martes, 13 de enero de 2009

LA APUESTA - SANDY BLAIR - CAPITULO 3

CAPITULO 3


Una mujer, completamente desnuda, y con la piel tan clara como la luna de invierno, se levantó en la orilla opuesta .
Angus trató de inspeccionar el área buscando al marido de esa mujer, o un escolta . Nada. Nadie . Volvió a mirar a la muchacha. Años de catecismo arraigado demandaban que se cubriese los ojos y se alejase. Su propia hidalguía exigía que un caballero al menos debería agitar un arbusto para alertar a linda muchacha de su presencia. Pero Angus no hizo nada de eso . La sangre parecía haberse escapado en su cerebro , de sus piernas y de sus brazos , para concentrarse en su ingle.
Cuando ella pasó sus manos por sus pechos blancos , Angus se deleitó con la imagen . No era dado a las fantasías, pero le hubiera gustado ser agua para tocar esa piel . Lo que daría por recorrer los pechos generosos y ese vientre plano.
Se movió , incomodado con la inevitable presión debajo de su kilt, mientras ella secaba sus largos cabellos. Los rulos castaños dorados descendían hasta la curva suave de sus caderas. Angus sintió sus dedos cerrarse contra la palma de sus manos al imaginarlos hundiéndose en esos cabellos, su cuerpo delgado sobre el de él , los muslos entreabiertos... sería la gloria.
De repente, la ninfa giró a cabeza en dirección a él . No atreviéndose a respirar, tampoco a moverse, Angus imaginó que ella iba a soltar un grito. Pero su mirada pasó por él y nada sucedió . El soltó el aire. Aparentemente, el brillo del sol reflejado en el agua disimulaba su presencia.
Semi cerró los ojos, examinando cada centímetro del cuerpo que abandonaba laguna, subiendo por la orilla. Ella se curvó para tomar algo del pasto , y sus nalgas redondeadas brillaron como dos lunas gemelas. Angus dejó escapar un gemido. La imagen era más perturbadora de lo que cualquier hombre podría soportar.
Reticentemente , desvió la mirada del cuerpo maravilloso y volvió a inspeccionar el terreno . Dónde estaría el imbécil del marido de esa beldad ? Cómo era posible que un caballero errante pudiese dejarla allí y no cuidarla? Pues, ciertamente, una mujer tan bella poseía un marido. Pero ... y se fuese viuda?
El pensamiento le alegró el corazón hasta que recordó donde se encontraba: las tierras de los Macarthur!
Mientras él se debatía con ese dilema, la muchacha tomó una muda de ropa y se empezó a vestir. Angus casi gritó para que se detuviese.
Frunció la frente . No podía estar viendo muy bien . No era un vestido de terciopelo o de brocado, con bordados de plata o de oro, sino un vestido rústico y de estilo campesino . Entonces ella no era de la nobleza .
Las posibilidades de una conquista rápida , o al menos de un coqueteo , se ampliaban. Angus sonrió , al mismo tiempo que sentía el hocico de Rampante golpeándole la espalda . El caballo golpeó un casco impacientemente.
- Quédate quieto, cuatro patas ! - Angus empujó el pecho del animal, quien retrocedió . Con su imponente precia , Rampante asustaba a muchos guerreros. su mera presencia en ese pequeño valle le causaría terror a la muchacha quie , seguramente , se escaparía, arruinando sus posibilidades de conquistarla. Ella estaba del otro lado de la laguna y debía conocer a bosque a su espalda .
Concluyendo que no tenía nada que perder y mucho a ganar, Angus respiró profundamente y avanzó hacia el claro. Para su inmensa sorpresa, la joven sonrió , se dio vuelta rápidamente hacia la derecha y le dijo algo que él no logró oír . Entonces ella apresuró sus pasos del otro lado de la laguna , y las esperanzas de Angus aumentaron. Se iban a encontrar en un punto medio donde los juncos era más densos.
Fue entonces que él notó el movimiento en el pasto alto, a pocos pasos de ella. Angus se paró en seco . Había un hombre acostado allí ? No. Era algo gris que marchaba en dirección a la muchacha.
Santo Dios, un lobo!

Angus sacó su daga. En el segundo siguiente, el puñal volaba certeramente en dirección al blanco.
Para el horror de Angus, fue la joven quien cayó de rodillas.

