miércoles, 1 de abril de 2009

EL CONDE VIRGEN - TORI PHILLIPS - CAPITULO 7

Capitulo 7



El sol de final de verano persistía en el cielo occidental mientras Thomas conducía Alicia por el jardín rodeado de muros que los protegían del viento. Ella se deleitaba con los aromas familiares de tierra húmeda, rosas floreciendo y hortalizas frescas.
_ Tu jardín es muy lindo y está muy bien cuidado, mi lord - Alicia elogió. - No pensé que a Isabel le gustasen las plantas...
_ Es que no le gustan - confirmó él. - Es Mary quien cuida de todo.
Alicia abrió enormemente los ojos .
_ Tu hermana menor ? Estoy perpleja. Es tan pequeña, pero tiene mucha mano para la jardinería.
Thomas suspiró.
_Mary es chica y madura al mismo tiempo. ella. .. - Desistiendo de hablar, Thomas bajó la mirada del rostro de su prometida hacia sus botas lustradas.
“El es capaz de decir sabias palabras, pero opta por no hacerlo.” Alicia agradeció a todos los santos por haber tenido esa conversación con su pequeña cuñada esa tarde. La niña tenía una excelente percepción de todos los que la rodeaban.
Thomas le soltó el brazo y cruzó las manos en su espalda. Alicia disimuló su decepción. Había estado muy contenta con toda la atención que, aunque discreta, él le había dispensado durante la cena , y con su inesperado ataque de ira contra su cuñada, pero ella había esperado que hablasen del casamiento durante el paseo por el jardín. Sin embargo, Thomas actuaba como si no disfrutase de su compañía. La sofocó el temor. Dios, que él honrase el contrato firmado por el padre !
Alicia forzó una sonrisa.
_ El final de la tarde es mi hora favorita del día - Alicia comentó, intentando aliviar el ambiente. - Todo está en paz...
Thomas apenas gruñó.
Humedeciendo sus labios, ella prosiguió con una conversación que era un monólogo.
_ Tu hermana debe tener un don especial para hacer que las cosas que crezcan. Las flores de aquí son mucho mas grandes que las que mi.., madre cultivaba allá en York.
No debía pensar en el pasado feliz. El dolor da separación todavía le dolía.
_ Es... - murmuró Thomas.
Alicia imaginó la voz grave de él susurrando dulces palabras de amor al oído de una doncella. Y se ruborizó. Por favor, Santa Ana, que él se enamore de mí , o, al menos, que guste de mí. No soportaba la idea de pasar el resto da vida sin el consuelo del amor. Los Brampton la habían criado con todo su afecto.
Georgie comenzó a cavar debajo un rosedal cargado de pimpollos. Parte de la tierra alcanzó la falda de Alicia.
Thomas chasqueó sus dedos dos veces. El perro paró y los miró .
_ Perdón , lady Alicia . Te ha ensuciado el vestido?
Thomas extendió la mano como si fuese a sacudir la tierra, pero se contuvo y escondió la mano en su espalda nuevamente.
El teme tocarme. Alicia se alegró un poco. Debe respetarme, un poco, al menos.
- No llegó a ensuciarme - declaró Alicia . - Pero qué está buscando Georgie ? un topo o una liebre?
Thomas se rió .
