martes, 22 de septiembre de 2009

LOCURA DE VERANO - CAPITULO 15 - TORI PHILLIPS

CAPITULO 15



Quitando las mantas de la cara , Brandon apretó os ojos en dirección a la estrecha ventana de su aposento. El cielo le pareció húmedo y gris. John estaba sentado del otro lado de la cama, la cabeza colgando entre las rodillas.
Brandon se desperezó y saludó a su amigo:
- Buen día, bolsa de melancolía! Por casualidad sabes qué hora es?
- Si quieres hablar conmigo, habla en voz baja. Mi cabeza resuena como un tambor en el campo de batalla.
Rindo, Brandon giró el cuerpo fuera del lecho. El movimiento del colchón hizo con que John lanzase un gemido más , seguido por un insulto.
- Si fuese unas horas más joven, Brandon, te daría una golpiza por haber hecho eso! Hijo de una gran... madre! Oh, déjame morir en paz!
- Qué te está molestando, compañero? Algunos tragos de cerveza demás?
- Vete a la mierda! Y no vuelvas!
Todavía riéndose, Brandon volcó agua en un fuentón y se lavó el rostro varias veces. Después se secó con una perfumada toalla de lino evidentemente nueva, apreciando la atención de Kat para con sus huéspedes.
Bien, el hecho era que él no era un huésped allí, sino el futuro lord de ese castillo tan pulcro , repleto de criadas en edad casadera , con un viejo y pesimista administrador, una bruja por ama de llaves , un exótico cocinero francés, una prima soltera proclive a las fantasías románticas... y la más bella y encantadora dama que jamás hubiese conocido. Feliz de la vida, Brandon sonrió a la imagen que veía en el espejo. Después, bromeando consigo mismo, pasó la mano por su mentón y dijo:
- Parezco un jabalí todo erizado.
- Es verdad !
- Qué planes tienes en mente para un día con esta encantadora lluvia, compañero?
- Morirme. Y ser enterrado sin velatorio .
Brandon esparció una gruesa capa de espuma de jabón sobre la incipiente barba rubia y, mientras preparaba la hoja de afeitar , comentó :
- Es una pena. Yo esperaré a mi dama, con la esperanza de continuar lo que dejamos pendiente ayer... antes que vos lanzases a Miranda al río Rother!
Los ojos inyectados de John lanzaron chispas y, él gruñó :
- Yo nunca haría eso, difamador ! Ella se lanzó al agua , prefiriendo ahogarse a someterse a mis atenciones afectivas. Oh, soy el más inútil de todos los agentes de Cupido!
Brandon concentró su atención en la hoja. Por algunos instantes, todo lo que se oyó en el dormitorio era el raspado del metal afilado contra los pelos nacientes. Finalmente , al limpiar la lámina en el agua, Brandon provocó :
- Quieres decir que vos te atrevió deliberadamente intentar seducirla, y la pobre prefirió la muerte a la deshonra?
- Si ! No fue por casualidad que ella se negó a mirarme después que vos la reanimaste. Ante los ojos de ella, soy un perverso degenerado .
- Los perversos no sienten culpa, no ahogan su pena en alcohol y no se agarran la resaca que vos tenes.
-Vos habrías hecho lo mismo si tu dama te despreciase. Terminando de afeitarse, Brandon se preguntó si realmente haría lo mismo. Kat sería capaz de rechazarlo? Bien, ese tedioso día lluvioso le proporcionaría una buena oportunidad para descubrir los sentimientos que Katherine alimentaba por él. Ya era hora de introducir un nuevo acto en la estrategia con que la venía cortejando. Y por qué no , si lady Katherine le pertenecía por derecho y orden del rey ? Era verdad que faltaba la bodas con el sacerdote, los votos y los testigos, pero eso terminaría de formalizarse muy en breve.
Con satisfacción pasó su mano por la piel de su cara ahora lisa. Y empezó a canturrear ", mientras revolvía el equipaje buscando un pantalón y una camisa limpia .
Con la cabeza metida debajo de las mantas , John gruñó en un tono ahogado:
- Que el diablo te lleve al infierno a vos y a esa cancioncita irritante.
- Nada de eso, John el Llorón . Reza para que lady Katherine me lleve ... ya sabes para donde.
- Vete!
Brandon comenzó a atar los lazos de las mangas de la camisa negra . Según las damas de la corte, el negro le quedaba bien. Esperaba que Kat concordase con ellas.
John asomó la cabeza y, observando a su amigo, preguntó :
- El lobo va a salir a cazar?
- Si, por eso deséame buena suerte. Vas a bajar el almuerzo?
Como respuesta, John Stafford cubrió la cabeza con una almohada . Ya en la puerta del dormitorio, Brandon sintió lástima por su amigo. Como rara vez se excedía en ola bebida, debía estar sintiéndose terriblemente mal.
- Quieres que le pida a una bella criada que te traiga un poco de carne asada, John?
- Manda un sacerdote para administrarme la extrema unción.
- Vas a pasar todo el día en cama, compañero?
- Vete aquí! Ni siquiera puedes respetar a un pobre hombre moribundo!
- Que el Señor te acompañe, John. Porque yo, ya no te soporto.
Brandon cerró la puerta detrás de sí sin hacer ruido. En el cuarto, la respiración pesada de John se sobreponía al ruido de la lluvia.

Katherine miró a Brandon con sorpresa cuando él se sentó a su lado en el largo banco. El zumbido que reinaba en el salón se interrumpió de repente, pues los criados se callaron y se quedaron contemplando a la pareja en la cabecera de la mesa. Kat se ruborizó .
- Buena día, mi lord . Espero que hayas dormido bien.
- No tan bien como hubiese deseado, mi dulzura. Con un compañero de cuarto melancólico , sufriendo las consecuencias del exceso de cerveza, se hace difícil descansar cuanto necesita.
Mientras Brandon se servía de la bandeja de lenguado con salsa de mostaza que Mark le ofrecía , Kat lo miró de reojo y fingió preocupación :
- Oh, sir Brandon no está bien ?
- Sir Brandon anda un tanto... extenuado, supongo.
- La bebida tiene algo que ver con eso, mi lord ?
- Voy a dejar que vos saques tus propias conclusiones. Diciendo eso, él hizo una seña para que Mark llenase la copa de vino hasta el borde, Después la levantó en dirección a Katherine en un brindis silencioso. Ella arrugó la nariz y, por primera vez , Brandon notó unas leves pecas esparcidas por las mejillas . Habiéndole gustado lo que veía, imaginó si habría otras pecas excitantes como esas en otras partes de su cuerpo. Y pronto concluyó que eso era algo que iba a descubrir por sí mismo; lo más pronto posible.
Cortando un pedazo de pescado con el cuchillo , Katherine comentó :
- Bien, ya hablamos de eso y sabes lo que pienso.
Kat llevó el bocado de pescado a la boca y, como si estuviese hipnotizado, Brandon se quedó admirando los movimientos de los labios carnosos y rosados mientras ella masticaba. Por algún motivo que no sabía explicar, eso lo excitaba.
Después de tragar suavemente el alimento que tenía en la boca, Kat comentó en un tono neutro:
- Tu comida se está enfriando, mi lord .
-Ah, es verdad. Me quedé perdido en mis pensamientos por algunos instantes, pero trataré ahora mismo de recuperar el tiempo perdido, señorita.
Brandon intentó concentrarse en el plato delante de sí. Deleitándose con el sabor y la textura del pescado, él dedujo que Celeste, su cuñada francesa, aprobaría las comidas servidas en el castillo de Katherine. Y, al encontrar que el plato siguiente sería faisán asado con hierbas , sintió pena por John. Su amigo no sabía que almuerzo se estaba perdiendo! Después del faisán les fue presentada una ensalada de brotes de violetas, caléndulas y dientes de león sazonados con aceite, vinagre y azúcar negra. Brandon se sirvió una generosa porción, después indagó :
- Cómo está tu prima? Espero que ella no tenga sufrido los efectos siniestros de ka inesperada caída al agua.
- La única cosa que la hace sufrir es su cabeza dura. Ella cree que sir... Brandon está decepcionado con su conducta infantil y pacata.
- Infantil y pacata ? Pero fue culpa de Jo... de él que ella se cayese al río.
- Si ? Pues mi prima me contó que se resbaló en la orilla y cayó al agua. Ella no mencionó que sir Brandon la hubiese empujado.
- Por Dios , qué confusión ! El Cree que la asustó, haciéndola caer al río. Y ella dice que solamente se resbaló sin querer.
Los dos comenzaron a reírse . En seguida, Katherine dijo:
- Y mi prima se encerró en nuestro dormitorio, jurando estar tan mortificada por lo sucedido que nunca jamás volverá a exhibirse en público !
- " nunca jamás " es una expresión muy fuerte.
- Pero sospecho que, al caer el día, ya habrá cambiado de idea.
Brandon llevó a la boca las últimas cucharadas de almíbar que cubría su porción de torta de pera, después apartó el plato con una expresión de satisfacción . Pasó la servilleta sobre sus labios y , mirando a Kat con un aire pícaro , sugirió :
- Ya que no tendremos la compañía de nuestros amigos para entretenernos, señorita, cómo planeas pasar esta larga tarde?
Katherine se agitó. Sus ojos color esmeralda se abrieron enormemente cuando se dio cuenta que los criados habían desaparecido del salón. Brandon, con una risita, le tomó la mano. Por lo visto, ella no tenía la menor idea de que él le había ordenado a Mark y a Christopher mantener a los criados entretenidos en la cocina. Como sus escuderos aceptaron la tarea intercambiando risitas y codazos, él había preferido no imaginar el tipo de entretenimiento que esos dos malandras tenían en mente para una tarde de lluvia . Su única indicación había sido que de no rompiesen o estropeasen nada de lo que pertenecía a Kat. Claro que eso no incluía las virginidades de las criadas.
Con un suspiro exagerado, él declaró :
- Parece que estamos solos.
- Si, eso parece. Y a juzgar por la sonrisa que se esboza en tu rostro, ya debes haber planeado alguna especie de distracción. pues muy bien , mi lord : cuál es tu sugestión ?
Brandon había estado esperando, o mejor dicho , rezando por esa pregunta. Tomando un par de dados de la bolsita que traía colgada al cinto, extendió los dos cubos de madera en dirección a Kat.

- Te desafío a un juego de azar, señorita.
- Pero yo nunca jugué a los dados.
Mejor todavía! El aclaró la garganta , explicándole :
- Las reglas son muy simples, las aprenderás mientras jugamos. El objetivo es arrojar los dados de modo que el total de puntos obtenidos sea igual a cinco, seis, siete, ocho o nueve.
Katherine tomó los dados, los colocó en la palma de la mano y después los hizo rodar entre los dedos, diciendo:
- Creo que hay en este juego algo más que simplemente combinar números. No se hacen apuestas respecto a los resultados?
- Es ahí donde está la gracia del juego, dulzura.
- Ah, si !
- Y entonces?
Ella lanzó los dados sobre la mesa. El resultado fue uno y dos .
- Y qué vamos a apostar, mi lord ?
- Cada lanzamiento, quien saca la menor suma de números se quita una prenda .
- Pero eso es un escándalo!
- Es cierto, dulce señorita.
- Se trata de algo un tanto impropio... para una doncella.
- Si, es verdad. .. para una doncella. Tienes miedo?
- No ...no.
- Entonces aceptas mis términos?
- Si, pero con dos condiciones.
- Y cuáles serían ?
- Un juego como ese escandalizaría a mis criados si se realizase en el salón de comidas .
- Seguramente .
- Siendo así, tenemos que jugarlo en la privacidad de uno de los aposentos del piso superior.
- Concuerdo plenamente, señorita, es por respeto a tus jóvenes criadas. Pero mi dormitorio no está disponible ya que Jo... que lord Cavendish se encuentra aposentado, purgando sus culpas.
- Y mi cuarto también está ocupado por mi prima enclaustrada.
Brandon pasó los dedos por su frente, como si buscase desesperadamente una solución para el dilema. Pero en el instante siguiente, sugirió con enorme naturalidad :
- Y los aposentos en los que dormiste anoche? Sé de memoria el camino hasta esa puerta.
Aún ruborizada, confusa y temblorosa, Kat siguió avanzando:
- Allí casi no hay muebles. Solamente una cama, una mesa y una silla.
- Es todo lo que necesitamos.
- Si ?
Brandon se aproximó , colocó la mano debajo del mentón de ella y, haciéndola mirarlo, preguntó :
- Cuál es la segunda condición?
- Que vos me llames por el nombre que me fue dado.
En los ojos verdes de Katherine había un brillo de ansiedad, desafío y miedo. Brandon le acarició la mejilla . Había llegado el momento de ajustar cuentas. No era un seductor de primas solteronas, sino un hombre que se había enamorado de la prometida que le había sido designada por el rey. Y ella ahora lo miraba con una mirada de ansiedad.
Pasando el brazo alrededor de la cintura de Kat, Brandon la atrajo , murmurando:
- Será un placer hacer tu voluntad ... mi lady Katherine.

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