Con las fosas nasales invadidas por el olor a sangre, Birdi gimió mientras desesperadamente pasaba sus manos por el cuerpo del Lobo. Él había tenido una pelea con otro animal ? Habría caído en una trampa colocada por algún habitante de la villa? Qué lo había herido ? Por qué se había derrumbado en el suelo ? Por qué jadeaba de esa manera?
Fue entonces que encontró el puñal.
Birdie soltó una exclamación ahogada. Cómo había sucedido eso? Aunque no lo había visto muy claramente , estaba segura que el Lobo venía en su dirección meneando su rabo. Y entonces...
Eso no importaba ahora. Él iba a morir si Birdi no hacía algo, y rápido. Agarró el puñal con ambas manos y el animal gimió . Se inclinó
hacia adelante y aproximó sus labios a la oreja del Lobo.
- Cálmate , mi querido. Confía en mí... como ya confiaste una vez.
Luchando contra las ganas de abrazar a su amigo, Birdie se puso en cuclillas , tomando gran cuidado de plantar bien sus pies y sus manos, de modo de estar completamente en contacto con la Gran Madre Tierra. Contuvo la respiración y arrancó el puñal. Lobo aulló , pero después se silenció. La sangre manó en un chorro y Birdi puso las palmas sobre la herida. Consciente de los latidos descompasados del corazón del animal, Birdie se concentró en sus poderes de curación . Un calor familiar se esparció por sus miembros temblorosos, y su corazón finalmente serenó. Birdi respiró profundamente . El Lobo se pondría bien.
Cerró los ojos y murmuró :
- Grande Madre Tierra , yo, Birdi, tomo para mí esta herida...
Jadeando, Angus se dejó caer de rodillas al lado de la joven inconsciente . Su puñal yacía ensangrentado al lado de ella. Sintió su estomago apretarse. Cómo demonios había sucedido eso ? El sabía como lanzar un puñal. Hacia años que hacía eso...
Con manos temblorosas, levantó a la mujer con un brazo, sorprendiéndose con su escaso peso. Con la otra mano recorría el vestido tosco, en busca de la mancha viscosa de sangre, cuando captó un movimiento entre los árboles cercanos.
Soltó un gruñido de ira. Maldito lobo!
El animal lo miró por un segundo, después desapareció en el bosque con el rabo entre las patas.
- Es mejor que corras , miserable... La muchacha gimió en sus brazos.
Olvidándose del lobo, Angus continuó buscando la herida. Levantó el vestido , exponiendo las piernas largas y las caderas redondeadas. Al contrario de lo que haría en otra situación, no prestó atención a detalles, excepto al corte profundo que el puñal había abierto en su cintura delgada. Rezando para que no hubiese alcanzado ningún órgano vital, rasgó el borde del vestido y lo amarró alrededor de la cintura de ella, para detener la hemorragia.
Intentó descubrir alguna casa en medio del bosque, algún lugar donde pudiese cuidar de ella como debía. Todo lo que vio fue un atajo. Recordó , entonces, haber visto una pequeña villa poco antes de detenerse para descansar y soltó un largo silbido.
Rampante relinchó, cruzó el bosque y los alcanzó en pocos segundos.
- Agáchate ! - Angus le dio una palmada en el flanco. El caballo se arrodilló en el mismo instante.
Angus levantó a la joven en sus brazos y ella volvió a gemir.
- Puedes oírme , muchacha?
Pestañas largas y negras se entreabrieron levemente , revelando los ojos más espectaculares que Angus jamás hubiese visto . Eran de un celeste claro, rodeados por un anillo de un tono más oscuro.
Ella lo miró asustada.
- Calma, sólo quiero ayudarte .
- No! - ella ensayó una protesta pero se desmayó.
Maldiciéndose a sí mismo , Angus acomodó a la joven pálida contra su pecho, agarró las riendas de Rampante con una sola mano, pisó el estribo y montó. Bastó con un chasquido de lengua para que el caballo se levantara , listo para marchar en dirección a la villa.

Minutos después , con la muchacha todavía inconsciente en sus brazos, golpeó la puerta más cercana. No tardó mucho en ser atendido.
- Qué quiere? - preguntó un hombre arrugado.
- Una curandera - Angus respondió. - Para la muchacha.
- Vaya allí. - Con un dedo tembloroso, el viejo apuntó a una cabaña mas grande, del otro lado de la calle.
Una criatura lo atendió esa vez . Su sonrisa de bienvenida murió y sus ojos se agrandaron tan pronto como se percató del tamaño gigantesco del visitante. Al ver a la mujer en sus brazos , no tuvo mas dudas:
- Mamaaaaaaá!
Una mujer apareció desde las sombras.
- En qué puedo ayuda... - Ella se detuvo al ver a la muchacha. - Fuera de aquí ! ! Vayase ! - ella gritó, golpeándole la puerta en la cara.
Angus soltó una palabrota. Jamás había conocido gente tan ruda ! Con la paciencia al limite y cada vez más preocupado, se dirigió hacia la cabaña siguiente.
Cuando un hombre lo atendió, Angus habló velozmente :
- Esta mujer necesita ayuda , ella fue... La puerta se cerró con un estruendo.
- Mierda que los parió a todos !
En llamas, Angus pateó la madera con tanta fuerza que la puerta se abrió y golpeando violentamente la pared, derrumbando una silla en el camino. Angus entró sin pedir permiso. Con el mandíbula apretado, encaró a los ocupantes de la casa : un hombre, una mujer delgada y dos niños, todos encogidos en un rincón del único ambiente.
- Van a ayudar a la muchacha o no ?
Los adultos asintieron moviendo la cabeza. Era posible que esa gente no se diese cuenta del estado grave de la joven?
- Necesito de paños limpios ! Paños y cataplasma, antes que pierda la poca paciencia que me queda!
El hombre le hizo señas frenéticamente a su esposa. Ella se santiguó y, con una niña agarrada a sus faldas, se inclinó sobre un baúl y sacó un pequeño jarro y tiras de tela. Después empujó a la criatura hacia su marido y se aproximó a Angus.
- Aquí tiene , caballero . Tome esto con nuestras bendiciones, pero vayase!
- No me van a ayudar ? Es una muchacha tan joven !
Con certeza esa mujer no esperaba que él, un hombre, atendiese a la muchacha. El necesitaba dejarla allí.
- Ella no es una Macarthur y nadie por aquí le va a ofrecer mas ayuda que esa - gruñó el hombre. - Acepte lo que mi mujer le ofrece y vayase.
- Está ciego? No se da cuenta que ella necesita ser curada??!
Si no fuese el culpable de toda esa situación , pensó Angus, la dejaría ahí mismo sobre el catre y se iría de esa villa de locos . Pero todo lo que pudo hacer fue tomar los paños y el ungüento de la mano de la mujer!
-El que las hace las paga! - Angus gruñó y salió de la cabaña con pasos largos.
Un corral para carneros, en el terreno de al lado, llamó la atención de Angus. Sin pensar demasiado , saltó la cerca baja, seguido por Rampante. Colocó a la muchacha sobre el heno.
Le levantó la pesada la falda y sacó la tela que cubría la herida. Suspiró aliviado, al ver que no manaba más sangre . Era un milagro , dado el modo en que había movido a la joven .
Aplicó sobre corte la pomada de hierbas y volvió a fajar su cintura . Estudió el rostro de ella, miró sus labios llenos y rosados y sintió que su corazón se aceleraba en su pecho.
- A quién perteneces, muchacha?
No podía abandonarla allí. No después de la recepción que habían tenido en esa aldea . Cuál era el motivo del terror que había visto en los ojos del hombre, cuando le había pedido que aceptase la pomada y se retirase ? Ella pertenecería a algún clan enemigo de los Macarthur?
Angus suspiró. Una cosa era segura. No podían quedarse allí. Cuando la noticia de que un MacDougall había sido visto en un reducto de los Macarthur, el mundo se vendría abajo.
Hora de partir.
Deslizó los brazos por debajo del cuerpo de la joven y se puso de pie . Había estado dirigiendose hacia el noroeste, viajando por la Baja Escocia en dirección al castillo de Beal. No podía cambiar el rumbo. Si no
encontrase a la familia de ella por el camino, tal vez MacCloud supiese de dónde venía la muchacha, o , al menos, podría darle asilo .
Angus montó, acomodó a la muchacha en sus brazos y espoleó con sus talones los flancos de Rampante.
Estaba por alcanzar el último de los terrenos de la villa, cuando el niño que había visto en la casa, al lado del padre, salió corriendo de un bosque de pinos. Con la mirada asustada, le extendió mas paños y un paquete .
- Caballero! Esto es para la hechicera. Un agradecimiento por la muñeca. Angus soltó una carcajada seca. De qué hechicera y de qué muñeca le hablaba?
- Córrete del camino, mocoso!
- Por favor, caballero ! Sólo es cebada, pero es todo lo que tengo! Dígale que estamos muy agradecidos, Margareth y yo . - Dicho eso, el niño arrojó el paquete a Angus.
El lo atajó confundido.
- Cuál es tu nombre?
- Jamie, mi lord ,
- Y el de esta mujer?
El niño se encogió de hombros.
No sé, mi lord . Nadie lo sabe - respondió, desapareciendo entre el follaje.

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