jueves, 15 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA - CAPITULO 13

Capitulo 13

Thea no tenía idea del tiempo transcurrido hasta que finalmente escuchó a alguien sacando la tranca de la puerta. Estaba hambrienta al borde de desmayarse. La poca agua que había en la jarra había sido consumida por ella horas antes.
Viendo la pesada puerta ser abierta, se esforzó por ponerse de pie, alisando la túnica de terciopelo. Deseaba parecer lo mas presentable posible ante los ojos de Roderick, rezando por primera vez para que sus curvas femeninas la salvasen de la zurra que con certeza le sería aplicada.
En vez de Roderick, fue sir Deitert quien entró, sujetando la puerta para que Jesse pasara , ella cargaba una enorme bandeja. Con un simple asentimiento con su cabeza en dirección a la joven criada, el administrador se retiró , trancando de nuevo la puerta.
— Oh, Thea … — Jesse se apresuró a colocar a bandeja sobre el gran arcón a los pies de la cama y se arrojó en los brazos de su amiga. — No te imaginas las novedades que tengo para contarte ! Qué noche! Nos sentimos aterrorizadas al despertar con la noticia de que había vikingos en el puerto y Lord Roderick mandó a que todas las mujeres del feudo fuesen escondidas en los túneles subterráneos. Acabamos de salir de allí, y qué confusión encontramos! Te necesitamos con urgencia en la cocina. Tienes que apurarte . Te traje pan y queso para que comas, pero debes darte prisa . Vamos, te voy a ayudar a cambiarte.
— Cambiarme? Con qué vestido ? — Thea preguntó .
— Este de aquí . — Jesse señaló una pila que había colocado junto a la bandeja.
Pero Thea fue directamente a la comida. Mordió desesperadamente el pan. Mientras tanto , Jesse exhibía una especie de camisa de largas mangas. Tragando el pan de centeno, Thea se metió en la boca un pedazo de queso, lamiéndose los dedos antes de tocar el finísimo traje.
— De dónde salió esto ?
— No lo sé . — con un gesto con la cabeza, Jesse le mostró sus propias ropas, también nuevas y de buena calidad . – Sir Deitert nos las entregó , diciendo que todas deberíamos presentarnos con la mejor apariencia posible. Tenemos un huésped muy importante , su barco encalló anoche en el puerto . No eran vikingos, después de todo.
— Qué?! No eran vikingos?
— No , son amigos de Lord Roderick. Parece que son dinamarqueses. Pero sabes que no entiendo todas las palabras que los sajones dicen. Vamos, tenemos que apresurarnos.

El queso le quedó atragantado en la garganta . No eran vikingos! Había desperdiciado su única oportunidad de fuga y los intrusos no eran vikingos! Atontada, se quedó mirando las ventanas cerradas, mientras Jesse se apresuraba a sacarle la túnica de terciopelo prestada por Roderick, y ahora en un estado lamentable. en seguida, la fina de seda se deslizó por su cuerpo .
— Oh, te queda perfecto! — Las manos Jesse ataron los lazos en la espalda de Thea.
Después le puso un vestido hecho de un tipo lana que Thea jamas había visto. Las largas mangas, ajustadas en lo alto y sueltas en los puños.
— Este color verde combina con tus ojos. — comentó Jesse, satisfecha. — Vamos, Thea, ahora ponte los zapatos. Voy a avisarle a sir Deitert que estás lista.
— Lista para ser decapitada?
Thea tomó los zapatos de cuero y se sentó en el borde de la cama para calzarlos. Le cabían perfectamente , y, mientras ataba los cordones, se alegró por poder usar de nuevo las prendas finas a las que siempre había estado acostumbrada.
Una vez abierta a puerta, sir Deitert apareció y , con aire severo, ofreció el brazo para escoltarla hasta el salón .

“Esto es muy extraño", Thea pensó. Tomando la bandeja Jesse se apresuró a seguirlos escaleras abajo .
Una horda de hombres extraños, con apariencia de bárbaros llenaba el enorme hall. Sus cabellos rubios eran mas claros que los de Roderick, y usaban grandes barbas. Todos parecían gigantescos, y muy peligrosos. A los ojos desconfiados de Thea, tenían todo el aspecto de ser vikingos.
Apretando el brazo del administrador , ella lo acompañó hasta la puerta que daba a la cocina. Soltó la respiración que venía conteniendo y se volvió hacia sir Deitert:
— Quiénes son estos hombres? Estamos siendo atacados?
— Mujer, quédate callada cuando estés cerca de mí . Si estuviese en mi poder decidir como castigar tu traición, te aseguro que en este mismo momentos estarías sufriendo las penas del infierno. Pero por ahora lo que tienes que hacer es preparar la mejor comida de tu vida para Lord Roderick e sus convidados. Esta fue a única razón de haberte sacado del cuarto. Las otras mujeres habían dicho que no se sienten capaces de preparar una comida para un rey.
— Un rey ? — Thea seguía con la mirada cada movimiento de los labios del administrador , porque no se atrevía a levantar los ojos de ese nivel.
— Si, el rey de los dinamarqueses, Herewald, vino visitar Blackstone. Oye bien lo que te voy a decir, Thea. Uno de mis hombres va a seguir cada paso tuyo en el día de hoy. Si te atreves a poner en pie en los establos o en los portones de entrada, yo mismo te azotaré frente a todos . Entendiste?
Thea encaró os fríos ojos de un azul casi transparente.
— Si, mi Lord . — Sujetando las faldas, curvó el cuerpo en una reverencia obediente. En el momento , no había otra línea de conducta que seguir.
— Y cuando a comida esté lista, vos tendrás que ir al salón y servirla. — con esa orden final, sir Deitert giró sobre sus talones y se marchó .
Cuando se encontró con Thea, Elspeth soltó un suspiro de alivio, interrumpiendo la tarea de pelar as papas, que ya había iniciado.
De ahí en adelante , Thea asumió el control de la situación con la eficiencia de siempre, dando órdenes a diestra y siniestra , y poniendo a toda la gente de la cocina a trabajar.
Rezongando, la vieja Armina la vigilaba de cerca .
En un momento dado, Elspeth preguntó en francés:
— Hasta donde conseguiste llegar en tu fuga?
— No muy lejos. Sólo conseguí llegar hasta la pedrera. Entonces, vi el barco y volví para alertar a Roderick.
— Idiota …


Herewald se quedó algún tiempo mirando a Thea, volviéndose en seguida para Roderick, con quien intercambió algunas palabras en una lengua desconocida de ella. Con la respiración suspendida; Thea se quedó aguardando, sujetando la pesada bandeja.
Finalmente, el rey volvió de nuevo su atención al pescado que le estaba siendo ofrecido y se sirvió el pedazo mas suculento. Curvándose en señal de respeto, ella se aproximó entonces de Roderick. Los bellísimos ojos azules la miraban con frialdad , mientras con un gesto de su mano él rechazaba la comida.
El tiempo transcurrido hasta el final de la comida fue de la mas pura agonía para Thea. Pues una vez que había entrado al salón , el guardia designado por sir Deitert no le había permitido salir mas. Las otras siervas traían de la cocina, bajo una lluvia incesante que había vuelto a caer, las bandejas cubiertas, mientras Thea se ocupaba de servir las mesas. Y esa no era una experiencia agradable.
Los sajones que habían ingerido la poción somnífera la noche anterior le lanzaban miradas tan enfurecidas como las de sir Deitert, esa tarde. Los dinamarqueses a su vez, sonreían de modo lascivo, haciendo comentarios groseros que ella no entendía.
Finalmente, el último plato fue servido. Levantándose de su lugar, sir Deitert se aproximó a Thea, para llevarla de vuelta a los aposentos de Lord Roderick.
Levantando el borde de su falda, ella subió las escaleras al lado del silencioso administrador .
— Espero que haya hallado satisfactoria a comida, sir Deitert.
La respuesta fue un mero gruñido.
Delante de los aposentos do lord , el caballero sacó llave de una gran argolla colgada su cinturón y abrió la puerta, sujetándola para que Thea entrara.
El no la cerró de inmediato, forzando a Thea a darse vuelta mirarlo.
— Preguntó sobre la comida, verdad, esclava? Estoy obligado a decir que fue mas que satisfactoria en opinión de Herewald. Tanto es así que él ofreció una elevada suma de monedas de oro por vos. Por lo que entiendo de la lengua de los dinamarqueses, la oferta fue aceptada. Duerme bien, mujer.
La puerta se cerró en seguida, mientras las palabras quedaban resonando en la mente aturdida de Thea.
— él me vendió ! — Dirigiendose a la chimenea, Thea miró la mísera cantidad de brasas todavía encendidas. Nadie en ese lugar parecía preocuparse en colocar mas leña en la chimenea del Lord , a no ser ella misma. — Vendida como mercadería!. Miserable! Bastardo ! Cómo se atrevió? él no tiene derecho a venderme ! Ya me había libertado! Y me hace esto delante de todos!
Pero no había nadie en el cuarto oscuro y silencioso para replicar sus palabras indignadas, para confirmar o desmentir lo que había sido dicho por sir Deitert.
Sintiéndose mas sola e infeliz que nunca, Thea vio una mas de sus orgullosas resoluciones caer por tierra. Sentándose en la silla de respaldo alto de Roderick, cubrió el rostro y lloró. Las lágrimas eran acompañadas por remordimiento y recriminaciones.
Había vuelto a Blackstone por no poder soportar la idea de que algo malo le sucediese a Roderick. Ella lo quería de corazón. No deseaba verlo amargado o herido de forma alguna. Y había vuelto para salvarlo.
De la misma forma que entendía ahora que la decisión de huir se debía al hecho de no soportar estar al lado de él , amándolo como lo amaba, sin que ese amor fuese retribuido. La prueba de los sentimientos de él era que Roderick la había vendido.
Levantando la cabeza, Thea secó el rostro mojado de lágrimas con el dorso de sus manos. Desde lo mas íntimo de su alma, apeló a toda el coraje y el orgullo que poseía para sobrevivir. Y nunca podría dejarlo ver cuan profundamente la había herido.
Levantándose de la silla, fue arrodillarse cerca de la chimenea, reavivando de nuevo el fuego casi apagado. Por un momento, se quedó contemplando la danza de las llamas, el calor calentándole y ruborizándole la cara .
— Estoy cansada — murmuró para sí misma, finalmente . Después de lavarse con agua de la fuente, rezó con fervor, fue a la cama del Halcón y cubrió su cuerpo desnudo con la pesada y caliente piel de oso.
Cerró los ojos, dispuesta a no pasar una noche mas en vela, preocupándose por su futuro a punto de enfermarse .
Pero el sueño tardó en llegar. Disciplinada, Thea comenzó a recitar mil veces la misma plegaria, en una repetición monótona. Y cuando Roderick entró en el cuarto , ella se hallaba dormida.
El aposento se encontraba bien caliente. con un suspiro, Roderick se dejó caer en la silla al pie do fuego. Palpando con la mano izquierda la suavidad de la bata de terciopelo, se dio cuenta de que Thea la había colocado allí para que pudiese ponérsela cuando, ya desvestido, fuese a pasar algún tiempo sentado junto a la chimenea, como le gustaba de hacer antes de acostarse .
Pero aun ante la buena intención de Thea, el Halcón no se permitió mirar en dirección a la gran cama donde ella dormía. No podía dejar que su extraordinaria belleza lo debilitase en su determinación. Hasta que Herewald partiera, a la mañana siguiente, era necesario que mantuviese el equilibrio de poder con el dinamarqués. Y eso era algo muy delicado, por lo cual necesitaría de toda su fuerza de voluntad y de su inteligencia. Esa noche, Thea había abierto una brecha en las defensas tan bien construidas de Roderick.
Herewald había hablado en serio cuando había afirmado querer a la mujer francesa. Había doblado su primer oferta, y después la había triplicado.


Para el rey , no se trataba sólo de una mujer bonita mas para agregar a su ya enorme colección de esposas y esclavas. No, él codiciaba lo exótico, lo inusitado: una mujer capaz de cabalgar como una valquiria entre rocas abruptas en medio de los rayos de una terrible tormenta.
A pesar de su edad , Herewald era famoso por su vigoroso apetito sexual, ejerciendo con frecuencia el derecho de pernada sobre las novias vírgenes, poseyéndolas antes que sus propios maridos.
Pero el dinamarqués no poseería a Thea!
Contemplando las llamas, sin embargo, Roderick no conseguía convencerse de que ella también pudiese pertenecerle para siempre. Sabía ahora que no era sólo su cuerpo maravilloso lo que deseaba, sino el espíritu de esa mujer indomable. La deseaba completamente , su cuerpo y su alma, su amor y su odio, sin reservas. Pero él no podía ofrecer lealtad , fidelidad y la honorabilidad de un matrimonio a cambio . La pobreza de sus cofres sólo permitía que la mantuviese como amante, y nada mas .
El Halcón no conseguía siquiera imaginarse desprendiéndose de Thea. Las habilidades demostradas por la joven francesa en relación a los cuidados de una casa eran demasiado valiosas . Aún con su carácter rebelde y su temperamento explosivo, ella proveía todo lo que una casa noble podía necesitar y aquellas sin las cuales el feudo no sobreviviría. Dentro de las murallas de Blackstone, Thea trabajaba como el mas valiente general, comandando, enseñando, ejecutando, inventando y consiguiendo éxito en la realización de tareas que habrían sido imposibles sin ella.
Pensar en las habilidades de Thea le trajo el recuerdo de la traición que ella había cometido . Qué haría con ella para asegurarse que jamas lo traicionase otra vez? La contemplación de las llamas no le ofreció ninguna respuesta.
Levantándose , colocó un pedazo mas de leña en la chimenea.
— Vos me vendiste ? — La voz temblorosa de Thea sonó a su espalda .
Con un sobresalto, Roderick se Volvió y la encontró sentada en el medio de la enorme cama, sujetando la manta de piel junto a sus pechos y esperando la respuesta con la respiración contenida.
— Venderte ? Quién te dijo eso ?
— Sir Deitert dejó bien claro cuan irritados están todos conmigo por lo que hice anoche . Pero vos no me respondiste mi pregunta. Fui vendida al dinamarqués?
Roderick apoyó el brazo sobre su rodilla doblado y la encaró, diciendo con firmeza:
- No.
— Oh … — La interjección escapó como un suave suspiro de los labios de Thea. Y con ella se fueron también los argumentos que había preparado en el instante en que había notado la presencia de Roderick en el cuarto .
— Pero las negociaciones todavía no están cerradas.
— Quieres decir que están discutiendo el precio?
— Yo no. Mas Herewald es un hombre determinado. Va a hacer otra oferta por la mañana , la cual también rechazaré, y por esa razón vendrá a buscarte personalmente. Va a intentar deslumbrarte con ofertas de joyas, vestidos elegantes y pieles exóticas. él es muy versado en lo que respecta a palabras románticas y modales finos que no son mi fuerte, y puede proporcionarte cosas que yo por el momento ni puedo soñar en ofrecerte. Todo lo que tengo es esta tierra árida, esta torre de piedra y estas dos manos para trabajar. Herewald es la mas clara evidencia de cómo me empobrecí.
En un gesto abrupto, el joven Lord se puso de pie.
Los ojos de Thea lo seguían, sosteniendo la mirada intenso. De repente, las palabras se le escaparon.
— mi Lord , vas a obligarme a partir con él ?
— No , Thea. — Roderick se desvistió , sacándose con fuerza las prendas . — Y no te atrevas a ponerte cerca de él , o tendré que matarlo. Herewald es un Lord , y yo le debo lealtad. Ten mucho cuidado y trata de no alentarlo, si no quieres ver a Blackstone sumergida en nueva y terrible guerra.
— No hice nada para alentarlo. Todo lo que hice fue servir la comida, como me fue ordenado por sir Deitert. Ni siquiera entiendo la lengua que él habla.
Roderick le sujetó el mentón.
— Piensas que fue el hecho de verte usando un bello vestido lo que despertó la lujuria del rey? No, . él te vio en la pedrera anoche y creyó que eras una valquiria indicando el camino a Valhala, el cielo de los dioses nórdicos. Se volvió un hombre obsesionado por esa idea. Y, por ese motivo, te quiere.
— Cómo él pudo haberme visto en esa tormenta? El barco estaba muy lejos.
Roderick le soltó el mentón y se enderezó .
— El punto donde el barco encalló sólo queda a dos leguas del puerto, y él pudo verte cabalgando. Y después de eso, vos provocaste el caos en todo el feudo . Perturbaste la vida de la villa. Además de haber envenenado a mis caballeros, mis escuderos y pajes. Y hasta a mí mismo.
Habían llegado al punto crucial del problema. De nuevo, Thea evitó su mirada para indagar:
— Y qué planeas hacer conmigo?
— Por el momento , pretendo esperar.
— Esperar qué?
— Voy a esperar hasta que Herewald parta con la marea alta. Entonces, vos y yo tenderemos nuestra confrontación.
Por lo visto , él pretendía dejarla con el suspenso, temiendo el castigo, preocupándose con lo que podría sucederle.
Moviéndose al borde de la de la cama , Thea se cubrió hasta el mentón con la pesada piel de oso. Prefería que la confrontación se diese en ese exacto momento, que Roderick manifestase toda su rabia.
El vino, finalmente , a la cama, el colchón se hundió bajo su peso. Por un instante, Thea permaneció rígida en su rincón, pero después , juntando todo el coraje que le restaba, se volvió en dirección de él. Con las manos debajo de su cabeza, Roderick tenía los ojos fijados en el techo.
— Por qué te describes como un hombre pobre, mi Lord ? Tienes riquezas con las cuales pocos pueden soñar. Tu tierra, tu gente. Esta fortaleza inexpugnable . Dispones de infinidades de recursos naturales, bosques donde la caza es abundante, rocas de granito y la habilidad para hacer uso de ellas. Cuentas con la lealtad de tus hombres y con tu propia fuerza. O el único criterio de la riqueza de un hombre reside en la cantidad de monedas acumuladas en sus cofres?
— Thea, Quédate callada. Me gustaría dormir ahora. — el ceño del Halcón se frunció de tal manera, que ella se retrajo al borde de la cama . De repente, con un movimiento brusco, Roderick giró la cabeza, mirándola, muy serio. — No , En verdad creo que ninguno de nosotros va a conseguir conciliar el sueno, no te parece?
- Creo…
— En ese caso, debemos conversar.
— Sobre qué, mi Lord ?
— Por qué hiciste eso?