martes, 31 de marzo de 2009

EL CONDE VIRGEN - CAPITULO 6

CAPÍTULO 6


Thomas oyó el rezongo de Isabel aún antes de verla. Parecía particularmente irritada esa noche.
_ Debe estar así debido a nuestra huésped . La perturbó ... - Thomas le murmuró a Vixen, que como siempre caminaba pegada a su pierna. Tom acarició la cabeza del galgo. - Mi cuñada ya tenía la mente desde antes . Qué Dios nos proteja.
Vixen le lamió los dedos en respuesta.
_ Dónde está mi almohadón ? - le gritaba Isabel al administrador. - Por qué no está en mi lugar? . Impulsivamente ella le dio un tirón de orejas a Stoke.
_ Ey ! - protestó Thomas. Cómo esa loca se atrevía a tocar a uno de sus empleado?
Isabel escondió una expresión de placer y disimuló su cara de furia. Le hizo una reverencia.
_Thomas! - ella exclamó melosamente. - Qué bueno verte - tan bien dispuesto esta noche. Mandé a prepara una cena especial para .......
Thomas perdió a paciencia.
_Cállate, mujer! .
En nueve años, desde que se había mudado a Wolf Hall, Isabel nunca había movido un dedo o había abierto la boca para pedir algo de la cocina que no fuese para su propio consumo.
_Tom! Tom! - gritó la pequeña Mary, descendiendo las escalera corriendo.
Thomas sonrió .
- Qué pasa ahora? Algo con lady Vives ? - No sabía quién merecía más compasión, si su traviesa hermana menor o su susceptible preceptora.
Mary besó a Vixen entre las orejas.
_- No pasa nada malo, al contrario ! - Mary exclamó. - No te lo puedes imaginar ! Alicia sabe un montón de juegos de naipes y adivinanzas y me las va a enseñar hoy , después de cenar!
Apenas oyendo a su hermana, Thomas miraba la escalera. Al ver a Alicia emerger detrás de un pilar, se paralizó. Ella estaba todavía más linda de lo que recordaba de su breve encuentro de esa mañana. Levantando levemente su falda, Alicia bajaba los escalones con graciosa fluidez, como miel recorriendo una superficie. Su piel sedosa brillaba a la luz de las antorchas.
Al pie de la escalera, Alicia ejecutó una bella reverencia dirigida el lord del castillo.
_Ah, ahí está! - chilló Isabel. - Esa es la puerta de la cocina. Ve y pídele a la cocinera que te dé algo de pan... y cualquier resto de comida que haya quedado.
Thomas se paró delante de su cuñada insuflado de ira y le ofreció el brazo a la beldad que aguardaba al pie de la escalera. No lograba pensar en una palabra que responderle a Isabel y que fuese adecuada para los oídos de esa diosa.
_Thomas! - chilló Isabel. - Esa mujer no tiene posición social para sentarse a tu mesa. Es la hija de un comerciante!
_Buenas noches , sir Thomas - saludó Alicia, mientras iban hacia la mesa. - Tuviste una buena tarde?
Thomas la miró a los ojos para saber si ella se burlaba. Se vio sumergido en la profundidad de sus ojos azules. La sonrisa de ella lo derretía.
_Medianamente buena - respondió, acercándole la silla a su derecha.
_Thomas, no oíste lo que dije? - protestaba Isabel, sentándose a la izquierda de él.
_ No, querida cuñada - replicó la pequeña Mary. - Ni te va a oír, a menos que saques la hiel de tus palabras.
Temblando , Isabel pareció hincharse de furia.
_ Las criaturas deben permanecer calladas en presencia de adultos!
Mary le sacó la lengua burlándose. Varios habitantes del castillo sentados en la mesa debajo de la tarima comentaban sobre la escena. Thomas lamentó esa lamentable presentación familiar a Alicia.
Sin embargo, la huésped parecía divertirse.
_ Me gusta mucho tu hermana, mi lord - declaró Alicia espontáneamente. - Conversamos bastante esta tarde.
Thomas respiró aliviado.
_Qué bien! - él murmuró.
Mierda! debería decirle cuan contento estaba porque las palabras de Isabel no la hubiesen ofendido . Y cómo diablos se disculparía por su pésimo comportamiento ante sir Edward?
Andrew anunció la llegada del primer plato .
_ Anguilas en su salsa, mi lord ?

