CAPITULO 15
AL salir de la última cabaña que pudo encontrar, Fegan Macarthur recorrió con sus ojos la villa de Crianlarich buscando a su hermano . Viendo que Robbie dejaba la cabaña del otro lado, caminó yendo al encuentro de él.
- Y ?
- Nada. Ni señal de MacDougall, ni de su caballo, ni de la hechicera.
Fegan bufó, insultando entre dientes.
- Yo estaba seguro. Deberíamos haber ido hacia el oeste. Y ahora? Es mejor que retornemos.
Habían perdido un tiempo precioso obedeciendo las órdenes de su lord y yendo hacia el norte. Ahora tanto ellos como los caballos estaban exhaustos, mientras Macarthur continuaba en su casa, listo para cortarle la cabeza a alguien.
Su hermano pasó sus dedos por sus cabellos despeinados, mirando la luna.
- Comemos y seguimos hacia el sur. No tenemos tiempo para dormir, pero ellos deben creer que lo tienen. Si la suerte nos ayuda, los alcanzaremos mañana, antes del atardecer.
Fegan asintió con la cabeza, conforme con el plan . Cuanto antes acabasen con ese asunto, más pronto volverían a casa llevando a la hechicera. Mary estaba pronta a dar a luz y no quería que su esposa pariese sin la presencia de la hechicera.
Birdi despertó con el sonido reconfortante de la respiración de Angus y con el peso y el calor de su brazo sobre su cintura. Durante el sueño, se había dado vuelta y había puesto una pierna sobre la de él. Ahora apoyaba su cabeza en su hombro , su mano derecha posaba sobre el vello fino y oscuros que cubría su pecho. Una semana antes, se habría llevado un susto al verse en esa posición con un hombre semi desnudo. Ahora, todo lo que hacía era mirar, admirada, su tórax musculoso subiendo y descendiendo plácidamente.
Gran Diosa, él era maravilloso... Pero , tal como el pequeño Angus, no era de ella. A menos que Ian, el Ladrón de Corazones , hubiese hecho algún tipo de magia durante la noche, cosa de que Birdi dudaba.
La noche anterior, cuando los tres comían a la luz de la vela, había observado a Angus con mucha atención . Él había parecido nervioso, aunque menos retraído. Incluso la había tocado, había puesto la manta sobre los hombros , pero no era lo mismo que las caricias o los besos del día anterior . Angus debía haber actuado así sólo para parecer mas rudo y macho delante de su amigo. Y, a pesar de haber cuchicheado mientras ella intentaba dormir, lo había oído preguntarle a Ian sobre el pozo sagrado.
El quería romper la unión de ellos , Birdi pensó contrariada.
Un golpe en la puerta hizo que Angus se sentase de un salto, su brazo izquierdo buscando la espada. Sólo entonces se dio cuenta de donde estaba, y que no había muchos riesgos, y parpadeó confundido, al mirar a Birdi. Cuando su mirada se posó en sus pechos desnudos, soltó una especie de gemido y se puso de pie , no sin antes de cubrirla hasta el cuello con la manta.
- Buen día - él gruñó .
- Buen día - ella respondió, segura que el día no sería tan bueno Angus había vuelto a erigir esa extraña barrera entre ellos.
Los golpes se hicieron mas fuertes e lan se dio vuelta hacia el otro lado.
- Vayase a la mierda, piérdete en el infierno !
Birdi agrandó los ojos y se incorporó sobre un codo.
- Dónde queda el infierno? - Ella había oído a los niños de los Macarthur hablar del infierno , por lo tanto debía quedar cerca del valle.
Angus demoró en entender su pregunta.
- No sabes lo que es el infierno?
- No.
El sacudió la cabeza y terminó de ponerse la túnica.
- Es a donde van los pecadores.
Pecadores. Otro clan del cual ella jamás había oído a hablar.
- Es muy lejos ese infierno?
Angus suspiró y caminó hacia puerta con pasos largos.
- No te preocupes, Birdi. Vos no vas a ir al infierno .
Ah! Si él no le quería decir qué era el infierno , ella le preguntaría a lan. Con certeza él sabía donde quedaba. Después de todo no era un hombre muy viajado?
La puerta se abrió y rayos de sol inundaron la cabaña, obligandola a semi cerrar los ojos .
- Buen día - oyó decir a Kelsea. - Les traje algo para el desayuno . - Entró en la cabaña, deteniéndose a continuación. Quien es ese?
- Un amigo ... inofensivo.
- Ah.
Sin intimidarse , la muchacha fue hacia la mesa, donde inmediatamente depositó una fuente., Birdi sintió el aroma a pan fresco. Kelsea Fraise era, sin la menor duda, la mujer más generosa del mundo. No sólo había cedido su propia casa para que pasasen la noche, sino que también compartía con ellos su comida. Aunque le doliese admitirlo , Angus tenía razón. El bebé estaba en excelentes manos. Ella misma, una hechicera, jamás podría darle tanto.
Admitir eso hizo que el pecho de Birdi se oprimiese y el apetito la abandonó por completo.
- Birdi? - Kelsea se aproximó a la cama. - Cómo te sientes?
- Muy bien , gracias. - Respiró profundamente , reuniendo fuerzas. - Y el pequeño? Cómo está?
Kelsea le dio una sonrisa tan brillante cuanto el sol a su espalda .
- Está perfectamente bien . Hoy a la mañana mamó hasta vaciarme y después se quedó dormido. Ya decidiste qué vas a tomar del arcón?
- Qué?
- Hombres... - La muchacha hizo una mueca y fue hacia el baúl al pie de la cama. Sacó metros y metros de tela, la sacudió y la extendió sobre la cama.
- Madre de Dios ! - exclamó Birdi. Las sedas y los brocados sobre su regazo eran maravillosos. Al oír un silbido, ella levantó la cabeza y se encontró con Angus espiando por sobre el hombro de Kelsea.
- Yo era una Lindsey antes de casarme con Collin. - La muchacha acarició la seda verde clara y soltó un suspiro. - No uso esto desde que dejé la corte, hace diez años. No quería que nadie me considerase una presumida .
Angus tocó el bordado de uno de los vestidos, impresionado.
-Adoptaste el apellido de tu marido , a pesar que los Lindsey tenían mas contactos con el rey.
Kelsea se encogió de hombros.
- Collin tenía su vanidad. Se enorgullecía de ser un Fraiser y me hacía sentir ese orgullo también.
Sin entender de que conversaban, Birdi acarició las ricos telas, maravillada.
- No puedo...
- Debes - la interrumpió Kelsea. - Ahora eres lady MacDougall, esposa de un caballero. Debes vestirte a la altura de ese titulo . Además, los vestidos se van a terminar estropear si continúan guardados en este baúl. Los hilos de plata necesitan del calor y del contacto de la piel para que sigan siendo maleables. - Kelsea Colocó uno de los vestidos contra el pecho de Birdi, después otro, ella frunció la frente y , en seguida, fue hacia el arcón de nuevo. Esa vez sacó un vestido azul turquesa. Lo Colocó sobre el pecho de Birdi. - Es este. Hace juego con tus ojos
Birdi apenas podía respirar. No sólo tenía delante de sí las ropas más bellas que jamas hubiese visto , sino que también había recibido un elogio que jamás imaginado posible. Con los ojos húmedos y un nudo en la garganta, tocó las hileras de pequeñas perlas que adornaban el escote .
Kelsea había dejado de lado los vestidos lujosos y la vanidad femenina cuando se había enamorado y había comenzado a desear tener hijos. Ahora todo esos lujos llegaban a Birdi porque se desprendía de una criatura y del hombre que amaba. La vida era una gran rueda que giraba y giraba.
Respirando profundamente , Birdi dijo.
- No puedo aceptar, yo...
- Puedes y vas a aceptar esto , o te encerraré en este lugar y no te dejaré salir hasta que cambies de idea!
Angus tomó la mano de Kelsea y la llevó a sus labios.
- Te estoy muy agradecido, mi lady - murmuró con voz grave. - Si precisases protección ...
Kelsea sonrió y le dio una palmadita en la mano de .
- Si la cuidas bien a ella, ya me sentiré bien retribuida.
- Por detrás de ellos, apareció la figura enorme de Ian .
- Mi lady... - él se aclaró la garganta. - Ian MacKay a su entera disposición. - El se inclinó y tomó la mano de Kelsea. - Eres muy generosa. - Se dio vuelta hacia Birdi; - Concuerdo con lady Fraiser. Ese azul celeste te quedará perfecto.
- Ya que todos concordamos - Kelsea se rió -, Deben sentarse y comer, caballeros. Nosotras, las mujeres, tenemos mucho trabajo que hacer.
- Podrías dejar de caminar de un lado al otro y sentarte? Me estás dando dolor de cabeza.
Angus lanzó una mirada irritada a su amigo y continuó caminando impacientemente frente a la cabaña de los Fraiser. - Por qué están tardando tanto?
El sol ya estaba alto en el cielo. Además, se acordaba muy bien de lo que había sucedido la última vez que Birdi y Kelsea habían estado a solas.
- Ella está bien - le aseguró Ian. - Sabes como son las mujeres. Les lleva horas arreglarse.
Angus arrugó la nariz. Birdi no se arreglaba. Se despertaba, comía, se lavaba y estaba lista para partir. Era, en verdad, una de sus mas apreciables cualidades. No le importaba su propia apariencia, como a la mayoría de las mujeres. En eso y en su coraje, era como un hombre.
Lanzando una mirada a Ian, reformuló la idea. Birdi no era como la mayoría de los hombres. No lograba entender cómo su amigo parecía tan sobrio y elegante después de haber tomado tanta cerveza y haber dormido tan poco tiempo sobre un piso duro .
La puerta se abrió de repente y Angus quedó clavado en su lugar. Delante de sus ojos, no veía a la huérfana abandonada Birdalane Shame, sino a una princesa de cuentos de hadas, brillando con el sol del mediodía . Con la cara sonrojada , los labios con un toque de pintura carmesí, luciendo el vestido turquesa y su cabello castaño a cada lado de la cabeza por un par de peinetas de plata, Birdi estaba, sencillamente ,deslumbrante.
- Santa madre de Dios...
Estaba perdido. Primero, por el deseo que sintió recorrer todo su cuerpo. Segundo, porque - por decreto real - ninguna plebeya debía usar ese tipo de ropa. Iba a ser ahorcado.
Si la horca fuese el precio, lo pagaría gustos. Porque jamás le diría a la bella Birdi que se quitase ese vestido .Salvo para ir a la cama con él.
La voz de Ian interrumpió sus pensamientos:
- Me has cortado el aliento, mi lady. Y moriría feliz en este mismo instante delante de tu ofuscante belleza.
Angus le dio un codazo a su amigo.
- Mejor vete a morir a otro lugar.
Angus tomó la mano de Birdi y la llevó a sus labios.
- Es como la luna ofuscando al sol - él murmuró.
Las palabras, que nunca había dicho antes, estaban en uno de esos tontos libros de poemas que le había dado lady Beth. Palabras escritas para otra mujer, pero que ahora decía de corazón a su esposa accidental. Al se dar cuenta de eso, Angus sintió miedo. Si continuase buscando el pozo sagrado, podría llegar a desprenderse de algo que jamás había imaginado poseer .
Intentó librarse de ese pensamiento y se aclaró la garganta.
- Debemos partir. - se inclinó ante Kelsea. - Tienes mi eterna gratitud , lady Fraiser.
En respuesta , ella le tocó la cara .
- Dios los protejas. - Se dio vuelta hacia Birdi; - Gracias por salvarme. Prometo amar a ese niño por el resto de mi vida. Y, cuando él crezca, yo le contaré sobre ustedes, para que comprenda cuan afortunado ha sido .
Con los ojos llenos de lágrimas, Birdi abrazó a su nueva amiga en silencio. Después caminó hacia Rampante, con la espalda recta y el semblante lívido.
Angus la siguió , preocupado.
- Estás bien?
- El nombre del bebé será Collin - ella le contó con una voz temblorosa, apoyándose en su pecho mientras él la subía al caballo. Angus la acomodó sobre la montura, repentinamente deprimido. Sabía que, con el tiempo, Birdi lo perdonaría por haberla alejado de su casa. Pero jamás lo perdonaría por haberla obligado a desprenderse del pequeño Angus.
Se dio vuelta para saludar a Ian y vio que su amigo ya se encontraba sobre su propio caballo .
- Te deseo suerte en tu viaje a Dunberg - Angus dijo.
Una sonrisa iluminó las facciones perfectas de Ian, antes que él desviase la mirada hacia Birdi.
- No es necesario, querido Angus . Decidí hacerles compañía.
- MacDougall y la hechicera deben haber pasado por aquí. - Robbie Macarthur sujetó un pedazo de madera quemado, cerca del corral en ruinas. Angus, el Terrible habría participado de la matanza en Ardluí? .
- - Y entonces?
Fegan suspiró.
- Las cabañas quedaban muy lejos una de la otra para el incendio haya sido accidental. -
Habían encontrado un verdadero cementerio, con cerca de treinta cuerpos, y huellas recientes de lobos entre las ruinas de las casas. - No creo que MacDougall haya hecho esto solo. Tal vez los Fraiser estén en guerra.
- Cuánto tiempo tenemos hasta la próxima villa?
Fegan estudió las nubes cargadas en el horizonte.
- Si el clima nos ayuda , estaremos en Inverglass a la hora de la cena. La idea le hizo agua la boca a Robbie . Hacia días que no tenían una comida decente.
En Tarbot, nadie conocía un pozo sagrado. Angus, Birdi siguieron galopando , rumbo al oeste.
En el otro extremo del bosque, en un pequeño conjunto de casas, se cruzaron con un pastor y su mujer. Ninguno de los dos pudo darles información .
Siguieron viaje. EN los alrededores de Cairndow, Ian suspiró.
- No vamos llegar a Inveraray antes del anochecer.
- Lo sé - concordó Angus. En verdad , hacia mucho que estaba preocupado por el ritmo al que viajaban . Faltaban menos de quince días antes que se viese obligado a retornar a Blackstone. Menos tiempo todavía si quería alertar a Duncan sobre los riesgos que corrían. Si estuviese solo, se habría arriesgado a cabalgar durante la noche; pero ahora tenía que tener en cuenta la seguridad de Birdi y sus costosos vestidos.
Al entrar en Cairndow, alertas a cualquier problema que pudiese presentarse , Angus chasqueó la lengua.
- Si no hay ninguna posada, tal vez alguna familia le de refugio a Birdi. Nosotros dos podemos acomodarnos en un establo.
Ian posó la mano en el hombro de su amigo.
- Si quieres, yo puedo cuidar de ella durante la noche... Te saldría más barato. - Ian Sonrió , exhibiendo sus hoyuelos.
Angus se rió por primera vez en días.
-Vamos muévete , ladrón de virginidades .
Ajena al diálogo, Birdi olió el aire.
- Va a llover pronto - ella murmuró, sentada incómodamente con las piernas a un lado de la montura, debido al volumen de su nuevo vestido.
Atraído por un ruido metálico, Angus hizo que el caballo virase hacia la izquierda y encontró un gran establo.
- Buenas noches, herrero.
El hombre se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano. Luego examinó a Rampante.
- En qué puedo ayudarlo, sir?
- Tiene lugar para dos caballos? El hombre estiró el cuello.
- Sólo veo un compartimento libre .
- También tengo un compañero en busca de refugio.
- La aldea está abarrotada de gente por la feria. - El herrero miró a Birdi. - El caballo puede pastar allá atrás. - él señaló un lugar , por encima de su hombro, mostrándoles un corral con tres ponies llenos de barro.
Angus apretó los labios. El establo estaba casi vacío. Era obvio que o hombre quería abusarse de la situación. Pero no tenía otra alternativa, si pretendían pasar la noche bajo techo.
- Una moneda de oro por tres compartimentos con heno fresco.
El hombre extendió a mano.
- Trato hecho.
Angus buscó la moneda y la depositó en la mano callosa del herrero. Al menos los caballos estarían secos y seguros, y él e Ian tendrían donde descansar.
Algo estalló en algún lugar cercano , y Birdi se sobresaltó , casi cayéndose de la montura. Angus la sostuvo.
- Qué fue eso ? - agrandó os ojos, asustada.
- Calma. Debe ser algún juego. Hoy es día de feria.
- Juego? Qué es eso ?
- Alguna actividad donde niños o adultos compiten unos contra otros para ganarse algún premio como monedas, dulces o un ganso. - Angus desmontó y la sujetó por la cintura. - Quieres ir a ver?
- Si , quiero decir, tal vez . - Birdi se mordió el labio . - No sé. Él sonrió y la guió por el codo.
- Te va a gustar. Vamos... tenemos que encontrar a Ian. Birdi se agarró del brazo de él cuando un ruido de gente y animales llenó el ambiente. No tenía idea de cuantos eran, pero sabía que jamás había estado en medio de tantas personas en toda a su vida. Mientras Angus la conducía por luna calle de tierra, gallinas ,cabras, pollos y cerdos corrían de un lado al otro.
Un griterío se hizo oír más adelante, y Angus estiró el cuello para mirar por encima de la multitud .
- Vamos, vas la cinchada.
- Qué es eso ?
- Los hombres ponen sus caballos o bueyes lado a lado, arrastrando pesos. El más fuerte vence. Siempre hacen apuestas. Ven . seguramente, Ian está por ahí. No se perdería una oportunidad como esa para ganar dinero.
Birdi se encogió de hombros, fingiendo indiferencia, aunque por dentro, hervía de ansiedad.
En el otro lado de la aldea, al borde de un campo abierto, encontraron a Ian.
- A cuál de ellos le apostaste ? - preguntó Angus.
- Al bayo de patas blancas.
Birdi no lograba ver nada, a no ser dos manchas marrones moviéndose en el centro de la enorme predio verde.
- Encontraste una posada? - gritó Angus, en medio del ruido de la multitud .
- Si, pero el precio es medio un robo . Tu lady va a dormir en una cama decente.
Birdi frunció la frente al sentir algo rozando su tobillo. Se agachó lentamente y vio una bola de pelos grises, que la miraba con un par de inmensos ojos verdes. Ella sonrió , extasiada.
- Qué lindo!
Siempre había querido tener un gato. Soñaba con eso desde que había podido acariciar a uno, en la villa de los Macarthur. Con manos temblorosas, intentó tocarlo, pero el animalito se escabulló . Frustrada, lo siguió , sin prestar atención al camino. El gato maulló, y ella giró hacia la izquierda. Continuó , contando los pasos que daba en cada dirección , de modo que pudiese encontrar el camino de vuelta a Angus.
Al aproximarse a una calle estrecha y sombría, sintió las palmas de sus manos hormiguear y, una vez más , una enorme angustia la invadió .
No! De nuevo, no..., Birdi pensó agónicamente . Desde que había dejado el valle, había sido invocada por el don tres veces. Si eso continuase, en poco tiempo quedaría piel y hueso.
Se rascó las palmas y agudizó sus oídos, intentando oír la gato. Nada. Pero el don se manifestaba otra vez. Y ahora más fuerte. Decepcionada por perder al gatito , respiró profundamente e intentó concentrarse. No tendría paz, a menos que resolviese eso de una vez. Quería tanto disfrutar de esa feria, y quien sabe, volver a encontrar al gatito. Con suerte, la invocación del don sería fácil de atender, como cuando había hecho la muñeca para la niña de la villa.
Entró en la calle estrecha. Al final de ella, oyó algo extraño y se inclinó , intentando identificar lo que le pareció un montículo de tierra . Mientras se aproximaba, el montículo se movió , y Birdi retrocedió, asustada. Era una mujer vestida con harapos, sujetando en sus brazos a un bebé desmayado.
- Ayúdame !
Birdi se agachó lentamente, viendo mejor el rostro delgado y los ojos hundidos. Ella le tocó el hombro.
- Dónde está su marido?
La mujer miró el cuerpo inerte de su hijo.
- Murió hace tres meses.
Birdi jamás había ayudado a extraños que contaban el tiempo en meses o años. Ellos eran cristianos , seguidores de sacerdotes, que se visten de negro. Sabía que los sacerdotes eran adversos a las hechiceras y que harían cualquier cosa por destruirlas. Birdi extendió la mano y tocó la cruz de madera que colgaba de una tira de cuero, alrededor del cuello de la mendiga. Era el símbolo de los sacerdotes. Igual a la cruz que Lady Macarthur usaba.
Birdi respiró profundamente . No tenía el coraje para darle la espalda a nadie . Decididamente, se quitó los zapatos y plantó sus pies desnudos en la Gran Madre Tierra. Temiendo lo que vendría después , sintió que su corazón se aceleraba dentro del pecho .
Debes confiar. Como nunca confiaste antes. Y después mantener nuestro secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario