Y eran impresionantes. Cuatro nuevas torres con techos cónicos se erguían hacia el cielo, enclavadas en las macizas murallas que protegían el castillo. Un profundo foso había sido cavado en la tierra, abajo das fundaciones da muralla. Una masa compacta de tierra demarcaba la excavación. De cierta forma le recordaba a Thea de los planes de defensa de Roderick.
Um grupo de hombres a caballo se hallaba reunidos junto al río. Deteniendo el caballo , ella protegeu sus ojos con la mano , examinando con atención el prado y, mas a lo lejos, los hombres cerca del río.
— Papá llegó! — ella había reconocido los estandartes de sir Roger y también los de su s hermanos, a quienes no veía desde que había retornado a Landais.
— Royce! Jason! — gritó.
Guiando a Garth para el lugar donde los hombres estaban reunidos, Thea descendió la colina a todo galope y poco después atravesaba, rápida como el viento, el campo lleno de pozos, su chal y sus faldas volando a su alrededor .
Viéndola aproximarse , Lord Bellamy comenzó también a correr a su encuentro, gritando y saludando con los brazos. Thea devolvió el saludo , enterrando los talones en los flancos de Garth.
De su punto de observación en lo alto del barranco de la tierra socavada, Roderick había sido el primero en ver al intruso invadiendo el campo donde realizaban la prueba de los nuevos armamentos contra las defensas del castillo . Alarmado, estrechó sus ojos azules, y se dio cuenta que se trataba de una mujer.

Desde las murallas de Longervais, el estruendo de un trueno se hizo oír, a pesar del cielo sin nubes. Sabiendo que era la persona mas cercana para impedir la inminente tragedia, Roderick no vaciló. Espoleando su caballo , lo urgió a un galope desenfrenado en dirección a la mujer en el caballo marrón. Cortando camino a través del prado , consiguió interceptar al jinete. En el momento en que se lanzó de su propio caballo, arrojándose sobre la mujer de modo de derribarla al suelo, la reconoció .
Cubriéndola con su cuerpo, la protegió por completo de la terrible explosión que siguió. Seis bolas de fuego griego estallaron sucesivamente sobre cada cuadrante del campo .
Al alcanzar el suelo, Thea gritó. Y volvió a gritar al oír un nuevo trueno. Del cielo azul y sin nubes, azufre y fuego se precipitaron sobre ellos. Relinchando aterrorizado, el caballo se alejó galopando .
La tierra temblaba y se sacudía, expeliendo nubes de humo en el aire. Detritos, barro y humo volaban en todas las direcciones. Una muralla de agua ardiente barrió el campo. Aturdida y aterrorizada, Thea escondió el rostro en el pecho del hombre que le daba cobertura.
Ninguno de los dos se atrevió a moverse hasta que la tierra cesara de temblar . En el suelo empapado, algunos focos de incendio permanecían encendidos .
— Estamos muertos? — ella susurró, agarrada al hombre, con miedo a abrir los ojos. En sus oídos todavía hacía eco el estruendo del trueno. Reuniendo coraje, abrió los ojos y miró el rostro ennegrecido y embarrado de su salvador. — Roderick!
— Qué estás haciendo aquí ? — él gritó también para hacerse oír en medio del ruido ensordecedor.
— Qué estás haciendo aquí, eso pregunto yo ! — Thea gritó en respuesta .
— Thea! Mi Dios, Thea! — Lord Bellamy se aproximaba al lugar , gritando angustiado.
El prado entero quedó repleto de hombres, chapoteando a través del barro en dirección al lugar donde Roderick y Thea todavía se encontraban acostados. Los primeros en llegar fueron el padre y los hermanos, que saltaron de sus caballos mientras Roderick intentaba limpiar el barro y la suciedad de su rostro.
— Mi Dios, Emory, esa fue tremenda ! Thea, mi querida, estás bien ?
Com el trueno todavía haciendo eco en sus oídos, Thea no consiguió oír la pregunta. Pero tuvo el suficiente sentido común de retirar los brazos del cuello de Roderick, en el momento en que su padre se dejaba caer al lado de ellos.
Arrodillado en el suelo embarrado, el poderoso Lord tuvo temor de tocar la coraza que protegía la espalda del Halcón . Una inesperado torrente de lágrimas humedeció los ojos de Roger Bellamy.
— Creo que sólo estoy un poco aturdida, papá .
— él es su padre ? — Roderick susurró en sajón, posando la cabeza en el hombro de Thea.
— Si. Ahora, por favor, sal de encima mío. — La voz tampoco pasó de un susurro. Ella no conseguía moverse .
EN ese momento se vieron rodeados de caballeros listos a ayudarla a levantarse . Halcón consiguió rodar a un lado, y Thea se vio arrebatada por los brazos de sir Bellamy.
Al lado , los dos hijos, del duque de Auvergne, Royce y Jason, aguardaban para abrazar a su hermana. Muy cerca , Gregoire de Merrault y Hugh de Cavell también esperaban.
El padre de Thea ! Roderick tragó en seco. con el rostro pálido de susto, Michael de Lozere extendió una mano enguantada hacia el Halcón , ayudándolo a ponerse de pie.
— Esa pasó muy cerca — comentó Michael, intentando limpiar el barro y las cenizas de la espalda de su Lord .
Observando el emocionado encuentro de padre e hija, Roderick siguió limpiándose lo mejor posible. Mientras tanto , intentaba recomponerse del shock y de la sorpresa de descubrir, de modo tan dramático, quien era realmente Thea.
Los dos hermanos de ella parecían mas azorados que su padre. Varios minutos pasaron antes que la tranquilidad volviese al campo empapado.
El primero a recomponerse fue Lord Bellamy, quien se aproximó a Roderick, con una expresión de gratitud en el rostro .
— Sir, estoy en deuda con vos. Arriesgaste tu vida para salvar la de mi hija. Estás seguro que estás bien ? No se me pasó por la cabeza poner un guardia de este lado del prado.
— Ni a mí — Roderick admitió, apesadumbrado.
Había arrojado a Thea al suelo con violencia, y su preocupación era el estado de ella. Tomando una de las manos de Thea, con la otra le tocó la cara , tan sucia como la suya, intentando limpiarle el barro que la cubría.
— Perdóname por la manera ruda en que te derribé del caballo, mi lady.
— No tiene importancia — respondió Thea, agradeciendo a Dios que el accidente sirviese de justificación para los temblores que le sacudían el cuerpo .
— Estás bien ? — preguntó Royce, atrayéndola a un abrazo protector. Con los ojos llenos de lágrimas, él apoyó el mentón en la cabeza de su hermana .
— Estoy perfecta.
— Y yo ? No vas a darme un abrazo también ? –el otro hermano reclamó, en tono amargado.
La visión de su hermano Jason la hizo sonreír con ternura.
— Oh, Jason, mi mirada es sólo para vos! — gritó.
Ya no era muchacho adolescente. Jason Bellamy la había pasado en altura y había desarrollado los hombros y los brazos musculosos de un hombre.
Olvidándose de todos los observadores, Thea abrazó al muchacho , enlazándole el cuello. Llorando, lo cubrió de besos.
Apartándose de la reunión sentimental de la familia, Roderick se encontró cara a cara con Gregoire de Merrault. Las facciones del campeón se hallaban tensas, el ceño fruncido de rabia.
— Si vos le causaste daño a un pelo del cabello de Thea, al arrojarla al suelo, te mataré, Emory.
Ahí tengo otro enemigo, pensó Roderick, y este es mucho mas peligroso.
— Perdón, caballero — respondió en tono suave, pero amenazador, que no atrajo la atención de nadie , pero que hizo que un escalofrío helado recorriera la espalda de Merrault. — Creo que acabo de salvar la vida de la joven lady. Cualquier daño que pueda resultar de ese esfuerzo pienso que estará justificado por el hecho de ella todavía está viva.
— Pero fue tu propio bien acostarte encima de ella y meterte entre sus muslos. Manténte lejos de ella, Emory. Tengo la firme intención de casarme con lady Thea.
La tensa confrontación llegó al fin cuando Lord Bellamy, tomando la hija por la mano, la condujo junto a Roderick.
— Permítame presentarle a mi hija Althealine. De nuevo quiero decirle cuan agradecido estoy . Mi deuda es incalculable. Thea, este es el duque de Emory, Lord Roderick.
Nadie halló extraño que los ojos de Thea no se levantasen ni una sola vez al bello rostro del Halcón . El rubor en su cara era visible, aun a través de la suciedad.
Pasmado del susto, Lord Bellamy se acordó de asumir un tono paternal:
— Por qué estabas cabalgando sin escolta, hija?
— Era un día calmo y sosegado hasta ahora. Qué fue lo que voló sobre mí? Qué estaban haciendo ustedes?