Ignorando la sonrisa estúpida de su escudero, Thomas miró desanimado la masa gelatinosa en la bandeja delante suyo. Thomas Perdió el apetito. Isabel no era capaz de encargar platos más agradables a la vista?
_ Sírvele primero a la dama - Thomas instruyó.
Andrew se volvió hacia Alicia.
_Anguilas, mi lady ? Me aseguraron que son frescas. Honestamente yo no pondría las manos en el fuego por la gente de la cocina , pero esto es mejor que pasar hambre...
Thomas abrió enormemente los ojos . Cómo ese mocoso del diablo se atrevía a coquetear abiertamente con su prometida? Antes que pudiese reprenderlo, o que Alicia se sirviese, Isabel tomó una anguila con la punta de su cuchillo de plata.
_ Creo que estás ciego, Andrew - ella lo reprendió , con una dulzura cargada de veneno. - O no te sacaste la cera de tus oídos . Thomas te dijo que le sirvas primero a la dama!
El escudero sonrió inocentemente.
_ Y fue lo que hice , lady Isabel...
_ Jaque mate! - exclamó Mary. - Brillante!
Contagiado por el buen humor de Mary, Taverstock ladró debajo da mesa. Georgie lo acompañó, en su tono más grave. Vixen continuó callada, pero se acurrucó contra la pierna de su dueño. Thomas le cortó una anguila. Ao bajarla por debajo de la servilleta, rozó los dedos de Alicia, ella también le estaba pasando un pedazo de pescado al perro.
Thomas contuvo el aliento , mientras Alicia se sorprendía con el contacto táctil . Indiferente a lo que pasaba en la mesa, Vixen saboreó los pedazos de anguila y lamió los dedos de ambos hasta que no quedó ningún vestigio de la salsa.
Thomas sonrió levemente , sintiendo que la piel le ardía en el punto donde había tocado a Alicia.
Ella lo retribuyó con una sonrisa que iluminó hasta el rincón más oscuro del lúgubre salón.
_ Tu perra tiene que alimentarse bien, mi lord , para tener cachorros saludables - comentó Alicia, su mirada ya era más vacilante. - Perdóname si te ofendí dándole comida de mi plato.
Thomas sintió su corazón hinchar y latir pesadamente.
_De ninguna forma - murmuró. - El nombre de ella es Vixen, te lo agradezco.
_ Que se puede esperar de una plebeya iletrada? - gruñó Isabel.
_Ella sabe leer y escribir - rebatió Mary, sirviéndose carne fría. - Y vos, Isabel?
Thomas ocultó una sonrisa con la mano. El conde de Bedford jamás se había tomado el trabajo de educar a ninguna de sus once hijas, con la certeza de que el cerebro femenino no podía comprender números y letras. Era una agradable sorpresa saber que Alicia había sido alfabetizada.
_ Es verdad que conoces el alfabeto?
- Si, mi lord - confirmó su prometida. - Sé latín e inglés, y también aprendí a hacer cuentas.
_ Lo dudo - murmuró Isabel. - Ella es capaz de decir cualquier cosa con tal de despertar tu interés, Thomas. Sólo necesitas decirle un elogio para que ella se levante las faldas y se abra de piernas.
Alicia empalideció. Todas las conversaciones en la mesas debajo de la tarima cesaron . Incluso Mary se quedó callada y en estado de shock.
Thomas cerró su puño hasta que el brazo le dolió.
_ Mantén tu lengua viperina dentro de tu boca, Isabel , o te la arrancaré personalmente! - él gritó.
Isabel se asustó .
_ Yo no quise...
_ Exudas veneno por cada poro de tu piel y has estropeado nuestra noche! - continuó Thomas colérico. - No permitiré ese tipo de comentarios entre quienes comparten mi hospitalidad y los que se encuentran bajo mi protección . Si se te olvidó cual es tu lugar en mi casa, creo que es momento que vuelvas al castillo de tu padre.
Con un pausa, él recobró el aliento . Sólo entonces notó los rostros estupefactos a su alrededor. Demonios , qué imagen estaba dando! La beldad a su lado debía estar imaginando que se había embarcado en una pesadilla. para contener su rabia, metió una anguila entera en su boca.
_Más vino? - ofreció Andrew plácidamente.

Las últimas palabras de Thomas todavía hacían eco en los oídos de Isabel. Del otro lado de la mesa, Mary era la imagen de la mas pura satisfacción. Maldita cuñadita ! Por qué nadie le daba una buena zurra? Mary apretó la copa de vino como si retorciese cuello de Alicia.
Volver a Bedford Chase? Volver al caos de una mesa compartida con diez hermanas ? Volver a compartir una cama con su hermana que tenía piojos ? Ni loca! Nunca! Tenía que haber una manera de permanecer en Wolf Hall y transformar el corazón de Thomas de un pedazo de hielo en fuego por su cuñada viuda. Mientras comía, Isabel iba generando una idea tras otra. No pudo disfrutar las peras horneadas con miel del postre. Isabel interrumpió su preocupación cuando Thomas se levantó.
_Mi lady , te gustaría dar una vuelta por el jardín? - preguntó él a la muchacha delgada sentada a su derecha.
Alicia sonrió .
_Será un gran placer, mi lord . Dicen que el alma de una casa se refleja en su jardín.
Qué petulante! Isabel apretó a boca. Iba a tener que actuar antes que Thomas transformase la amenaza de echarla en una decisión irreversible.
_Excelente idea, Thomas! - Isabel chilló . - Es una noche perfecta para un paseo entre las...los... - (Mierda! , qué diablos florecía a esa altura del año?) Isabel Odiaba toda tarea que implicase ensuciarse las manos, principalmente la jardinería.
- Las rosas! - ella completó. En un jardín tenía que haber rosas...
Thomas apenas le dirigió una mirada.
_ Comienza a empacar tus cosas - él ordenó.
Isabel se estremeció. William siempre la había advertido respecto al carácter imprevisible de su hermano menor, pero nunca lo había visto perder los estribos de esa manera. Debía más cuidado. Maldito William! Por que había tenido que morir, dejándola en una situación tan precaria? Wolf Hall era su dominio por derecho...
Thomas y su prometida ya dejaban el salón, seguidos por los perros .
_ Necesitas ayuda? - se ofreció la pequeña Mary. - Creo que te llevará toda la noche ordenar tu ropa y tus zapatos...
Inclinándose sobre la mesa, Isabel le gruñó a su cuñada.
_ Mocosa del diablo, si no te retiras en este instante, te arrancaré pelo por pelo !
Pálida, la niña se levantó y corrió hacia la escalera. Pero se detuvo en el primer descanso.
_ Si te vas antes de que yo me despierte mañana, cuñada, te deseo un buen viaje ! - Mary exclamó. _Que tu camino sea bendecido con muchos rayos , truenos y bandoleros ! En un insulto final, Mary le mostró su lengua. Los criados que retiraban los platos de la mesa ni siquiera se molestaron en disimular sus risas.
_ Ojalá que tengas la cama llena de piojos! - le gritó Isabel al la figura que desaparecía en las escaleras
Oh, cómo le arrancaría los ojos a esa mocosa atrevida ! Thomas había mimado demasiado a su hermana menor . No era de extrañar que tuviese modales tan espantosos. Isabel acomodó el velo gris sobre sus cabellos .Se ocuparía de enderezar a Mary cuando se convirtiese en la condesa de Thornbury. Pero primero necesitaba convertirse en condesa, y para eso tenía que hacerle abrir los ojos al estúpido de su cuñado , que estaba cayendo como un idiota en las garras de esa oportunista aprovechadora...
Isabel dejó el salón acompañada de sus lacayos de siempre. Al llegar a su habitación ya había trazado un buen plan . O mejor dicho, ese plan era su única esperanza.
En el medio del cuarto, la criada Meg sujetaba una serie de vestidos coloridos.
_Quiere que guarde estos, mi lady ? - ella preguntó vacilante.
Isabel contuvo el impulso de tirarle la oreja.
_ No. No voy a ningún lugar.
_ Pero ... yo oí mi lord decir...
_ Mi lord pronto cambiará de idea - la cortó Isabel. - En breve, yo seré la nueva lady de este montón de piedras. - Ella se sentó delante de la chimenea y atizó las brasas rojas.
_ Pero , cómo, mi lady ?
_ Thomas es como sus perros . .. Ladra pero no muerde. - Cuanto más perfeccionaba su plan , más se animaba Isabel.
La criada se acercó a ella.
- Qué va a hacer, mi lady ?
Isabel sonrió malévolamente.
_ Voy a tener que usar mi barriga - ella susurró, más para sí misma que para la criada.
Meg dejó caer su mentón .
_ Qué... qué, mi lady ?
Isabel miró el rostro estupefacto de la criada.
_ Le diré a mi estimado cuñado que llevo un hijo de William. Thomas no me va a echar de Wolf Hall si estoy esperando al próximo heredero de los Cavendish.
_ Pero usted no está embarazada, mi lady - observó Meg. - Tuvo su regla hace quince días...
Isabel inclinó su rostro, le sonrió complacientemente.
_Estás muy equivocada, Meg. Fue hace dos meses, antes que mi marido se enfermase y muriese. - Rápida como un rayo, Isabel se levantó y agarró a la criada por el brazo y le susurró : - Detestaría tener que expulsarte de Wolf Hall por esparcir mentiras. Pues bien se sabe que las mentirosas también roban... Qué sucedería si yo dijese que me falta una de mis joyas? Sería condenada a la horca!
La criada tragó en seco.
_ Yo no miento, mi lady ... - Meg tartamudeó, dos lágrimas corrían por su rostro. - Y sus joyas están seguras en el cofre. Le juro por la santa cruz que ... Por favor, mi lady , no me haga eso. Yo Nunca le hice ningún mal... - Meg Cubrió su rostro con el delantal
_ Cálmate, idiota - le dijo Isabel. - Para de llorar y escúchame. Estoy embarazada de lord William y nadie puede contradecirme, entiendes?
- Si, mi lady . Está embarazada.
Isabel sonrió satisfecha.
_ Pero no lo comentes en la cocina, Meg. Todavía no le conté a sir Thomas. Acabo de descubrirlo...
- Si, tiene mi palabra, mi lady .
Buenísimo! La palabra de Meg nada valía. Por la mañana, todo el castillo sabría lo del nuevo heredero. Ahora, para completar la farsa...

_ Tengo antojo de comer bizcochos con crema - Isabel declaró. - Tráeme una bandeja llena, Meg. Si no como eso ya , me muero.
- Si, mi lady ! - La criada corrió hacia la puerta. - Traeré los bizcochos en un minuto!
Isabel levantó la mano.
_ Pero recuerda : ni una palabra sobre mi estado, a nadie.
_ Lo juro por mi vida, mi lady !
Isabel se rió al oír los pasos de la criada apartándose por el corredor. Ella acarició su vientre. No tenía nada en el útero . Nueve años en la cama con el fogoso William, y nada . Su padre, el conde de Bedford, había tenido un montón de hijos con su madre, ya fallecida, y continuaba embarazando a su pobre segunda esposa. Con un padre así, cómo ella podía ser estéril? Isabel apartó esa idea. Debía haber sido culpa de William.
Eso poco importaba ahora. Se embarazaría. Y pronto. Nadie repararía si el bebé naciese un poco más tarde de lo esperado. Thomas podía saber cuando su perra entraba en celo, pero no tenía ni la menor idea de los ciclos femeninos. Creería cualquier cosa que su cuñada le contase. El honor lo obligaría a mantenerla en Wolf Hall y , manipulándolo de manera adecuada , él acabaría desposándola. El heredero Cavendish debía tener un padre Cavendish.
Isabel se sacó los zapatos y estiró las piernas en dirección al fuego. Al día siguiente, enviaría al obispo de York un pedido de dispensa. Mejor anticiparse a las providencias. Los asuntos eclesiásticos llevaban tanto tiempo... Isabel suspiró. Preciso hacer un heredero. Pensó en Launce, un paje que había seducido unos meses atrás. Era alto, fuerte, rubio y , como el amo Cavendish, manejaba bien la espada. Engendrar un hijo con él sería divertido.
Decidida a acostarse con Launce al día siguiente, Isabel ejercitó los dedos de sus pies, excitada ante la expectativa.

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