sábado, 24 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA - CAPITULO 24

Capitulo 24

En sus planes de expansión y de ocupación desde Galia hasta la isla de Bretaña, los romanos habían escogido el puerto de Le Tréport como el mejor lugar para cruzar el canal que separaba la isla del continente europeo.
Roderick, que había estado inspeccionando las fortificaciones en compañía de Lord Bellamy, no compartía la misma opinión. Prefería la costa rocosa de Picardie, mas al norte. El prospero puerto de Calais, por ejemplo, era un excelente lugar para construir una fortaleza contra invasores venidos a través de Bretaña y del mar del Norte. Además , Lotario debía pensar en proteger las vías fluviales. El río Somme, como le señaló a su suegro, se hallaba desprotegido hasta la zona interior a la altura de Longervais.
— Lo importante — enfatizó Roderick — no es edificar fortalezas donde quiera que exista una elevación rocosa. Lo que importa es la localización. Esta precisa ser estratégica, como sería el caso sir Cavell que construyó su fortificación en la entrada del estuario del río Somme.
— Cómo lo hiciste en Blackstone, en beneficio de Luis?
— Si, como lo que hice en beneficio de Emory — respondió el Halcón , con altivez.
Era tarde, y el viaje había sido prolongado. Ambos estaban cansados y hambrientos. Con aire sombrío, Roderick miró por sobre su hombro a la columna de soldados de Lotario que los seguía por todas partes. Si estuviese puestos grilletes y cadenas no se sentiría mas aprisionado.
— Basta — habló el ministro, de repente. — estoy muerto de hambre. — Con una señal , indicó a los guardias que se apresurasen.
— Vamos a Landais, Roderick. Se trata de una larga cabalgata, pero mis huesos cansados necesitan de la comodidad que sólo mi esposa y mi hogar pueden proporcionarme. Creo que a vos también te gustaría eso, verdad ?
— Como quiera, mi Lord — Roderick ni pensó en discutir. él también ansiaba el calor que sólo experimentaba al lado de Thea.
Espoleando el caballo , alcanzó con facilidad el caballo en pleno galope de Lord Bellamy. Detrás de ellos venía el tropel de los caballos de la escolta.

El ruido de tantos cascos al galope permitió a Roderick concentrarse en sus pensamientos. El calor del mes de agosto calentaba esa tierra desde la costa de Normandía hasta los bosques y los serenos ríos de Picardie. Con cada día que pasaba , él mas ansiaba regresar a Sajonia, con su verano mas llevadero.
Michael había permanecido en Aachen, con una esposa tan enamorada que apenas conseguía hacer otra cosa que no fuera llevarla a la cama.
Siendo así, Roderick no disponía de un solo hombre de confianza con quien pudiese planear un modo de escapar.
Era locura cabalgar de esa manera entrada la noche en dirección a Landais. Pero Lord Bellamy avanzaba como un hombre poseído por los demonios. Como Roderick no conocía tan bien la región, no podía saber que el ministro de Lotario estaba cortando camino a través de colinas y los campos de caza, qué les ahorraría horas de viaje.
De repente, se encontraban a la altura del molino, en un camino bien conservada, y finalmente, ante las paredes blancas de Landais.
Al saltar de su caballo jadeante de cansancio, Roderick permitió que sus pensamientos se volviesen hacia su esposa. Thea se levantaría para recibirlo?
Mientras le entregaba las riendas a un ayudante , Lord Bellamy desmontaba, moviendo las piernas para restaurar la circulación y gritando órdenes a medida que se aproximaba a las puertas abiertas del salón .
Lady Lilla se encontraba en lo alto de los escalones que conducían a la entrada, con un chal de lana cubriendo sus hombros . Después de una reverencia respetuosa a su esposo ella pasó los brazos alrededor de su cuello . Ninguna de las hijas estaba a su lado.

De modo deliberado, Roderick le dio la espalda a la pareja que abrazaba, ocultando su amargura porque Thea ni siquiera se había molestado en venir a recibirlo. Después de retirar su equipaje del lomo del caballo, la arrojó sobre su hombro, lanzando polvo a sus ropas. Sus piernas estaban adormecidas , y su estomago protestaba de hambre.
