CAPÍTULO 13
Thomas corrió rumbo al refugio de sus aposentos antes que su cuñada Isabel lo alcanzase. En el medio del gran salón , se detuvo , atónito. Las altas ventanas brillaban con el sol . El piso de piedras no sólo había sido barrido, sino fregado y no había en el ningún tipo de suciedad . Las chimeneas en paredes opuestas ya no tenían cenizas acumuladas. Hasta las vigas del techo parecían de un tono más claro . Las telas de araña en los rincones habían desaparecido. Y la bandera de la familia... no estaba en su ... lugar!
_Stokes! - Thomas rugió.
El administrador surgió como por un pase de magia.
_Mi lord ?
Thomas apuntó un dedo hacia el lugar vacío sobre la chimenea.
_ Dónde está?
Stokes sonrió .
_ Lady Alicia la mandó bajar, mi lord , para...
_ Qué? Cómo se atreve ella a apoderarse del bien más preciado de mi familia?
_Ella quería lavarla y remendarla - explicó el administrador.
Thomas reaccionó como si hubiese sido golpeado en el estomago.
_Ah! - Disimulando su enojo, Thomas miró a su alrededor . - Y todo lo demás? - preguntó, refiriéndose a las sillas relucientes, la mesa principal y los bancos lustrados .
_También fue obra de lady Alicia , mi lord . Nos ordenó que lustrásemos todo con cera de abejas. - El administrador no ocultaba su admiración. - Ella es sencillamente.... formidable, mi lord .
Thomas todavía admiraba el salón aseado. No lo veía así desde que su santa madre había muerto , al dar a luz a Mary.
_Si - Thomas aceptó . - Es formidable.
_Qué bueno que te gustó el salón, Thomas - comentó Isabel, a espaldas de él.
Thomas dio media vuelta . En sus brazos, Tavie le gruñó a la mujer.
- Qué pasa ahora?
Ignorando las señales de advertencia tanto del hombre como de su perro, ella abrió los brazos como una bailarina.
_ Los criados trabajaron mucho para preparar a Wolf Hall para tu regreso.
_Está diciendo que fuiste vos quien ordenó todo esto? - preguntó Thomas, incrédulo y rabioso.
Su cuñada cruzó sus brazos sobre su pecho , en un gesto de humildad atípica de su carácter.
_Soy la lady de este castillo, Thomas.
_ Humf! - Thomas miró al administrador, parado detrás de lady Cavendish. Stokes negó con la cabeza .
En ese instante, Georgie entró al salón viniendo de la cocina. Al ver a su amo, ladró feliz y se aproximó trotando. Tavie se agitó, queriendo saltar al piso .
Arrodillándose , Thomas soltó al terrier y acarició a Georgie entre las orejas.
- Qué pasa, compañero? Estás mojado... - Pasó la mano por el pelaje del mastín. - Parece que tomaste un baño... Te dejaste ? - miró con desconfianza a su cuñada. - Supongo que sos la responsable de este milagro, también?
Isabel disimuló la sorpresa sacudiendo levemente la cabeza.
_Claro que si. él estaba inmundo...
Pisadas sobre el piso de piedra llamaron la atención de Thomas. Vixen se aproximaba dejando un rastro de agua enjabonada.
Desde la cocina, se oyó la voz de Alicia gritando :
_Vuelve aquí, Vixen! A dónde piensas que vas? Todavía no terminé con vos. ..
Segundos después, ella transponía la arcada. Tenía el borde de su falda escandalosamente enganchada a la cintura, exhibiendo sus tobillos delicados y buena parte de sus piernas bien torneadas. Mojada, su camisa de muselina era prácticamente transparente, delineando perfectamente sus pechos redondeados y revelando sus pezones tiesos por el frío. Devorando esa imagen con los ojos , Thomas apenas lograba respirar.
Alicia se detuvo y ejecutó una reverencia graciosa, aunque apresurada.
_ Sir Thomas! Yo ... no esperaba que volvieses tan pronto!
Ella se Rió.
_Me temo que todavía no he completado mi sorpresa para mi lord. - Ella señaló a Taverstock. - En verdad, pienso que me llevará todo el día sacarle la suciedad a él.
Thomas concordó , sonriendo.
_Es que Tavie fue rescatado de morirse ahogado en el lago ... - miró a su cuñada, quien empalideció. - Mi hermano lo lanzó . Desde ese día, él nunca más quiso saber mas nada con el agua. Pero es obvio que necesita un baño.
Alicia se compadeció del animal.
_ Ya que es así, puedo limpiarlo con un trapo mojado, en vez de meterlo en la tina.
Thomas tomó a Tavie y se lo pasó a Alicia. El perrito intentó escabullirse, pero ella lo sujetó con firmeza.
_Coraje, Taverstock - lo alentó él. - El aseo es indignidad , pero hasta los machos, tenemos que someternos a ella.
Alicia se rió .
_ Es Verdad , mi lord ? Debo prepararte un baño, también?
Thomas casi sugirió que ella lo acompañase a la bañera, pero su cuñada se entrometió :
_Vos ocúpate de los perros, Alicia, que es lo que te corresponde. Yo me ocuparé de Thomas, que es lo que me corresponde!
Alicia empalideció, después se ruborizó violentamente.
_Discúlpenme - ella murmuró educadamente. - Vamos , Tavie.
Con el porte digno de una reina, Alicia tomó rumbo a la cocina, con el perro ladrando desesperadamente por sobre su hombro buscando el auxilio de su dueño.
Thomas respiró profundamente antes de confrontarse con la viuda de su hermano.
_Mi escudero se ocupará de mi baño, como siempre lo hace. Mientras tanto, sugiero que aproveches la hora libre hasta el almuerzo aprendiendo buenas modales. Es evidente que los has perdido. - Con un chasquido de dedos, Thomas llamó a Georgie y a Vixen. - Vamos!
El amo y sus animales subieron la larga escalera sin concederle una última mirada a la mujer exasperada.
Después del baño, durante el cual Thomas oyó - a disgusto - los consejos de Andrew, Thomas llenó el tiempo que faltaba para el almuerzo encerrado en la biblioteca. Primero, revisó el contrato de casamiento de William e Isabel, firmado poco antes del suyo. Con la muerte de William, la casa de Isabel en Yorkshire quedaba para ella, así como las rentas de los arrendamientos pertinentes. Los hijos heredarían la parte de William en la propiedad Cavendish. Como segundo hijo, le correspondía una pequeña granja cercana a la frontera con Escocia, un lugar inhóspito, poblado por bandoleros que vivían robando el ganado de su familia.
Con el ceño fruncido , Thomas consultó su diario con anotaciones personales. Sir Giles había muerto el día doce de junio. Hizo una pausa y rezó por el alma de su severo progenitor. Descendiendo con el dedo por la página, se detuvo en el día 16. Solamente había escrito una palabra. William. Y John, quien se había convertido en conde de Thornbury padeciendo una fiebre devastadora, había muerto el día 21.
Masajeando su nariz, se dio cuenta que William nunca había sido conde, ni por un día. A su muerte, sus bienes pasaban al hermano mayor, John, aunque la esposa tuviese derecho a las ganancias de las tierras, hasta el día en que se casase nuevamente. Thomas se estremeció. La bruja quería quedarse con todo... a través de él. Imaginar a Isabel como a condesa de Thornbury le provocaba náuseas.
- Ella debería marcharse a un convento - Thomas le confió a Georgie y a Vixen. - Tiene bastantes rentas como para tener una vida confortable. La cuestión es: cómo despacharla?
Los perros sacudieron sus colas.
Qué tal un secuestro? Lanzarle una manta negra sobre Isabel mientras ella dormía, transportarla en medio de la noche, la demente gritando y arañando como una gata salvaje, y después dejarla abandonada en camisón en la puerta del convento.
- La idea me atrae, pero no tengo coraje para ponerla en práctica. - Thomas Suspiró. - Menos ahora, que ella está embarazada.
Una cosa era segura. Considerando que William nunca había sido conde, ese Cavendish por nacer no heredaba el título de sir Giles. Thomas venía primero.
El , quien nunca había pensado en ser padre. Al convertirse en conde, había asumido varias responsabilidades, entre las cuales la principal era producir una próxima generación de Cavendish. Eso implicaba casamiento... y una noche de bodas .
Thomas sentía sus manos helarse con sólo pensarlo. De qué modo
podría convertirse en un buen amante? Se sentía torpe y desgarbado en el manejo de su propio cuerpo . Lastimaría a cualquier mujer lo suficientemente valiente como para ser su esposa. Además, tenía una muy vaga idea de lo que era cortejar a una mujer , y hasta el momento, todo había sido un fracaso con Alicia.
La imagen de ella volvió a su memoria. Una aura resplandecía a su alrededor por donde ella ándase. Sus sonrisas lo cautivaban como ninguna otro jamás lo había logrado . Su voz dulce le arrebataba el corazón. Al mismo tiempo, la idea de acostarse con una mujer lo aterrorizaba. La idea de entregar su corazón incondicionalmente a otra persona lo hacía transpirar como un caballo en el desierto.
Thomas tomó otro papel de la mesa. Lentamente , volvió a leer su contrato de compromiso con lady Alicia Broom, tutelada por sir Edward Brampton. Sobresaltado, analizó bien el texto. Tutelada, no hija. Cómo no había notado ese detalle con la primer lectura? Si no era la hija de un humilde orfebre de la ciudad de York, quién era Alicia Broom? Y por qué tenía un tutor?
- Hay algo que puedo notar entre líneas - Thomas le informó a sus compañeros caninos. - Mi padre siempre fue astuto. Pienso que la hija del orfebre es mucho más de lo que parece...
Rememoró los años de burlas y provocaciones de William. “El retardado comprometido con la hija de un comerciante... Tal vez ella te vaya a enseñar a contar hasta diez”. William, por su lado, apenas podía leer o firmar su propio nombre. Tantas bromas crueles sobre la prometida de Thomas... Y si todos hubiesen estado equivocados ?
Thomas cerró los ojos y se masajeó la nariz. Por qué esa farsa? Si el orfebre era un impostor, lo cual se había hecho evidente cuando Brampton había vuelto a aparecer en Wolf Hall vestido como un caballero, por que sir Edward no había contado la verdad ?
Porque me escapé antes que él tuviese tiempo de hablarme!
Thomas suspiró desolado. Era un idiota, un cobarde, y muy mas. Tal vez hubiese juzgado mal a la dulce Alicia. No era que hubiese falseado sus sentimientos en relación a ella. En verdad, la había adorado desde el primero instante en que se conocieron diez años atrás. Y su amor sólo se había profundizado desde que ella había llegado...
Por qué tanta vacilación, entonces? Publica las proclamas y cásate con Alicia!
Una idea tentadora... y aterrorizante, al mismo tiempo.
Thomas volvió al contrato. El monto de la dote lo asustó. No le había prestado atención hasta ahora. Cien monedas de oro eran una dote principesca.., excesiva para un simple orfebre, por más próspero que fuese. Quién era el padre de lady Alicia , que le había conferido semejante fortuna?
Pregúntaselo a ella.
Pero tal vez ella no supiese quienes eran sus verdaderos padres. En ese caso, interrogarla parecía inútil, o , algo peor, lo haría aparecer como alguien codicioso. Ella pensaría que él había aceptado desposarla sólo por el oro que su padre había recibido y había gastado años atrás . No, no podía arriesgarse a que ella llegase a esa conclusión, porque no era verdad. Se iba a casar con ella porque se había comprometido hacia una década, y porque había entregado su corazón a ella.
Inspirado por la resolución, Thomas sacó papel, pluma y tinta.
Al ángel de mis sueños, Alicia...
La campana del almuerzo tocó cuando Thomas lacraba la carta con cera roja. Descubrió a su escudero haciendo tiempo afuera de la biblioteca. Le extendió el sobre.
Coloca esto en algún lugar donde lady Alicia lo vea.
Andrew sonrió .
- Mi lord ? Yo pienso que...
Thomas lo interrumpió . No quería oír mas de las sagaces observaciones del escudero acerca de su vida amorosa.
- Pronto , mueve ese trasero pesado ! Hablas demasiado y casi no piensas...
Apresuradamente, Alicia se quitó las ropas mojadas y se puso un vestido de lino azul claro antes de bajar al salón para el almuerzo. Sonrió para sí misma delante del grande espejo de marco dorado. Todo el trabajo de la mañana había valido la pena, ella pensó, soltando la trenza para cepillar sus cabellos. Terminó cubriendo su cabeza con una toca sencilla, dejando las trenzas sueltas cayendo en su espaldas.
Mientras se ponía medias limpias, oyó la puerta abrirse sin que golpeasen antes. Quién se atrevía a invadir su privacidad ? Sintió un escalofrío . Tal vez alguien supiese del tesoro que escondía debajo del colchón y estuviese allí para robarlo. Reuniendo coraje, Alicia levantó el atizador de la chimenea y espió. Sorprendida, vio a Andrew colocando algo en su cesto de costura.
- Ahora vas a bordar como pasatiempo? - ella preguntó mostrándose.
El muchacho saltó del susto y se ruborizó.
- Ah, lady Broom ! - Andrew exclamó, con un floreo dramático, más que una reverencia. - Parece que descubrió mi pequeño vicio. Te ruego que no lo divulgues , o me temo que tendré más tareas encomendadas que tiempo para cumplirlas. - Andrew comenzó a retroceder hacia la puerta. - Con permiso, pero la campana del almuerzo ya sonó y tengo que atender a mi lord . Hoy nos Levantamos antes de la salida del sol hoy y apenas paramos para comer en el camino de Wolf Hall. él está hambriento, y yo también...
Cuando el escudero se fue, Alicia corrió hasta el cesto de costura. Entre los hilos de color, encontró otro mensaje.
- Oh, Andrew, no de nuevo - ella murmuró, sentándose en la banqueta junto a la chimenea apagada.
Rompió el lacre. Y una vez más , las palabras dulces le robaron el corazón.
Al ángel de mis sueños,
Alicia,
Pienso que enloquecí, aunque el mundo no se haya dado cuenta.
Ya no consigo pensar en nada más allá de vos.
No puedo conjugar dos palabras sin susurrar tu nombre entre ellas.
Has entrado a mi corazón y en él hiciste tu morada.
Mi deseo crece más y mas.
Juro que perderé la razón...
a menos que oiga de tus labios que me amas.
Alicia miraba horrorizada el papel.
- Oh, Andrew, esto es una locura, pero no es culpa mía... Pondremos un fin a todo esto hoy mismo!
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