— Probando las defensas de Longervais. Y vos no tenías nada que hacer aquí, mucho menos sin escolta. Podrías haber sido herida o muerta, si no fuese por la pronta reacción de Lord Emory. Muchacha, eres imposible! No viste que estábamos ocupados con asuntos de guerra?
— No. Todo lo que vi fue a mis hermanos, los cuales no veía hace mucho tiempo, papá . Tal vez , si hubiesen pasado por Landais antes de iniciar estos juegos de guerra, yo hubiese ido a otro lado a recoger hongos para la cena .
Apartandose de los brazos de padre, Thea tomó del suelo la cesta de mimbre, ahora inservible. Después , colocando los dedos en su boca, soltó un largo silbido, al mismo tiempo mirando de reojo a Roderick. Con expresión seria, él pensaba que Lord Bellamy era un dábil por permitir la respuesta atrevida de su hija.
El caballo vino corriendo, en obediencia a la orden , pero todavía parecía asustado y agitado. Un escudero intentó tomar las riendas , pero el animal se empinó, amenazador.
— Cuidado, Matthew — advirtió Thea. — Déjame intentar calmarlo, antes que él te mate.
Ella apartó al escudero de su camino. El enorme animal se calmó un poco bajo las gentiles caricias de Thea, pero seguía arisco y su mirada enardecida. Reparando en eso, Roderick le hizo una seña a Michael para que trajera su propio caballo.
Con osadía, se entrometió en la confusión:
— Tiene una hija rebelde, mi Lord Bellamy. — sin mas preámbulos, levantó a Thea en sus brazos y la colocó en el lomo de su propio caballo.
— Y no conoces ni la mitad de esa rebeldía. — rezongó Lord Bellamy.
— Me gustaría mucho de conocer la otra mitad. — Tomando las riendas de las manos de Michael, Roderick se las entregó a Thea. — Tu caballo no parece estar recuperado del shock, mi lady. Lleva el mío. es lo mínimo que puedo hacer.
— Jason — ordenó Lord Bellamy -, acompaña a tu hermana hasta la casa y, por el amor de Dios, dile a tu madre que la mantenga lejos del peligro.
Thea sólo miró hacia atrás una vez, para tomar las riendas de Garth y llevarlo consigo. Su hermano y otro escudero se apresuraron a asumir el control del segundo animal, y, poco después , para alivio de Roger, el pequeño grupo desaparecía de vista. De nuevo él se volvió hacia Roderick, dominado por la necesidad de agradecerle una vez mas.
— No fue nada. Por suerte yo estaba cerca y pude llegar a tiempo.
— Si — Lord Bellamy aceptó la modestia del joven duque sajón. — aun así , si no fuese por vos, Althealine estaría muerta.
— Althealine … — murmuró Roderick. — es un nombre bastante raro.
Bellamy comenzó a caminar al lado del Halcón , era acompañado por su caballero, Michael de Lozere:
— Si, Se trata de una especie de acuerdo mi mujer y yo . Cuando la niña nació quería llamarla Caroline. Lilla Prefería Althea. Resultado. Ahí está. Thea es la segunda de las muchachas. Va a tener diecinueve años el próximo día de la Epifanía.
Epifanía… Entonces era el día del cumpleaños de ella. Y un día que Roderick jamas olvidaría.
— Ella está comprometida? — Era algo que tenía que preguntar, para obtener confirmación de las palabras de Merrault. Una vez mas, pensó enojado, estaban disputándose la misma mujer. Pero ahora él sabia, en lo mas íntimo de su corazón, que mataría a Merrault antes de permitirle desposar a su Thea .
— No. ella ha recibido varias propuestas, pero siempre las rechazó A todos los pretendientes. Hay una larga historia en medio de todo esto, pero no voy a discutirla aquí. Basta decir que encontrará a Marie, la tercer de mis hijas, tan atractiva como Thea y mucho mas dócil.
— Marie … — Roderick repitió el nombre que venía oyendo muchas veces en los últimos tiempos. Su mirada encontró la de Michael, quien , en silencio, transmitió un mensaje: "Estamos metidos en un gran ... gran problema".
— Bien , vamos a concluir nuestra tarea y cerrar el día de hoy . — sugirió Lord Bellamy, con su energía habitual.
Roderick se apresuró a concordar. Tenía mucho en que pensar sobre todo lo que había sucedido y lo que todavía estaba por suceder.