Sin llamar la atención , entró en el gran salón en medio del grupo de soldados, todos sucios y cargando en sus hombros las alforjas. Encontrando un conjunto de fuente y jarra llenos de agua fría en una pequeña mesa lateral Roderick trató de lavarse las manos y el rostro, acomodándose después en la mesa principal, repleta de carnes, pan, queso, vino y cerveza.
Sus ojos recorrieron el salón, donde los criados corrían de un lado al otro, reponiendo las provisiones de comida a medida que estas iban desapareciendo.
El rostro que tanto quería ver no se hallaba en ninguna parte . Por lo menos había tenido mas suerte que Lord Bellamy, cuya esposa lo había arrastrado del salón antes que el hombre tuviese la oportunidad de beber un solo trago de cerveza para sacarse el polvo de la garganta.
Una joven criada que él no reconoció vino a llenarle de nuevo la jarra, Inclinándose con respeto ante de él. Sería impresión suya, o había miedo en la expresión de la joven?
De repente, desde algún lugar del interior de la casa silenciosa, la voz portentosa de Lord Bellamy se levantó con furia, significando que alguien debía encontrarse en serios problemas. Los hombres alrededor de Roderick se quedaron muy quietos, intentando escuchar pero incapaces de descifrar el motivo del distante griterío. Los criados estaban tensos, y los guardias encargados de la seguridad de la fortaleza agarraban con fuerza sus lanzas.
Roderick fue el único en conservar a calma, continuando comiendo y bebiendo como si nada sucediese. Pero en su interior sabía que algo andaba mal.
Durante todo ese verano, había temido el nudo invisible atado en su cuello, amenazando su paz de espíritu, que comenzaba a apretarse de modo perceptible. Y sólo podía especular sobre el tipo de noticia que una esposa podía transmitirle a un hombre exhausto después de un largo viaje y que provocaría tal reacción. El sentimiento de culpa lo atormentó nuevamente.
Su pensamiento volvió a Thea. Dónde estaría ella? Tal vez ella fuese el motivo de la furia paterna y ahora se encontrase escondida en su cuarto , para huir de la ira de su padre.
Roderick había terminado de comer cuando Lord Bellamy apareció en las puertas del salón. Parecía haber envejecido diez años en ese corto espacio de tiempo. Pero su porte continuaba altivo y lleno de dignidad .
— Mi Lord Emory. — Bellamy se aproximó a la mesa. Su tono de voz parecía forzado. — Ya sació su sed y mató su hambre?
— Si, la mesa estaba muy bien servida, mi Lord .
— En ese caso permítame importunarlo algunos momentos mas esta noche, me gustaría tener una conversación privada en mis aposentos.
"Ahí viene el escándalo ", pensó Roderick, "y mi sentencia de muerte". Pero , al ponerse de pie, razonó mejor. Era el primer ministro del emperador quien se encontraba perturbado. Roderick jamas lo había visto tan alterado. En silencio, siguió a su suegro hasta un ala privada de la casa.
Lady Lilla ya se encontraba esperando junto a la puerta que conducía al solar. La palidez del rostro de ella era visible y los ojos azules demostraban una profunda tristeza. EN La mirada de su suegra, Roderick notó que no era él quien se encontraba en peligro, sino alguna otra persona muy querida de esa dama .

— Mi lady, qué la está perturbando tanto? — La pregunta se le escapó antes que pudiese contenerse.
— Se trata de mi hija, Lord Emory. — La mujer respondió con voz embargada. inmediatamente, el marido vino a pararse a su lado, pasando el brazo por sus hombros .
— Thea se fue .
— Se fue ? — Las palabras quedaron haciendo eco en la cabeza de Roderick, sin que tuvieran sentido. — Qué están diciendo? Se Fue a dónde? Thea jamas se iría a ninguna parte sin pedirme permiso.
Saliendo de al lado de su esposa, Lord Bellamy fue servir una copa de coñac , que le entregó al Halcón. Creyendo que lady Lilla necesitaba mas de la bebida restauradora que él, Roderick colocó la copa en la mano de ella.
— Quiere contarme qué pasó, mi lady? Nada de esto tiene sentido para mí. Que tal si nos sentamos?
El cuerpo atlético de Roderick se hallaba agotado después de la ardua cabalgata, y su mente estaba en peores condiciones. Lady Lilla, sin embargo, no consiguió permanecer sentada y se puso a caminar por el cuarto , retorciendo sus manos de un modo muy familiar para Roderick.
— Andrea, mi hija mayor, dio a luz un bebé a finales de julio. El niño nació antes de plazo y nos tomó a todos desprevenidos. Fui hasta Concordia llevando a Marguerite conmigo. Thea permaneció en Landais. Me dijo que no quería viajar a un lugar tan cerca de la corte y yo respeté su deseo. — En ese punto, Lilla miró a su yerno con recelo . – Debo confesar mi Lord , que temo su reacción contra nuestra familia. Pero mi honor me obliga a decirle toda la verdad, por peor que sea.
— Por favor, hable de una vez , lady Lilla — la urgió Roderick, para quien las palabras de su suegra hasta el momento eran confusas como una nebulosa . Dónde está Thea, finalmente ?
— Fue mi culpa haber insistido que fuera Thea a quien tomara por esposa. Creí que , de todas las mis hijas, ella sería la que mejor se adaptaría a su estilo de vida. Sé cuanto ha sufrido, y cuanto Thea también ha sufrido . Me Imaginé que eso crearía un vínculo indestructible entre ustedes dos. Pero parece que me equivoqué respecto a ella.
En el silencio que siguió, el Halcón no consiguió encontrar nada que responder. Con su estado de cansancio, mental y físico , la importancia de la explicación de Lilla no le alcanzaba.
— Mi lady, vuelvo a pedirle que tenga la bondad de ir directamente al punto.
Lilla respiró profundamente .
— Thea se fue con otro hombre, mi Lord .
Los ojos color zafiro de Roderick parpadearon, confundidos.
Un silencio todavía mas mortal recayó en el aposento, mientras él intentaba entender lo que acababa de oír.
— No — dijo , finalmente , sacudiendo la cabeza. — Eso es imposible. Mi lady, yo conozco a Thea. Ella es una mujer demasiado honrada como para traicionar los votos sagrados del matrimonio . Jamas acompañaría por voluntad propia a otro hombre. Además , tengo la certeza absoluta de que Thea me ama.
— Mi Lord … — Lilla se dejó caer en un banco, atónita con esa reacción que no había esperado.
— Cuénteme los hechos, por favor. Todo lo que sabe.
— Después de que partimos hacia Concordia, un viajante apareció aquí en casa. Ninguno de los siervos lo conocía, y sólo habló con una de las criadas, Lana. Thea había estado afuera cuando él llegó. Cuando retornó, fue a saludar al visitante . Lana me contó que vio cuando se abrazaron con cariño. Parecía que se conocían muy bien . Esa misma noche, el extraño prosiguió su viaje. Y a la mañana siguiente, los criados descubrieron que Thea había desaparecido. Y nadie mas la vio desde entonces. Actuamos como la otra vez, mandando grupos de búsqueda a todos los puntos de la región, interrogando a todas las personas que pudiesen haberla visto. Pero como hace un año, Thea desapareció sin dejar rastros. mi marido y yo sólo conseguimos llegar a una conclusión: el hombre que vino a nuestra casa era el vikingo que secuestró a Thea. Y ella escogió partir con él. Lo lamento mucho.
Lilla inclinó la cabeza, avergonzada. Pero después , respirando profundamente , volvió a mirar Roderick.
— Tengo que decirle una cosa mas , mi Lord . Usted sabe que ella fue raptada, pero no sé si ella le contó algo sobre el tiempo que pasó en cautiverio. Sé, con la certeza de una madre que conoce muy bien a sus hijos, que Thea se enamoró del hombre que la secuestró. Además , ella espera un hijo de él.
Roderick necesitó hacer un enorme esfuerzo para no gritar que el hombre que había raptado a Thea no era ningún vikingo. En vez de eso, se quedó mirando a su suegra, sin tener nada que decir.
En su deseo de ofrecer consuelo y de cierta forma defender a su hija, lady Lilla continuó repitiendo que había sido el bebé lo que había determinado la decisión de Thea de partir sin una palabra de explicación . Tal vez temiese por la integridad física del bebé, pues Royce, su hermano mayor, no había recibido nada bien la noticia del embarazo de Thea .
En medio de la catarata de palabras, Roderick levantó la mano , pidiendo silencio. Les explicó entonces que estaba exhausto y que no estaba en condiciones de asimilar todo aquello.
— Mañana, cuando esté descansado, volveremos a conversar.
Viendo que era inútil insistir, Lilla se retiró con su marido. Y Roderick se dirigió a los aposentos que había compartido con Thea, donde un baño caliente se encontraba esperándolo . Un barril pequeño del mejor coñac de Lord Bellamy había sido dejado sobre una mesa, para aplacar la ira del Halcón .
Imposibilitado de confiar sus pensamientos a los habitantes de esa fortaleza, Roderick caminó impacientemente por el cuarto después do baño, atormentado por sus ideas. Claro que la madre ya debía haber revisado el cuarto , buscando alguna pista que indicase el paradero de Thea. Aun así , él inició una rápida investigación aunque sin grandes esperanzas.
El coñac de Lord Bellamy había hecho un buen trabajo en cuanto a adormecer su cerebro. Mirando la cama, con las mantas abiertas, pensó que ese no era, de ninguna forma , el regreso que había anticipado. Ese lecho lujoso, con sábanas inmaculadas, no lo atraía, a pesar de todo el cansancio de su largo viaje. Quería que Thea estuviese acostada allí, pues necesitaba de ella mas que nunca.
Frustrado, pateó el arcón al pie de la cama y en seguida dejó escapar un gemido, porque lo había pateado con el pie descalzo. Saltando en un solo pie , insultó su propia estupidez.
Fue entonces que notó que el candado se encontraba cerrado. Y estaba seguro que lo había dejado abierto.
Tomando las llaves de sus alforjas, lo abrió y levantó la tapa. El olor a cera de abejas y a sándalo le llenó las fosas nasales al traer una vela para inspeccionar su contenido. De inmediato, la daga turca de Thea atrajo su mirada . Ella nunca se desprendía de ese objeto . La hoja había sido clavada en el corazón bordado de su suntuosa túnica de casamiento. La punta afilada del arma salía del otro lado, bien encima de la cabeza del Halcón . Roderick pasó el dedo a lo largo de la parte chata de la hoja. Esta señalaba el símbolo de Emory. Su casa .
Con un gesto abrupto, Roderick arrancó la daga de la tela, escondiéndola debajo de las ropas del baúl. En seguida bajó la tapa y volvió a cerrar el candado. Apagando la vela, se acostó finalmente .
Sabía donde Thea estaba. ella había ido a Blackstone. Cerrando los ojos, el Halcón reunió todo su control y calma , obligándose a dormir. Por la mañana , comenzaría a interpretar la explicación dejada por Thea. Todavía Había un misterio a ser resuelto: el motivo de su partida precipitada hacia Blackstone.
Al día siguiente, Roderick comenzó interrogando a la criada que había servido la comida al visitante, forzándola a recordar hasta los menores detalles. Qué apariencia tenía el hombre? Thea lo había llamado por algún nombre? El interrogatorio continuó con los guardias de los portones, y el muchacho que había atendido los caballos.
No le fue difícil concluir que el extraño que habían visto en Landais sólo podía haber sido Deitert. Sólo eso explicaba el misterio de la partida de Thea. Pero por qué el administrador había abandonado su puesto como guardián de Blackstone? Y por qué ninguna noticia sobre posibles problemas le había sido enviada a él, durante todo el verano? No conseguía imaginarse al administrador siendo tan relajado y despreocupado respecto a sus deberes. Qué habría llevado a Thea a partir con tanta urgencia?
A Roderick le habría gustado poder confesarle a su suegra que él sabía muy bien cuanto Thea amaba a su vikingo. Pero no podía revelar que él era el vikingo, sin arriesgar su propio pellejo . Eso lo dejaba impotente para asegurarle a lady Lilla que su amada hija no había traicionado la confianza de su familia.

No había nada mas que Roderick pudiera hacer a no ser proseguir con sus tareas encomendadas por Lotario. Había guerras en varios rincones del imperio, y el emperador esperaba mucho de él. Los espías al servicio de Lord Bellamy relataban que el traicionero hermano de Lotario, Luis, el alemán , estaba contratando vikingos dinamarqueses, liderados por Ragnar Ladbock, para arrasar el reino de Carlos, el Calvo, otro de sus hermanos. El siguiente objetivo sería el territorio de Lotario.

El verano se prolongaba, y con él los días de agradable temperatura. Sir Michael era un hombre completamente cambiado, agotado por los placeres da vida en la corte y por una esposa insaciable.
Cuando Roderick llegó con Lord Bellamy al solar de Aachen, quedó aliviado con la reacción de su suegro. Después de examinar la extensiva colección de joyas baratas y otros artículos de belleza que su hija no paraba de comprar, el primer ministro ordenó el inmediato regreso de Marie a Landais. Marguerite, quien todavía se encontraba en Concordia, fue mandada de vuelta a su casa junto con su hermana. Michael durmió mas de veinte horas seguidas para reponerse de su luna de miel .
Al despertar de su muy necesario reposo, encontró a Roderick solo, sumergido en sombríos pensamientos en el salón de la mansión de su suegro.
— Necesitamos conversar — dijo el Halcón sin mayores preámbulos.
El le contó entonces sobre la desaparición de Thea y sobre su convicción de que sir Deitert había ido a Landais porque algo malo estaba aconteciendo en Emory. Habló también respecto a su preocupación pro su hijo, el pequeño Eric, retenido como rehén por Lotario, para obtener su continua y leal cooperación.
— Sé que el imperio está en guerra, Michael, pero esto no es mas nuestra guerra. Cuando Lotario dispensó mis servicios en Montigney, él renunció a ellos para siempre. Tengo guardado en Emory el pergamino con el sello real en el que el emperador jura mi dispensa , de la cual vos fuiste testigo . Sólo que esa prueba de nada me sirve ahora, ya que Lotario retiene a mi hijo. Anne está muerta, y por derecho el niño debería serme entregado . Tenemos que encontrar un medio de arrancarlo de las manos del emperador. — el Halcón habló, mirando a chimenea apagada. — Cuando llegue el momento de partir , Eric no podrá quedarse aquí pues lo usarían contra mí.
— Dime qué quieres que haga y lo haré . Soy tu caballero y también tu amigo — afirmó Michael, sin vacilar.
— Cuando yo comience a emprender mi partida, quiero que vayas al palacio y encuentres un modo de raptar a Eric y llevarlo a Blackstone con vos y con Marie.
— Todo lo que me pidas lo haré. Pues ahora también somos parientes.
Por primera vez en muchos días, las atractivas facciones del Halcón se distendieron , y él sonrió . Pero por poco tiempo. Pronto su mente volvió a concentrarse en la logística de su fuga a Sajonia. Uno de sus barcos que venía de transportar parte de las dotes de las dos hermanas , debía anclar en el estuario del río Somme el quince de septiembre. Y Roderick tenía la firme intención de embarcarse en él , a cualquier precio.
Ni el Halcón ni Michael recibieron noticia alguna de Emory durante los días subsecuentes, lo que era extraño tratándose de sir Deitert. Además de el informe de un censo, enviado al palacio de Aachen por fray Laurence, ninguna otra mensaje llegó. Y Roderick, al recibir el documento de las manos de Lord BelIamy, en el gabinete de éste, se había quedado bastante preocupado. Había habido doce muertes, pero sin que las causas fuesen relatadas en el escrito. Siete eran bebés. Las preocupaciones del Halcón en ese día se concentraron casi totalmente en su adorada Thea.
La había extrañado mas que nunca. Miles de Veces , el recuerdo de la noche de bodas en la cabaña le volvía a la memoria. La desesperada , necesaria y salvaje posesión física de ambos.
Pero había mucho mas que pasión sexual entre ellos. La adorable Thea había sido la única mujer en alcanzar realmente su corazón. De tal forma ella se había adueñado de él , que vivía ansiando tenerla a su lado , acurrucada en sus brazos, pegada a su cuerpo. Y besarla hasta perder el aliento.
Esa vulnerabilidad ante semejante amor lo había deslumbrado y lo preocupaba al mismo tiempo. Se Había jurado, después que Anne de Aachen manchara su honor de un modo tan infame, que nunca mas una mujer derribaría sus defensas. Pero Thea había conseguido entrar en lo mas íntimo de su ser. Y él se veía perdido sin el amor de esa mujer.
Nunca antes había sido tan atormentado por una mala premonición. Pero por alguna razón esta vez un pesimismo negro lo invadía. Thea lo estaba necesitando . El feudo de Emory exigía su presencia. Ya no conseguía dormir de manera continua toda la noche , porque, cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Thea en sus sueños. Y era un rostro abatido, agotado por algún tipo de problema. Tenía que volver a Emory para protegerla, salvarla.
A medida que la fecha de la llegada del barco se aproximaba, Michael se iba poniendo cada vez mas aprensivo, temiendo que los planes de fuga fallasen. Roderick estaba tan angustiado, tan ansioso y preocupado por Thea, que estaba enceguecido a todo lo lo que se pasaba a su alrededor .
Y Lotario, a quien nada se le escapaba, fue poniéndose desconfiado. Cada día colocaba nuevos obstáculos en el camino de ambos, disfrazaba los obstáculos en la forma de nuevas tareas. Habían tenido que acompañarlo a Quentowic, en la costa, donde el emperador iba encontrarse con su debilitado hermano Carlos, cuyo reino venía siendo devastado por los continuos ataques de los vikingos pagados por Luis. París había sido saqueada, Rouen yacía en ruinas y los dinamarqueses se hallaban por todas partes, destruyendo lo que encontraban en su camino.
Después de descender por el río Loire con sus barcos, los vikingos anclaron en Nantes, donde arrasaron la ciudad . Siguiendo río abajo , con sus barcos repletos de esclavos y el producto de sus saques, los bárbaros habían establecido su campamento en una abadía abandonada en la isla de Noirmoutier, próxima al estuario del Loire.
Carlos tenía temor de que los invasores tuviesen intención de permanecer para siempre en esa posición fortificada, estableciendo una base desde donde continuarían el pillaje y la destrucción de su reino. Había intentado combatirlos cerca de París. Pero Ragnar Ladbok había probado ser un enemigo imbatible. Había atacado por sorpresa la pequeña porción del ejército de Carlos estacionada en la margen izquierda del río Sena, derrotándolos y haciéndose de una centena de prisioneros. Carlos y el resto de sus tropas habían observado, impotentes, desde la margen derecha, la retirada de Ragnar y sus barcos hacia la isla situada en el medio del Sena, llamada Isla de Francia, donde ahorcaron a todos los prisioneros.
Y así se había dado el saqueo y la matanza en París sin que el ejército de Carlos hiciese cosa alguna por impedirlo . Por todo eso , Carlos estaba en una pésima situación cuando Lotario se dirigió a su encuentro en Quentowic. Necesitaba un préstamo del emperador para sobornar a Ragnar. El astuto dinamarqués estaba dispuesto a cesar los ataques y la destrucción y convertirse en el protector de Carlos contra otros vikingos a cambio del pago de cinco mil libras de plata.
Lotario concordó en concederle el préstamo a su hermano mas joven , ya que este había jurado sumisión y alianza permanente a él.
Roderick en nada contribuyó en las negociaciones, y ni siquiera se interesó en combatir un barco vikingo avistado en la costa, en tierras imperiales.
Irritado, Lotario llamó a Michael de Lozere para conversar, durante el camino de vuelta a Aachen.
— Qué le está sucediendo a su Lord , el gran Halcón de Emory? Conseguí poner a Carlos en su lugar, y ahora necesito que Roderick me ayude a poner fin a las maquinaciones de mi hermano , el canalla alemán . Luis es el verdadero enemigo. Pero mientras yo intento poner en orden este imperio, el mejor guerrero de todos los tiempos anda perdido por los rincones , soñando con una mujercita cualquiera.
Respetuosamente, Michael replicó:
— Majestad , permítame recordarle que su Majestad quien insistió en esa unión.
— Nunca pensé que él pudiese enamorarse de ese modo , siendo que se casó con una mujer de escasa moralidad .
Michael permaneció en un silencio prudente.
— Dile a Roderick que quiero que vaya ahora a Lorraine. Ya envié a Merrault para establecer un asedio en Lejeun. Quiero esa ciudad tomada antes del primer día de octubre. Y después , toda la región protegida. No lo quiero a Luis respirando en mi cuello cuando llegue la primavera . Lo juro , tendré a ese desgraciado sentado en la mesa en Verdun, firmando el tratado al lado de Carlos, o su cabeza colgada en un poste. Dile a Roderick que esas son mis órdenes para él.
Antes que Michael pudiese objetar, alegando que ellos eran vasallos de Luis en primer lugar, y dispensados de su juramento de obediencia a Lotario, este espoleó su caballo , galopando hacia delante de la columna de soldados en marcha.
Sin embargo, Michael sabía que no sería un asedio a una pequeña guarnición de vikingos en Lejeun lo que iba a alterar el estado de espíritu del Halcón . Ni su decisión de partir a su casa.
Una cosa buena, sin embargo, devenía de las órdenes de Lotario.
Antes de entrar en combate, Roderick y él obtuvieron permiso para poner sus asuntos particulares en orden. En el caso de Michael, eso significaba un viaje a Landais para ver a Marie. Algunos besos apasionados no le harían nada mal a un hombre que partía a una guerra . Para su sorpresa , Roderick concordó en seguirlo.
Los inevitables soldados de Lotario protestaron contra el desvío de su destino final . Sir Marcus, general del emperador, alegó que ese atraso perjudicaría el asedio a Lejeun. Pero sus quejas no movieron a los dos sajones de su decisión. Y ellos se dirigieron a Landais.
Llegaron el día 18 , sin aviso, y encontraron el solar en una actividad febril . La familia estaba conmemorando el aniversario de casamiento de los padres de lady Lilla y también el cumpleaños de Andrea. La casa estaba tan llena de invitados, que casi no había lugar para los soldados de Lotario.
Sir Marcus tuvo de acuartelar a sus hombres en Longervais. Sólo diez de sus caballeros y escuderos, y él mismo, fueron recibidos en Landais. Aun así , las tropas quedaron alojadas en barracas externas, mientras que Roderick e Michael eran invitados a unirse a la familia, dentro de la fortaleza.
Entrando en el ala privada de los señores del solar, Roderick tuvo una gran sorpresa . Sentada en la gran mesa, entre la mas grande y la mas joven de las hermanas Bellamy, se encontraba Gregoire de Merrault. El Halcón no consiguió disimular su desprecio al preguntar sin mayores rodeos:
— Qué haces aquí, Merrault? Mandaste a otra persona en tu lugar a Lejeun?
Los ojos claros de Gregoire se abrieron enormemente .
— Lejeun? Ese lugar no es mas que una torre en ruinas en el medio de una llanura . — Con una sonrisa de desafío, él se levantó da mesa y avanzó hacia Roderick, mirando con desdén a los dos sucios caballeros con sus armaduras completas.

Retirando su yelmo, Roderick lo encaró, dominando al francés con su gran estatura.
— Ah! — Merrault soltó una risita de superioridad . — veo que te transformaste en el cazador de vikingos del emperador, mi amigo.
— No te atrevas a llamarme amigo.
— Basta, caballeros. — Lord Bellamy se colocó entre ambos. — Este no es momento de volver a abrir viejas heridas. Hoy es un día de fiesta para nosotros. Sean bienvenidos, Roderick y Michael. estoy muy feliz de que estén aquí. Lilla, manda a traer mas cerveza y vino para estos caballeros.
Después de eso, todo transcurrió con calma y alegría.
Roderick y Michael fueron presentados a Andrea y a su bebé, un robusto varón .
En medio de la excitación general, Roderick sintió de repente una pequeña mano tocándole el brazo con insistencia. Volviéndose , encontró con a la menor de las hermanas intentando llamar su atención .
— Preciso hablar con vos , mi Lord .

Las palabras susurradas sonaron en el exacto momento en que Marie, con un grito de felicidad , se lanzaba en los brazos de Michael.
En medio de las risas generales , Roderick apenas oyó la vocecita suave de Marguerite, que continuó hablando:
— Tengo noticias muy importantes que transmitirle. — Su mirada se posó en Gregoire de Merrault, quien había vuelto a la mesa, y ella se ruborizó intensamente . — Pero no puedo hablar aquí. hay muchos oídos que no pueden enterarse de lo que tengo contarle.
Con una inclinación de cabeza, el Halcón demostró que había entendido. Después de acompañar a Marguerite de vuelta a la mesa, y felicitar a la anciana pareja homenajeada , se sentó y comió en silencio, intentando descifrar el misterio de las palabras de Marguerite.

La fiesta prosiguió, con Lord Bellamy encargándose de la mayor parte de la conversación.
No demoró mucho para Marie convenciera a Michael de retirarse. Poco después , la pareja de abuelos también se retiraba a sus aposentos particulares, seguidos por las damas.
Tan pronto como le fue posible, Roderick, alegando cansancio por el largo viaje desde Aachen, se retiró también . No se quedó mucho tiempo solo en su cuarto. Sólo algunos minutos pasaron antes que un leve golpe se hiciese oír en la puerta.
Marguerite entró subrepticiamente, mirando por sobre su hombro para ver si era observada. Sus pies se deslizaban sin el menor ruido por la grueso alfombra persa, mientras avanzaba en el aposento.
— Qué tienes para decirme ? — Roderick preguntó , curioso.
— Anoche , en la villa, un joven me paró, pidiéndome que le transmita un mensaje urgente a usted y a nadie mas .
— Sabes el nombre de él ?
— Dijo que se llamaba Benjamin, y que era su primo. Como era alto y rubio como usted, le creí. Mandó que le dijese que, por razones de seguridad, cambió su barco de lugar desde donde estaba anclado hacia Nez sur Mer. Fueron atacados dos veces. Dijo que usted conocía la ensenada escondida, y que va a aguardar allá por una semana, ni un día mas . Otra cosa, mi Lord . Cuando supe que sir de Merrault había llegado, corrí a los aposentos de trabajo de mi papá , para saludarlo. Sin querer, oí a Gregoire decirle a mi padre que el emperador lo había enviado hasta aquí con el propósito de destruir su barco. También dijo que usted había sido mandado en una misión sin importancia, sólo para apartarlo del lugar .
— Es lo que sospechaba — Roderick afirmó pensativamente . Sus cejas se fruncieron. — Sólo que no entiendo qué esperas ganar contándome todo esto .
— Nada, mi Lord . Lo que tenía para ganar ya lo gané cuando se casó con mi hermana Thea, y no con Marie. Sabe, le debo la oportunidad de obtener el hombre que siempre deseé como marido, Sir de Merrault. Hasta ahora no tenía muchas esperanzas, porque él sólo tenía ojos para Thea. Desde el casamiento de ustedes , las cosas cambiaron. No entiendo lo que el emperador quiere de Gregoire, ni por qué quiere hacerle tanto mal a usted. Sólo sé que tanto él como papá tiene que obedecerle. Pero usted , por lo que oí decir, nada le debe al emperador, ya que éste lo dispensó de sus servicios después de Montigney. Pero existe algo contra usted , y creo que corre peligro. Ahora, discúlpeme, pero preciso irme . Tengo miedo que me descubran aquí.
Y la muchacha salió .
Después que Marguerite se fue, Roderick pasó algún tiempo pensando en todo lo que había oído mientras se paseaba impacientemente . "Basta con esta locura", concluyó, " me vuelvo a mi casa. Y me voy hoy mismo".