sábado, 18 de abril de 2009

LA DONCELLA ASTUTA - SARAH MCKERRIGAN - CAPITULO 2

CAPITULO 2

TAN PRONTO COMO MENCIONÓ EL NOMBRE, Rand sintió que algo estaba mal . Hubo un silencio largo en respuesta.
¿"Quiere decir Miriel?" el caballero más joven preguntó.
Ran parpadeó inquietamente . ¡Mierda! ! ¿Cómo podía haberse equivocado con el nombre de la muchacha ? "Sí, Miriel." Él frunció el ceño con confusión. ¿" No fue eso lo que dije?" Él sonrió . "me temo que estoy un poco nervioso."
"Debería estarlo," dijo Rauve. ¿" No ha oído hablar de las
Doncellas Guerreras de Rivenloch?"
¿"Doncellas Guerreras ?" La inquietud lo invadió . ¿Quién carajo eran las Doncellas Guerreras ? Rand comenzaba a sospechar que había detalles sobre esa misión que Morbroch había omitido, detalles que iban a hacer que su recompensa generosa resultase una miseria al final de esa aventura. "Oh, sí, por supuesto," él farfulló . ¿"Quién no ha oído hablar de ellas?"
Los ojos del caballero más joven brillaron . "Le doy dos horas de vida," Kenneth le dijo a Rauve.
¿"Con la bienvenida afectuosa de Helena?" Rauve sacudió la cabeza. "Una hora maximo."
Rand miró a un hombre y al otro. ¿ De qué demonios estaban hablando?
"Venga, entonces," dijo Rauve. "Si se apresura, puede estar en camino de vuelta a Morbroch antes del mediodía."
¿"De vuelta ?
“Pero yo acabo de llegar ..."
Las guardias intercambiaron sonrisas conocedoras antes de darse vuelta para marcharse , y Rand refrenó el impulso de golpear las cabezas de esos insolentes . Él supuso que era su propia culpa . Él había decidido jugar al “muchachito muerto de amor”. Y ahora se había convertido en objeto de bromas.
"Espero que sea bueno con la espada," comentó el caballero mas joven sobre su hombro, mientras le sonría sarcásticamente.
Rand sonrió en respuesta. ¿Bueno con la espada? Él podría haber extraído su espada y haber traspasado al muchacho antes que esa sonrisa de sorna desapareciera de su cara. Pero la experiencia le había enseñado que era sabio guardar las mejores armas escondidas hasta que fuesen necesarias.
Se preguntó cuándo usar su espada sería necesario . Esa misión ya le estaba resultando problemática . Había esperado pasar unos días en Rivenloch, cortejando a la dama para salvar las apariencias, atrapar al ladrón, y tener su presa entre sus manos hacia el final de la semana para luego poder volver a buscar el resto de su pago.
No necesitaba mas complicaciones. Ya, la idea de cortejar a una doncella inocente prometiéndole un noviazgo cuando no tenía ninguna intención de casarse con ella le producía un gusto ácido en la boca. Sin mencionar el hecho que él tendría que pasar mucho tiempo con una jovencita de quien no sabía conocía nada.
Lord Morbroch le había asegurado que la doncella era atractiva y dulce y, lo más importante, maleable, ella entraría muy fácilmente en su farsa. Pero ahora no estaba seguro de confiar plenamente en las palabras de Morbroch.
tomando las riendas de su caballo , Rand chasqueó su lengua para incitar al animal a avanzar.
Por como venían saliendo las cosas, Miriam podía resultar ser una víbora de lengua mordaz. O una niña malcriada. O una vieja bruja con dientes podridos y tetas caídas. Rand se estremeció internamente. En qué mierda se había metido?

Ya había avanzado bastante metros cuando de repente recordó a la muchacha escondida en el árbol. Se dio vuelta, explorando con la mirada las ramas de un cedro denso, pero no pudo ver a nadie en el follaje . Pero podía sentir su presencia.
Rand sonrió abiertamente. "Adiós, diablilla,” dijo él suavemente, lanzando un beso al aire . Entonces se dio vuelta para marchar hacia el Castillo Rivenloch.
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En el momento en que él la había llamado Mirabel, los ojos de Miriel se habían estrechado con disgusto. Si ese bellaco pretendía fingir un enamoramiento, al menos podría tener la decencia de mencionar correctamente en su nombre.
A pesar de su irritación, otra parte de ella se sintió intrigada. Había habido varios hombres que el año pasado habían expresado un interés en Miriel, pero ninguno se había atrevido a solicitar permiso para cortejarla. Entre Sung Li como guardiana personal y sus hermanas que recibían a cualquier pretendiente por una espada en la mano , los hombres prefirieron guardar distancia. Sólo Pagan Cameliard se había animado a ofrecer matrimonio, aunque se trataba de un matrimonio de conveniencia política, pero había sido su hermana Deirdre quién había aceptado la oferta. Y ahora estaba felizmente casada con él.
Sus hermanas indudablemente iban a darle una patada en el trasero a este nuevo candidato y y lo mandarían de vuelta a lo de Morbroch con la cola entre las patas más rápidamente de lo queél tardaría en decir “Hola”.
No podía dejar que eso pasase. Sir Rand estaba en una misión sospechosa aquí en los bosques, y ella tenía que descubrir sus verdaderas intenciones.
De cualquier modo , era una pena , Miriel pensó mientras apoyaba su mejilla contra el musgo suave que cubría el cedro, mirando a los tres hombres mas abajo . Él era bastante guapo. Sus hombros eran anchos, sus caderas estrechas, y parecía casi tan alto como Rauve. Entre su sonrisa compradoras, sus cejas masculinas, y sus encantadores hoyuelos , él ciertamente era el hombre más guapo que ella jamás hubiese visto. Sus ojos brillaban como un topacio oscuro. Su voz sedaba y excitaba al mismo tiempo. Y su cabello castaño parecía pedir ser tocado y ser desenmarañado con sus dedos.
¿ Cuan terrible sería - Miriel reflexionó cubriéndose con un rubor culpable - participar de su charada , ignorar la posibilidad que él tuviese segundas intenciones, y permitirle que la corteje? Permitirle poner sus grandes manos sobre su cintura... Permitirle colocar besos leves sobre su boca y permitirle susurrar palabras cariñosas en su oído... Permitirle desenvainar el arma que llevaba en sus pantalones otra vez y...
En el segundo siguiente, Miriel volvió a recuperar el sentido común. Los hombres se marchaban. Pero cuando ellos ya habían recorrido gran parte del camino, Rand hizo una pausa, giró su cabeza para mirarla directamente. Por supuesto que él no podía verla completamente por las densas y abundantes ramas del cedro Pero el impacto de su mirada le causó un temblor extraño en el cuerpo . Y cuando él le lanzó un beso, ella casi sintió el calor de su aliento sobre sus labios.
En el instante en que ellos estaban fuera de vista, Miriel
bajó del árbol y corrió por los bosques por el camino que había venido. Quizás sir Rand de Morbroch era un bellaco , un falso y un canalla. Quizás él era absolutamente inepto y no podía calificar como un pretendiente decente . Pero no iba a dejar que sus hermanas decidiesen eso. O su padre. O su criada oriental.
Además, ese hombre definitivamente planeaba hacer algo malo. Si esto significaba que ella tendría que pretender ser receptiva a sus avances amorosos para descubrir la naturaleza de su misión en Rivenloch , entonces por la Santísima Trinidad, lo haría. Por el bien de Rivenloch, por supuesto.
Cuando finalmente emergió del túnel secreto , su corazón todavía palpitaba por la emoción de la aventura, estaba tan distraída que casi chocó contra su criada.
¡"Ah!" Ella murmuró con cierta culpabilidad. "Sung Li."


"Desayuno." La criada le extendió una hogaza de pan y un pedazo de queso .
"Lo comeré más tarde." Miriel intentó eludir a la anciana, pero ella de una manera sutil le bloqueó el camino.
"Debes comer ahora, para mantener tu fuerza."
Miriel apretó sus labios. ¿Por qué todos en ese castillo pensaban que podrían darle órdenes, incluso su criada? "No tengo tiempo, Sung Li. "
Una de sus cejas se arqueó en acusación silenciosa. “pero tuviste tiempo para pasear por el bosque."
Miriel frunció el ceño con exasperación. “Bien ". Ella agarró rápidamente el queso y el pan, dio una mordida tan grande al que apenas podía hablar apenas. ¿"Satisfecha?"
Los ojos de Sung Li se estrecharon . “Eres un niño tonta, muy tonta."
Con un gruñido de cólera, ella empujó a Sung Li para pasar y abrió la puerta del taller.
" Te lo digo de una vez y para siempre. " Miriel declaró, sus palabras amortiguadas por el pan, "No soy un niña!"
Luego cerró con un golpe la puerta detrás de ella.
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Rand estaba de pie en medio del enorme campo de práctica de Rivenloch con sus brazos cruzados sobre su pecho. Había atraídos las miradas de muchas muchachas a lo largo de sus veinticuatro años de edad , pero ninguna de esas miradas se podía compara al escrutinio al que estaba siendo sometido ahora.
Entonces esa era Helena, la hermana de Muriel. Ella una chica atractiva, con ojos color esmeralda, cabellos oscuros y salvajes, y pechos generosos. Si no fuese por la armadura y la amenazante espada colgando de sus caderas, sin mencionar al prometido de ella que estaría en algún sitio por allí , Helena podría haberlo tentando peligrosamente.
Pero en ese momento, en todo lo que podría pensar era en el hecho que ella lo estaba examinando como un jefe de establos apunto de comprar un caballo.
Estrechando sus ojos , Helena estudió su pecho, contempló sus piernas, mostró un asentimiento de satisfacción al evaluar su espalda , pero finalmente chasqueó su lengua con desaprobación.
¿"Entonces has venido a cortejar a Miriel?" ella preguntó, parándose delante de él y cruzando sus brazos sobre su pecho en actitud desafío.
Miriel. No Muriel. No Miriam. Ni Mirabel. Por Dios , tenía que memorizar el nombre de esa chica. "Sí, con el permiso de ustedes."
Como el padre de las damas de Rivenloch, Lord Gellir , padecía de senilidad , por lo visto se requería que los pretendientes de Miriel fuesen aprobados por sus dos hermanas mayores .
¿"Y piensas que puedes protegerla?"
¿"Protegerla ?"
¿"Sabes luchar?"
Rand sofocó una sonrisa. Había sido un mercenario durante seis años. Por supuesto que sabía luchar. "Si hace falta."
Entonces , con un movimiento fluido, Helena extrajo su espada y lo enfrentó. "Demuéstralo."
Sus brazos cayeron a los costados. Seguramente ella no hablaba en serio. Él frunció el ceño . Quizás , Rand pensó, era una broma.
"Vamos a ver que tienes," impulsó ella.
Rand miró a los espectadores. Sir Rauve y su compañero estaban allí, varios otros caballeros, un niño pequeñito chupándose el pulgar, y tres muchachas. Ninguno de ellos parecía sorprendido por el desafío de Helena.
"Mi lady, no creo ... "
"Vamos, lucha conmigo ." Ella tocó su pecho con la punta de su espada.
Él dio un paso atrás . ¡Por Dios! ! Ella hablaba en serio.
"Con todo el respeto debido, Mi lady, no puedo ... "
¿"No puedes qué? ¿Proteger a Miriel? Entonces usted no puedes cortejarla."
"Por supuesto puedo protegerla, pero ..."
"Entonces demuéstralo." Con su mano izquierda, Helena sacó la espada de él de su vaina. " Vamos, muéstreme." Ella le dio el arma.
Rand tomó la espada, pero se rehusaba a usarla. "Mi lady, no es un asunto ... "
La espada de ella avanzó sobre él tan rápidamente que todo lo que Rand pudo hacer fue bloquear el golpe con su propia espada. Azorado, él casi no logró desviar el segundo ataque . Rand retrocedió, pero ella continuó, su arma moviéndose con una velocidad inesperada.
Eso no podía estar pasándole , Rand pensó. No podía combatir con una dama. Era algo impropio. Poco digno. Para nada cortés.
Naturalmente podría dañarla severamente. Él era mucho más fuerte que ella y seguramente tenía mucha más experiencia en combate, sin importar cuan rápidamente ella se moviese. Pero Rand no se atrevió a utilizar la plenitud de su fuerza.
¡"Mi lady, te lo pido encarecidamente , detente!"
Ella le pinchó en el hombro. ¿"Qué pasa ? ¿No tienes bolas ?" Helena se burló.
¡"Por Dios! No lucharé con una mujer."
¿"Y si la mujer piensa matarte?"
Sus ojos brillaron como el fuego verde, y Rand se preguntó si ella realmente pensaba matarlo. Quizás era a eso que Rauve se refería cuando él predijo que Rand no duraría una hora.
De cualquier modo , cuando él había ganado sus espuelas como caballero , había jurado nunca dañar a una dama. Podía ser un bastardo escocés y un mercenario, pero Rand orgullosamente mantenía los votos hechos cuando había recibido el título de caballero.
Por eso , rezó para estar tomando la decisión correcta, y luego lanzó su espada a al suelo en señal de rendición.
¡"Helena!" se oyó un grito desde afuera del campo.
Él desvió la mirada de los ojos de Helena, que habían adoptado un destello maligno , y miró hacia el lugar de donde provenia el grito. Una encantadora muchacha corría por el césped, sus faldas azules en sus puños, su cabello suelto flotando detrás de ella como una bandera color miel castaña. Su cara era hermosa y tan delicada como una flor de manzana, pero sus bellas facciones denotaban preocupación.
¡"No lo mates!" ella gritó.
Helena habló por sobre su hombro. "Yo no iba a matarlo." Sus labios se curvaron maliciosamente . "Sólo iba a mutilarlo."
************************************ Miriel no estuvo a punto Miriel no iba a dejar que Helena le cortase una sola mecha del cabello de Rand.
¡"No!" Ella levantó sus faldas y comenzó a acercarse a su hermana feroz.
"Mi lady." Sir Rauve protestó, agarrándola por el hombro, “Es mejor usted se quede fuera de esto."
Su tono paternalista puso a prueba el carácter sereno de Miriel. Ella logró sonreír dulcemente mientras decía entre dientes, "Sácame la mano de encima, palurdo."
Los ojos de Rauve se ensancharon con sorpresa, y él la soltó inmediatamente.
Mientras corría a través del campo, todo lo que Miriel pudo hacer fue intentar mantenerse en control. ¡Maldición ! Estaba harta de ser tratado como una niña indefensa. Después de todo había sido ella la que había salvado Rivenloch del ataque de los ingleses. Gracias al túnel secreto . Gracias a las armas que había provisto . Y graciasa su genio. No quería ser tratada como una niña mimada y vivie envuelta en una capa de protección que la asfixiaba. Sobre todo no quería ser vigilada y protegida por una hermana que sólo era unos años mayor que ella.
Helena iba a arruinar todo.
Cuando Miriel se acercó, su hermana suspiró, su mirada feroz se ablandó con cierta condescendencia. "Niña tonta, yo sólo iba a darle una lección."

