miércoles, 23 de septiembre de 2009

LOCURA DE VERANO - CAPITULO 17 - TORI PHILLIPS

CAPITULO 17


Cuando John Stafford se arrastró fuera de la cama, la lluvia finalmente había cesado, y el frágil sol del final de la tarde hacía valientes esfuerzos para rasgar las nubes con sus rayos dorados. El estomago del melancólico caballero se retorció, reclamando un poco de comida. Después de lavarse, afeitarse y ponerse ropas limpias, él cruzó el patio interno con pasos arrastrados rumbo al salón.
Extrañamente no había nadie allí a no ser los perros, que lo saludaron con sincera pero contenida satisfacción . Tampoco había nadie en las habitaciones contiguas, ni pasando por los corredores y galerías. Fue solamente en la cocina que John encontró toda el grupo de risueñas criadas, así como algunos de los soldados que estaban fuera de servicio, divirtiéndose con las improvisadas bromas de los escuderos. Mark y Christopher se habían puesto unas prendas femeninas, con pañuelos para sus cabellos y limones para simular los pechos, ambos intercambiaban chistes y canciones indecentes con voz de falsete.
En vez de interrumpir la farra, John se dirigió al rincón opuesto y se sirvió pan y con carne asada fría. No tenía dudas que Brandon había tenido éxito en sus planes y estaba ahora teniendo sexo . Pensando en Miranda, envidió la suerte de su amigo y de su dama. Con un suspiro profundo, se deslizó por la puerta lateral con la comida en la mano y siguió su lento camino en dirección a los establos.
El sol finalmente había logrado borrar las últimas nubes y ahora derramaba sus rayos sobre la tierra. Después de tragar el último pedazo de carne, John llenó los pulmones con el aire limpio y muy fresco. Necesitaba un poco de ejercicio físico para apartar de su mente los últimos resquicios de la borrachera de cerveza. Una buena cabalgata por el campo se ocuparía de eso. Además, ya hacía algunos días que su caballo Thunder no practicaba un galope apropiado.

Cerca de media hora más tarde, sobre el lomo de su caballo, él se internaba en el bosque que delimitaba los campos al oeste. Las ramas y las hojas de los árboles parecían recién nacidos, muy verdes y húmedos después de la lluvia. Ocultos por los altos follajes, pájaros cantaban. De cuando en cuando, John oía un ruido apresurado debajo de los arbustos que ladeaban la senda, como si conejos, erizos y liebres buscasen protección contra la presencia del invasor y su caballo. Sin duda, era una tarde muy agradable para un paseo.
Dejando atrás los límites del grande bosque, John disminuyó la velocidad de Thunder a un suave trote, permitiendo que el animal escogiese el camino a seguir. Mientras tanto, sus pensamientos volvían una vez más a Miranda y al o dilema que enfrentaba. Si Brandon realmente había tenido éxito en el plan de seducir a la lady de Bodian, la charada habría llegado a su fin? El finalmente podría presentarse con su verdadera identidad a la inocente Miranda, e implorarle perdón por sus actos tan poco caballerescos? Se acordó de las semanas que habían pasado. Mientras había estado placenteramente ocupado en fingir ser Brandon, qué tipo de imagen Brandon había pintado de sir John Stafford?
Brandon habría mencionado sus aventuras con las damas de la corte? John frunció las cejas. Era muy posible, era casi seguro. Aunque ambos gozaban de reputación de conquistadores , era él quien, de hecho , hacía justicia a aquella fama. La paternidad había hecho que Brandon se hiciese más proclive a las relaciones románticos mas estables , y últimamente su amigo apenas pasaba una que otra noche en compañía de una dama. Él , no. Cualquier mujer significaba una apuesta atractiva , y varios nobles de la corte le debían a él los cuernos que lucían en sus cabezas.
Y qué le habían traído en esos diez años todas esas relaciones superficiales? Nada, a no ser una opinión poco loable respecto a las mujeres en general. Y entonces había conocido a Miranda, quien creía ser lady Katherine. Aunque la hubiese cortejado en nombre de Brandon, se había enamorado perdidamente de esa dama sensible. Y quién era Miranda Paige? Seguramente, la más vieja virgen de toda Inglaterra viviendo fuera de un convento! Qué extraña ironía ! El lascivo , promiscuo y seductor John Stafford, de la corte del Gran Henry , había entregado su corazón de conquistador a una sencilla provinciana sin una gota de vanidad o astucia en su dulce personalidad.
Qué iba a hacer ahora? Brandon tal vez no quisiese transformarse en el devoto marido de una buena mujer, pero... Oh, qué Dios lo protegiese, esa idea se le hacía cada vez más y más atractiva a John ! Si lograse convencer a Miranda de abandonar esa vida de castidad, se arrojaría a los pies de ella para implorarle que se casasen tan pronto se publicasen las proclamas. Y , quizás en Navidad, sería posible que un nuevo Stafford estuviese en camino. Convertirse en padre ! Esa fantasía le hizo hervir la sangre . La paternidad había hecho de Brandon un hombre mejor, y, por qué eso mismo no habría de sucederle a él ?
Thunder relinchó y pateó el suelo, casi expulsando a John de la montura. Retomando el control del caballo, él desmontó. Había un hombre caído a uno de los lados de la senda; junto a él, había una pila de leña toda desparramada.
John se arrodilló al lado del cuerpo inerte.
- Por Dios !... Estará muerto?
Un temblor recorrió el cuerpo postrado , después el joven levantó la cabeza le giró en dirección al caballero. Escupiendo tierra, jadeó :
-Ayúdame, mi lord ! Ayúdame por la Santísima Virgen!
Los ojos de John se abrieron con espanto cuando él reconoció al muchacho.
- Wormsley! Pero qué diablos estás haciendo aquí y en ese estado? Pensé que vos y el buitre de tu amo habían vuelto a la corte.
Sentándose con esfuerzo, Wormsley gimió y evitó encarar a su interlocutor. John insistió :
- Qué pasa, ?
- Na ...nada, mi lord .
- Estás lastimado?
- No , mi lord .
Wormsley se puso a recoger los leños, pero John pronto colocó firme su pie sobre una de ellos, impidiendo que el muchacho continuase.
- Basta , pendejo! Antes que más nada, me vas a explicar qué estás haciendo en las tierras pertenecientes a Bodian.
Humedeciendo los labios con la lengua, Tod Wormsley miró en dirección al bosque.
- No ... No ... me atrevo ... a decirlo, mi lord .
John lo agarró por el brazo, obligándolo a levantarse. Aunque no tuviese la menor intención de cumplir su amenaza, lo intimidó :
- Creo que unos buenos azotes van a hacerte cambiar de idea, muchacho.
- No hará diferencia, mi lord . Acabo de recibir una serie de azotes.
- Qué? Scantling te azotó ?
- Si, mi lord .
John soltó el brazo de Wormsley quien, tambaleante, casi se fue al suelo. John entonces lo observó con atención , percibiendo que él tenía marcas casi cicatrizadas debajo de uno de los ojos.
- Tu amo suele golpearte ?
- Bien. .. yo ... Él no hacía eso hasta la semana pasada, mi lord , cuando descubrió la maldad que su tía le había hecho .
- Estás refiriéndote a la broma de la ortiga y la pimienta?
- Si, mi lord . Sir Fenton se puso muy nervioso con eso y tuvo un violento ataque de rabia.
- Y descargó su ira con vos? Por qué continuas trabajando para él después de lo que sucedió ?
- No tengo a donde ir, mi lord . Y fue la primera vez que mi amo se puso tan furioso. Pero ... Pero creo que esa suerte se va a repetir en breve.
- Qué quieres decir?
Wormsley miró nuevamente al bosque, tragó en seco y , bajando la voz, explicó :
- Sir Fenton está siendo perseguido por sus acreedores.
- Vamos, eso no es novedad. Por el contrario, todos lo saben.
- El intentó hacer con que su tía y lord Cavendish desistiesen del casamiento.
- No me estás contando nada nuevo, Wormsley. Y parece que Scantling no logró lo que quería con sus mentiras, pues sir Brandon y lady Katherine están llevándose muy bien .
- Cuando mi amo vino a Bodian, quería hacer con que su tía le firmase el poder sobre toda la propiedad antes de la boda. Y hasta trajo el papel para que ella firmase.
- Es un canalla miserable! Me perdí una buena oportunidad de ahogarlo en el foso del castillo!
- Pero últimamente sir Fenton está cada vez peor. Desde que lady Katherine nos hizo esa broma, él está descontrolado.
- Cuenta más, cuéntame todo. No me ahorres ningún detalle.
- él. .. Él sólo piensa en asesinato.
- Por Dios!
- Que Dios nos proteja, mi lord . Después que nos recuperamos de la picazón y los estornudos, sir Fenton volvió corriendo para acá. Ahora estamos viviendo como mendigos en una cabaña abandonada de un leñador. Mi amo habla muy poco, a no ser cuando empieza a gritarme . De noche, sir Fenton se queda mirando ciegamente el fuego, murmurando la palabra "asesinato"; durante el día, va al bosque con su arco. Él es muy bueno lanzador, mi lord , y ayer dijo algo sobre que sir Brandon sufriría un accidente en una cacería.
- No!
- No sé qué hacer, mi lord . En verdad , hasta temo por mi vida. Mi amo está muy cambiado.
John se quedó pensativo. Fenton enojado por el bosque con un arco en las manos era una amenaza bastante grave, pero las leyes de la corte no le permitían actuar como le pareciese , a menos que sus intenciones criminales se concretasen en un atentado. Y lo peor era que John no tenía la menor idea de donde localizarlo. Todo indicaba, que Fenton había hecho del inmenso bosque de Bodian su hogar y ahora debía conocerlo como la palma de su mano.
El caballero miró en dirección a los árboles como Wormsley había hecho, estudiándolos a la distancia. El loco fuera de control podía estar sentado en cualquier tronco caído en ese mismo instante, mirándolos y apuntándolos con el arco y las flechas. No era de extrañar que Tod Wormsley temblase como una hoja en la tormenta!
El tocó el hombro del joven, diciendo:
- Cálmate, Wormsley, y quiero que sepas que puedes contar conmigo. Vigila a tu amo y mándame a avisar al castillo si descubres algo más respecto a los planes de él. Debes tener mucho coraje, muchacho. Pero te juro que haré lo posible y lo imposible para que todo termine bien.
- Puede confiar en mí, mi lord .
- Y continuaré confiando aún después que toda esta locura llegue a su fin. Te doy mi palabra.
- Gracias, mi lord .
John tomó las riendas de Thunder y se acomodó en la silla. En voz baja , se despidió:
- Que Dios te proteja, muchacho.
Mirando nuevamente en dirección al bosque, Wormsley balbuceó :
- Que Dios esté con todos nosotros , amén.
John guió el caballo de vuelta al castillo en un suave trote, rehaciendo el mismo camino que había tomado para llegar hasta el lugar donde había encontrado a Tod Wormsley. Si Scantling los hubiese visto juntos, no quería dar motivos al lunático para que sospechase el tema tratado y para que descargase su rabia con el pobre muchacho. Bastaba que pensase que los dos habían intercambiado saludos y palabras formales en circunstancias como esa. Ninguna otra sospecha debería ser despertada.

Luchando con los cordones de seda del vestido de Katherine, Brandon comentó :
- Es mucho más fácil desvestirte que ayudarte a vestirte, mi querida.
- Es verdad, amor - respondió ella- Pero mis criadas quedarían un tanto azoradas si apareciese a cenar con el vestido todo abierto en la espalda .
- Ah, tus criadas románticas ... - Brandon apretó los cordones un poco más, atándolos en un sólo moño . - Creo que debemos casarlas en breve, para que no tengamos que andar en puntas de pie en nuestra propia casa.
Kat sonrió satisfecha. Era tan bueno escucharlo decir "nosotros", "nuestra propia casa"... Sin embargo, resolvió cambiar de tema :
- Hay algo que debemos discutir antes de dejar este aposento.
- De qué se trata, linda? - Colocándole las manos en los hombros, Brandon la hizo girar hacia él. - Tienes miedo que haya puesto su virtud en riesgo? Temes que mis intenciones no sean las más honorables?
- Claro que no. - Kat alisó con cariño las arrugas del chaleco que Brandon había vuelto a ponerse, evitando pensar que él no había dicho que la amaba. - Estoy segura que tus intenciones son las mejores del mundo.
- Quiero que sepas que yo siempre tuve pensamientos muy honorables respecto a vos. - él le besó el dorso de la mano.
- Aún cuando jurabas ser sir John Stafford?
- Ah, pero yo nunca juré eso, dulzura. Solamente me presenté con este nombre. Además, John también es un hombre de excelentes propósitos.
- Pues es sobre John que quiero conversar. John y Miranda.
- Oh, si, la dama enclaustrada. Pero , que pasa con ellos?
- Quiénes seremos cuando salgamos de este cuarto, querido? Kat y Brandon, o John y Miranda?
- Entiendo tu punto de vista. Veamos , John sabe que tu prima es Miranda.
- Temo que ella esté enamorada de él.
- Así como la mitad de la corte de Henry.
- Sir John solamente está jugando con el corazón de ella en tu nombre, o hay sinceridad en el afecto que él demuestra sentir?
- Creo que John finalmente encontró su alma gemela. Él jura querer casarse con Miranda, si ella acepta.
Poniéndose en puntas de pie, Katherine lo besó los labios, el mentón y la nuez de Adán. Después, preguntó :
- Crees que él está diciendo la verdad ? Yo le voy a dar una dote, pero Miranda no posee nada: ni tierras, ni títulos...
- John es muy rico, querida. La única cosa que nunca tuvo fue un amor, y de eso soy testigo. Él siempre actuó como un hombre enamorado, pero todo no era mas que una farsa. Jamás , en estos quince años que lo conozco, vi a John enamorado como él está de su prima. Tengo certeza, certeza absoluta, de que está siendo sincero.
- Oh, gracias a los ángeles del Cielo ! Entonces es esto lo que creo que debemos hacer: vamos a continuar con nuestra farsa delante de todos, para que Miranda no descubra a verdad. De lo contrario, se internaría en un convento para esconderse, de tan avergonzada que se siente. Si yo le digo que continúe haciéndose pasar por mí, es así como ella actuará. Miranda siempre me fue leal, siempre fue mi mejor amiga.
- Y John tendrá la oportunidad de reparar el mal que le hizo , si es que le ha hecho alguno . Me gusta este plan , querida Kat. Y, para sellar nuestro acuerdo, quiero un beso.
- Sea hecha tu voluntad , mi lord . Además, yo estaba esperando un pedido de ese estilo.

En lo alto de la escalinata , Brandon saludó a Katherine antes de bajar al salón silbando una balada de amor. Ella entonces golpeó con fuerza la puerta de sus aposentos, exclamando con fingida indignación:
- Miranda, abre esta puerta! Estoy perdiendo la paciencia, y no tengo más ropas limpias que ponerme!
La puerta de madera crujió, exponiendo el rostro pálido de Miranda a través de una hendija. Con una rápida mirada al corredor, ella preguntó con un hilo de voz:
- Estás sola?
- Si .
Katherine enderezó los hombros y pasó por al lado de su prima, esforzándose para mostrarse bastante contrariada. La ropa de cama estaba toda revuelta, como si Miranda hubiese pasado la noche luchando contra una decena de demonios. Kat fue a arrodillarse delante de la chimenea apagada con el propósito de encender el fuego y traer calor al interior del cuarto.
- La noche está llegando, Miranda. Vas a acabar agarrándote un resfriado.
Miranda se dejó caer en el asiento junto a la ventana, lamentándose:
- No me importa.
Kat no contuvo un suspiro. Ese tormento de su prima ya había llegado demasiado lejos. Era tiempo de procurar animarla. Pero , qué iba a
decirle?
Mientras pensaba eso, usó un pedernal y causó varias chispas y, cuando el fuego se encendió, lo cubrió con un poco de paja, soplando fuerte hasta lograr una buena llama. Cuando las llamas se esparcieron con un suave crepitar, Katherine se levantó y limpió el ollín de sus manos.
- Qué cosa mas fea, Miranda! Estoy tan sorprendida que no sé qué decir!
La palidez de Miranda se transformó en un rubor avergonzado.
- Qué sucedió , prima? Por qué estás hablando conmigo en ese tono tan rudo?
Respirando profundamente , Kat mostró una expresión enojada y plantó las manos en la cadera.
- Y cómo quieres que te hable? Has pasado todo el día encerrada en este dormitorio, lamentándote y suspirando de amor... por mi prometido!
- Oh!
Ignorando la palidez aún más profunda que volvió a cubrir el rostro de su prima de un blanco asombroso, Kat se puso a caminar inquietamente .
- Vos no deberías estar blanca como cera, sino roja de vergüenza! Faltan poco más de seis días para mi casamiento, y aún así sigues actuando como si hubieses sido engañada por sir Brandon, y no por mí ! Cómo crees que él se va a comportar en relación a vos el día del solsticio de verano ?
Miranda no contuvo una explosión de lágrimas, cubriendo su rostro con las manos.
- Oh, mi querida Kat, me olvidé , me olvidé ! Perdóname, te lo imploro! Creo que fui acometida por algún tipo de debilidad mental ayer. Juro, desde el fondo de mi corazón, que no lo hice por mala.
Katherine se sentó al lado de su prima, tomándola entre ls brazos para acomodarle la cabeza contra su pecho .
- Calma, cálmate , Miranda querida. Ningún mal ha sido hecho, a no ser un mal contra tu orgullo. Sir... Brandon también tuvo un muy mal día , creyendo que te había ofendido... quiero decir, pensando que se trataba de mí.
- Si ? - murmuró Miranda, levantando la cara bañando en lágrimas.
- Si, querida. - Kat sacó un pañuelo de la manga del vestido y entregándoselo a su prima. - Toma, sécate esas lágrimas. Sir... John me contó hace poco que su compañero se sintió muy mal por tu causa, quiero decir , pensando que vos eras yo ... Bien, él se sintió tan mal que bebió cerveza hasta agarrarse una borrachera mortal . ahora, está con la cabeza que le revienta de dolor.
- Pobre Brandon... Él debía hacerse compresas con cebada.
Kat tuvo que esforzarse para contener la risa. Dulce e ingenua Miranda! Cómo podía ser tan ingenua? Controlándose, ella dijo:
- Me parece que él salió a cabalgar y a tomar aire fresco. Pero retornará para la cena y, seguramente, espera que vos. .. pensando que soy yo, que lo disculpes y que hagas de él un hombre feliz de nuevo.
- No , Kat. No puedo.
- Por qué no? Qué idea tonta se te metió en la cabeza esta vez?
- Debemos confesar nuestra mentira. Además, ya deberíamos haber hecho eso hace mucho tiempo. Hace semanas.
Kat apartó los cabellos de la cara de Miranda, y preguntó en un tono comprensivo:
- Antes que vos te enamorases de lord Cavendish?
- Si. No pude evitarlo, Kat. Él siempre me habló con tanta ternura, siempre me dedicó atenciones con las cuales yo nunca había soñado.
- Concuerdo que todo ha sido por mi culpa. Yo debería haberme ocupado de encontrar un marido para vos hace años. Creo haber sido demasiado egoísta al apegarme al consuelo de tu compañía.
- No digas eso. Vos siempre fuiste mi mejor amiga, Kat. Te debo todo lo que tengo y todo lo que soy.
- Pero fallé gravemente al no pensar en tu futuro, Miranda. Como siempre vi el matrimonio como un verdadero castigo, no supuse que vos pudieses considerarlo una bendición . Perdóname por haber sido tan ciega a tus necesidades.
- Vos me diste un buen hogar y, más importante cualquier otra cosa, tu sincera amistad. siempre me sentí contenta y satisfecha.
- Hasta que dos bellos caballeros rubios cruzaron los portones de nuestro castillo.
- Es verdad.
Nuevas lágrimas nublaron los ojos de Miranda. Secándolas con la punta de los dedos, Kat intentó alentarla:
- No te quiero ver triste . Te prometí un marido, o no ?
- Si, pero... pero... Oh, Kat, yo deseo el tuyo!
Katherine hizo una mueca , fijándolos después en el techo. Qué hacer? Debía contarle la verdad a Miranda o...
El estrépito provocado por cascos de caballo sobre el puente interrumpió sus pensamientos. Las dos intercambiaron miradas curiosas, entonces se asomaron por la ventana. Allá abajo, John desmontaba de su enorme garañón sin al menos esperar que el animal se hubiese detenido. Después de lanzar las riendas en dirección a un asombrado muchacho, él fue a la escalinata que llevaba al salón principal del castillo.
- Es lord Cavendish! - jadeó Miranda. -Tiene una expresión muy preocupada!
- Que Dios nos proteja! Debe haber ocurrido algo ! - Kat se enderezó , tirando Miranda por la mano. - Rápido, ve a bañarte y cámbiate de ropa. Como lady de Bodian, es tu deber descubrir si hay algún problema grave.
- Pero, Kat! - se lamentó Miranda, mientras su prima le deshacía los lazos del vestido. - No deberíamos confesar que...
- No ! - Kat la empujó hacia el fuentón con agua. - Ahora no es el momento adecuado. Tal vez más tarde... Vamos, Miranda, no pierdas tiempo!
Diciendo eso, Katherine corrió a la puerta .Por Dios ! Sería posible que los franceses hubiesen invadido el país justo ahora, cuando ella estaba por casarse con el amor de su vida?


Mientras John lo agarraba por el brazo y lo conducía a los empujones a una pequeña habitación adyacente al salón, Brandon protestaba:
- Pensé que habías ido dar una vuelta para aclarar tus pensamientos y no para perder el juicio de vez. Puedo saber qué carajo está sucediendo ahora?
Respirando profundamente para recuperar el aliento, John explicó :
- Escúchame con atención y sabrá que carajo está sucediendo, compañero. Hay un hombre enloquecido y furioso escondido en el bosque, armado con un arco, clamando por tu sangre. El nombre de él es Fenton Scantling, y sólo piensa en cometer un asesinato. Fui suficientemente claro?
Las palabras de John le borraron la sonrisa que Brandon tenía en los labios. llevando la mano al pequeño puñal que traía envainado en el cinto, él quiso asegurarse :
- Estás seguro de lo que acabas de declarar?
- Absolutamente. Encontré al criado de él en el bosque. El muchacho está muerto de miedo. Dice que Scantling quiere las propiedades de Katherine y que ya planeó como conseguirlas. El miserable sólo está esperando que vos pases cerca de él para forjar un accidente durante una cacería. Wormsley jura que Scantling tiene una puntería perfecta.
- Lo sé.
- Me estás escuchando, Brandon? Cómo carajo habrá un casamiento si no hay novio?
Apartándose un poco do amigo, Brandon se apoyó en la pared. Menos de una hora atrás, tenía a Katherine junto a su corazón y soñaba con pasar el resto de sus días, feliz como nunca había sido, en la adorable compañía de ella. No podía permitir que sus planes se hiciesen humo en el viento.
- Debamos proteger a nuestras damas y también a los criados de Bodian, John. Ese demente es violento, puede hacer blanco contra cualquiera que se le pase por delante . Dile a nuestros hombres que tengan los caballos ensillados con la primera luz de la mañana, vamos a recorrer las inmediaciones con nuestros perros de caza.
-Pero vos sos el blanco de Scantling! Vas a ir directo a la trampa de él?
- No , solamente seré el anzuelo que va a atraerlo a nuestra celada.
- Vos estarás muerto antes que caigas al suelo , Brandon. Oye mi aviso, compañero: no vacilaré en mantenerte encadenado al pie de la cama hasta el día de tu casamiento, si eso es necesario.
- No me amenaces, John, a menos que tenga fuerzas y medios para llevar a cabo tus amenazas.
Antes que John pudiese retrucar, Katherine apareció en la entrada de la habitación.
- Qué pasa, caballeros? Algún problema?
- No sucedió nada - respondió Brandon con una mirada desafiante a John Stafford. - John vio un jabalí salvaje en las cercanías de la aldea. Mañana iremos a cazarlo, para servirlo, con una manzana en la boca, en los festejos de nuestra boda.
- Diablos! - murmuró John.
- Caballeros, mi lady! - la voz sombría de Montjoy hizo eco en el corredor. - Tenemos novedades!
- Dios! El mundo resolvió enloquecer antes de la cena? - se preguntó Kat, llevando las manos a la cintura mientras se dirigía al salón principal del castillo. - Estoy aquí, Montjoy. Cuáles son esas novedades?
-
- Jura que no vas a contarle nada a las damas - exigió Brandon al oído de su amigo, tocándole el hombro.
- Como quieras - gruñó John, librándose de él. - Qué el demonio se divierta con tu temeridad.
- Me alegra saber que nos estamos entendiendo. - Tomando la dirección que Kat había seguido, Brandon usó su tono normal de voz al preguntar: - Si, qué novedades son esas, Montjoy?
El viejo criado miró a cada uno de los tres, después fijó la mirada en un punto encima de la chimenea y anunció :
- Acaba de llegar un mensajero del rey, que afirma traer noticias para sir Brandon Cavendish y lady Katherine Fitzhugh. - después de una breve pausa, Montjoy bajó a voz: - Avísenme cuando decidan quien va a recibir el mensaje. Estaré esperando en el corredor.
Diciendo eso, Montjoy giró con elegancia sobre sus talones y salió del salón.
- Oh, por los santos en el cielo! - exclamó Katherine, lanzando una mirada desesperada a Brandon. - El rey cambió de idea!

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