CAPITULO 22
A la mañana siguiente, cuando Murie abrió los ojos, se encontró con el cuarto vacío. Su marido ya se había levantado y había salido para ocuparse de sus tareas.
Empujó a un lado las mantas y trató de ponerse de pie, saliendo de la cama derrumbada en el piso . Deseaba hablar con Balan sobre la compra de algunas cabezas de ganado y de la contratación de más criados, pero no había logrado hacerlo la noche anterior . Él la había mantenido demasiado ocupada con otras actividades. Y ahora simplemente se había marchado mientras ella dormía. El día no estaba comenzando bien.
Protestando entre dientes , Murie fue hasta el baúl con sus ropas y comenzó a sacar sus vestidos y enaguas hasta decidir que vestiría. Poseía una amplia colección de vestidos gracias a su estadía en la corte donde la moda era seguida casi como una religión, principalmente después de que la peste había pasado. Era como si las personas quisiesen compensar con ropas variadas y coloridas toda la tragedia que habían vivido.
Decidió ponerse un vestido rojo oscuro. Era una buena vestimenta para la fajina que pretendía hacer en ese día. Estaba terminando de vestirse cuando Cecily abrió la puerta.
- Oh, mi lady, ya está despierta? No se va a lavar como hace todas las mañanas, antes de vestirse?
Murie abrió la boca para decirle a la criada que, como iba a quedar toda sucia en la fajina de limpieza, y que planeaba tomar un baño por la noche. Pero, cuando vio que Cecily cargaba la acostumbrada fuente con agua limpia y un juego de toallas, se desistió. Rápidamente se quitó la ropa que acababa de vestir y fue a lavarse.
- Dónde está mi marido?
- Hace horas que él salió a caballo junto con Osgoode. No sé a donde fueron. Sólo me pidió que la dejase dormir hasta más tarde porque mi lady todavía está recuperándose después del envenenamiento.
- Hum - protestó Murie, frotando con fuerza la toalla de húmeda por todo el cuerpo.
Ya esperaba lo que iba a encontrar en el desayuno: pescado. Pescado en el desayuno, en el almuerzo y en la cena. La perspectiva no era nada apetitosa, pero no debía reclamar. Después de todo, hacia meses que esa gente sólo se alimentaba con pescado y ella lo había comido una única vez desde que había llegado. Ni siquiera había tocado la bandeja que Balan le había traído la noche anterior.
- Imagino que todos ya se han levantado y están trabajando, verdad ?
- Si , mi lady. Solamente Juliana anda por allí, dando vueltas esperando que mi lady se despierte y le suba el dobladillo del vestido Creo que ya conseguiste conquistarla- Cecily dijo con diversión en su voz.
- Es una niña encantadora - Murie concordó sonriendo.
- Ah, si ... me di cuenta de eso cuando ella te pateó.
Murie apenas se rió con el comentario de la criada mientras acababa de hacer sus abluciones. En seguida volvió a vestirse.
- El cochero de lord Reynard todavía no se fue, verdad ? - preguntó Murie .
- SE fue . Poco después de lord Balan salió.
- Oh, mi Dios, y dejó aquí todas las mantas y almohadones de Emilie!
- él dijo que no había prisa en devolverlas. Ellos tienen muchas mantas en Reynard y que estas podían quedarse aquí por algún tiempo. - Cecily comentó mientras levantaba del piso el vestido que Murie había usado la noche anterior.
Balan había arrojada toda la ropa descartada en un rincón. Murie se puso roja de vergüenza, pero fingió no estar viendo y nada comentó con la criada. Esta, a su vez, discretamente fue doblando la ropa en silencio.
- Y entonces, mi lady? - Cecily preguntó algún tiempo después. Cuáles son las tareas pesadas que nos esperan hoy? Tendremos que lavar con agua y jabón el salón del castillo ? O entonces hachar toneladas de leña para la chimenea? - Murie se rió con satisfacción.
- Vamos, Cecily, te mal acostumbraste allá en la corte . Te olvidaste cómo eran las cosas antes, cuando todavía vivíamos en Somerdale? Allá as cosas no eran un lecho de rosas ni un trabajo leve, recuerdas?
- Claro que recuerdo, mi lady - la criada respondió , guardando el vestido.
- Hablando de eso , cómo estará Somerdale ahora? Me gustaría de saber cómo quedó después del ataque de la Peste Negra?
De repente Murie se sintió preocupada por la propiedad de la familia donde había pasado la primera parte de su infancia. Distraída por todos los acontecimientos de la corte y con lo que pasaba en Londres, ella había pensado poco sobre ese asunto en los años en que había vivido en el castillo del rey . Ahora, después de tanto tiempo, las imágenes de ese lugar y de su gente no eran mas que sombras difusas en su memoria.
- Quedó igual que todos los otros lugares a donde la enfermedad llegó - Cecily le informó. - más de un tercio de los habitantes de la villa y de los criados murieron, incluyendo a William.
- William? El mayordomo?
- él mismo.
Murie apenas recordaba el hombre. Solamente tenía una imagen borrosa de una escena en la que Cecily conversaba y se reía con él. Tenía un vago recuerdo de que las otras criadas lo hallaban guapo y que también se reían cuando él estaba cerca .
- Me gustaría saber si el rey nombró a alguien para substituir a William. O será que eso le cabe a Balan ?
- Eso no lo sé, mi lady. Las noticias que tuve de Somerdale fueron por intermedio de la criada de un castillo vecino que vino cierta vez con su ama a visitar la corte. Fue ella quien me contó lo poco que sé.
- Necesitaré hablar con Balan sobre eso - dijo Murie, pensativamente.
- Y entonces, mi lady. Qué servicio quieres que le haga hoy? Murie ya iba saliendo del cuarto cuando se detuvo en la puerta. Había tantas cosas por hacer que era difícil decidir por donde comenzar. Era necesario recorrer el castillo nuevamente, esta vez más meticulosamente , para anotar cuales eran las tareas más urgentes. Pero no ganaba nada llevando a Cecily con ella. Sería hacerla perder tiempo y robarle horas de servicio. Mejor sería ir sola.
Sintió algo duro en el piso, debajo de la suela de su calzado. Era un pequeño pedazo de la viejo alfombra que, de tan podrido, permanecía pegado al piso.
- Ya sé , Cecily. Para comenzar, por qué no vas a recogiendo todos los tapetes viejos que haya en los cuartos mientras yo decido sobre las otras tareas? Si necesitas, pide ayuda a alguna de las hijas de Gatty, está bien ?
-Por supuesto, mi lady.
Diciendo eso , las dos salieron y, tan pronto Cecily fue hacer lo que le había sido ordenado, Murie comenzó a recorrer todo el piso superior , antes de bajar para el desayuno. Realmente la idea de comer pescado por la mañana no le agradaba en lo mas mínimo . Iba observando con cuidado cada aposento del piso superior y lo que veía sólo confirmaba la primera impresión de la tarde anterior. Todos los cuartos necesitaban ser reparados. Pero la prioridad era el cuarto de Juliana. Quería transformarlo lo más pronto posible para que la niña se sintiese mejor allí.
Anotando todo en su mente, Murie bajó las escaleras que llevaban al piso inferior y , como si hubiese adivinado sus pensamientos, fue justamente Juliana quien vino recibirla. Corrió a su encuentro, acompañada por Frederick y la niña estaba llena de preguntas.
- Vas cortarme el cabello hoy, Murie? Y el dobladillo de mi vestido? - preguntaba muy agitada.
- Claro que si, mi querida. Si quieres te corto el cabello ahora mismo. En cuanto al dobladillo , prefiero hacerlo tranquilamente a la noche, Después de la cena, sentada con calma delante de la chimenea.
- Oh... pero qué pena. De ese modo no voy a poder usar el vestido en la cena.
Murie miró detenidamente a la niña. Algunas cosas eran demasiado importantes para ser postergadas y los sentimientos de una niña rechazada estaban entre ellas. Darle atención a Juliana era más importante que cualquier limpieza. El afecto estaba hecho de presencias no de ausencias.
- Tienes razón . Entonces voy a hacer el dobladillo más temprano, está bien ? Ahora ve afuera y me espere que voy a buscar lo que necesito para emparejar tu cabello.
- Gracias, Murie! Eres la mejor hermana que cualquiera pueda tener!
Los dos niños salieron corriendo bajo la mirada conmovida de Murie.
- Ese su chantaje emocional puede funcionar con la niña. Nadie se tomó el trabajo de usar esa estrategia antes - dijo una voz .
- Clement... - Murie se dio vuelta para encarar al cocinero. -Necesitas algo de mí o viniste aquí sólo para descargar tu mal humor?
El hombre parpadeó sorprendido, frunciendo todavía su ceño. Por lo visto nadie se atrevía a confrontarlo por miedo a que él pudiese hacer algo malo con la comida en represalia. Pensándolo bien, la actitud de Murie estaba siendo un tanto arriesgada.
- Cecily me dijo que mi lady iba a recorrer o castillo para ver donde es necesario hacer modificaciones - el hombre respondió , ablandando su voz. - Entonces vine a pedirle si podía revisar las cocinas primero. Así estarán libres cuando sea la hora de preparar el almuerzo.
Era un pedido razonable e Murie tuvo que concordar.
- Está bien, Clement. Voy a revisar las cocinas cuando acabe de arreglar el cabello de Juliana, de acuerdo ?
- Perfectamente, mi lady. Si quiere puedo buscar los instrumentos que precisa para emparejar el cabello de la niña. - él dijo haciendo una pequeña reverencia antes de retirarse. Su actitud ahora era más solícita y condescendiente.
- Te lo agradezco .
- Ah, estoy viendo que también ya consiguió ganarse la simpatía de Clement - observó Gatty, que venía entrando.
- Parece que si, pero no sé como lo hice.
- Porque no se sometió . Él está habituado a que todos se dobleguen a su voluntad y se sometan a las oscilaciones de su humor. Hasta el viejo lord Gaynor temblaba cuando estaba cerca de Clemente, dejándolo hacer lo que se le antojase. Clement está muy mal acostumbrado.
- Quieres decir que él siempre fue así ... con esa cara de amargo limón ? Pensé que era algo que se debía a la situación de penuria en que se vive desde que la peste pasó por aquí.
- Pero no, mi lady! Todos creen eso, pero Clement siempre fue malhumorado, desde el día en que lady Gaynor lo trajo del castillo de nuestro vecino, lord Aldous.
- Cómo? Lord Aldous es vecino de aquí ?
- Si. El vecino más próximo, pero las familias Aldous y Gaynor siempre fueron rivales y no se llevan bien. En su juventud , lord Gaynor y el viejo Aldous ambos estaban enamorados de lady Gaynor y ella acabó escogiendo a lord Gaynor para casarse. Aldous nunca le perdonó eso. Los dos pasaron sus vida confrontando, aunque no abiertamente. Y esa actitud la heredaron sus hijos. Balan y Malculinus hicieron juntos el entrenamiento militar en Strathcliffe y vivían peleándose. Parece que Malculinus mandaba a un grupo de muchachotes a golpear a Balan para no hacer él mismo el trabajo sucio. Malculinus nunca podría enfrentar a mi lord . Malculinus siempre fue delgado y frágil. Nunca ganaría una pelea con mi lord .
- Quieres decir que lord Gaynor contrató a Clement, sacándolo del castillo Aldous?
- Eso mismo, mi lady. hace más de quince años. Eran otros tiempos . Lady Gaynor todavía vivía y la propiedad era opulenta y próspera. Fue sólo después de la muerte de mi lady que todo comenzó a decaer. Lord Gaynor perdió las ganas de vivir y no le prestaba más atención a nada. En el verano anterior a la llegada da peste, él tuvo un súbito momento de interés y decidió mandar a hacer un lago para criar peces. Gastó mucho dinero en esa empresa y tuvo muchas dificultades porque en medio de la obra cayeron lluvias torrenciales y hubo enormes inundaciones.
- Recuerdo bien de ese verano. Muchos perdieron sus cosechas de granos .
- Aquí también perdimos mucho. Buena parte de los fondos habían sido gastados en el proyecto del cultivo de peces, después vinieron las inundaciones y finalmente la Peste Negra. Si lord Gaynor no hubiese despilfarrado tanto dinero con la construcción del lago, hoy estaríamos en una mejor situación para mantener un número mayor de criados y la granja funcionando.
- Puede ser, pero en ese caso, tendrían más bocas para alimentar y sin los pescados para hacerlo - ponderó Murie.
Gatty miró pensativamente a su ama. Sus palabras tenían sentido.
- Además , quién te asegura que algunos criados más hubieran sido suficientes para cuidar de los animales o para impedir que ellos fuesen robados? - Murie continuó . - No olvides que estamos cerca de la frontera da Escocia y los escoceses son conocidos por practicar saqueos y pillajes. Tal vez el hecho que lord Gaynor haya hecho el lago sea mas favorable de lo que crees, Gatty. Después de todo el pescado es un alimento saludable, aunque sea cansador tener que comerlo todos los días.
En este instante, Clement volvió, trayendo los elementos necesarios para que Murie cortase los cabellos de Juliana y ella se despidió de Gatty antes de ir a ocuparse de eso.
Jamás le había cortado el cabello a nadie en su vida, pero , nada podía ser peor que los -cortes desparejos que la niña se había hecho. Con entusiasmo, Murie encaró las mechas castañas de Juliana , trabajó minuciosamente hasta llegar a un resultado más pasable y agradable. Ambas estaban satisfechas con el resultado que se había conseguido.
Juliana saltó de alegría, y salió corriendo para mostrarle el corte a Clement, Thibault, Gatty y a Frederick, y en seguida, subió las escaleras como un bólido para cambiarse de ropa y ponerse su vestido nuevo.
Viendo que el día pasaba rápidamente, Murie trató de marcar el dobladillo con alfileres y mandó a la niña a cambiarse otra vez mientras ella iba a inspeccionar las cocinas.
Terminada la inspección, Murie fue hasta el jardín. Pretendía darle apenas una rápida mirada, pero una planta de ruda, creciendo en un rincón cerca de la puerta de la cocina, llamó su atención. Horrorizada Murie cayó de rodillas y comenzó a arrancar la planta, empujando las raíces con fuerza, cuando oyó un llamado.
- Mi lady! Por Dios que está haciendo? - Clement gritó.
Mirando por sobre su hombro , Murie vio la expresión incrédula del cocinero.
- Arrancando la ruda.
- Pero...
- No se preocupe. Voy a volver a plantarla del lado de afuera del portón.
- Pero Necesito esa planta aquí cerca, no allá tan lejos.
- Qué prefiere Clement ? Tener que caminar un poco más para agarrar la ruda o correr el riesgo de que alguien muera en este castillo?
- Qué ?!
__ No sabe que dejar una ruda en el jardín significa que alguien va a morir en la casa antes que el año acabe? - ella respondió con irritación. - Eso es lo que quiere? Decretar mi muerte o la de mi marido? Pues sepa que no voy a dejar esta planta aquí de ningún modo . La ruda se va afuera de este castillo , estoy segura que no le costará nada dar algunos pasos más para tomar lo que necesita.
Perplejo, Clement, continuó mirando a su ama sin saber qué decir. Su expresión era de pena al ver el ramo de ruda, arrancada desde la raíz, que Murie tenía en su mano.
-Clement dígame qué vino hacer aquí afuera?
- Es que... lord Balan y Osgoode llegaron trayendo un jabalí que cazaron y yo salí para buscar algunas hierbas para saborizar la carne.
- Qué bien! Vamos a tener carne para la cena, entonces - dijo Murie, levantándose y sonriéndole como si nada raro estuviese sucediendo. - Dónde está mi marido? En el salón principal?
- No, mi lady, él y su primo siguieron camino hacia el río. Parece que tuvieron que luchar con el jabalí, estaban sucios con sangre y en vez de pedirme que llevase fuentes con agua a sus aposentos, pre-firieron ir a lavarse al río.
- Entiendo. Y ese río queda lejos ?
- No mucho - respondió el cocinero con los ojos pegados al ramo de ruda, pareciendo desear arrancarlo de las manos de Murie para plantarlo otra vez en el mismo lugar, indiferente a la amenaza que eso pudiese representar.
- Muy bien , entonces, voy hasta allá después de plantar esto en un lugar adecuado. Necesito tener una conversación con mi marido.
Murie notó el suspiro de desaliento de Clement cuando ella se apartó. El hombre estaba desconsolado. Sinceramente Murie no comprendía por qué alguien hacía tanto escándalo por tener que caminar un poco más, sabiendo que así podría estar salvando una vida.
Después de todo , Murie acabó no plantando la ruda afuera del portón , como había prometido. La creencia sólo decía que no debía tener la planta en el jardín, sin especificar el resto. Entonces , resolvió plantarla en la huerta. Así Clement no tendría que caminar tanto para buscar su preciosa ruda. En seguida se limpió las manos y partió al río en busca de Balan.
Estaba agradecida porque él hubiera ido a cazar. De hecho el jabalí relleno iba a ser una deliciosa comida. Nunca le había gustado mucho el pescado y la perspectiva de tener que comerlo tres veces al día la descomponía. No era casualidad que ella hubiese rechazado la cena del día anterior y que se " hubiese olvidado" del desayuno, distraída por el corte de cabello de Juliana y con la visita a las cocinas.
Murie quedó muy satisfecha con las instalaciones de la cocina. Clement había hecho un excelente trabajo de manutención allí. Mientras el resto del castillo estaba en malas condiciones, necesitando pintura, reparaciones, cortinas y muebles nuevos, las cocinas estaban en perfecto orden. Sólo sería necesario abastecerlas con provisiones y contratar algunos criados para que volviesen a funcionar normalmente.
Había expresado su satisfacción por la eficiencia de Clement . Muy rígido, el hombre apenas respondió que ese era su trabajo. Pero hubo un cierto brillo en la mirada del cocinero que demostró el orgullo que sentía por lo que había conseguido. Tal vez lo que faltase para ablandar a esa alma amarga fuese un poco de reconocimiento de sus méritos, consideró Murie . Él nunca llegaría a ser alegre y simpático como Thibault, pero quizás el reconocimiento pudiese hacerlo una persona más agradable.
- Murie! - Osgoode que venía caminando por la senda en su dirección , la llamó . Los cabellos chorreando y las ropas empapadas, se pegaban a su cuerpo.
- Ah veo que resolviste ahorrarle a las criadas el trabajo de lavar tus ropas y que las lavaste vos mismo. - Murie murmuró, riéndose. - Mi marido todavía está tomando baño?
- Si . No sé por qué Balan adora tanto quedarse en el agua. Pasa horas en la bañera cuando está dentro de la casa. En el río, se pone todavía peor. Yo no. Para mí es sólo entrar y salir.
Murie sonrió , evitando decirle a Osgoode que su método de entrar y salir, en verdad dejaba mucho que desear . Él todavía tenía una mancha de sangre en el cuello, debajo de la oreja izquierda.
- Clement me contó que el jabalí se resistió bastante. Te lastimaste?
- Qué ? Por esto? - respondió Osgoode, pasando su mano por el cuello. - Ah, no fue nada. Es que el bicho no estaba muy interesado asistir a la cena nuestra mesa.
- Balan también está herido ?
- No . Él es más rápido que yo . Saltó del caballo sobre el lomo del jabalí y le cortó la garganta. Yo fui el tonto que se puso delante del bicho antes que estuviese totalmente dominado y tuve que salir corriendo para zafar. Fue entonces que me golpeé con una rama y me lastimé, fue sólo eso.
Murie sacudió la cabeza . Cazar jabalíes era una actividad muy peligrosa. En general ellos no eran abatidos de una vez cuando eran acertados por una flecha. Esta apenas los ponía más furiosos y era necesario enfrentarlos para acabar de matarlos.
- Bien. .. me estoy yendo - continuó Osgoode. - quiero ver si Clement está preparando la carne correctamente.
Despidiéndose de su primo, Murie continuó por la senda. No sabía cuanto faltaba para llegar al río, pero sospechaba que ya estaba cerca. Aprovechó el paseo para apreciar el paisaje mientras caminaba. Vio una planta de laurel más al lejos y hasta una planta de cebollas salvajes que crecía en medio de hierbas salvajes. Todo eso traía buenos fluidos a una casa y llevarse un poco consigo sería bueno. Su marido estaba necesitando suerte.
Después cortar una hoja de laurel, ella se agachó y buscó entre los tréboles, intentando hallar alguno que tuviese cuatro hojas. Pasó algún tiempo con eso, pero no halló lo que buscaba. Volvería allí en otro momento, Murie resolvió, siguiendo su camino.
Cuando llegó al claro del bosque que bordeaba el río, notó decepcionada que no había nadie allí. Balan habría pasado cerca de ella sin verla cuando estaba agachada buscando el trébol de la buena suerte?
Un ruido en el agua, un poco más adelante, llamó su atención. Tal vez los primos hubiesen ido a bañarse más lejos para no ser vistos por alguna mujer que pasase por la claro del bosque principal, Murie consideró. Caminó un poco mas hasta conseguir ver el lugar de donde venía o ruido. De repente su corazón se congeló al ver un pedazo de tela azul flotando en la superficie del agua ... era igual a la tela de la casaca que le había regalado a Balan y la que él venía usando desde entonces. Desesperada, Murie corrió hasta el margen, intentando acercarse todavía más . En ese instante vio la espalda de su marido sobre el agua. El resto del cuerpo estaba sumergido.
Dominada por el terror, Murie gritó el nombre de Balan varias veces y, sin pensarlo dos veces, se lanzó al río. En un instante su vestido estaba empapado, enredándose en sus piernas y obstaculizando sus movimientos. El tiempo que le llevó para llegar hasta Balan le pareció una eternidad y, cuando lo consiguió, lo empujó para girarlo. El rostro de su marido surgió a la superficie. Estaba pálido e inerte. Murie le sujetó la nuca con la mano para ayudarlo a recuperar el aliento. Pero Balan no respiraba. Horrorizada Murie creyó que había llegado demasiado tarde .
En este momento notó sangre que corriendo por su mano, la misma mano que sujetaba la cabeza de Balan. Levantó un poco más el cuerpo de su marido , apartó las mechas mojadas del cabello de él y entonces pudo ver el corte largo y profundo en la parte posterior de la cabeza. Eso no era una herida de caza... era obra de una mano humana.
Alguien había golpeado a Balan con algún objeto agudo. Había muchas piedras de bordes afilados en la vera del río que podrían haber servido para eso. Mierda! Habían intentado matar a su marido una vez más !
Murie sujetó firmemente los hombros de Balan y comenzó a empujarlo hacia la costa como pudo. Eso fue más fácil mientras el cuerpo estaba en el agua, pero, llegando a tierra firme, Murie tuvo que hacer un esfuerzo enorme para conseguir arrastrarlo afuera. Sin saber de donde sacaba tanta fuerza, fue empujando y empujando de todos los lados hasta apoyarlo sobre la arena la parte superior del cuerpo de él, dejando las piernas todavía en el agua baja de la orilla. Entonces comenzó a golpear su pecho y a girar su cabeza de costado, intentando ver si él reaccionaba.
En segundos Balan tosió y, en un espasmo violento, escupió una enorme cantidad de agua. Después tosió más , soltó un gemido, se dio vuelta de costado y permaneció en total silencio.
- Marido... - Murie susurró al oído de él, arrodillándose a su lado.
Le pasó la mano por la frente , apartando sus cabellos y miró su rostro que comenzaba a ganar una leve color. Pero a pesar de eso, Balan continuaba inconsciente. Murie palmeó levemente sus mejillas para ver si él se despertaba. Luego ganó coraje y dio una bofetada más fuerte. Pero no surtió efecto. Balan continuaba inerte en el suelo.
En ataque de desesperación, Murie miró a su alrededor , buscando decidir qué hacer. Apenas creía que su marido pudiese todavía estar vivo. El sentido común le decía que debía ir a buscar ayuda. Nunca sería capaz de cargar a Balan sola de vuelta hasta el castillo. Sin embargo, sabía que quien había hecho aquello todavía podía m estar rondando por allí escondido en la mata esperando para terminar su trabajo. Balan no podía ser dejarlo solo ni por un minuto .
Sus pensamientos giraban enloquecidos, en busca de una solución, cuando sus ojos se detuvieron en la casaca de Balan. Analizó la tela por un instante, después miró su propio vestido y en seguida a las hojas y troncos arrastrados por la agua que se acumulaban en el claro del bosque donde estaban. Había dos ramas que parecían resistentes y de buen tamaño.
Sería capaz de... no. Ni siquiera haría eso para salvar la vida de Balan?
Murie vaciló por un instante, pero la idea prevaleció.
Admitiendo que no había otra salida, Murie se puso de pie y comenzó a sacarse la ropa.
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