CAPITULO 7
¡“OH!" MIRIEL EXCLAMÓ. "Qué torpe soy."
Maldición ! , ella pensó. ¿Cómo podía ella haber sido tan descuidada y no dejar caer el jarro en vez de atajarlo ? Rand la había visto. Y él debía saber que lo que ella había hecho revelaban unos reflejos extraordinarios . Las doncellas criadas entre algodones no atajaban la vajilla en el aire .
Sung Li , quién había estado mirando la escena desde su lugar entre los criados con interés creciente inquietud , como lo siempre hacía cuando la conversación girada en torno a la Sombra, miró fijamente a Miriel.
¡"Lucy!" Miriel gritó. “Puedes traer más vino y otro jarro para sir Rand?"
Ella se inclinó para agarrar el jarro que había dejado caer, pero cuando le dio el jarro vacío a Lucy, su mirada se cruzó con la Rand otra vez, y no hubo ninguna duda en su mente. Él había visto y entendido todo. Tenía el ceño fruncido y sus ojos brillaban con aguda especulación.
Ahora tendría que inventar una buena explicación.
O...
O podría emborracharlo. El alcohol causa olvido.
Si consiguiera emborracharlo, tal vez Rand se olvidaría todo : de la conversación humillante sobre su actuación como enfermera , los cuentos disparatados de su padre respecto a la Sombra, y el incidente del jarro.
En efecto, emborrachar hombres era una estrategia ofensiva que Helena empleaba a menudo. Si eso funcionara, si Miriel pudiera hacer borrosa la memoria de Rand, ellos podrían comenzar de cero por la mañana. Y esa vez, ella se acordaría de ocultar sus habilidades físicas , y haría el papel de la doncella indefensa y dócil que ni siquiera podía atrapar una paloma enjaulada con un ala rota.
"Deja la botella," ella le dijo a Lucy cuando la criada volvió con el vino y jarro.
Rand arqueó una ceja .
"Ahora tenemos mucho vino en el castillo ," explicó ella, sirviéndole un jarro rebosante. "Además, todavía tienes que conocer la verdadera hospitalidad Rivenloch."
Él le dio una mirada irónica, luego tomó la botella y sirvió vino en el jarro de ella . “No es hospitalario hacer que un hombre beba solo."
Miriel sonrió débilmente cuando él levantó su jarro para un brindis . Eso no era parte de su plan. Pero supuso que sería grosero no brindar con el invitado.
Media hora después y cinco brindis después, Miriel lamentaba su decisión de beber . Incluso Deirdre notó que arrastraba la lengua y que su cara estaba muy colorada.
"Miri," ella susurró, "creo que ya has tenido bebido suficiente."
Miriel frunció el ceño. " Yo decidiré cuando haya bebido suficiente," susurró ella en respuesta.
"No actúes como una niño fastidiosa," murmuró Deirdre.
"Vos estás actuando como una niña," replicó ella .
Deirdre sólo hizo una mueca , pero Miriel sintió que su hermana podría tener razón. El problema con esa táctica - ella se dio cuenta mientras se inclinaba demasiado cerca al Rand - era que ella no era Helena. Helena podía beber como un hombre. Y Miriel ya se había sentido mareada después de el segundo jarro.
Pero Rand bebía a la par de ella, jarro por jarro. Pronto su cerebro estaría tan confundido como el suyo. Y entonces - Miriel estaba segura- él se olvidaría de todo lo que...
¿De qué se tenía que olvidar?
No podía recordarlo, y eso de repente le pareció muy divertido. Ella se rió tontamente , mientras el zumbido de la conversación continuaba alrededor de ella. Rand se rió de una broma de alguien, y la mezcla de ese sonido encantador y el vino dulce que corría por su garganta le causó una placentera oleada de calor . Todo parecía tan lindo y agradable. El gran salón estaba brillante y alegre. La comida era abundante y estaba muy sabrosa . Y todas las personas parecían tan contentas. Miriel no entendía por qué había estado tan preocupada.
Miriel se rió tontamente , luego se tapó con una mano la boca. Por Cristo! Eso que había salido de su boca ... era un eructo ?
Rand le sonrió abiertamente , y ella le sonrió abiertamente en respuesta . Dios , ella pensó, mirándolo de reojo , él era un hombre muy guapo . Sus ojos parecieron de topacio pulido. Los hoyuelos en sus mejillas eran adorables. Y su boca...
Dulce Virgen María ! , quería besarlo.
Y estaba por decirle eso.
Miriel se inclinó cerca de su oído, para equilibrarse apoyó una mano encima de la pierna de Rand. El brillo repentino en los ojos masculinos le dijo que estaba tocando algo más que la pierna .
Debería haber quitado la mano inmediatamente. Pero el vino parecía haber disminuido sus reflejos. Y arruinado su juicio.
Su entrepierna se sentía tan caliente y viva debajo su palma, y sus labios se curvaron en una sonrisa maliciosa . No, no quería sacar la mano ... aún.
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Rand se sintió invadido por una oleada de lujuria. Seguramente Miriel no había tenido intención de tocarlo allí. Sólo había sido un resbalón de su mano. Pero esa muchacha traviesa no parecía tener prisa en quitar la mano de allí.
No era que él quisiera que hiciera eso . No Había nada mas excitante que el contacto descarado de una mujer deseable. .
Pero no era ni el momento ni el lugar para ese tipo de juego, no con una docena de pares de ojos vigilantes estudiando cada movimiento de Rand.
Es mi culpa , Rand supuso. Había sido su idea la de emborracharla con la esperanza de que Miriel soltase la lengua. Había algo extraño y muy sospechoso en el modo en que Miriel había atrapado el jarro en el aire, y él tenía intención de averiguar cómo ella había adquirido semejantes reflejos.
Pero Miriel era una muchacha menuda , y seis jarros de vino , por lo visto , podían hacer que ella hiciese mas que soltar la lengua. En efecto, el alcohol parecía haber transformado a la doncella mansa y educada en una bestia salvaje y disoluta.
No era que él se opusiera a eso . Sobre todo cuando ella lo miraba fijamente , como Miriel hacía ahora, con una chispa deseo encendido en sus ojos.
Pero las personas que los rodeaban sólo tendrían que ver la expresión de Miriel para descubrir lo que estaba sucediendo.
Con gran renuencia, Rand agarró su mano traviesa y la movió, suavemente pero firmemente, hacia su propio regazo. Tan pronto como hizo eso , Miriel frunció el ceño con aturdimiento, y su labio inferior comenzó a temblar.
Sus grandes ojos azules se llenaron de lágrimas , y su mentón delicado comenzó a temblar. Rand temió que cualquier momento que ella estallase en llanto . Deirdre frunció el ceño, notando la angustia de su hermana. Incluso a cierta distancia, la mirada acusadora de Sung Li quemaba a Rand .
Tenía que que hacer algo.
Levantó su mano para colocarla afectuosamente contra la mejilla de ella . "Miriel, mi amor," dijo él con preocupación "pareces cansada. ¿ quieres que te escolte hasta tu habitación ahora?"
Miriel parpadeó azorada como si él le estuviese hablando en otra lengua, luego murmuró esperanzada , "Mi habitación?"
Por supuesto, eso hizo que la gente de la mesa se silenciase. Varios pares de ojos expectantes de repente lo fulminaron con la mirada. Y el brillo lujurioso en los ojos de Miriel no ayudaba . Su familia sin duda se imaginaba que él se estaba por abusar de Miriel .
¿"Miriel?" Deirdre preguntó.
Miriel no iba a ayudar a clarificar la situación, no con ese brillo lujurioso en su mirada . Él mismo tendría que clarificar sus intenciones .
"Después de todo," él le dijo, en voz suficientemente alta para que todos oyese , incluso la entrometida de Sung Li, " vas a tener un día ajetreado mañana. Necesitas descansar."
¿" Descansar ?" Miriel se quejó. "Pero no quiero ... "
Rápidamente, seguro de que ella estaba a punto de decir que algo embarazoso, Rand se levantó .
Antes que él pudiera escapar , Deirdre lo agarró por la manga y murmuró entre sus dientes, " Llévala arriba . Déjala en la puerta de su cuarto , de lo contrario sentirás el filo de mi espada esta noche."
Él fingió sentirse ofendido . "Por supuesto."
Pero , Helena le clavó una mirada asesina que revelaba sus propias amenazas.
Entonces Rand le ofreció a todos en la mesa un precipitado adiós y se alejó con Miriel tomada de su brazo.
No fue una tarea fácil llevarla arriba . Ella caminaba arrastrando los pies y se balanceaba, tropezando con sus faldas. Aparentemente los reflejos notables ella había usado para atajar el jarro en el aire habían desaparecido .
Rand sonrió y sacudió la cabeza. Tendría que acordarse de no alentarla a beber tan libremente . Al menos no cuando estaban en compañía de otros.
