CAPITULO 10
“Siempre hemos tenido dos banderas americanas: una para los ricos y otra para los pobres. Cuando la bandera de los ricos flamea significa que todo está bajo control , cuando la bandera de los pobres flamea, significa: peligro, revolución y anarquía”
Henry Miller
Janey suspiró Y se recostó en el sofá de seda blanca. George tenía razón - cuando Mimi hablaba así, no había modo de discutir con ella. Un poco enojada, Janey reflexionó que era una característica de aquellos que habían nacidos ricos presuponer que todos - principalmente quienes no tenían dinero - tenían la obligación de hacer lo que ellos mandaban. Pero su cabeza estaba básicamente concentrada en Zizi. Ese estilo esquivo de él sería una táctica, o sería posible que él no se sintiese atraído por ella ?
En ese momento George se puso de pie y , atravesando la sala, se sentó en el borde del sofá al lado de ella.
Janey levantó las cejas como para preguntar qué pretendía George. No se sentía cómoda cuando estaba a solas con él . Cuando Mimi estaba cerca , él se comportaba correctamente , per en las pocas ocasiones en que Mimi se apartaba y Janey se veía obligada a intercambiar algunas palabras con él, había tenido la impresión ella sólo necesitaría aceptar para que George se fuese a la cama con ella, como si eso fuese algo que ella quisiese hacer. No era lo que él decía literalmente, pero sus miradas abiertamente lascivas hablaban por sí solas . Por otro lado, Janey sabía cómo lidiar con hombres como George Paxton , había pasado toda la vida haciendo eso. Sin esconder su tedio, ella dijo :
- Cómo estás, George?
- Oí decir que andas saliendo con mi amigo Selden - dijo él. - George siempre intentaba hacer que la conversación girase en torno a algún tema relaciono al sexo, como si conversar sobre eso de alguna forma los fuese llevar al acto.
- Probablemente vos hablas con él tanto cuanto yo - replicó Janey.
- Entonces él todavía no se te acostó con vos - comentó él, con malicia.
- No sé por qué crees que él va a conseguir eso algún día.
- Ah, Selden es un zorro viejo - dijo George, tomando un trago de whisky escocés y cruzando uno de sus tobillos gordos sobre la rodilla opuesta, como para poder mostrarle mejor la bragueta de su pantalón.
- Selden en general logra lo que quiere.
George Se recostó en el sofá, espiando disimuladamente el cuadro Arlequines del artista David Salle, que se encontraba colgado del otro lado de la sala. - Eso es muy gracioso, aún más sabiendo como él era antes. Cuando estaba en el colegio , su vida giraba en torno a consumir LSD y jugar al tenis. No se pude creer a lo que llegó está hoy en día. Debe haber pasado la mitad de su vida viajando ... y no en avión sino con LSD.
Janey se rió incrédulamente.
- Selden Rose consumía LSD?
- Mientras no estaba acostándonos con alguna de las porristas - dijo George, llevando la copa a sus labios. - La grande intriga es: cómo Selden logró ser admitido en Harvard?
Janey ni se molestó en responder. Comenzó a levantarse , murmurando:
- Creo que voy a ver a donde está Mimi...
- Espera - de repente dijo George, extendiendo el brazo y agarrándole el brazo. Janey le lanzó una mirada penetrante, y él muy rápidamente intentó disimular el gesto con una carcajada. - Sabes, que no hay ningún motivo para hacer eso. No vas a conseguir sacarla del teléfono - dijo.
- - Además, nunca tengo oportunidad de conversar con vos... a solas - George agregó , sus ojos inevitablemente descendiendo hasta el pecho de Janey . - Me gustaría que me contases sobre tu trabajo.
- Mi trabajo? - dijo Janey, encontrándolo gracioso. - George, soy modelo. De qué trabajo me hablas? Trabajar es levantarse a las cinco de la mañana para cargar bolsas en el puerto. Además , estoy de vacaciones . - Su tono fue sarcástico, pero la pregunta de George de repente la hizo sentirse culpable. Ella no había tenido intención de desperdiciar la mitad del verano.
Había planeado leer las grandes obras de la literatura, y quien sabe ... quizás terminaría ese bendito guión (Gracias a Dios no había recibido más ninguna insinuación de Comstock sobre el asunto). De cualquier forma, su idea era darle algún tipo de impulso a su carrera. Pero, nuevamente, el tiempo se le había escapado entre los dedos, y ella de nuevo se había quedado enredada en las superficialidades de la vida...
Como si estuviese leyendo sus pensamientos, George comentó :
- Estuve estudiando tu comercial de televisión, y decidí que sos talentosa. Talentosa , si. Y yo soy alguien que hizo fortuna utilizando esa especie de sexto sentido.
- No me digas, George, ? - dijo ella, soltando una carcajada desdeñosa. Lo miró , intentando evaluar si George estaba hablando serio o simplemente armando una estrategia para llevarla a la cama. Pero Janey no puedo evitar sentirse halagada - como siempre se sentía cuando alguien la reconocía por algo que no fuese su belleza.
- Bien... - George dijo lentamente, dejando que sus dedos se posasen en el brazo del sofá. - Estuve pensando que yo tal vez podría darte una buena productora. - En realidad , ella jamás había pensado en eso antes, pero le gustó esa idea repentina.
- Como la productora de Selden ... - dijo George, frotándose el muslo.
- No exactamente como la de Selden - protestó Janey. No tenía idea de lo que estaba hablando, pero comenzaba a divertirle. - Yo haría unos cortos que transmitiesen una mensaje importante para mí, y que le comunicasen algo significativo al público norteamericano...
- Y crees que eso me haría ganar dinero ? - preguntó George. Su rostro había perdido su apariencia apática. Janey se convenció que sus ojos relucían interés.
- Por qué no? - replicó ella. - Después de todo , la única garantía de que algo te haga ganar dinero es hacer algo realmente bueno , o algo que el público norteamericano realmente quiera ver.
- Estuve pensando en meterme en la industria cinematográfica ... - comenzó George, pero fue súbitamente interrumpido por el vivaz staccato de los tacos de Mimi sobre el piso de mármol.
- Ustedes no van a creer quien me habló por teléfono - dijo ella, entrando en la sala . - Roditzy Deardrum. Quiere que alguien le pague los zapatos que Jack le estropeó!
El nombre Roditzy Deardrum le trajo el recuerdo de los eventos de esa tarde, y Janey frunció el ceño , más determinada que nunca a hablar con Mimi respecto a Zizi.
- Realmente necesito irme - dijo ella, creyendo que esa sería la única forma de conversar con Mimi a solas .
- Vas a despedirte de los niños , verdad ? - preguntó Mimi,
transformándose de repente en una madrastra ejemplar.
- Claro que si - dijo Janey. Se levantó , inclinándose sobre George para darle un besito en la mejilla como indicaba la etiqueta.
- No te olvides de nuestro plan - murmuró él. - Si tienes alguna idea, llámame.
Si quieres ocultarle un secreto a un enemigo, nunca se lo cuentes a un amigo. Benjamin Franklin
Mimi parecía estar en un estado de tremenda excitación mientras llevaba a Janey por las amplias escalinatas de la entrada.
- No vamos hablar con los niños por ahora - Mimi dijo. - necesito contarte algo . - Janey la siguió por el largo corredor hasta la amplia suite de la pareja . Janey se convenció de que ese “alga” tenía que ver con Zizi. Sintió una opresión, a pesar de que su nombre todavía no había sido pronunciado. Como una niña , irracionalmente se imaginó que Zizi le había dicho a Mimi que estaba secretamente enamorado de ella, y que le había pedido a Mimi que le transmitiese el mensaje...
En el interior del gran aposento había enorme cama con dosel que Mimi compartía con George. Las puertas de vidrio que llevaban a un deck con un toldo a rayas verdes. Una mesa blanca se encontraba puesta para tomar el té . La vajilla era de porcelana azul e blanca y había una bandeja con sandwiches de pepino y salmón , pues como anfitriona la mas renombrada del mundo , una de las reglas de Mimi era que sus invitados siempre encontrasen algo delicioso para comer en cualquier momento del día. Mimi se sentó a la mesa y, con sus dedos largos y delgados, tomó la tetera y comenzó a servir el agua caliente sobre un colador té de plata dentro de una taza, pero sus gestos parecían más dirigidos por el hábito que por cualquier deseo de lucirse como anfitriona . Sus ojos brillaban con una especie de placer malvado, como si hubiese hecho algo sórdido y estuviese orgullosa de eso. Con una voz particularmente íntima, como si Janey fuese la persona más querida del mundo para ella, Mimi dijo :
- mi querida, debo confesar que hice una cosa terrible...
Janey fue hasta la balaustrada, y tratando de tranquilizarse contempló el mar. Esa era una hora silenciosa y agradable del día cuando la noche ya comenzaba a caer, y aún así a playa todavía estaba invitante y tibia. Con el corazón latiendo desenfrenadamente, Janey se dio vuelta hacia Mimi. Ella finalmente planeaba decir toda la verdad sobre sus sentimientos respecto a de Zizi y, sin preámbulos, comenzó :
- Sé que eres muy buena amiga de Zizi... - Fue entonces que la expresión de espanto y culpa en la cara de Mimi la tomó desprevenida.
- Oh , Janey, júrame que no te vas a enojar - se lamentó Mimi. - Yo quería contártelo antes, pero no tenía idea de lo que iba a suceder, y no quería que vos quedases involucrada. Pero vos, mas que el resto de las personas, me va a entender...
Janey de repente sintió el mismo enojo súbito que había experimentado antes, en esa misma tarde, y ya previendo la respuesta, se vio preguntando:
- Entender qué ?
Mimi la miró confundida .
- Pensé que ya lo habías adivinado... Me imaginé que ya sabías... Zizi y yo estamos teniendo un affair . Ya hace tres semanas.
La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. John Lennon
La confirmación de ese hecho alcanzó a Janey como una patada en el estomago , y por un momento no logró hablar. Pero poco después oyó las olas rompiendo en la playa allá abajo, y vio a Mimi sentada delante de ella , radiante con excitación y miedo. Esperaba una reacción de ella, y, arrojando los cabellos sobre un hombro, Janey soltó una carcajada fría y dijo :
- Claro que ya lo sabía. No había que ser un ingeniero nuclear para darse cuenta .
- Si ? - preguntó Mimi, horrorizada.
- Por lo menos , para mí, fue así - concordó Janey. Y se rió de manera irónica. - Después de todo, te conozco bastante bien, verdad? - dijo ella, dejando traslucir una mono de ironía en su voz. El hecho era que ella no sabía nada de Mimi. Y ciertamente no tenía idea de que ella podía ser tan traicionera .
- Janey! - exclamó Mimi atónita. - Estás enojada.
Y por supuesto que estaba enojada , en realidad estaba furiosa , pero no iba a dar el brazo a torcer, ni aunque le pagasen diez millones de dólares.
- Te estás imaginando cosas! - Janey dijo, con la mayor tranquilidad. Y para esconder aún más lo que sentía, ella preguntó: - Cuándo fue que comenzó? En el partido de polo? - Ahora veía cuan ingenua había sido al invitar a Mimi a ese juego. Mimi, quien estaba completamente absorbida por el drama de su romance, le lanzó una mirada de alivio.
-Yo lo consideraba muy atractivo, como todas nosotras - dijo ella. - Pero no creía que él estuviese interesado en mí, hasta vos te fuiste aquella tarde con Selden... a pasear en ese automóvil de él que tanto te gusta . Esa tarde fue cuando Zizi y yo arreglamos para ir cabalgar al día siguiente... por eso no te invité.. . Y entonces él me siguió hasta la bahía, y ahí nos besamos...
Janey se inclinó en la balaustrada. Por un momento, pensó que iba a vomitar. Por qué, Dios? Por qué carajo había permitido que Selden la invitase a dar una vueltita en el auto y sin querer había arrojado a Mimi a los brazos de Zizi? Pero cómo podría haber adivinado que Zizi se sentía atraído por Mimi? Y con la impetuosidad de los que se sienten desengañados por el amor, Janey culpó a Zizi. Él sólo era gígolo... un asqueroso trepador social. El mas rastrero de los oportunistas que se metía con mujeres ricas y casadas. Probablemente ya le estaba sacando dinero a Mimi. De alguna forma Janey logró poner una cara de preocupación y compasión.
- Pero , Mimi - dijo ella. - Crees que es una buena idea...
- Ah, no - gritó Mimi. - Es una pésima idea. Pero ya es demasiado tarde . Todo esto es tan increíble, verdad ? Claro que estoy absolutamente enloquecida por él. .. - Las manos de Mimi partían inconscientemente los sandwiches. - Y lo peor es que él dice que también se enamoró de mí.
Ese fue otro golpe en la boca del estomago. Janey podía imaginarse a Zizi acostándose con Mimi por motivos oscuros, pero jamás podría imaginarse que él estuviese enamorado de ella.
- Y George? - susurró entre dientes .
La pregunta pareció traer a Mimi de vuelta a la realidad. Ella sacó las migas de los sandwiches destruidos sobre una servilleta, y dijo :
- Qué pasa con George?
- Estás casada con él, o no?
Mimi se dio vuelta hacia ella. En sus ojos se veía una expresión desafiante, como si Janey súbitamente se hubiese convertido en una enemiga.
- Qué pasa con eso ? - dijo Mimi, encogiendo los hombros ligeramente. - Francamente, estoy sorprendida que seas tan puritana. Jamás me esperé eso, especialmente de vos. Una reacción tan burguesa ante un caso de amor.
El clima entre las dos de repente se enfrió . Ninguna de ellas dijo más nada. La amistad había llegado a una encrucijada. Janey podía apoyar el affair y continuar siendo su amiga, o podía desaprovarlo y perder todo.
En ese silencio mortal, Mimi dejó caer dos dados de azúcar en la taza, e por un momento Janey a odió. Cuando se trataba de conquistas sexuales, ella nunca antes había perdido a un hombre en manos de otra mujer , pero Mimi no era simplemente “una más”. Siempre conseguía todo lo que quería, porque era rica; se aprovechaba del privilegio de pertenecer a ;la alta sociedad con tanta facilidad como las mujeres elegantes usaban un vestido de diseñador . Mimi iba a continuar saliendo con Zizi de cualquier modo , y no le importaría lo que Janey opinase - simplemente iba a dejar de ser su amiga . Y una vez más, habría rumores, y Janey volvería a sentir que estaba siendo discriminada, otra vez tendría que luchar para integrarse...
No, pensó Janey , de un modo frío y calculador. Había hecho mucho esfuerzo para cultivar esa amistad y no podía dejar que una mierda de hombre estropease todo. El affair secreto de Mimi la iba a beneficiar - iba a unirlas todavía más . Y así, dando unos pasos adelante , Janey dijo :
- Sólo estaba pensando en vos, Mimi. No quiero que George lo descubra.
El clima tenso súbitamente se alivió. La propia naturaleza de la amistad femenina exige que se eviten las confrontaciones, por lo tanto , una vez hecho un gesto conciliador, las reglas dictan que él debe ser retribuido.
- Oh, no, Janey, no fue eso lo que quise decir, de ningún modo - dijo Mimi. - Lo que pasa es que por un momento pensé que tal vez vos pudieses estar interesada en Zizi...
Ambas se rieron , y cuando la criada, Gerda, apareció en la puerta para retirar la mesa, la aparente perfección de la escena la impresionó. El toldo verde y blanco se movía suavemente con la brisa y , debajo e él, se veían esas dos damas elegantes - rubias, bronceadas y bellas -, posando como dos estatuas vivientes, sobre el fondo del mar azul . Muy cerca una de la otra, se reían de una broma que sólo ellas entendían. Gerda intuyó que debían estar hablando de hombres...
Y, en el segundo siguiente, vio que estaba en lo correcto , cuando oyó a Janey diciendo:
- Zizi?!!! Lejos de mí, querida amiga. Todo lo contrario, ya he resuelto que voy a seducir a Selden Rose.
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