CAPITULO 36
La familia , ese querido pulpo de cuyos tentáculos nunca logramos escapar completamente ...
Una muchacha bonita de cabellos negros y largos miraba todo boquiabierta, a algunos metros de distancia. Era Ana, la novia de Pete. ellos estaban juntos desde el colegio secundario y siguieron estando de novios en la universidad . Janey avanzó un paso.
- Janey? - preguntó.
Pete miró a Janey , luego a las muchachas, y después a Rasheed. Una expresión de repulsión y shock apareció en su rostro, mientras sus dedos presionaban el brazo de Janey aún más fuerte
- Qué diablos está haciendo...? - gritaba él.
Una lluvia leve había empezado a caer sobre la Place Vendôme. Janey miró hacia arriba ; debía irse, buscar un taxi y encontrarse con Mimi en Dior. La lluvia le iba a arruinar el cabello y la ropa . Mimi debía estar preguntándose qué le había sucedido . Pero a Janey no le importaba. El sufrimiento de recordar todo aquello la hacía sentirse como si estuviese llena de pedazos de vidrio por dentro, y la lluvia fría casi la aliviaba.
Le había llevado dos días para poder salir del yate. Ian le había dicho que era mejor esperar, dejar que el propio Rasheed le diese la idea. Según las costumbres, la iniciativa tendría que partir de él ; además , ella quería cobrar el dinero que le correspondía.
Finalmente, en la tercer mañana, ella volvió a ser llamada a la oficina . Exactamente como antes, el árabe se encontraba sentado detrás del escritorio.
- El Señor Rasheed desea agradecerle por su compañía, pero ahora considera mejor que te marches. Va a encontrar sus maletas listas esperándote en la plancha de desembarque. Un automóvil va a llevarla a donde quiera ir. - Y entonces le entregó un pequeño cofre de Louis Vuitton. - El Señor Rasheed desea que se lleve eso como un señal de gratitud. Le recomendamos que parta inmediatamente.
Janey salió de la oficina con el cofre en las manos. Pasó por el salón y salió a la cubierta, donde había asistido a ese primer almuerzo fatídico seis semanas atrás. Vio sus maletas apiladas al lado de un Mercedes negro con vidrios oscuros ; el conductor, otro árabe, se encontraba de pie al lado del automóvil. Janey miró a su alrededor , desesperadamente buscando Ian a. Necesitaba saber que ella se marchaba ! El iba a dejarla partir sin al menos despedirse?
Cuando llegó a la plancha de desembarque, esperó un instante. El sol de agosto ya era insoportablemente caluroso, y por un momento, se sintió una tonta. Y de repente Ian apareció a su lado, ofreciéndole el brazo, educadamente.
- Necesita ayuda, Señorita Wilcox? - preguntó.
- Y cómo! - gritó ella, mirándolo a los ojos.
- Ten cuidado - le recomendó él, mirando de reojo al árabe.
Ella quería decirle tantas cosas, mas no tenía tiempo. Sintió las lágrimas brotar en sus ojos y súbitamente se sintió exhausta. Cómo se había cansado tanto?
- Ian... - Janey dijo.
- Debes irte , Janey. Ya era tiempo.
Ellos habían llegado al final de la plancha y pisaron el muelle de cemento.
- Todas tus maletas están aquí? - preguntó él, con un tono de voz oficial. Janey miró su equipaje, confundida. No tenía idea ... en total , había cuatro maletas Louis Vuitton, apiladas una sobre la otra, como el equipaje de alguna famosa actriz .
Pensó que iba a llorar de nuevo, entonces abrió la cartera y sacó los anteojos oscuros. El árabe puso el equipaje en el porta maletas.
- Ian...
- Si, Señorita Wilcox?
Ella no sabía qué quería decir. Ian retrocedió , apartándose del automóvil cuando el árabe abrió la puerta. Ella volvió a mirarlo , y después , dando tres rápidos pasos en su dirección , preguntó:
- Por qué estás en este yate?
El la miró , y sacudió tristemente a cabeza.
- Por el mismo motivo que vos, Janey. Dinero.
- Pero ...
- Tengo una ex esposa y un hijo para mantener en Australia.
Ella soltó un suspiro de alivio.
- Nunca más voy a verte de nuevo?
- No lo sé.
- Dime que me amas, Ian. Por favor. Porque yo todavía te amo.
Su sonrisa fue muy triste, y por un segundo, él extendió la mano y empujó los anteojos oscuros de ella un poco más arriba sobre la nariz.
- Es mejor que te vayas ahora. Y no llores. Recuerda que las muchachas adultas no lloran. - Después extendió su mano y apretó la de ella. - Adiós, Señorita Wilcox. Que tengas un buen viaje.
Cuando Janey entró en el automóvil y él se apartó lentamente, Janey comenzó a llorar de , las lágrimas rodando por su cara bajo los anteojos oscuros, y luego después de algunos minutos, se acordó del cofre de Louis Vuitton, que estaba en el asiento a su lado. Mirando de reojo al conductor, ella lo colocó rápidamente en su regazo y lo abrió cuidadosamente.
Levantó la tapa cautelosamente, y al ver o contenido, se recostó en el asiento , con el corazón a los saltos . inmediatamente se olvidó de Ian, se olvidó de todo cuando vio los fajos de billetes de mil dólares apilados dentro de su cofre . Sólo conseguía pensar que lo había logrado - a pesar de todo, lo había logrado . Y aunque no supiese exactamente qué , sabía que se sentía muy bien ...
Mientras el automóvil se desplazaba lentamente por el tránsito del bulevar, y después giraba en dirección a los morros, ella contaba el dinero discretamente. Todo estaba allí, cada centavo prometido - su “comisión” y también el dinero que había ganado jugando al poker .. . Bien, con toda ese dinero, no iba a necesitar volver. Era libre! Podía ir a cualquier lugar que quisiese en el mundo, hacer todo que quisiese - podía vivir en Tahiti y escribir un libro. Si, por qué no?...
Necesitaba decirle al conductor que fuese directamente al aeropuerto. Allá escogería su destino , se subiría a un avión y desaparecería, sería completamente libre de todo y de todos ... Pero , por algún motivo, debido al miedo y a la culpa tal vez , no fue lo que hizo . Y entonces el automóvil subió varias colinas, pasó por puestos de gasolina, supermercados y tiendas y finalmente se detuvo delante de una posada para estudiantes. Era edificio cayéndose pedazos , con pintura descascarada, y se imaginó que debía estar llena de piojos...
Su hermano y su novia estaban sentados en el bar de al lado, tomando café. Cuando el automóvil se detuvo , Pete se levantó y frunció el ceño . El conductor abrió la puerta y Janey salió . Lucía un vestido Lacroix carísimo y zapatos de tacos altos, y de repente entendió lo ridículo de su apariencia . Cuando el conductor retiró las maletas del automóvil, Pete comentó :
- Dios del cielo! . Estás segura que no olvidaste nada?
- No soy una mochilera - respondió Janey.
- Hablé con mamá . Ella dijo que quiere que volvamos a casa ahora mismo. Quiere que partamos del aeropuerto de Niza y no del de París. Y mandó dinero para los pasajes.
- Yo tengo mi propio dinero - dijo Janey.
Jesús! El dinero! Tendría que esconderlo en las maletas. En el formulario de migraciones no constaba una prohibición de traer más de 20 mil dólares en efectivo al país? Y si ella fuese descubierta y la encarcelasen ? Se sintió muy tonta.
- El avión sale a las tres. Es mejor vayamos yendo.
- Puedo ir al baño ?
Pete hizo una mueca , mientras Janey arrastraba las maletas, una por una, adentro del baño. Era un baño típicamente francés - básicamente un agujero en el cemento donde la persona debía agacharse, pero por lo menos el lugar estaba vacío. Con las manos temblorosas, dividió los fajos y colocó el dinero en el fondo de cada una de las maletas, contándolo otra vez, sólo para tener certeza que todo estaba allí . Eran cien mil dólares, en billetes nuevos de mil dólares.
Tomaron un taxi hasta el aeropuerto. Apiñados en el asiento trasero de un automóvil barato, Pete se dio vuelta hacia ella, y en voz baja que amenazaba con desbordarse de furia, dijo :
- Podrías haber terminado muerta, lo sabías? Nadie sabía donde estabas . - Mamá ya iba a llamar a la policía francesa.
- Yo estaba bien - dijo Janey cansadamente. - No me ves que estoy bien?
- Pareces una...
- Cuidado!...
- Háblale con calma, amorcito. Ella es sólo una niña ... - explicó Ana, con bondad .
- Ella era una niña ! Ahora ya no lo es ...
- Y eso es asunto tuyo ? - dijo Janey.
- Esto va a matar a mamá . Va a acabar con ella. Eso significa algo para vos ? Piensas en alguien más que vos misma?
- Entonces no le digas nada a ella.
- Hay cosas que ya no se pueden esconder- replicó Pete ásperamente.
Janey pagó el taxi, y ellos casi no intercambiaron ninguna palabra más.
Sus padres fueron a buscarlos al aeropuerto Logan. Su madre examinó las ropas y las maletas de Janey , y su boca se apretó en una línea muy fina. Al día siguiente, la llevó al médico.
El diagnóstico fue mononucleosis. La madre dijo que Janey había tenido suerte de no haber contraído sífilis. En el automóvil, en el camino de vuelta a su casa, su madre se detuvo súbitamente en la banquina.
- Necesito saber, Janey - dijo.
Janey miró a su madre y sintió todos sus antiguos miedos de la infancia. Sabía que su madre nunca la había querido, toda conversación entre ellas parecía consistir en comentarios despreciativos de su madre respecto a ella, y la reacción de ella para defenderse. Su madre se miró al espejo y comenzó a aplicarse lápiz labial .
- Te acostaste con él ? - ella indagó.
- Con quién? - preguntó Janey.
- No te hagas la idiota.
- Con quién , madre? Di el nombre.
- Ese... tal Rasheed. - ella se dio vuelta hacia Janey y dijo con rabia: - él es un criminal .
- Cómo lo sabes?
- Sos realmente una idiota. Cómo pude haber tenido una hija tan idiota ? En qué me equivoqué?
Ella volvió a arrancar el automóvil y volvió al camino, pero no había terminado todavía.
- Alguna vez pensaste en mí y en tu padre ? Toda la gente que conocemos en el club ...
- Basta ! - gritó Janey. - Me voy a la mierda! Me voy y desaparezco de tu vida. Nunca más vas a verme nuevamente. Puedes fingir que ya no existo.
- Y ahora, encima de todo , estás enferma.
- Me voy a matar.
- Deja de ser idiota! - le gritó su madre. Dando un golpe en el volante del automóvil, para doblar al garaje de la casa, entonces dijo : - Siempre supe que esto iba a suceder. Yo te avisé. Los hombres se aprovechan de las muchachas que no son bonitas...
- Yo estaba con él porque soy linda - gritó Janey , saltando del automóvil y golpeando la puerta. - Y vos no soportas eso, verdad madre? Simplemente no soportas el hecho que ya no sos linda!
Janey pasó los dos meses siguientes acostada en la cama de su antiguo cuarto. Se sentía Alicia en el País de las Maravillas, donde todo se había encogido misteriosamente, y ella había crecido; a veces sentía que iba a estallar y que la casa explotaría a su alrededor . Su madre la matriculó en un curso superior de dos años en una escuela estatal , y Janey, enmudecida por la vergüenza, ni siquiera protestó.
Pero ella acabó recobrando su energía, tal vez animada por el hecho de que tenía 10 mil dólares escondidos detrás de una vieja casa de muñecas en el armario. Mientras estaba acostada en su cuarto, en ese otoño, creía que podría borrar el pasado y comenzar de nuevo - Después de todo , era joven, y cuando se tenían 19 años, no era necesario guardar cicatrices del pasado . Pero, a pesar de esa juventud, la semiente había sido plantada y estaba enraizada - o tal vez la semiente siempre había estado allí, esperando la combinación perfecta de elementos para germinar, y de alguna forma esa semiente poseía una vida propia y la impulsaba a avanzar.
Lo que no veas con los ojos , no lo inventes con tu boca. Proverbio judío.
Cuatro meses después , ella volvió a ver Ian. Estaba de vuelta en New York , viviendo en el apartamento que alquilaba, y una noche recibió una llamada.
Janey tomó o teléfono, y oyó una voz masculina desconocida decir:
- Janey! No puedo creerlo. Estoy intentando encontrarte hace días!
- Quién es ? - preguntó ella, en un tono distante.
- No reconoces mi voz? - preguntó él. - Adivina.
- No consigo....
- Soy yo, Ian. Ian Carmichael. Estoy en New York ...
Ellos concordaron en encontrarse en un bar en la esquina de la calle donde quedaba el edificio de ella. Janey no había dejado de pensar en él, pero , cuando Ian entró , ella se preguntó por qué. Su corazón se enfrió : viendo a Ian fuera de su ambiente natural , de repente entendió que todo en él estaba errado. Bajo la luz impiadosa y ofuscante de la ciudad de New York , él parecía tan sofisticado cuanto un turista del tercer mundo - su sweater estaba raído y su botas de cuero eran espantosamente feas y vulgares. Cada uno de ellos bebió tres medidas de tequila mientras Janey intentaba desesperadamente sentir lo mismo que había sentido por él ese verano, pero no lo logró. Antes consideraba que los dientes de él eran inmaculadamente blancos - pero ahora veía que eran amarillentos. Sus ojos - esos ojos azules que ella había mirado con tanta pasión - estaban demasiado juntos, y él había cortado su cabello rubio y su nariz parecía demasiado grande . Ian le explicó que había venido a New York por dos semanas para comprar equipamiento para el yate, y no paraba de repetir que no podía creer que estaba conversando con ella a solas . Cuando tomó la mano de Janey, ella instintivamente sintió ganas de retirarla.
El momento inevitable llegó, y Janey llevó a Ian hasta su apartamento. Él la besó de pie delante de la chimenea, pero la lengua de él sondeando su boca hizo con que ella sintiese ganas de gritar. Había estado esperando eso hacia tanto tiempo ... - Qué había de pasado con ella ? Ellos comenzaron a desvestirse ,y Janey rezó para que la pasión del verano anterior retornase, pero no volvió . Cuando él pasó su lengua entre las piernas de ella, Janey sólo se sintió incómoda , y rezó para que él la penetrase de una vez y todo aquello terminase lo más rápidamente posible. Finalmente él la penetró pero ella se sintió tan vacía que mantuvo los ojos abiertos, y finalmente Ian dijo :
- Voy a acabar. Puedo?
- Si - respondió ella, con un suspiro. - Termina.
Cuando él terminó, se quedó acostado sobre ella. Después , con un ligero suspiro se levantó de la cama y comenzó a vestirse.
- A dónde vas? - preguntó Janey.
- Me voy . Ya acabamos.
- No estoy entendiendo.
- Entiendes muy bien .
- Pero yo ...
- Mira, Janey - dijo él, vistiéndose . - No digas que me amas, porque no es verdad.
- Cómo lo sabes?
Ian se sentó en el borde de la cama .
- Vos nunca me amaste, Janey. No logras entenderlo?
Ella abrió l a boca para protestar, pero él la calló con una mano.
- Fue sólo una fantasía que vos te pusiste en la cabeza. Para no enloquecer. Porque, si realmente hubieses pensado en lo estabas haciendo...
- Yo te amaba de verdad ! - insistió Janey. Ella se sentó y subió las sábanas para cubrirse.
Ian se puso de pie .
- Sos insensible. Demasiado Insensible como para amar a alguien.
Las palabras fueron un golpe muy duro . Janey soltó un grito de susto y cayó hacia atrás , contra la pared, pero él se dio vuelta y salió del cuarto. Dejando a un lado la sabana , ella corrió detrás de él.
- Cómo te atreves a decirme eso ? Eso no es verdad ! -Pero él no estaba dispuesto a soportar esa escena. Abrió la puerta, y, cuando se dio vuelta hacia Janey de nuevo, ella vio que su rostro estaba desfigurado de odio.
- Pareces una viuda negra - dijo él. Y partió , comenzando a descender las escaleras.
- Ian, espera...
- Una de esas arañas, una viuda negra - gritaba Ian para si mismo, mientras bajaba.
Janey cerró la puerta y cayó al suelo sollozando. Por qué le pasaba eso ? Por qué nadie entendía...?
Pero de algunos instantes después , las lágrimas secaron , y ella corrió al espejo. Se quedó mirándose durante mucho tiempo , y después comenzó a reírse histéricamente. Era una broma, francamente, ser tan bella - era un milagro. Las personas la paraban en la calle para decirle que era linda; los hombres se daban vuelta para admirarla cuando pasaban . Dos meses atrás, a principios de octubre, el destino había intervenido a su favor y la agencia de modelos Eileen Ford la había llamado. Una empresa de ventas por catálogo quería contratarla durante un mes, y en el lapso de dos días ella ya se había mudado a New York . Ya no oía a su madre hablar de la universidad ; incluso su propia madre la había llevado hasta la estación de Amtrak, en Boston, dándole una sonrisa reticente y un beso en las dos mejillas.
- Intenta llamar de vez en cuando - ella le pidió .
Janey se apartó del espejo y cubrió su boca, estaba feliz. Su belleza - su preciosa y gloriosa belleza - la había salvado.
La leve llovizna se había transformado en una neblina fría y persistente; sentada en Place Vendome, Janey secó la humedad de su rostro. Su belleza realmente la había salvado.? O la había llevado a tomar el atajo equivocado ? Incluso desde el principio, con Rasheed... si ella hubiese intentado progresar en la vida, en vez de sólo confiar en el destino y en su belleza , tal vez se habría convertido en alguien importante . Después de todo, de qué le servía la belleza, y si siempre había algo que le faltaba dentro de ella? Todos parecían tener esa pieza esencial, menos ella, y esa pieza era la parte que vinculaba las acciones con un núcleo emocional. A pesar de la cantidad de hombres con quienes había ido a la cama en los últimos 15 años, ella sólo había tenido seis orgasmos en toda su vida. Y en cuanto al amor... bien, hablar de seis amores sería un número excesivo . Era cierto que creía amar a Selden, pero en verdad sus sentimientos por él no diferían tanto de lo que había sentido por todos los otros hombres - o sea, ella había sentido algo que se podría definir como afecto, siempre y cuando obtuviese algo de concreto de la relación .
Había nacido así, o había caído en eso debido a sus elecciones equivocadas? Nadie podía nacer con un vacío interior tan grande; por lo menos había una parte de ella que creía eso. Y al mismo tiempo se daba cuenta que jamás conocería el verdadero amor hasta que no le exigiese nada a un hombre, hasta que no estuviese en una relación donde el dinero no contase...
Janey levantó la cabeza y una voz interior le gritó que no era demasiado tarde . Sólo necesitaba vivir cada día del resto de su vida de una manera diferente. Todavía había tiempo para arreglar las cosas con George y, en vez de estar desgastando la paciencia de él, iba a poner las cartas sobre la mesa de una forma mas profesional. Iba a contarle a Selden cuales eran sus planes . Después de todo, hasta era posible que Selden la amase de verdad...
Su reloj interno le dijo que había pasado mucho tiempo, y mirando el reloj de su muñeca vio que ya era casi la hora. Debía encontrarse con Mimi. Y de repente se le ocurrió que si le contase todo a Mimi (sin mencionar el sexo oral con George), tal vez lograse que Mimi influenciase a su marido . Lo importante por el momento era hacer algo de bueno y productivo de su vida, actuar de un modo que nunca más si viese en esa situación otra vez...
Y entonces, como por arte de magia, un hombre alto y rubio surgió en medio de la neblina, caminando rápidamente en dirección a ella. Al principio Janey no puede creer lo que veían sus ojos, pensando por un segundo que el fantasma de Ian había vuelto para acecharla . Pero cuando el hombre se aproximó, ella vio que era Zizi. Y de repente todo tuvo sentido: Mimi había insistido en hacer ese viaje porque sabía que Zizi estaría en París, y había usado a Janey como pantalla para ...
Que no sea eso, pensó Janey confundida, cuando él se detuvo delante de ella. Al segundo siguiente, él comenzó a pronunciar las palabras que ella deseaba escuchar...
- Debes venir conmigo - dijo Zizi con firmeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario