CAPITULO 10
Con largas pinceladas anaranjadas en el cielo occidental, el sol inició su lento descenso vespertina. Thomas interrumpió la dura jornada por ese día, ordenando al jefe de cazadores que levantase campamento bajo un conjunto de abetos .El grupo de perros se echó en el suelo agradecida, con sus lenguas rojas colgando.
Thomas desmontó y acarició el cuello gris de su garañón . Aflojando la cincha, sacó la pesada silla de cuero del lomo de su caballo .
_ Buen muchacho - lo elogió, alimentándolo con puñados de pasto seca. - Anduvimos mucho hoy.
Andrew se acercó masajeando su propio trasero. no tenía mucha grasa en esa área específica.
_ Querrás decir, que has puesto una buena distancia entre vos y tus problemas, mi lord . - Ignorando la mirada torcida de su amo, Andrew se acomodó debajo de un árbol . - Maldición, me duele hasta el cabello.
_ Vas a quedar mas dolorido si continuas con ese tema, mocoso - le advirtió Thomas.
El escudero lo irritaba sobremanera. Si no fuese por su simpatía, su sentido del humor, su sentido común y cierta habilidad, ya lo habría despachado hacia mucho tiempo.
Andrew silbó en respuesta.
_ Estoy necesitando un trago de algo bien fuerte. Qué tal un poco de vino, mi lord ?
Thomas revisó los cascos de su caballo antes de pasárselo a un muchacho.
_ Un trago de vino y algo para comer me caerían bien. Cielos, estoy hambriento...
Medio sonriendo, medio rezongando, Andrew se levantó y fue hasta los caballos que transportaban las provisiones Observando los lentos movimientos del escudero, Thomas de repente se dio cuenta que, cargado con tantas responsabilidades, no se había ocupado del entrenamiento en lucha y combate del muchacho en ese último mes. Andrew se desperezó y se masajeó las nalgas. Carajo ! También lo estaba dejando achancharse.
El escudero pronto volvía con provisiones. Sobre una manta de lana extendida en el suelo , dispuso un pan del día anterior, una porción de manteca, otra de miel, restos de carne fría del almuerzo, una generosa feta de queso duro y una odre de vino.
Andrew partió el pan en pedazos, untó uno de ellos con manteca y se lo ofreció a su amo.
_ Es una pena que tengamos que contentarnos con esta comida sencilla cuando había un cena para dioses esperándonos allá en casa - Andrew comentó.
Thomas levantó las cejas . Qué pasaba por la cabeza de Andrew ahora?
_ Explícate - Thomas murmuró.
El escudero suspiró dramáticamente.
_ Al ordenar las provisiones hoy temprano, mis fosas nasales fueron alcanzadas con el aroma del pan comenzando a asarse. También Preparaban tarta de manzanas con especias, creo. Unas aves ya limpias estaban sobre las mesadas listas para ser cocinadas, iban a ser servidas con una rica salsa. Andrew Suspiró de nuevo. - Se me hace agua la boca de sólo pensar...
Thomas masticaba un pedazo de carne fría, pero casi no le sentía el gusto. Su estomago gruñía con las descripciones del escudero.
_ En ese momento pensé que estaba soñando, mi Lord. El cocinero es competente cuando quiere, pero últimamente se ha estado entreteniendo más con el tonel de cerveza.
El muchacho sonrió .
- No era Konrad quien preparaba todo eso , mi lord , sino lady Alicia .
Thomas parpadeó .
_Pensé que todavía estaba durmiendo cuando dejamos Wolf Hall. El día de ayer fue... tan largo para ella.
Muy conmocionante , sin duda. Quién no se sentiría mal al ser abandonado por su familia en un lugar extraño?
El escudero negó con la cabeza .
_Ella casi me atrapó pasando su primera carta por debajo de la puerta . Después, en la cocina, la vi con sus trenzas sujetas en lo alto de la cabeza, como si fuese una simple criada. Tenía las mangas arremangadas hasta los codos y hasta tenía harina en la cara.
Masticando en silencio, Thomas formaba en su mente imágenes basadas en el discurso de Andrew. Qué gran papelón había hecho el nuevo conde de Thornbury! La dulce Alicia se había levantado temprano para prepararle una cenar estupenda.. y él había huido. Recordó uno por uno todos los encantos de la hija del orfebre: los cabellos como rayos de sol , los ojos como aguas cristalinas, su figura esbelta pero con curvas, sus pechos redondeados...
Thomas Maldijo en voz alta.
El escudero se asustó .
_ Mi lord ? Qué pasa?
_ Yo ! - gruñó Thomas, sorbiendo un buen trago de vino.
_ estás enfermo , mi lord ?
_Lo estoy, y sabes muy bien de qué estoy enfermo , malandra! Las mujeres me van a matar!
Andrew asintió.
_ Creo que has alcanzado la fase crítica de la enfermedad . Cuál sería el remedio? Cruzar la frontera rumbo a Escocia? - Andrew Sacudió la cabeza . - Me temo que tu garañón no consiga ir más rápido que tus pensamientos...
Con un gruñido, Thomas arrojó la corteza dura del pan a su escudero, quien lo esquivó riendo.
_ Dime , entonces, doctor sabelotodo , qué me recomiendas? No eres el mayor conocedor de mujeres de toda esta zona de Inglaterra?
Andrew miró a su amo detenidamente antes de responder:
_ En serio, quieres saber ?
Thomas bebió más vino para fortalecerse.
_ Habla, bocón.
_ Mañana debes volver a Wolf Hall. Si es por lady Isabel que tu corazón late , solicita una dispensa inmediatamente.. y manda a lady Broom a un convento.
El conde hizo una mueca. El escudero retomó la palabra :
_ Pero, si tu corazón fue tocado por lady Alicia , honra el contrato de tu padre y tomala por esposa cuando hayan sido publicadas las proclamas. Para ser franco, mi lord , es un tormento cruel el que le infliges a esa muchacha dejándola sin saber cual será su destino.
Thomas se retrajo ante la justa acusación de su escudero. Lady Alicia lo había buscado con toda franqueza y él había huido de ella como un venado de un cazador. Si bien que nunca había tenido intención de huir a su deber.. o a su deseo. Adoraría poder apretar a Alicia contra su pecho y susurrarle sus más profundos sentimientos. Pues entonces hazlo de una vez!
El peso de la consciencia lo atormentaba como una espina clavada en el pie.
_ Ya le envié dos cartas, que vos entregaste - Thomas murmuró esquivo.
Andrew desdeñó .
_Bah, qué significan esos garabatos de tinta en un pedazo de papel? Una mujer necesita más que eso. Necesita manos acariciándola, labios besándola...
Thomas le dio una patada.
_ Basta de conversación vacía, escudero inútil! Partiremos con la primera luz del día.
_ A dónde, mi lord ?
_ A Wolf Hall, por supuesto!
Aquella noche, cuando finalmente posó su cabeza cansada en la almohada, Alicia descubrió una carta debajo de ella. Entre afligida y curiosa, vaciló antes de romper el lacre.
Para Alicia,
A quien puedo llamar mía,
Tengo una confesión que hacer.
Debería habértelo contado personalmente, pero temí que te rieses.
Tal vez hasta pienses que miento para caerte en gracia .
Créeme, dulce doncella, soy franco.
Mi confesión?
Es que... te entregué mi corazón en el primer instante en que te vi.
Te ruego , guardes esa confesión envuelta con tu amor.
El mensaje sin firma mantuvo a Alicia despierta la mayor parte de la noche.
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