miércoles, 21 de enero de 2009

LA APUESTA - CAPITULO 12

CAPITULO 12


Al oír la puerta cerrándose, Birdi respiró profundamente e intentó calmarse. Con el bebé en sus brazos, apartó las piernas de la muchacha lentamente, se colocó entre ellas y depositó al niño sobre el regazo de Kelsea. El pequeño Angus, apresado entre las dos, estaría seguro mientras ella hacía lo que debía ser hecho.
Con los pies plantados firmemente sobre el piso de tierra, Birdi miró a la otra mujer a los ojos y absorbió su dolor.
- No debes tener miedo... Basta con que tengas esperanza. Aceptando, finalmente, que el bebé pertenecería a la otra mujer , y que ella ya no tenía más motivos para protegerse a si misma, Birdi colocó una de sus manos en la nuca de Kelsea y la otra sobre su frente . Con voz entrecortada, y consciente de que su corazón también se partía, ella murmuró:
- Gran Diosa, Madre de Todos, te imploro que alivies el dolor de esta mujer, que calmes la angustia de su corazón y cures la oscuridad de su espíritu. Aunque me considere indigna - Birdi ahogó un sollozo -, por favor, ayúdanos.
Cerró los ojos, y esperó por lo que vendría. El bebé ya no sería de ella y de Angus. El Highlander iba a partir. La voz des u madre todavía hacía eco en sus oídos: Pobre Birdalane... tu destino es estar sola.
Mientras el anciano pensativamente se limpiaba las uñas con la punta de un puñal, , Angus caminaba inquietamente.

- Cuánto tiempo le lleva a una criatura amamantarse?
Birdi había estado allá adentro hacia por lo menos una hora, y cada minuto había sido un tormento. Angus jamás había sufrido tanta ansiedad, ni siquiera en una batalla.
Malcolm Fraiser se encogió de hombros.
- Los pechos de Kelsea se secaron después de la muerte de Brion. Tal vez demore un poco para que la leche baje otra vez.
Tal vez . Pero algo le decía a Angus que no era sólo eso. La tranca finalmente fue abierta y él suspiró de alivio.
- Gracias a Dios!

Cuando la puerta se abrió, quedó desconcertado al no encontrarse con Birdi, sino con Kelsea. La muchacha tenía la cara rosada y al pequeño Angus en sus brazos, le bebé succionaba su seno .
- Dónde está Birdi?
- Ven . - Kelsea retrocedió un paso para que Angus pudiese entrar.
El se detuvo . Sentada en el suelo , frente a la silla antes ocupada por la viuda, pálida como un fantasma , Birdi lloraba incontrolablemente. Las dos mujeres actuaban como si sus dos almas hubiesen sido intercambiadas den sus cuerpos, pero eso no tenía ningún sentido para Angus.
- Santa Madre de Dios! - Angus corrió hacia ella y la empujó contra el pecho . - Qué sucedió aquí ?
En vez de responder, Kelsea se agachó , todavía con el bebé en sus brazos, y sujetó el rostro lívido de Birdi, bañado por lágrimas. Al mirarse, Angus casi pudo sentir una energía que fluía entre ellas . Decididamente, no le gustó esa sensación.
Kelsea besó la cara de Birdi y se levantó , acomodando al niño en su regazo .
- No sé qué dijo - Kelsea dijo . Se sentó en la silla, volviendo toda su atención al bebé.
Frustrado, Angus sujetó a Birdi por el mentón, mirándola profundamente a los ojos nublados. Todo lo que vio fue dolor y sufrimiento.
- Qué pasa, Birdi? Qué puedo hacer por vos?
Ella temblaba de pies a cabeza. Él la apretó contra su pecho . Eso no era normal. Necesitaba hacer algo!
Al ver a Fraiser en la puerta, Angus soltó el aire que venía conteniendo.
- Tráigame algo de vino.
El hombre observaba la escena con el ceño fruncido .
- Ahora mismo.
- Y una manta ! - Angus le gritó , antes que él se fuese. - Ella está congelada...
El pequeño Angus gorgoteó en el silencio de la sala y Kelsea lo puso contra su hombro.
- Cómo se llama este bebé tan lindo? - ella preguntó, dándole palmaditas en la espalda .
Angus estaba a punto de responder, cuando Birdi enterró sus dedos en su brazo con sorprendente fuerza.
- Dale el nombre que quieras - ella le dijo a Kelsea. Los labios de la muchacha se curvaron en una sonrisa tímida.
- Está bien... Pero necesito pensarlo . - Colocó al niño para que mamase en el otro seno y le acarició el rostro. - Tiene que ser un nombre lindo para compensarlo por todo lo que le pasó.
Birdi asintió con la cabeza, tragando con dificultad.
Angus la amparó, angustiado. Jamás debería haber pensado en la idea de una nodriza. Jamás debería haber llevado a Birdi allí!
Oh, Birdi, lo siento tanto... Qué te he hecho?
Fraiser volvió con dos jarras humeantes, un manta y un plato de estaño lleno de bizcochos de avena . Se arrodilló al lado de ellos.
- Traje hidromiel para vos .
- Gracias .
Angus colocó la manta sobre los hombros de Birdi y llevó la jarra a sus labios.
- Bebe, vamos Birdi ...
La bebida iba a dejarla somnolienta; y el sueño sería el mejor remedio para el mal que la afligía. Birdi apenas había dormido desde que habían encontrado a esa criatura.
- Desde la muerte de Collin, Kelsea no sale de aquí - murmuró Fraiser. - por qué no pasan la noche en la casa de ella? Es la primer cabaña después de la iglesia. Yo les llevaré un poco de sopa más tarde.
- Acepten, por favor... - los alentó Kelsea. - Los ojos de ella se posaron en la túnica masculina que Birdi usaba. - Y déjala escoger un vestido, el que quiera del arcón que está al pie de la cama - ella le dijo a Angus, al ver que ahora Birdi parecía dormida.
- Es muy generoso de tu parte. Kelsea sacudió la cabeza.
- No, tu esposa es muy generosa. Jamás podré retribuirle lo que hizo por mí.
Fraiser sujetó la puerta para Angus, quien entró en el único aposento de la cabaña cargando a Birdi en sus brazos. Había dos sillas pesadas, una de ellas de balanceo, delante de una chimenea de piedra . A la derecha, una mesa y dos banquitos. Del otro lado, una gran cama , con una cuna al costado.
Angus acostó a Birdi sobre el colchón de plumas, la cubrió y se dio vuelta para ver a Fraiser encendiendo un fuego.
- Le agradezco mucho por habernos ofrecido un lugar para pasar la noche. Birdi no sentiría cómoda en la posada. - Habrá notado que nerviosa se pone ella ante la presencia de tantos extraños.
Fraiser se levantó.
- Fue un placer. Y tiene razón en querer salir de allá. Los hombres van a pasar a noche discutiendo qué hacer con los Gunn. Su esposa no tendría descanso.
- Es mejor que se lleve la cuna - le recordó Angus, al ver que el viejo iba hacia la puerta. - El niño la va a precisar .
Angus sabía que si Birdi viese la cuna vacía, iba a sufrir todavía mas .
Fraiser se aproximó a la cuna.
- Cuide bien a su esposa. Lo que ella hizo hoy... - el hombre se detuvo, sin fuerza en la voz para continuar. Se secó una lágrima con el dorso de su mano arrugada. - En un rato vengo a traerle sopa.
Fraiser partió, Angus volvió a colocar la tranca en la puerta. Rodeó la cama grande pensativamente.
- Qué sucedió en esa sala, Birdi? - él murmuró para sí mismo.
Sin vacilar, se acostó al lado de ella y la acurrucó contra su pecho . Apartó una mecha de su cabello que le caía sobre la frente y, en un impulso, lo enrolló en su dedo. Se acordó de la primera vez en que la había visto y cuanto había deseado hacer eso.
- Tienes idea de cuanto te quiero, Birdalane Shame? - Angus suspiró, examinando la lastimadura que ella todavía tenía en la frente . - Birdilane ... deberías haberme contado tu secreto... que no puedes ver un palmo à frente a tu nariz. Yo podría haberte evitado - al menos - algunos de los golpes que te diste .
Angus sonrió levemente , pero su sonrisa pronto murió en sus labios. De la misma forma que Birdi tanto quería el bebé y no podía tenerlo, él, la quería y no podía quedarse con ella. Y la consciencia de eso y de todos los desencuentros afectivos que tenían los seres humanos le dolió profundamente en el pecho.

Angus le había preguntado a Fraiser si conocía al clan de los Shame. El hombre había afirmado que jamás había oído hablar de ellos. También le había preguntado si sabía a donde podían encontrar un pozo sagrado, pero él no tenía la menor idea. Le había sugerido que preguntasen en Cairndo. Si no encontraban un pozo allá, tendrían que cabalgar hacia el norte, a lo largo de la orilla del lago Fyne, después descender hacia el sur en dirección a Inveraray, lo que los haría perder un tiempo precioso. sin hablar del estado en que Birdi se encontraba. Iba a poder soportar una cabalgata tan larga?

Como si respondiese a su pregunta, ella gimió y estiró su cuerpo. Apoyó sus senos sobre el pecho de Angus. Un segundo después , ella arrojó su pierna izquierda sobre su muslo y encajó su cuerpo en el de él.
Angus tragó en seco. Dos días antes, habría hecho cualquier cosa para tenerla así... Ahora no era sólo su cuerpo lo que exigía esa mujer. Era también su corazón.
Reuniendo toda su fuerza de voluntad , la apartó con cuidado, acariciándola levemente en la espalda . El no era ningún salvaje como para aprovecharse de una mujer dormida. No, señor. Semi- dormida, tal vez ...

La oscuridad desapareció de repente para Birdi. Encontró a su madre la frente a la cabaña.
- Madre? Quién es mi padre ?
- Vos no tienes padre.
Era mentira. Todos en la villa tenían padre. Birdi ofuscada golpeó su pie contra el suelo.

- Cuéntame sobre mi padre!
-Eres hija de la vergüenza, Birdalane. De mi vergüenza! Por eso tu apellido es Shame* (Nota de traducción: shame en inglés significa vergüenza) . Eres Shame , entendiste?
- Quiero saber quién es mi pa...
El bofetón la tomó por sorpresa. Con los ojos borrosos, Birdi llevó su mano a su mejilla y bajó la cabeza. De nuevo la oscuridad.
- Madre, dónde estás ? - con el corazón latiendo furiosamente dentro del pecho y las palmas sudando frío, ella se internó en el bosque. El sol se había puesto por detrás de las montañas, sumergiendo el valle en sombras, su madre nunca se había ausentado por tanto tiempo. Nunca, en los ocho veranos de su vida.
- Madre!
Con los brazos extendidos delante de su cuerpo, Birdi corrió hacia la silueta oscura, caída de costado, en medio de un montón de hojas secas.
- Qué sucedió ?
Se dio cuenta de que se había arrodillado sobre algo húmedo. Sintió el olor inconfundible a sangre y vio que su madre se sujetaba a la altura de la cintura.
- Un jabalí salvaje ... ayúdame!
Por favor, Gran Diosa... No puedo hacerlo sola. Soy demasiado pequeña y no sé qué hacer!
Su madre respiraba cada vez con más dificultad.
- Despiértate , mamita, despiértate... Me estás asustando! Mamá! Por favor... No me dejes... mamá!
El calor de una mano sujetó el rostro de ella.
- Todo está bien. Es sólo una pesadilla, Birdi.
Birdi se esforzó por entender de donde venía esa voz. Era profunda, y el calor que la rodeaba, agradable . Soltó un suspiro tembloroso y abrió los ojos.
- Angus...
- Soy yo . - él apartó una mecha de su cabello de su cara. - No quería despertarte, pero estabas teniendo una pesadilla. Estás mejor ahora?
Birdi se limitó a relajarse contra él.
- Siempre tienes esas pesadillas?
- No.
Angus le acarició la espalda , sabiendo que ella mentía.
- No me quieres contar? Tal vez , así, no las tengas más.
- Es sólo un viejo recuerdo. - Birdi intentó levantarse , inquieta, pues ya debía ser hora de alimentar al pequeño Angus.
Sólo entonces los últimos acontecimientos vinieron a su memoria. Escondió el rostro entre sus manos, incapaz de contener un sollozo. Su bebé se había ido .
- Birdi.. - Angus volvió a abrazarla con fuerza, permitiendo que ella ocultase su cara en su pecho, y la besó en la cabeza. - Vas a tener otro bebé. Uno tan bonito como tu pequeño huerfanito. Y esta vez, nadie te va a apartar de él.
Angus la observó en silencio, como si esperase que Birdi concordase con su predicción. Le preocupaba su dolor, pero no podía entender su mayor miedo: que justamente lo que él le prometía jamás sucediese.
Ella estaba maldecida. Deseando poder revelar su sufrimiento pero incapaz de hacerlo , Birdi se limitó a asentir con la cabeza, en silencio. Angus la abrazó con más fuerza.
- No sé bien qué te pasó mientras estabas con Kelsea Fraiser. Sólo sé que eres la mujer más valiente e generosa que yo haya conocido y estoy muy contento y orgulloso de haberte conocido do, Birdalane. - Le acarició el rostro.
Birdi se enamoró de Angus MacDougall en ese exacto momento.
Necesitando del calor y de la fuerza que emanaban de él , empujó su nuca y lo besó con pasión .
Angus gimió cuando ella abrió los labios y, segundos después asumió el control , besándola como si quisiese sumergirse y fundirse con ella. Birdi sintió un calor extraño recorrer su cuerpo y, como por milagro, desapareció el dolor y la angustia que le oprimían el pecho. Asombrada, cedió a las sensaciones y a los deseos que no tenía palabras para explicar.

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