Torpemente y lentamente ellos subieron la escalera de piedra. Miriel alternativamente se apoyaba pesadamente en él y contra la pared, riéndose tontamente con cada paso que daba.
"Espera," ella jadeó, empujándole contra una pared . "Hay algo ... que .. quiero decirte."
Rand sonrió . Borracha como estaba, Miriel seguía siendo adorable. Y fascinante . E incorregible.
Ella frunció el ceño para concentrarse, tratando de recordar lo que ella quería decir. Entonces se acordó . Ella acarició su pecho y alzó su vista para encontrar sus ojos . "Quiero kishoo."
Los labios de Rand se curvaron en una sonrisa divertida . ¿Kishoo?
Él agarró su mentón y pasó el pulgar sobre su labio inferior . ¿"Si te doy un beso, me contarás una historia?"
¿"Una historia?" Sus párpados se bajaron, si era por el efecto del vino o por el contacto de sus dedos, Rand no estaba seguro.
"Sí, una historia de Rivenloch." Él acarició su mandíbula. "Alguna aventurera." Él dejó que dedos acariciasen una oreja , causandole un estremecimiento visible . " Quiero que me cuentes una historia sobre... La Sombra."
Los ojos de Miriel se ensancharon. ¿"Por qué ... por qué quieres hablar sobre él?"
Él se encogió de hombros. "En el tiempo que he pasado en el campo de entrenamiento y en la cena, he oído hablar a Lord Pagan y a sir Collin de las proezas gloriosas de la Sombra."
Ella sonrió con satisfacción.
¿"Me contarás una historia, mi querida ?" él murmuró, jugando con los rizos suaves detrás de su cuello.
Miriel frunció el ceño como si luchase contra el placer que le causaba ese contacto . "Bien. Pero primero quiero kishoo."
Rand estaba más que contento de poder complacerla . Podía haberle asegurado a Deirdre que sólo llevaría Miriel hasta la puerta del cuarto , pero él no le había prometido nada respecto a lo que podrían hasta llegar allí. Deslizando su mano hacia su cintura estrecha, él la acercó contra su pecho y la bestia que se despertaba dentro de sus pantalones .
Miriel jadeó, y él tapó el grito ahogado con su boca, besándola resueltamente . Había pensado darle un beso breve pero poderoso, uno que la desarmaría rápidamente, de modo que Miriel pudiera relatar el cuento.
Pero no pudo ser. Una vez que Rand probó el néctar dulce de sus labios y de su lengua, quedó perdido.
Miriel inclinó su boca para profundizar el beso , suspirando su nombre entre besos, apretándose más cerca hasta que Rand pudo sentir las curvas de sus pechos y sus caderas.
Rand sabía que debería detenerse. Habría mucho tiempo para el flirteo más tarde. Estaba perdiendo tiempo valioso que podría ser mejor utilizado recolectando información sobre La Sombra.
Pero no podía detenerse. Sentía como si hubiese saltado un precipicio, y no había nada que pudiera hacer para detener esa caída interminable. Su deseo creció como un alud. Miriel se aferraba a él como si de eso dependiese su vida, enterrando dedos en su cabello.
¡"Ya me parecía!"
El sonido que le dio un susto de muerte y él se tropezó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra la pared. Rand tenía la daga a mitad de camino fuera su vaina antes de notar que sólo se trataba de Sung Li.
"Mierda, mujer ! ," gruñó él, envainando la daga y masajeando su cráneo magullado. Esa endemoniada criada debía tener pies de fantasmas, de tan silenciosa que era.
Miriel no estaba asustado. Estaba furiosa. ¡"Sung Li !" ella la reprendió.
La anciana la ignoró para dirigirse a Rand. ¿"Es este el honor que le enseñan a los caballeros de Morbroch?" Rand no pudo menos que ruborizarse con ese comentario.
“No es su culpa , Sung Li ," dijo Miriel, avanzando un paso. “ Fue idea mía."
Sung Li apretó sus labios arrugados. " Vos no puedes tener ideas. Estás bebida."
El grito ahogado y de ultraje de Miriel sólo confirmó la verdad de sus palabras.
"Tiene razón," Rand concordó , extendiendo la mano una mano para sostener a Miriel. "Yo no debería haberme aprovechado de tu debilidad."
¿"Debilidad?" Miriel los desafió. ¡"Yo no soy débil!"
¡"Miriel!" Sung Li la interrumpió.
Antes que Rand pudiera disculparse , en verdad, antes de que él pudiera pensar hasta, Miriel hizo algo que causó que su rodilla se doblase por reflejo , y de alguna los pies dejaron de mantenerlo en pie . La siguiente cosa que Rand supo era que estaba sentado de culo en el piso duro de piedra , gimiendo de dolor y preguntándose cómo carajo había llegado allí.
"Oh," Miriel dijo, colocando su mano sobre su mejilla. " No debería haber hecho eso."
Sung Li frunció el ceño y cruzó sus brazos sobre su pecho.
"Lo siento ," Miriel le dijo. Luego ella giró y le aseguró a la criada en un susurro demasiado fuerte, "Todo estará bien . Él no recordará nada. Está borracho." Ella se inclinó hacia él y le dio un descuidado guiña. “Eres bebido." Miriel subió el resto de la escalera entonces, giró y saludó. "Buenas noches".
Cuando ella estuvo fuera de vista, Sung Li lo contempló como si estuviese sopesando las consecuencias de molerlo a golpes ahí mismo . Y tan extraño como pueda parecer, Rand verdadramente comenzó a preguntarse si ella podría hacer eso sola.
Las mujeres de Rivenloch eran mujeres únicas e incomparables,. Ellos eran fuerte y tenaces. Y ellos se enfrentaban a los hombres, desafiándolos a luchar físicamente, secuestrando prometidos que ... y ... dejando que una criada anciana lidiase con ... un pretendiente atrevido.
"Esto no sucederá otra vez, Sung Li ," Rand le aseguró.
Sus ojos rasgados se enfocaron en él, como un cuchillo lanzado directamente al corazón. "Oh, sí. Esto va a suceder otra vez ." La intensidad de su mirada fija lo inquietó. Era como si ella estuviese sondeando su alma. "Hay una llama encendida entre ustedes," declaró ella. "Pero una llama no hace un fuego ." Ella levantó sus cejas blancas. "Hace un yao huo."
Rand frunció el ceño. Sus palabras eran probablemente sólo eran tonterías de mujeres viejas . Pero se quedó intrigado.
"Huo yao," ella repitió, frunciendo el ceño mientras buscaba una traducción conveniente. "Fuego ... ígneo .. hoguera ... ."
¿"Un pedernal ? " él intentó.
Ella negó con la cabeza impacientemente . "Ustedes no tiene una palabra exacta para eso . Pero es algo más poderoso que el fuego . Debería ser precavido ," ella remarcó intencionadamente, "para que no salgan quemados."
Rand asintió con la cabeza. Ahora entendía. Era el mismo tipo de advertencia que había recibido de las hermanas de Miriel. Varias veces. Miriel debía ser la gema más preciosa de la corona de Rivenloch, y todos se precipitaban a protegerla.
De cualquier daño.
De cualquier peligro.
De él.
No era de extrañar que la pobre muchacha recurriese a espiar hombres al bosque para escaparse de esa opresión familiar.
Sung Li pasó por delante de él , subiendo la escalera con una gracia silenciosa. Rand permaneció en las escaleras por un rato, masajeando sus nalgas magullada. Su situación era patética. Todavía tenía que atrapar a la Sombra, someterse a las humillaciones del campo de entrenamiento y cumplir con el cortejo amoroso , y encima de todo era derribado y lastimado.
Las cosas no van a seguir así, él se prometió, él había estado completamente distraído contemplando los ojos azules de Miriel y no sabía cómo ella había hecho para derribarlo , pero estaba seguro que eso no habría pasado si no hubiera estado observando sus mejillas sonrojadas, sus labios carnosos, y sus pechos ...
Por Dios, Rand pensó, estremeciéndose por el dolor en el trasero , se merecía ese dolor . Miriel no sólo era hermoso. No sólo era deseable. Ella era única. Por ninguna otra mujer él había sentido lo que fue Sung Li había llamado ... cómo era ? Huo yao.
Entonces sintió pena por no poder cortejarla verdaderamente . Por supuesto, esa era una idea ridícula. Ella era una dama con todas las letras , la hija de un Lord. Y él era un poco más que un vagabundo de origen bastardo y con un título de nobleza prestado. Llevaba la vida de un vagabundo , tomando trabajos como mercenario donde se lo ofrecían , y con eso creándose tantos enemigos como amigos. Él no podía ser el novio de ninguna mujer, noble o no.
Pero esto no le impedía soñar de vez en cuando con establecerse en la vida , dejar el trabajo de mercenario y encontrar una muchacha joven y dulce que calentase su cama y le diese niños. Eso , Rand pensó con una sonrisa, masajeandose el trasero otro vez , era lo que necesitaba.
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