CAPITULO 3
Miranda sacó su vista de su bordado , concentrándolos en Kat cuando su prima entró en los aposentos que compartían en el segundo piso de la torre sur del castillo. La luz do sol entraba por la ventana abierta, y la brisa leve traía al interior del cuarto un suave aroma de heno recién cortado.
Katherine traía una carta en la mano. Escondiendo su ansiedad por tomar el lugar de su prima y asumir el papel principal en la trama que ella había ideado, Miranda usó un tono medio decepcionado en su voz al preguntar:
- Más noticias, Kat? El rey... el rey cambió de idea? Katherine se dejó hundir entre los almohadones que cubrían el diván al lado de la ventana, lamentándose:
- No , no tengo esa suerte. La carta es de Fenton.
Miranda pronto supo que el sobrino de Kat le estaba pidiendo dinero nuevamente, pero evitó expresar ese pensamiento en voz alta. Cuando vio que su prima se ponía a leer el mensaje con extrema atención , indagó :
- Qué dice él esta vez?
- Ni te imaginas!
- Déjame ver... "Adorada tía Katherine, te extraño tanto , he rezado todos los días por tu salud..." Acerté ?
- Cierto, ese es el principio. Y qué viene después?
- Espera, déjame recordar... "La corte está en ebullición como siempre, bien al gusto del rey. Habrá un baile de máscaras, y todos tendremos que usar disfraces nuevos. Escogí disfrazarme de... de Apolo. El disfraz, tía querida, requiere una gran cantidad de tela e hilos dorados. Por eso, lamento decirte que la generosa remesa que recibo de vos no será suficiente para cubrir todos los costos..." Es más o menos así, no, Kat? Qué esta necesitando el pobre ahora?
- Esta vez te equivocaste, Miranda.
- No lo creo!
- Fenton habla de mi casamiento, y me desea felicidades.
- Debe haber algún pedido entre líneas, estoy segura .
- Peor que eso. Él afirma conocer muy bien sir a Brandon Cavendish. Y...
Miranda retomó el trabajo, un bordado en el escote de un vestido de noche. Una súbita exclamación de Katherine casi hizo que ella se clavase la aguja.
- Qué pasa, prima?
- Oh, Dios del cielo! Debo ser la mujer mas infeliz que nació en esta Tierra, Miranda!
- Qué pasa, ?
- Fenton dice que Cavendish es demasiado joven para mí, "apenas ha dejado los pañales", en palabras de él. .. Y, aún siendo tan jovencito, el sabandija es dado a... Oh, Dios, protégeme, !
- A qué, Kat?
- Voy a leértelo: "Cavendish es un rufián que sólo piensa en beber, bailar y divertirse en juergas y orgías noche tras noche. Resumiendo, querida tía, sir Brandon es un sátiro vicioso que no deja escapar a ninguna mujer entre los siete y los setenta años. "
Sorprendida, Miranda soltó otra vez el bordado y se puso a pensar.
Katherine lanzó a carta a la chimenea. Después se puso a caminar inquietamente , quejándose:
- Las decisiones del rey van a acabar por arruinar mi vida. Primero,
tuve que hacerle de enfermera a un viejo con un pie en la tumba; después, intenté domesticar a una fiera rabiosa, un verdadero demonio; y ahora, soy ofrecida a un muchacho libertino. Mis desgracias no tienen fin?
- Le crees a Fenton?
- Ni un poco. Las dos sabemos que Fenton sólo dice lo que le conviene ; es en mi dinero que él está interesado, no en mi felicidad. Mi casamiento va a aumentar los problemas financieros de Fenton .
- Eso es verdad.
- Y si , por casualidad, ese joven garañón lascivo logra embarazarme , Fenton va a perder todavía más : todo mi patrimonio, al cual tiene derecho por herencia.
- Sería tan bueno que tuviésemos un bebé en esta casa... Crees que eso es posible, Kat?
- Cómo demonios puedo saberlo ? Mi primer marido estaba demasiado enfermo como para desvirgarme. Y el segundo... Oh Dios, no quiero ni acordarme de ese diablo. Un bebé... Todavía seré fértil? Un hijo sería un regalo de Dios al que me aferraría con uñas y dientes.
Miranda rezaba mentalmente para que Kat mantuviese el plan trazado. Sería muy bueno ser cortejada, aunque el novio fuese un joven vigoroso. Por lo menos, sir Brandon debía tener todos los dientes, a diferencia de los otros maridos de su prima.
- Nuestro plan todavía sigue de pié, Kat?
- Claro que si !
- Crees que va a salir bien?
Tomando la mano de su prima, Katherine la llevó hasta el espejo al lado de la cama y dijo:
-Mira bien tu imagen. Somos muy parecidas, como dos hermanas, lo que no es de extrañar, pues nuestras madres eran prácticamente idénticas. Aunque vos seas un año más joven que yo, tenemos la misma altura y el mismo cuerpo delgado. Ves, hasta nuestros ojos poseen el mismo tono verde.
- Tus cabellos también son castaños dorados como los míos.
- Exacto. Pero lo mejor de todo es que nadie en la corte, a no ser Fenton, conoce a lady Katherine Fitzhugh. Siendo así, quién podrá afirmar que nos estamos haciendo pasar una por la otra?
- Yo puedo. Sin la menor - declaró la lúgubre voz masculina que venía de la puerta. - Y no me gusto nada esta historia.
- Ah, Montjoy! - Kathy se rió, dándose vuelta hacia el criado encargado de administrar los asuntos internos del castillo. - A vos nunca te gusta nada, a no ser señalar el lado oscuro de las cosas!
-Usted está tejiendo una red de imposturas, mi lady - dijo Montjoy, entrando en el cuarto. - Escriba lo que digo, lady Katherine: un relación que comienza con mentiras acaba con infelicidad.
Riéndose más todavía, Katherine fue hasta él y pasó el brazo alrededor de los hombros medio curvos del viejo hombre.
- Montjoy, sos mi consciencia, qué haríamos sin tu alegre presencia iluminando nuestros días?
- Va a acabar metiéndose en una gran enredo, mi lady. - Montjoy sonó su nariz con el pañuelo que había sacado del bolsillo de su saco. - Lo que mal empieza mal acaba.
- Ah, el optimista Montjoy... - Miranda se aproximó y tomó la mano de él entre las suyas. - Ya le contaste los planes de Kat a todos? Ellos aceptaron ayudarnos?
- Si, mi lady, le revelé el plan a cada uno de los criados, aún en contra de mi voluntad . Le conté hasta a los criados encargados de los establos y los graneros. Son unos malandrines, todos esos muchachos! Y, como las quieren mucho a ustedes dos, harán lo acordado: cuando el hombre enviado por el rey llegue, todos vamos llamar a lady Miranda , lady Katherine, y lady Katherine será lady Miranda.
- Muy bien ! - exclamó Kat.
- Qué será de ese pobre hombre cuando él descubra la verdad ? - Los ojos del administrador se pusieron aún más sombríos. - Esto va en contra de la naturaleza y la mora. Creo que es un grave pecado.
- Seguramente , Montjoy. - Katherine lo codeó levemente. - Por eso, trate de inundar los cielos con plegarias para que alcancemos el perdón celestial. Mientras tanto, vamos a poner en práctica la bromita que le hemos preparado a mi joven prometido. Solamente por un día o dos, hasta que yo haya descubierto el verdadero carácter e intenciones de él.
- Un día o dos? - se sorprendió Miranda. - Tal vez sea necesario una semana... o dos...
- Una semana, entonces, si eso la hace feliz - dijo Katherine, soltando a Montjoy para abrazar a su prima. - Yo no tengo la menor prisa. Después de todo ,todavía faltan más de tres semanas para el día del solsticio de verano .
- Yo no estoy muy feliz con esto - comentó Montjoy. - Una sola hora de esa representación sería más que suficiente.
- Lo importante es que hagas tu parte bien, Montjoy - dijo Kat. - Podemos contar con tu ayuda, entonces?
- Si, mi lady. - El viejo criado sacudió los hombros como se cargase el peso del mundo sobre ellos. - Haré todo lo que sea necesario, siempre y cuando no tenga que decirle una mentira directamente a alguien.
- Eso no será necesario, lo prometo - Katherine lo incentivó, mientras le hacía un guiño de ojo a su prima.
Afuera, el sonido de un cuerno de caza rompió la quietud de la tarde calurosa. Por un instante completamente mudos, Katherine, Miranda y Montjoy intercambiaron miradas. Después, los tres corrieron a la ventana, estrechando los ojos en dirección a los campos que se extendían más allá del foso.
- Por Dios! - exclamó Katherine. - O mucho me equivoco o es el muchachito libidinoso que viene a cortejarme.
- Cómo lo sabes ? - preguntó Miranda, apretando las manos.
- Fue el cuerno de Granger - le explicó Kat. - Lo mandé a ponerse en lo alto de la colina para avisar de la llegada de algún cortejo.
- Oh, mi Dios! - Miranda sintió su corazón acelerarse. - Estoy
a punto de transformarme en la lady de Bodian y todavía ni sé qué voy a vestir!
- Lo que escuchamos fue el sonido de una trompeta fúnebre que nos notifica el inicio del camino de la perdición - advirtió Montjoy en un tono siniestro.
- Me encanta verte tan feliz, Montjoy - ironizó Kat, batiendo palmas a continuación. - Rápido, vamos a los preparativos! Montjoy, recibe a nuestro invitado y llévalo al salón. Pídele a Columbina que tome su asiento en el lugar destinado al juglar y que toque algo suave con el laúd. Miranda, no te quedes ahí parada , ve a ponerte mi vestido de seda verde claro ahora mismo!
- Por qué el tuyo? - Miranda parpadeó. - Mi vestido verde también es de seda.
- Pero el mío tiene adornos más ricos y sofisticados, y lady Katherine debe recibir a su prometido en uno de los sus mejores atuendos . Ahora ve, rápido! - ella volvió su atención al sombrío criado: - Montjoy, pídele a Amor-Perfecto que venga a ayudar Miranda a se arreglarse. Vamos, muévanse todos ! Ellos llegarán en cualquier instante!
-Mi... mi prometido... - Miranda llevó la mano a su pecho, emocionada por realizar su sueño romántico aunque solamente fuese por un día.
El cuerno sonó otra vez. Miranda tragó en seco. Katherine maldijo bajito.
Amor-Perfecto, la joven criada de dieciséis años, entró en el cuarto acalorada y dijo :
- Ellos llegaron , mi lady! Los vi desde la muralla. Todavía están un
poco lejos, pero ya se avistan sus banderas y estandartes flotando en lo alto de la colina.
Mientras la muchacha ayudaba a Miranda con los lazos dorados y las perlas, Katherine alisó las arrugas del vestido gris de lana y avisó :
- Mantén la calma , Amor-Perfecto. No te olvides que ya no soy lady Katherine. Cuidado con no confudirte con los nombres.
- Ya se puede verlos? - preguntó Miranda en puntas de pie, estirando el cuello en dirección a la ventana. - Como es él ?
- Por Dios! - Ajustando el chal gris sobre sus hombros, Katherine espió la comitiva. - El se trajo la mitad del Ejército del rey .
- Son guapos? - preguntó Amor-Perfecto, muy interesada.
- Dónde? Dónde? - preguntó Miranda al mismo tiempo. Las dos se unieron a a Kat, inclinándose sobre el antepecho de la ventana. Fijaron entonces sus vistas en la cumbre de la colina más próxima al castillo, donde un enorme y colorido grupo de hombres habían detenido sus caballos.
Katherine anunció en voz alta sus pensamientos:
-Me hacen acordar a lobos hambrientos, prima. Parece que Bodian está a punto de ser invadido!
La mirada de Brandon Cavendish recorrió el conjunto de hombres: dos escuderos, un jefe de caza y su halcón, varios perros galgos jadeantes, tres cuidadores de caballos, una docena de soldados y un sonriente , solidario y conspirador, John Stafford.
- Toda la compañía está reunida? - preguntó él.
- Si, mi lord - respondió Jess, el cazador. - Es allá donde vive la dama?
Brandon tragó el nudo que se había formado en su garganta. Era ridículo! Diez años de servicios en las filas del Ejército de Inglaterra y batallas en los campos de Francia no lo habían puesto tan nervioso como se encontraba ahora. Las palabras le saltaron por su boca como si le quemasen:
- Si, ese es el castillo de Bodian.
- Parece bonito a esta distancia - observó John.
- Cierto, he visto prisiones peores - contestó Brandon, con las
cejas fruncidas.
Los hombres detrás de lanzaron carcajadas. Brandon apretó entre los dedos las riendas de Windchser, su caballo. Tenía la impresión de que su estomago se retorcía. Infiernos, apenas se trataba de una mujer, qué tenía que temer? Además, el castillo parecía acogedor.
Situadas confortablemente en un suave valle formado por las márgenes del río Rother, las murallas de piedras calcáreas de Bodian reflejaban la suave luz del sol. Brandon supuso que la fortaleza de estructura rectangular había sido construida algunas centenas de años atrás, aunque estaba bastante bien conservada. Robustas torres cilíndricas custodiaban cada uno de los cuatro esquinas.
El sol se reflejaba como diamante en los vidrios de las ventanas en arco en el segundo y tercer pisos. El puente levadizo descansaba contra el margen del foso, y un grupo de cisnes blancos se deslizaba plácidamente sobre las aguas verdosas. En lo alto de los portones de hierro levadizos una bandera, mas mayor que las otras, flotaba en su mástil. Un unicornio de plata, presumiblemente la insignia de lady Katherine, reposaba sobre el aterciopelado pasto verde delante del castillo.
John codeó a Brandon con la punta de su fusta, provocándolo :
- Y ... entonces? Seguimos adelante o damos media vuelta y huimos en disparada?
Brandon miró a su mejor amigo y , cuando John le hizo un guiño de ojo , decidió enfrentar su destino. Carajo! , si al menos sus hombres parasen de reírse como monos enloquecidos! Por suerte su hermano Guy estaba a centenas de kilómetros de distancia, en compañía de su esposa francesa y hija! Guy también se habría divertido mucho al verlo en esa situación.
Después de carraspear para aclarar su voz, Brandon anunció en un tono solemne:
- Hombres, de aquí en adelante ustedes prestarán sus servicios a sir John, y no a mí. Hasta nuevo aviso, El es lord Brandon Cavendish y yo soy John Stafford. Eso vale para todos, principalmente para ustedes dos canallas - dijo dirigiendose a sus escuderos Mark y Christopher.
Los dos muchachitos de diecisiete años sacudieron sus cabezas en una señal de obediencia, pero todavía tenían una sonrisa pícara en sus labios.
- Si alguno de ustedes revela nuestras verdaderas identidades, me voy a encargar de azotar sus espaldas personalmente. Por otro lado, si esta pequeña farsa surte el efecto deseado, todos serán muy bien recompensados en el día del solsticio de verano .
- Puede contar con nosotros , sir Bran... digo, Stafford - Jess respondió en nombre de la compañía.
John acomodó su nuevo sombrero de terciopelo azul y enderezó la capa para viaje de fieltro rojo sobre sus hombros, preguntando con un brillo de satisfacción en los ojos:
- Realmente parezco el todopoderoso sir Brandon Cavendish, hijo mayor del conde de Thornbury, lord Stafford? Realmente parezco el pobre e infeliz prometido?
- Pareces el diablo en persona - gruñó Brandon, volviéndose después hacia su pequeño Ejército: - Haz sonar nuevamente la trompeta, Jess. Ellos ya saben que estamos aquí, Por eso adelante con nuestra valiente envestida para combatir a la enemiga en sus propios dominios!
A continuación él incitó al garañón Windchaser a un galope colina abajo, seguido de cerca por John y los otros. Los galgos partieron en una carrera alocada, mientras Jess hacía sonar la trompeta como si anunciase el día del juicio final. El halo formado por hombres y animales, junto al estruendo
producido por los cascos de los grandes caballos sobre la tierra, ayudaron a aliviar la tensión de los nervios de Brandon. Era bueno imaginar que
todo aquello no fuese más que una batalla de inteligencia y coraje, algo en lo cual él sabía muy bien como comportarse.
Al aproximarse al puente levadizo , los dos lords llevaron sus caballos a un trote lento. Oyeron, entonces, risas nerviosas que hacían eco en el silencio del valle. Brandon y John levantaron sus miradas a tiempo de ver tres mujeres, dos con cabellos castaños claros y otra rubia como una ninfa, apartándose del antepecho de la ventana de una de las torres. Y vieron también que las almenas de la torre sur estabas ocupadas por muchachas sonrientes y unos pocos soldados con ceños fruncidos.
- Creo que el enemigo ya nos examinó y apreció nuestra fuerza - dijo John, conteniendo la risa. - Bellas y graciosas doncellas... Estas pequeñas fieras en el campo de batalla podrán traerme placer y diversión.
- Tranquilo , garañón, vos sólo tendrás ojos para lady Katherine, hasta que yo ordene lo contrario - retrucó Brandon, guiando su caballo por las planchas de madera del puente levadizo . - No te olvides de eso ni por un solo minuto, querido amigo.
- Voy a provocar un mar de suspiros y lágrimas. - John fingió ufanarse. -Haré mi mejor esfuerzo para forjar un romance. Y es una pena que tanto esfuerzo sea desperdiciado con una dama de avanzada edad que, todo lleva a creer, también es una peligrosa viuda negra.
- Muérdete la lengua, Stafford. Ya basta de verme prisionero de este compromiso arreglado caprichosamente por el rey.
- Me parece que te estás equivocando, mi lord . Después de todo , yo soy sir Brandon, el novio; y vos apenas el mejor amigo de él, John Stafford.
Cuando cruzaron los portones de reja rumbo al patio del castillo, Brandon murmuró entre labios semi cerrados:
- La farsa, finalmente, ha comenzado.
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