domingo, 8 de marzo de 2009

LA TREPADORA - CANDACE BUSHNELL - CAPITULO 21

CAPITULO 21


"En lo profundo de mi corazón, estoy sufriendo por saber que te he perdido. "Exteriormente, estoy vivo pretendiendo que te he olvidado."



Arrojando sus cabellos a un lado, Janey respondió , de mal humor:
- No son demasiado pequeñas. Están perfectas...
- Pensé haber visto una expresión de dolor en tus ojos - dijo Zizi , dandole un sonrisa irónica.
- Fue sólo porque... - comenzó Janey , pensando en algo que decir . Por qué él siempre parecía sorprenderla?
- Felicitaciones - dijo él. - Oí decir que te casaste.
- Ah, si - dijo ella, con voz fría, volviendo al sofá y sentándose . Por algún motivo incomprensible Zizi la siguió, como si no tuviese nada mejor que hacer, y como si ellos fuesen viejos amigos. Zizi se sentó al lado de ella.
- Soy muy feliz , en verdad - dijo ella. - Mi marido es perfecto...
- Si, lo recuerdo . Selden Rose. Parecía buena gente.
- Es así - dijo Janey, de repente irritada por el hecho de que ese "buena gente" aparentemente era una manifestación de menosprecio hacia Selden.

- Te ves muy bien - la elogió Zizi. Se quedó mirándola como si estuviese evaluando un caballo , y Janey sintió un hormigueo en el cuerpo debido a esa mirada. Como era posible que la mera presencia de ese sujeto despertase todos los sentimientos que ella había tenido por él el verano pasado? Y, con su mano ligeramente temblorosa, ella abrió los cierres de las botas, medio avergonzada por mostrar sus pies - tenía callos - cubiertos por medias beige.
- Por qué no lo estaría? - dijo ella, llamando al vendedor con una seña , - Voy a llevar las botas - ella le comunicó , inclinándose Y recordándole al muchacho, con un cuchicheo al oído , que tenía derecho a un descuento del 30 por ciento.
Lanzó una mirada osada a Zizi, desafiándolo a reírse en su cara por el descuento, ella recibía ese descuento en todas las tienda de diseñador como cortesía por pertenecer a la industria de la moda y por darles la posibilidad de ser fotograbada con las ropas de ellos. Pero Zizi no dijo nada, y ella comentó deliberadamente:
- Parece que a vos te va muy bien , no? Vivo leyendo noticias sobre vos en las columnas de chismes.
El se rió - era como una estatua griega cobrando vida - y respondió :
- Mira quien habla . Veo tu nombre en todas partes.
- Si , pero ... - comenzó ella, tironeada entre sentir placer porque él seguía las noticias sobre ella, y el deseo de pasarle una factura. Qué podría decirle : sé que estás t engañando a Mimi? Ella ni siquiera debería tocar ese tema, sólo iba a parecer una despechada más.
El vendedor volvió con las botas y la tarjeta de crédito ; al firmar el recibo, Janey vio que se había olvidado completamente del regalo de Selden. Eso iba a tener que quedar para después , pensó ella, mirando de reojo a Zizi. Se decía a sí misma que ahora sólo quería salir de esa tienda y apartarse de ese hombre. De repente, sintió rabia porque él había rechazado sus tentativas de aproximación, y poniéndose de pie , se preguntó cuál sería el problema de él. Tal vez , en su “orgullo argentino” él no la hubiese considerado como alguien "a su altura". Janey extendió su mano y dijo fríamente:
- Fue bueno verte, Zizi.
- Ah, si - dijo él, levantándose lentamente, como si tuviese todo el tiempo del mundo. - Pensé que nosotros dos eramos amigos.
Tremendo insulto , pensó Janey , pero si dejase traslucir sus sentimientos , Zizi sabría que ella estaba enamorada de él. Inclinando el rostro para mirarlo, ella dijo serenamente:
- Claro que lo somos, Zizi... - Y en ese instante, ella de repente supo lo que debería hacer.
Era un plan maquiavélico, pero le demostraría a Mimi de una vez por todas la verdadera naturaleza del carácter de Zizi . Janey abrió su cartera la revolvió buscando su lápiz labial preferido, Pussy Pink. Yendo hasta el espejo, separó los labios seductoramente, y atrayendo la mirada de Zizi, le lanzó una mirada interrogativa., él respondió con un guiño de ojo .
Era sólo eso lo que le faltaba, Janey pensó amargada, girando el lápiz labial para guardarlo con un gesto hábil. Él había pasado todo el verano fingiendo que ella no existía, pero ahora , lejos de los ojos vigilantes de Mimi, estaba prácticamente entregándose !
Pobre Mimi! pensó Janey otra vez. Como la mayoría de las mujeres probablemente no entendía cuan traicioneros los hombres podían ser, pero Janey lo sabía. Durante toda su vida, había estado repeliendo avances de hombres que estaban "enamorados" de otras, casados con otras , que tenían hijos con tras , y esa dura verdad había hecho que ella llegase a una conclusión inapelable y escéptica sobre las relaciones en general. Bastaba con ver lo que le había sucedido a la pobre Patty, pensó ella. Dándose vuelta y dándole una sonrisa a Zizi, decidió que Mimi no iba a pasar por aquello. Como amiga, le debía eso : demostrarle la verdad.
Si pudiese probarle a Mimi que Zizi era un bastardo, estaría ahorrándole mucho sufrimiento en el futuro. Además de eso , no necesitaba ir a la cama ese miserable, ella pensó , mirando con avidez su cuerpo atlético, y después permitiéndose enfocarse en su entrepierna cubierta por un apretado jeans . Tenía que hacer que Mimi se despertase y recobrase el juicio, y le diese una patada en el culo a Zizi de una vez por todas.
Dando un paso en dirección a él, Janey dijo, con toda a naturalidad :
- Nunca más nos vimos, Zizi. Te gusta estar en mi apartamento?
- Es muy lindo ...
- Extraño ese apartamento - dijo Janey, con un suspiro. - tengo tantos buenos recuerdos de ese lugar...
El debería entender eso como un lance para invitarla a allá, pero en vez de eso Zizi tomó la bolsa de las botas , y dirigiendose hacia la puerta , él preguntó:
- A dónde estás yendo? Puedo llamarte un taxi ?
Por un momento, Janey se quedó sorprendida por la facilidad con la que él aceptaba el hecho que ella se marchaba, y de repente pensó que tal vez estuviese equivocada. Pero probablemente jamás tendría una oportunidad igual a esa - Mimi se estaba yendo al aeropuerto y Selden se encontraba en el trabajo - y , mordiendose el labio, ella respondió :
- No me decidí todavía. A dónde vas vos ?
- Me voy a pie a casa. Adoro caminar por New York .
- Ah , si ? - indagó ella sorprendida. - A mí también. - En verdad, nada le causaba tanto disgusto, pues había sido obligada a andar a pie cuando había llegado a New York , ya que no tenía dinero para taxis y le tenía miedo al subterráneo . Pero si era necesario caminar al lado de él para conseguir que él intentase seducirla, lo haría.
- También voy para ese lado - dijo. - Podemos ir juntos.
Y se fueron por la Avenida Madison. Él era tan alto, tan guapo , y, al ver el reflejo de ambos juntos en una vidriera, Janey se quedó impresionada con la pareja perfecto que formaban. Si estuviese con Zizi en vez de con Selden, ella pensó , su vida sería muy emocionante, pues no había nada que al público le gustase más que un pareja joven y bella. Serían invitados a todas las fiestas y eventos y probablemente se convertirían en parte del jet set internacional, asistiendo a fiestas en el castillo de Elton John, en Inglaterra, o al yate de Valentino en Francia...
En ese momento, ella se acordó que Zizi no tenía donde caerse muerto, y , riéndose de sí misma, volvió a la realidad, viendo que todas sus fantasías sobre ese hombre eran apenas eso : fantasías. Si estuviesen juntos, probablemente vivirían en el apartamento de ella, hacinados en un cubículo de poco más de cien metros cuadrados, como dos ratas encerradas en una caja de zapatos. Ella sería la que tendría que comprar ropa para él, y gastar sus preciosos ahorros en relojes de oro de 20 mil dólares ... pero ... Janey pensó , mirándolo de reojo de reojo , estando con ella él nunca tendría la oportunidad de engañarla... Y súbitamente se dejó espantar nuevamente por el descarado comportamiento de Zizi. Él por lo menos podría tener a hombría de actuar decentemente , siéndole fiel a la persona que lo mantenía...
Como siempre, la conversación entre ellos parecía haberse enfriado. Si quería llevarlo a la cama, iba a necesitar hacer más de lo que estaba haciendo. Janey preguntó sarcásticamente:
- Exactamente , qué estás haciendo aquí en New York , Zizi ? Además de salir de noche, quiero decir . Después de todo , aquí no hay caballos...
- Pronto voy a comenzar a viajar para mi patrón - dijo él. Y con un tono burlón que contenía una insinuación maliciosa, él preguntó: - Me vas a extrañar ?
Eso era tranquilizante , pensó Janey. Él claramente era uno de esos hombres a los que les gustaban descubrir que todas las mujeres sólo pensaban en él.
- Mucho - dijo ella, reforzando con un asentimiento de cabeza y usando el mismo que tono de él. - No sé cómo voy a sobrevivir.
- Perfecto - dijo él. - Entonces voy a tratar de volver a New York .
Ajá! pensó ella. Zizi era tan idiota al punto de creer que ella iba a creer que él iba a volver a New York por ella ? Ellos apenas se conocían... Entonces, por lo visto , Zizi no conseguía contenerse ...
- Bien, siempre que vuelvas , Zizi, puedes estar seguro que voy a estar esperándote - dijo ella. Su tono de voz era burlón , pero el brillo de los ojos de ella insinuaba que sabía que había algo entre ellos ...
Pero en vez de morder el anzuelo , él frunció la frente y , mirando directamente adelante como si hubiese algo interesante a la distancia, aceleró el paso. Después de un silencio momentáneo, él preguntó:
- Dónde estás viviendo ahora?
- Yo? Ah, en un hotel - respondió ella, intentando evitar que la decepción se notase en su voz. - En la calle 63.
- Entonces, llegamos - dijo él educadamente. - creo que es aquí donde te quedas.

La intuición de una mujer es mas certera que la certeza de un hombre. Rudyard Kipling


Janey miró hacia arriba , irritada, vio que efectivamente habían llegado a su esquina. Del otro lado de la calle estaba la familiar tienda Roberto Cavalli, cuyos manequins exhibían vestidos suntuosos de seda y pieles; al lado el kiosco de periódico donde Janey compraba sus revistas. Necesitaba ganar tiempo , y no podía invitarlo a subir al apartamento del hotel . Yendo hasta el kiosco , ella lo llamó, girando a cabeza:
- Puedes esperar un poquito? Sólo voy a comprar el periódico ...
Necesitaba evitar que él se escapase, Janey pensó ; aún así , la forma en que él movía los pies, indicaba que deseaba huir de ella. Naturalmente, él estaba obligado a actuar así, a fingir que no estaba sintiéndose atraído.. . Después de todo ella era la mejor amiga de Mimi. Si , Zizi era como la mayoría de los hombres: fingía que nada era culpa de él ; que todo lo que “le sucedía” se escapaba a su control ; por lo tanto , sólo necesitaba una excusa.

Fingiendo buscar una revista, los ojos de ella se encontraron con la tapa de Star, el titulo era: "Esposa de Rockero aisla a su Marido", conteniendo un capítulo más del escándalo de Digger y Patty. Star seguía la historia y ahora publicaba un capitulo semanal , como si fuese una telenovela. Janey ya había leído la nota - en la que se contaba como Patty había ido a encontrarse con Digger durante la gira (verdad ) y que estaba vigilándolo como un halcón sin permitir que él conviviese con los otros miembros de la banda (probablemente falso ) -, pero de repente Janey vio en eso una solución . Soltando un gritito muy audible , arrancó la revista del prendedor. Por un segundo, se sintió ligeramente culpable por usar la infelicidad de su hermana como excusa para llevar adelante sus propios planes, pero justificó la artimaña , diciéndose que era justo usar un gallina para salvar a otra.
Su maniobra surtió el efecto deseado, y, en un segundo, Zizi ya estaba a su lado, poniendo un brazo alrededor de su hombro, preguntándole qué le pasaba. Janey se dio vuelta hacia él y , con una voz que bordeaba las lágrimas, dijo :
- Es demasiado horrible... un asunto demasiado vergonzoso como para discutirlo ...
- Ey ! Qué le pasa ? Va a pagar la revista? - preguntó el kioskero.
- Si es tan terrible , tal vez no debas leerla - aconsejó Zizi, empujándola lejos.
- No. Necesito hacerlo - dijo Janey con los ojos clavados en él. - Es sobre mi hermana. Pobrecita ... Nunca hizo nada malo ...
El rostro de Zizi demostró profunda preocupación ; sin sacar los ojos de ella, reflexionó sobre el cuadro .
- Te sientes bien ? - él preguntó, tomándole el brazo y bajando su cabeza hasta el nivel del rostro de ella.
Janey Sacudió la cabeza.
- Yo ... creo que me voy a desmayar. Realmente me siento mal ... necesito sentarme...
- Voy a llevarte a tu hotel. Está cerca de aquí...
- Ah, no. No - dijo ella insistentemente . - Es un hotel muy tradicionalista , demasiado formales ... Van a preguntarse qué me está pasando y acabarían leyendo eso... y después Selden y yo podríamos ser obligados a cambiarnos de hotel...
- Por una noticia en una revista ? Lo dudo - dijo él. - Qué dice ?
Estaba intentando tranquilizarme , Janey pensó , pero en verdad actuaba como un idiota. Cuánto tiempo más iba a tardar para que le cayera la ficha? Agarrándole el brazo para afirmarse, ella dijo :
- Después te explico ... sólo necesito ir a algún lugar para pensar...
- Estoy segura que hay una cafetería allí en la esquina - aseguró él, dándole palmaditas fraternales en la mano .
- Necesito un lugar más tranquilo... donde no haya gente cerca - dijo Janey, poniendo su mano libre sobre la de él. Mirándolo suplicante, ella preguntó: - No podríamos ir a tu apartamento? Quiero decir, si no estás esperando visita, claro...




Diez minutos después , Janey estaba siguiendo a Zizi por las escaleras estrechas e inmundas que llevaban a su antiguo apartamento - un cuarto y sala pequeña en el tercer psio de un anticuado edificio en la calle 67. Mientras admiraba el trasero musculoso de él, Janey reflexionaba encantada sobre los métodos de manipulación femenina y la eficacia comprobada de que funcionaban con los hombres, principalmente, ella pensó , con un hombre como Zizi, quien no era, en opinión de Janey, particularmente astuto. Ella sabía que, hoy en día, la mayoría de las mujeres procuraba evitar las artimañas femeninas, pero Janey no tenía escrúpulos en cuanto a esas cosas, principalmente cuando el empleo de tales tácticas hacía casi ridículamente fácil conseguir lo que ella quería. Sin pararse a pensar, Zizi había llamado un taxi y había empujado a Janey dentro de él, y durante el corta trayecto, ella había apoyado una de las sus piernas en la de él, mientras le explicaba lo que había sucedido con Patty. Zizi se puso furioso; subiendo las escaleras con pasos largos delante de ella, se movía con la determinación de un hombre que fue encargado de una misión. Y luego , en el descanso del segundo piso , él de repente se dio vuelta y ella casi se chocó con él.
Su lindo rostro estaba ligeramente deformado por el sufrimiento, como si o esfuerzo de pensar casi fuese demasiada para él.
- Pero cómo puedes estar segura ? - preguntó él.
- Estar segura de qué? - preguntó Janey.
- Que él es culpable. Cómo sabes si Digger no está diciendo la verdad ? Quizás esa muchacha está mintiendo?
Ah, mi Dios, pensó Janey. Esperaba que él no fuese a ponerse a hablar toda la tarde sobre Patty y Digger; si eso sucediese, tal vez fuese absolutamente imposible levarlo a la cama .
- Bien , Patty ciertamente parece creerle - respondió Janey, pasando por al lado él con la esperanza de que Zizi la siguiese - sospechaba que, si no lo obligase a continuar, podrían quedarse allí parados conversando en la escalera. - Pero también, ella ama a ese descarado .
- Tal vez sea algún arreglo particular entre ellos - dijo Zizi, frunciendo el ceño . - Algo íntimo , de la pareja ...
Janey lo miró de reojo , enojada. Zizi estaba intentando hacer una referencia a la relación de él con Mimi? Y mirándolo con amargura, como si ella se sintiese personalmente ofendida con el comentario de él, respondió :
-Pero el problema no es sólo ese.... Y si la muchacha no estuviera mintiendo.. . Bien, nadie va a saber cuál es la verdad antes de que el bebé nazca. - Girando la cabeza, ella agregó : - Y por encima de todo está la pobre Patty. Todo lo que ella siempre quiso fue quedar embarazada y tener un hijo de Digger...
- Si , eso es verdad - dijo él soñadoramente , como si estuviese pensando en otra persona. - Para una mujer, un hijo es la cosa más linda del mundo...
Mierda , pensó Janey; no hay cosa más repugnante que un hombre que crees que el único objetivo de una mujer en la vida es la reproducción, pero aún así ella dijo :
- Ah, si . Lo más lindo, muy cierto.
Ellos habían llegado al apartamento, y, girando la llave en la cerradura, él empujó la puerta, haciéndole una seña para que pasara. Por un momento, Janey se asustó ante el tamaño reducido y la apariencia deprimente del lugar , y por un segundo no puede creer que había vivido allí .
Desde un punto de vista optimista, era el típico primer apartamento de una joven, sin mucho éxito financieramente hablando, que pasaba el mínimo de tiempo posible en su casa. La sala era un túnel estrecho con una ventana que daba a la calle 67; todo el apartamento había sido alguna vez apenas una sala gran , pero había sido dividido en dos cuartos con una cocina estrecha y un baño microscópico .
- Está sintiéndote mejor ahora? En tu antiguo hogar ? - preguntó Zizi, sacándole el saco de pieles de los hombros.
- Ah, si , mucho mejor - dijo Janey.
- Voy a prepararte un té.
- Prefiero vodka - dijo Janey. - un dedito de vodka con hielo y con una gota de limón sería perfecto. Tienes ?
Zizi la miró de un modo aprensivo, pero no dijo nada ; se quitó su propio saco y lo colgó en el armario, yendo a la cocina.

Janey sacó algunos papeles de encima del sofá y se sentó , cruzando las piernas. El sofá era el único
mueble decente allí -pues había pertenecido a Harold Vane. Janey no toleraba el desorden, y siempre mantenía el apartamento arreglado, pero ahora , mirando discretamente a su alrededor , veía que el caos típicamente masculina estaba en toda partes - polvo acumulado , un cenicero con cigarrillos viejas encima de la televisión, tres botas de montar embarradas arrojadas en un rincón; un saco y una camisa colgados en una silla ; una taza sucia de café en la mesa. Lanzando una mirada al cuarto, Janey vio que las sábanas estaban abiertas ; una almohada sin funda, yacía en el piso , y sobre la cómoda había un montón de ropa . Ella se preguntaba cómo Mimi podía venir allí, y se estremeció al pensar que tal vez esa podría haber sido su vida...
Pero a pesar de todo, Zizi todavía era increíblemente atractivo , ella pensó , observándolo moviéndose en la cocina estrecha. Estaba vestido con un sweater de cachemira negra , podía ver el contorno de su pecho, probablemente era una prenda de diseñador - Prada o Dolce & Gabbana.
- No tengo limón - avisó él da cocina.
- Me pareció que no tendrías - dijo ella.
El entró en la sala de estar trayendo un vaso de vidrio con hielo y vodka, y Janey, cuando lo tomó, notó las manos de Zizi. Eran grandes e lisas y se preguntó cómo sería sentir esas manos sobre sus pechos.
El se sentó en el sofá, cerca de ella, observándola tomar un trago de la bebida.
- Estás sintiéndose mejor, no? - Zizi preguntó.
- Un poquito - dijo, saboreando el vodka y mirando su rostro . Él retribuyó con una mirada ligeramente perpleja, como si no lograse entender bien cómo ella había acabado allí sentada en ese sofá . - Puedes darme un minuto? - pidió ella, poniéndose de pie y yendo al baño .
Estudió su apariencia en el espejo, y después miró a su alrededor . El inodoro probablemente no había sido limpiado en meses , había barro en el jabón, la pasta de dientes estaba seca ; una lata de espuma de afeitar sin tapa al lado de un cepillo de dientes con las cerdas gastadas , y un peine con cabellos rubios. Janey tomó el cepillo , pensando qué tipo de hombre tendría tan poco cuidado con la limpieza y tan poca vergüenza, pero Zizi era un tipo de hombre al cual ella no estaba acostumbrada. Era más joven, tenía menos dinero, y , pensó ella - viendo una toalla medio mojada arrojada detrás de la puerta - era más natural - la naturaleza esencial del macho todavía era muy fuerte en él. La mayoría de los hombres con los cuales ella había estado eran higiénicos y bien educados, y bastante mas grandes en edad . Cuanto más ricos eran, más limpios se hacían ; los indicios de suciedad y desorden personales eran removidos (por las criadas), y su estilo de relación sexual estaba totalmente orientada al objetivo. Janey se imaginó cómo sería Zizi - indomable , desinhibido, vigoroso, explorando todas las partes del cuerpo femenino con sus manos y su boca, atrevido al punto de meter la lengua dentro su sexo, separando sus nalgas, lamiendo su vientre....
Hubo un leve golpe en la puerta.
- Todo bien ? - ella oyó a Zizi preguntar. Mirando a su alrededor , aterrorizada, ella vio la revista Maxim en el piso del minúsculo espacio entre el lavatorio y la pared , e, inclinándose para tomarla, dijo :
- Ya voy a salir.
Era la edición de diciembre, esa en la cual ella aparecía en la tapa, y viendo su propia foto con los ojos semi cerrados y seductores, y sus caderas proyectados hacia la cámara de repente tuvo una idea. Iba a a darle a Zizi la mayor emoción de su vida ; iba a hacerle realidad su objeto de deseo. El poder que sintió al pensar en eso la dejó medio atontada por la excitación. Sería divertido y sensual, una experiencia que ninguno de los dos jamás olvidaría. Mientras se quitaba la blusa y la falda con los dedos impacientes, se acordó de que había representado ese mismo número a otros hombres en ese mismo baño , en ese mismo apartamento, y que ellos habían adorado el show . Janey se sacó las medias , recordando que hacia tiempo que no tenía sexo satisfactorio .
No había tenido muchas experiencias sexuales satisfactorias , y los besos y caricias sin gracia de la mayoría de los hombres no solían ser suficientes para excitarla. Ella experimentaba una extraña desconexión entre su cuerpo y su cerebro, y generalmente no sentía nada - pero la ausencia de sensaciones era recompensada por la sensación de poder que experimentaba al provocar reacciones sexuales de los hombres. Creía que podía controlarlos por medio del sexo, y ese poder le causaba placer. Adoraba ver a un hombre perder el control al ser tocado por ella; a veces esa sensación era tan avasallante que se imaginaba ser capaz de estrangular al hombre, y poder ver el shock en sus ojos. Había momentos, mientras hacía sexo oral , en que se preguntaba, si el hombre no tenía idea de cuan sería fácil tomar una cuchillo y castrarlo . Y había momentos en que ella se preguntaba si algún día realmente perdería el control y gozaría ... pero nunca lo perdía. Nunca .
Oyó el teléfono sonar en la cocina y el "Hola " vivaz de Zizi. Verificando otra vez su apariencia en el espejo, Janey se preguntó si sería Mimi. Pero no importaba. Aunque Zizi le dijese a Mimi que estaba allí, ambos tendrían una explicación perfectamente lógica, ese era todavía el apartamento de ella, no tenía por qué no hacer una visita de vez en cuando. Claro que le contaría inmediatamente a Mimi sobre la indiscreción de Zizi - iba a reservar esa revelación para el momento adecuado, cuando Mimi ya estuviese contrariada con Zizi, y con este engaño ella clavaría el último clavo del ataúd de Zizi . O , tal vez , Janey pensó también, pasando las manos sobre su pecho y su estomago , tal vez nunca se lo contase. Su momento con Zizi podía ser algo que ella quisiese repetir y , consecuentemente, debía ser mantenido en secreto.
- Si . No hay problema. Te encuentro en una hora - oyó a Zizi decir, y lanzando un besito al espejo, se sintió aliviada por estar usando ropa interior muy bonita ese día. El collar de perlas brilló en torno a su cuello, y por un instante Janey pensó en Selden. Pero no, simplemente no podía pensar en Selden. No ahora...

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