lunes, 9 de marzo de 2009

LA TREPADORA - BUSHNELL - CAPITULO 22

CAPITULO 22


"Un fracaso es una persona que ha errado y que no es capaz de capitalizar esa experiencia" Elbert Hubbard



Oyó Zizi colgar el teléfono, y entonces, abriendo la puerta del baño con un leve floreo, se quedó de pie allí con una de las manos sobre su cadera y la otra en el picaporte . Con la misma voz seductora que había usado en los comerciales de Victoria Secret, Janey murmuró :
-Me parece no vas a ningún lugar .
Zizi estaba parado en la cocina, llenando un vaso con agua de la canilla, y el susto que se llevó fue tan grande que casi dejó caer el vaso . Al principio, puso cara de confusión, y Janey esperó que, en el segundo siguiente, esa expresión se transformase en expectativa. Entonces, en vez de eso, Zizi retrocedió , y apoyando el vaso inestablemente en el borde del lavadero , preguntó, aterrorizado:
- Qué está haciendo?
- Qué crees que estoy haciendo? - respondió ella, dando un paso en dirección a él. En un segundo ambos estaban apretados en la cocina minúscula, él con la espalda contra la pared . Janey metió su mano detrás del cuello de Zizi y empujó su rostro hacia abajo, para besarlo.
Los labios de él parecían rígidos y reticentes, pero probablemente era porque se había sorprendido al verla desnuda y disponible. Manteniendo la espalda derecha, ella dobló las rodillas, deslizando sus manos sobre el pecho de él, mientras graciosamente se agachaba , . Mirando su rostro , vio que su expresión no se había alterado, todavía era de susto e incredulidad, Janey estaba calculando como cambiaría cuando ella tomase su pene. Abrió el botón del jeans y , por un segundo, sus dedos vacilaron sobre el cierre , como en un delicioso suspenso , antes de apartar las dos hileras de dientitos . Y justo en ese segundo la boca de Zizi se abrió y soltó un rugido de susto .
Tal vez él quisiese decir "no", pero el sonido fue más gutural que eso - parecía más un grito de un animal defendiendo su territorio. Extendiendo sus manos hacia ella, de alguna forma logró arrojarla hacia atrás . Janey cayó sobre su trasero y después rodó a un lado, pero antes que pudiese levantarse , él ya venía hacia ella, como si fuese un zaguero de fútbol americano. La levantó en sus brazos y corrió hacia el sofá. Pensando que Zizi tal vez estuviese conteniendo su deseo hacia mucho tiempo , Janey pasó sus brazos alrededor de su cuello . Y mientras Zizi intentaba soltarla sobre el sofá, ella lo apretaba más todavía , de forma que él no tuvo opción mas que caer encima de ella. Al sujetarlo en ese abrazo mortal, ella pasó una pierna alrededor de la cintura de él, y comenzó a besarle el cuello, mientras él luchaba para librarse. Finalmente, Zizi agarró ambas manos de Janey, y las sujetó detrás de la cabeza de ella sentándose sobre su cuerpo y gritó:
- Qué es esta locura que estás haciendo?
Ambos estaban jadeantes. Janey no logró hablar - estaba demasiada excitada con la sensación de tenerlo allí sobre ella, de ese modo. Era violento y sensual. Retorciéndose debajo de él, sólo pensaba en conseguir que Zizi la besase. Quería que él la tomase, no le importaban las consecuencias...
Zizi observó el rostro de ella por un instante, y después , enojado, soltó las manos de ella y se puso de pie .
- Es esto lo que... haces con los hombres? - Zizi preguntó agresivamente. Su labio superior estaba tenso de rabia, revelando dientes blancos y saludables . Janey lo miró , deseando que no hubiese interrumpido ese momento de pasión, aunque le gustaba haber causado una reacción así. Sentándose , ella extendió su mano.
- Ven acá, ven... - ella lo invitó.
Zizi sacudió la cabeza y fue al baño , arrastrando los pies. Volvió trayendo las ropas de ella.
- Vístete - él ordenó .
Janey se rió y se recostó quedando panza arriba . Sabía que debía ser una imagen muy atractiva, acostada en el sofá con esa escasa ropa interior ; dar placer visual era una de sus pocas fuentes de autoestima, y todavía creía que iba a conseguir acostarse con Zizi .
- Y si no quiero ? - ella preguntó, dibujando lánguidamente un círculo en el aire con el dedo. - Después de todo , este apartamento es mío. Supongo que puedo hacer lo que quiero dentro de él. ..
- Vistetee! - repitió él, arrojando las ropas encima de ella.
La humillación de verlo arrojar las ropas fue como una bofetada para Janey, y la hizo volver en sí. Ella tomó la falda y se la lanzó de vuelta a él, pero erró el blanco y la prenda cayó cerca de los pies de Zizi. Estaba dispuesta a aceptar todo que él había hecho hasta allí, en nombre del “sexo peligroso” , pero aquello era una ofensa.
- Cómo te atreves a tratarme así? - gritó ella, poniéndose de pie en un salto. Voló hacia él, impulsada por una emoción súbita y violenta, deseando golpear su cara. Zizi se desvió a un lado, le agarró la mano y se la retorció detrás de la espalda , empujándola lejos de sí.
Janey tropezó y se agarró al borde de la chimenea, donde vio que Zizi había colocado la foto de una morena exótica, de cabellos negros, probablemente su madre.
- Cuál es tu problema? - gritó ella.
- Yo me pregunto cuál es el tuyo - replicó él, furioso, como si hubiese sido ofendido. - Cómo puedo dejar más claro que no voy a acostarme con vos ?
Janey quedó tan sorprendida con la respuesta de él que, al principio, apenas logró entender. Esa ausencia de interés no era posible, ella pensó , a menos que él fuese ... gay.
- No seas ridículo - ella respondió atrevidamente, consiguiendo equilibrarse emocionalmente otra vez. - Todos quieres acostarte conmigo.
Por un momento, Zizi la miró con compasión, como si no la considerase ni un poco sensual; bajo su mirada, ella sintió que su autoestima se hundía.
- Es así - dijo él . - El problema es exactamente ese.
Janey se agachó para tomar su falda, al hacer eso, ella de repente el miedo la invadió . No sabía lo que él estaba queriendo decir, pero esas palabras tuvieron el efecto de hacerla empalidecer.
- Vos querías ir a la cama conmigo... en el verano - dijo ella, jadeante .
- No. - Zizi sacudió la cabeza, entregándole la falda. - Por favor - pidió . - Vístete , si ? No pases más vergüenza de la que ya pasaste ...
La falda pendía de la mano de él como una bandera; era un símbolo del fracaso de ella, y Janey no podía aceptarla. Lo halló increíblemente arrogante. Sintió odio por él y al mismo tiempo , deseo. Sentía que necesitaba vencer, se sentía impelida a salir de esa experiencia con algo en sus manos, por más que eso le costase.
- Si , vos querías acostarte conmigo ese verano. Por qué no quieres admitirlo ? - ella preguntó agresivamente .
Por un segundo, él la miró temeroso, calculando su rabia y su nivel de locura. Sin sacar los ojos de ella, dejó la falda en el sofá.
- Si no quieres vestirte , no voy a obligarte - dijo él. - Pero necesito salir. Tengo un compromiso al cual no puedo faltar.
- Con Mimi? - preguntó ella, con insolencia.
- Con Harold Vane - respondió él. - Tenemos que conversar sobre unos caballos.
- Caballos! - se burló ella, soltando una carcajada cruel . - Entonces es eso. Prefieres los caballos a las mujeres...
- A veces, si - dijo él, mirándola de arriba a abajo . Después pasó por al lado ella y entró al cuarto.
Algún centímetro de su cerebro, que todavía funcionaba de manera racional, le decía que juntase los harapos de dignidad que le restaban, se vistiese y se fuese a la mierda . Pero Janey había alcanzado ese punto irracional donde sólo es posible hundirse más todavía ; iba a acabar con su reputación, iba a realizar el sacrificio femenino de su orgullo y dignidad, porque no lograba dejar de lado la idea errónea que eso, de alguna forma, lo haría amarla.

Viendo a Zizi moviéndose en el minúsculo cuarto, ella sentía que la furia la dominaba. Cómo se atrevía a escapar ileso de esa situación ? Entró al cuarto, con paso decidido, aproximándose él por la espalda . Zizi estaba cambiándose la camisa, y su espalda musculosa estaba delante de ella.
- Quiero saber por qué! - Janey gritó . Él se dio vuelta , tomando una camisa de la cama y metiendo los brazos en las mangas.
- esto es una estupidez - respondió él.
Ella le dio una palmada en el brazo.
- Por qué elegiste a Mimi, y no a mí ?
- Yo o escogí - dijo él , empujándola ligeramente al pasar al lado de ella. Janey fue detrás siguiendo al hombre por el cuarto.
- Habla, miserable ! - gritó ella. - No salgo de aquí sin me hables.
- No tengo nada que decir - respondió él, con esa obstinación frustrante de macho que enloquece a las mujeres . Fue hasta el armario y sacó una corbata, después fue hasta el espejo del baño , para colocarla.
- Qué mierda tiene ella que yo no tenga ? - gritó Janey, golpeándolo con sus manos.
Zizi había alcanzado ese punto en que ella ya no le interesaba más. Janey había llegado demasiado lejos, además ese tipo de cosa le sucedía todo el tiempo . Ahora ella estaba allí, arrasada emocionalmente , sollozando en el baño , mirándolo con la cara hinchada y preguntando:
- Por qué, por qué, por qué?
Pero , para Zizi, ella era como un trapo, sucio y mojado arrojado al suelo . Pasó por al lado ella y tomó una campera deportiva del armario. Se la puso , y después se colocó un saco largo . Tomó los guantes y , cuando giró , ella estaba de pie delante de la puerta, las manos en sus caderas y las piernas abiertas, bloqueándole la salida.
- Sólo te dejo salir cuando me respondas por qué! - ella gritaba histéricamente.
Zizi suspiró . Por qué las mujeres siempre hacían esas escenas? El no quería ser grosero, mas cuando la había tratado como un ser humano, ella había interpretado aquello como un señal de que él estaba enamorado de ella. Había estado ligeramente interesado en ella, si , al principio del verano - pero sólo por un minuto. Hasta que le informaron qué clase de mujer era ella , y él no quería una mujer así. En voz neutra, respondió :
- Voy a tener que pedirte que me dejes salir .
- Y yo voy a a tener que pedirte que me digas por qué - dijo ella desafiante .
Zizi la agarró por la cintura, y la apartó de la puerta. Ella intentó agarrarse a él, pero él la empujó a un lado. Ella dio dos pasos para intentar equilibrarse y, en ese momento, él aprovechó para abrir la puerta y salir al corredor golpeando la puerta detrás de si.
Por un momento, Zizi se quedó recuperando el aliento, mientras pasaba sus manos por sus cabellos. Después comenzó a descender las escaleras. Ella no vendría detrás de él ahora, pensó , sólo con corpiño y bragas como estaba . Cuando la viese de nuevo, probablemente ella fingiría no haberlo visto, por vergüenza por su comportamiento. Jamás le contaría el incidente a nadie y, estaba seguro que ella no lo contaría; era demasiado vergonzoso, haría con que ella pareciese una idiota , y arruinaría su reputación si se presentase como una seductora fracasada. Zizi pensó que estaba a salvo .
Fue entonces que, oyó un ruido en las escaleras detrás de él. Se dio vuelta , sorprendido por ver que ella había conseguido vestirse tan rápidamente , y, al verla, llegó a sentir enojo. Janey estaba toda desgreñada y ni se había abotonado la blusa . Esa era la verdadera Janey Wilcox, pensó él - una loca histérica cuya verdadera naturaleza obliteraba su belleza superficial. Su primera reacción fue salir corriendo - pero después la furia lo dominó. Él no era un animal, forzado a satisfacer los instintos sexuales ajenos .
- Quieres saber por qué no fui a la cama con vos? - Zizi gritó . El hecho de él estuviese listo para responder tomó a Janey de sorpresa, y ella se detuvo tres escalones arriba de él.
- Por qué? - preguntó ella, poniendo as manos nos caderas.
- Porque sos una puta - respondió él. - Y yo no me acuesto con putas.

Janey dio un paso adelante, como si fuese a abofetearlo, pero él se dio vuelta rápidamente hacia el otro lado, descendiendo las escaleras rápidamente , mientras ella lo seguía a los tropezones.
- Sos un boludo! - gritaba ella. -Y todo esto es una tremenda ironía... Todos saben que Mimi es la mayor puta de esta ciudad... ella sólo está con George Paxton por el dinero de él. .. - Finalmente, llegando a la portería, Zizi abrió la puerta y salió . Miró a ambos lados de la calle buscando un taxi, y en ese segundo Janey logró alcanzarlo.
- No pienses que vas a conseguir escapar - amenazó ella, entre dientes. - Voy a contarle a Mimi que intentaste seducirme... Me pregunto cómo te vas a sentir cuando pierdas a quien te mantiene . Vos sos el único que se prostituye en toda esta historia ...
Acomodando los guantes, Zizi respondió frialdad :
- Queda en vos hacer eso, yo no te odiaba. - Y cuando él retrocedió , una voz de mujer preguntó vacilantemente :
- Janey? Janey Wilcox?
Ella no sacó los ojos de su rostro , pero inmediatamente su expresión tuvo una transformación. Su rostro se calmó, y Janey sep asó una mano por sus cabellos, cerrando con la otra las solapas del saco de piel . Con una sonrisa maníaco, Janey se dio vuelta , diciendo:
- Si ?
Zizi tuvo una sola impresión de esa mujer: ella era el tipo de rubia bella y sin gracia que se ve constantemente en las calles de Upper East Side; sinceramente podía ser cualquier persona. La mujer que miraba a Janey con una expresión de sorpresa y ansiedad que se transformó en perplejidad cuando se dio cuenta que no había sido reconocida.
- Soy Dodo. Dodo Blanchette... recuerdas ?
- Ay mi Dios ... Dodo! - dijo Janey.
- No estoy interrumpiendo nada, verdad ? - preguntó Dodo, mirando a Janey y luego a Zizi con una sonrisa maliciosa e insinuante.
- Debo irme - dijo Zizi, bruscamente. Dándose cuenta de su oportunidad para escapar, le dio la espalda a las dos y se alejó caminando rápidamente.
Ambas quedaron observando su espalda . Él poseía una elegancia indefinible, que lo hacía parecer demasiado bueno como para estar en esa vieja calle de piedras, y pensar en él hizo que Janey sintiese ganas de llorar nuevamente. No entendía lo que había sucedido ni por qué - sólo sabía que estaba embargada por una sensación de pérdida horrible, como si algo esencial le hubiese sido robado de ella, y se sintió agotada.
- Qué hombre más guapo! - dijo Dodo, como si Zizi fuese literalmente algo que ella se comería con todo placer. - Un bombón . Si no supiese que es imposible, habría creído que ustedes dos estaban teniendo una pelea de enamorados!
Dodo era una mujer ávida por saber ( chismosa) que vivía intentando conseguir información, pensó Janey.
Por un momento, Janey sintió la tentación de contarle a Dodo toda esa novela. Tenía la impresión que Dodo la comprendería - para luego correr a casa y contarle a todos los empleados de Splatch Verner quien era la esposa de Selden Rose. Dándole la espalda , Janey se dio cuenta que aunque quisiese descargarse , no podía hablar con nadie más . No tenía ninguna amiga íntima y confidente.
- Está hablando de Zizi? - dijo ella, con una voz instable y demasiado alta. - Es mi inquilino. Sólo pasé aquí para cobrar el alquiler.
Dodo pareció decepcionada al oír esa información, pero no forzar la situación.
- Ah, Janey - Dodo dijo -, decidimos hacer uno de esos paseos de helicóptero que terminan en una aventura de rafting en el Gran Cañón, y queremos que vos y Selden viniesen también.

“Basta de lágrimas, ahora pensaré en la venganza” Mary, reina de Escocia.


Janey pasó varios segundos sin encontrar sentido a las palabras de Dodo, y cuando finalmente logró a conectarse con la realidad , la nieve comenzó a caer. De repente, sintió sus pies, que estaban verdaderamente como una piedra de hielo, y entendió que era una moda absurda la de usar sandalias en invierno... necesitaba arregla su aspecto antes de llegar al hotel , pero no sabía bien como.
Finalmente ella se agachó , protegiéndose bajo un techo estrecho y sacando el celular de la cartera . Una sensación de culpa horrorosa la había hecho sentir ganas de llamar a Mimi, de oír a voz de ella . Si Mimi se comportase normalmente (y por qué no iba a comportarse normalmente?) era porque todo ese incidente con Zizi jamás había sucedido. Pero había sucedido, si , e recordarlo - como él la había arrojado al piso y la había llamado puta - la hacía encogerse con una vergüenza que llegaba a dolerle. Él la había maltratado - cruel y deliberadamente, pensó Janey. Zizi era violento y peligroso. Por un momento, vaciló , debería decirle eso a Mimi? . Pero después la vergüenza se transformó en rabia, y ella marcó el número de su amiga.
Podría haber jurar que la casa de los Paxton estaba pasando por un momento de confusión y caos por el “Hola” apresurado de Mimi. Ella acababa de volver del aeropuerto, donde había ido por los niños, y ellos habían traído un cachorro con ellos y el perro había orinado la alfombra.
- Los niños no paran de preguntar por vos, mi querida - dijo. - Jack quiere saber cuándo vas a ... venir a visitarnos, vendrás ?
- Claro , si , claro - dijo Janey, apoyándose en la pared . Pasó una de las manos por sus ojos; creía que corría el riesgo de enfermarse. Deseó que ya estuviese en la casa elegante y calentita de Mimi , estar bebiendo chocolate caliente y bromeando con los niños...
- Qué dijo Selden sobre el collar? - preguntó Mimi, gritando tapada por los ladridos del cachorro: - Sadie, ve a tu cuarto! Jack, quieres hacerme el favor de llevarte a Sadie arriba ?
- él todavía no vio el collar.
- Ah, no? - preguntó Mimi con la mayor inocencia. - Qué hiciste ?
- Fui a hacer compras. A Burberry... - Y cuando dijo eso, se dio cuenta que había dejado las botas en el apartamento do Zizi. Aquello le daría una excusa para volver allá y arreglar cuentas con él. Esa idea hizo que sintiese que había algo sin acabar entre ellos. Zizi necesitaba ser castigado. Necesitaba sufrir por haberla rechazado , necesitaba sentir todo el peso de su odio...
- Todo está bien? - preguntó Mimi. - Te escucho un poco extraña...
- Bien ... - comenzó Janey. Salió de debajo del techo donde se había refugiado y fue a la calzada. Estaba de vuelta en Madison. Pasó por la tienda Prada y vio que había un vestido que adoraría tener en la vidriera. se detuvo , dándose cuenta que la pregunta de Mimi era su oportunidad de hablar , pero sintió que no tenía el coraje de contarle esa historia sórdida a su amiga.
- Sucedió algo? Con Selden? - preguntó Mimi .
- No, Selden está muy bien - dijo Janey. - Es que... - No sabía por donde comenzar. Zizi ahora conocía mucho más a la verdadera Janey , él iba a contarle todo a Mimi?, Janey pensó desesperada. Con qué frecuencia ellos se encontrarían, Janey calculó, pensando que, si hubiese una manera de evitar que se encontrasen...
- Se trata de Patty?
- Si - dijo Janey, aliviada. Había encontrado la solución para su problema. - Patty y Digger van a volver la semana que viene... acabo de hablar con ella, y las cosas no están yendo nada bien, por eso creo que ella va a necesitar pasar un tiempo en mi apartamento...
- Ah, si . entiendo. - La voz del otro lado de la línea fue menos amistosa esta vez .
- Lo siento mucho, amiga, mas no puedo hacer nada - dijo Janey, con firmeza, sintiendo su autoconfianza aumentando. - ella ya pasó por tanta cosa...
- El apartamento es tuyo, Janey - dijo Mimi. - Si lo necesitas , es obvio que Zizi tendrá que encontrar otro lugar para quedarse . Sólo que no sé cómo él va a encontrar un lugar en esa semana antes de Navidad...
- Tal vez pueda quedarse en la casa de East Hampton... en la su casa de huéspedes - dijo Janey, preguntándose por qué no había pensado en esa mentira antes. Todo iba a ser tremendamente inconveniente para Zizi, y cuando Mimi le dijese que tendría que mudarse, él iba a entender por qué, e iba a sentir el poder de ella sobre él. ..
- No te preocupes, mi amor. Vamos a encontrar una salida. - Mimi de repente fue cálida otra vez, y por un momento Janey se sintió culpable , mas después pensó : por qué debería sentirse culpable ? Mimi era rica... si quería tanto fornicar con Zizi, podría hospedarlo en un hotel - si pudiese encontrar un cuarto en la época de Navidad. Sintiéndose mucho mejor, Janey dijo :
- Sólo quería avisarte eso . Chau, mi querida. Dale un beso los niños por mí.
Janey cerró su teléfono, pensando triunfante, en cuan inteligente era su plan . Con los niños de George cerca , Mimi y Zizi tal vez no pudiesen verse de ningún modo , y entonces Zizi iba a necesitar mudarse. George y Mimi irían a pasar dos semanas a Aspen en Navidad. Estaría segura, Janey pensó : iba a fingir que nada había sucedido, del mismo modo que había fingido que muchas cosas en su vida jamás habían sucedido, y todo iba a proseguir como era antes. Entonces vio su reflejo: qué horror! Los cabellos, mojados por nieve, estaban pegados a su cabeza; su piel manchada con el maquillaje corrido. No podía dejar Selden la viese así - él vivía observándola , y sabría que algo había sucedido - y a esa hora, él ya debía hasta estar en el hotel , preguntándose dónde estaría ella...


Janey entró en una cafetería lujosa. Era uno de esos lugares donde cobraban diez dólares por una hamburguesa, pero el baño era limpio. Peinó sus cabellos, y los sujetó en un rodete, usando las hebillas que siempre llevaba en la cartera para emergencias como esa, y después comenzó a trabajar en su rostro. Mientras retocaba el maquillaje con polvo compacto, sus ojos bajaron hacia el collar de perlas. Con un suspiro de resignación, se acordó que iba a necesitar hacerse la seductora con Selden también, tal como había hecho ese papel con Zizi - sólo que Selden ciertamente no iba a rechazarla.

No hay comentarios: