martes, 21 de abril de 2009

LA DONCELLA ASTUTA - SARAH MCKERRIGAN - CAPITULO 5

CAPITULO 5


MIRIEL NO SABÍA POR QUÉ se había agachado para recoger esa moneda caía. Tal vez simplemente era el instinto que había desarrollado a partir todos los años que ella había ahorrado cada centavo de su casa . Pero en ese instante sospechó que esa moneda había sido una trampa. Rand , sintiendo que alguien lo seguía, había dejado caer la moneda intencionadamente, pensando que quién se acercaba se agacharía a recogerla .
Ese tonto había tenido mucha suerte de sólo haberse caído. . Asustándola de esa manera , él podría haber sufrido algo mucho peor que unos meros rasguños . Si ella no se hubiera contenido , podría haberle roto un brazo o podría haberlo dejado inconsciente con una patada en el mentón .
No era que él no se mereciera eso . Su intuición había demostrado ser acertada. Ese canalla estaba planeando algo.
Ella venía siguiéndolo por un largo rato . La solución de los problemas en el castillo no le había tomado mucho tiempo. Ella había enviado a un muchacho a otro monasterio para buscar más vino. Había empleado lágrimas para convencer al comerciante de especias de que le rebajara el precio. Y le había sugerido al jefe de la perrera que lavase las sábanas él mismo.
Luego había salido sigilosamente para espiar a sir Rand. Seguramente , él estaría rastrillando el bosque con toda la meticulosidad de un cazador que rastrea un zorro.
¿Qué demonios estaba haciendo?
¿"Rand?" ella le preguntó con preocupación fingida.
"Estoy bien ." Su ceño fruncido estaba con perplejidad.
¿"Qué ...?" él se preguntó, escudriñando la senda para ver con que se había tropezado.
"La tierra es muy floja en esta zona ," mintió ella. "Entre el musgo y el barro, no me sorprende que te hayas resbalado."
"Hmm." Él usó el palo como bastón para ponerse de pie , luego lo lanzó a un costado. ¿"Qué haces aquí, mi lady?"
"Yo te buscaba ...," ella murmuró. "Temí que pudieras haberte perdido."
Él arqueó una ceja divertido . ¿"Perdido?"
De repente Miriel recordó que sostenía la moneda. "Y creo que has dejado caer esto."
¿"Si ?" Él acarició la bolsita de monedas , comprobando para ver si había un agujero en ella. "No, no creo que sea mía."
Sus ojos se estrecharon . Él mentía. Esa moneda tenía que que ser suya. Las monedas de plata no aparecían espontáneamente como hongos en el camino del bosque. ¿"A quién más podría pertenecer?"
Él extendió la mano, pero en vez de tomar la moneda, él envolvió su mano sobre la suya. Cerrando sus dedos alrededor de la moneda y guiñándole un ojo . "Si vos la encontraste, es tuya, mi lady."
"No me quedaré con algo que no me pertenece."
"Ah. Una mujer de altos valores morales."
Eso no tenía nada que ver con valores morales. Tenía que que ver con una compulsión que ella tenía por mantener el equilibrio, una compulsión nacida de su entrenamiento en el arte de la guerra china. "Es que no puedo soportar las cuentas desbalanceadas."
"Debes ser excelente en el manejo del castillo entonces."
Ella trató de no sentirse halagada. Sucumbir a la adulación la hacía débil. Pero era satisfactorio que alguien reconociese los talentos que nadie más parecía notar. Miriel bajó su mirada para esconder el placer secreto en sus ojos.
"Espera."
Ella levantó la vista otra vez.
Ella frunció el ceño cuando él abrió la mano, luego la levantó para estudiar la moneda de plata de cerca.
"Hmmm". Él movió la moneda en su palma, examinando ambos lados. "Humm".
¿"Qué pasa?"
Él la miró seriamente a los ojos y le confió, "Pienso que esta no es una moneda ordinaria."
¿"Qué quieres decir ?"
Él sacudió la cabeza. "No es como ninguna que haya visto antes."
Ella frunció el ceño y estudió la moneda . Le parecía una moneda absolutamente ordinaria. "Pero ... "
"En verdad, no creo que sea una moneda de este reino en lo absoluto." Él cerró sus dedos alrededor de la moneda una vez más, y miró a su alrededor pata asegurarse que no había nadie oyendolos, luego susurró solemnemente, "Es plata de las hadas."
Durante un segundo, él pareció tan serio como una tumba.
Cien ideas se cruzaron por la mente de Miriel . Ese hombre había enloquecido. O estaba senil . Ellos estaban solos en medio de un bosque solitario . Y él llevaba grilletes entre sus pertenencias.
Entonces un brillo de picardía lentamente se instaló en sus ojos, y ella se dio cuenta que ese canalla le estaba tomando el pelo.
No debería responderle. Era una broma infantil. Una broma que subestimaba su inteligencia . Y un chiste muy malo. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, un brillo de diversión gradualmente se mostró en su propia mirada .
¿" Si ? ¿Plata de las hadas?" ella repitió.

"Ah, sí," él le aseguró , su expresión era completamente seria. "Ellas la deben haber dejado en el camino ... para ayudarte a encontrarme."
Miriel sofocó una sonrisa. Él era un mentiroso muy fantasioso, casi tan buen mentiroso como lo era ella . ¿"En verdad?"
"Si" Pero él frunció el ceño , hubiera arrugas del placer reservado en las esquinas de sus ojos. "Pero es una pena que me hayas encontrado tan pronto," dijo él con un suspiro. "De otro modo, ellas te habrían dejado un sendero entero de monedas de plata."
Ella arqueó una ceja. ¿" Tantas monedas?"
"Oh, sí."
"Bien, no podemos dejar que las cuentas de las hadas queden desbalanceadas." Con un brillo malicioso en sus ojos, ella tomó la moneda de su mano y se dispuso a lanzarla a los arbustos.
¡"No!" Él le agarró el brazo.
Miriel sonrió con satisfacción. A ningún hombre le gustaba perder dinero tan tontamente.
Para excusarse , él rápidamente improvisó. "'la moneda tiene que tener ... un propósito." Entonces él la enfrentó con una sonrisa de triunfal . "Un propósito muy noble si te condujo hasta mí ." Él levantó la mano de Miriel , y le dio un beso suave.
Dios, él era muy bueno en eso del galanteo. Sus bromas eran casi tan encantadoras como sospechosas.
Metiendo la moneda en su bolsita de monedas , Miriel enlazó sus dedos con los de Rand .
" Bueno ," ella preguntó tan relajadamente como le fue posible, mientras avanzaban por el camino, " qué has estado haciendo?"
Rand se encogió de hombros. "Caminando, explorando, absorbiendo la belleza de Rivenloch." El la miró fijamente
Ella desvió la mirada y lentamente pasó un dedo sobre una rama de roble cubierta por musgo. " Habías estado ausente durante tanto tiempo que pensé que tal vez habías ido a pescar truchas o a cazar ... algo." Miriel lo observó de reojo para calibrar su reacción.
Él la estudió durante un momento antes de la contestar . "En verdad, he estado cazando."
Ella parpadeó, deteniéndose en el camino, estaba sobresaltada por su franqueza. ¿"Cazando ?"
"Sí." Él le sonrió avergonzadamente . "He estado cazando flores." Él bajó su mirada . "Con la esperanza de poder ofrecerte una pequeña muestra de mi amor. Pero no encontré ninguna flor."
Miriel levantó sus cejas. ¿Ninguna?
Ran tomó los dedos de ella entre los suyos y sacudió la cabeza con resignación. " Y aquí estoy, te he hecho preocupar con mi ausencia ." Él llevó la mano de ella a sus labios y le besó las yemas de los dedo como pidiendo disculpas. "Te he forzado a venir a buscarme ..." Él besó sus nudillos. "Y estamos absolutamente solos en el bosque..." Él besó el dorso de su mano. "... habitado por toda clase de animales peligrosos."
Miriel sonrió con satisfacción y retiró su mano. Ella había vagado sola por ese bosque desde que era muy pequeña. Animales peligrosos
"Bestias salvajes," lee confió él, sus ojos brillando enigmáticamente, "... animales que podría saltar repentinamente para devorarte." Él inclinó su cabeza y ahora le susurrara sobre su cabello, y su aliento caliente rozaba su sien . "Abusar de un cuerpo sensible. Hacerse un banquete con carne tierna." Él gruñó.
Ese sátiro era insoportable. Miriel hizo una mueca y le dio unas palmadas para alejarlo .
Ella se negaba a ser seducida de esa manera tan infantil . "No le tengo miedo a los animales."
"Ah, pero deberías , mi lady," él le advirtió con un tono dramático . "Ellos son salvajes e imprevisibles. Uno nunca sabe cuando te pueden atacar ...." Antes de que ella pudiera alejarse, Rand de repente se lanzó sobre ella para mordisquearle juguetonamente el costado del cuello.
Miriel jadeó y se alejó, pero no sin que antes una inoportuna oleada invadiese su cuerpo . Ella respondió nerviosamente, "Los animales también deberían ser precavidos , pues una dama tiene dientes con que defenderse."
La sonrisa de él se hizo maliciosa. "Puede ser. Pero a diferencia del animal ," dijo él, bajando sus ojos hacia la boca femenina , "tus dientes, mi lady, están envainados por los más suaves labios."
Miriel no quería distraerse. Pero el calor penetrante de su mirada fija, la suave ronquera de su voz, y el recuerdo sensual de sus besos la ponían inquieta y causaban una laguna en sus pensamientos. De repente, solucionar el misterio de las actividades clandestinas de Rand no pareció algo tan urgente.
Su mirada vagó hacia la boca masculina . ¿Sería tan malo probar esos labios otra vez? Ellos eran dulces y flexibles y húmedos. Sus brazos enlazarían su cintura apretándola contra él , y ella sentiría su amplio torax presionado íntimamente contra sus pechos. Las manos de Rand vagarían por su espalda, acariciando su piel . No sería algo desagradable.
Además, Miriel razonó, no tenía que pretender que estaba siendo cortejada por él ? ¿Qué sería más convincente que permitirle besarla de vez en cuando?
Él ahuecó su mano sobre su mejilla y acarició su labio inferior con el dedo pulgar. Luego bajó la cabeza para murmurar contra su cabello. "En verdad, mi lady, un beso tuyo domaría a la más salvajes de las bestias." Inclinando su cabeza atrás, él se inclinó hacia delante para colocar un único y leve beso sobre su boca.
Fue como si un ángel la hubiese tocado. O un espíritu. O tal vez una de las hadas que había mencionado Rand. En efecto, si sus ojos no hubiesen estado abiertos , Miriel podría haber creído que se había imaginado ese beso, de tan leve que fue .
No se parecía en nada al beso que ella recordaba . Ella tenía frescos en su mente los recuerdos del corazón acelerado , la sangre hirviendo y la sensación de falta de aliento que él le había provocado antes.
Rand comenzó a retroceder, y ella se inclinó hacia adelante . Él retiró su mano, y ella apretó sus dedos en la parte delantera de su túnica. Y cuando sus labios se separaron con sorpresa, ella avanzó para reclamarlos.
"Mi lady ... "
Miriel cortó sus palabras con su beso, y esa vez no hubo ninguna duda de que él era un hombre de pasiones fuertes . Su boca se movió firmemente sobre la suya. Su piel estaba caliente, casi como si un relámpago fluyese por su cuerpo. Cuando Miriel dejó que sus dedos vagasen , subiendo por la amplia extensión de su pecho para colocar sobre la piel caliente de su cuello, ella sintió su pulso latir aceleradamente .
Segundos después Miriel sentía la manifestación inequívoca de la lujuria masculina apretándose contra su ingle .
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Rand estaba más que dispuesto a satisfacer los caprichos de esa muchacha malcriada. Después de todo, él le había asegurado a todos que su plan era cortejarla .
Si ella quería miradas ardientes , él la derretiría con su mirada penetrante.
Si ella deseaba palabras dulces, él la seduciría con los versos mas floridos.
Si ella tenía hambre de besos , él sería su banquete hasta que ella estuviese saciada.
Por supuesto, él no podía avanzar ... todavía. Si sucumbiese al capricho de Miriel demasiado pronto, ella podría cansarse de él antes de que la misión estuviese cumplida.
Pero, por Dios, que la deseaba .
Por qué Miriel despertaba ese deseo poderoso en él, Rand no lo sabía . Dios era testigo de que él se había acostado con muchas mujeres , algunas de ellas seguramente tan dispuestas y tan bonitas como esa muchacha escocesa. Ni siquiera se trataba del hecho que hubiera pasado mucho tiempo sin una mujer en su cama. Un mercenario con dinero en el bolsillo nunca pasaba largos períodos de abstinencia sexual .
Pero había algo especial en esa muchacha que lo fascinaba y que le despertaba lujuria.
Quizás había sido el hecho que las mentiras de ambos los habían empujado a tener intimidad mucho más rápido de lo que era esperable . O tal vez simplemente se trataba del hecho que ambos eran astillas del mismo palo . Fuera lo que fuese , las mentiras de ambos habían creado una relación que rápidamente adquiría una vida propia. Un simple beso de ella lo dejaba temblando como un adolescente virgen .
Cuando la mano de Miriel perezosamente bajaba desde su cuello, pasando por su pecho, por la cintura, luego iba hacia su cadera para apretar una nalga, Rand se dio cuenta que iba a perder el control, y también supo que se estaba distrayendo de su misión. Rand se separó con una violencia extraña, y la mantuvo a distancia, apenas capaz de respirar mientras trataba de dominar la lujuria .
La expresión de Miriel era de aturdimiento , de decepción y de necesidad insatisfecha , y Rand casi la tomó nuevamente en sus brazos .
Pero sería un error. Era demasiado pronto para ir más allá de los besos.
"Mi amor," jadeó él, " realmente pones a prueba mi capacidad de restricción."
¿"Debe restringirte ?" ella jadeó, sus ojos vidriosos por el deseo.
"Sí."
¿"Por qué?"
"Oh, mi lady, " dijo Rand, medio gimiendo, medio riéndose , "si tienes que preguntar, entonces eres el tipo de muchacha que nunca debería estar a solas con un hombre en un bosque solitario."
La mirada de Miriel bajó hacia la ingle masculina para ver la prueba ostensible de su lujuria. "Oh". Sus mejillas se ruborizaron inmediatamente, y ella se retiró un paso hacia atrás.
" No temas, mi lady," él le dijo . "No soy cien por ciento una bestia salvaje ." Él soltó un suspiro . "Pero puedo serlo en cualquier momento ".
Él había sido muy claro . El fuego en sus ojos se enfrió, y Miriel comenzó a mirar a cualquier punto , menos a él . Luego ella cruzó sus brazos defensivamente sobre su pecho.
" Tal vez que deberíamos volver a la fortaleza," sugirió él, acomodándose la entrepierna del pantalón , "antes que tu criada vigilante venga a ver si he abusado de vos ."
Miriel asintió con la cabeza , de repente estaba muy impaciente por abandonar el bosque. Ella empezó a caminar delante de él, luego hizo una pausa para sacar de la bolsita la moneda de plata. Ella se dio vuelta y la colocó en la palma de Rand .
Él le ofreció una sonrisa. "Mi querida, mis besos no se compran." Él puso la moneda en la palma de Miriel .
Ella frunció el ceño preocupada.
Él reprimió una sonrisita. Le gustaba dejar que las cuentas de Lady Miriel quedasen desbalanceadas . Esa encantadora espía era encantadora e ingeniosa, lo prendía fuego con sus besos, y manejaba excelentemente un castillo y encima ... equilibraba las cuentas ... al centavo .
En verdad, Rand se encontró casi deseando poder quedarse mas tiempo en Rivenloch y llegar a conocer mejor a esa muchacha intrigante.
Sus pensamientos fueron interrumpido por unos pasos pesados . Miriel rápidamente metió la moneda en la bolsita colgada de su cintura .
¿""Estas ahí ? ¡Miriel! Era la criada entrometida y controladora , por suerte había llegado tarde .
¡"Miriel!"
Cómo podía ser que una mujer tan menuda hiciese tanto ruido, Rand no lo sabía.
¡"Estoy aquí, Sung Li !" Una leve nota de irritación coloreó la voz de Miriel.
Cuando la vieja bruja avanzó arrastrando los pies furiosamente por las hojas, ella estrechó sus ojos enfocándose en Rand . Había una acusación en esos ojos orientales. Luego le clavó un codazo en las costillas para abrirse camino delante de él y para dirigirse a su ama.
"No deberías estar deambulando en un bosque ... ," dijo ella, plantando sus puños en sus caderas, luego añadió intencionadamente, " ... habitado por bestias salvajes."
"Es exactamente lo que yo le dije," Rand intervino, guiñándole un ojo a Miriel .
" Ven conmigo ahora ," ella dijo, agarrando el antebrazo de Miriel.
Por suerte , Miriel desprendió su brazo. "Sung Li , iré cuando esté lista para ir ."
Durante un segundo muy largo, hubo una seria tensión entre las dos, Sung Li con el ceño fruncido y Miriel con los labios apretados en una línea rígida . Finalmente, Miriel decidió, "Bien. Ya estoy lista."
Sung Li cruzó sus brazos sobre su pecho plano con satisfacción . "Me alegro que seas capaz de disfrutar del ocio mientras la fortaeza se ahoga en vino."
¿"Qué quieres decir ?"
"El muchacho de la cocina es un tonto que no sabe contar."
Miriel frunció el ceño. ¿"Qué ha hecho él?"
"Trajo más barriles de vino."
"Eso está bien . Yo le dije que lo hiciera."
¿" Ochenta barriles?"
"Maldición ! ."
Miriel pasó casi corriendo por al lado de Rand . Si una moneda de plata encontrada en el suelo la preocupaba , no se quería la imaginar la angustia de Miriel por tener un exceso de barriles de vino para una boda.
Rand caminó mas lentamente detrás de ellas, dando por finalizada la búsqueda en el bosque por el momento. Claramente nadie había acampado en días recientes, al menos en esa parte del bosque , que era donde Lord Morbroch había dicho que todas las personas habían sido asaltadas. Era posible que el forajido viviese en una zona del bosque periférica y que sólo se arriesgase a venir allí para robar, lo que significaba que Rand tendría que ensanchar el área de búsqueda en los días siguientes.
Pero por el momento, sería mejor que averiguase más cosas sobre la Sombra , cosas que los habitantes de Rivenloch podrían contarle .

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