domingo, 11 de mayo de 2008

PUREZA ROBADA- CAPITULO 6

CAPITULO 6



— Vamos . — sin aviso, el Halcón levantó A Thea por la cintura y la colocó sobre la plancha de desembarque .

Agarrándose a los hombros de él , aterrorizada, ella miró al agua, su respiración suspendida . Con agilidad , Roderick cruzó la tabla y antes de darse cuenta, Thea se vio pisando roca sólida.
Pero , cuando dio dos pasos, sus piernas se doblaron. Habría caído si Roderick no la sostuviese.
— Es común que pase — él afirmó. — Es la ausencia del balanceo al que estabas acostumbrada. Espera un poco aquí.
Grata, Thea se sentó en una piedra, mientras el duque subía de nuevo a la plancha de madera , desapareciendo en la neblina que envolvía al barco.
Desde donde se hallaba, Thea podía ver la senda hasta lo alto , marcada por antorchas. Pero no tenía la menor voluntad de hacer ese trayecto sola y con las piernas inestables .. Estremeciéndose por el frío del aire matinal, cruzó los brazos sobre sus senos, lamentando la falta de un chal o capa para protegerla de la humedad .
Finalmente, el Halcón volvió , esa vez conduciendo a Elspeth, a Jesse y a otra joven, quien , Thea sabía, había pasado casi toda el viaje con terribles nauseas. Parecían tan abatidas y asustadas como ella. Al aproximarse a la roca donde Thea estaba sentada, ella pudo ver que las dos compañeras también llevaban el grillete de esclavas en sus cuellos. Eso la dejó profundamente atónita.

En tierra firme , el Halcón ordenó que Jesse y Elspeth ayudasen a la joven descompuesta, que no usaba el infamante collar. Después se volvió para ayudar a los hombres que traían la litera con Michael de Lozere. Las facciones del caballero estaban tensas por el dolor, debido a las sacudidas a las que era sometido.

Cuando la litera comenzó a subir la senda, llevando a sir Michael, Roderick empujó a Thea, obligándola a seguirlo colina arriba.
El camino pedregoso era resbaladizo. Pisando con dificultad sobre el suelo áspero, Thea no pudo evitar pensar si algún día volvería a poseer un par de zapatos.


Sin embargo, al llegar finalmente a lo alto, encontró cosas mas importantes en que pensar que sus pobres pies doloridos. La neblina se había disipado lo suficiente como para permitirle avistar las ruinas incendiadas de lo que antes había sido una villa. Todas las cabañas estaban destruidas. Mas adelante, después de atravesar un enorme muro de granito negro, se encontraba un extenso terreno donde pequeñas casas habían sido restauradas. Dominando ese caserío había una alta torre de vigilancia, muros ennegrecidas sobresalían en ese escenario.
Mas allá se veía la iglesia, plantaciones de cereales ,todavía verdes, se extendían hasta donde la vista se perdía. Esos campos, Thea pensó, deberían ser de color amarillos y con los granos listos para ser recogidos, a esa altura del otoño .
Para el alivio de Thea, Roderick se detuvo en el terreno . Ella Jamas le habría pedido que se detuviese , pero sus delicados pies , maltratados por la aspereza del suelo, estaban agradecidos por ese descanso. Además , ella necesitaba recuperar el aliento.
Mientras lo hacía, se quedó observando varios hombres aproximarse para saludar al Halcón y a sir Michael y conversar con ellos. Pero no consiguió ver a ninguna mujer viniendo al encuentro de los recién llegados. Por mas que buscó , Thea no avistó a ninguna criatura , o algo de vida y alegría en la aldea.
Con el ceño fruncido, miró para al duque de Emory. Se sentía aun mas perpleja que antes. Qué habría sucedido con esa villa y su gente?
EN ese instante, dos hombres vinieron a hablar con Roderick. Uno de ellos tenía una venda sobre un ojo, y el otro, quien había perdido una pierna, se apoyaba en una especie de muletas toscas. Por todas partes Thea podía ver personas mutiladas. A pesar del sol radiante, la población de Emory le parecía extraña y atemorizante .
Aun conversando, Roderick continuó sujetando con firmeza el brazo de ella. Poco interesada en lo que él le decía a los aldeanos, Thea se distrajo observando a las personas a su alrededor .
Bostezando de cansancio y con el estomago gruñendo de hambre, Thea se quedó viendo a las mujeres siendo llevadas, una por una, dentro de la abadía.
Cuando, finalmente , el Halcón dispensó a los vasallos, sólo quedaban dos mujeres para ser interrogadas por los monjes, además de Jesse, Elspeth y ella misma.
Con un gesto hecho con la cabeza, Roderick les ordenó avanzar en dirección a los religiosos.
La atención de Thea se volvió entonces al interrogatorio al que era sometida una mujer de Arles. Todas las respuestas eran anotadas por uno de los frailes en un rollo de pergamino.
Sintiendo un leve tirón en la manga, Thea giró la cabeza y encontró la mirada afligida de Jesse.
— Qué crees que va a suceder ahora, Thea? — preguntó , retorciendo las manos .
— No tengo idea. — con una rápida mirada, Thea verificó que la última de las mujeres, una bella joven, también de Picardie., estaba siendo llevada a la abadía.
— Hemos acabado con todas las esposas? — preguntó el monje mas viejo, dirigiendose al duque.
De inmediato, Thea agudizó los oídos. Quería entender ese intercambio de palabras en sajón.
— Si . Las tres que quedan son esclavas.
La respuesta de Roderick hizo con que Thea se pusiera rígida . El malestar que la venía dominando, provocado por el cansancio física y mental, se transformó en bilis en su estomago vacío. La mirada del monje pasó de Jesse a Elspeth, y de ella a Thea, en quien se detuvo. El examinó el pesado collar de metal que rodeaba el cuello de la joven. Pero durante todo ese tiempo evitó mirarla. Thea sabía que el hombre sólo las veía como la propiedad del Lord, lo que inflamó todavía mas su carácter ya exaltado.
— Su Gracia está reclamando la posesión de ellas? — inquirió el monje.
— Si . Y para completar el censo, puede interrogarlas ahora. Ellas van a vivir en mi casa y estarán bajo mi responsabilidad para siempre.

