viernes, 24 de abril de 2009

LA DONCELLA ASTUTA - SARAH MCKERRIGAN - CAPITULO 9

CAPITULO 9

EL GALLO Cantó al amanecer del día de la boda, y el sol creciente comenzó a calentar el césped helado por la escarcha, Rand se encontraba caminando impacientemente en el patio húmedo delante de la capilla , vestido con la ropa de gala que le había sido prestada por sir Colin. Estaba tan perdido en sus pensamientos como el novio mismo.
¿Dónde estaba Miriel? Casi todo el resto de las personas del castillo ya se habían reunido para la ceremonia. Ella debería estar aquí.
Las puertas delanteras se abrieron, y Rand se detuvo , mirando al grupo de invitados que se salían por la entrada. Ellos eran vecinos de Rivenloch. Tal vez podría obtener información útil de ellos respecto a la Sombra.
Calculaba que ya había hablado con todos los habitantes de la fortaleza el día de ayer .
Todos los criados estaban de acuerdo que la Sombra era un hombre menudo , que se vestía de negro, y que era tan rápido como un relámpago, aunque muy pocos realmente lo hubiesen visto con sus propios ojos. El forajido nunca le había hecho daño serio a nadie. Quizás eso explicaba la renuencia de la gente de Rivenloch a perseguir y atrapar al ladrón. ¿Si la Sombra nunca los había dañado o robado, por qué tendrían que privar al ladrón de su modo de vida ?
De hecho , si Rand no hubiese oído el testimonio de varios lords , habría sospechado que la Sombra sólo era una leyenda, como George y el Dragón, o el Hombre Lobo . El ladrón parecía poseer poderes que ningún mortal tenía . Rand había oído muy pocas cosas que pudiera ayudarlo a vislumbrar el verdadero carácter del forajido que buscaba. Hasta que había podido hablar con Lord Gellir a solas muy tarde la noche anterior . El anciano había estado sentado al lado del fuego, y Rand le había preguntado si él personalmente alguna vez había visto a la Sombra . Los ojos del Lord se habían encendido con malicia, y le había dado a Rand sonrisa astuta.
"Creo que todos de alguna manera hemos visto la Sombra," él respondió enigmáticamente. "El forajido anda entre nosotros, oh, sí, camina directamente bajo nuestras narices." Luego se rió como si esa fuese una broma privada.
Lamentablemente, había sido todo lo que Rand había podido sacarle al anciano. Después de eso la mente de Lord Gellir había comenzado a vagar, y pronto él había partido para irse a dormir.
Pero con aquella declaración le había dado a Rand la impresión que la Sombra no sólo era cómplice de la gente de Rivenloch. Sino que la Sombra, de hecho, podía ser uno de ellos. Alguien menudo ágil y rápido. Esa idea dejó a Rand despierto por la mitad de la noche, considerando las posibilidades. Pero había una posibilidad en especial que lo atormentaba , sin importar cuan absurda fuese, y sin importar con cuanta fuera él tratase de desterrarla de su mente . El conocía a alguien en Rivenloch que era menuda ágil y rápida.
Ahora, suspirando por centésima vez, Rand se rascó el cuello y reanudó la caminata inquieta . Era una idea absurda, pero ...
"Buen día ," se oyó una voz exactamente detrás de él.

Rand se sobresaltó . Cómo Miriel había logrado colocarse sigilosamente detrás de él, Rand no lo sabía . Pero cuando él se dio vuelta para retarla , las palabras le fallaron, y sus sospechas sobre ella desaparecieron con la brisa.
Ella parecía tan encantadora y hermosa como una flor. Llevaba un vestido morado , de escote insinuante que dejaba ver sus hombros y exponía su piel cremosa. Un pequeño rubí colgaba de una cadena de plata sobre su cuello y se posaba en el valle entre sus pechos como queriendo burlarse de él. Parte de su cabello estaba enlazado en un laberinto fantástico de trenzas delgadas, mientras que el resto se derramaba por su espalda . Pero lo más hermoso de su figura era el brillo malicioso que bailaba en sus ojos azules.
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Miriel sonrió pícaramente , sintiendo gran placer en haber sobresaltado a Rand , y en haberlo deslumbrado con su apariencia .
Con su propio chi* (* Nota de traducción: la palabra chi puede pensarse como un sinónimo de "energía" ) que ella había restaurado esa mañana con meditación y taichi chuan , Miriel ahora se sentía preparada para enfrentar al guapo canalla con la mente clara y el corazón estabilizado . No iba a permitir que sir Rand de Morbroch perturbase su calma.
"Mi lady, pareces ..." Rand comenzó a decir .
Ella arqueó una ceja. él iba a recurrir a algún elogio trillado , insincero y excesivamente dulzón ? Eso era lo que un hombre que quiere ser un pretendiente serio haría.
"Tienes ... buen aspecto, estás bien descansada ," él declaró.
El ceño de Miriel se frunció con desilusión. ¿"Bien descansada?" ella repitió. ¿Era lo mejor que él podía decir de ella ? Tal vez no fuese tan bella como Deirdre o tan voluptuosa como Helena, pero había pasado mas de una hora solamente trabajando en su cabello .
Luego ella vio la chispa de picardía en sus ojos. El desgraciado la estaba provocando intencionadamente.
Rand sonrió y se inclinó hacia ella, mientras cuchicheaba, "Estás impresionante."
A pesar de sus mejores esfuerzos, el pulso se le aceleró como si le estuviese creyendo , y Miriel se encontró cediendo a la sonrisa que no podía controlar.
Maldición con ese canalla . Rand podía no ser tan tramposo como ella era, pero era bastante bueno en el juego de la duplicidad . Dulce Virgen María ! se iba a a ser un día muy largo y excitante .
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La boda de Helena pasó velozmente y le dejó el recuerdo de una nebulosa . Después de la ceremonia Miriel no podía recordar nada de lo que había sido dicho. Quizás había sido porque Rand había estado muy cerca de ella durante la ceremonia, distrayéndola con su calor masculino y el olor sutil de su piel.
O quizás era por el hecho que habían estado parados muy juntos en la muchedumbre de testigos mientras Helena y Colin recitaban sus votos matrimoniales y en ese momento Rand subrepticiamente había tomado su mano, entrelazando sus dedos con los suyos, acariciando el dorso de su mano con su pulgar, recorriendo las líneas delicadas de su palma, hasta que Miriel había pensado que se desmayaría de placer y deseo.
No había nada que ella hubiera podido hacer para detenerlo , o por lo menos no sin llamar la atención de sus hermanas sobreprotectoras.
No podría haberlo mordido . No podría haber abofeteado su mano para alejarla . Y definitivamente no podría haberle dado un codazo en el mentón , seguido de un tacle que lo habría hecho terminar desparramado en el piso en el piso de la capilla.
De alguna manera Miriel sobrevivió a la ceremonia sin desmayarse y sin recurrir a la violencia. Pero el banquete de boda demostró ser un desafío aún mayor Desde el momento en que Rand y ella se sentaron juntos en la mesa de la tarima , él había comenzado a hacer el papel de pretendiente devoto.
"Permíteme, mi lady," murmuró él, alimentándola con el caramelo pegado en sus dedos.
Miriel sonrió dulcemente y aceptó el bocado dulce , pero no sin darle una mordida de advertencia con sus dientes.
Él jadeó sobresaltado, recibiendo una mirada aguda de Deirdre.
"Amor," él la reprendió afectuosamente, "ten cuidado de no morder la mano del que te da de comer ."
Ahora también Helena los observaba. Miriel forzó una sonrisa en sus labios. "Pero solamente fue un pequeño mordisco de amor, lo juro."
"Hum."
Helena hizo una mueca cuando Rand tomó la mano de Miriel en la suya , colocando un beso tierno en sus nudillos. Miriel no tenía otra opción mas que permitirle que acariciase cada centimetro de su mano , excitándola y apenándola públicamente al mismo tiempo .
Con su mano libre , Rand tomó una botella de la mesa . ¿"Más vino, mi querida?"
Ella deseó poder tomarse la botella entera. Quizás eso le calmaría los nervios . Pero Deirdre la observaba con ojos vigilantes. Entonces , ella le dio un manotazo juguetón. ¿"Tratas de emborracharme, mi amor?"
Él acarició su mano . "Sólo con mis afectos, mi amor."
Ahora Deirdre hizo una mueca , y Miriel tuvo que morderse la lengua para que lo empalagoso de sus palabras le causara una nausea.
Rand soltó su mano y apoyó la botella en la mesa . Durante un minuto, Miriel tuvo un descanso de su acoso. Luego él tomó el extremo de una de sus trenzas entre sus dedos. Despacio pero firmemente Rand comenzó a tirar de su trenza para acercala a él.
Miriel apretó los dientes. Podía tener que mantener las apariencias, pero no iba a permitir ser arrastrada como un salmón es tirado de una caña de pescar . Con un brillo en sus ojos que era más malicioso que tierno, Miriel enrolló su propio dedo en un rizo de la nuca del cuello de Rand , y gradualmente tiró de la mecha hasta que Rand hizo una mueca de dolor.
Cuando él la miró desconcertadamente , ella retiró su mano, fingiendo inocencia.
Él también soltó su trenza, y durante un momento, Miriel se preguntó si había dejado las cosas claras y si él había captado el mensaje. En ese instante Rand comenzó a acariciar la curva de su hombro en el lugar donde la tela morada se encontraba con
su piel desnuda.
La mano de Miriel se apretó alrededor del mango de la daga que usaba para cortar la comida. Ella la levantó lentamente .
Los dedos de Rand se congelaron sobre su hombro cuando vio el cuchillo . "Mi amor," dijo él jovialmente, a pesar de tener una sonrisa tensa, "Permíteme ayudarte con eso ."
Él colocó su mano sobre la suya en la empuñadura de la daga. Durante unos segundos ellos forcejearon por el control del arma.
¿"Miri?" La frente de Helena se arrugó con preocupación , y toda la gente en la mesa se calló. Maldición ! . Si Helena sospechara que Miriel estaba pasando por una leve angustia , ella saltaría de su asiento , extraería su espada, y lucharía con Rand sobre las mesas .
Con un suspiro de fracaso, Miriel relajó el asimiento de la daga y dejó que Rand se la sacase.
¿"Una rebanada o dos , mi dulce ?" él preguntó inocentemente colocando la daga en la bandeja que estaban compartiendo.
"Una," Miriel contestó, añadiendo con los dientes apretados, "mi caramelo."
Tranquilizadas, Helena y Deirdre y todos los demás volvieron a sus conversaciones , ignorando que Rand y Miriel emprendían una guerra secreta.
Fue cuando Rand metió su mano debajo de su cabello y comenzó a acariciar suavemente la base de su cráneo y causándole un estremecimiento de placer que Miriel supo que estaba en serios problemas.
A través de sus párpados pesados , Miriel vio a Sung Li en una de las mesas debajo de la tarima . Ella estaba frunciendo el ceño mientras la observaba . Miriel parpadeó, tratando de aclarar su mente. Su xiansheng* (Nota de traducción: esta palabra puede traducirse como " maestra o mentora") una vez le había dicho que el guerrero sabio sabía cuando retirarse de una batalla.
Quizás ese era el momento. Si ella se retiraba físicamente de la influencia de la presencia de Rand, tal vez podría equilibrar sus energías nuevamente.
"Yo... Voy a comprobar como están las cosas en la cocina ," dijo Miriel .
"Apresúrate a volver ," contestó Rand con un guiño de ojo .
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Rand tenía que admitir que disfrutaba el juego del gato y el ratón. Miriel era una muchacha muy inteligente, pero ella había terminado metiéndose en una relación mucho mas íntima con él de la que había planeado. Eso no preocupaba a Rand en lo más mínimo, aunque por lo visto ese juego le ponía los pelos de punta a Miriel .
Se inclinó hacia atrás para observarla alejarse de la mesa . Ella caminaba enérgicamente, como si estuviese huyendo de un perro gruñón, sus caderas contoneándose nerviosamente, sus faldas que siguiendola como una bandera roja. Rand sonrió maliciosamente. Miriel podía ser una diablilla traviesa y astuta , pero esa muchacha encantadora con curvas femeninas no podía ser un forajido . Había sido un tonto en imaginar tal posibilidad.
Pero él tenía que averiguar quién era el verdadero bandido . Ya que Miriel estaba ocupada , esa era una buena oportunidad para entablar conversación con algunos invitados de Rivenloch.
Desafortunadamente, sin importar cuan hábil Rand fuese para obtener información, rápidamente descubrió que no se podía extraer sangre de una piedra.
Escuchó sin mucho entusiasmo mientras uno de los hombres de la familia Lachanburn volvía a contar su encuentro con la Sombra.
"... negro como el carbón ... ágil como un zorro ... deja tras sí una estela tan fría como el Mar del Norte ..."
Otro muchacho de la familia Lachanburn le relató, "No es más grande que un adolescente."
Y un tercero intervino aportando , "Pero es el acróbata más flexible e inteligente que jamas haya visto ."
Rand asintió con la cabeza. No estaba llegando a ninguna parte. Todos repetían el mismo cuento. Quizás tendría más suerte con las mujeres.
Las damas de Mochrie estuvieron encantadas de conocerlo , de hecho tan visiblemente encantadas que las hermanas de Miriel comenzaron a lanzarle miradas asesinas a Rand , miradas que contenían una acusación de traición a su hermanita menor . Deirdre y Helena no lo juzgaban como un pretendiente conveniente para su pequeña hermana, pues seguramente ellas no aprobaban que él fuese amable con otras mujeres mientras aseguraba estar cortejando a Miriel.
Rand les dirigió una sonrisa avergonzada. No podían culparlo por intentar establecer una amistad con las damas de Mochries. Mierda! Después de todo no era su culpa que esas mujeres estuvieran fascinadas con sus hoyuelos.
¿"La Sombra?" una de las damas Mochrie preguntó, batiendo sus pestañas . "No lo he visto con mis propios ojos. Pero he oído decir ..."
"Él no pertenece a este mundo," declaró misteriosamente otra muchacha, poniendo una mano sobre el brazo de Rand.
La primer dama asintió con la cabeza su acuerdo.
La mujer a su lado tembló. "Debe ser terriblemente peligroso."
"Muy peligroso," concordó una cuarta dama, apretando su mano contra su pecho. "Yo me moriría de susto si lo encontrase en el bosque."
"Por supuesto," dijo la primera. " Nosotras somos doncellas virginales." Ella se mordía el labio nerviosamente.
La segunda dama dejó resbalar sus dedos a lo largo de la manga de Rand, como si palpase los músculos debajo de la tela . "Apuesto a que vos no te asustarías, sir Rand."
Los demás cacarearon en acuerdo, y la sonrisa de Rand se hizo tensa cuando sintió que el ramillete de admiradoras comenzaba a hacerse opresivo.
De reojo , Rand vio su rescate. Miriel surgía del sótano. Impaciente por desprenderse del grupo de admiradoras gallináceas , él levantó su mano y la saludo.
Miriel lo miró , pero cuando lo vio rodeado por las aduladoras damas de Mochrie, sus ojos se estrecharon , y ella levantó su nariz, ignorando a Rand completamente para ir a saludar a otros invitados.
¡Diablilla traviesa! Seguramente ella podía ver que él estaba atrapado. Una de las mujeres Mochrie lo agarró por la manga, otra lo agarró de la mano, y todas ellas comenzaron a charlar al unisono , y sus palabras fueron ahogando a Rand lenta y tortuosamente .

"Damas," dijo él, retirando su mano suavemente, cuando finalmente pudo introducir una palabra en medio del cacareo femenino , "debo retirarme ahora."
Una ráfaga de protestas se elevó a su alrededor . Finalmente Rand logró escaparse del gallinero , pero sólo después de haberles jurado que las acompañaría en un paseo por el bosque al día siguiente.
Lo que resultó tener un efecto fortuito y afortunado , ya que había estado buscando una excusa para ir al bosque con la esperanza de cazar a la Sombra.
Sonriendo exitosamente , Rand pasó por al lado de los perros , acariciando brevemente a uno de ellos , mientras observaba a Miriel transitando por el salón e intercambiando breves palabras con los invitados.
Miriel comprobó que las copas de todos estuviesen llenas y acarició las cabelleras pelirrojas y despeinadas de los niños de la familia Lachanburn.
Cómo podía haber sospechado que ella podría ser la Sombra, Rand no lo sabía . Miriel era una mujer doméstica , sociable y amable por naturaleza. E irresistible, él agregó mentalmente , dejando que su mirada vagase por su trasero encantador.
Con esos pensamientos en mente , Rand paseó por el salón y se colocó sigilosamente detrás de ella, luego la agarró por la cintura. Pero en vez de un grito femenino de sorpresa , inmediatamente se ganó un codazo fuerte en las costillas , un golpe que lo dobló pot la mitad y le cortó la respiración.
¡"Ah!" ella exclamó. "Lo siento, querido . ¿estás bien?"

Durante un minuto, Rand no pudo hablar. El golpe le había cortado el aliento. Señor Santo , esa muchacha tenía codos muy agudos, y no estaba seguro que ella lamentase lo sucedido. Seguramente Iba a tener un moretón negro allí si tenía suerte y esa muchacha no le había fisurado una de las costillas.
"... lo siento, me resbalé," dijo ella.
"No, fue mi culpa," Rand respiró con dificultad. "No debería haberte asustado. Me había olvidado que rápida de reflejos eres."
¿"Qué quieres decir ?"
"Tus reflejos."
" Mis ..... qué ?" ella chilló. "No sé de que hablas. Sung Li siempre dice que soy ... torpe."
¿"Torpe?" Él contuvo la respiración mientras se masajeaba la contusión. El dolor se alivió por un momento, y Rand pudo enderezarse. "No me pareciste tan torpe la otra noche cuando atajaste mi jarro en el aire." Él se inclinó cerca para murmurar , "Ni cuando me besaste más tarde en la escalera."
Ella se puso rígido , "Ese es un truco tonto que mis hermanas me enseñaron."
Él sonrió abiertamente. ¿"Atajar ? ¿O besar ?"
Sus mejillas se ruborizaron . Por Dios! Existía algo más bonito que el rubor de una doncella?
"Ninguno de los dos... es decir ambas cosas."
Él se rió entre dientes. Observó el salón para asegurarse que ninguna guardiana estuviese fusilándolo con la mirada , tomó un bucle suelto de Miriel . "Entonces debo hablar con tus hermanas, mi amor. Ellos puedan tener información muy interesante para compartir."
Ella corrió su cabeza , rechazando su gesto cariñoso . "Pensé que ya habías hablado con ellas. " Sus palabras eran bastante inocentes, pero había mordacidad en su voz cuando ella añadió, "no has hablado con todas las mujeres de Rivenloch, y Lachanburn, y Mochrie en estos dos días ?"
"Qué pasa , mi ternura ," dijo él con sorpresa , "Estás celosa ?"
Rand vio un brillo de picardía en la mirada de Miriel . Ella apoyó tímidamente sus dedos en su pecho. "Es que preferiría que sólo me hablases a mí."
Rand casi se rió con una carcajada , pero en lugar de eso murmuró melosamente , "y qué te gustaría que te dijera?"
Miriel lamió sus labios . Entonces, se encogió de hombros despreocupadamente . ¿" Y qué les dijiste ?"
¿"A quién?" Su mente había perdido el foco y Rand comenzaba a sentir la influencia de sus encantos.
"A todas esas mujeres."
Él miró su boca tentadora , tan rosada, tan húmeda , tan atractiva, y le sonrió pícaramente . "Les dije que no podía esperar para pasar mis dedos por tu cabello, presionar mis labios sobre los tuyos, envolverte entre mis brazos ... "
Ella le dio un puñetazo de reprensión en el brazo. "No hiciste eso." Ella apretó sus labios haciendo un gesto de puchero encantador. "estoy segura que ni siquiera les hablaste de mí en lo absoluto."
En verdad, ella tenía razón. Él no se había hablado de ella. ¿Qué prodría preguntar sovre Miriel ? Ya sabía que era hermosa, amable, inteligente, encantadora, y un poco traviesa. No tenía que saber nada más. Además, él estaba siguiendo el rastro de un forajido peligroso, no de una diablilla deseable.
"Por supuesto que hablé de vos, mi bombóm dulce ," mintió Rand. "estoy ansioso por saber todo sobre vos . Cómo fue tu infancia . A dónde te gusta pasear. Qué te gusta comer en el desayuno. Tu color favorito."
Los ojos de Miriel se estrecharon con astucia. ¿" Cuál es mi color favorito?"
Sin perder un segundo, Rand contestó , "Espero que sea el marrón."
¿" El Marrón?"
"Sí," él le dijo, curvando su boca en una sonrisa irónica, "es el color de mis ojos."
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Miriel resistió al impulso de gemir. En vez de eso , ella forzó una sonrisa dulce como la miel y murmuró, "Es mi color favorito desde ahora."
Maldición cretino , él estaba desbalanceando su chi otra vez, y junto con ello, su sentido común. No podía saber, ni siquiera mirando directamente a sus ojos, si él le decía la verdad o no. Seguramente Rand no hablaba en serio, aunque la adoración en su mirada parecía verdadera. ¿El estaba locamente enamorado o sólo era diabólicamente inteligente? Era difícil de discernir.
Pero si había alguien que podría descubrir esa verdad, esa era Miriel. Ella averiguaría en qué andaba metido Rand aunque tuviera que coquetear desvergonzadamente para conseguirlo.
¿"Y vos ?" ella preguntó tímidamente bajando sus pestañas .
¿"Yo ... qué ?"
¿ Cuál es tu favorito es en color?" Él respondería azul, por supuesto, el color de sus ojos.
En cambio, el canalla dejó que su mirada bajase provocativamente hacia sus labios. "Se rojo rosado."
Su corazón se agitó con el recuerdo de su beso, y Miriel sintió un rubor calentar sus mejillas.
Maldición ! . Eso estaba resultando más difícil de lo que había esperado.
Ella encogió los hombros despreocupadamente . "Las criadas Mochrie tienen labios rojos rosados. Tal vez esa es la razón por la que has estado socializando con ellas."
¿"Son sus labios son rojos rosados ?" él preguntó, arqueando una ceja. "No podría decirlo . Ellos nunca dejaron sus labios quietos ni por un segundo ."
Eso hizo sonreír a Miriel . Las mujeres Mochrie eran notorias por charlatanería. Entonces preguntó causalmente , "y de qué estaban hablando ?"
Lanzando una mirada rápida a los testigos que los rodeaban , Rand agarró su mentón entre su pulgar y su dedo índice , inclinando su cabeza para mirar fijamente sus ojos. "Ninguna charla tan interesante como las conversaciones que nosotros tenemos, mi palomita."
Ella suavemente se retiró de su asimiento . Eso no iba bien. Ese mentiroso le estaba ganando cada paso del flirteo.
"Bien, independientemente de lo que ellas dijeron , debió ser una charla fascinante ," respondió ella. "Me pareció que te costó mucho desprenderte de ellas."
Rand sonrió. "Estoy con vos ahora, mi pequeño corderito celoso. Eso es todo lo que importa."
Miriel apretó los dientes contra el impulso de morderle el dedo. Maldición con ese zorro astuto!. Él había logrado salir de su trampa otra vez. Ella forzó una sonrisa inofensiva. ¿"Pero qué podrías haberles preguntado para que la charla fuese tan larga , mi gatito ?" Ella añadió un comentario irónico , "Bueno, me cuesta creer que las damas Mochrie puedan conectar dos palabras con cierta lógica y coherencia . Eso era una gran mentira. Las damas Mochrie eran conocidas por sus febriles imaginaciones, sus lenguas veloces y articuladas y por su capacidad para inventar un chisme sobre un tema tan inocuo como la cabeza de un alfiler. Pero Rand no sabía esto.
"Ah," él dijo. ¿"De qué tema les encanta a las mujeres hablar?"
Miriel esperó su respuesta con aliento entrecortado mientras hacía conjeturas en silencioso. ¿Amores secretos? ¿ Infidelidades ajenas? ¿vestidos y zapatos?
Él se rió entre dientes. "De ellas mismas, obviamente ."
Miriel no lo encontró divertido. Y no le creyó ni por un instante. " Si ? " ella preguntó casualmente. ¿"Y esas damas que hablaron tanto con vos , te dijeron cuáles eran sus nombres?"
Él parpadeó con perplejidad.
Ella lo sabía!.
Mientras Rand quedaba paralizado , Miriel le dirigió una sonrisa engañosamente dulce, le besó la yema del dedo, luego la presionó contra su boca.
Chasqueando su lengua, ella se dio vuelta y volvió con sus hermanas a la mesa de la tarima . A pesar de su partida satisfecha, ella estaba mucho más preocupada que antes . Rand de Morbroch era un rival de temer .
Miriel reconocía su táctica evasiva, ya que ella misma la había usado . Durante los años, para proteger sus propios secretos, ella había aprendido a escabullirse y a escaparse de los interrogatorios de sus hermanas o de su padre con técnicas de desviación del tema , distracción, y mantenimiento de un comportamiento sereno.
Pero ella nunca se había enfrentado a nadie que entendiese y usase esa táctica contra ella. Era algo enfurecedor y tan frustrante como luchar con un cerdo hábil en el barro. Los dos parecían cortados por la misma tijera, y después de ese arduo interrogatorio Miriel se sentía completamente cansada y no creía que estaba más cerca de descubrir sus secretos.
Y lo peor, comenzaba a temer que sir Rand de Morbroch fuese mejor en este juego engaños de lo que ella era.

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