lunes, 21 de septiembre de 2009

LOCURA DE VERANO - CAPITULO 14 - TORI PHILLIP

CAPITULO 14



John no sabía explicar como el desastre había ocurrido. En un instante, le susurraba palabras románticas al oído de Miranda, y al instante siguiente, ella se debatía en las aguas del río.
Con las faldas y las enaguas formando un balón a su alrededor, Miranda empezó a gritar por socorro. En segundos la corriente le empapó completamente la ropa, y se sentía arrastrada hacia el fondo del río. Antes de sumergirse totalmente, ella logró gritar :
- Ayúdame! Me ahogo!
- Por Jesús, aguanta !
En segundos , John se sacó el chaleco y se lanzó al río. Nadó algunas brazadas y, en seguida, vio los cabellos castaños de ella flotando casi sobre la superficie. Con un nudo en el estomago, se sumergió en esa dirección . Las capas de tela de la ropa que Miranda usaba se enredaron y, por un momento, el pánico lo dominó. Pero sus pies pronto tocaron el fondo lodoso del río y, ganando un cierto equilibrio, John logró pasar los brazos alrededor de la cintura de ella y traerla a la superficie. En un gesto de franca desesperación, Miranda golpeó con toda a fuerza la cabeza de él que, atontado, casi llegó a soltarla.
Haciendo un esfuerzo descomunal para mantenerse en pie, John la guió hasta la parte mas baja del río, y allí llegaron en el instante en que Brandon y Katherine aparecían en la orilla. John los oyó gritar, pero estaba tan empeñado en rescatar a su amada que las palabras le parecieron no hacer sentido. Blanco como la cera, sólo podía pensar en el bienestar de Miranda. No podía perderla, no ahora!
Corriendo hacia el agua, Brandon la agarró y le dijo a su amigo:
- Ella está segura! Puedes soltarla!
Todavía medio pasmado con el susto y el golpe involuntario, John dejó qque los brazos cayesen a los costados de su cuerpo. Brandon cargó a Miranda, inconsciente, hasta el pasto que bordeaba el río, donde Kat los esperaba con una expresión de agonía.
Al ver a su amigo depositar con cuidado el cuerpo inerte de Miranda sobre la tierra, John sintió una pesadez creciente dominar sus miembros. Carajo, apenas podía salir del agua . Nada más le importaba. Quería haber muerto con ella. Había tenido la felicidad y la razón de vivir en sus manos y, en un segundo, todo se le había escapado entre los dedos. Tambaleante, se arrastró como un peso muerto hasta el pasto, los pies dormidos dentro de las botas empapadas que chorreaban en todas direcciones.
Arrodillándose al lado de Miranda, él murmuró con un hilo de voz:
-Todo esto fue culpa mía... debo haberla asustado y... y...
Brandon no respondió. Giró a Miranda y se puso apretar sus manos con fuerza sobre la espalda delicada, para hacerla vomitar el agua que había tragado.
Desorientado, John continuó lamentándose:
- Si al menos hubiese tenido tiempo de revelarle mi verdadero nombre...
- Cállate la boca! - gruñó Brandon. - No ves que no murió?
Miranda tosió , gimió , lanzó una buena cantidad de agua por la boca y volvió a toser. Brandon volvió a masajearle la espalda .
- Para, por favor... - ella finalmente logró decir, jadeante. - No me golpees mas.
- Oh, prima! - Katherine se arrodilló junto a ella, cubriéndola con la gruesa manta usada en el picnic. - Qué susto nos diste!
- No quiero pensar en eso, querida - murmuró John, con temor a tocarla.
Tal vez Miranda se hubiese asustado cuando él la había besado. No, no había sido eso. No había sido solamente el beso lo que la había alarmado. Se acordaba muy bien que había colocado la mano sobre un pecho de ella, apretándolo con insinuante delicadeza.
Miranda entonces había sofocado un gemido en la garganta y él, como macho egoísta y depravado, había imaginado estar proporcionándole un instante de placer. En verdad , debía haberla perturbado al punto de hacerla arrojarse al río para protegerse contra nuevos ataques de lujuria. Ahora, él ni siquiera tenía el coraje de mirarla, temiendo ver odio estampado en los magníficos ojos verdes. Oh, cómo había podido ser tan vil?
- Debemos llevarla de vuelta, al castillo inmediatamente - le dijo Kate a Brandon. - Ella puede agarrarse un resfriado.
- Por favor, llévenme a casa - murmuró Miranda, evitando mirar en dirección a John. - Quiero morirme.
El casi gimió al oír esas palabras, que parecían clavase en su corazón como flechas envenenadas.
- Mi lord ? - Kat colocó el brazo alrededor de los hombros temblorosos de John. - Te sientes bien ?
- No - él habló bajito. - Estoy un maldecido.
- Todavía no ! - respondió Brandon con severidad, mientras levantaba a Miranda en sus brazos y se ponía en marcha rumbo a las murallas de Bodian. - Pero te va a caer una maldición si continuas aquí hablando pavadas.
- Ven, mi lord . - Katherine tomó el brazo de John, dándole una sonrisa alentadora. - Déjame ayudarte.
- No lo merezco - respondió él, poniéndose de pie. - Además, estoy todo mojado y sucio. Y no soy buena compañía para nadie.
- Por favor, no te culpes por lo que sucedió - respondió Kat, apartando una mecha empapada de la frente de él.
- Pero todo es mi culpa - insistió John. - Estás albergando a un demonio en tu hogar.
- No entiendo el motivo real para semejante sentimiento de culpa - declaró ella . - Pero, si quieres castigarte de verdad, puedes ayudarme a recoger los platos y cargar la cesta de vuelta a la cocina del castillo.
John no se permitió devolver la sonrisa que Katherine le brindaba. No tenía derecho a eso y no debía aceptar ese tratamiento tan gentil después de casi haber matado a la prima de ella. Desolado, John dijo:
- Será una honor poder ayudarla, mi lady. Es lo mínimo que debo hacer.

Varias horas más tarde, Katherine estiraba los pies delante de la chimenea del gran salón. Después de dar un buen baño caliente a su prima, hacerla tomar un plato de sopa de cebada y una infusión de leche con especias, ella y Sondra habían metido a Miranda en la cama, con un ladrillo caliente debajo de los pies. Mientras las dos se ocupaban del bienestar de ella, Miranda no paraba de lamentarse, diciendo que había sido una tonta, que sir Brandon iba a creer que ella era una mujer ignorante , que él había arruinado sus finas ropas por culpa de ella, que nunca más podría mirarlo a los ojos por el contratiempo que le había causado, y otros disparates del mismo estilo. Nada de lo que Kat le había dicho para tranquilizarla había surtido efecto: Miranda simplemente no la escuchaba.
Cerrando la puerta del cuarto sumergido en la semi oscuridad, Sondra le había aconsejado a su ama:
- Es mejor dejarla por ahora, mi lady. En el momento debido, Miranda recuperará el sentido común .


Ahora Katherine tomaba un té, saboreando trago a trago el líquido endulzado con miel que descendía por su garganta. En el asiento junto a la ventana, Columbina tocaba una suave melodía con el laúd , despidiéndose de los últimos vestigios de la claridad del sol , que ya se había puesto en el horizonte. Kat intentaba pensar en la actitud que asumiría al día siguiente: pasaría a ser lady Katherine o continuaría haciéndose pasar por Miranda?
Un bostezo profundo la relajó todavía más. Después de los acontecimientos de ese día y de las dos semanas que habían pasado, su cuerpo comenzaba a ceder al cansancio. En ese momento, se sentía sin fuerzas incluso para subir a sus aposentos.
- Un dulce por tus pensamientos, bella señorita - comentó Brandon, viniendo del corredor. - Puedo sentarme al lado tuyo?
- Si - respondió ella, somnolienta. - Quieres un té? Uso tragos de esta infusión va a ayudarte a conciliar el sueño, te lo aseguro.
- En ese caso, aceptaré un poco. Voy a precisar algo que me ayude a dormir en compañía de mi compañero de cama esta noche.
- Por qué? Sir Brandon ronca?
- Oh, no es eso. Lord Cavendish está ahogando su tristeza en una jarra de cerveza. Él no para de declararse culpable del incidente que ocurrió con tu prima.
Katherine esbozó una sonrisa maliciosa mientras servía un poco más del líquido lechoso en la jarra de té que había estado usando. Luego se la extendió , diciendo:
- Tendremos que compartir la misma jarra, pues no tengo energía para ir buscarte una.
- Será un placer, señorita. Como tus labios ya tocaron el borde de esta jarra, seguro que el té adquirirá un gusto aún más dulce que la propio miel.
Brandon tomó un largo trago, mostrando una expresión satisfecha. Kat arrugó la nariz, y después observó :
- Vos, haciendo declaraciones poéticas? Te estás pareciendo cada ve mas a Brandon.
