jueves, 14 de mayo de 2009

LA CAPRICHOSA - LYNSAY SANDS - CAPITULO 3

Capítulo 3



- Apártate un poco. Me está aplastando contra las ramas - dijo Osgoode, escondido detrás de los arbustos que rodeaban la glorieta donde Malculinus y Lauda conversaban.
- Habla mas bajo. Pueden oírnos . Yo tampoco estoy nada cómodo aquí. Tengo una ortiga clavándose en mi culo. Ahora quédate quieto y vamos a escuchar lo que ellos están diciendo - retrucó Balan.
Acomodándose en medio del follaje, los dos primos buscaron una posición donde pudiesen oír sin ser vistos. Estaban en una posición un tanto extraña, pero no querían perderse ni una sola palabra de la conversación.

- Mañana es el día de Santa Inés, recuerdas? - decía Lauda.
- Y qué hay con eso? Qué tiene que ver con el caso? - indagó Malculinus.
- La víspera del día de Santa Inés es muy importante para las personas supersticiosas como Murie. La creencia dice que si una joven soltera hace ayuno ese día todo o come algo en mal estado antes de dormir, esa noche soñará con el hombre con quien va a casarse. Voy a recordarle eso a Murie a la hora de la cena, entendiste ?
- Todavía no. Cómo esperas que ella sueñe justamente conmigo?
- Ya encontraré un modo. Te aseguro que ella va a soñar con vos.
- Pero, cómo?
- Escucha bien. Es claro que Murie no mantuvo el ayuno , por lo tanto , voy a sugerir que coma algo en mal estado si quiere que la profecía se cumpla.
- Entiendo ... pero aun así, cómo vas a hacer para que sueñe conmigo?
- Voy a ofrecerme para ayudarla, haciendo el papel de la buena amiga. Pero yo voy a preparar una mezcla de hierbas especiales, una poción que la dejará atontada y somnolienta, medio inconsciente por algún tiempo, hasta que día amanezca. Ella seguro que se la va a tomar.
- Está bien, pero y el sueño?
- Es así , mientras Murie esté durmiendo, vos tendrás que entrar en el cuarto y dejar que ella te vea. Como estará atontada, por la poción, al día siguiente va a pensar que fue un sueño.
Malculinus frunció la frente y abrió bien grande los ojos.
- Has enloquecido , Lauda? Quieres me manden al calabozo ? Cuando Murie se de cuenta que estoy en el cuarto va a comenzar a gritar y los guardias vendrán a detenerme . Es eso lo que quieres ?
- No seas idiota . Ya te dije que mi poción es poderosa y dejará a la muchacha muy atontada. Ella no va a tener ninguna reacción ,
confía en mí . Todo va a salir bien , quédate tranquilo.
- Ah, está bien. .. espero que sepas lo que estás haciendo...
- Claro que sé. Ahora ven Malculinus. Necesito mandar a una criada buscar los ingredientes que necesito para preparar mi poderosa poción.
Cuando Malculinus y su hermana desaparecieron de vista, Osgoode apretó nuevamente el brazo de Balan con nerviosismo.
- Y ahora? Qué vamos hacer? El plan es casar a la pobre muchacha con ese idiota congénito . Tenemos que hacer algo para impedirlo !
- No será necesario hacer nada - respondió Balan con calma . - Toda esta estrategia no va a funcionar. Murie es demasiado inteligente para caer en esa taradez sobre el día de Santa Inés. Imagínate si va a aceptar beber una poción. Claro que no. Deje que intenten engañarla como planean. Los dos van acabar fracasando.
- Me gustaría tener esa certeza. Pero y si ella cae en la trampa? Si acabar casándose con Malculinus? La culpa va a ser toda tuya.
Balan se quedó pensativo, evaluando los riesgos posibles. Después de oír esa conversación, estaba seguro que Murie era astuta e inteligente. De otro modo no habría conseguido crear la fama de caprichosa y de haber engañado a todos los miembros de la corte por tanto tiempo.
Al mismo tiempo, se acordó de haber oído también el comentario sobre la presencia de los pájaros negros, o sea, un indicio de que Murie era supersticiosa.
Además, Lauda era muy sagaz y maliciosa y, por lo tanto , eran grandes las posibilidades de que convenciese a Murie de los efectos de su poción mágica.
- Está bien - dijo Balan con voz firme, después de algunos minutos. - Vamos a hacer lo siguiente. Después de la cena seguiremos a Murie y nos quedaremos aguardando a que Malculinus entre en el cuarto . En caso que tenga éxito, entraremos en acción.
- Perfecto. Ahí yo trataré de distraer a Malculinus y vos entras en el cuarto de Murie. Cuando ella despierte va a ver tu rostro y no el de él.
- Nada de eso, Osgoode! No exageres...
- Cómo que no? De ese modo ella va a querer casarse con vos, tonto. Y yo sé que serás el mejor marido para lady Murie entre todos los otros candidatos de la corte. Conozco tu carácter hace mucho tiempo y estoy seguro que la harás muy feliz. Nadie mejor para eso que un hombre bondadoso, fiel y justo.
- Es exactamente por tener ese carácter y esas virtudes que me niego a hacer la misma trampa que Malculinus planea hacer.
Osgoode pasó su mano por su cabello en un gesto de desaliento.
- Si no aprovechas las oportunidades que la vida te presenta, Balan, dudo que algún día consigas casarse y salir de la bancarrota.
- Entonces , voy a quedarme soltero y pobre . Ahora vamos tratar de comer algo . Ya nos perdimos el almuerzo con todas estas tramoyas y maquinaciones y mi estomago está gruñendo de hambre.