Tal vez era por todos los años de mantenerse callada la razón por la cual Miriel quería gritar. O quizás por el fingimiento de ser una muchacha indefensa cuando en realidad podría vencer fácilmente a cualquier hombres que tuviese dos veces su tamaño. O quizás por haber vivido a la sombra de sus ilustres hermanas. Independientemente de cual fuese la razón, la formación y el entrenamiento que Sung Li le había dado , destacaba la importancia de la serenidad y el autocontrol. Pero en ese momento Miriel sintió que la sangre hervía en sus venas, y le pegó un empujón a Helena para alejarla.

La sorpresa hizo Helena se tambalease hacia atrás, pero sus instintos de guerrero eran fuertes. En un acto reflejo, ella colocó
el punto de su espada en la garganta de Miriel, haciendo gritar a los espectadores que observaban desde la cerca. Nunca habían visto a nadie blandir un arma para atacar a la mansa Miriel.
Una segunda espada golpeó a Helena y la hizo apartarse.
Era la espada de Rand la que hizo eso, y tanto Miriel como Helena giraron sus cabezas hacia él .
Todo había pasado tan rápido, Miriel apenas sabía qué decir. Y el pobre Rand, con el ceño fruncido en confusión y asombro, estaba paralizado , sus dedos apretando firmemente la empuñadura del arma.
El asombro de Helena rápidamente se convirtió en disgusto. En silencio ella hervía de rabia , su orgullo estaba herido porque indudablemente Rand ahora había ganado control de la situación. Su humillación fue completada cuando Rauve gritó desde la cerca, "Necesitas ayuda, mi lady?"
¡"No!" ella replicó . Luego le refunfuñó a Miriel, " Ves lo has hecho? ¿Por qué te interpusiste entre nosotros?"
La mandíbula de Miriel cayó con perplejidad . El hecho que Helena tan fácilmente le echaba la culpa sólo hizo que se sintiese más decidida a desafiar a su hermana de una vez para siempre. " Porque sos abusiva, autoritaria y entrometida," gruñó ella, "este no es asunto tuyo . Es asunto mío, entendiste?."
El choque en la cara de Helena era inestimable.
Antes que ella pudiera perder el coraje , Miriel se dio vuelta hacia Rand, quién parecía tan aturdido como un zorro arrinconado por un par de gallinas locas. Acomodando su cabello detrás de sus hombros, Miriel extendió su mano , lo agarró por la túnica , y lo empujó hacia ella. Entonces le plantó un beso en la boca.

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