domingo, 25 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA - CAPITULO 27 - FIN

CAPITULO 27




Armina intentó entregar La fuente con sopa en las manos de Thea, pero ella no aceptó.
Colocando las piernas fuera del lecho, se levantó , apoyándose en el poste de la cabecera como soporte.
— OH, mi lady está cargando un hijo en su vientre! — Armina soltó una risa que mas parecía un cacareo, mientras colocaba la fuente sobre la mesa . — A dónde piensa que va?
— Ah, vieja malvada me tienes harta , sal de mi vista!
Luchando contra la debilidad, Thea se esforzó para llegar hasta la puerta, la camisa de dormir flotando alrededor de sus piernas bien torneadas. Pasando el brazo huesudo por la cintura de ella, Armina le impidió caerse al piso.
— Malvada? Quién es la malvada aquí ? Apuesto a que quieres bajar al salón , verdad ?
— No te atrevas a impedírmelo !
— Ni pienso hacerlo. Este va a ser un espectáculo que nadie puede perderse. Sólo Imagínese al joven Lord desafiando al viejo que le enseñó todos los trucos que sabe.
La risa chillona de Armina irritaba los nervios de Thea, pero necesitaba esa a mujer para bajar las escaleras. Su cabeza se sentía extraña, liviana y aturdida. El piso parecía moverse debajo de sus pies .
Apoyándose en la pared y con Armina como sostén, Thea consiguió descender hasta el salón . El olor a humo impregnaba el ambiente, oscurecido por las paredes negras con hollín.
Pero fue al salir por las puertas quemadas que Thea se encontró con una imagen que la dejó boquiabierta. Sir Deitert, vestido con su armadura completa, se encontraba de pie en el medio del patio, de espaldas a ella, la espada levantada. Pero la cosa que mas la impresionó fue la inmensa y aterradora máquina de guerra cuya parte superior podía ser avistada por sobre los portones cerrados.
— Deitert! — Thea gritó , pero su voz sonó tan baja y debil que él no la escuchó.
Y fue entonces que la poderosa máquina entró en acción, chocando contra los portones de hierro con un impacto ensordecedor.

Cubriéndose los oídos, Thea gritó desesperadamente . A pesar del ruido, el caballero alemán la escuchó y giró en su dirección. Su apariencia era atemorizante y noble al mismo tiempo en esa armadura de guerrero. Tambaleando, Thea intentó avanzar al encuentro de él , Armina poco podía hacer para sostenerla en la larga escalinata. Sir Deitert, entonces, corrió hacia ella.
Soltando su espada, sujetó a Thea, antes que ella al suelo cubierto por cenizas.
— Mi lady, no debería estar aquí !
— Abra los portones, sir Deitert! Se lo ordeno!
El administrador no había bajado el visor del yelmo, y las lágrimas que brillaban en sus ojos hablaban de una resolución diferente.
— No puedo, mi lady. Juré defender y proteger a mi Lord . Si yo lo dejara entrar en Blackstone , él podría morir. No puedo condenarlo a ese destino. El Halcón es el hijo que nunca tuve. Es mejor dejarlo herido a dejarlo entrar a esta torre y que se contagie una enfermedad que puede ser mortal .
— De quién se va a contagiar? De mí? , sir Deitert, se lo imploro. Mire mi piel. No tengo manchas, no fui infectada. No es la peste lo que está me afectando, fue el exceso de trabajo. Además , el bebé que llevo en mi vientre me está robando las fuerzas a punto de apenas puedo estar de pie. Abra los portones, por Dios y deje entara a mi marido . Le aseguro que no estoy enferma .
— Faltan algunos días mas y podremos estar completamente seguros .
— Ya pasaron muchos días. Nadie mas se enfermó hace casi un mes. La peste se acabó, sir Deitert. Tengo certeza. Ahora, vaya a abrir los portones.
EN ese momento, Armina salió corriendo del salón con una manta de piel que extendió sobre los escalones .
— Ven, vos, bruja — habló con su voz aguda. Y empujando Thea por los brazos, la obligó a sentarse en los escalones cubiertos. — Ahora siéntate y mira , ese viejo espantapájaros va a luchar contra mi Lord . Nosotras las mujeres nos quedamos sentadas viendo la sangre correr.
— Armina! — gritó Thea, abriendo los ojos, mientras la sierva se agachaba a su lado.
Deitert se quedó parado, vacilante, sin saber si seguía los dictados de su corazón o los de su cabeza. Miró el rostro pálido de Thea y después a los portones, que se estremecían con cada golpe del poderoso ariete de hierro.
— Creo que es mejor dejarlo entrar — rezongó, finalmente , caminando en dirección a los portones sin llevar su espada o su escudo.
— Paren con los golpes! — les gritó.
El berrido que vino del lado de fuera de las murallas fue igualmente feroz.
— Recuperaste el juicio, viejo loco?
— Fue por un buen motivo que lo mantuve afuera, mocoso insolente .
Deitert se quitó el yelmo y lo dejó caer en el camino de piedra que conducía a los portones hasta los escalones de entrada de la torre.
— Saca esa máquina ridícula y ven a luchar como un hombre. Tenemos cuentas que arreglar.
Una manopla de hierro fue arrojada al suelo , después la otra.
Del lado de afuera, vino el ruido de ruedas pesadas siendo arrastradas, la catapulta monstruosa retrocedía y se fue apartando de las murallas.
De algún lugar de entre sus ropas , Deitert sacó las llaves que abrían los pesadas portones..
Poco después , las cadena y la reja de hierro chirriaba , mientras las resistentes rejas eran levantadas.
Del lado de fuera de las murallas, una multitud observaba los acontecimientos desde una distancia segura. Entonces, en el centro de la entrada ahora abierta, surgió la alta figura de Roderick, duque de Emory.
- Oh, esto va a ser fantástico! — Armina batió palmas con entusiasmo.
A su vez, Thea intentó levantarse para ir al encuentro del hombre amado y evitar un inútil derramamiento de sangre. Pero la vieja criada la obligó a permanecer sentada, lo que no fue difícil, debido a su estado de debilidad.
_ No, lady Emory, como te llaman ahora, no puedes interferir. Este es un asunto de caballeros. Trata de quedarte sentada y con suerte veremos algo de sangre .
— No me toque ! — exclamó Thea, su ira creciendo ante la audacia y la morbosidad de la sierva.
_ No entiendes nada? Verdad? El viejo Deitert tiene cuentas que arreglar con mi Lord , y el motivo es la manera en que él te trató al principio . Ahora, quédate calladita y deja que ellos arreglen sus asuntos, ‘mi lady’ - dijo la vieja con tono irónico
El argumento utilizado por Armina escapó a la comprensión de Thea. El shock de verse llamada ‘ mi lady’ una vez por esa vieja bruja le paralizó la capacidad de razonar . Llevando las manos a su frente , notó que se hallaba mojada con sudor.
Roderick venía marchando dentro del patio, con pasos pesados debido al metal de la armadura que le cubría el cuerpo .
Su cabeza estaba protegida por un yelmo plateado, con el Halcón esculpido. Thea nunca había visto nada semejante. La armadura de Roderick parecía indestructible.
Ella se encogió en los escalones. Usando sólo una antigua cota de malla metálica , sir Deitert estaba en enorme desventaja. Jamas acertaría un golpe contra el cuerpo bien protegido de Roderick.
Ese no sería un combate justo.
Ante sus ojos pasmados , sir Deitert se arrancó su cota de malla, dejándola caer al suelo.
El Halcón permaneció de pie delante de él , amenazador y feroz, un escudo marcado por muchos golpes en una de las manos, una espada de doble hoja en la otra.
Impávido, sir Deitert se desprendió de su última protección : el protector de cuero. Desnudo de la cintura para arriba , una montaña de músculos y carne, cubierta de numerosas cicatrices de batallas, enfrentó a su Lord .
— Y entonces? Qué era lo que me gritabas desde afuera ? — desafió, con los puños cerrados apoyados en sus caderas y una mirada feroz a u oponente.
La boca de Thea se abrió con espanto, mientras Armina se reía agarrándose la barriga.
Roderick gritó una orden por sobre su hombro y dos escuderos vinieron corriendo por los portones. Ben y Michael pusieron manos a la obra como locos, retirando las placas de metal que formaban la armadura , soltando las tiras que sostenían unidas las piezas de la armadura. En seguida le retiraron el yelmo, el protector pectoral y las piezas de metal que revestían el estomago, loa caderas y las piernas.
La cota de malla , usada por debajo de la armadura, lo cubría hasta las rodillas como una segunda piel. La protección de cuero sobre sus piernas fue la última pieza en ser removida.
Sin la armadura, Roderick permaneció de pie, orgulloso, también desnudo de la cintura para arriba . Todo lo que los dos hombres vestían eran ropas de tela fina, pegadas a sus cuerpos.
No se veía un gramo de grada en el cuerpo vigoroso de Roderick, ese cuerpo que Thea conocía tan bien y que tanto placer le daba. Cuando él se agachó, preparándose para el combate cuerpo a cuerpo, los poderosos músculos brillaron al sol.
El físico impresionante de Déitert era también intimidante en sus proporciones, pero la rígida musculatura de la juventud había sido remplazada por una acumulación de grasa en la región de la cintura .
Ninguno de los dos parecía dispuesto a retroceder un milímetro.
— Me mantuviste afuera de mi propiedad — Roderick declaró en tono acusador.
— Si, fue tu propio bien, mocoso de mierda . — Deitert replicó e hizo Thea abriese todavía mas sus ojos. — Había muerte y enfermedad dentro de esta torre. Por eso te mantuve apartado. Para que pudieses vivir y recibir la golpiza que pretendo darte.
— Vos me mantuviste apartado no sólo de mi hogar, sino también de mi mujer. Acaso tienes intención de robarmela? No te parece que estás un poco viejo como para satisfacerla?
— Si, tomé a esa dama bajo mi protección , y fue muy tarde porque vos , tratante de blanca, habías raptado a una dama y la habías traido a Emory como tu esclava. Abusaste de una joven de origen noble y de naturaleza delicada, la sometiste a los mas duras y humillantes tareas. Hiciste que ella concibiese tu bastardo. Y cuando te cansaste de ella, la descartaste como si fuese ropa vieja y partiste en busca de una esposa con dinero suficiente como para satisfacer tu codicia.
— Yo me casé con Thea — declaró Roderick.
— Demasiado tarde , muchacho . Debería haber hecho eso en el momento en que ella desembarcó en Emory. En vez de eso, nos cubristes a todos nosotros de verguenza al afirmar que una dama tan fina era una prostituta y tu esclava personal , nos obligaste a nosotros, la gente de Emory, a ser cómplices de tu crimen.
— Yo no sabía que ella era una dama en ese momento.
— Mentira! — Deitert gritó. — En tu corazón lo sabías. Y yo, viejo estúpido que soy , debido a mi juramento de lealtad a vos, le di ela spalda al sufrimiento de ella. Por ese mismo juramento, traicioné mis votos como caballero . Por lo tanto , vos y yo debemos pedirle perdón a esta dama. Prepárate para encontrar justicia, Roderick de Emory.
Y entonces, sir Deitert se arrojó sobre el Halcón , con la cabeza baja y los puños erguidos. Aunque preparado para el ataque, Roderick retrocedió varios pasos, tomando golpes sucesivos en el pecho y en el estomago.
Thea gritó, desesperada.
EN ese instante, la multitud que había estado afuera se precipitó adentro. Hombres y mujeres, con bebés en sus brazos y niños pequeños aferrados a sus faldas, se disputaban con los monjes calvos en busca de los mejores lugares desde donde observar el combate. Gritos de aliento partían de los hombres leales a Roderick, cuando la lucha en el patio comenzó a ganar intensidad . El ruido ensordecedor ahogó los inútiles gritos de protesta de Thea.
— Eso ! Dale una lección al muchacho , Deitert! — gritó Armina.
Thea consiguió levantarse , pero se quedó tambaleando . De repente, su hermana Marie pasó los brazos en torno a su cintura , sujetandola .

— Marie ¡ — Thea gritó al reconocer a su hermana. — Cómo llegaste aquí ?
— Thea, por el amor de Dios, qué está haciendo aquí afuera con la camisa de dormir? Es indecente! Michael y yo acabamos de llegar a Blackstone, y él dijo que nos estábamos perdiendo el combate. Dios del cielo, Thea, por qué estás abatida! Está enferma ?
— No , sólo exhausta. Haz que ellos dejen de luchar, Marie. Dile a Michael que intervenga y acabe con esta locura.
— No va a conseguir ayuda por ese lado. Sir Michael está esperando su turno para ajustar cuentas con el Halcón . — La vieja Armina lanzó un golpe al aire y , de repente, su mirada cayó con disgusto sobre Marie. — Oh, no! Otra bruja de cabellos negros! Estoy demasiado vieja como para lidiar con ustedes dos . — Sin vacilar fue empujando a las hermanas dentro del salón . — Vamos, vamos, no sean tímidas. La verdad son morbosas, qué quieren ver? A mi Lord con la nariz sangrando?.
— Ayúdame a cruzar el patio — Thea le pidió a Marie cuando a Armina se volvió para continuar a observando e l combate. — Tengo que parar a esos dos locos.
— De ningún modo . — Decidida, Marie fue empujando a su hermana dentro del salón . Fue entonces que reparó en el estado del ambiente. — Cielos santos , qué sucedió aquí ? Esto es un desastre!
— Marie, ve a detenerlos!
— Ni en sueños. Roderick merece un castigo. Ahora, trata de sentarte. — Marie obligó a su hermana a acomodarse en un banco junto a la mesa y miró a su alrededor , levantando una ceja. — Entonces este es tu " dulce hogar"? Thea, por qué tuviste que prender fuego a la fortaleza ? Debería avergonzarte . No querría estar en tu piel cuando Roderick entre y descubra lo que hiciste .
— Marie, si no te callas la boca, te voy a golpear!
— Ah! Esta vez , dudo que logres hacer eso , hermanita . — se burló Marie. — Allá arriba está todo tan mal como aquí abajo ?
— No sé . — Thea se estremeció con el ruido de un fuerte golpe y de una caída de un cuerpo al suelo. — Qué está sucediendo? Por el amor de Dios, Marie, ve a mirar!
Marie fue hasta el portal ennegrecido.
— Bien , eso prueba que no se debe desestimar la fuerza de alguien con los cabellos grises. La verdad es que estos sajones son increíbles! Creo que papá no conseguiría dar un espectáculo tan bueno.
Thea se cubrió el rostro con las manos.
— No estarás preocupada, verdad? — preguntó Marie. — Oh! Roderick acaba de derribar a Michael . OH! Roderick está viniendo para acá. Y parece furioso.
Agarrándose a la mesa, Thea se levantó .
Una sombra surgió en el umbral y en seguida Roderick entró en el salón .
Mas que rápidamente , Marie trató de salir del camino de él.
— Thea! — El grito del Halcón hizo estremecer a las dos mujeres.
Incapaz de emitir un sonido , Thea tragó en seco. Dando media vuelta, él la localizó.
Los ojos azules se fijaron en ella. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Thea y un sudor frío de miedo brotó de sus poros.
— Respóndeme, mujer! No reconoces a tu marido y a tu Lord ?
— Si. — Finalmente Thea encontró su voz para pronunciar esa única palabra.
Desde un rincón, Marie levantó una ceja sorprendida . "El podría darle lecciones a papá ", ella pensó, concediendo ese punto al cuñado. Roderick sin duda era un maestro en el arte de intimidar a las personas con sus gritos. Conteniendo la respiración, Marie aguardó el próximo movimiento de su hermana .

Sacando las manos de la mesa, Thea enderezó los hombros y agregó sin un temblor:
— Esres bienvenido a tu hogar, Lord Roderick. — Thea volvió a apoyarse en la mesa, retrocediendo ante la aproximación de su marido.
— Este es un ejemplo de como planeas cuidar de mi propiedad ?
— Hicimos lo era mejor bajo estas circunstancias. — Thea había llegado al extremo de la larga mesa.
Un rayo de sol, entrando por la ventana sin vidrio , le dio lleno. La camisa de dormir, sucia con hollín, se volvió transparente como una gasa. Roderick que venía de las sombras, caminando con pasos decididos, se detuvo de repente. Inmovilizado por la visión delante suyo . Thea podría estar desnuda por lo poco que la tela ocultaba.
Enderezándose , se quedó un momento ultrajado, recordando que ella había estado hasta hace poco tiempo en los escalones de entrada , afuera , expuesta a todos los hombres . Los ojos azules recorrieron ese cuerpo que tanto lo deslumbraba, y apenas consiguió controlar el deseo de tomarla allí mismo, encima de la mesa.
— Vas a continuar huyendo de mí, mujer?
— No , mi Lord . Llegué al punto final. Oh, Rock, tu ojo! Estás herido!
El Halcón continuó devorándola con la mirada . Sus manos lastimadas se abrían y se cerraban . El ansia de tomarla en sus brazos era insoportable. Sólo la posibilidad de que ella tuviese la enfermedad que había matado a tantos de su gente lo detenía.
— El viejo todavía puede pegar un buen golpe. Pero es mejor que guardes tu piedad para el mentón roto de él.
— No mataste a sir Deitert, verdad ?
— Matarlo? Antes me amputaría mis propios brazos. Fue una estupidez no permitirme entrar . Tenías tanto miedo de mi ira que lo mandaste a hacer eso ?
— Oh, no, mi Lord . Era la recomendación escrita en el libro de mi madre. Juntar a todos los enfermos en un único lugar, aislándolos y así evitar que la enfermedad continuase esparciéndose . Y funcionó, Roderick. Nadie mas s enfermó desde que tomamos esa medida.
— Y vos, mi lady? Deitert asegura que estás enferma .
— No , Roderick. Sólo estoy agotada. — Thea se dio cuenta que él no se aproximaba mas, guardando cierta distancia. — Fue un largo y terrible verano sin vos.
Tomada por súbita contracción , Thea se apoyó todavía mas en la mesa, diciendo con voz débil :
— Creo que preciso sentarme . – Y extendió la mano hacia el banco, casi cayéndose.
En dos pasos, Roderick tomó a Thea en sus brazos . Pegada contra el pecho vigoroso, Thea consiguió pasar un brazo por el cuello de él , todavía mojado de sudor. En el segundo en que lo tocó, supo que ya no importaba si él nunca pronunciase las palabras "Te amo”. La manera cariñosa en que la tocaba hablaba por él. Roderick la amaba mas de lo que jamas había soñado. Las palabras ya no eran necesarias entre ambos.
— Ah, Rock, pensé que nunca mas volverías. Te necesitabamos tanto. Me alegra que estés aquí.
Roderick la apretó contra su pecho y comenzó a dirigirse hacia la escalera.
— A dónde me estás llevando?
— A mis aposentos. O quieres que todo el feudo te vea gloriosamente desnuda ? Este cuerpo maravilloso es sólo para mis ojos. Ya tengo problemas suficientes con mis hombres como para que encima los tientes .
— Yo los tiento? — Thea levantó el rostro, sus ojos verdes maravillados. — Mi Lord , quieres decir que no estás enojado conmigo?
la cabeza de ella giraba, aturdida. Estaba a punto de desmayarse cuando el Halcón la colocó en el elegante lecho que embellecía sus aposentos. Cubriéndola con cariño comenzó a pasar un tela de lino por su cara .
— Creo que nunca Deberías haber salido de la cama .
— Si no lo hubiese hecho , Vos todavía estarías intentando destruir tus propias murallas, mi Lord .
Thea se quedó quieta mientras Roderick cuidaba de ella, pero , de repente, impacientemente , le sacó la tela da mano de él y comenzó a limpiar la sangre y la suciedad del rostro de su amado,
— Sabes, adoraría que mi marido me diese un beso.
— Tu marido está con los labios lastimados, mi lady.
— Oh, Rock, tuve tanto miedo de no verte nunca mas . – Agarrándolo por los hombros , Thea lo empujó. – Mi amor, Prométeme que vas a quedarte en casa ahora. Te Necesito aquí. Este feudo no es lo mismo sin vos.
Pasando un brazo debajo del cuerpo de Thea, Roderick la levantó le besó la frente. La piel estaba fresca, pero aun así temió besarla en la boca. No podía arriesgarse a enfermarse , con tanto por hacer para poner el feudo en orden. Los ojos de Thea se cerraron . Parecía que ya no le sobraban fuerzas. Apartándole del rostro los largos cabellos, Roderick notó que ella se había adormecido.

En ese momento , descanso era lo que Thea mas necesitaba. Luego de taparla bien con las mantas salió del cuarto .
Había una increíble cantidad de trabajo para ser organizado . Como ella no estaba en condiciones, él lo haría.
En el hall, Elspeth ponía compresas en las muchas contusiones de su marido. Deteniéndose al pie de la escalera, Roderick examinó al caballero con su ojo sano . El otro, de tan hinchado, casi estaba cerrado. El mentón lastimado de Deitert se levantó en desafío.
— Y ? Tu honor fue satisfecho con la sangre que me hiciste derramar en el día de hoy, Deitert?
— Es posible que tengamos otras ocasiones para disputar sobre tu falta de integridad , mi Lord . — La respuesta fue clara, a pesar de la hinchazón de los labios .
— Como te dijo el día en que traje a esa dama a esta casa , ella es mía.
— Si desde ese momento la hubieses tratado como a una dama, no habría habido esta pelea entre nosotros.
Elspeth cerró el diálogo, colocando una compresa sobre los labios de su marido. Y apenas contuvo una sonrisa .Hombres!

La gente de Blackstone todavía estaba reunía en el patio. Cuando Roderick surgió en los escalones , gritos de saludo lo recibieron.
Sonriendo, él levantó la mano en un pedido de silencio.
— Estoy viendo un número menor de personas aquí que cuando partí. De nuevo perdimos algunos de nuestros seres queridos. Pero necesito de su ayuda , gente de Emory. Mi esposa cuidó de ustedes . Ahora necesitamos ayudarla. Van a pasar algunos días hasta que ella se recupere lo suficiente como para bajar al salón y saludarlos personalmente. Me gustaría que Thea encontrase un salón limpio, un patio decente y una casa que no nos avergüence a todos. Qué dicen entonces? Me van a ayudar a poner la torre de nuevo en orden para lady Emory?
— Si, mi Lord l — un grito al unísono fue la respuesta.

EN los días que siguieron , celtas, franceses, bretones y sajones trabajaron juntos. Andamiajes fueron montados y todas las paredes externas fueron fregadas, hasta que no quedase un resto de hollín.
Dentro de la torre, un batallón de mujeres trabajaba , barriendo, lavando, frotando, removiendo todas las cenizas y la suciedad. Así cuando las paredes lavadas se secaron , los hombres entraron para pasarles cal , hasta que todas las marcas del incendio desaparecieron .
Marie colocó las valiosas piezas de dote de Thea en cuartos vacíos del segundo piso, todavía embaladas . Nuevas puertas y postigos de madera para las ventanas fueron cortados y colocados en sus lugares.
Cuando la torre quedó limpia, Marie mandó que trajesen los muebles, supervisando su limpieza y encerado , así como la colocación en el lugar adecuado . Bajo sus órdenes , preciosos tapices fueron colgados, las camas vestidas con finas sábanas de lino, y cortinados colgados de los doseles de las camas.
Uma maravillosa mesa fue encerada y puesta sobre la plataforma elevada donde se sentaban los Lords del castillo .
Durante todo ese tiempo Thea durmió, despertando sólo el tiempo suficiente como para ser lavada y alimentada. Todavía dormía cuando la servidumbre asumió de nuevo sus puestos de trabajo . Y también cuando llegó el hijo de Roderick, el pequeño Eric, ahora dando los primeros pasos con sus robustas piernitas. con el niño en sus brazos , el Halcón se dirigió al cuarto y se quedó observando el sueño de Thea.
— Quién es esa ? — le preguntó a Eric.
Ocupado en chuparse el dedo pulgar, el niño no respondió. Fue sólo cuando su padre repitió la pregunta por la tercera vez, que él se dignó a hacerlo. Señalando con sus deditos mojados a Thea, habló:
- Mamá .
— Buen muchacho. — Volviéndose , Roderick entregó su hijo a Jesse. — Ponlo a dormir.
— Si, mi Lord . — haciendo una reverencia, Jesse se lo llevó .
Roderick se sentó en el borde de la cama y Thea se movió contra las almohadas, pero sin despertarse. Bajando la sábana de lino, él frunció el ceño al ver la elegante camisa de dormir que su esposa vestía. A pesar de estar en su propia casa hacia tantos días, venía durmiendo en un cuarto de huéspedes. Todos los habitantes de la torre esperaban con la respiración contenida, rezando para que no apareciesen las temidas manchas en la piel de la adorada lady.
Hasta el momento, Thea permanecía sin fiebre y con la piel limpia y saludable. Pero la ansiedad respecto a ella era demasiada para Roderick.
Sus dedos comenzaron a desatar los lazos que sujetaban la camisa en su garganta delicada. No había duda de que su hermana la había vestido con la ropa mas fina . Para Roderick Marie podía usar esas prendas lujosas cuanto quisiese. Pero respecto a Thea, el Halcón tenía otras ideas sobre lo que ella debería usar, o mejor dicho , no usar en la cama. Sin vacilar, le abrió la camisa lo mas que pudo, desnudándola hasta la cintura.
Thea continuaba delgada y graciosa como siempre había sido , y su piel, perfecta y translúcida. Los senos parecían mas grandes que lo que Roderick recordaba, sus pezones, de un rosa mas oscuro. La diferencia mas llamativa , sin embargo, estaba en su estomago, ahora distendido y bien redondeada. Colocando la mano debajo del ombligo, Roderick sintió la firmeza de la piel. De repente, sintió un movimiento bajo la mano .
Sorprendido, se apartó un poco, mirando el vientre crecido. Después , casi temeroso, colocó de nuevo la palma abierta en el mismo punto de antes. De nuevo, el movimiento se hizo presente, ahora con mas fuerza, y una leve patada casi le sacó la mano de lugar.
Los bellos ojos azules se abrieron enormemente y una sonrisa iluminó sus facciones atractivas. Era muy típico de Thea aferrarse a lo que consideraba propiedad suya. él había temido que ella hubiese perdido el bebé, lo que explicaría su estado de debilidad.
Thea cambió de posición, buscando de modo instintivo el calor del cuerpo cercano al de ella. Sus párpados palpitaron, pero despertar parecía difícil. Un pequeño gemido se le escapó de la garganta .
— Rock?
— Si. Te sientes bien ?
— Estoy perfectamente bien . – Despertando del todo, Thea se acurrucó contra el pecho caliente y ancho de su marido. – Puedes sentir tu hijo moviéndose?
— Si.
— Lo traje a casa conmigo. – los dedos de Thea se apretaron con los de él.
Roderick habló, con voz embargada:
— Yo también traje un hijo a casa. Su nombre es Eric, y tiene poco mas de un año. He estado rezado para que lo aceptes como tuyo y aprendas a amarlo.
Thea levantó la mirada y lo miró con sus lindos ojos verdes. Con lo que amaba a Roderick , Cómo no iba a amar a un hijo de él ?
— Es el bebé de Anne?
— Sabías eso?
— Claro. Siempre lo supe, desde que ella fue mandada a Solbert.
— Estoy feliz porque Eric se encuentre en nuestro hogar. Temía no conseguir sacarlo del palacio del emperador. Pero Marie insistió en ir con Michael para intentar traer a Eric, cuando yo partí a Francia. No sé qué argumentos o trampas usó, pero ella consiguió convencer a Lotario para que nos entregara a Eric .
— Ah … — Thea sonrió . —Marie se parece a mi papá, en la astucia . Roderick, yo siempre supe por qué Lotario nos dio el ducado de Lorraine. Va a ser de Eric, por derecho de nacimiento. Y en cuanto a Emory, mañana mismo me voy a levantar y poner nuestra casa en orden otra vez. Siento mucho lo del fuego.
— No te preocupes. Deitert me explicó todo.
— Y …. Rock? Cómo fue que conseguiste salir de Francia?
Roderick se rió mucho antes de responder, se desvistió y se acostó al lado de ella, abrazándola .
— Recuerdas aquella noche de tormenta en la que huiste?
— Tengo un vaga recuerdo de haber sido una idiota atrevida cierta vez, mi amor.
— Ah, como sabes dar vuelta las cosas, francesita ! Bien, muchas veces me quedé pensando de qué forma habrías adquirido esas habilidades y conocimientos de bruja. Hoy la respuesta me parece obvia. Fue lady Lilla quien se ocupó de que los soldados del emperador tuviesen una bien merecida noche de reposo. Y yo descubrí a quien saliste tan bruja.
— Mamá ?!
— Si, una dama valiente. tan valiente como su adorable hija Thea. Te amo con locura. No creo que sepas cuanto . Nunca pensé que una mujer se fuese a convertir en alguien tan importante para mí. Creo que me hechizaste de verdad .
Envuelta en los brazos de Roderick, Thea le estudió el rostro serio, pensando si tendría consciencia de lo que acababa de decir. Pero conocía a su marido demasiado bien como para saber que él medía las palabras que pronunciaba. Una sonrisa le surgió en los labios, pero decidió que sería mas prudente quedarse callada. Además , ya no necesitaba oír palabras de amor. Las acciones hablaban muy claramente de sus sentimientos .
— Tuve miedo de que el emperador te retuviese por muchos años.
— Es lo que quería, pero no contaba con la astucia de lady Lilla.
— Oh, mamá … ella debe estar tan preocupada por mí …
— Te equivocas . Lady Lilla sabe donde estás. No sería una sorpresa so ella viniese a visitarnos en primavera para conocer a su nieto. O nietos. Después de todo ella tiene dos hijas viviendo en Blackstone.
— Quieres decir que ellos saben ? Papá también sabe donde estoy?
— No. Le dejé esa parte a cargo de tu madre. Ella conoce a tu padre mucho mejor de lo que yo jamas lo conoceré.
— Oh, querido. Parece que vos y mamá planearon todo.
Thea se levantó un poco, colocándose por sobre el pecho musculoso. Después , buscó la boca de Roderick, besándolo con ardor.
— Thea, no vayas a comenzar otro incendio.
— No , mi Lord . Sólo quiero estar en tus brazos, donde me siento tan bien. Quieres ayudarme a sacarme esta linda camisa de dormir? Marie insiste en vestirme del modo en que ella se viste.
— Le voy a prohibir la entrada a nuestro cuarto.
— Debes hacer lo mismo con Armina.
Roderick se puso a reír.
— Sabes que ella todavía insiste en afirmar que eres una bruja? Y no te voy a decir lo que tu hermana piensa de ella.
Thea se estiró sobre él, sintiendo lo pezones endurecerse con el contacto con de la firme musculatura del pecho masculino. La camisa abierta se resbaló de sus hombros , y ella sintió la erección del Halcón contra su muslo.
—M i Lord ! – Thea se frotó contra su cuerpo . – En qué estás pensando?
— Thea, quédate quieta , no me tientes. – Reticentemente , él intentó cubrirla de nuevo con la camisa de dormir.
— Hace mucho tiempo desde nuestra noche de bodas, mi amor.
— No me hagas recordar.
— Pero yo quiero que recuerdes . Tengo un derecho como esposa, o no?
— No , estás débil y precisas descansar. Estoy luchando con todas mis fuerzas para mantenerme controlado .
Roderick se quedó inmóvil mientras Thea distribuía besos húmedos y pequeñas mordidas por su pecho y su abdomen. El Halcón dejó escapar un gemido.
— Thea, no hagas eso !
— Rock, mi amor, no me rechaces . He estado durmiendo por un largo tiempo. Una vez que te hice un juramento de que jamas me negaría a vos siempre que me deseases. Nunca me olvidé de las palabras que dije esa noche: aquí en el cuarto , en el salón , en la cocina, donde quiera que fuese, yo jamas te rechazaría. Quiero que me hagas el mismo juramento, ahora. No me niegues tu amor.
— Ah, Thea mi adorada! Nunca mas negaré mi amor por vos. — Con un profundo suspiro, Roderick la acostó de espaldas sobre el colchón y la cubrió de besos ardientes. — No tienes idea de cuanto he deseado poseerte . Y siempre va a ser así entre nosotros , lo juro.

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