— Será hecho como Su Gracia desee. — Inclinando la cabeza en reverencia, el religioso intercambió algunas palabras en voz baja con su compañero. — No tengan miedo, mis hijas — habló en un francés razonable, volviéndose hacia las prisioneras. Con una sonrisa beatífica, les hizo señas para que se aproximasen.
Elspeth y Jesse se apresuraron a obedecer, pero Thea permaneció temerariamente en el mismo lugar. Por poco tiempo, sin embargo . Un fuerte empujón en la espalda la arrojó junto a la mesa. Indignada, se dio vuelta y le dio una palmada en la mano al vasallo que se había atrevido a tocarla.
— Atrévete a ponerme la mano encima de nuevo y te arranco el corazón! — gritó ella , en francés.
El monje intervino, en tono conciliador:
— Vamos, muchacha., nada ganas con esa furia. Ellos no entienden tu idioma. Ten calma. Esto no va a demorar mucho. Sé que debes estar cansada por el viaje, y vas a descubrir que la vida aquí es diferente a la que dejaste. Pero acabarás acostumbrándote .
Las palabras del religioso sirvieron para disminuir el miedo de Jesse y ayudarla a responder las preguntas que le fueron dirigidas. Has sido bautizada? Cuál es tu edad ? Eres casada? Tienes o has tenido hijos?
Las mismas preguntas fueron hechas a Elspeth. Y , por primera vez , Thea
se enteró que sus dos compañeras de desgracia habían dado a luz bebés que en seguida les habían sido retirados, pero ninguna de ellas era casada.
— Y cuál es tu nombre, muchacha? — Por fin e; religioso se dirigió a Thea, que sin embargo, permaneció callada, el mentón temerario erguido en desafío. — Ya te oí hablar , por lo tanto no ganas nada fingiendo ser muda. Tienes que responder las preguntas. Las leyes del emperador obligan a que todos los que entren en este puerto sean censados para la cobranza de impuestos.
— El nombre de ella es Thea — Roderick respondió en sajón.
— Años ? — El monje podía esperar hasta que el infierno se congelara antes que ella respondiese, Thea decidió .
— Escribas mas o menos veinte años. — De nuevo la respuesta vino de Roderick.
— Mi Lord , ella debe responder por si misma. — El monje objetó, pasando también a hablar en sajón.
— Sucede que es temeraria y rebelde.
— Una combinación así , me temo, puede causar problemas en el feudo si Su Gracia permitir que continúe con esa rebeldía. Es mejor mandar a azotarla ahora, para que aprenda.
— El tratamiento de una esclava no dice nada al respeto, fray Laurence.
— Ella es virgen ? — el monje preguntó , de modo brusco.
— No. Yo mismo la usé, y puedo asegurar que su cuerpo es capaz de alojar muy bien el miembro de un hombre.
— No tienes nada que decir , muchacha.? – Fray Laurence miró a Thea, con las manos cruzadas piadosamente.
- Tengo una pregunta que hacer — Thea respondió, finalmente . — Usted ha sido ordenado con los votos sagrados?
- Si.
- Acaso su obispo no sanciona el rapto de mujeres? — La voz de Thea resonó por enel grupo de personas reunidas, en claro y comprensible sajón. Los dos frailes se quedaron mirándola, con la boca abierta, como los demás presentes.
— Hablas sajón? — preguntó fray Laurence, atónito.
— Hablo cinco idiomas, padre.
— Me sorprende saber que alguien tan joven fue vendida tantas veces. Pero, con veinte años , ya debes haber sido usada por muchos hombres, verdad ?
Thea soltó una exclamación indignada ante la implicación de las palabras del monje. Su faces cara se enrojeció con las carcajadas de los vasallos a su alrededor . Sin preocuparse por controlarse, ella dejó escapar toda la rabia que la consumía:
— Me gustaría saber cuál es la profundidad de la complicidad de los miembros de la Iglesia con este feudo en el secuestro de mujeres de otras tierras. Le aseguro que habrá una investigación papal al respecto , y ustedes serán castigados por formar parte de esta blasfemia.


La audaz afirmación de Thea, hecha en sajón fluido , aturdió al monje. Su cara rosada se ruborizó todavía mas , y su mentón se puso a temblar .
— Vamos, sólo estamos reponiendo nuestro ….
— Reponiendo qué? El ganado perdido ? — Thea continuó su ataque. — Cree que nosotras tres somos menos humanas que las otras mujeres a quien le dan asilo en la abadía?
— Las otras mujeres son vírgenes. — El fraile levantó la voz. — Tus compañeras admitieron no serlo . Si tu reclamo es que sos virgen, proclámalo ahora bajo juramento.
— Qué tiene eso que ver con el hecho de que hemos sido arrancadas a la fuerza de nuestros hogares? Cada una de nosotras, vírgenes o no, posee un alma inmortal, que sólo pertenece a Dios Todo Poderoso.
— La Sagrada Biblia proclama que las mujeres son propiedad de los hombres. Y su Gracia afirmó delante de todos nosotros que te usó estando a bordo del barco. Estás acusando al duque de Emory de mentiroso, mujer? Diciendo que eres una virgen inocente?
Thea se dio cuenta de la trampa detrás de las palabras ásperas del monje. Mirando a Jesse y a Elspeth, sólo encontró confusión y miedo en sus rostros pálidos. Además de ellas, podía ver a los sajones reunidos en la plaza, esperando su respuesta. Dando media vuelta , encontró el Halcón justo detrás de ella.
— Respóndele a fray Laurence – él ordenó, conteniendo su rabia bajo una capa de frialdad .
— Qué especie de engaño le estás haciendo al emperador Lotario, sajón? Navegas disfrazado de vikingo, y sin embargo estamos en Sajonia. Por lo que sé, la ley de beneficio commitatus, por la cual nuestro emperador te ha concedido este feudo, me da derecho a pedir la protección de un caballero de Lotario.
— Por esa misma ley , mujer, mi palabra es ley en Emory. Si yo no quisiera protegerte, ninguno de mis caballeros lo hará.
Mirando a su alrededor , Thea constató la verdad de su afirmación. Había diversos posibles defensores en la plaza. Monjes e incluso un caballero usando cota de malla, separado de los demás . Pero ninguno de ellos avanzó en su defensa. Nadie, ella notó , desafiaría al Lord por una mujer deshonrada. Furiosa Thea se volvió hacia Roderick:
— Por Dios, cómo me gustaría que el puñal te lo hubiese clavado a vos ! Te habría cortado la garganta! — Dominada por la indignación Thea abofeteó el rostro masculino, con toda su fuerza.

Roderick recibió el golpe sin parpadear, y su única retaliación fue agarrarle la muñeca . Podría haberle aplastado los frágiles huesos, pero no lo hizo .
— Deitert! Esta mujer va a ser a nueva ama de llaves . Colócale cadenas en los pies , y si causa problemas, que sea azotada.
— Voy a matarte por esta ofensa. — Esa vez, Thea habló de forma que sólo Roderick la oyese.
El apretón que él le dio a la delicada muñeca hizo con que los hombros de la orgullosa mujer se encogiese de dolor.
— Es mejor que midas tus palabras, si no quieres que mande a traer el azote y te de personalmente la lección que tu insolencia viene mereciendo hace mucho tiempo. Ahora, trata de responder la pregunta de fray Laurence. Eres o no virgen ?
— Canalla! — ella susurró, mientras sacudía la cabeza de un lado al otro, negando cada palabra que él había dicho .
— Ahí está la respuesta, fray Laurence. Esta mujer no puede proclamar algo que no es. — Roderick se Volvió entonces hacia sir Deitert, quien se había aproximado , obedeciendo la orden del Lord . — Llévala a la torre, Deitert!
Thea tenía su muñeca sujetada con firmeza por el canoso caballero, quien la obligó a seguirlo.
Cuando ellos se fueron , Roderick soltó un profundo suspiro de alivio. Se había preparado para todo tipo de problema por parte de la pequeña francesa, hasta había anticipando lo que haría en caso ella pidiese la protección de los monjes.
Las restantes tímidas cautivas espiaba la escena desde la abadía, murmurando entre sí. Eran lo que Roderick había decidido traer a Emory: siervas , acostumbradas al dominio de un Lords y los caballeros. Olvidando por un instante su justa rabia en relación a Thea, volvió a cuestionarse su propia sanidad mental. Qué clase de locura había cometido ? Qué hechizo lo había hecho traer consigo a esa bruja de cabellos negros? Ella sólo venía causándole problemas desde el primer minuto en que la había visto.
A su lado, el joven Ben se movió .
— Sé que estás irritado porque esa mujer hirió a sir Michael. Pero por qué tanto odio, Roderick?
El Halcón se volvió , confrontando a todos, primo, monjes y vasallos con la misma mirada altiva.
— Alguien mas se va a atrever a preguntar cuáles son mis sentimientos en relación a las cautivas? Era yo quien gritaba a los cielos por la falta de mujeres en el feudo? — Los bellos ojos azules recorrieron la multitud , desafiando a cualquiera a enfrentarlo. Nadie lo hizo. — Fue sólo para satisfacer sus necesidades, vasallos, que acepté esta tarea de conseguir mujeres . Y ahora, no admito que se hable mas al respeto. Fray Laurence, tome las medidas necesarias para que los casamientos sean realizados mañana por la mañana . No voy a tolerar ni un día mas perdido en lamentos. En vez de llorar las pérdidas que los vikingos nos causaron, vamos a tratar de reconstruir el feudo. Y , por Dios, juro que esta tierra va a volver a ser lo que era.
— Que así sea ! — concordó fray Laurence. — A trabajar , hombres.
La furia que Roderick dificultosamente venía manteniendo bajo control se intensificó a medida que comenzó a recorrer la villa, tomando consciencia del precario estado en que el feudo se encontraba. No se preocupó por esconder su rabia, a pesar de saber que su gente no entendería la verdadera razón de su ira.
Era un guerrero, entrenado para luchar hasta la muerte en asedios y batallas. Durante cuatro largos años se había participado en guerras triviales , para obtener victorias para el emperador, conquistando y saqueando feudos, desde Toulouse a Lombardia. Mientras tanto , su tierra natal, había quedado desprotegida, y había caído en manos de los sanguinarios vikingos; sus padres habían sido asesinados, y su feudo, dilapidado y destruido.
Y con el ataque traicionero ordenado por Anne de Aachen, había acabado siendo derrotado en un torneo por Gregoire de Merrault. Destituido de su honor , dado por muerto, había sobrevivido a las crueles heridas y v retornado a su hogar, privado de los botines y premisos de batalla que eran suyos por derecho. Con las manos vacías, había tenido que enfrentar la dura pérdida de su familia y de la mitad de los habitantes de su feudo.
Mirar a Emory y ver tanta destrucción sin sentido era demasiado cruel. Y , para empeorar todavía mas la situación , mucho oro había sido gastado en la captura de mujeres para atender a los pedidos desesperados de los vasallos . Lo que representaba la gota de agua que rebalsaba la copa de sus amarguras.
Deteniéndose en todas las casas de la villa, Roderick trató de verificar si el endiablado plan estaba funcionando. Porque no habría mas expediciones para cazar mujeres. Ese había sido su última viaje. Y era una lástima que no hubiese desistido de capturar mujeres después de la segunda expedición.


El hecho que sir Deitert hubiese quedado al mando del feudo lo había dejado seguro que las mujeres capturadas en la primera y en la segunda expediciones tendrían un tratamiento digno. Y ahora podía ver con sus propios ojos que ellas se encontraban en buenas condiciones y no tenían quejas . Como sabía hablar galés , fue capaz de interrogar a las mujeres celtas, encontrando que muchas estaban bastante contentas con su actual situación.
En cuanto a las recién llegadas, quedarían alojadas en la abadía esa noche, mientras fray Laurence escogía los siervos adecuados para cada mujer. Por la mañana , él haría las sugestiones , y los casamientos serían realizados en grupo , así como había ocurrido después de los viajes anteriores.
Ya era mediodía cuando el Halcón fue hacia la torre, llevando consigo a Elspeth y a Jesse. Nadie había pensado en conducirlas hasta allá en su ausencia. Sir Deitert tampoco había vuelto para buscarlas, lo que significaba que debía estar teniendo la peor batalla de su vida con la gata salvaje que le había sido confiada.
Definitivamente, pensó Roderick, la vuelta al hogar sería amarga. Y con a vieja Armina encargada de la cocina no habría nada sabroso para llenarle el estomago vacío.

4 octubre de 841 DC.
Castillo de Blackstone, Feudo de Emory, Sajonia.