- El pato asado está delicioso - comentó Emilie.
- Debe estarlo - comentó Murie.
- Entonces por que no comes?
- Ah, en verdad. .. estaba tan distraída.
- Pensando en quien vas a escoger como marido, apuesto.
- Si. Es un asunto importante. Después de todo, voy a tener que pasar el resto de mi vida al lado de ese hombre, engendrar y criar sus hijos, ser su compañera. Ya pensaste qué pasaría si hiciese una elección errada?
- No te preocupes. Estoy segura que sabrás escoger el hombre correcto. Veamos... entre los solteros de la corte hay alguno que le llame más la atención o en quien tengas algún tipo de interés?
- No sé que decir. Viví recluida por mucho tiempo y no conozco a ninguno de los hombres que asisten a la corte.
- Entonces vas a necesitar conocerlos. Hay muchos muchachos atractivos, ricos, encantadores y disponibles.
- Atractivos? Qué me importa eso? Un rostro bonito muchas veces esconde un corazón cruel. En cuanto a la riqueza, eso tampoco hace la diferencia. Mis padres me dejaron una buena fortuna de herencia y no necesito el dinero de nadie . Por supuesto que si es encantador y guapo, la convivencia será más agradable, pero sé que eso no resuelve nada a la hora de las dificultades.
- Entonces , qué cualidades buscas en tu futuro marido?
- Déjame ver... quiero un hombre que sea cariñoso y gentil, que trate con bondad a los más débiles y, sobretodo que sea inteligente. También quiero alguien fuerte para protegerme de las posibles amenazas y que sepa administrar sus bienes para que todos sus vasallos prosperen.
- Bellas cualidades. Estoy segura que, si somos criteriosas, encontraremos a alguien que reúna todas esas cualidades.
- Por qué no le pedimos ayuda a Santa Inés?
Asombrada, Murie se dio vuelta para ver quién decía aquello. Era Lauda que generalmente no se dirigía a ella con palabras gentiles. La mayoría de las veces, ella acostumbraba a ignorar por completo su presencia. Eso en los últimos cinco o seis años porque, antes de esa época, Lauda era la persona que más la irritaba, siempre pronta a provocarla con ofensas y agresiones verbales crueles.
Era sorprendente que ahora estuviese allí sonriente, mostrando interés , sentada al lado de Murie a la hora de la cena. Era verdad que ambas habían madurado, ya no eran niñas sino mujeres adultas. Pero, a pesar de eso, Murie no esperaba que Lauda la tratase con tanta cortesía.

- Qué fue lo que dijiste? Pedirle ayuda a Santa Inés?
- Fue sólo una sugestión... - Lauda respondió con una risita. - Apenas una tontería ... olvida lo que dije.
- Ahora me dejaste curiosa. Completa lo que ibas a decir .
- Ah, no es nada. Sólo que tu preocupación por la elección de un marido me hizo recordar a lo que dicen respecto al día de Santa Inés.
- Y qué dicen ?
- Bien, es una antigua creencia. Se dice que la muchacha que hace un ayuno en el día de Santa Inés, cuando se va a dormir, soñará con el hombre que está predestinado a ser su marido.

Murie y Emilie se miraron entre sí con sorpresa. Lauda soltó otra risita y continuó hablando.
- Creo que eso es apenas una superstición tonta y dudo que funcione. Pero no sería perfecto si fuese verdad ? Estoy en una situación parecida a la tuya, Murie. Mi prometido falleció por la peste y papá ahora quiere que yo elija un marido aquí en la corte . Yo también estoy en duda sobre a quién escoger.
- Pues es una decisión muy difícil... - dijo Murie hallando extraño tener algo en común con aquella mujer que la había atormentado durante toda la adolescencia.
- Si lo es... Creo que debería haber intentado la ayuda de Santa Inés, pero me olvidé de eso y no hice el ayuno. Perdí la oportunidad.
- Tal vez no la hayas perdido del todo, Lauda - dijo Malculinus, sentado al lado de ella. - dicen que, si en lugar del ayuno comes algo en mal estado eso puede tener el mismo efecto.
- Es verdad, hermano? Estás seguro ?
- Creo que él tiene razón - intervino Emilie. - Ahora recuerdo haber oído eso .
- Ah, pero entonces todavía tenemos tiempo de intentarlo, Murie - dijo , Lauda guiñándole un ojo disimuladamente a Malculinus.
Murie se mordió el labio aprensivamente. Estaba en duda, pero se sentía curiosa. La idea de comer algo en mal estado no era nada de su agrado.
- Por qué no haces la prueba, Lauda? Si funciona, yo mañana hago lo mismo. - ella retrucó.
- Tiene que ser en la víspera del día de Santa Inés. Al día siguiente no funciona. Por lo menos eso dice la creencia.
- Ya que insistes tanto con Murie, por qué ustedes dos no hacen la experiencia juntas, Lauda? - sugirió Emilie. - No dices que vos también estás en busca de un marido?
Lauda tragó en seco. No habían contado con ese imprevisto.
- Oh, no creo que ... - dijo , procurando desesperadamente una excusa.
- Es una idea perfecta - interrumpió Malculinus.
- Cómo?
- Si , hermana, hagan la prueba juntas. Va a ser divertido.
Lauda miró furiosa a su hermano, sin entender en qué lío él parecía estar queriendo meterla.
-Aunque sea interesante descubrir si los santos pueden dar respuesta, creo que no estoy dispuesta a comer algo tan desagradable, Malculinus. E imagino que el estomago de Murie también es delicado.
- Mi estomago es igual al de todo el mundo - interrumpió Murie.
- Si ? Entonces, acepto. Voy ya a la cocina a ver si el cocinero del rey puede prepararnos algo que nos sirva. Quien sabe quizás él pueda cocinar un pedazo de carne vieja y cocinarla para que no sea tan desagradable de comer - dijo Lauda, levantándose de la mesa rápidamente.
Murie pensó en reaccionar para impedirlo , pero Luada ya había desaparecido por la puerta de la sala. Emilie estaba preocupada por haber incentivado la idea.
- Pensé que solamente era una broma. No creo que estés dispuesta a llevar adelante esto - le dijo a su amiga.
- Y no lo estoy - respondió Murie. - Cuando Lauda vuelva le voy a decir eso .
- Menos mal ! Sin querer faltarle el respeto a Santa Inés, comer carne en mal estado sería una locura. Hasta puede ser peligroso.
Murie concordó y giró su atención hacia el plato lleno delante suyo . Con el tenedor movió nerviosamente la comida. Había perdido el hambre, preocupada por el acuerdo que sin querer había hecho con Lauda. No veía la hora que ella volviese para aclarar todo y decirle que no participaría de la experiencia. Pero el tiempo iba a pasando sin que Lauda volviese.
La comida ya casi estaba llegando a su fin los comensales iban levantándose de la mesa cuando finalmente ella apareció.
- Disculpen la demora, pero al cocinero le llevó una eternidad para encontrar y preparar lo que le pedí. Pero aquí está. Todo listo.

No hay comentarios: