martes, 14 de abril de 2009

EL CONDE VIRGEN - TORI PHILLIPS - CAPITULO 24

CAPITULO 24



El sol vespertino se hundí mas allá de los pinos cuando Thomas y Alicia se aproximaron al bosque que marcaba la frontera de las tierras Cavendish. Habían diminuido la marcha considerablemente desde la parada para el picnic, el aire fresco y la cabalgata habían abierto el apetito de los integrantes del séquito, a pesar de la generosidad con la que fueron recibidos en cada parada del viaje. Habiendo bebido más cerveza que de costumbre, Alicia encontraba difícil mantenerse despierta.
Thomas la sujetó cuando se inclinó hacia adelante en la silla por la segunda vez.
_Te sientes mal ? - Thomas preguntó , la preocupación le obscureció los ojos .
Ella sonrió y lo tranquilizó;
_Sólo estoy somnolienta. - Cubrió un bostezo con su mano. Odiaba revelarle a todos su inexperiencia en viajes a caballo.
El conde ordenó que la fila parase.
_ Soy mas idiota que Andrew! - Desmontando con agilidad, Thomas sacó a su esposa de su montura. - El paseo estaba tan buen que me olvidé que eres una muchacha de ciudad y que no estás acostumbrada a andar a caballo. Perdóname. - La miró con sincero pesar.
Alicia intentó minimizar su falta, aunque le dolían todas las articulaciones.
- No fue nada. Estoy disfrutando el paseo . - Ella apretó la mano de su marido.
Thomas le dio una sonrisa fresca .
_Este lugar, en medio de los árboles, es fresco y agradable. Vamos a descansar un poco aquí. - Hizo una mueca. - Me duele la espalda y una pausa me va a ser bien.
Alicia dudaba de que él sintiese algún dolor, pero apreció la tentativa de justificar la fragilidad de su esposa. Aliviada, se sentó en el suelo .
Andrew le ofreció al lord y la lady una odre con vino fresco . La bebida parecía néctar después tantas horas en la montura por un camino polvoriento . Alicia sintió cada fibra de su cuerpo relajarse. Con un bostezo más, posó su cabeza en el tronco de un árbol y cerró los ojos .
Thomas le susurró ao oído.
_Pretendes pasar la noche aquí, mi lady ?
Sin abrir los ojos , ella negó con la cabeza.
- No sólo la noche, varios siglos me quedaría aquí ...
Su marido la cubrió con su capa.
_Media hora es todo lo que te concedo. Tenemos que llegar a casa antes del anochecer.
_Casa... - repitió Alicia, suspirando. Se embarcó en una atractiva corriente de sueño.

Georgie la arrancó de un sueño con un ladrido agudo.
- Qué pasa ? - preguntó ella, espiando por entre sus pestañas.
_Una liebre, mi lord ! - anunció Andrew. - Y de las gordas, implorando por ser la invitada de honor a la cena de esta noche.
Thomas se levantó de un salto .
_Pues vamos a invitarla personalmente . Mary, quédate con Alicia mientras ella descansa.
La niña protestó.
_ Por qué me tengo que perder la diversión? Yo no estoy cansada.
Alicia le sonrió a su cuñada.
_Ve con ellos, muñeca, y muéstrales quién es la mejor cazadora de por aquí.
Mary montó su caballo sin esperar ayuda.
_Acepto el desafío. Vamos, Tom! Apuesto tres monedas que la atrapo antes que vos.
Thomas se hincó en una rodilla en el suelo al lado de su esposa.
_ Me das permiso para ir a defender mi honor ?
Thomas miró ansiosamente por sobre su hombro para ver si la niña le sacaba mucha ventaja.
Alicia apartó una mecha dorada de los ojos de él.
_Ve, Thomas. A mí me basta soñar con conejos, en vez de cazarlos.
El le tomó la mano y la besó .
_Volvemos pronto, lo prometo. Taverstock te cuidará. - Miró al pequeño terrier. - Quédate aquí.
Tavie aulló, lamió la nariz de su dueño y se metió debajo de la capa, anidándose junto a Alicia.
Ella lo acarició .
_ Creo que yo cuidaré de Taverstock.
Thomas le besó la mano nuevamente.
_ Tienes razón , pero no se lo digas a él. Duerme bien, mi querida .
Alicia sintió su corazón hincharse ante las palabras tiernas y al sentir los labios de su marido en su piel. Antes que pudiese manifestar sus propios sentimientos, él se levantó y corrió hacia caballo. Saltó sobre la silla sin que sus pies tocasen los estribos. Con un bramido que asustaría a cualquier liebre en un radio de veinte kilómetros, partió al galope entre los árboles, siguiendo a Mary, Andrew y los soldados. Audrey y Kip, por algún motivo romántico , buscaron un lugar reservado, a cierta distancia del claro del bosque .