— No me importa de qué forma serviste al Lord durante el viaje en el barco. — El caballero canoso se detuvo en el interior de la vieja torre de vigía, que era todo lo que había quedado después del incendio. E hizo eso a propósito para permitir que Thea diese una buena mirada a su alrededor . — Soy el administrador del duque y voy a revelarte ahora la verdadera razón de tu presencia aquí.
Con un gesto amplio, señaló el vasto hall sin puertas, lleno de polvo y todo tipo de suciedad.
— Es para realizar un honesto trabajo femenino, cocinar , limpiar , fregar. En Fin , cuidando las necesidades de esta casa señorial. Ahora, quiero que me des tu palabra de que va a permanecer todo el tiempo en el interior de la torre.
— Y por qué debería hacerlo ?
La mirada de Thea enterneció la férrea disposición del caballero alemán . Nunca antes había visto a una joven mujer con ojos tan atormentados. Carraspeando, él intentó sofocar la simpatía que tan rápidamente había surgido en su corazón.
— Muchacha, si no me das tu palabra de que vas a permanecer dentro de estas paredes, voy a hacer lo que mi Lord ordenó. voy a colocarte hierros en los pies y azotarte por tu insolencia y rebeldía.
A pesar de morirse de bronca por su rendición , Thea respondió, bajito:
— Estoy obligada a reconocer que suena razonable . Está bien, le doy mi palabra.
— Perfecto. Veo que no estás completamente destituida de sentido común . Como puedes ver, hay mucho trabajo que hacer . Voy a mostrarte de donde debes tomar el agua, y las condiciones de nuestra despensa. Podrás redimirte de tu rudo comportamiento para con mi Lord limpiando los aposentos de él y haciéndolos adecuados para su descanso de esta noche.
La mirada que Thea le dirigió , brillando de rabia, le aseguró a sir Deitert que nada haría que ella moviese un dedo para beneficiar a Roderick de Emory.
— Por lo que veo , no vas a dejarme otra opción que azotarte.
El mentón de Thea se levantó tan alto que su delicada garganta quedó expuesta por encima del pesado collar de metal. Sabía que su actitud desafiante la estaba colocando muy cerca de sentir el peso de la mano de ese hombre. Y no era eso lo que quería. Bajando los ojos para ocultar su hostilidad , preguntó :
— Qué tipo de plaga asoló este lugar? — El viejo caballero le lanzó una mirada helada.
— No conozco plaga alguna que corte la pierna de un hombre o queme su casa hasta sólo queden ruinas. Sufrimos un ataque vikingos, mujer. Diez barcos atracaron en el puerto de Blackstone, y el resultado es lo que puedes ver. mas de trescientos hombres, mujeres y criaturas fueron asesinados en un solo día, y el resto fue llevado como esclavos.
— Cuándo sucedió eso ?
— El jueves antes de Pascua.
Thea no se atrevía a hacer las otras preguntas que le venían a la mente. Pero en verdad ellas no eran necesarias. Sabía que Roderick no podía haber estado presente en ocasión de ese ataque. Un día antes del principio de la Cuaresma, él estaba en Montigney, poniendo su vida en juego en lo que era considerado un entretenimiento para reyes. Y después de casi haber muerto debido a las heridas provocados por el ataque traicionero de los siervos de Anne de Aachen, había vuelto a su hogar para encontrar todo destruido. No era extraño que se hubiese transformado en una persona tan amarga.
Respirando profundamente , Thea se forzó a dejar de lado la súbita piedad por Roderick de Emory. No quería verlo como víctima de una crueldad o una injusticia. Cómo podría mantener su rabia si sus sentimientos eran sometidos a semejantes tormentas a cada instante?
Ella era la víctima ahora y nunca debía olvidarse de eso.
Tampoco necesitaba preguntarle al administrador cuándo el joven Lord había retornado al feudo destruido. Con las heridas recibidas en el cobarde ataque de la mañana del torneo , el Halcón sólo habría estado en condiciones de hacer el viaje desde Montigney a Sajonia mucho después de Pascua.
Modificó, entonces, la pregunta:
— Hace cuanto tiempo viene trabajando en la reconstrucción feudo?
— Comenzamos la reconstrucción el domingo de Pascua. Fue el día que llegamos, acompañando a Lord Roderick.
— Por lo visto, comenzaron con las defensas. — Thea apuntaba a la inexpugnable muralla de granito negro que protegía la torre y la villa.
— Si . El castillo será la última cosa a ser reconstruida.
Habiendo visto con sus propios ojos los trabajos de recuperación de la villa, de la abadía y la impresionante muralla, Thea se vio obligada a reconocer que el duque de Emory había pensado primero en las necesidades de su gente , y no en su propia comodidad . Eso la perturbó. No quería ver los aspectos generosos del arrogante Halcón, quien tanto la había humillado .
Para apartar esos pensamientos indeseables, volvió su atención a detalles mas mundanos, como el piso inmundo delante suyo . Necesitaba tomar una decisión : hacer habitable ese lugar , o luchar con uñas y dientes hasta poder huir. Por un breve momento, rezó, pidiendo inspiración divina. Después , respirando profundamente , dirigió la palabra al caballero:
— Está bien . Su nombre es sir Deitert, verdad ? Puede llamarme de Thea. Ahora, haga el favor de reunir a los siervos y anunciarles que soy la nueva ama de llaves de esta triste casa. Pero , antes de eso, me gustaría que me condujese hasta los aposentos de sir Michael. Tengo que tratar su herida. Después , comenzaremos a ver que se puede hacer por … por este lugar .
— Mujer, no hay siervos en Blackstone. Sólo tenemos a una vieja decrépita encargada de la cocina, y la obligación de cuidar de todos los otros servicios es tuya. — Levantando entonces un puño amenazador en dirección a ella, concluyó: — Háblame otra vez como si yo fuese tu siervo y te daré un golpe que te dejará desdentada. Entendiste , atrevida?

Hacia el mediodía, Thea ya había visto todo lo que había para ver. Conocía las condiciones de cada aposento de la torre de cuatro pisos , la disposición y la finalidad de las construcciones externas, el grosor y la altura de las murallas. Y principalmente, había descubierto la dificultad que tendría para huir.
Sabía, sin la menor duda, que sería imposible escaparse ese día, o esa noche.
Victory estaba en malas condiciones de salud después del viaje por mar. Con tiempo, se recuperaría bajo los cuidados del viejo sajón de nombre Heinz, encargado de los establos . Ese hombre era el primero sajón que Thea había encontrado en su recorrida por la propiedad que conocía el significado de la palabra limpieza.
La vieja Armina, en opinión de Thea, debía estar encargada del chiquero. Lastima qie no había ningún chiquero para ser cuidado. Ni gallinas, patos o gansos. De ese modo , todos iban a morir de hambre antes que el riguroso invierno llegase.
Finalmente, Thea se encontró en el único aposento de la torre que le gustaría evitar: el cuarto del Lord . Allí quedaba algo de la antigua grandeza del feudo. Dos bellos tapices habían sido salvados del incendio que había consumido toda la madera en el interior de la torre. No se veía ningún brasero en el piso de piedra. En vez de eso, había una enorme chimenea en un rincón .
La única cama de verdad que Thea había encontrado hasta entonces dominaba casi todo el cuarto. Los vikingos, le habían roto el dosel y se habían robado los cortinados y las mantas.
Una silla muy usada de espaldar alto había sido colocada delante de la chimenea. El aposento tenía grandes ventanas, pero ningún vidrio. Al contrario del cuarto de sir Michael, donde los vidrios destruidos por los invasores habían sido repuestos.

Un gran baúl y un conjunto de jarra y fuente sobre una rústica mesa completaban el escaso mobiliario. Ese era también el único aposento en Blackstone mas o menos limpio.
Cuando Thea había entrado al cuarto, la gran puerta se había vuelto a cerrar, arrastrada por su propio peso. En ese momento , no había prestado atención al hecho, mas interesada en apreciar los tapices.
Al intentar salir, sin embargo, verificó que, por mas que empujase, era imposible abrirla.
"Bien , alguien vendrá aquí tarde o temprano , y podré salir."
Sin alternativa, se sentó en la silla de respaldo alto, para esperar, y se puso a pensar no duro trabajo que tenía por delante . A pesar de que le gustaba la limpieza, en Landais siempre había habido siervos en cantidad para ejecutar esa tarea. Y ella nunca había prestado mucha atención a lo que era necesario para remover una capa tan gruesa de suciedad, como la que había en ese lugar.

Impaciente, se puso a tamborilear los dedos en el brazo de la silla .
El Halcón debía haberse olvidado de ella. Notando el polvo en sus manos, Thea las frotó en la falda. Después , desanimada, apoyó en ellas la cabeza.
— Cómo me gustaría que esto sólo fuese una pesadilla . Y que pudiese despertar en mi propia cama, en Landais. — con un largo bostezo, miró la puerta cerrada. — Y pensar que siempre soñé con un bello y fuerte caballero arrebatándome en su caballo. Bien, Thea Bellamy, es en esto que tus sueños idiotas se transformaron.
Exhausta, acabó adormeciéndose en la silla . Por cuanto tiempo, no sabría decirlo. De repente, fue despertada por una patada en su pie. Asustada, abrió los ojos y se encontró con Roderick agachado delante suyo .
— No fuiste traída a este lugar para dormir en pleno día. Quiero que sepas que no voy a tolerar personas inútiles o vagas , ni voy a llenar el estomago de quien no trabaja.
Pasando la lengua por sus labios secos, Thea respondió:
— En ese caso, sugiero que comiences por el campo de entrenamiento. Hay un grupo de escuderos jugando con lanzas e intentando golpearse unos a los otros, por falta de una cosa mejor que hacer.
La expresión do rostro masculino era inescrutable.
— Quién te dio derecho a criticar lo que pasa en Emory? No sos nada mas que una sierva. Si yo te mandase de vuelta al lugar donde te encontré, qué crees que tu Lord te haría, después de desaparecer por varios días?
— No tengo un amo ! — Thea estaba furiosa. — Y no soy ni nunca fui una sierva. Soy una dama noble , burro!
Poniéndose de pie de un salto, Roderick la arrancó con tanta brutalidad de la silla que la cabeza de Thea se golpeó con el respaldo .
Sacudiéndola, el duque habló entre dientes :
— Deja de mentir! Lo que quiera que hayas sido en el pasado , se acabó. Trata de iniciar una vida nueva aquí. Es la única opción que tienes.
— Una opción que no quiero tomar.
— Pocas personas tienen la oportunidad de escoger lo que van hacer. Ahora, basta de conversación inútil , vas a acompañarme . Voy a mostrarte otras dos trabajos que deben ser hechos.
— Quiero que sepas que no pretendo levantar un dedo para ayudarte — dijo Thea enojada.
Los ojos azules se estrecharon.
— Tal vez no estabas completamente despierta cuando te aclaré que no voy a alimentar vagos. Por lo tanto , si no quieres trabajar, tendré que encontrar otra utilidad para tu persona.
Empujándola contra su pecho , y con a otra mano agarrándole los cabellos sedosos, Roderick forzó la cabeza de ella hacia atrás.
Con el cuerpo rígido , Thea vio sus labios ser cubiertos por los de él. Temerariamente , Roderick introdujo la lengua en el interior tibio de la boca femenina . Ella levantó las manos , dispuesta a empujarlo, pero el pecho vigoroso no se movió un milímetro. Se trataba , Thea sabía, de una lección que le mostraba la inutilidad de intentar desafiarlo. Aun así , sus dedos agarraron a la ropa de cuero que él vestía.
Pretendía luchar, rehusarse a ser usada, otra vez, de esa forma tan degradante. Pero de repente se dio cuenta que su cuerpo volvía a traicionarla, pegándose al de él en una entrega total.
Paralizada, Thea consiguió finalmente apartar su rostro, girándolo a un lado para escapar de la boca masculina que tanto la excitaba.
— No voy a ser tu prostituta! — declaró agónicamente .
Sujetándola con fuerza por las muñecas , Roderick replicó, junto a los labios de ella:
— Harás cualquier servicio que yo te ordene. Entendiste ?
— Claro, mi Lord ! — Thea casi escupió las palabras .
— Fue lo que pensé — el Halcón habló, triunfante.
Y, cuando Roderick le sujetó el brazo, conduciéndola escalera abajo hasta el
gran salón , Thea no se resistió. Jesse y Elspeth aguardaban en el mismo lugar en que él las había dejado . Ambas se apresuraron a demostrar obediencia, curvándose ante su nuevo amo. En seguida, Thea se vio empujada cerca de las otras mujeres.
— Ahora presten atención , siervas . Ya oí todos los insultos que es posible tolerar delante de mi gente. No toleraré mas insolencia o rebeldía da parte de ustedes . Hay mucho trabajo que hacer y , quien quiera comer debe tratar de ser útil. En caso contrario, no recibirán ni una migaja de pan. Quiero esta torre limpia, y sin la menor partícula de ceniza en las paredes. Este lugar tiene que volver a ser lo que era! Entendieron ?
Las tres jóvenes , incluyendo a Thea, asintieron . Pero, cuando él salió , pisando con fuerza , Thea escupió el suelo , en el lugar donde el Halcón había estado parado. Jesse, a su vez, comenzó a llorar .