miércoles, 14 de enero de 2009

LA APUESTA - SANDY BLAIR - CAPITULO 4

CAPITULO 4

Ian Macarthur lanzó una mirada fulminante a Robbie, su herrero.
- Qué diablos quieres decir con "él huyó con ella"? Y quién es él ? - No podía creer que alguien había tenido la audacia de capturar a la curandera del poblado.
- No sé el nombre, mi lord. Sólo sé que es un guerrero.
- Descríbelo!
- Alto, musculoso, cabellos castaños, ojos azules. Macarthur se detuvo delante de la chimenea apagada del castillo de Dunbar.
- Qué estandarte porta, pedazo de idiota? Que colores usaba? Qué tipo de caballo montaba? Robbie empalideció.
- Adornos color rojo. Escudo cuadrado y usaba guantes. Montaba un garañón blanco.
La sangre pareció drenarse del rostro de Ian Macarthur.
- Tenía una cicatriz debajo un ojo? Robbie asintió con la cabeza.
- Sabe quien es , mi lord ?
- Fui yo quien le hizo esa cicatriz - Macarthur respondió
entre dientes, sintiendo un extraño calor en la mano derecha que le había dejado su enfrentamiento con Angus, el Terrible . Solamente un MacDougall se atrevería a atravesar el territorio de los Macarthur solo y llevándose consigo a la misteriosa curandera. Ese bastardo ahora iba a recibir lo que se merecía.
- Ensilla los caballos! - Macarthur gruñó , desenvainando la espada con la única mano que le quedaba.

Birdi estiró su cuerpo, preguntándose por qué el agradable balanceo había cesado . Había sido tan bueno estar acurrucada , caliente, escuchando esas latidos acompasados...
Abrió los ojos. Estaba echada en el suelo, y un hombre, el mas grande
que jamas hubiese visto , se inclinaba sobre ella.
Birdi gritó, y él le cubrió la boca con la mano.
- Shhh, muchacha. No voy le hacerte mal! - susurró con voz profunda.. - Soy Angus MacDougall. Te encontré en un valle, en las tierras de los Macarthur.
Por todos los dioses ! El no hablaba su lengua ni la de los habitantes de las villas; sino la lengua de ellos... sino la de los highlanders, los salvajes que atacaban y saqueaban, los hombres que su madre tanto había temido.
Birdi lo sujetó por los brazos e intentó patearlo, rodar para alejarse, pero
un dolor lacerante en la cintura a inmovilizó. Qué había sucedido?
Miró hacia abajo y vio sus faldas levantadas, su abdomen bajado, las piernas a la vista. Aterrorizada, intentó cubrir la ingle, esa parte que su madre decía que siempre sería la más vulnerable.
El la hizo apoyar los hombros contra el suelo.
- La hemorragia paró, muchacha. No hagas ninguna tontería. Birdi parpadeó , aturdida y confusa . El hombre tenía hombros dos veces mas anchos que los de ella y brazos tan largos como el tronco de un olmo. No lograba discernir sus facciones con el sol dándole de espaldas ; sólo el contorno de los cabellos largos con mechas color ámbar .
Ella continuó inmóvil , sintiendo el sudor frío en la frente y el corazón acelerado. No lograba siquiera imaginar dónde estaba o quién era él.
Birdi respiró profundamente , reuniendo coraje.
- Dónde estoy?
- Ah! Hablas escocés ... Eso te lo diré después , muchacha. Sólo necesito saber quién eres y de dónde vienes. Tenemos que encontrar a tu clan, para que puedan cuidar de vos como se debe.
Y qué diablos era un clan ? Birdi respiró profundamente y esa vez sintió el olor inconfundible de avena. Estaba en campo abierto! Oh, Gran Diosa, no podía ser! Ese hombre haría con ella lo que habían hecho con su madre? Yo no quiero un hijo! Por favor, Gran Madre! No!
Aterrorizada, Birdi levantó una de las piernas, intentando alcanzarlo, pero él la sujetó con una sólo mano, la empujó por los tobillos y le agarró las muñecas , sujetándolas encima de su cabeza. Usando las rodillas, le inmovilizó las caderas.
- A dónde piensas que vas en este estado ? - él murmuró, su rostro
peligrosamente cerca del de ella.
Birdi volvió a gritar, y esa vez él la silenció con la boca. Ella agrandó sus ojos, azorada. Qué tipo de abusador era ese? Ningún animal haría eso ... Él iba a morderle cuello, ella pensó , preparándose para sentir una mordida feroz . NO podía ser!
Pero vez de eso, sintió una presión sobre sus labios. Sintió que él le tocaba el labio con la punta del a lengua. Una vez. Dos veces. Sólo una lamida, pero que hizo que un escalofrío extraño bajase por su columna vertebral . Estaba saboreando el gusto de la piel de ella? Como quien prueba un pedazo de carne?
Oh, Grande madre, ten piedad !
Para su inmenso alivio, el hombre levantó la cabeza lentamente, sus cabellos largos le rozaron la cara . Tenía cabellos tan suaves como los de ella, tal vez hasta mas sedosos. Aún así , Birdi contuvo la respiración .
- Tan dulce como me temía...
El le temía?
De repente, Angus le soltó las manos y se sentó en cuclillas , todavía manteniéndola sujeta por las caderas.
- Demasiado dulce como para andar por ahí sola , muchacha. No te voy a hacer mal... a pesar de que yo mismo ya te he herido. Te pido disculpas por eso. Sólo quería salvarte del lobo.
El Lobo! Se había olvidado do pobre animal!
- El está muerto? - ella preguntó, temiendo la respuesta .
- No. Mi puñal erró el blanco. Te di a vos . Todavía no entiendo como pude errar...
El alivio por saber que el animal continuaba vivo pronto fue reemplazado por miedo. Ese hombre podía matar sin pensarlo dos veces.
Angus cerró la boca al ver las lágrimas inundaron los ojos increíblemente azules. Necesitaba un trago de algo fuerte. Un poco de whisky haría milagros.
Se arriesgó a tocarle el rostro, y ella empalideció. Estaba aterrorizada! Angus Tenía ganas de reírse, pero eso sólo la asustaría todavía mas .
- No tengas miedo de mí, muchacha. Vamos, serénate . - Angus salió de encima de ella, sujetándola sólo por el brazo. - Estás mejor así?
Birdi tragó en seco e inspiró aire repetidas veces. Angus le examinó la cintura. No había sangre fresca. Ahora, lo más importante era descubrir quién era ella y a quién pertenecía.
- Cómo te llamas?
Ella lo miró como si él fuese una fiera pronto alanzar un zarpazo. Ella olió
el aire, sus ojos claros miraron hacia los costados, como si buscasen ayuda. O una manera de escapar.
Angus reprimió una sonrisa. Una tentativa inútil. No lo llamaban de Angus, el Terrible , por nada.
- Birdalane Shame - murmuró ella finalmente.
Birdalane? No. El debía haber escuchado mal. Ninguna madre en su sano juicio llamaría a una hija con un nombre tan ... extraño.
-Cuál es tu nombre de pila , muchacha.? - Necesitaba descubrir el nombre de ella, o del clan al que pertenecía, antes de seguir viaje.
- Birdi? - arriesgó ella, dudando.
- Birdi, muy bien ... - Angus suspiró desanimado. Necesito llevarte de vuelta a la villa.
- No! - estalló Birdi, olvidándose de su propia estrategia. - Por favor, caballero , déjeme ir!
- Qué pasa? Te escapaste de tu casa ?
- No. Vos me alejaste de mi casa.
Angus abrió la boca para protestar, pero desistió. No podía continuar perdiendo tiempo con una mujer como esa: encantadora pero que no era mas que una campesina . Si estuviese más cerca de Blackstone, la dejaría bajo la protección de Duncan.
Miró los labios carnosos una vez más y suspiró, intentando no pensar en lo que se podría estar perdiendo.
- Necesito orinar - murmuró ella.
- Estás segura que puedes caminar sola?
- Si.
Angus se levantó , luego le extendió una mano. Birdi aceptó reticentemente la ofer-ta de ayuda , y Angus sonrió .
- Yo no muerdo.
Sin mucha certeza de que lo que él decía era verdad, Birdi aceptó la ayuda.
- Allí atrás, pasando el heno. Yo me quedo aquí, de guardia.
Ella se tambaleó sujetando la cintura herida con la mano. Angus tragó en seco. Aun lastimada, la muchacha era una imagen sensual para su alma tan cansada. Sus cabellos caían en cascada hasta las caderas le recordaron al momento en que la había visto desnuda en la laguna.
Angus le dio la espalda . Recorrió con la mirada el paisaje de los Macarthur en busca de señales del enemigo, pero su mente insistía en recordar la imagen de ella emergiendo como una ninfa de las aguas, su piel blanca brillando, sus pezones rosados y sus nalgas perfectas. La muchacha tenía el cuerpo más lindo y armónico que él jamas hubiese visto . .. Y había visto muchos en sus veintinueve años de vida.
Angus deseó poder quedarse con ella. Por qué no? No estaba comprometido con ninguna otra.
Por otro lado, había apostado que volvería con una mujer , una lady para el castillo de Donaliegh. Y él era un hombre de palabra.
Suspirando, decidió que lo mejor era proseguir con su plan original.
Miró hacia atrás , en dirección al heno. Ya había pasado un buen tiempo. Temiendo que ella se hubiese desmayado, Angus pasó por debajo de una cerca, y gritó su nombre.
Sin obtener respuesta , miró detrás de la parva de heno. Ella había desaparecido.

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