domingo, 3 de mayo de 2009

LA DONCELLA ASTUTA - CAPITULO 20

CAPITULO 20


RAND NO PODÍA MENOS que sonreír asombrado mientras caminaba al lado de Miriel, llevando el arma comprada. Esa muchacha inteligente podía ser capaz de engañar a todos los demás, pero Rand comenzaba a darse cuenta cuando ella inventaba uno de sus cuentos.
Había visto el modo en que sus ojos se iluminaban cuando ella había visto esa magnífica espada. No había creído ni por un segundo que Miriel tuviese la intención de darle esa cosa a Sung Li . De hecho, él apostaría la mitad de su dinero a que la colección de armas colgadas en la pared de Miriel no pertenecía a la criada, sino a esa muchacha descarada .
La muchacha afirmaba que no aprobaba la violencia física , pero era tan claro como el brillo en sus ojos que ella adoraba las armas de guerra. Y no sólo eso , él había comenzado a sospechar que ella era capaz de hacer algo más que simplemente admirar las armas a la distancia.
El modo en que ella había desviado el golpe del mercader no había sido un accidente. Y ahora Rand no podía evitar sospechar - tan increíble como pareciera - que la dulce Miriel tenía un parecido inquietante con el ágil forajido que él buscaba.
¡"Mira, Rand!" Miriel de repente gritó, no pareciendo para nada un un ladrón peligroso, sino una niña inocente mientras señalaba un pequeño mono con una correa con piedras incrustadas alrededor de su que correteaba sobre el hombro de su dueño. Ls risa de Miriel era contagiosa mientras miraba las payasadas que hacía la pequeña bestia.
Pero minutos más tarde, esa niña se convertía en una perspicaz negociadora mientras regateaba con un comerciante de telas que trataba de hacer pasar un lino común y corriente por un exótico algodón de Egipto.
En un minuto Miriel se lamía el jugo pegajoso de una cereza confitada de sus dedos. Y al siguiente le susurraba a Rand una advertencia sobre el comerciante de cerámicas vendía artículos rotos.
Miriel saltaba constantemente entre ser una mujer y ser una niña, y él nunca sabía que surgiría a continuación . Pero quizás esa era la cosa que lo atraía de ella . Él amaba las sorpresas, y Miriel estaba llena de ellas.
Una de sus sorpresas era el hábito de acechar en el bosque de Rivenloch, asaltando a los viajantes? ¿Cómo podría él averiguar ?
Mientras Miriel aplaudía la conclusión de la interpretación de un músico que tocaba el laúd, Rand miraba a unos malabaristas. Perfecto, él pensó. Agarrando su mano, él la empujó . "Ven."
Ella lo acompañó con mucho gusto hasta que vio a donde él iba. Entonces Miriel vaciló. ¿"Lanzamiento de cuchillo?"
"Será divertido ," él la persuadió.
"Sabes lo que siento respecto a la violencia."
Rand se rió . "No es violencia . Es sólo una competencia."
"Pero yo nunca ... "
"Puedo enseñarle."
¿“Enseñarme?"
"Sí," él dijo orgullosamente. "Tengo un ojo afilado como una espada ."
"Hum."
Él le entregó una moneda al propietario del puesto y seleccionó tres cuchillos.
"Te mostraré cómo se hace, luego vos lanzarás los siguientes tres."
Rand observó el blanco a cinco metros de distancia , luego dobló sus dedos y tomó el primer cuchillo. Tomó una respiración profunda , luego, con un movimiento rápido de su muñeca, lanzó el arma . El cuchillo se hundió en el blanco de paja a menos de un centímetro del objetivo central.
Miriel aplaudió, pero Rand sabía que podía hacerlo mejor que eso.
Se secó la mano en su túnica para mejorar su asimiento , luego tomó el segundo cuchillo. Esta vez cuando lo lanzó el, este aterrizó al lado del primero , aun más cerca del centro.
"Está muy bien," dijo Miriel.
Pero no era suficientemente bueno. Él tenía que despertar el espíritu competitivo en ella. Para hacer eso, Rand tenía que dar en el centro .
Respirando hondo y concentrándose en el objetivo, tiró el ultimo cuchillo . Esta vez se clavó en el lado opuesto, sólo a milímetros del centro.
Rand se quejó y sacudió la cabeza.
Miriel se apresuró a aplacar su humillación. "Estuviste tan cerca. Por los Santos, si hubiera sido un ladrón, me habrías salvado la vida."
"Aquí tienes ," él dijo, seleccionando tres cuchillos para ella .
"Estás seguro..." Miriel comenzó a decir , moviéndose de mala gana hacia la línea de lanzamiento.
"Yo te ayudaré." Él colocó el primer cuchillo en la mano de Miriel, luego se paró detrás de ella, envolviendo sus brazos sobre ella para dirigirla.
¿"Así ?" ella preguntó, afirmando su muñeca.
"No, así ."
Él soltó su asimiento tenso con una sacudida suave. El brazo de Miriel tambaleó, y el cuchillo salió volando hacia el objetivo, y se alojó en el círculo más externo.
Ella podía haber fallado a propósito . Él habría hecho eso si intentase esconder sus talentos. Pero , para su diversión, Miriel parecía absolutamente encantada con el resultado .
¡"Lo hice!" ella exclamó. ¡"Di el blanco!"
Las preocupaciones de Rand sobre que ella podría ser una tiradora experto desaparecieron. Miriel realmente tenía muy mala puntería, y gracias a Dios, la pobre muchacha no lo sabía . Dios , Miriel era preciosa, pensó Rand, en especial cuando ella giró en sus brazos para darle un beso victorioso en la mejilla.
"Inténtalo otra vez," dijo él. "Esta vez mantén tus ojos en el centro del objetivo."
Rand la ayudó nuevamente. El cuchillo se clavó un anillo más cerca del centro, pero por la sonrisa orgullosa de Miriel, uno habría pensado que ella había dado en el blanco tres veces seguidas.
Riéndose entre dientes, Rand le dio el tercer cuchillo. ¿"Quieres probar solita ahora?"
"Sí," ella dijo, sus ojos se iluminaron .
Miriel lanzó el cuchillo . Este erró el objetivo totalmente, clavándose en la pared trasera de la tienda .
¡"Ah!" Ella colocó sus manos sobre su boca con vergüenza.
"Está bastante bien," él le aseguró, metiendo su mano en su bolsita de monedas otra vez. ¿ Jugamos otra ronda?"
Ella susurró, "No deseo dañar la tienda de este pobre hombre."
Él se rió. "Estoy seguro que mi dinero cubrirá las reparaciones. Pero esta vez, vamos a hacerlo más interesante. ¿ Hacemos una apuesta?"
¿"Una apuesta?"
"Sí. Tengo un hambre feroz . Si gano, vamos a comprar tarta de anguilas." Ella arrugó la nariz. "Si vos gana, comparemos bollos de pollo ."
Ella consideró la apuesta durante un minuto, sus ojos brillando especulativamente . Luego e asintió con la cabeza, aceptando su desafío. "Hecho".
Para su satisfacción, sus dos primeros lanzamientos aterrizaron en el círculo interior, y Rand dio en el blanco en el último tiro.
Miriel sacudió la cabeza, segura de que ya había perdido . Tomó el primer cuchillo, mordiéndose el labio al concentrarse. Ella estudió el objetivo, luego entrecerró los ojos y lanzó el cuchillo. Este se clavó en el borde del panel de paja, errando completamente el objetivo.
Con el ceño fruncido con desilusión, Rand le dio el segundo cuchillo. "Esta vez, mantén los ojos abiertos," sugirió él con una sonrisa.
Ella igualmente saldría victoriosa. Él le daría como premio una cinta para el cabello. Pero no podía negar que su boca ya se le hacía agua como si estuviese probando la tarta de anguila.
Entonces algo asombroso sucedió. Con una torcedura rápida de su muñeca, Miriel arrojó el cuchillo , y de alguna manera - milagrosamente - este aterrizó en el centro del objetivo.

Miriel soltó un grito triunfal , y hasta el propietario la miró, indudablemente agradecido de que el cuchillo no se hubiese alojado en ninguna parte de su cuerpo.
El hombre se inclinó hacia Rand . "Suerte de principiante," él le aseguró.
Rand suponía lo mismo, hasta que Miriel lanzó el último cuchillo. Este voló directo al blanco cortando la respiración de Rand. Es cuchillo podría haber sido lanzada por un mercenario profesional .
¿" Viste ?" ella gritó, aplaudiendo con regocijo. "Oh, lamento que mi padre no estuviese para verlo."
“ Fue ... increíble ," Rand aceptó , sintiéndose ligeramente molesto. ¿"Estás segura nunca antes lanzaste cuchillos?"
¿"Yo?" Ella se rió.
El propietario de la cabina sacudió la cabeza. "Nunca he visto a ningún principiante dar dos veces seguidas en el blanco."
“Estaba muy motivada," dijo ella.
¿"Le gustan las cintas, mi lady?" el hombre preguntó, sosteniendo una selección para dejarla elegir su premio.
"No," ella le confió con un guiño de ojo , "realmente odio la tarta de anguila."
Cumpliendo su palabra, Rand le compró los bollos de pollo , aunque no tuviera mucho apetito de eso . No había forma de negar que Miriel poseía habilidades que una mujer que asegura detestar la violencia definitivamente no debería tener. La pregunta era qué hacer con eso.
Trató de mantener su mente tranquila mientras se sentaban debajo de un roble, para compartir la comida. Tal vez estaba sacando conclusiones apresuradas. Sólo porque Miriel podía lanzar cuchillos no significaba que ella fuese la Sombra. Ese talento podía ser un rasgo de las familia. Después de todo, las hermanas de Miriel eran expertas espadachines . Eso permitía suponer que Miriel también podría haber heredado algunas habilidades de su padre.
Rand se preguntó qué pasaría si él le dijese que sabía quién era la Sombra ? Habría revelador brillo de temor en los ojos de Miriel ?
Él tragó el última pedazo del bollo y sacudió las migas de su regazo, luego agarró la mano de Miriel entre las suyas. "Mi lady, tengo algo que confesar ."
¿"Sí?"
Él estudió sus ojos cuidadosamente . "Sé algo sobre... La Sombra."
Miriel parpadeó una vez, pero su mirada fija no reveló nada. Pero cuando Rand siguió contemplándola en silencio, el horror apareció lentamente en sus ojos. Su boca formó una "O" de sorpresa, y Miriel retiró su mano.
Jesús, Rand pensó, tenía razón. Miriel era la Sombra. Estaba escrito en su cara.

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