martes, 11 de mayo de 2010

ESCUELA DE ENCANTOS - CAPITULO 5 - SUSAN WIGGS

CAPITULO 5



_Este cuello pica _ se quejó Journey. _ Y el saco está muy apretado debajo de los brazos.
_ Basta de protestar _ retrucó Ryan. _ Tengo un terrible dolor de cabeza y no sé bien qué estamos haciendo aquí.
_ Perdiendo el tiempo, cuando deberíamos estar intentando salvar tu pellejo _ comentó Journey, pasando la mano bajo el cuello su saco. _ Y estos zapatos me están matando _ agregó.
Ryan se dio vuelta hacia él con una mirada chispeante, y el movimiento súbito le causó un latido inmediato en la cabeza. Pero, después de algunos segundos, su mirada entró en foco y vio que, si , realmente estaba allí, a medio camino de Beacon Hil, con una misión tan absurda que se preguntaba si todavía estaría borracho .
_ No es mi pellejo lo que debe ser salvado _respondió.
Journey, quien era increíblemente alto, bajó la vista a Ryan, cuya estatura no dejaba nada que desear en comparación a la suya .
_ Entonces, explícame por qué tuve que despistar a tus acreedores esta mañana.
_ Qué acreedores? Y cómo carajo me encontraron ?
_ Nuestra llegada fue anunciada en una fiesta en uno de estos palacetes _ declaró Journey, haciendo un gesto amplio con la mano. Las sólidas mansiones de ladrillos se alineaban en la elegante alameda, sus fachadas imponentes y céspedes impecables pareciendo querer negar categóricamente que algo tan desagradable como la pobreza existía en el mundo.
Ryan había estado allí con frecuencia en la época en que había estudiado en Harvard. Había asistido a cenas aburridas y bailes pomposos en ese verdadero reducto de elite. Pero cuando, ingenuamente, había intentado buscar amistad basado en algo más profundo que riqueza o las capacidades atléticas, había encontrado una superficialidad tan arraigada que simplemente no había podido soportar.
_ Los acreedores de esta mañana eran el Señor de Launcey, del Fondo de Harvard, y su asistente, el Señor Keith _ explicó Journey. _ Aparentemente, la generosidad de ellos termina cuando un hombre deja Harvard.
_ Y , para empeorar todo, mi madre decidió volver de Europa.
_ Si . Y sabes qué más ? Ella irá a Río de Janeiro con nosotros .
Ryan dejó de caminar abruptamente, la incredulidad todavía mayor que su dolor de cabeza.
_ Qué?!!!
_ Ella y su criada personal, Fayette, se incluyeron como pasajeras. Tu madre quiere ir ver a su tía en Río.
_ Excelente. Siempre soñé con pasar semanas en el mar en compañía de mi madre. _ Con pasos lentos, Ryan retomó la caminata. Amaba a su madre, pero ambos pertenecían a mundos diferentes. Lily Raines Calhoun era como una gardenia de invernadero ... bonita, delicada y dominante cuando estaba en su auge.
Ella no tenía idea de lo que él había planeado para ese viaje y por qué era tan importante. Esperaba que ella no interfiriese en sus planes.
_ Crees que tu madre le dirá al Señor Easterbrook que mentiste respecto a tus credenciales como comandante del barco? _ arriesgó Journey.
Ryan le lanzó una mirada atravesada.
_ Estás consiguiendo empeorar mi dolor de cabeza. Y el dinero que él ganó gracias a mí deberá diluir cualquier pregunta.
Un lujosa carruaje negro pasó por al lado de ambos . Era extraño caminar por esas calles, en ese lugar ostentoso. Los residentes prosperaban en el comercio; pero aún así , la fortuna que poseían era heredada, construida sólidamente con el tráfico de opio y esclavos. No eran muy diferentes de su propio padre, pensó Ryan, aunque en vez de traficar esclavos él solamente los había poseído.
Ryan era considerado un traidor de su gente por haber ingresado en la radical institución yanqui conocida como Harvard. Cuando había dejado la universidad, jamás había pensado que volvería a Beacon Hill otra vez. Ciertamente, no había creído que sería bienvenido, habiéndose "desgraciado" a si mismo huyendo al mar.
_ No sé por qué estás haciendo esto _ murmuró Journey. _ Deberías haber escrito un mensaje a esa extraña mujer y haber rechazado su oferta.
Ryan examinó las discretas plaquetas de metal identificando cada casa mientras pasaban. Greenwood, Appleton, Kimball, Lowell... Eran conocidas como las Primeras familias de Boston, siendo clanes de los más cerrados.
_ Algunas cosas, mi querido amigo, exigen una respuesta que sea dada personalmente _ Ryan explicó. _ Además, me siento curioso respecto a esa extraña mujer, como vos mismo te referiste a la señorita Isadora Peabody. _ él dio una palmadita a la carta guardada en el bolsillo del saco. _ Qué clase de mujer me haría una oferta como esta?
Journey abrió un amplia sonrisa, los dientes blancos brillando en contraste con su piel oscura.
_ Debes haberla impresionado , capitán.
_ Una idea atemorizante.
Ambos caminaron a lo largo de una hilera de arbustos prolijamente podados, aproximándose a una imponente mansión entre las calles Chestnut y Beacon. La casa de los Peabody. Ryan había conocido algunos Peabody en la universidad... Quentin y Bronson. Serían parientes de la señorita Isadora?
Dejó de caminar, la cabeza colgando hacia atrás mientras miraba la altura de la majestosa mansión. El sol intenso molestó sus ojos, aumentando el dolor de cabeza.
_ Creo que podemos concluir _ dijo Journey _ que ella no hizo esa oferta porque necesita dinero.
_Probablemente no. _ Journey abrió el portón de hierro negro brillante, y los dos entraron, atravesando un jardín meticulosamente cuidado, de riguroso estilo griego, con elegantes pedestales de mármol y estatuas en puntos estratégicos entre los arbustos bien podados.
La aldaba de bronce de la puerta personificaba un Neptuno con el
ceño fruncido. Ryan la tomó , pero antes que golpease la puerta, su amigo dijo:
_ Tengo una pregunta, capitán.
_ Y cuál es?
_ Ya conseguiste un intérprete para el próximo viaje?
Ryan soltó un suspiro, la cabeza todavía latiendo, el gusto a rum pareciendo no haberse disipado de su boca.
_ Si quieres saber, considero una gran hazaña haber encontrado el piso debajo de mis pies cuando me levanté de la cama esta mañana.
Journey lo estudió , los ojos negros evaluándolo con la intensidad de quien lo conocía bien después de largos años de amistad.
_ Por qué bebes de esa manera, muchacho? _ le preguntó, en un tono gentil. _ Por qué bebes hasta el punto de desvariar ?
Ryan golpeó la puerta con la pesada aldaba.
_ Porque es más fácil que mantener la sanidad mental _ Ryan murmuró. Su vida, reflexionó , no debería haber tomado ese rumbo. Según las convenciones sociales, a esa altura debería estar sentado en el porche del frente de su casa en el sur, bebiendo un té helado, con un solicito criado parado a su lado, abanicándolo. En vez de eso, se había convertido en un capitán al comando de una tripulación ruda. Un sureño comprometido con una causa que iba en contra de los intereses de su familia.
La puerta se abrió de repente sin ruido y un mayordomo formal de uniforme impecable lo saludó . Parecía estar bien familiarizado con los trajes socialmente aceptables, pues con un breve mirada evaluó el saco caro como adecuado.
_ Qué desea, Señor?
_ Soy Ryan Calhoun. Estoy aquí para ver a la señorita Peabody, si me hace la gentileza de anunciarme.
El mayordomo se apartó a un lado, dándole paso. Journey y él se adelantaron por un alfombra oriental en tonos de rojo y azul. Un espejo de marco dorado adornaba una pared , y en un rincón había un soporte para una planta, pero estaba vacío.
_ Voy a verificar si la señorita Arabella está en la casa _ dijo el mayordomo.
El nombre no sonó familiar a Ryan, ni a Journey, a juzgar por el discreto codazo que le dio.
_ En verdad, sería la señorita ,.. Isadora, cierto?
El mayordomo se permitió abrir ampliamente los ojos.., si era por su acento sureño o por la mención de la señorita Isadora, Ryan no tenía idea.
_ Está aquí para ver a la señorita Isadora?
El le dio una sonrisa paciente.
_ Exacto. Ella está en casa?
_ Yo ... _ El hombre vaciló, en seguida respondió: _ Voy a verificar. Si desea , puede aguardar en el salón de visitas. Y su criado puede dar la vuelta hasta la entrada de servicio en los fondos.
Ryan ya esperaba ese error.
_Este es el Señor Journey Calhoun, y no es un criado, sino mi socio.
El mayordomo pareció contenerse para no perder la compostura.
_ Yo ... Entiendo. Con su permiso?
_Claro. - Viejo snob , agregó Ryan silenciosamente mientras el crispado mayordomo desaparecía por el corredor.
_ Deberías haberme dejado dar la vuelta por el fondo _ declaró Journey. _ La comida y la conversación suelen ser mucho mejores en la cocina.
_ No sos un criado, mierda! _ Ryan avanzó sin ceremonia por el amplio vestíbulo hasta el lujoso salón de visitas. Un servicio de té de plata y un conjunto de botellas de cristal adornaban un aparador.
_ No quise sonar ingrato _ respondió Journey, apoyándose en la chimenea. _ Vos cambiaste toda tu vida para que yo no fuese un criado.
_ Es verdad, sin duda. Y no pienses ni por un minuto que me arrepiento.
Una sensación peculiar dominó a Ryan. Quería a su amigo con un fervor como nunca había sentido por su propio hermano. Journey y él habían enfrentado todo juntos, desde que eran dos niños traviesos de siete hasta ser los hombres que se habían convertido ahora.
El hecho de que uno haya sido amo y el otro esclavo no había interferido en la amistad.., al menos no al principio.
Ryan verificó su apariencia en el espejo encima del aparador. Tomando en cuenta la noche que había tenido , estaba sorprendentemente bien, los cabellos rojizos habían sido recortados esa mañana por Timothy Datty, el aprendiz del barco. Su camisa blanca y el saco azul estaban limpios e impecables, gracias a Luigi Conti, el marinero que confeccionaba velas y que era muy meticuloso con la ropa .
El había tenido siete años y había estado formalmente vestido el primero día en que Journey lo había llevado , se acordó . Purdy estaba acompañado con un muchachito delgado de ojos inmensos.

_ Este es mi sobrino, Journey _ había dicho Purdy . _ El es un buen muchacho, verdad, Journey? Un buen muchacho, si , Señor.
Y Journey había sorprendido a Ryan. En vez del la conducta sumisa y deferente de los demás esclavos , lo había mirado directamente a los ojos y había hablado en una voz alta y clara:
_ Soy el mejor muchacho que existe.
Aquel había sido el comienzo. Ambos habían jugado juntos, habían pescado y navegado en bote por la bahía de Mockjack. Ryan había dormido en una cama confortable de madera, Journey en un colchón de paja en el piso ; pero , con bastante frecuencia, cuando Purdy había llevado la bandeja con el desayuno por la mañana, había encontrado a ambos desparramados en la gran cama. Siempre que Ryan iba a la iglesia, Journey lo esperaba en el carruaje afuera . Cuando él había querido aprender a leer, a escribir y a hacer cuentas, Ryan le había enseñado en secreto.
Cuando el padre de Journey había sido vendido para pagar deudas de su propio padre, Ryan había llorado y se había puesto furioso con él.
En la época en que los dos muchachos habían cumplido 16 años, Journey ya se había casado. Ryan había seducido a un buen número de muchachas locales, y debutantes de las mejores familias habían comenzado a notarlo.
La vida habría proseguido de esa manera si dos cosas extraordinarias no hubiesen sucedido. La primera, Ryan habiendo sido aceptado para asistir a Harvard, donde conocería a yanquis radicales . Y la segunda, su insistencia en llevar a Journey junto con él . Journey se había opuesto enérgicamente . Adoraba a su esposa e hija, que vivían en una plantación vecina. Pero Ryan había sido mas persistente , hasta había sido autoritario en relación a aquello.
Ningún caballero que se preciase de tal se matriculaba en una universidad sin su criado, había argumentado . Le había dicho que era su deber acompañarlo. No le había dado alternativa.
Ryan tenía un plan . Ni siquiera había podido contárselo a Journey , porque el enojo y el dolor de esclavo habían sido demasiado grandes.
Ryan sonrió ante su imagen en el espejo, acordándose del día en que había atravesado los límites de Mason Dixon y le había dado la libertad a Journey. El había sujetado la carta que garantizaba su libertad junto a su pecho, muy emocionado, incapaz de hablar mientras lágrimas habían rodado por su cara.
Ahora, la aventura náutica de ambos los había dejado a un paso de su objetivo final.., comprar la libertad de la esposa y de las hijas de Journey y llevarlas al norte.
_Debe haber algo errado en ella _ comentó su amigo, despertándolo de los recuerdos.
_ Con quién ?
_ Con esa mujer. _ Journey recorrió con la mirada una pared que estaba completamente ocupada por estante tras estante con libros de encuadernaciones de cuero. _ Por qué alguien iba a querer dejar una casa como esa?
_ Debe haber algo en este tipo de vida que ella no puede soportar _ susurró Ryan, pensando en sus propias razones por haber dejado Albion. _ Tal vez debiésemos preguntar...
_ La señorita Peabody va a recibirlos en el jardín _ anunció el mayordomo desde el umbral de la puerta. _ Acompáñenme, por favor.

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