martes, 8 de septiembre de 2009

CALAMITOSA CLARISSA - CAPITULO 21 - LYNSAY SANDS

CAPITULO 21


Adrian frunció la frente . Recostándose nuevamente en la poltrona, hizo un gesto para que el hombre continuase.
- Investigué cada incidente e hice pesquisas en todos los lugares que se me ocurrieron , mi lord . Hay mucho lobo disfrazado de cordero, mi lord , entonces consideré que entre ellos descubriría a quien está causando todos estos accidentes.
- Y?… - Adrian se impacientó.
- Y todas las pistas no llevaron a nada - admitió Hadley. - no hay nada en el pasado de su esposa que haría que alguien pudiese desear perjudicarla.
- Y Lydia? - Adrian preguntó, lanzando una mirada a su suegro.
- Pues … - fue el turno de Hadley de mirar a lord Crambray, medio intimidado. - A ella no parece gustarle mucho de lady Clarissa, pero no creo que llegaría al punto de intentar asesinarla. Puedo vigilarla, si quiere, pero…
- Yo vigilaré a mi esposa - dijo lord Crambray decididamente. - Y, si ella está detrás de esto, yo mismo le retorceré el cuello .
Adrian miró a su suegro con simpatía y entonces le preguntó a Hadley:
- Y la historia del capitán ?
-El capitán Fielding? - Hadley enderezó el cuerpo en la poltrona. - También lo investigué, después de todo fue el único episodio en la vida de lady Clarissa que podría haberle creado un enemigo. Pero el hombre murió mientras cumplía pena en la prisión, entonces no puede ser el culpable. Y, por mis investigaciones en esa región, me enteré que la única familia que él tenía era la madre y una hermana. La madre tuvo un ataque cardíaco y murió la primera vez en que él fue preso; y la hermana, poco después en un incendio, en la casa donde alquilaba un cuarto.
- Qué historia - Adrian comentó. - Pero nada de lo que nos dices ayuda. Alguien está intentando matar a mi mujer, pero hasta ahora no apareció nadie que aparentemente intentase hacerlo.
- No es tan así. Yo no dije que no encontré ningún posible culpable, sólo que a usted no le va a gustar nada saber lo que descubrí.
Adrian puso una expresión sorpresa, apretando os labios.
- Vamos, dilo .
- Bien, como le dije, investigué no solamente las posibilidades que usted sugirió , pero algunas otras también. Por mi experiencia, mi lord , la motivación de la mayoría de los asesinatos generalmente es la ganancia económica. Por eso imaginé que esa podría ser este caso … y tenía razón.
- Por qué alguien mataría Clarissa por dinero ? La única persona que se beneficiaría en este momento sería yo. Por lo que sé, soy el único heredero de ella… - él parpadeó varias veces. - No estarás sugiriendo que…
- No, no, claro que no - Hadley lo interrumpió prontamente. - Usted difícilmente me contrataría si tuviese intención de matarla. Además usted fue el único que desconfió de todos los accidentes y se preocupó con ella.
- Entonces quién es, hombre? - lord Crambray intercedió impacientemente. - Quién fue el objeto de sus investigaciones?
- Lord Greville.
Adrian frunció el ceño. No debía haber oído bien.
- Quién?
- Lord Greville - Hadley repitió, con convicción.
- Reginald? Qué te hace pensar que mi primo podría querer hacerle mal a Clarissa?
- Actualmente él es su heredero - Hadley argumentó.
- No, no lo es. Clarissa es mi heredera desde que nos casamos - Adrian lo corrigió.
- Si está viva - Hadley concordó. -- él me parece ser el único con un motivo probable.
- Motivo que lo llevaría a la horca. No puede ser él. Primero, porque los accidentes ya estaban sucediendo antes que yo hubiese conocido a Clarissa. Y él no tendría motivo alguno antes de eso. Segundo , Reginald es mi amigo, además de mi primo. Él me ayudó a conquistar a Clarissa. Además, por qué él tendría interés en mi herencia, si él está bien económicamente?
Lord Crambray asentía con a cabeza con cada punto que Adrian argumentaba.
Hadley simplemente sacudió la cabeza.
-Y si los primeros accidentes solamente fuesen eso ? Accidentes. El incidente con el carruaje y la caída de las escaleras, por ejemplo. No tenemos nada que pruebe que no lo hayan sido. Él puede haberse aprovechado de esas historias para provocar el incendio y el accidente en la fuente.
La explicación era plausible, pero Adrian no quería ni considerar esa posibilidad.
- Por qué entonces él no intentó matarme?
- Si lo matase primero, Clarissa sería su heredera. Si la matase primero y después a usted, o heredero sería él.
Adrian sacudió a cabeza.
- Mi primo es rico, no precisa de mi dinero.
- Ah, esa es la novedad que le traje. Parece que lord Greville ya no está tan bien económicamente como le gusta aparentar. En realidad , está prácticamente quebrado. Los acreedores van solicitar su prisión por deudas no pagas si él no tomar alguna medida pronto. Pero si su esposa y usted llegan a morir de manera inesperada, todos los problemas financieros de él estarán resueltos.
Adrian fue tomado de sorpresa y se sintió abatido con la noticia, pero aún así abrió la boca para protestar. Fue impedido por Hadley quien levantó a mano.
- El también aprovechó las oportunidades. Cuando el incendio y el incidente en la fuente ocurrieron , él estaba exactamente allá, no en Londres, sino en la residencia de los Crambray.
Adrian se relajó.
- Pero él no está aquí, por lo tanto no podría haber envenenado a Clarissa. - él sacudió a cabeza, de manera convencida. - No puede haber sido Greville.
- Me temo que él está aquí - Hadley argumentó.
Adrian se levantó de la poltrona.
- Cómo es eso ?
- Cuando usted volvió al campo, Greville también volvió . Él está hospedado en la propiedad vecina, Wyndham, desde el día siguiente de su llegada. O sea que está a apenas treinta minutos de aquí. Según lo que estuve investigando, él pasa la mayor parte del tiempo afuera, de día y a veces de noche, "cazando".
Adrian se dejó caer sentado nuevamente, emitiendo un urro. Estaba visiblemente trastornado con las noticias, quedando con las facciones absolutamente pálidas.
Hadley lo miró con pena.
- Creo que tenemos el culpable, mi lord . Apuesto mi vida en esto.
- Estás apostando la vida de Clarissa - lord Crambray intervino preocupado.
Adrian sacudió la cabeza , intentando asimilar la noticia. Reginald y él habían sido íntimos como hermanos y, aunque hubiesen estado separados por diez años, aparentemente habían retomado la amistad desde el punto exacto en que la había interrumpido. Adrian había contado con la ayuda de él para enamorar a Clarissa; había escuchado sus consejos y aceptado su apoyo. No podría ser él.
- Sé que es difícil de aceptar, mi lord - dijo Hadley solidariamente. - Sé que fueron muy amigos. Pero eso sucedió hace más de diez años. Casi doce. Usted se fue a la guerra a los veinte años y volvió herido a los veintidós. Doce años es mucho tiempo. Las personas cambian. Los afectos cambian. Las circunstancias cambian. Las prioridades cambian. - Después de una pausa, él completó : - Creo que su primo cambió.
Adrian no lograba creerlo .
- No, yo conozco a Reginald. No es él quien está detrás de todo esto . Él jamás le haría mal a Clarissa ni a mí. Realmente estuvimos separados por un tiempo, pero nuestra amistad permaneció intacta.
La expresión de Hadley no dejaba duda.
- Su primo es un canalla, mi lord . Él hizo más que arruinar la vida de algunas doncellas virtuosas. por lo que oí, él nunca tuvo muy buenos sentimientos.
Adrian descartó el argumento.
- Eso son solamente rumores y chismes. Reginald nunca arruinó a nadie. Él sólo se acostó con mujeres que ya tenían experiencia. Las pocas que se decían "doncellas virtuosas" estaban intentando ser atrapadas en un cuarto con él para chantajearlo. Creían que una amenaza de escándalo haría que él se casase con ellas. Desgraciadamente para ellas, Reginald no veía razón para estropear su propia vida por una codiciosa cazadora de fortunas.
- Debo decir que concuerdo con Adrian - comentó John Crambray de repente. - Matar a Clarissa parece una cosa demasiado extrema , no sería más fácil intentar separarlos desde el principio? Hacer que Adrian se volviese en contra Clarissa, o ella en contra él ? Parece que… - Las palabras de su suegro murieron al ver que la expresión del rostro de Adrian cambió. Él entonces preguntó secamente: - él hizo eso ? Intentó separarlos de algún modo ?
- Si. No. No sé - Adrian frunció la frente . - Reginald intentó, si , prevenirme respecto a Clarissa en el baile en que la conocí Por primera vez . Él me contó que ella llamada Clarissa calamitosa, me habló de algunos incidentes y me dijo que yo estaría arriesgando mi vida, si me acercase a ella. Pero después me ayudó a verla algunas veces, inclusive intentó contribuir para que ella me encontrase en la fuente.
Los tres hombres se mantuvieron en silencio por algunos minutos. Hadley entonces se levantó.
- Bien, voy a continuar investigando el caso , mi lord . Pero voy a investigar por aquí, ya que fue aquí que sucedió el envenenamiento. Creo que no hay más nada que pueda descubrir en la ciudad. Pero - él agregó - sigo creyendo que fue Greville. Él estaba allá y aquí. Y, como él sabía sobre ustedes dos, puede haber escrito y firmado la nota y, muy astutamente, imaginó que lady Clarissa correría a su encuentro.
- Y en cuanto a Prudhomme? - Adrian preguntó. - él también sabía sobre nosotros.
Hadley negó con la cabeza.
- Prudhomme está demasiado feliz persiguiendo mujeres casadas en Londres. Él no podría haber envenenado la torta. Ahora debo concentrarme en gente que antes estaba en Londres y ahora está aquí. Eso , si usted todavía quiere que continue con las investigaciones.
- Si, Por supuesto que quiero. Le pedí a Kibble que provea un cuarto para vos.
Hadley agradeció y dejó el escritorio.
Lord Crambray y Adrian se quedaron callados por varios minutos, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Finalmente, el padre de Clarissa rompió el silencio.
- él tiene razón en una cosa.
Aliviado porque sus pensamientos sombríos fuesen interrumpidos, Adrian dirigió una mirada a su suegro.
- En qué ?
- El asesino es alguien que estaba en Londres y ahora está aquí.
Adrian concordó.
- Vamos hacer una revisión? - propuso el padre de Clarissa.
Adrian dio un suspiro profundo.
- Reginald estaría incluido en la lista .
- Y Lydia también - dijo John Crambray. - Además de estar tanto allá como aquí, fue ella quien le sacó los anteojos a Clarissa, haciendola vulnerable a accidentes.
- Usted lo sabía? - Adrian preguntó sorprendido .
Clarissa le había dicho que Lydia la había acusado de romperlos.
- Lydia afirmó que Clarissa los había roto, y mi hija se quedó callada, pero hace mucho que sé que Lydia no quiere a Clarissa y tengo servidores bastante leales que me mantienen informado de lo que acontece.
Adrian no se sorprendió con la respuesta, pues sabía que el padre de Clarissa era un hombre inteligente. Soltando un suspiro, él comentó :
- Creo que debemos agregar los nombres de los criados a nuestra lista. Ambos Joan y Keighsley estaban en Londres y aquí.
- Keighsley no es tu criado personal?
- Como yo , él tampoco formaba parte de la vida de Clarissa, pero si sólo los primeros fueron accidentes …
- Desgraciadamente creo que ningún criado tendría motivo. Lydia lo tiene, porque odia Clarissa.
- Y Reginald precisa dinero, si es que Hadley tiene razón.
- Desconfías de él ? - Crambray preguntó.
-No. Él es un hombre muy integro.
Crambray se levantó de la poltrona.
- Creo que debo tener una conversación con mi esposa.
Adrian observó la puerta cerrarse detrás del padre de Clarissa y entonces se volvió hacia la ventana y dejó que su mirada vagase para las colinas y campos verdes de su propiedad. Su mente estaba en un torbellino. Le resultaba difícil creer que Reginald pudiese perjudicar a alguien.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un movimiento en la puerta que conectaba el escritorio con biblioteca. Él giró hacia la poltrona y se encontró con Clarissa parada junto a la puerta abierta. Bastó con mirar la cara de su esposa para saber que ella había escuchado toda la conversación.
- Qué escuchaste ? - Adrian preguntó, levantándose y dando la vuelta al escritorio para aproximarse a ella.

- Creo que casi todo - ella admitió. - Bajé a la biblioteca para tomar un libro poco después que mi padre salió del cuarto. No tuve intención de oír, pero a puerta del escritorio estaba medio abierta y acabé oyendo todo.
- No puedo creer que Reginald me haría una maldad - ella dijo cuando Adrian se detuvo junto de ella y la tomó por la cintura.
El dio un suspiro y la empujó junto a su propio cuerpo. Bajó entonces la cabeza, y posó la cara en lo alto de la cabeza de ella.
- Yo tampoco lo creo.
- Pero por qué es lo que me pregunto? - ella comentó con tristeza, y Adrian la abrazó un poco más, con pena porque ella hubiese enterado.
- No sé, Clarissa. Pero voy a descubrirlo - él le aseguró, apartándola para mirarla de frente. - Mientras tanto, no debes salir de la cama.
- No estoy cansada y me siento bien.
- Clarissa, casi te perdí anoche. Quiero que te quedes en la cama por lo menos un día más para recuperarte - él recomendó con firmeza. Cuando su esposa iba a abrir la boca para protestar, él agregó en un tono de súplica. - Si no lo haces por vos, hazlo por mí. Juro que casi me volví loco cuando te vi tan pálida e inerte. No quiero perderte.
Adrian estaba lo bastante cerca como para que Clarissa pudiese ver las líneas de preocupación alrededor de los ojos de él. Sintió un aprieto en el pecho . Tal vez su marido ya la quisiese . Tal vez ni siquiera le importaría mucho si ella usase los anteojos. Pero ese era un asunto que tendría que considerar en otro momento.
Clarissa cerró la boca y lo abrazó fuertemente , parpadeando para quitar las lágrimas que nublaban su visión.
- Hum, qué lindo es abrazarte. Tuve miedo de nunca más tenerte así junto a mí.
Clarissa frotó la cara en el pecho de él, hallando una delicia sentir las manos fuertes deslizarse por su espalda sobre la seda de su bata. Era una caricia delicada y sin segundas intenciones.
Adrian pareció no notar lo que hacía cuando, moviéndose, las manos rozaron el costado de los pechos de Clarissa. Pero ella estaba bastante consciente y, como siempre, su cuerpo inmediatamente respondió al contacto .
Sonriendo, Clarissa se apartó un poco y dijo :
- Tengo un trato que hacer con vos, marido. Vuelvo a la cama si vienes conmigo.
Adrian sonrió ante la propuesta y sus ojos se fijaron en los ojos de Clarissa.
- Aunque esté tentado, vos todavía no estás suficiente bien para ciertas cosas.
Clarissa levantó las cejas . Adrian estaba más que tentado. Ella podía sentir a erección de él presionando su cuerpo y sabía que, como siempre, él estaba solamente demostrando consideración por ella. Pero en ese momento no era consideración o que quería.
- No estoy lo suficientemente bien ? - ella preguntó bajito . Después , sonriendo maliciosamente, dio un paso hacia atrás, entrando en la biblioteca, y desató el lazo que sujetaba su bata. Mientras Adrian la observaba, ella abrió la bata, dejando sus pechos a la vista, y permitió que él contemplase su cuerpo por un instante. Entonces tomó las manos de él y las colocó sobre sus senos para que él pudiese sentir como sus pezones estaban entumecidos y llenos de deseo.
- Mi cuerpo no está de acuerdo con vos, marido. Él dice que estoy demasiado. Bien
- Clarissa - Adrian susurró - no.
- Tu boca dice no, pero tu cuerpo dice si - fue el turno de ellade susurrar, bajando la mano y deslizando un dedo por toda la extensión del miembro de Adrian.
Una chispa iluminó los ojos de Adrian ante el contacto de esa caricia. Su voz se hizo ronca:
- Vos te volviste muy atrevida desde la noche de nuestro casamiento, esposa.
Clarissa se mordió el labio y acarició el miembro con la palma abierta . Levantando cabeza, preguntó :
- Y eso te molesta?
- No - él respondió casi gimiendo y se aproximó más de ella.
Sonriendo, Clarissa fue lentamente retrocediendo, conduciéndolo en dirección al sofá de la biblioteca.
- Qué bueno , porque quiero hacerte tan feliz como vos me haces.
- Y cómo planeas hacer eso ? - Adrian preguntó, dejándose conducir por ella.
- He estado consultado libros, mi lord , en busca de aprender las maneras en que la mujer puede le da placer a un hombre.
- Sin los anteojos? - Adrian se asombró y comentó : - Estás forzando demasiado la vista.
- Vos vales ese esfuerzo, mi lord - murmuró Clarissa, sin mencionar que ya tenía anteojos. No era momento de hablar de eso ahora que su marido estaba preocupado por Reginald o por quien quiera que estuviese detrás de los atentados.
- Y qué fue lo que los libros te enseñaron ? - él preguntó, metiendo las manos dentro de la bata para enlazarla por la cintura cuando ella chocó con el sofá y se detuvo súbitamente.
- Aprendí que puedo darte tanto placer como vos me das.
- Si ? - él preguntó, interesado.
- Si . - ella sonrió y le acarició el pecho mientras las manos de Adrian se deslizaban por su espalda . -Adoro tu masculinidad - ella susurró, frotando la boca en el mentón de su marido. - Amo tu cuerpo, amo tu mente, amo el placer que me das. Deja que te de placer.
Adrian soltó un gemido profundo y cubrió la boca de su esposa con la suya, en un beso caliente y vibrante. Clarissa pasó los brazos por el cuello de él, gimiendo bajo la presión de las manos fuertes. Podía sentir la rigidez de la erección de su marido contra su cuerpo y la exigencia de los labios y de la lengua en su boca.
- Debemos subir - Adrian balbuceó , interrumpiendo el beso.
- Todavía quieres mandarme a la cama? - ella preguntó, intentando equilibrarse cuando él la soltó.
Sin vacilar, Clarissa se arrodilló delante de Adrian y sus manos palparon los pantalones de él.
- Clarissa - Adrian susurró, intentando tomar las manos de ella, pero ella fue más rápida y ya le había bajado los pantalones, manteniendo las manos fuera del alcance de él.
- Si, mi lord ? - ella preguntó de manera inocente, observando el miembro erecto proyectarse hacia afuera y lo sujetó con mano firme.
Adrian respiró profundamente. Todo su cuerpo respondió al contacto.
Dios ... Clarissa calamitosa .... vas a acabar conmigo…

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