Alicia se reclinó de nuevo contra el árbol y subió la capa hasta su mentón .
_ Que los cielos ayuden a esa pobre liebre - le murmuró a Taverstock. En un minuto, se embarcó en una siesta reconfortante.

Soñó que una nube negra descendía sobre ella, envolviéndola por completo. Cuanto más luchaba por escapar, más densa la nube se tornaba. La sofocaba, bloqueándole la luz y el aire. Gritó pidiéndole ayuda a Thomas, pero la nube le tapó la boca, silenciándola. No lograba respirar. Sentía un olor ácido a suciedad y transpiración . Entonces, sintió una presión alrededor del cuello.
Taverstock ladró.
Alicia abrió los ojos y tragó en seco. no estaba soñando, estaba despierta y envuelta en una tosca e inmunda manta .
El hombre que la sujetaba maldijo.
_ Carajo , esta mujer es más fuerte de lo que imaginaba! Pásame la cuerda ! - le ordenó a su socio. - Rápido...
Alicia dio una patada ,pero el hombre era ágil, y la esquivó. Forcejeando contra la tela que la envolvía, sintió un rostro junto a su hombro.
_ Quédate quieta, o te rompo todos los dientes! - la amenazó el bandido.
Alicia intentó rodar para alejarse del hombre . Dios del cielo! Dónde estaría Thomas? Logró apartar su rostro .
_Taverstock, ve a llamar a Thomas! - le ordenó al terrier, que corrió lejos del alcance de los atacantes. - Tráelo aquí!
El perrito gruñó y mostró sus dientes agudos.
El hombre moreno sacó su daga.
_ Un diente mío es mas grandes que todos tus dientes juntos, peste del demonio !
Alicia pateaba y arañaba al hombre más alto, quien intentaba inmovilizarla montándose encima de ella.
_ Corre, Tavie! Encuentra a Thomas!
El terrier dio media vuelta y se internó en la vegetación densa. El bandido más bajo quiso ir detrás de él.
_- No! - gritó el hombre que sujetaba a Alicia. - Olvídate del maldito perro y tráeme la cuerda, Demon! Vamos estar lejos de aquí antes que las patitas de ese perro de mierda alcancen a su dueño. - El hombre abofeteó a la cautiva. - Es perra es peor que una serpiente!.
La bofetada hizo eco en los oídos de Alicia. Al mismo tiempo que veía estrellitas azules, ella sintió el gusto salado y tibio de la sangre que manaba del corte en su labio inferior. Miró con odio al hombre que la mantenía inmóvil.
_ Canalla ! - le gritó. - Cobarde golpeador de mujeres !
El le tiró de la trenza con fuerza.
_Juro que te daré una trompada si abres esa boca nuevamente!
Alicia luchaba por liberar esas manos.
_ Preferiría hablarle por el resto de mi vida a un perro. Ellos son mejores que vos.
El bandido levantó su mano y la abofeteó de nuevo, con más fuerza esta vez. Ella se mordió el labio para no llorar, pero de cualquier modo las lágrimas se acumularon en sus ojos. Se negaba a darle la satisfacción a ese cretino, por eso, cerró los ojos y relajó totalmente su cuerpo.
_Dios Santo! - se asustó el moreno. - La mataste ?
El líder sacudió el rostro de su víctima.
_ Todavía respira. Creo que se desmayó.
Alicia esperaba que el forajido aflojase las garras sobre ella. Un segundo de distracción era todo lo que necesitaba para escapar. Pero él continuaba montado ella, sujetándola entre sus muslos poderosos. Al menos, le soltó la trenza, cuando su cabeza chocó contra una raíz del abeto.
Apretando los dientes, Alicia logró mantener la farsa. El hombre volvió a cubrir su cara con el manto hediondo, amarrándolo cerca del cuello con una cuerda gruesa.
Sólo entonces el bandido salió de encima de ella.
_ Un paquete envuelto para regalo para el rey - comentó, mientras amarraba las muñecas de la prisionera.
Demon se rió .
_ Y un buen dinero para nosotros!
Alicia entró en pánico. Jesús, protégeme! Su peor pesadilla se había transformado en realidad. Había sido capturada por bandidos contratados por su enemigo jurado, el Tudor que se decía rey de Inglaterra . Se mordió la lengua para no llorar. Oh, Thomas, volveré a verte en esta Tierra? Respiró profundamente por entre sus labios hinchados. El coraje Plantagenet se fortaleció en su pecho. Falta mucho para me encierren en la Torre de Londres, canallas. no cuenten con su recompensa todavía. Además, todavía no he pasado mi noche de bodas!
El líder la levantó del suelo y la cargó como si fuese una bolsa de semillas, arrojándola sobre el lomo de un caballo.
_ Esta es demasiado alta para mi gusto ! - el hombre constató, montando en la silla. - A mí me gustan las mujeres menudas, como esa que nos mandó aquí. Ella, si, qué lindo par de tetas tiene...
Alicia no se movía, mas pensaba frenéticamente. No lograba imaginar por qué alguna mujer contrataría a esos forajidos para hacer el trabajo sucio del rey . El secuestrador espoleó el caballo, partiendo al galope. Con la cabeza y las piernas colgando a los costados, Alicia se sacudía junto a la montura. El hombre apenas la sujetaba por la cuerda que rodeaba su cintura. Rezó para que las ataduras estuviesen firmes. Prefería llegar a destino sana y salva , a caer de cabeza al piso.

Thomas frenó su caballo. Georgie indicaba un agujero debajo de un tronco cortado.
Andrew se sacó su gorro con plumas y secó el sudor de su rostro.
_ El conejo entró en un túnel en la tierra, mi lord . Quieres que cavemos?
Mary se metió entre ellos y frunció la nariz .
_Qué gracia tendría eso ? Es como sacar un nabo de la tierra. Dejen en pa a esta pobre criatura y vamos a volver. Ella nos ganó con su astucia y merece vivir.
Thomas levantó el mentón de su hermana.
_ Creo que tienes el corazón demasiado blando como para ser una verdadera cazadora.
la niña subió de nuevo a su caballo.
_ Preséntame un venado o un oso, y te mostraré que puedo ser implacable.
Thomas iba a replicar, pero agudizó su oído. El ladrido de Taverstock hacía eco en la bosque. Georgie paró de olisquear el agujero de la liebre, levantó el hocico y respondió a su compañero canino con un aullido profundo. Tenía el pelaje erizado.
- Qué ocurre? - preguntó Andrew, poniéndose el gorro.
- Perdieron algo?
Thomas maniobró su caballo.
_Es Tavie dando una señal de alarma.
En ese instante, el terrier irrumpió y empezó a caminar en círculos alrededor de las patas del caballo de su dueño. Apoyado en los estribos, Thomas escudriñó el paisaje . Otros sonidos llegaban de la misma dirección. Thomas Sacó la espada.
_Prepárense. Mary, quédate detrás de mío.

Audrey y Kip salieron al claro del bosque . Tenían las ropas sucias y desacomodadas, y cortes y arañados en sus brazos, causados por las espinas de las ramas que bloqueaban el camino. La criada cayó de rodillas en el suelo , cubrió su rostro con el delantal y lloró desesperadamente . Kip sujetó las riendas del caballo de Thomas.
_Dos hombres se llevaron a lady Alicia!
El conde fue invadido por una furia ciega.
_ Qué? - El bosque repitió e hizo eco de esa palabra indignada. él agarró al muchacho pálido por el cuello de la camisa. - Por qué no la protegieron?
Kip tartamudeaba de miedo.
_Cuando los vimos ya era tarde, mi lord . Eran dos tipos de pésima apariencia, y estaban bien armados.
Thomas sacudía al muchacho como si fuese una muñeca de trapo.
_ Ellos... la hirieron ?
El muchacho casi lloraba.
_ No, mi lord . Lo juro por mi alma. Parece que ella se desmayó, ellos la amarraron y se la llevaron en el lomo de un caballo.
Thomas soltó al criado, quien cayó al suelo
_Si estaban a caballo, no eran Ladrones comunes y corrientes... - Thomas razonó, temblando de sólo pensar en el destino de su esposa.
Taverstock ladraba impacientemente, caminando de un lado al otro en el borde del claro.
Thomas envainó la espada y se volvió hacia uno de los soldados.
_Cullum, llévate a mi hermana y a los dos criados de vuelta al castillo y reúne a los hombres . - Luego miró a Kip. - Viste qué dirección tomaron?
El muchacho asintió.
_Huyeron por el lado donde se pone el sol, mi lord .
_Tal vez se dirigen a York? - sugirió Andrew.
Kip confirmó.
Thomas apretó los dientes .
_Taverstock, encuentre a Alicia! Vamos, muévete!
Sin mirar a atrás, el valiente perrito salió corriendo por el bosque, las patas apenas tocaban el suelo. Georgie lo seguía de cerca, aullando como si todos los demonios del infierno lo persiguiesen. Espoleando su caballo de guerra al galope, Thomas se inclinó sobre el cuello del animal, caballero y caballo fundidos en un solo cuerpo . Andrew y los soldados volaban por la bosque un poco mas atrás.
Arbustos espinosos le rasgaban la capa, cuyos harapos flotaban con la brisa. Thomas impulsó al animal a una velocidad aún mayor. El garañón respondió.
Un pensamiento atormentaba la mente Thomas . Nunca le había dicho que la amaba.

No hay comentarios: