lunes, 10 de mayo de 2010

ESCUELA DE ENCANTOS - CAPITULO 4 - SUSAN WIGGS

CAPITULO 4

Por qué no buscar el placer inmediatamente?
Con qué frecuencia la felicidad es destruida por la anticipación,
por la tonta anticipación!

Jane Austen


La música cesó abruptamente. Ryan sintió a la prostituta moviéndose en su regazo mientras giraba para ver a las recién llegadas. Con los ojos muy abiertos, ella frunció el ceño a la mujer alta con rulos que se escapaban de su sombrero.
_ Esa toda vestida de negro es tu madre ?
_ No. _ Manteniendo la compostura que pudo reunir, él colocó a la mujer de pie y se levantó , apoyando la parte de atrás de las piernas en la silla para mantener el equilibrio. Chips, el carpintero, tuvo el coraje de dar un paso al frente y sacar a la prostituta de allí, apaciguándola con otra botella de alcohol.
Ryan se esforzó al máximo para contener una sonrisa maliciosa.
_Madre, qué sorpresa inesperada.
_Puedo ver que si _ respondió Lily.
A pesar de estar embriagado, él no dejó de notar la decepción en la cara de su madre. Fue algo que la hizo apretar los labios levemente y vacilar por un largo momento antes de adelantarse para abrazarlo.
El estaba impregnado por un olor a rum y perfume barato. Se apartó rápidamente, no queriendo dejar nausear a su madre. Nada había cambiado desde la última vez en que la había visto, no realmente.
Se habían despedido en el amarradero de la hacienda de Albion, en la parte sur de la bahía Chesapeake. Ella le había divertido que desistir de la Universidad de Virginia e ir para al norte a cursar a Harvard iba a exigir más de él, mucho más de lo que podría imaginar. Posiblemente, hasta más hasta de lo que podría rendir.
Borracho o sobrio, estaba destinado a decepcionar a su madre, sin importar lo que hiciese. Y lamentaba todavía más estar haciendo aquello en público. Hizo una seña en dirección a una escalera que conducía a la cubierta principal.
_Vamos a bajar a mi cabina. Podremos conversar allá...
_ Qué demonios está sucediendo aquí? _ indagó una voz furiosa,
Ryan parpadeó los ojos varias veces y soltó un gemido. Abel Easterbrook... Exactamente lo que necesitaba. Por primera vez, sintió verdadero temor. Los contratiempos de esa noche habían puesto toda su misión en peligro. Journey y él estaban tan cerca de su objetivo... un viaje mas y tendrían el dinero que necesitaban. Ahora, gracias a su irresponsabilidad podría haber puesto el siguiente viaje en riesgo.
Forzándose a mostrar otra sonrisa, ocultó sus pensamientos y sacudió la cabeza para saludar su empleador. Respiró profundamente , luego, esperando no desgraciarse todavía más de lo que ya había hecho.
_Estabamos teniendo una pequeña celebración por nuestro regreso seguro, señor. _ Exageró la pronunciación de cada palabra, esperando que las vocales largas y pastosas fuesen atribuidas solamente a su acento sureño en vez de a todo el rum que había ingerido .
_ Creí que un poco de diversión le haría bien a los hombres.
_ No le pago para creer nada. _ La mirada estupefacta de Easterbrook recorrió la cubierta, notando las parejas con pocas ropas, y las parejas con brazos y piernas entrelazados en los rincones oscuros, los hombres bebiendo a morir de los barriles, las gallinas corriendo en medio de toda esa confusión. _ Estoy .... anonadado. Simplemente anonadado. Celebración ... orgía querrá decir !
_ Si , señor. No, señor. Sabe, de donde yo vengo... _ Ryan hizo una pausa. Le habían inventado tantas mentiras para que Easterbrook lo contratase que tuvo que detenerse por un momento para recordarlas. _ Oh, a bordo del famoso Twyla era considerado un grave error mandar a la tripulación a desembarcar sobria. Se corría el peligro de que los hombres encontrasen empleo en tierra y no quisiesen formar parte del viaje siguiente.
Hizo un gesto amplio, abarcando la cubierta repleto de marineros borrachos.
_Estos son los hombres que han hecho que el Cisne de Plata obtuviese el record . Se ganaron la recompensa. _Encontró la mirada de Ralph Izard, su primero inmediato. Ante la mirada de súplica de su capitán, Izard chasqueó los dedos, haciendo que todos dejasen la cubierta, tambaleando escaleras abajo.
Ryan acomodó su saco lo mejor que pudo y dio un paso atrás, usando un tono galante:
_ Señor Easterbrook, déjame presentarle a mi madre, la señora Lily Raines Calhoun y su acompañante... _ Se interrumpió lanzando una mirada a la mujer de anteojos y vestido negro. Ella apretaba las manos enguantadas delante de si, como si rezase o algo así .
Si conociese a Ryan Calhoun, comprendería que el esfuerzo de rezar por su alma eran inútil. Estaba condenado. Necesitaría más que unas fervorosas plegarias de una dama para ser salvado.
Easterbrook inclinó la cabeza hacia la mano extendida de Lily. Se dio vuelta , luego, hacia la otra mujer.
_ Por Dios , señorita Isadora! Qué estás haciendo aquí?
_ Ustedes se conocen ? _ Ryan tambaleó chocándose una columna de madera, colocando la mano hacia atrás para apoyarse.
_ Fui invitado a una fiesta en la casa del padre de ella para resolver un asunto de negocios, muchacho. No tengo idea de lo que la trajo aquí.
La mujer llamada señorita Isadora aclaró la garganta:
_ Bien, creí que ... es decir , sucedió que la señora Calhoun me preguntó por su ... hijo, y como usted me había mencionado que él estaba aquí en el Cisne, creí que ... quiero decir, la señora Calhoun era una invitada en mi casa hoy, como usted también. A excepción que era una invitada de los Hallowell... la familia del novio. Y parecía tan ansiosa por localizar al él .., es decir , al capitán Calhoun que creí que habría gran posibilidad de lo encontrásemos a bordo.
Ryan se preguntó si esa dama también había estado bebiendo alcohol , considerando cuan confusa su explicación había sido . Observó los hombros inquietos, las manos que retorciéndose nerviosamente. Dios, esa mujer estaba aterrorizada.
_ Señor Easterbrook... _ la voz de Lily sonó tan agradable como música en medio de una conversación tensa. _ La señorita Peabody tuvo la bondad de traerme hasta aquí en su carruaje cuando supo que yo estaba buscando a mi hijo.
El timbre melodioso de su voz arrancó una sonrisa encantadora del viejo. Lily Raines Calhoun tenía ese talento. Era como un ruiseñor con su voz, su acento, su entonación. Con el más suave de sus comentarios, tenía el poder de hipnotizar a sus oyentes. Solamente Ryan pudo distinguir la frialdad por detrás del tono aterciopelado de su voz. Especialmente cuando dijo las palabras "mi hijo".
Estaba en apuros. En serios apuros.
Y, como de costumbre, le importaba un carajo.
_ Y ahora, gracias a usted _ prosiguió Lily, lanzando una sonrisa adorable y suplicante, a Abel Easterbrook _, lo encontré. Como galante caballero que es, tal vez quiera tener la gentileza de llevarnos de vuelta a casa, señor Easterbrook.
_ Sería un honor _ respondió él. _ Puedo resolver mi asunto aquí en un minuto o dos. _ Se dio vuelta hacia Ryan. _ Fui sacado de una fiesta por mi secretario. Según me dijo , parece que Rivera está siendo buscado por la policía para un interrogatorio. _Colocando las manos en la espalda como un almirante, caminó inquietamente con evidente agitación. _ La policía anda buscando esclavos fugitivos últimamente.
Durante la ausencia de Ryan, la Ley de esclavos Fugitivos había entrado en vigor, haciendo ilegal encubrir o esconder forajidos.
_ Rivera no está involucrado en eso _ se apuró a decir. _ El posee más artimañas de lo que un barco tiene ratas, pero ninguna de sus actividades involucra ayudar fugitivos.
_ Entonces, dónde está? El
_Rivera no volvió con nosotros . Se casó con una mujer en Habana y se quedó por allá. _ Había , naturalmente, mucho más en esa historia..., un duelo, un soborno, un padre furioso, un casamiento forzado... Pero Ryan sabía que no debería explicar demasiado el asunto, en especial en las actuales circunstancias.
_ Bien, él es un criminal y fue perfecto que no haya vuelto _ declaró Abel.
_ Si, pero era un excelente intérprete _ le recordó Ryan, esforzándose para disipar el sopor que el rum había dejado en su mente y pensar con claridad . _ El mejor que tuvimos.
_ Entonces, ahora tengo que responder por los errores de él y , encima, no dispongo de ningún intérprete de español para futuros viajes. Eso es muy malo , capitán.
La mujer llamada Isadora Peabody susurró algo con nerviosismo.
_ Qué dijiste , Isadora ? _ indagó Abel.
_ Yo hablo español. _ La señorita Isadora parecía perpleja de realmente haber reunido coraje para decir una palabra. Mirando al piso de tablones de la cubierta, agregó: _ Y también francés, italiano y portugués. Mi tía abuela me enseñó idiomas y , luego, en el internado de Monte Holyoke, yo continué... _ ella se interrumpió , aclarando su garganta. _ Cielos, me he dejado llevar. Perdónenme. Lo que quiero decir es que, si ustedes tienen documentos que precisen ser traducidos, yo podré ayudar.
_ Gracias por la oferta, mi querida. Pero yo jamás podría abusar de la buena voluntad de una dama. _ Easterbrook volvió a darse vuelta hacia Ryan,
su mirada una vez más chispeante. _ Capitán, es un malandra incorregible y mucho más .
Ryan se esforzó al máximo para soportar el insulto con el debido aire de consternación . Pero no pudo evitar, cuando entreabrió los labios, una carcajada se le escapó . Necesitó varias tentativas para parar de reírse. Finalmente, encontró un pañuelo en el bolsillo y se lo pasó por los ojos.
_Señor Easterbrook, perdóneme. Espero que entienda que esta pequeña ocasión festiva es la única diversión que tuvimos en meses y que...
_ Calhoun?
_ Si , señor?
_Cállese, hágame el favor, si ?
_ Señor _ dijo la señorita Isadora _, sé que esto es solamente mi opinión, pero, mas temprano esta noche, me habló del talento excepcional del Señor Calhoun para comandar un barco veloz y lucrativo.
Ryan enderezó los hombros.
_Señorita _ dijo con una voz todavía un tanto pastosa _ No sé quién diablos es, pero veo que sabe evaluar muy bien el carácter humano.
Ella lo observó con aire desconfiado y desvió la mirada... Si por miedo o repulsión , él no lo supo decir.
Easterbrook carraspeó.
_Voy a concederle eso. Hizo un viaje difícil en tiempo record . Sumó una fortuna a los cofres de la compañía. Y , por lo tanto, estoy intentando convencerme de darla una segunda oportunidad. El martes , a las cinco , volveré aquí para conversar sobre un nuevo plan de viaje. Para ese momento , espero que tenga otro intérprete a bordo, que la carga del Cisne ya haya sido descargada, que los papeles del barco estén en orden e que una nueva carga ya esté lista para el viaje de invierno a Río de Janeiro.
Ryan no tenía idea de como resolvería todo aquello en tan poco tiempo. Pero precisaba esa posición, precisaba estar el comando de un barco en otra viaje. Pero desesperadamente , mas de lo que cualquiera se podría imaginar. Deseó haber pensado la seriedad de su causa antes que las putas del puerto hubiesen subido a bordo.
Durante toda su vida , había triunfado por su encanto personal, su buena apariencia y su generalizada falta de respeto por las convenciones sociales . Esas virtudes no le alcanzaban en ese momento . Ahora, precisaba buscar algo más profundo y ver si tenía dentro de sí todo lo que era necesario para ser exitoso. Por lo tanto, sacudió la cabeza con firmeza.
_ Todo estará listo. Puede contar conmigo.
_ No me decepcione, Calhoun.
_ No decepcionaré , Señor.
Easterbrook le lanzó una mirada desconfiada . En seguida, levantó ambos brazos levemente.
_Permítanme, Señoras.
Ryan se desplomó en la silla de la cubierta, permitiéndose un largo y profundo suspiro de alivio. Si había logrado sobrevivir a la evidente contrariedad de su madre y de su empleador esa noche, qué problema podría encontrar en el futuro que no pudiese resolver?



Era imposible, concluyó Isadora, al día siguiente, sentada en una sala íntima de la mansión de sus padres en Beacon Hill. Era imposible creer que él pudiese querer su compañía.
Soltó un fuerte estornudo, llevando el pañuelo a la nariz y maldiciendo el persistente resfrío que la incomodaba.
Miró, luego, por centésima vez, al mensaje escrito apresuradamente que le había sido entregado esa mañana. Era de Chad Easterbrook.
Después de la humillación sufrida la noche anterior, la invitación la alentó como un bálsamo. Súbitamente, el mundo no parecía tan sombrío; los colores del otoño que veía a través de la ventana brillaban con sorprendente vibración. Era un día perfecto, con las hojas doradas siendo movidas suavemente por la brisa. Inesperadas rosas que habían florecido tardíamente se destacaban en el jardín del fondo .
Volvió a estornudar. Era una pena que la bella estación le causase ese resfrío.
El mensaje de Chad Easterbrook la afectaba del mismo modo que los colores de otoño adornaban el paisaje. Volvía luminoso su mundo gris. A juzgar por la breve conversación de ambos la noche anterior, no había razón para esperar algún interés especial por parte de él. Pero, oh, era imposible no tener una secreta esperanza. En verdad, la esperanza era tan grande que llegaba a sofocarle el pecho. Tal vez las cosas fuesen diferentes esa vez. Si atendiese el pedido, iba a complacer a Chad .
Tenía que creer aquello . Tenía que creer que habría un final para su soledad. Que algo... alguien podría llenar el inmenso vacío dentro de sí . Y que ese alguien era Chad Easterbrook.
Soltó un suspiro, manteniéndose bastante derecha para que las ballenas del corset no la lastimasen. Cerrando los ojos, se permitió una pequeña sonrisa de triunfo. Chad quería que ella participase del entretenimiento de esa tarde... Un partido de croquet en el Club Kimball Green.


Se imaginó la cena: Chad y sus amigos usando uniformes blancos y reunidos en el césped para el juego. Apenas cabía en sí de alegría al pensar en formar parte del animado grupo mientras pasaban una tarde agradable bajo el sol. Gracias a Chad, ella pronto formaría parte de su encantador mundo.

Con la sonrisa todavía curvándose en los labios, dobló la hoja de papel con el mensaje y lo guardó en el lugar más romántico en que pudo pensar... dentro del corset, cerca de su corazón.
El papel en contacto con su piel le provocó escozor.
Los desagradables recuerdos del baile poblaron su mente. Se vio haciendo el papel de tonta para ayudar a Chad a devolver el anillo a Lydia Haven. Atrayendo la atención de todos cuando, torpemente , había derribado el florero de plantas en el vestíbulo. Y siendo vista mientras se rascaba el pecho con el abridor de cartas. Balbuceando una disculpa a la señora Hallowell, dejando la casa en medio de la noche para ir a busca de Ryan Calhoun en el puerto.
El recuerdo del sureño de cabellos castaños rojizos, con una mujer vestida - o desvestida - indecentemente en su regazo y el aliento oliendo a rum la hizo apretar los labios inesperadamente con una expresión disgustada. Sin importar cuanto se viese humillando a sí misma, jamás descendería a ese nivel .
Finalmente, había conocido a alguien que era mucho más condenable que ella.
El capitán nunca sabría qué consuelo representaba para ella . Isadora enderezó los hombros. Ese día sería diferente, pensó, conteniendo un nuevo estornudo. Sin duda, tendría la posibilidad de redimirse del gran papelón de la noche anterior.
Primero, debía escoger un vestido. Aunque no tuviese ni la menor idea sobre la moda, sabía que no debía usar negro en un partido de croquet. Levantando el borde de las faldas, avanzó rápidamente hasta sus aposentos y abrió todas las puertas de su guardarropa.
Dios ... Cuándo había conseguido reunir semejante colección de ropas en negro, marrón y gris? Tenía vestidos negros con encaje del mismo color. Vestidos negros bordados en marrón . Vestidos negros con adornos grises. Pero allí estaba.., casi escondido en un rincón , un vestido de lino crudo hecho para alguna ocasión social ya olvidada. Era perfecto para una tarde de croquet.
Tocó la campanilla para llamar a Thankful, y la criada apareció en un instante, dejando el plumero en una banqueta.
_ Señorita, ese si que es diferente a los demás, no cabe duda _ comentó ella, tomando el vestido de lino.
_ Crees que es diferente a mi estilo de siempre?
_ Si , lo es . _ Con la impecable eficiencia de quien ya venía sirviendo a la familia Peabody hacia tres décadas, Thankful ayudó Isadora a librarse del vestido negro del día. Entonces , tomó el otro de la cama donde lo había dejado. _Vamos a ver si funciona.
Isadora levantó las manos obedientemente, y la criada le puso el vestido por encima de la cabeza, diciendo:
_ Sabe, a su hermana Arabella siempre le quedó hermoso este color claro. Es precioso, sin duda, la recuerdo ... _ Sin el menor preámbulo la criada apoyó la rodilla en la espalda de Isadora y tiró de los cordones trenzados detrás del vestido con fuerza. _ ...bajando la escalera para recibir a los visitantes...
Isadora se agarró a la cabecera del a cama para equilibrarse, mientras la criada luchaba para ajustarle el vestido al cuerpo. Dejó de prestarle atención a su charla incesante . Ya había oído esas historias innumerables veces.., los triunfos sociales de Lucinda, el duelo que casi había ocurrido entre dos de los pretendientes de Arabella, el hábito de Quentin de salir con una joven diferente cada noche, los relaciones de Bronson con las mejores muchachas de Boston...
Mientras Thankful proseguía y ejecutaba el penoso ritual de forzar el vestido un tanto apretado para contener sus formas, Isadora intentaba no arrugar el semblante. Siempre se había preguntado por qué las ropas de una dama debían lastimar y doler . Los corsets sofocaban, los zapatos apretaban, las peinetas trepanaban el cuero cabelludo, y la sociedad soltaba exclamaciones de admiración ante aquellos verdaderos instrumentos de tortura. Eso siempre la había intrigado. Era como si la sociedad quisiese castigar a las mujeres por algo.
Thankful, consideró que los lazos estaban tan apretados como debían quedar.
_Sólo un tirón mas y estará terminado. Le digo, debería seguir el ejemplo de su madre y sus hermanas, Señorita. A ellas nunca les importa sacrificar un poco de comodidad en nombre de la moda.
Isadora no discutió . La criada, así como todo el resto del mundo, simplemente no lograba entender qué había sucedido con la hija del medio de la pareja más prominente de Boston. Ella era el producto del mismo linaje cuidadoso que había dado a Beacon Hill sus encantadoras hermanas y elegantes hermanos. Aún así , Isadora no era en nada como ellos. Ni se les acercaba.
_ Listo _ anunció Thankful, dando un paso atrás y secando el sudor de su frente. _ Desea algo más , Señorita?
_No, gracias. _ Isadora pasó las manos por la falda, ya sintiéndose mejor. Un vestido bonito era exactamente lo que precisaba para conquistar la atención de Chad.
Tomó un pequeño espejo de mano de una mesa . Sujetándolo delante suyo, pudo admirar el vestido en partes individuales.., mangas abultadas, pechera ajustada, faldas amplias.
Dejado el espejo , notó que Thankful había olvidado el plumero . En vez de tocar la campanilla para llamarla otra vez, decidió llevarlo. Yendo en dirección a la escalera de servicio del fondo , sólo se dio cuenta cuando ya era casi demasiado tarde que Thankful y una criada de la cocina, Tilly, estaban chismeando en el piso de abajo .
_...creí que tendría que llamarte para que me ayudases a hacerla caber en el vestido _ decía Thankful, bromeando .
_ Menos mal que no me llamaste _ respondió Tilly. _ No habría podido contener la risa.
_ Y ese vestido... Espera a verlo. Quedó ridícula, usando un vestido que parece un disfraz de campesina, hecha con lona de vela de barco.
Isadora se paralizó en medio de la escalera. Generalmente, era dada a las retiradas ruidosas, pero no de esa vez. Esa vez, sintiéndose mortificada, se sintió pequeñita , mientras sujetaba la baranda con fuerza y subía silenciosamente la escalera .
No hizo el menor ruido mientras caminaba de vuelta por el corredor, aunque quisiese correr para escapar de la risa maliciosa que subía por la escalera. Solamente cuando abrió la puerta que daba al cuarto de Arabella y se detuvo delante del espejo de cuerpo entero para observar su reflejo, emitió un ruido. Fue un sollozo.
El corte del vestido aumentaba su silueta a proporciones épicas. La tela de lino clara la empalidecía , excepto por el fuerte rubor que le subía por las mejillas. Mechas de cabello se desprendían de lo alto de la cabeza, y los bucles en forma de salchicha a cada lado de su rostro se mojaron mientras las lágrimas los empapaban.
En qué había estado pensando, para ponerse ese vestido ? Quién iba a querer a la aberración que veía en el espejo?
Volvió a su propio cuarto y abrió las puertas ventanas, saliendo a la terraza en medio de un día de otoño tan radiante que su belleza parecía burlarse de ella .
Miró hacia abajo. La terraza era bastante alta. Si se cayese de allí, quién iba a extrañarla ?
Se inclinó ligeramente junto a la baranda de hierro, una peculiar oscuridad dominandola completamente . Qué tentadora era la idea de que su sufrimiento pudiera terminar tan rápidamente. De manera tan permanente. Y tan dramáticamente, con el mensaje de Chad Easterbrook guardado junto a su corazón.
Mas, finalmente, se apartó de la baranda, tan temerosa de sus propios impulsos como se sentía a respecto a todo lo que exigiese coraje.
Por cuanto tiempo, se preguntó , se había despreciado a sí misma? Sabía que no había llegado a ese estado de odio por sí misma rápidamente. Habían sido necesarios todos los interminables años de solterona para alcanzarlo.
Pecadora, se dijo a sí misma. Era la verdad. Cada impulso oscuro y condenable vivía dentro de ella ... despecho, envidia, mezquindad y codicia. Era culpable de todo aquello y mucho más .
Desde la época en que había dejado la casa de su fallecida tía abuela , había sido enseñada que una joven debía ser bonita y popular. Lo que sólo podía atribuir a un accidente de nacimiento la había colocado en medio de dos hermanas lindas y dos hermanos perfectos. La vida debía ser maravillosa para ellos, debía ser excitante despertarse cada día y saber que todo sería agradable y espléndido.
Isadora sabía lo que era a felicidad. Había sido feliz en el pasado. Había sido feliz con la tía Button.
Cerró los ojos, recordando los años de su infancia . Cuando tenía cinco años , la tía de Salem había venido a visitarlos. Firme y estructurada como un general, ella no necesitaba cosas bonitas, y eso había incluido sobrina nietas bonitas. Había sorprendido a Isadora cuando se mostrara más impresionada con su modo de conversar y sus intereses que con el encanto y la belleza de sus hermanos. Ella la había llevado a Salem, y los Peabody apenas lo habían notado.
Las dos habían pasado años muy felices allá... Isadora habiendo adquirido una educación todavía más completa que la de un varón. La tía Button
le había enseñado que no había nada raro en ser tan culta. Y la apariencia da sobrina simplemente había quedo olvidada. Así como también había quedado olvidado para la propia Isadora.
Hasta el día en que su tía había muerto, y ella se había visto obligada a volver a la mansión de sus padres en Beacon Hill.
Jamás iba a olvidarse de la reacción de su madre cuando ella había aparecido en la puerta del frente. Sus únicas palabras habían sido :
_ Ahí estás Isadora, de vuelta al hogar . _ Pero había sido la expresión en su rostro lo que había quedado grabado en la corazón de Isadora y había moldeado todos los días, meses e interminables años que habían seguido a ese episodio .
La inteligente y culta muchacha de catorce años no había tenido ni idea de cómo transformarse en una beldad de la sociedad. Sabía demasiado griego, latín y matemática para ser popular y se interesaba en exceso por temas de justicia social como para ser digna de confianza.
Entonces, allí estaba, muriéndose a pocos por dentro. Marchitándose como una planta sin agua, fea y sin gracia y sintiéndose más desesperada que nunca. Le gustaría que sus padres la dejasen en paz con sus libros , pero ellos vivían empujándola a eventos sociales, donde se sentía como un pez fuera del agua. Y lanzándola en medio de herederos de compañías de comercio marítimo y alumnos de Harvard . Y sin querer ellos le habían despertado un sueño... el sueño personificado en Chad Easterbrook. Era absurdo, sin lugar a duda, desear a un hombre tan perfecto, pero no podía evitarlo . Vivía pensando que, si se empeñase lo suficiente, algún día podría a empezar a significar algo para él.
Estirando los brazos, alcanzó el lazo en la espalda del vestido. Tirando con fuerza, oyó el sonido de la tela rasgándose, pero no le importó. Jamás volvería a usar ese vestido abominable .
Cuando se lo sacó, se acordó del mensaje de Chad, que había guardado en el corset.
_Oh, tía Button _ le susurró al cuarto vacío.
_ Qué haré? Qué puede salvarme ahora?
Quería quemar ese mensaje. Debía quemarlo . Pero finalmente, hizo algo mucho, mucho mejor. Hizo exactamente lo que tía Button habría hecho: apeló a sus recursos naturales.
Vistiendo una bata , fue hacia el escritorio junto a la ventana, tomó papel y pluma y elaboró un mensaje.

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