_ No, los días de cazador de Georgie ya pasaron , pero me temo que él todavía no se haya dado cuenta . Suele enterrar los huesos que se gana en la mesa. Mary vive reprendiéndolo por esa manía.
_Tal vez espere ver que los huesos se reproduzcan y crezcan , para no tener que rogar por las sobras...
Thomas se rió de nuevo y Alicia se animó. Tenía que hacerlo reír con más frecuencia. Sospechaba de que su tímido prometido no estaba acostumbrado a expresarse relajadamente, porque había sido maltratado por su hermano mayor en la infancia.
_ Y el galgo, cuando va a dar a luz?
_ En una semana, más o menos.
Alicia miró a Vixen, siempre pegada a su dueño.
_ Es un lindo animal. Los otros cachorros que parió tenían su mismo color?
_ Pocos se parecían a ella. Me temo que Vixen no sea muy selectiva al elegir sus parejas . Sólo sé me doy cuenta quien fue el padre cuando ella da a luz , y siempre me sorprendo...
Ruborizándose , Alicia se recompuso rápidamente.
_ Ya buscaste un lugar para el parto?
_ Ya no lo hago , Vixen siempre escoge otro lugar. Esa vez escogió la lavandería, justo en medio de las sábanas limpias. Tuve que sobornar a la lavandera para que no armase un escándalo...
_ Apuesto a que le gustó ganarse una moneda extra - comentó Alicia.
_ Sin duda! El dinero es el camino mas certero para llegar al corazón de una mujer... - Desconcertado, Thomas dejó la frase morir en sus labios y retomó la caminata.
Alicia lo alcanzó.
_ Crees que mi corazón también fue comprado con dinero, sir Thomas?
El se detuvo , y Taverstock se rozó contra su pierna. Levantando el perrito, Thomas lo acarició entre las orejas, incapaz de mirar a su prometida.
_ Tu padre le pagó al mío una grande cantidad de oro como parte de tu dote - Thomas recordó. - Todas las mujeres son compradas y vendidas.
Alicia puso las manos en la cintura.
_ Y tu hermana ? No le concederás una dote?
Thomas se quedó sin habla.
_Mi padre puede haber vendido mi cuerpo, mi lord , pero te aseguro que no existe la cantidad de oro y de joyas que pueda comprar mis sentimientos - replicó Alicia. - Que te quede claro, yo no soy Isabel.
Thomas continuaba concentrado en el perrito.
- Claro que No!. Es que ...
_ Qué, mi lord ?
El respiró profundamente .
_ Serás mi esposa. Mi padre dio su palabra y yo la honraré.
_ Sólo por deber? - preguntó Alicia. No sentía ni un poquito de amor o deseo?
Thomas posó el pequeño terrier en el suelo .
_Todos tenemos nuestras responsabilidades, mi lady. Acabo de asumir las mías y temo...
En vez de concluir la frase, él giró sobre sus talones y se dirigió apresuradamente al portón de los fondos. Vixen y Tavie corrieron detrás de su amo. Georgie prefirió quedarse con Alicia. Con un nudo en el estomago, ella observó la figura del joven conde apartándose bajo los primeros rayos de la luna. Cielos santos ! Iba a huir así de ella por la puerta de la iglesia el día del casamiento?
Thomas se detuvo por un segundo antes de doblar por la esquina.
_ Estoy contento de que hayas venido a Wolf Hall, Alicia.
Y luego Thomas desapareció.

