sábado, 21 de marzo de 2009

LA TREPADORA - CANDACE BUSHNELL - CAPITULO 40

CAPITULO 40

“Yo no pertenecería a un club que me admitiese como socio" Groucho Marx



La situación de Janey Wilcox, naturalmente, no era más que una historia mas en una saga infinita de ambiciones , luchas , negocios, triunfos y fracasos de la ciudad de New York . Por lo tanto , al entrar en Dingo's a las 13 horas de ese día, Janey súbitamente tuvo la reconfortante sensación de que nada había cambiado , que todo continuaba igual, que tal vez el escándalo ni siquiera había sucedido.
Janey no atrajo más que unos pocos miradas curiosas , lo que le recordó cuan acertada había sido la decisión de ir allá.
Su hermana, por otro lado, le había exigido mucha charla para ser convencida. Patty no pensaba que fuese una buena idea, y le había le dicho eso . Entonces Janey había sido obligada a apelaral recurso de amenazar con suicidarse si no salía de la suite. Patty, por supuesto, no le había creído , pero respondió que si estaba tan desesperada entonces podrían. ..
- Esto es ridículo - declaró Patty, al emerger en medio de la multitud.
- Es divertido - dijo Janey, con firmeza. - aquí en Dingo’s todo es siempre divertido.
Ellas se sacaron los tapados, mientras Janey espiaba las mesas . El alcalde estaba sentado en el reservado del medio con comisario de la policía y Mike Matthews, el senador. Su reservado, según ella notó, satisfecha, estaba vacío; e inmediatamente su cabeza se llenó con imágenes de éxito: ella conocía a Mike lo suficiente como para ir a saludarlo - y él sin duda le presentaría al alcalde , lo que sería un chisme jugoso para las columnas de sociales.
Fue entonces que Wesley, el maitre, se acercó apresuradamente , en dirección a ellas.
- Janey! - la saludó . Estaba con el ceño ligeramente fruncido y frotándose nerviosamente las manos . No era exactamente cuando Janey esperaba ser recibida, pero él la besó como siempre, y aprovechando ese momento, Janey dijo alegremente :
- Apuesto a que estás muy sorprendido de verme!
- Si , mi querida - dijo él, con una ligera mueca. - Sería bueno que me hubieses llamado y avisado que vendrías. Hoy este lugar está literalmente desbordando de gente .
- Janey, vamos - susurró Patty. - Volvemos mañana.
- Déjate de tonterías - retrucó Janey, con una sonrisa forzada. Las personas estaban comenzando a notar su presencia; podía darse cuenta de eso por la súbita oleada de energía en el aire. Sería imposible irse ahora - iba a parecer que ella había expulsada deliberadamente - y entonces podrían pensar que era una cosa aceptable rechazarla, y tal vez nunca más nadie la invitaría a ningún lugar ...
Adoptando un tono burlón , ella dijo provocativamente :
- Mi amor, veo que mi reservado está disponible...
- Ese es justamente el problema, cariño - afirmó Wesley afligido. - Fue especialmente reservada. Pero hay una mesita perfecta allá en el fondo...
- Janey, vamos - susurró Patty, de un modo más insistente.
Ese segundo Janey lo sabía, era el momento decisivo, y para poder salir bien parada de eso , iba a tener que pelear hasta el final.
- No hay buenas mesas allá en el fondo , Wesley. Sabes eso - ella dijo, con firmeza.
Wesley se rió reticentemente , y Janey suspiró por dentro, muy aliviada.
- Aguarda aquí y voy a ver qué puedo hacer- dijo Wesley .
Se fue a conversar con su asistente, una muchacha bonita que después consultó el libro de reservas. Un instante después , Wesley volvió con dos menús y las condujo a la primer sala.
- No es tu mesa de siempre, pero creo que servirá - explicó Wesley, con lo que, Janey notó, era su gentileza de costumbre.
Mientras estaba de pie junto a la puerta, Janey había notado miradas disimuladas de los otros clientes, pero ahora , al entrar, sentía que estaban mirándola sin que les preocupase que ella lo notase. Las expresiones, según ella observó, registraban inquietud, diversión y desdén - era como estar en un escenario , ella pensó . Pero no era eso lo que siempre se decía de los restaurantes de New York ? Que parecían teatros? Si ellos deseaban un espectáculo, ella iba a dárselos, Janey pensó poniéndose a la defensiva. Y cuando entró con todo su ímpetu , siguiendo a Wesley .
Wesley, según ella podía ver, estaba conduciéndolas a una mesita modestamente situada al lado de su reservado tan querido, y estaba tratando de darle una sonrisa natural, como si no estuviese consciente de la conmoción a su alrededor .

La fama es la suma de los malentendidos que se reúnen alrededor de un hombre. Rainer Maria Rilke

Janey fue directamente hasta el reservado del medio, donde el alcalde y Mike Mathews se encontraban. Su mesa estaba lo suficientemente cerca de la mesa de ellos como para justificar ese desvío, Janey decidió, y no iba a dejar pasar la oportunidad de redimirse delante de los observadores potencialmente hostiles de Dingo's. Había visto al alcalde mirarla de reojo y con curiosidad, y había visto Mike observarla durante algún tiempo , estaba perplejo, poco después desvió los ojos. Cuando ella se aproximó al reservado, vio a los tres hombres replegarse y retomar su conversación con vigor renovado, como si estuviesen fingiendo que no estaban conscientes de su presencia. Pero Mike había sido tan gentil con ella en la fiesta de Harold, pensó Janey, que ciertamente no le daría la espalda.
- Mike! - lo saludó ella. Su expresión fue perfecta: una sutil combinación de sorpresa mezclada con placer.
Y entonces Mike continuó contando su anécdota, como si ella no estuviese allí.
- Mike - lo llamó ella, agregando un tono de impaciencia en su voz.
El alcalde miró hacia arriba , viéndola, y obligó a que Mike hiciese lo mismo.
Ella esperaba que su rostro por lo menos registrase reconocimiento, pero en vez de eso él frunció el ceño , como si estuviese contrariado por ser interrumpido, y en una voz que demostraba que no tenía la menor idea del motivo por el cual ella le dirigía la palabra, preguntó:
- Si ?
- Mike - dijo Janey, sacudiendo la cabeza como para censurarlo por no acordarse de ella. - Soy a Janey. Janey Wilcox. Nos encontramos dos veces. En la casa do Harold Vane y...
- Ah, si , claro - dijo Mike, sacudiendo la cabeza , fríamente. Si hizo un silencio incómodo ,y para librarse de ella agregó : - Fue un placer volver a verte.
Y retomó su conversación.
- Un placer volver a verte - replicó Janey, como si nada fuera de lo normal hubiese ocurrido.
Patty ya estaba sentada en la mesa. No pudo mirar a Janey cuando ella se sentó, Patty se quedó mirando la servilleta.
- Bien - dijo Janey, abriendo su servilleta ampulosamente , y colocándola en su falda. - Cuáles son las novedades?
- Ay, Janey... - dijo Patty, sacudiendo la cabeza.
El camarero se aproximó al mesa .
- Aceptan una bebida?
- Si - respondió Janey con firmeza, como si estuviese esperando esa pregunta ansiosamente. - Voy a tomar una vodka con hielo y limón, y Patty...
Patty miró hacia arriba , desesperada.
- Yo quiero agua .
- Mineral o natural? - preguntó el camarero .
- Mineral. Con gas - pidió Patty.
- Muy bien - dijo Janey, recostándose en el respaldo de la silla . - Ciertamente es bueno estar fuera de ese hotel para variar. Mike se puso contento de verme. Lo notaste?
- No - respondió Patty, bajito.
- Sólo me quedé enojada porque no me dieron mi reservado - afirmó Janey.
- Esta mesa esté bien - dijo Patty.
- Es horrible - dijo Janey. - Queda prácticamente en el medio del salón... El camarero volvió a la mesa trayendo las bebidas.
- Cómo estás ? - Janey le preguntó con simpatía.
- Bien - respondió él, sin impresionarse.
- Es gracioso que Wesley no me haya dado mi reservado de siempre - dijo Janey.
- Creo que está reservado hoy.
- Ah, pero siempre estuvo reservado para mí - explicó Janey alegremente .
El camarero asintió con la cabeza, indicando que entendía, y Patty dijo :
- Janey, por favor...
- Qué pasa , Patty? - preguntó Janey. Había en su voz una especie de petulancia. - Crees que me voy a quedar sentada aquí con cara de carnero degollado ... como haces vos? Yo no hice nada malo , Patty, debes recordar eso. ..
- Está bien. Lo sé - dijo Patty, mirando nerviosamente a su alrededor .
- Por el amor de Dios - se lamentó Janey con su hermana. - Vos, más que nadie , sabes que soy inocente. Sabes que escribí un guión , te lo conté ese verano...
- Pero eso no significa...
- Todo es culpa de George Paxton - continuó Janey, interrumpiendo a Patty. - él me usó. George me usó para comprar la Paramount , y después me entregó a la prensa para que me destrocen . - Janey Se recostó en el respaldo de la silla , mirando a Patty, como quien espera una confirmación. Su único error había sido pedir ayuda a George, ella pensó enojada. Si no le hubiese mostrado esa carta documento , él jamás habría tenido la idea de comprar la empresa de Comstock, y ese asunto del dinero habría pasado desapercibido, aunque ella jamás lo devolviese. Había sido una idiota por confiar en él, Janey pensaba, mirando de reojo su reservado vacío detrás de ella. Si hubiese sido más astuta, podía estar sentada allí ahora, y todo estaría bien. ..
- Ay, Janey - suspiró Patty - Yo ni siquiera sé de qué estás hablando. Pero de cualquier manera, eso importa ahora ?
- Claro que importa - retrucó Janey.
Un camarero diferente vino hasta la mesa . Janey pensó que él iba a anotar el pedido, pero en vez de eso él dijo :
- Perdón , señoras, pero voy a necesitar correr la mesa un poquito. - En seguida empujó la mesa hacia adelante unos centímetros, alejándolas del reservado, como si ellas tuviesen la peste o alguna enfermedad contagiosa...
Janey y Patty intercambiaron miradas .
- Voy a hablar con Wesley ya mismo - dijo Janey. Mostró intención de levantarse , deseando todos estuviesen mirandola . Pero ningún rostro se volvió en su dirección , y, repentinamente, las conversaciones se hicieron más fuertes y animadas. Alguien realmente famoso había entrado en una sala. Al mirar en dirección a la entrada, Janey vio a causa de la conmoción : la actriz de cine Jenny Cadine acababa de llegar.

Su verdadero nombre, según decían, era Jennifer Carrey, pero ella lo había cambiado a Cadine a los 16 años, aparentemente para homenajear a un personaje de Balzac . Apenas había llegado a los treinta años, pero ya había ganado el Oscar a la mejor actriz dos años atrás, y era tan alta y dorada como la estatuilla. Estaba vestida de manera impecable, con una blusa Yves Saint Laurent , y Janey inmediatamente deseó haber viniendo usado el traje de tweed rojo en vez de ese vestido de plástico tan provocativo . Ese vestido sería perfecto para una disco, pero ahora , a la luz del día, ella se daba cuenta que podía dar la impresión de vulgaridad, o que ella estaba queriendo llamar la atención, todo en ella de repente le pareció errado: desde sus cabellos largos y lacios hasta el lápiz labial rojo que había usado en lugar del Pussy Pink .
Mientras Wesley conducía triunfalmente a Jenny hasta el reservado vacío, procurando fingir que no veía Janey en su camino, Janey vio que Jenny estaba usando un lápiz labial rosa - casi del mismo tono de su adorado labial , que era su marca registrada. Necesito preguntarle cuál es el nombre de ese lápiz labial, y dónde ella lo compró , pensó Janey de manera irracional, pues súbitamente sintió alivio. Entonces era ese el motivo de la recepción fría de Wesley, ella pensó . Nada tenía que ver con ella o con el escándalo. Sólo se trataba del hecho que Wesley le había prometido el reservado a una actriz de cine...
Esto es glorioso , pensó Janey . El mundo parecía haberse conspirado a favor de ella y , mañana, en las columnas sociales, probablemente sería publicada la historia de que Jenny Cadine había sido vista almorzando en Dingo’s, incluyendo en la lista a todos los otros que se encontraban presentes en el restaurante. Citarían al alcalde , al senador Mike Matthews y , ciertamente, pensó Janey, sonriéndole a Patty, iban a mencionarla.
Wesley en persona fue hasta a mesa de Jenny para tomar el pedido, y de repente el humor de Janey cambió bruscamente . Mientras lo veía inclinándose para señalarle algo en el menú , Janey se dio cuenta que Wesley jamás la había tratado de esa forma - aunque ella fuese una celebridad que regularmente había almorzado allí durante meses. Y comenzó a irritarse: por qué esa deferencia con Jenny Cadine ? Ella era tan bonita como Jenny Cadine, pensó , mirando disimuladamente por el rabillo del ojo - probablemente, más bonita todavía . Entonces Janey consideró la siguiente idea : Por qué ella no podía convertirse actriz de cine ? Cómo había sido tan idiota , ella pensó , de intentar convertirse en una productora. Dónde estaba la gloria de ese trabajo ? Si honestamente se preguntase qué era lo realmente deseaba, tendría que responder que siempre había querido ser respetada... siempre había querido ser conducida al mejor reservado de todos los restaurantes... siempre había querido ser una estrella en cualquier lugar a donde fuese...
Y fue entonces que sucedió una cosa terrible.
El relaciones públicas de Cadine estaba examinando la sala y cuando sus ojos detectaron a Janey, su rostro se congeló.
Inclinándose para hablar con Jenny, la relaciones públicas le cuchicheó algo al oído . Jenny Cadine miró de reojo a Janey, sus ojos abrieron enormemente cuando súbitamente entendió todo. Bajó la cabeza y asintió varias veces , y entonces Jenny y su relaciones públicas se levantaron, tomaron sus cosas y se retiraron.
Se hizo un silencio en el restaurante, pero como siempre, en ese tipo de situación, alguien continuó hablando. La persona por casualidad fue una mujer que se encontraba sentada en la mesa de al lado de Janey y Patty. Aunque los otros presentes no pudiesen oírla, Janey y Patty la oyeron :
- Todo por culpa de esas hermanas escandalosas, Janey y Patty Wilcox. Una es llamada la Meretriz Modelo, y la otra está casada con un rockero que embarazó a una cantante de cabaret , y esa tal Patty detenida por la policía...
- Vamos - pidió Patty, poniendo la servilleta en la mesa.
Janey sintió la sala girando a su alrededor . Hasta que Jenny Cadine se había retirado , las personas la habían tratado con cierta tolerancia, pero ahora se comportaban de manera claramente hostil, y nadie se preocupaba por disimular las miradas de desdén que le lanzaban. Janey se quedó paralizada , haciendo fuerza para no llorar. Iba a conseguir superar todo aquello, ella pensó decididamente. Iba a encontrar un modo... y otras personas probablemente habían pasado por cosas peores y no se habían n muerto.
- Janey - rogó Patty.
- Si me quedo aquí, me muero - dijo Janey.
El camarero trajo las ensaladas para a mesa. Sus modales fueron inconfundiblemente fríos.
- Vamos a cancelar los platos principales - pidió Patty, bajito. - Puede traer la cuenta ?...
- Perfectamente - respondió el camarero , sin mirarlas.
- Janey - dijo Patty. - Por qué haces estas cosas? No estás viendo que todo se terminó ?
Janey no dijo nada. Tomó su tenedor y revolvió las hojas en el plato.
- Por qué quieres continuar aquí ? - preguntó Patty. - Por qué todavía quieres continuar viviendo en este mundo?
- Patty - suspiró Janey.
- Se acabó - afirmó Patty. New York ya es para nosotras dos. No sé lo que vos vas a hacer, pero Digger y yo nos vamos a mudar a Malibú. Compramos una casa allá, y Digger se va a tomar un año de vacaciones ...
- Eso es bueno ... - murmuró Janey indiferentemente , como si no hubiese oído una palabra de lo que Patty decía.
- Janey... - dijo Patty. Tocó el brazo de su hermana sacudiéndola levemente . - Debes escucharme. Vete de New York . No queda nada aquí para vos - tal vez jamás haya existido nada para vos aquí. Debes encontrar algo más concreto. Está viviendo en un mundo de fantasía... has vivido en ese mundo desde que volviste de Europa ese verano.
Janey no dijo nada. El camarero trajo la cuenta, y Patty abrió la cartera y sacó cinco billetes de veinte dólares.
Puso el dinero en la mesa, y se levantó .
- Es demasiado dinero - dijo Janey.
Patty sólo la miró .
Pero ver todo ese dinero pareció animarla. Janey logró levantarse, y con el mentón bien en alto, atravesó el salón y salió al vestíbulo. La muchacha del guardarropas le entregó sus tapados sin una palabra, como si ya supiesen que se iban , y mientras se ponían los abrigos, Wesley apareció.
- Janey - la llamó.
Ella se dio vuelta .
- Si, Wesley? - preguntó indiferentemente.
- Escucha, mi amor - dijo, tomando el brazo de ella y llevándola hasta la puerta. - Vos y yo somos viejos amigos, por lo tanto sé que vas a entender lo que tengo que decirte.
Janey no respondió nada . Su boca parecía estar seca.
- Sabes como son estas cosas - dijo Wesley en un tono de voz perfectamente agradable. - Sobrevivimos en base a nuestra clientela... porque somos capaces de atraer cierto tipo de personas. Si me atrapan haciendo esto... mi patrón me mata, y pierdo mi empleo ...
Janey pasó la lengua por sus dientes y tragó en seco.
- Con permiso - ella pidió , apartándolo para poder pasar.
- Janey - insistió él, siguiendola hasta la calle. - No me culpes. Si yo pudiese escoger, no me importaría que vos vinieses aquí todos los días. Pero la relacionista pública da Jenny Cadine estaba furiosa - ella no quiere el nombre de su preciosa cliente apareciendo en el mismo párrafo que el de la Meretriz Modelo.
- Bien , ahora ella se ganó eso.
- Janey! - gritó Wesley, a su espalda . - No quiero estar en esta situación, así como vos tampoco quieres. Pero no puedo perder mi empleo.
- Te entiendo - dijo Janey.
Le dio la espalda . No sabía dónde estaba ni en que dirección quedaba su casa; sólo sabía que necesitaba mantener la cabeza erguida y los ojos bien abiertos. Mirando directo hacia adelante , Janey comenzó a caminar, Patty apareció en un instante, venida detrás, y la alcanzó.
- Ay, Janey! - ella gritó jadeante.
Janey giró la cabeza. Miró a Patty como si se hubiese olvidado completamente de que ella estaba allá, y Patty vio que los ojos de Janey brillaban con lágrimas. Sintió compasión por su única hermana; sintió ganas de abrazarla, de consolarla y tranquilizarla, diciendo que de alguna forma todo iba a acabar bien. Pero Janey ni siquiera hacía una pausa. Caminaba sin parar, completamente rígida, como si estuviese caminando hacia mucho tiempo y se hubiese se olvidado como detenerse . Y después dijo :
- Ves, Patty? Esto es lo que estaba intentando explicarte durante el almuerzo. No voy a dejar que ellos me desprecien. No voy a dejar que ellos me derrumben.
- Pero Janey... - gimió Patty desesperadamente.
- Especialmente no ahora - afirmó Janey.

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