- Es cierto.
La inesperada y sorprendente confirmación provocó una inmenso incomodidad en Katherine, quien desvió la mirada hacia los leños de madera que ardían en la chimenea. Las llamas danzaban con una gracia hipnotizante. Brandon volvió a tomar el té en silencio, pero Kat sintió que su mirada estaba fijo en ella. Estaría esperando que ella también admitiese su verdadera identidad ?
Katherine no sabía qué hacer. Debería confesar la farsa? La farsa había transcurrido el tiempo suficiente como para que realmente conociese a su futuro marido? Tal vez Brandon quisiese discutir el contrato de casamiento, los derechos adquiridos con la dote y os otros asuntos tan tediosos que devenían de un casamiento legal . Tal vez quisiese conversar respecto a los herederos que deseaba tener...
Ella soltó un leve suspiro. No, no quería hablar respecto a esos asuntos. No esa noche, no en ese momento, en que sus labios todavía mantenían el calor de los besos de él y su cuerpo ansiaba mas abrazos.
Brandon dijo finalmente, sin vacilaciones:
- Una torta de moras, entonces.
- Co ...cómo?
- Ya que no aceptaste un dulce para revelar tus pensamientos, te estoy ofreciendo una torta de moras. Tal vez prefieras las frutas silvestres.
- Oh, no pierdas el tiempo haciéndome ofertas, mi lord . Esta noche, mis pensamientos simplemente no tienen precio.
- Pareces cansada, mi dulzura.
- Lo estoy, si. Fue un día agotador . Aproximando su silla a la de ella, Brandon le tomó a mano, comentando:
- Pero también fue un día que me trajo instantes felices.
- Creo que puedo decir lo mismo, mi lord .
Las llamas de la chimenea conferían un tono rojizo a las facciones de él; los cabellos rubios brillaban como oro, y una mecha dorada caía con displicencia sobre su frente . Una vez más , Katherine concluyó que Brandon efectivamente era un hombre muy guapo. El caballero de sus sueños más secretos ahora estaba allí, sentado a su lado al pie de la chimenea, sujetándole la mano. Los modales serenos y gentiles de él le causaban una cierta paz interior, y Kat disfrutaba con satisfacción esa sensación acogedora , que parecía una manta muy suave envolviéndola . Por primera vez en la vida, se sintió serena y protegida en compañía de un hombre.
Brandon dio un leve apretón a la mano de ella, y después sugirió :
- Ven a sentarte en mi regazo y apoyar la cabeza en mi hombro.
Kat se mordió el labio . Era una invitación muy tentadora, pero ella temía a lo que esa oferta, aparentemente inofensiva, podría llevar. Si Brandon intentase seducirla, estaba segura que no podría resistirse.
Como si le leyese la mente, él agregó :
- Temo decepcionarte, Señorita Miranda, pero estoy demasiado cansado esta noche como para violarte.
La sonrisa sincera que Brandon tenía en los labios acabó por tranquilizarla de una vez por todas. Contenta, ella bromeó :
- Pensé que estabas bajo los efectos de la liebre y los duraznos que comimos esta tarde.
- Ah, eso! Bien , me parece que la liebre se cansó y se fue a dormir.
- Eres tan gracioso... Oh, disculpa por el bostezo.
- Vamos, ven a mi regazo y voy a contarte una de esos cuentos que se relatan a los niños para hacerlos dormir .
- Tal vez sea demasiado pesada.
- Lo dudo.
Kat le permitió acomodarla entre sus brazos fuertes. Anidándose contra su pecho , apoyó la cabeza en el hombro masculino .
Con una sonrisa, Brandon le murmuró al oído:
- Muy bien , ahora dime qué cuento quieres oír.
- Oh, no sé... Nunca nadie me contó un cuento, sabías?
- Mi pobrecita! Pero ya que te gustan los conejos, voy a contarte la aventura de la liebre que saltó sobre la luna en la víspera del día del solsticio de verano . Era una vez...
Katherine no oyó más nada. Cuando cerró los ojos, se vio envuelta por una aura dorada de calor y somnolencia. Su corazón latió solamente una o dos veces más antes que ella se sumergiese en un sueño profundo.

Cuando despertó a la mañana siguiente, todavía estaba totalmente vestida y envuelta en una manta en uno de los aposentos vacíos del castillo. Una rosa fresca, con gotitas de rocío brillando sobre sus pétalos, estaba apoyada sobre la almohada al lado suyo.
Desde la chimenea, donde removía las brasas, Amor-Perfecto miró a su ama y comentó :
- Mi lady, hacía mucho tiempo que usted no dormía tanto! Ya pasa de las diez.
Kat se frotó los ojos pesados de sueño, después se levantó lentamente y miró a su alrededor .
- Cómo supiste que estaba aquí?
- Montjoy le contó a Sondra, quien me contó para mí. El modo usual en que circula la información en este castillo.
- Ah, debí habérmelo imaginado.
Amor-Perfecto llevó al pie de la cama la bata que había dejado calentar delante de la chimenea, poniéndose después a desatar los lazos del vestido amarillo de su ama. Entre risitas tontas, ella afirmó :
- Nuestro noble caballero siempre nos sorprende, verdad?
Oliendo la perfumada rosa, Kat preguntó :
- Por qué dices eso ?
- Mi lord pasó casi toda la noche en el salón con mi lady dormida sobre sus sus piernas. El le agradeció a Columbina por la música y le pidió que apagase el fuego de la chimenea antes de ir a acostarse. Ella me contó que la escena era adorable: mi lady enroscada como una gatita entre los brazos de ese pedazo de hombre.
- Amor-Perfecto..!!
- Qué Dios me ayude, lady Kat! Los lazos del vestido están llenos de nudos. Eso es por dormir con la ropa puesta .
- Y Montjoy?
- Ah, si . Él se sentó en una punta del corredor y se quedó vigilando a mi lord , pues nunca se sabe lo que pasa por la cabeza de los hombres. Pero mi lord solamente la abrazó durmió un poquito también, según la versión de Montjoy.
- Y Montjoy pasó toda la noche despierto?
- Si, sólo se durmió cuando estaba a punto de amanecer. Pero en seguida Mark, el escudero, lo despertó . Montjoy me contó que no había fuego en la chimenea y que sus huesos estaban congelados.
- Oh, pobre!
- Fue entonces que mi lord finalmente se levantó con usted en brazos, y todavía durmiendo como un tronco . Montjoy le pidió a mi lord que la trajese acá, para no incomodar Miranda.
- Y esta rosa?
- Mi lord mandó al escudero a buscarla al jardín, diciéndole que escogiese la más bonita. Mark volvió empapado, pero trajo la flor como su amo había ordenado . Montjoy me contó que fue el propio mi lord quien la colocó encima de las almohadas.
Kat sonrió, pasando los pétalos suaves a lo largo de su cara . Sólo entonces se acordó del viejo y fiel criado del castillo.
- Espero que el buen Montjoy haya ido directo a la cama después todo este trajín.
- Si . Sondra le preparó un té de manzanilla para combatir el frío que chupó toda la noche .
Finalmente, Amor-Perfecto logró deshacer todos los lazos del vestido de su ama. Soltando el vestido, Katherine ordenó :
- Dile a todos que no molesten a Montjoy y que lo dejen dormir .
- Si, mi lady. Ahora, si quiere calentarse delante de la chimenea mientras cambio la ropa de cama y ...
- Por qué?
- Usted debe estar cansada después... después de la noche de anoche . Usted ...
- Señorita Amor-Perfecto! No te lo permito! No sucedió nada de lo que estás imaginando. En verdad , hacia un buen tiempo que no dormía tanto y descansaba tan bien. Me siento fresca como una lechuga para enfrentar este día que se inicia.
- Bien, entonces voy a buscar agua para su baño y algo para su desayuno . Ya pensó en el vestido que va a usar hoy. ?
Mientras la criada recogía el vestido amarillo y las ropas blancas arrojadas al piso , Kat se desperezó dos o tres veces, entregándose a la sensación de bienestar que deleitaba sus músculos.
- Creo que usaré el vestido celeste con mangas plateadas. Celeste como los ojos de él.
- Como quiera, mi lady. Pero déjame avisarle que está lloviendo torrencialmente hoy. . Si se va a poner esa ropa, es mejor que se quede dentro de la casa.
- Gracias por el aviso , Amor-Perfecto. No tengo planes de salir esta mañana.
- No? Será por causa de un cierto caballero que duerme en la torre norte?
Katherine giró el tallo de la rosa entre los dedos, percibiendo que Brandon había tomado el trabajo de quitarle todas las espinas. Él era tan atento... Volviéndose hacia la criada, ella sonrió y respondió:
- Tal vez. Ahora desaparece de mi vista!
Riéndose, Amor-Perfecto corrió a la puerta y dejó a su ama sola.
Katherine se envolvió en la bata y se encaminó hacia la ventana, que daba a los campos del sur. Una cortina de lluvia le nublaba la visión y, en un gesto instintivo, apoyó la cabeza en el vidrio salpicado.
Un día más rumbo a la celebración de la boda y después... y después qué? La noche anterior había sido una experiencia nueva en toda su existencia, pues nunca se había sentido tan bien en compañía de un hombre. La última cosa que quería ahora era un nuevo marido dictando órdenes y reglas, aunque Brandon no le daba la sensación de ser dominante o autoritario. Sin pensar en lo que hacía, Kat llevó la rosa a los labios, aspirando el perfume como si fuese un recuerdo de las emociones vividas en la víspera. Fue sólo entonces que se dio cuenta que nadie jamás le había regalado una flor.
Brandon Cavendish. Él sería tan maravilloso como aparentaba? O sería esa capa exterior tan falsa como el nombre con que él se presentaba, John Stafford? Por dos semanas y media habían mantenido la farsa, habían jugado a las cartas y al ajedrez , cabalgado y hablado respecto a cosechas, ovejas, ganado, perros de caza, criados, el rey y de los chismes de la corte. Solamente el día anterior ella había tenido el suficiente coraje para tocar el tema que más le interesaba y sobre el cual más quería saber: el propio sir Brandon Cavendish.
Kat sonrió al acordase de los dulces estremecimientos que las caricias de él le provocaban y de las excitantes promesas que sus besos contenían. Pero la noche anterior, habían compartido una clase diferente de ternura, un afecto reservado a las parejas que envejecen juntos, acomodados frente a la chimenea de sus hogares, rodeados por hijos... Entonces Kate se estremeció. Todavía podría ser madre a los veintinueve años? Sabía que muchas aldeanas lo conseguían, pero eran mujeres que venían dando a luz desde la adolescencia.
Katherine tragó el nudo que se había formado en su garganta. Brandon iba a repudiarla si ella no fuese capaz de concebir? El nunca había hablado respecto a hijos, y Kat sabía que era necesario discutir ese asunto antes que intercambiar votos matrimoniales. Brandon tenía derecho a apelar ante el rey y cancelar el casamiento si la novia no pudiese darle herederos. Y ella, sumida en la tristeza, volvería a su vida de pacata de viudez y aislamiento.
Sus pensamientos continuaban girando en torno a la noche pasada al calor de la chimenea, en la comodidad del abrazo de él. Acariciando los pétalos de la rosa con la punta dl dedo, Kat se sorprendió al constatar como su tranquila existencia se había, de repente, hecho tan complicada. Ese hombre verdaderamente había dado vuelta su mundo!
Amor-Perfecto reapareció, trayendo una bandeja donde había una jarra de cerveza, una fuente de frutillas , pan , manteca y miel.
- Golpeé la puerta de Miranda, mi lady, mas ella dijo que nunca más saldría del cuarto.
- Oh, mi Dios! Pensé que una noche de sueño sería suficiente para hacerla recuperar el juicio.
- También dijo que tiene un terrible dolor de cabeza.
- Pues vamos a dejarla aislarse en el dormitorio, si eso es lo que Miranda quiere. Después de todo , el día está muy feo, y ella podrá descansar . Igualmente, voy a buscarla después del desayuno . Ah. ... lord Stafford ya tomó el desayuno?
- Cuál de ellos, mi lady?
Kat tuvo ganas de retorcerle el cuello a Violeta, pero trató de dar un tono neutro a su voz:
- El caballero que me trajo hasta aquí .
- Ah, ese! Mark dijo que su amo fue directamente a su dormitorio y se lanzó a la cama. El escudero también contó que mi lord durmió antes mismo que apoyase la cabeza sobre la almohada .
Sentándose a la mesa, Kat acercó la bandeja y preguntó :
- Y el otro caballero?
Poniéndose a arreglar la cama, Amor-Perfecto explicó :
- El pidió un remedio para combatir el exceso de cerveza. La señorita Sondra le preparó un jarabe de prímulas.
Levando una frutilla a la boca, Kat comentó :
- Parece que vamos tener una mañana bastante calma.
- Es verdad, mi lady.
- Aprovecharé para hacer algunas tareas de administración. Y ya que Miranda transformó nuestro dormitorio en una habitación para enfermos, podrías traer los libros de contabilidad acá, por favor?

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