CAPITULO 15
- Mi lady!
Clarissa abrió los ojos y, parpadeando mucho, se sentó en la cama cuando la puerta de su cuarto fue abierta.
- Qué pasa, Joan? preguntó, asustada.
- Sus anteojos llegaron! - Joan dijo tan animada como si los anteojos fuesen de ella.
- Qué bueno! - Exultante, Clarissa arrojó las mantas a un lado en el exacto momento en que Joan llegaba a la cama. La criada soltó un grito de asombro, que fue seguido por un ruido contra la pared a su derecha y un sonido a vidrios rotos que la hizo congelar.
- Qué sucedió ? - Clarissa preguntó temerosa.
Joan vaciló por un momento y, al hablar, balbuceó :
- Oh, mi lady… su mano golpeó la mía al sacar las mantas y… sus anteojos volaron de mi mano.
- Fueron ellos los que se golpearon contra la pared?
- Si, mi lady - Joan dijo, dando la vuelta a la cama, y agachándose para tomar los anteojos, cuyos lentes estaban rotos en pedazos.
Clarissa bajó la cabeza y cubrió su rostro con sus manos, angustiada. Y la culpa era de ella.
- Lo siento mucho, mi lady - Joan murmuró, parada al lado de la cama, sujetando os anteojos quebrados en sus manos.
Clarissa sacudió la cabeza y se levantó , procurando calmarla.
- La culpa no fue tuya, Joan. Ahora, ayúdame, por favor, a vestirme. Lady Mowbray me va a llevar a la costurera para hacer la prueba final de mi vestido de novia.
- Por supuesto , mi lady. - Joan colocó lo que quedaba de los anteojos sobre la mesa de cabecera y comenzó a ayudarla a desvestir el camisón y a aprontarse para enfrentar el día.
Clarissa se quedó callada, masticando la rabia por ser tan calamitosa y de haber roto los anteojos que por tanto tiempo había aguardado. Pero no quería abatirse por eso, ella pensó. Los anteojos podían ser perfectamente reemplazados. Aunque ansiase mucho tenerlos ahora, podría mandar a hacer nuevos. Pero una parte de su mente, dudaba que ansiase tanto eso, pues, por más tonto que pudiese parecer, Lydia había insistido tanto que ella se veía tanto mejor sin los anteojos, que temía la reacción de Adrian cuando la viese con ellos.
Clarissa estaba segura que él no la abandonaría por eso, pero de hecho , no era para nada atractivo usar anteojos. Le gustaría no necesitarlos .
- Listo, mi lady - Joan murmuró consternada.
Clarissa no veía motivo para que ella se sintiese tan mal. Había sido un accidente como tantos otros que habían sucedido desde que Lydia le había sacado los anteojos.
- Quiere que la acompañe, mi lady?
- Si, Joan - respondió Clarissa, tomando el brazo de la criada.
El hall del piso superior estaba hasta entonces vacío, pero por azar al llegar a la escalera se encontraron con Lydia que iba a subir.
- Ah, estás ahí - dijo la madrastra, aguardándolas en el hall. - Foulkes dijo que tus anteojos llegaron. Por qué no los estás usando?
Clarissa sintió la tensión en el brazo de Joan y le dio una palmada confortadora.
- Hubo un pequeño accidente y yo los rompí.
- Cómo? - Lydia jadeó, volviéndose inmediatamente hacia Joan. - Cómo dejaste que eso sucediese?
- No fue culpa de Joan - la defendió Clarissa. - Fui yo quien golpeó la mano de ella sin querer.
- Debería haber sujetado los anteojos con mayor firmeza - Joan admitió , y Clarissa sintió ganas de abofetearla por haber abierto la boca.
- Estúpida! - Lydia gritó. - Ve a arreglar tus cosas. Te quiero fuera de esta casa inmediatamente.
Clarissa estaba segura que su madrastra habría ignorado a la criada si ella no hubiese - con sus palabras - aumentado la rabia de su patrona.
- Si, mi lady. - Joan soltó su brazo, pero Clarissa la detuvo.
- Joan es mi criada, Lydia. Yo iba a pedirte para llevármela conmigo cuando me case, pero como vos la estás despidiendo, creo que ya no necesito tu permiso. - Después , volviéndose hacia Joan, dijo con delicadeza. - Es mejor embales tus pertenencias ya mismo, si quieres venir conmigo.
