CAPITULO 16
Aunque sus ojos estaban fijos en la carrera de caballos, los pensamientos de Angus estaban en las reacciones de Birdi ante la novedad de la feria. Nadie de toda esa gente imaginaría que ella estaba muy lejos de ser una lady. Ella caminaba erecta, con una linda sonrisa en los labios. Y se reía mucho, muy espontáneamente, atrayendo las miradas masculinas. Si las circunstancias fuesen diferentes, sería una lady perfecta para un hombre ambicioso como él. Sólo la imagen de Birdi vestida en esas ricas telas era suficiente para quitarle el aliento . Entonces, por qué iba a desprenderse de ella?
Pensando en la posibilidad de conversar con lady Beth para que le enseñase algunas cosas a Birdi, Angus sintió una gotas de lluvia y se dio vuelta para buscarla.
Birdi no estaba a su lado.
Miró su alrededor , con el corazón sobresaltado.
- Birdi!
Sin respuesta , Angus se abrió camino a codazos en medio de la multitud . .. - Birdi! - gritó repetidas veces. Dónde diablos se había metido ella?
- Qué pasa? - Ian se aproximó con dificultad.
- Birdi desapareció.
- No te preocupes. Debe haber haberse interesado en algunas de las tiendas de los mercaderes .
- No. - Angus apretó el paso, mirando a todos lados, examinando cada tienda. - Ella no haría eso.
- Angus. Sabes como son las mujeres,..
- Birdi es casi ciega, no tiene nada que mirar en las tiendas, Ian!
- Qué dices?
- Ella es casi ciega como un murciélago ! - Jadeando, Angus se paró delante de un grupo de bancos desocupados. - Santo Dios... - A dónde puede haber ido?
Ian miró su alrededor desconcertado.
- Angus ve la derecha y yo voy para la izquierda. Silba si la encuentras.
Después de revisar cada tienda, Angus empezó a mirar en las posadas y establos de la calle principal. Pasaba corriendo por la última posada , cuando la imagen algo azul turquesa le llamó la atención . Allí, casi al final de una callejuela , delante de una pila de trapos y la puerta cerrada de un establo, vio a Birdi.
- Birdi! - le gritó.
Cuando no obtuvo respuesta , caminó hasta ella con pasos largos y se vio frente a frente con otra mujer. Una mendiga , vestida con harapos, que sostenía a un bebé en sus brazos. Su piel reseca, sus piernas muy delgadas y sus ojos hundidos ya decía todo: se estaba muriendo de hambre.
Birdi, con la cabeza inclinada, lágrimas corriendo por su cara, lo ignoró. Estaba totalmente concentrada en la criatura, una de sus manos posadas sobre su cabeza, y la otra acariciando sobre su estomago hinchado.
- Birdi...
Sin tener nada para comer después de algunas de las frecuentes guerras, era común ver a mujeres desesperadas vendiendo a sus propios hijos, la única manera que disponían para sobrevivir.
Angus se apoyó sobre una rodilla. Iba a tocar a Birdi, pero se detuvo al oírla murmurar:
- Por favor, Gran madre... Gran Diosa, te imploro...
Sintió la sangre drenarse de su cara. Dios del cielo... Birdi no era cristiana , era pagana!
El bebé bajo sus manos se estremeció. Luego abrió la boca y lloró. La madre agrandó sus ojos y empezó a acunarlo y apretarlo contra su pecho .
En ese mismo instante, Birdi se tambaleó , cayendo contra el cuerpo de Angus, quien la sostuvo. Dios Santo , ella ardía de fiebre! Habría tocado al niño y se había contagiado alguna enfermedad?
Olvidándose de su propio shock, le levantó el mentón para mirarla mejor y comenzó a sudar de frío. Los ojos de Birdi, antes brillantes, estaban vacíos, como habían estado los de la criatura.
- Birdi! Por el amor de Dios, me oyese ?
- Dale dinero - la oyó pedir en un murmullo.
Angus la levantó en sus brazos. Necesitaba llevarla a algún lugar, darle algo de beber, hacer algo ! Birdi se aferró a su pecho con increíble fuerza.
Dale dinero... Habría sido en vano si el bebé no se alimentaba. Sin estar en condiciones de discutir o razonar sobre lo que había presenciado, Angus le lanzó a la mujer algunas monedas.
- Dios los bendiga ! - la oyó decir, mientras corría con Birdi en sus brazos hacia la calle principal.
- Ian! - Angus gritó al ver a su amigo aparecer por una esquina. ..... Qué sucedió ? - él vino corriendo y desenvainó su espada. - Quién fue el bastardo que hizo esto ? Lo mato!
- No fue nadie . - Angus levantó la cabeza, entrecerrando los ojos bajo la lluvia, que ahora caía con mas fuerza. - Debemos llevarla a algún lugar!
- Por aquí! - Ian corrió la construcción más cercana y abrió la puerta. - Subiendo las escaleras ... segunda puerta - él lo orientó, caminando detrás de ellos.
El cuarto sólo tenía una cama y una silla. Pero serviría, pues al menos estaba caliente y seco. Angus entró y depositó a Birdi sobre la cama tosca.
- Qué puedo hacer para ayudar? - se ofreció Ian nerviosamente . Angus pasó sus dedos por sus cabellos húmedos. Piensa, hombre, piensa! Qué había hecho lady Beth cuando Duncan había estado ardiendo de fiebre?
- Busca paños y un balde con agua fría, rápido! -Mientras Ian corría hacia la puerta, Angus agregó: - Y caldo caliente!
Miró a Birdi. Tenía la cara sonrojada, el cuerpo lazo e inerte, y la respiración corta e irregular. Virgen Santa... Cómo podía haberse enfermado tan rápidamente? Y qué le había hecho o dado a ese bebé?
Sin respuestas y desesperado por hacer algo, Angus se arrodilló al lado de ella y empezó a desvestirla. Lanzó el vestido al piso y la acostó nuevamente, vistiendo sólo una a camisa fina de algodón sobre su piel lívida.
La puerta se abrió de repente e, instintivamente, Angus desenvainó su espada.
- Me asustaste!
- Disculpa. - Ian apoyó un balde al lado de la cama y le arrojó unos trapos. - El caldo estará listo en algunos minutos; qué más puedo hacer?
- Quédate de guardia allá afuera.
Los paganos debían ser tan bienvenidos en esa aldea como la peor de las pestes pensó . Y la mujer que Birdi había ayudado llevaba una cruz en el pecho .
- Ella habló ? Contó lo que sucedió? Angus negó con la cabeza.
- Debo cuidar de ella, ahora. No dejes que nadie suba . - Amgus estudió a Birdi una vez más . - Cuando la fiebre baje, vamos a irnos de aquí. Avisa que tengan aprontados los caballos.
Ian se rió.
- Estás bromeando. Viste como llueve allá afuera?
Con suerte, la lluvia no iba a parar tan pronto. Era el único modo de que la noticia no se esparciese por la aldea, como Angus temía.
- Vamos a irnos con lluvia o sin lluvia.
Insultando entre dientes , Ian salió del cuarto. Angus tomó uno de los paños y lo retorció.
- Vos y tus secretos, Birdalane...
Armó compresas con agua fría, y se las colocó por todo el cuerpo . Al limpiar sus pies delicados llenos de barro, se preguntó qué había sucedido con los finos zapatos plateados que ella había estado usando. Luego se concentró en su rostro abatido, , cubriéndole la frente con uno de los trapos.
Una hora después , Birdi todavía ardía . Desesperado, Angus resolvió mojarle todo el cuerpo , sin más pudores. La levantó en sus brazos nuevamente y le sacó la camisa.
Su corazón se sobresaltó al ver las marcas en la espalda de Birdi. Cicatrices - mas feas que las muchas que había visto en guerreros - cruzaban su piel blanca. La acostó una vez más , tragando el nudo que se formó en la garganta. Santo Dios... tenía más marcas en la parte delantera. Líneas finas en los hombros, en el antebrazo izquierdo, en el muslo derecha. Buscó la herida que él mismo le había causado en la cintura . estaba cicatrizando bien. Ahora no era mas que una línea roja y casi era pequeña relación a las otras cicatrices.
Angus cerró los ojos por un segundo. Jamás se perdonaría por haberla lastimado.
Humedeció otro paño, rezando con mas fervor. Más tarde iba a averiguar qué había pasado en la vida de esa muchacha.
Ian se sentó en los últimos escalones de la escalera, con la espada sobre su regazo. Cerca de quince hombres, ocupantes de la posada, lo observaban de vez en cuando , mientras él afilaba la hoja con una piedra . Nadie le dirigía la palabra, pero tenía la certeza de que hablaban de él y de los extraños en el piso superior . La mayor parte eran mercaderes o herreros que habían venido a la feria de Caimdow. Partirían tan pronto la lluvia cesase.
Angus estaba loco si creía que podrían cabalgar con esa lluvia y llevando una mujer enferma. Esa situación , después de todo , tenía su lado positivo. había quedado muy claro que MacDougall estaba enamorado. Eso hacía más fácil su tarea de hacerlo sentir celos y ayudarlo a darse cuenta que ya tenía delante suyo a la esposa que tan desesperadamente buscaba.
Y Birdi? Ella amaba a Angus, pero había algo raro en ella. Por un lado, él todavía no creía que fuese tan ciega. Había convivido con Birdi en los dos últimos días y ninguna vez la había visto pedir ayuda, golpearse con algo o perderse. Hasta esa tarde.
Ian se preguntaba cómo ella había logrado sobrevivir.
La puerta de entrada se abrió en ese instante y una mujer gorda, totalmente empapada, cruzó la sala de entrada. Pareciendo muy nerviosa, se dirigió bamboleándose hacia un grupo de hombres que estaban en un rincón. Al verla decir algo, agitando sus brazos, y las expresiones alarmadas en las caras de los hombres, Ian frunció el ceño . Un minuto después , ellos corrían hacia la salida.
Ian sacudió la cabeza y continuó pensativamente afilando su espada.
Al oír un griterío, Angus desenvainó su espada. Preparándose para lo peor, como encontrarse con los Gunn cara a cara o con la gente de la aldea enfurecida, corrió hacia la ventana. Para su inmenso alivio, las personas no corrían hacia la posada, sino que se alejaban de ella, llevando hoces y tridentes.
Se dio vuelta hacia Birdi. A pesar de estar febril , ella ahora murmuraba y se agitaba de vez en cuando . Al menos estaba saliendo del letargo.
Angus caminó hacia la puerta y buscó a lan escaleras abajo.
- Cuál es el motivo de tanto ruido?
- Parece que un Lobo se metió en un gallinero.
- Qué suertudo! . Necesito más agua.
lan subió las escaleras .
- Cómo está ella ?
- Todavía tiene fiebre, pero parece mejorar.
lan tomó el balde.
- Vas a querer el caldo ahora?
- Si .
Angus miró a Birdi enroscada sobre el colchón, tiritando de frío.
- Madre de Dios... - La tomó en sus brazos y buscó su capa . Decididamente, él no serviría para cuidar enfermos. Tal vez alguien conociese un curandero en la villa. Podría pedirle a lan que se ocupase de eso, aunque eso implicaría un grave riesgo . Tenían que irse de allí antes que un grupo llegase dispuesto a quemar a Birdi en una hoguera.
La idea lo hizo estremecer. Oyó pasos en la escalera y volvió a sujetar la espada.
- Soy yo ! - le avisó lan, desde afuera. Entró y dejó en el piso . Un segundo después , sus ojos se agrandaron al ver la espalda de Birdi. - Santo Dios, quién le hizo eso ?
- No tengo idea, pero voy a matar al desgraciado tan pronto como lo descubra. - Angus colocó la capa sobre el cuerpo semi desnudo de Birdi, de modo de ocultarla de su amigo. - El caldo está listo?
- La mujer del posadero va a a traerlo con un poco de pan y queso,
- Necesito que busques un curandero, lan. Hazlo discretamente . Ya no sé que más hacer por ella.
- No! - murmuró Birdi. - No es necesario ... - ella dijo con voz ronca. - Quiero beber algo .
Angus fue invadido por un enorme alivio.
- Voy a buscar algo - se ofreció lan, girando y casi chocándose con la mujer que aguardaba en el umbral . Ian tomó la bandeja de las manos de ella. - Gracias , señora - Le agradeció y cerró la puerta.
- Toma. - Colocó la bandeja sobre la cama y estudió Birdi por un instante.
- Todavía quieres un curandero?
- Claro que si .
Birdi golpeó el dorso de su mano en el pecho de él.
- No! Por favor, Angus, estoy lúcida.
- Como quieras. Pero debes tomar un poco de esto. - Llevó el tazón de caldo a los labios de ella.
Viendo que Birdi estaba dispuesta a colaborar, lan suspiró.
- Voy a dejarlos solos . Llamen si me precisan.
Apenas la puerta se cerró, Angus la apretó contra su pecho.
- No me gusta nada todo esto, muchacha. Del modo que me estás haciendo sufrir, estaré con todos los cabellos blancos antes que cumpla treinta años!
- Cuántas primaveras tienes ?
- Veintinueve.
Birdi ensayó una sonrisa, y él le besó los cabellos. Ella todavía estaba caliente.
- Debo preparar más compresas frías para vos.
Se levantó y la hizo acostarse de nuevo. Cuando Birdi llevó sus manos al frente de su cuerpo , intentando esconderse, Angus sonrió .
- No es nada que yo no haya visto antes .
- No deberías hacerle bromas a una mujer enferma - ella protestó con la voz debilitada.
En respuesta , él volvió a cubrirla con la capa.
- Debes curarte esta fiebre - él explicó, sumergiendo uno de los paños en el balde.
La mirada de Birdi, tan fría como el agua, no abandonó el rostro de Angus mientras él le mojaba la frente , el cuello y los brazos. Sintiéndola más fresca en esas partes, bajó un poco a capa y se encontró con los pechos blancos, cuyas aureolas rosadas eran una invitación a la lujuria.
- Qué pasa? - ella preguntó.
No tenía cómo explicarse. Tomando gran cuidado en no tocarle los pechos, Angus volvió a subir a capa y aclaró la garganta.
- Acuéstate de costado. Debo mojarte la espalda .
Birdi obedeció y , al sentir el agua en la piel, se estremeció.
- Disculpa, pero necesito hacer esto o tu cerebro va a acabar derritiéndose con tanta fiebre.
- Eres muy delicado.
Angus sonrió y humedeció las marcas en la piel blanca.
- Birdi... Cuándo te pasó esto ?
- Qué cosa ?
- Estas cicatrices en tu espalda . Ella se cubrió con la capa hasta el cuello.
Aunque comprendiese su pudor , Angus quería saber quién había sido el responsable de eso. Y en la primera oportunidad, lo mataría.
- Sé que es difícil para vos, mas debes contarme . No se le hace esto a una mujer. Ese hombre merece un castigo.
Birdi frunció la frente .
- No fue un hombre.
Angus cerró la madre . Fue la madre de ella? Sintió que la sangre se le congelaba en las venas, aunque no debería estar tan sorprendido. La mujer le había dado a su hija un nombre horrible, nunca la había besado , y ahora... eso. Qué clase de monstruo era esa madre ?
Notando que Birdi todavía lo miraba confundida, le tocó la frente . Parecía más fresca. La levantó por los hombros una vez más y le ofreció o caldo.
- Bebe.
Ella frunció la nariz.
- No me gusta.
- Y quién dijo que te tiene que gustar? Tómalo.
Cuando el tazón estuvo vacío, Angus volvió a acomodarla sobre el colchón duro. Si Birdi estuviese en Blackstone, estaría acostada sobre una sabana limpia , cubierta por una manta de lana y con la cabeza apoyada en una almohada. Maldición !
Empapado y temblando de frío, Robbie Macarthur apareció detrás de la mesa de trabajo del herrero. Sonrió , por primera vez en días, al ver la enorme cabeza blanca del caballo por encima de la puerta del establo. El garañón de MacDougall. Finalmente habían alcanzado al bastardo y a la hechicera!
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