Alicia sintió las piernas débiles y se sentó en medio del sendero. él había hablado en serio, o eso solamente había sido una cortesía? Georgie se acercó y le lamió el rostro. Ella le acarició las orejas en respuesta.
_ Al menos sé que gusta de mí, Georgie - ella murmuró, acariciándole el cuello. - Ahora, vamos a dormir, pero mañana nos ocuparemos del tímido conde de Thornbury... y vamos a comenzar por sus comidas. Georgie, cómo lograste comer eso que nos sirvieron esta noche? No me extraña que Thomas ande tan malhumorado. Ese va a ser nuestro próximo desafío, compañero. No dicen que el camino al corazón de un hombre pasa por su estomago? Ven!
Levantándose del suelo , Alicia chasqueó sus dedos, como había visto a Thomas hacer. El perro la siguió obedientemente al interior del castillo.

Aquella noche, Alicia no logró dormir. Acostada en medio de la inmensa cama de cuatro postes, miraba el dosel de terciopelo azul bajo las suaves mantas subidas hasta el mentón . Prácticamente se hundía en el colchón blando. Toda su vida , había dormido en una cama estrecha en el ático de la casa del orfebre. Desde ese lugar , había disfrutado la melodía nocturna de la ciudad de York, los gatos maullando, los perros ladrando en respuesta y las pisadas de los últimos clientes de la taberna volviendo a sus casas.
Lágrimas surgieron en sus ojos al recordar cada rincón de su hogar. Dónde estarían sus amados padres? Rezó para que cruzasen con seguridad las aguas hasta Flandres y se aferró al borde de la manta, en un esfuerzo para no ceder a la tristeza que la consumía.
Esa cama era demasiado grande. Podía perderse en ella y nunca más ver la luz del día. Por qué Andrew la había instalado en una habitación tan lujosa? No se sentía cómoda en medio de esa decoración de seda y oro. Hasta la criada que le había iluminado el camino hasta allí sabía que la hija do orfebre se habría sentido mejor en un aposento más sencillo. Isabel tal vez desease toda esa pompa, pero ella se sentía incómoda .
Exactamente cuando el guardia en la muralla anunció la
medianoche, Alicia oyó un ruido junto a la puerta. Aunque no creyese en duendes ni en fantasmas, se encogió más debajo de las mantas. El arma más cercana era el candelabro de metal apoyado en la mesa al costado de la cama. Se arrastró sobre o colchón para llegar más cerca de él.
Una garras arañaron el piso del corredor y entonces se oyó un jadeo al pie de la puerta. Alicia soltó el candelabro. Era Georgie, estaba segura, pues Taverstock se movía más rápidamente y Vixen no hacía ningún ruido. Nunca había tenido un perro hasta ahora. Debía acostumbrarse a sus andanzas nocturnas de los tres que habitaban el castillo, si pretendía convertirse en la esposa de sir Thomas.
Un agudo chasquido de dedos interrumpió la investigación del mastín. Alicia se paralizó y miró la puerta, intentando ver, con la pálida luz de luna , si la tranca se levantaba. Conteniendo de nuevo la respiración , llegó a la conclusión que Thomas debía estar allí. Y si él invadiese el cuarto y le exigiese compartir su cama ?
Estaba en todo su derecho , y Alicia bien lo sabía. Enterró los dedos en el colchón de plumas de ganso. Katherine Brampton había educado a su hija adoptiva para ser una muchacha recatada y pudorosa. Su única experiencia con el sexo opuesto había consistido en un beso robado por Peter Martext en la última celebración del Primero de Mayo, cuando él apenas había rozado sus labios en su mejilla . Por la mañana, durante una breve parada en el viaje, Edward la había prevenido respecto a los apetitos lascivos de los Cavendish, y ella recordó el momento en que había conocido a John y a William. Thomas debía ser igual a sus hermanos . Por qué iba a ser distinto ?
Mordiéndose el labio, Alicia continuaba con los ojos fijos en la tranca.
Mas chasquidos de dedos y el perro se apartó yendo por el corredor.
En el borde de la cama, Alicia apartó las mantas y se levantó . El piso frío le flageló los pies descalzos. Tomó el candelabro, se aproximó
lentamente a la chimenea y encendió la vela con una brasa y luego apoyó el oído contra la sólida puerta de madera. Ningún sonido allá afuera.
Alicia reunió toda su coraje, giró la perilla , abrió una hendija. levantó el candelabro bien alto. Nada bloqueaba la luz. Con un profundo suspiro de alivio, cerró la puerta y se anidó nuevamente en la enorme cama. Después soplar la llama, se deslizó debajo de las mantas principescas. En poco tiempo, se dormía.

Poco antes del amanecer, Alicia se despertó con el canto de un gallo: Al principio, no se acordaba donde estaba. Entonces, vio el lobo enojado en el escudo familiar sobre la chimenea. El blasón de la familia Cavendish. La mañana había llegado, y todavía se encontraba en Wolf Hall. Se levantó , se lavó el rostro con agua fría y se desenredó el cabello.
Debía vestirse rápidamente e ir a cocina antes que los cocineros se adelantasen a la preparación de la comida. Se había jurado que Thomas y los demás habitantes de ese lúgubre castillo comerían mejor de ahora en adelante. El conde no la echaría de allí si ella lograse agradarle el estomago. Gracias a todos los santos, Katherine le había enseñado a cocinar y a cuidar una casa. Educación más útil que la de educación de una princesa, pensó Alicia , amarrando los cordones de su corset.
En su prisa por salir, casi no vio el pedazo de papel doblado en el piso junto a la puerta. Podía jurar que no lo había visto en medio de la oscuridad. Alicia abrió el mensaje misterioso y fue cerca de la ventana, la luz matutina la ayudó a distinguir las letras. Alicia perdió el aliento ante las palabras escritas en gran y bella caligrafía.

A la inigualable Alicia,

Es con una mano temblorosa que tomo la pluma para escribir
lo que no me atreví a decir en voz alta. Al acostarme, no
pude dormir, pues su dulce imagen danzaba en mis
pensamientos. Me desperté muy temprano con su beso
imaginario todavía húmedo en mis labios.
Tu belleza me arrebata y no sé qué decir,
a no ser que soy para siempre tuyo.

Nadie firmaba la carta.

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