- Ella no se va a quedar bajo este techo. Ella…
- Lydia! - John Crambray apareció en la puerta de la sala de cenar, con una expresión irritada. Obviamente, había escuchado todo y no parecía satisfecho.
Lydia se volvió lentamente hacia él.
- Si ?
- Basta, Lydia! Si Clary quiere llevarse a Joan con ella, puede hacerlo. Joan se quedará aquí hasta que Clarissa nos deje e irá con ella a su nuevo hogar en Mowbray. Será muy bueno para que no se sienta sola en la nueva casa. - él entonces se volvió hacia la criada. - Te gustaría ir con ella?
- Si, mi lord , voy a estar contenta de acompañarla.
John Crambray sacudió la cabeza .
- Como el casamiento es en dos días, es buena idea que comiences a empacar.
- Gracias, mi lord Joan agradeció y , vacilantemente, le preguntó a Clarissa: - Precisa algo más de mí ahora, mi lady?
- No, puedes ir. Sólo voy a tomar un té y comer una tostada mientras aguardo a lady Mowbray. Ve a ocuparte de lo que necesites antes que salgamos.
Cuando vio la silueta turbia de la criada apartarse, Clarissa se volvió hacia su padre y su madrastra medio insegura. Lydia había permanecido callada, pero irradiaba rabia por todos los poros al ver sus planes arruinados.
- Ven a desayunar, Clary - le dijo su padre con dulzura. - Vas a precisar más que té y tostadas para enfrentar el día de hoy.
Clarissa se unió a él en la sala deseando saber como arreglar las cosas con su madrastra. Despedir a la criada era sólo una manera de herirla. Lydia siempre había demostrado resentimiento hacia ella y ese sentimiento sólo había crecido a lo largo de los años. Como no conocía la causa, tampoco sabía como arreglar la situación.
Cuando lady Mowbray llegó , Clarissa fue a recibir a su futura suegra al vestíbulo.
Lydia, quien había estado en sus aposentos, bajaba las escaleras cuando Clarissa saludaba a lady Mowbray. Temiendo que ella todavía estuviese de mal humor, Clarissa no la esperó para despedirse.
-Dios ! - lady Mowbray comentó tan pronto se instalaron en el carruaje -, qué expresión seria tenía lady Crambray. Parece que ella no es una persona diurna.
Clarissa suspiró y pensó en simplemente confirmar que ella no era ni diurna ni nocturna, pero, reflexionando mejor, decidió decir la verdad y le contó a lady Mowbray el incidente de la rotura de sus anteojos y la reacción de Lydia.
Lady Mowbray intentó consolarla, concordando que no era culpa de nadie, después de todo los accidentes ocurren, haciendo después un comentario que le sonó extraño a Clarissa:
- Adrian se sentirá aliviado.
Sin saber qué decir, Clarissa volvió su rostro hacia la ventanilla, intentado esconder su preocupación. Sería que él odiaba tanto los anteojos ? Estropearía todo cuando volviese a usarlos? Ella que había llegado a pensar en preguntarle a lady Mowbray si no podrían hacer una parada para comprar un nuevo par de anteojos en la ciudad, ahora ni siquiera se atrevía a sugerirlo.
Clarissa reconsideró el asunto mientras el carruaje recorría las calles de la ciudad y continuó pensando en los anteojos durante la prueba del vestido, que, según la opinión general, era muy lindo. Cuando terminó de probárselo , la costurera la ayudó a quitárselo y volvió toda su atención a lady Mowbray y al vestido que iba a usar en el casamiento. Clarissa caminó por la tienda y se dirigió a la puerta del frente, todavía con los anteojos en mente.
- Hay algo en que pueda ayudarla, mi lady? Quiere un té mientras aguarda?
Ella reconoció la voz de la asistente de la costurera. Sin vacilar entonces preguntó :
- Hay alguna botica con óptica por aquí ?
- Hay, a dos tiendas de aquí - le informó la asistente, satisfecha por poder ser útil.
- Gracias - Clarissa murmuró, dando una mirada a la sala del fondo de la tienda. La costurera demoraría un poco para vestir a lady Mowbray y para hacer los ajustes al vestido de ella, como había hecho en el suyo. Viendo que la asistente se apartaba, ella abrió la puerta y salió de la tienda. Vaciló por un momento, pero resolvió buscar la óptica. Después de todo, quedaba tan cerca que no habría ningún riesgo
Como la asistente le había informado, a dos tiendas de distancia, Clarissa apoyó su rostro en la vidriera y confirmó que la farmacia era allí mismo. Apenas entrar en esa tienda ya le hizo bien. Estaba llegando el momento de poder ver nuevamente.
- En qué la puedo ayudar, mi lady?
Clarissa tuvo un sobresalto, pues no había dado notado la aproximación del vendedor. Procurando calmarse, dijo :
- Necesito anteojos.
- Muy bien , está en el lugar correcto, mi lady. Tengo una gran variedad.
Clarissa dejó la botica varios minutos después , con un nuevo par de anteojos colgado en su nariz y una amplia sonrisa en su rostro. Qué maravilla. Era una bendición poder ver nuevamente.
Contempló la calle de un lado al otro, observando pequeños detalles de las ropas y de las caras de las personas que pasaban. Después volvió su atención a los carruajes y los caballos que circulaban. Un suspiro de satisfacción se escapó de sus labios. No quería que lady Mowbray se preocupase por su falta, pues no planeaba contarle sobre su escapada y la compra de los anteojos. Quería primero entender exactamente la opinión de Adrian sobre el uso de anteojos. Si a él realmente no le gustaban, ella aguardaría un poco más antes de usarlos delante de él. Pero sólo el tiempo suficiente para que él la amase. Después , los anteojos seguramente no harían ninguna diferencia para él.
Por lo menos era lo que esperaba, porque no tenía ninguna gana de pasar la vida a ciegas .
Parándose en la puerta de la costurera, Clarissa dio una última mirada al mundo a su alrededor . Se sacó finalmente los anteojos y los guardó en un pequeño bolsillo de su falda. Mientras tanto ellos serían su secreto. Sólo los usaría cuando estuviese a solas.
Medio ciega de nuevo, Clarissa apenas había entrado a la tienda de la costurera cuando lady Mowbray vino rápidamente desde el fondo .
- Estás lista para irnos, querida? Pensé que podríamos tomar té en la casa de Adrian hoy. Así conoces a la servidumbre.
Clarissa levantó las cejas sorprendida.
- Adrian tiene una casa sólo de él en la ciudad?
- Si. La compró cuando todavía era joven y rebelde. Quería un lugar donde pudiese hacer lo que quisiese - explicó lady Mowbray con un aire pícaro. - Ahora él la mantiene sólo para molestarme, creo. Y para evitar que esté molestándolo para que vaya a un baile u otro o asista a una obra de teatro a la que no quiere ir.
Clarissa esbozó un leve sonrisa.
- Un té con Adrian será perfecto, mi lady.
- Finalmente llegaste . - Adrian colocó la bolsa de monedas sobre la mesa y se recostó en la silla con un suspiro cuando Hadley apareció. Martin Hadley era el hombre que había contratado para investigar la razón por la que Clarissa había desaparecido de la sociedad y descubrir donde él podría encontrarla nuevamente.
Adrian había usado el servicio de Hadley por primera vez varios años antes cuando comenzaron a desaparecer algunas cosas de la propiedad de su familia. El hombre había sido recomendado por un vecino a quien había servido en diversas ocasiones, mostrándose muy competente para lidiar con tales asuntos. Hadley había sido criado como lacayo en la propiedad rural de la familia. En realidad , la única ocupación de él había sido descubrir a dónde estaban siendo desviadas la plata y las reliquias de la familia. Una semana después de entrar en escena, él había atrapado a la criada responsable de los robos.
Adrian había quedado bastante impresionado. Había empezado a usarlo en otras circunstancias y creía bastante en él para darle la tarea de localizar a Clarissa después de sus frustrados esfuerzos. La misión de él era descubrir a cuales eventos sociales ella y su madrastra estaban asistiendo con la esperanza de poder estar con ella por algunos minutos. Naturalmente, esa misión había acabao desde la noche de su compromiso, y Adrian había decidido hacer el arreglo de cuentas con el muchacho. Era lo que estaban haciendo en ese momento, pero esa no era la única razón por la cual deseaba verlo.
- Gracias , mi lord , por pagarme tan rápido. Pocos son tan cumplidores, muchos precisan, por el contrario, ser perseguidos para pagar. - Con la bolsa de monedas debidamente guardada en el bolsillo, Hadley se relajó en la silla e preguntó : -Usted mencionó en su nota que hay otro asunto que quiere que investigue.
- Exacto. Se refiere a Clarissa. - Adrian frunció el ceño y dejó su mirada vagar a través de la ventana, contemplando el jardín. - Es posible que alguien tenga la intención de hacerle mal a ella. Creo que durante tus investigaciones vos tomaste conocimiento del gran número de accidentes que ella ha sufrido?
Hadley asintió con la cabeza.
- Oí decir que la señorita normalmente usa anteojos, pero la madrastra se los sacó. Ella queda extremamente vulnerable a los accidentes con eso.
Adrian pareció relajarse un poco, aliviado porque el hombre se había notado cosas que nadie más además de él percibía. Hadley era un buen hombre. Aclararía todo.
- Es probable que la causa de la mayoría de ellos sea la falta de anteojos, pero hay uno o dos que me hacen pensar.
Hadley apretó los labios y después dijo :
- Apuesto a que uno de ellos fue la caída de ella en la calle cuando casi fue atropellada por un carruaje.
Adrian asintió con la cabeza, nada sorprendido de que el hombre hubiese oído hablar al respecto durante sus investigaciones. Hadley era conocido por su minuciosidad.
Después que Adrian relatase los hechos y explicase lo que debía ser hecho, ellos dejaron el escritorio. Apenas entraron al hall apareció Jessop quien, al verlos, se apresuró a ir al encuentro de ellos.
- Va a salir, mi lord ? - el hombre preguntó con una cierta deferencia, que Adrian halló medio sospechosa y sabía que no se debía solamente a la presencia de Hadley.
- Si. Mi madre arregló para tomasemos el té con Clarissa después de probarse los vestidos, por eso vamos para allá. Ellas ya deben haber terminado las pruebas, no crees?
- No sabría decirlo, mi lord - respondió el criado secamente.
- Hum, - A Adrian no le gustó mucho el tono, pero simplemente dijo : - Trae a carruaje hacia delante de la casa, por favor.
- Por supuesto , mi lord . - Cuando Jessop salió, Adrian fue a tomar su saco y su sombrero, así como los de Hadley, y dejaron el hall para aguardar el carruaje afuera de la casa.
- Se está cuestionando el accidente con el carruaje por lo que pasó en la fuente? - Hadley preguntó mientras esperaban que el carruaje llegase.
- No sólo por eso, sino también por el hecho que Clarissa fue "empujada" a la calle cuando alguien chocó con ella. Y ella no tiene la menor idea de quién fue. Además de eso también está el episodio de la caída en la escalera - Adrian argumentó.
- De esa caída no me enteré - dijo Hadley. - Qué sucedió ?
- Como debes saber, Clarissa normalmente precisa que alguien la acompañe a donde quiere que vaya; quien la acompaña casi siempre es la criada. Ese día, ella se impacientó y resolvió descender sola. Acabó tropezando con algo y rodó escaleras abajo. Lo extraño es que nadie sabe con qué ella tropezó. -Adrian estiró el cuello para ver si el carruaje ya estaba llegando. - Puede ser una exageración de mi parte, pero, en mi opinión , alguien podría haberse interesado en saber qué había causado la caída, pero nadie lo hizo.
Hadley permaneció callado, reflexionando sobre lo que Adrian le contaba.
- Sé que no hay razón para concluir que ambos accidentes fueron otra cosa que meros accidentes. Pero, después del incidente en la fuente, todo eso me preocupa.
- Es muy conveniente que ella parezca ser torpe si alguien realmente está provocando esos accidentes - Hadley concluyó .
- También pensé en eso - Adrian admitió.
- Si fue la madrastra quien le sacó los anteojos a Clarissa, será que es ella quien está detrás de todo esto ? - Hadley ponderó. - Ella no parece cuidar mucho a Clarissa por la manera en que la trata. Por lo menos , es lo que me pareció, pero puedo estar equivocado.
- No, no estás equivocado. Lydia parece identificar a Clarissa con la madre muerta, a quien de cierta forma ve como una rival con quien compite por el afecto de su marido.
- Comprendo - dijo Hadley, silenciándose con la llegada del carruaje.
Adrian informó al conductor del carruaje a donde deseaba ir, entró en el carruaje y ambos se mantuvieron callados hasta llegar a la residencia de los Crambray.
- Lady Clarissa no está en casa - Foulkes les avisó al abrir la puerta y encontrarse con Adrian y Hadley.
- Quedé en encontrarme con ella e mi madre aquí para tomar el té cuando llegasen -Adrian explicó.
- Ellas todavía no llegaron - informó el mayordomo, con cara de pocos amigos.
Adrian comenzaba a pensar que tendrían que aguardar en el carruaje cuando John Crambray apareció en el hall y, al verlo, pronto ols invitó a entrar.
- Bienvenido , Adrian. Entra! Clarissa y tu madre pronto estarán de vuelta, a menos que se hayan detenido en alguna tienda para hacer compras. - Volviéndose hacia el mayordomo, él dijo : - Foulkes, acompaña a los caballeros hasta el salón para que aguarden a Clary y a lady Mowbray allá.
- Si, mi lord . - Foulkes abrió la puertecilla y dio un paso al costado para permitir que entrasen.
- Desgraciadamente , yo estaba de salida - explicó lord Crambray, disculpándose. - Tengo una reunión en el club con un viejo amigo, de lo contrario tendría placer en hacerles compañía.
- No te preocupes, mi lord . Tal vez lleve a Hadley hasta la fuente mientras esperamos la vuelta de ellas. Estoy pensando en construir una igual en mi casa de campo y quería la opinión de él al respecto.
- Bueno , siéntete en tu casa. A Clarissa realmente le gusta mucho esa fuente. Siempre que puede vas a sentarse a leer por allá. O solía hacer eso - agregó con un leve sonrisa. - Antes de quedarse sin los anteojos. Hablando de eso, el par de reserva llegó esta mañana.
Adrian se sintió tenso ante esa noticia, pero se relajó en seguida al oír de lord Crambray que los anteojos también habían resultado rotos en un pequeño accidente.
El alivio que Adrian sintió fue casi palpable. Todo su cuerpo se relajó hasta que el padre de Clarissa agregó :
- Debo llevarla a una farmacia aquí en la ciudad para que compre anteojos nuevos antes del casamiento.
- No hay necesidad de eso, mi lord - Adrian retrucó rápidamente. - Yo mismo se los compraré .
Lord Crambray vaciló un poco y después aceptó:
- Como te parezca mejor. - Dirigiendose entonces a la puerta, completó : - Con permiso, entonces, estoy seguro que Clarissa y lady Mowbray no demorarán.
- Por aquí, caballeros - Foulkes murmuró, después de cerrar la puerta, encaminando a los visitantes al hall.
- A partir de aquí podremos encontrar el camino, Foulkes. Gracias- dijo Adrian cuando el mayordomo abrió las puertas del salón.
- Como quiera - respondió Foulkes, asintiendo con la cabeza. Voy a ver si la cocinera ya está preparando el té para tomar cuando jas damas lleguen.
Adrian abrió las puertas francesas y caminó delante de su acompañante, que de vez en cuando miraba hacia atrás para orientarse por donde estaban yendo. En la noche del baile, Adrian había saltado el portón de los fondos, pero no había tenido problema en encontrar la fuente. Sabía que ella quedaba en el fondo de la propiedad, del lado derecho, por eso siguió por sendas que conducían en esa dirección.
- Aquí estamos - finalmente dijo.
Hadley se detuvo , examinó la fuente, volviéndose después para mirar la senda por donde habían llegado hasta allí.
- Fue por aquí que ella vino?
- Esa es la senda por donde Clarissa y Joan volvieron, por eso presumo, que haya sido por ella que llegó hasta aquí - Adrian explicó y siguió a Hadley para examinar los árboles al final de la senda. Ninguna rama era tan baja como para causar problemas. Ninguno de los dos necesitó bajar la cabeza para caminar entre los árboles , y la cabeza de Clarissa llegaba al mentón de él.
Hadley se dio vuelta para examinar la fuente de donde ellos estaban.
- Clarissa creyó que se golpeó la cabeza con un rama cuando salía de la senda - Adrian comenzó. - Y recuerda que, al tropezar, dio unos pasos más antes de caer y desmayarse.
Hadley se apartó un poco más para investigar la fuente y sacudió la cabeza.
- No fue esa la manera en que ella terminó en la fuente.
- También yo creo que no - Adrian admitió, contrariado.
- Y es evidente que ella no se golpeó la cabeza con una rama . Aunque hubiese tropezado, las ramas están muy altas como para que ella se hubiese golpeado la cabeza.
- Concuerdo.
- Temo que usted tenga razón, mi lord , - Hadley caminó en dirección a la arboleda del lado izquierdo de la senda y apartó con los pies la vegetación rastrera para poder examinar el suelo. - No puedo creer que haya sido un accidente.
- No. - con el ceño frunciendo, Adrian fue una vez más a mirar la fuente, recordando como su corazón casi le había saltado del pecho al ver a Clarissa flotando. Sabía que estaba interesado en ella, pero sólo en ese momento la profundidad de sus sentimientos se había hecho evidente. Era comprensible entonces que la idea de que alguien pudiese querer hacerle mal a Clarissa le fuese tan repugnante.
-Oh ! Qué tenemos aquí ?
Adrian se volvió para observara Hadley al oír el tono ácido del comentario y vio que él se inclinaba para tomar algo del suelo . Un momento después el hombre se enderezó , levantando una rama bien larga y gruesa. Adrian fue inmediatamente a pararse a su lado.
- Crees que Clarissa puede haberse chocado con esa rama?
- Sólo si la hubiese serruchando del árbol - Hadley respondió secamente , mostrándole la punta.
Adrian notó las marcas del corte de una sierra en la rama, después los largos cabellos castaño que habían quedado enganchados en la punta . Hadley sacó los cabellos y levantó una ceja.
- Supongo que son de Clarissa. Por lo menos , el color se parece.
Adrian confirmó con la cabeza.
- Eso significa que alguien anticipadamente cortó esa rama, la atrajo a este lugar y la golpeó con ella. Después Clarissa fue arrojada a la fuente, sin duda con la idea de que se ahogase. Ella se salvó gracias a su plan de tener un encuentro con ella aquí esa noche.
Adrian sintió un aprieto en su corazón. Y si él hubiese escogido otro lugar para encontrarla, u otra noche… Clarissa podría estar muerta ahora. Sintió un escalofrío ante la mera idea de cuan cerca había estado de perderla.
Hadley lanzó la rama al suelo nuevamente y se frotó las manos para limpiarlas.
- Y el incendio?
Adrian parpadeó .
- El incendio?
- Si, esa misma noche. No hubo un incendio aquí y usted y Clarissa fueron atrapados en una situación un poco complicada?
- Ah, si. No había asociado eso . - Adrian apretó los labios. - El fuego irrumpió exactamente en la puerta del cuarto de ella. Parece que una vela quedó ardiendo en la mesa del hall y, de alguna manera, se cayó causando el incendio, o por los menos es eso lo que todos presumen que sucedió .
- No cree en un incendio accidental?
- La puerta del cuarto de Clarissa estaba trancada, o bloqueada del lado de afuera. No es que eso importe porque estaba lamadera estaba muy caliente cuando noté el humo y me aproximé a ella. El fuego crepitaba del otro lado. Tuvimos que salir por la ventana. Pero si ella hubiese estado sola y durmiendo…
Hadley sacudió la cabeza .
- Voy a comenzar a investigar sobre el incidente en el mercado cuando ella casi fue atropellada por los caballos. Tal vez no solamente haya sido un accidente, como me dijo, pero voy a ir allá para ver si alguien se acuerda de haber visto quien la empujó. También voy a conversar con el personal de aquí sobre el día que ella cayó de la escalera, pero…
- No concuerdo - retrucó Adrian: - Prefiero que nadie sepa que sospechamos que alguien intentando dañarla.
Hadley ponderó :
- Y en qué posición queda Clarissa? Si alguien estuviese intentando matarla, puede redoblar los esfuerzos ahora para completar la tarea antes que ella se case con usted.
- Pensé en eso. Le estoy pagando a tres criados de los Crambray para que la vigilen . Tomé esa medida la misma noche del incendio.
- Y en cuanto a la criada de ella? - Hadley preguntó.
Adrian encogió los hombros .
- Bien, Joan ya tiene la tarea de cuidar a Clarissa y acompañarla a todas partes. Además, temo que pueda contarle a Clarissa, y no quiero que ella se ponga ansiosa o se asuste. Ya está bastante nerviosa con los preparativos del casamiento.
- Creo que sus medidas fueron suficientes y…
- Adrian Maximillian Montfort.
Tensamente , Adrian se dio vuelta lentamente en dirección a la senda en la cual su madre surgía, trayendo a Clarissa. Era obvio que él estaba en apuros. Lady Mowbray sólo lo llamaba con su nombre completo cuando consideraba que él había hecho algo equivocado. Aunque , en este momento, él no encontraba ninguna razón de que preocuparse . Entonces, su atención fue inmediatamente desviada hacia Clarissa.
Ella estaba usando un adorable vestido color crema y los cabellos sujetos a los costados, cayendo en la espalda en una linda cascada. Le gustaba más cuando ella se peinaba así que cuando tenía un rodete en lo alto de la cabeza, como todas las mujeres usaban en los bailes. Ella estaba muy linda.
- Vamos, deja de mirar a Clarissa como un bobo- lady Mowbray lo retó impacientemente, probablemente porque él no le estaba dando la debida atención en un momento en que se mostraba enojada. - Pronto ella va a ser tu esposa y podrás deleitarte a voluntad . Ahora, me gustaría que me escuchases.
Adrian parpadeó y volvió reticentemente a mirar a su madre, preguntando:
- Qué hice de malo?
- No recuerdas que te propuse un té con Clarissa hoy?
Adrian levantó las cejas .
- Claro que lo recuerdo. Es por eso que Hadley y yo estamos aquí.
- Ah, qué amables -replicó ella con una sonrisa falsa, que suavizó al agregar: -Pero íbamos a tomar el té en tu casa!
- En mi casa?
Lady Mowbray soltó un suspiro exasperado.
- Si, Adrian, en tu casa. Quedaste en pedirle a los criados que limpiasen a fondo la casa y que se pusiesen la ropa de domingo para que fuesen presentados a Clarissa; así ella tendría la oportunidad de conocer la nueva casa y el personal antes del casamiento.
Adrian miró a su madre, desconcertado. Ahora que ella lo mencionaba, tenía un vago recuerdo de ella le había dicho que sería una buena idea que Clarissa fuese presentada al personal da casa. En su momento no lo había entendido bien, pero ahora todo tenía sentido.
Su madre había tenido una buena idea, Adrian admitió. Clarissa no sólo cambiaría de casa, sino también de vida con el casamiento. Conocer su nuevo mundo facilitaría todo para ella. Era una pena que no hubiese prestado más atención a su madre para evitar ese error.
Lady Mowbray soltó un otro suspiro, después miró a Hadley.
- Señor Hadley, mi hijo me habló de usted.
Adrian se pus tenso, temiendo que su madre mencionase el servicio que el hombre le había prestado.
- Clarissa, este es el Señor Hadley. De vez en cuando él ayuda Adrian en algún proyecto. Señor Hadley, esta es mi futura nuera, lady Clarissa Crambray.
- Lady Crambray. - Hadley caminó sonriente hasta ella y le extendió la mano, sin dejar de levantar los ojos hasta lo alto de su cabeza.
Adrian pronto entendió que él quería ver la herida ocurrida la noche del incendio. Pero ya no había ninguna señal de ella. Ya había pasado una semana y media desde el accidente.
- Buenas tardes, Señor Hadley - Clarissa lo saludó. - Qué clase de ayuda le presta a Adrian?
Adrian se puso tenso con la pregunta, pero no necesitaba preocuparse . Hadley fue rápido en la respuesta y ientió sin vacilar:
- Ah, una cosita o otra. En verdad , un poco de cada cosa.
- Ah - Clarissa murmuró, pero pareció sentirse curiosa.
- En realidad - Hadley completó - lord Mowbray estaba justamente diciéndome esta mañana que su próximo proyecto es hacer una fuente, en el mismo estilo que la fuente de la casa de su padre, en Mowbray. Fue por eso que me invitó a tomar té con las damas.
Adrian se quedó maravillado con la habilidad de ese hombre.
- Claro - dijo Clarissa con una amplia sonrisa. - Qué linda sorpresa.
- Entonces el Señor Hadley va a volver con nosotros a tu casa para que tomásemos el té allá, verdad ?
- Bien… - Adrian balbuceó . - Creo que Foulkes se ocupó para el té se hiciese aquí.
- Le explicamos la confusión a Foulkes cuando lleguemos - Clarissa informó. - Y él dijo que no nos preocupásemos. La cocinera sería avisada que no debe preparar nada.
- También le explicamos a Jessop. - fue el turno de su madre de informarle. - Y él quedó en pedirle a tu cocinera que el té estuviese pronto en el momento en que lleguemos.
- Ustedes fueron hasta allá? - Adrian preguntó sorprendido .
Su madre asintió con la cabeza.
- Fue cuando nos enteramos que ustedes estaban aquí. Fue Jessop quien nos informó.
- Muy bien , entonces vamos allá - Adrian concordó.
Caminaron hasta el frente de la casa y se estaban preparando para entrar en el carruaje cuando Hadley dijo :
- Mi lord , por más agradable que sea tomar el té en tan buena compañía, creo que es mejor que comience pronto nuestro proyecto.
- Es verdad, Hadley - Adrian concordó, extendiéndole la mano. - Muchas gracias . Espero tener noticias suyas pronto.
El hombre apretó la mano de Adrian y asintió con la cabeza. Se despidió después de las damas, agradeciendo, y siguió por la calle.
- Por qué el Señor Hadley no quiso ir tomar té con nosotros ? - Clarissa preguntó cuando Adrian entró en el carruaje y ocupó el asiento frente a las dos.
- Porque tenía algunos asuntos de que ocuparse - Adrian respondió vagamente, mirándola con cariño. Ella era un verdadero rayo de sol en ese vestido crema y le sorprendí que ella le pareciese más linda cada vez que la veía.
Lady Mowbray comenzó a comentar sobre las pruebas de los vestidos que habían hecho esa mañana, y Adrian apenas lograba escucharla durante el corto trayecto hasta su casa, disperso que estaba en sus pensamientos. Se le pasaba por la cabeza la última vez en que había estado con Clarissa en el carruaje y concluyó que era muy bueno que su casa no quedase muy lejos de la de Crambray. A pesar de la presencia de su madre, ya comenzaba a sentirse excitado cuando el carruaje se detuvo.
Jessop abrió la puerta cuando Adrian y las dos damas se aproximaron a ella.
- Bienvenido, mi lord .
Bastó una mirada en el rostro de Jessop para que Adrian supiese que estaba en problemas con el mayordomo y probablemente con el restante del personal de la casa. Imaginaba que los criados habían corrido como locos para dejar todo limpio y arreglado.
- No estés molesto , Jessop - dijo lady Mowbray al entrar en la casa. - Ya le di un sermón a él por no haberme escuchado , y por no haberte avisado a vos.
- Muy bien , mi lady - respondió el mayordomo, sin que su expresión mejorase ni un poco.
Adrian le dio una sonrisa formal, pero su atención pronto se volvió hacia Clarissa quien estrechaba los ojos examinando la entrada de la casa
- No te tomes trabajo de enojarte con él, Jessop. Adrian sólo tiene ojos para su novia. Me temo que mi hijo esté medio hechizado y continuará así por algún tiempo. Por lo menos hasta después de casarse con Clarissa. Ella es encantadora, verdad, Jessop?
- Muy encantadora, mi lady - dijo Jessop.
- Ellos me van a dar lindos nietos, no crees?
- Con certeza, mi lady.
Viendo el rubor que invadió el rostro de Clarissa, Adrian lanzó una mirada a los dos e dijo :
- Estamos aquí y escuchamos todo lo que dijeron.
- Ah, entonces de vez en cuando me escuchas? - lady Mowbray comentó secamente, posando la mano sobre el brazo de Jessop y conduciéndolo al hall. - Vamos a ver que logró hacer la cocinera para salvar el día. Adrian tiene mucha suerte de tener un personal experto y rápido como ustedes. No importa cual sea la crisis, ustedes logran lidiar con ella con gran presencia de espíritu y, confieso, siempre quedo impresionada.
Adrian hizo una mueca al oír a su madre adular al mayordomo. En pocos minutos, todo el personal estaría matándose por agradarla y nadie más se acordaría del caos que habían tenido que enfrentar por causa de una visita inesperada.
- Siento mucho toda esta confusión - murmuró Clarissa bajito . -No necesitamos venir aquí a tomar el té si…
- Tonterías - Adrian la interrumpió bruscamente y dio un paso hacia adelante para tomarla en sus brazos. Pero se detuvo cuando a madre le dijo sobre su hombro:
- Muéstrale la casa a Clarissa, Adrian. Ella debe, por lo menos , conocerla un poquito antes de venir a vivir aquí.
Dejando caer los brazos , Adrian suspiró y la tomó por el brazo, conduciéndola hacia la escalera.
- Primero voy a mostrarle la parte de arriba.
- Si ustedes no bajan en quince minutos, voy a buscarlos - su madre le avisó antes de desaparecer en la cocina con Jessop.
Adrian se rió y subió con Clarissa al piso superior.
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