miércoles, 14 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA - CAPITULO 12

CAPITULO 12


LA tormenta que se había estado formando durante todo el día se desató cuando Thea alcanzó el portón. El viento aullaba alrededor de las oscuras formaciones rocas, y los cascos de Victory rechinaban contra el granito con cada paso. La lluvia aunque torrencial, era algo que lograba soportar. Lo que la asustaban eran los rayos y los truenos ensordecedores, un miedo paralizante que se remontaba a su infancia.
La lluvia casi se había transformado en un diluvio cuando, desmontando y conduciendo por las riendas el garañón , comenzó a descender con todo cuidado por la senda rocosa en dirección al corazón de la pedrera. Fue entonces que, con la luz de los relámpagos, distinguió la sombra oscura de un refugio rústico. Si por un lado tenía temor de descender tan cerca del río, por otro la idea de ser alcanzada por un rayo en lo alto de las rocas era atemorizante .
También le preocupaba el hecho de verse obligada a hacer una parada, mientras todavía se encontraba a la vista de los habitantes da villa y del vigía apostado en lo alto de la torre de la isla de March.
Sin embargo, no era probable que en medio de semejante tormenta alguien pudiese divisarla a ella o al caballo.
El refugio rudimentario era sólo un tejado de paja sobre estacas de madera. Amarrando las riendas en una de las estacas , Thea
miró a su alrededor , buscando objetos que pudiesen serle útiles en el viaje. En un rincón , avistó unas herramientas usadas en la pedrera. Revisándolas, encontró algunos trapos que usó para secar a Victory.
El caballo había sido bien alimentado en el establo en esa tarde, y ella misma había tratado de comer una comida abundante , antes de emprender la fuga.
Había decidido seguir la línea de la costa para intentar llegar a su tierra. Al llevar a sir Michael la bandeja con la cena , lo había interrogado hábilmente, y el joven caballero había confirmado los comentarios que había oído sobre los territorios al sur de Emory. Había una enorme bosque, donde hasta los cazadores experimentados se perdían . Y también montañas altas, imposibles de ser atravesadas cuando las tormentas de invierno las asolaban. Los ríos que cortaban la región, el Ulm, el Wesser, y el Mosel, eran muy mas caudalosos que el pacífico río Somme cerca de su casa.
Encogiéndose de hombros , buscó dejar de lado las preocupaciones por las barreras naturales que tendría que enfrentar. Sus problemas actuales ya eran mas que suficientes. Desensillando el caballo , se puso a secar la montura con las telas.
La lluvia continuaba cayendo con violencia sobre el techo del refugio.
Sentada en el rincón mas seco que pudo encontrar, Thea abrazaba sus rodillas, contemplando la lluvia.
A su lado, Victory se agitaba, él también nervioso por la tormenta. Era mejor tratar de calmar su miedo.
Fue en ese momento que oyó el nítido repiqueteo de campanas a la distancia. El sonido parecía venir traído por el río, destacándose por encima del aullido del viento.

"La campana de una iglesia?" Confundida e intrigada, Thea avanzó hacia el borde del refugio y espió en la oscuridad . La tormenta se había calmado un poco, pero la lluvia caía con fuerza. Un rayo enceguecedor cortó el cielo iluminando el puerto . La torre de vigilancia se destacó por un segundo contra el fondo azul oscuro. Pero había otra cosa allí. El corazón se le apretó. Parecía un barco. O serían sólo mas rocas cercanas a la isla?
Inmóvil , concentró toda su atención en la pequeña isla en el medio del río, esperando el próximo relámpago. Su corazón latía agitadamente. La luz que aguardaba vino de un rayo que rasgó el cielo, alcanzando a iluminar la entrada del puerto . Por menos de un segundo, la silueta de un enorme barco quedó delineada en el fondo oscuro de la noche.


La imagen pareció fijarse en la mente de Thea. Dónde había visto antes barcos iguales a ese ? Con dragones en la proa y en la popa? De repente se acordó : En Havre! Era un barco vikingo!
— Dios del cielo, no ! No pueden ser vikingos otra vez!
Protegiendo los ojos con su mano , corrió debajo de la lluvia torrencial hasta el final del rústico refugio . Desde allí podía ver bien la estrecha torre, dos veces mas alta que la de Blackstone, que Roderick había construido para vigilar el puerto . Y también la isla en que ella se situaba, no muy lejos. El barco se hallaba allá, del lado opuesto de la isla.
Una secuencia de relámpagos le permitió una rápida visión de las velas, sin duda era un barco vikingo. Varias hileras de remos cortaban el agua, moviéndose con precisión.
Thea tragó con dificultad, tenía la garganta cerrada . Miró a la villa, donde las luces temblaban en las ventanas de las pequeñas casas reconstruidas.
Mas atrás , se delineaba la sólida silueta de Blackstone, todavía tan vulnerable a un ataque. Thea se había deslizado por los portones, después de robar su propio caballo. Y los portones había quedado abiertos !
— Oh, mi Dios, qué he hecho ?
Había puesto unas hierbas somníferas en la comida de cada uno de los habitantes de la fortaleza y de los guardias de la torre.
Arrasada por el pánico, Thea corrió de vuelta al refugio y, levantando la montura , la colocó de nuevo sobre el lomo de Victory. Las manos le temblaban tanto que apenas consiguió ensillar el caballo .
Vikingos! Roderick sería matado mientras dormía. Dios del cielo!
Apoyando la cabeza en el flanco de Victory, intentó pensar lógicamente . La primer cosa era volver a la torre y alertarlos. O peor aun , despertarlos...
Soltando las riendas , montó con alguna dificultad el alto animal. Después , lo obligó a volver por donde habían venido. La senda era tan abrupta que ella la descendió a pie, tirando a Victory por las riendas . Clavando sus talones en los flancos del garañón, lo espoleó para subir la difícil cuesta .
Blackstone se encontraba mas silenciosa que una tumba. Sólo dos perros corrieron ladrándoles , cuando Thea interrumpió el galope veloz delante de las puertas abiertas del gran salón .
— Oh, Dios! — exclamó desmontando y amarrando Victory a un poste de madera.
Por un momento, se quedó parada debajo del aguacero, mirando para las enormes y macizas puertas, colocadas la tarde anterior.
Ellas no podían ser cerradas , los carpinteros todavía tenían que hacer algunos ajustes a la altura.
Apartando de su rostro los cabellos mojados, Thea subió corriendo los escalones de la entrada. La visión en el salón fue mucho peor de lo que había imaginado .
Hombres y niños se hallaban dormidos por todos lados. Algunos habían hecho un esfuerzo por subir al gran dormitorio común, en el tercer piso . Pero no habían conseguido pasar los primeros escalones de la escalera.
El estruendo de otro trueno hizo con que Thea se volviese hacia las puertas. La lluvia, empujada por los fuertes vientos, entraba en el salón , formando charcos debajo de sus pies. Y no había nada que ella pudiese poner para detener el avance del agua.

Empapada hasta los huesos, temblaba, no sólo de frío, sino de miedo también. Y si no consiguiese despertar a nadie ? Cómo haría para bajar el portón de reja sola? No sabía cómo funcionaban los mecanismos, ni tenía tanta fuerza . Necesitaba encontrar a Roderick. él sabría qué hacer.
De repente, una mano helada le agarró el brazo.
— A donde fuiste ?
Asustada, Thea gritó y giró sobre sus talones , chocándose con la cara de la vieja Armina, inclinada sobre ella con aire maligno.
LOs labios de la sierva temblaban como los de un perro rabioso, mientras ella señalaba las largas mesas.
— Mira lo que hiciste . Ves los guardias de mi Lord , todos roncando sobre las mesas, mientras vos te andas paseando por ahí y haciendo vaya a saber que brujerías. Yo sabía que eras bruja!
— Para de gritar, Armina, y trata de arrojarle un balde de agua a sir Deitert, si es necesario . Vamos, Armina, no te quedes ahí parada, vieja tonta! Tengo que encontrar a Lord Roderick. Los vikingos han llegado para atacarnos!
— Vikingos! Mentirosa! Estás diciendo eso para librarte de mí y poder huir. Porque yo sé que vos envenenaste a todos los hombres de mi Lord .
— No , Armina, ellos están borrachos. Te has vuelto loca ?
— Ha! — ella señaló la mesa mas cercana , donde sir Deitert se encontraba caído , una jarra inclinada en su mano. La cerveza derramada en el piso , a su lado tres pajes dormidos. — No , su bruja del demonio , vos los envenenaste . Tengo la prueba aquí conmigo.
De un bolsillo del delantal, la sierva sacó un pedazo de la raíz que Thea había usado como somnífero. El pánico dominó a Thea. Una horda de vikingos se hallaba a punto de desembarcar en el puerto y la única persona despierta en Blackstone sólo quería acabar con ella.
— Te estoy diciendo que hay un barco vikingo cerca de la isla. Yo misma lo vi, y oí las campanas de alarma sonando.
Los ojos de la vieja sierva se estrecharon en su rostro arrugado.
— Piensas que puedes escapar de la ira del Halcón inventando esa historia? Ah, va a ser una alegría verte amarrada a un poste y ver como te azotan. El castigo que te mereces.
— Está bien , no me ayudes.
Dándole la espalda, Thea corrió por las escaleras.
— Yo voy a guardar esta raíz, bruja. Será una prueba para los monjes y para el Halcón . — Armina se quedó gritando mientras Thea corría escaleras arriba . — Ya es hora que mi Lord sepa que tipo de mujer está llevando a su cama!.
Con el pecho ahogado por el miedo y la angustia, Thea alcanzó la galería del piso superior.
— Bruja sos vos — ella murmuró, jadeante.
Delante de la puerta abierta del cuarto de Roderick, ella se detuvo, temblando de pies a cabeza. En su imaginación, ya estaba viendo al Halcón de Emory esgrimiendo un látigo contra ella. Con el dorso de la mano, se secó el sudor que cubría su frente .
Juntando todo su coraje, enderezó los hombros y entró en el cuarto a oscuras. Con la luz de los relámpagos pudo verlo acostado en el gran lecho, uno de los brazos cubriendo sus ojos. Aterrorizada, Thea sintió las rodillas flaquear y se dejó caer en el piso , junto a la chimenea.
— Qué debo hacer? Cómo voy a despertarlo? — susurró con desesperación .
De repente, en algún lugar del interior de la torre una puerta fue golpeada . Roderick se sentó en la cama de arrancando la espada de la vaina en un acto reflejo .
— Quién está ahí ?
— Soy yo, Thea.
Roderick tambaleó y fue junto de ella, la punta de la espada tocando el piso de piedra.
— Mi Lord — Thea tragó en seco . — Hay vikingos desembarcando en el puerto en este exacto momento.
— Qué?! — los ojos azules parpadearon algunas veces. Roderick la miró con un aire vago, como si no pudiera formar un pensamiento coherente.
— Vikingos. Cerca de la isla. Vi el barco y oí la campana de alarma. No la pueden oír desde aquí por la tormenta.
Roderick la agarró por los hombros y la sacudió bruscamente.
— Cómo sabes que eran vikingos?
— Vi los dragones de la proa y de la popa. Ellos han vuelto, mi Lord .
— Dios Santo ! — Los dedos fuertes hundieron en los hombros frágiles de Thea. — Estás mojada hasta los huesos. Cómo sucedió eso ? Qué estabas haciendo afuera ?
Thea se agarró a sus antebrazos musculosos, para adquirir fuerzas.
— Mi Lord , estoy segura que vas a matarme por lo que hice, pero tengo que contarte la verdad . Todos tus hombres están dormidos. Preparé una poción con un somnífero y lo puse en la comida que serví en la cena . Hice eso para poder huir. Avisté el barco cuando llegué a la pedrera. Los vikingos están viniendo, mi Lord . Tenemos que traer a los aldeanos dentro de las murallas y cerrar los portones.
— Roderick, pasa algo ? — Sir Michael se tambaleaba en el umbral , sujetándose a la puerta como apoyo. — Me necesitas?
— Si, Michael, y cómo! — Los dedos del Halcón volvieron a apretar con brutalidad los hombros de Thea, que hizo una mueca de dolor. Después , empujándola a un lado , él agregó — Vas a quedarte aquí.
Dándole la espalda, él se dirigió al arcón y abrió la tapa con violencia.
— Ve a ponerte la armadura y toma tus armas, Michael. Tal vez nosotros dos seamos .os únicos en defender lo que queda de Blackstone. Que Dios nos ayude.
— Mi Lord ! — Viéndolo luchar para ponerse la armadura solo, Thea corrió para ayudarlo. Rápido, ella sujetó las tiras que sujetaban la coraza metálica de la espalda , después ajustó la parte que protegía la nuca y los hombros . — Déjame hacer algo . Tal vez pueda despertar a los otros. Armina está despierta también .
Sin dejar de ponerse el cinturón, Roderick la encaró con la expresión mas helada que Thea jamas hubiese visto en esos ojos azules.
— Vos ya causaste todo el mal que Emory podía soportar. Trata de quedarte aquí y no cruzarte en mi camino de nuevo esta noche. Y que Dios tenga piedad de tu alma si los vikingos traspasan esta puerta. Tal vez ellos se merecen encontrarse a una mujer capaz de la peor traición y crueldad.
Tomando la espada y el escudo, Roderick salió del cuarto con pasos fuertes, golpeando la puerta detrás de sí . Thea oyó el ruido del cerrojo siendo trancado.
Su garganta estaba tan cerrada que ella apenas conseguía respirar. Por algún tiempo se quedó caminando de un lado al otro, frotándose los brazos para calentarse. Se sentía arrasada.
Aproximándose a la puerta, pegó el oído a la madera, intentando escuchar sonidos que le asegurasen que las otras personas se habían despertado . Gracias a Dios que sir Michael no hubiera bajado a cenar. Aunque no sabía en que él podría ayudar, estando tan debilitado, contra una horda de vikingos.
Dirigiendose a la chimenea casi apagada, tomó el atizador, de hierro y removió las cenizas. El cuarto estaba helado, y los dientes de Thea no paraban temblar . Ella fue agregando mas leña, hasta obtener un buen fuego. Le llevaría bastante tiempo para que el cuarto se calentara.
Sentándose sobre las esteras que cubrían el piso de , Thea se sacó las sandalias y las medias mojadas y embarradas. Después se quitó la túnica, colocándola para secarla sobre la silla Roderick, cerca del fuego.
Desnuda y temblorosa, fue hasta el lavatorio. Se Lavó de pies a cabeza y, tomando del baúl a los pies de la cama una manta de lana, se envolvió en ella y fue sentarse junto al fuego para calentar sus pies y sus manos.
Iba a ser una larga espera hasta el amanecer … se vivía para verlo.

Herewald, el rey de los dinamarqueses, no quedó satisfecho con ser el primero en poner a prueba las defensas fluviales de Roderick de Emory. ya era bastante malo que la tormenta lo hubiese obligado a buscar refugio en el puerto de Blackstone, ser llevado por los vientos hasta quedar encallado en las rocas debajo del agua , colocadas a modo de trampa por el Halcón … había herido su orgullo vikingo .
— Vamos, Halcón, podrías haberme mandado a avisar lo que estaba haciendo — reclamó el gigante nórdico, agregando algunos palabras groseras para calentar el aire helado de la mañana . — Cómo esperas que saque mi barco de estas malditas rocas?
— Quieres una respuesta honesta? — Roderick sonrió . — Mis planes son saquear cualquier barco que intente circundar por la isla. Viste las boyas de demarcación , o no ?
— Por Odin! Si , vi los marcadores. Pero estábamos demasiado ocupados bajando las velas. Y cómo iba a adivinar que la recepción en Blackstone iba ser tan desagradable?
— Mi Lord — Roderick dio una palmada amistosa en la espalda , al mismo tiempo que lo ayudaba a desembarcar del bote de salvataje - Bienvenido a Blackstone.
Los pies de Herewald se plantaron en tierra firme. Apoyó los enormes puños en el cinturón que le ceñía las caderas examinó Blackstone.
— Mis felicitaciones , Halcón. Hiciste un excelente trabajo de reconstrucción en la villa. Veo que todas las casas tienen techos nuevos. Y qué es aquello circundando la torre?
— Una muralla, mi amigo. Construida según los modelos de las guarniciones romanas, pero mas alta — declaró Roderick con orgullo.
— Impresionante, Emory. Muy impresionante. Parece que te estás defendiendo como una ostra en su concha. — Herewald frotó las manos toscas. — Tienes que llevarme a ver las defensas. Tal vez aproveche algunas de tus ideas. Me gusta mucho lo de los muros.
— Creí que te gustaría. — Roderick se Volvió hacia sir Deitert y sir Michael. — Sir Michael, podrías acompañar a Herewald hasta el salón ? Cuida que sea bien recibido y alimentado. Deitert, te dejo encargado de organizar el transporte del equipaje de nuestro buen amigo.
— Te va a gustar lo que traigo en los baúles, Roderick. O por lo menos las mujeres de tu feudo van a estar muy felices. Tráigalos adentro pronto, Deitert.
— Inmediatamente, mi Lord .
— Bien , Roderick, sabes que me gustaría hacer ? De ver de cerca ese caballo gris que vi en las rocas. Qué espléndido animal!
Roderick estudió al otro con aire sombrío.
— Victory vale veinte hombres, mi Lord . Pero no estoy dispuesto a desprenderme de él.
— Bueno, podemos discutir eso después . Ya te conté que pensamos que había una mujer cabalgándolo ? Mis hombres creyeron que era una valquiria. Vamos, llévame a ver las mejorías que hiciste en Emory, comenzando por la abadía. Allí se prepara el mejor vino que jamas haya probado.


En la visita a la abadía, Herewald, Roderick y fray Laurence pasaron buena parte de la mañana probando los excelentes vinos de los monjes. La reunión fue tan agradable, que el Halcón consiguió olvidar el terror de la noche anterior.
En seguida, guió al dinamarqués en una visita al feudo. Lo llevó a las murallas y le mostró los trabajos de construcción del puente levadizo , del foso y de los portones de acceso.
Ya era tarde cuando volvieron de la inspección. Roderick llevó a los dos dinamarqueses a visitar los establos y les mostró a Victory.
El viejo Heinz había cuidado del caballo después de la peligrosa aventura nocturna. “ Hacerlo subir esas rocas escarpadas ! Por el amor de Dios!”, Roderick pensó. Eso era algo que todavía tenía que arreglar con esa temeraria joven francesa