lunes, 31 de mayo de 2010

ESCUELA DE ENCANTOS - CAPITULO 33 - SUSAN WIGGS

CAPITULO 33



Isadora sintió su mente girando y girando y , en su euforia, se dio cuenta de que quería eso. Lo había querido por tanto tiempo que no podía acordarse de como había sido su vida cuando ni siquiera había sabido de la existencia de tales ansias . Ryan se apoderó de sus labios con un beso hambriento, evocando todas las sensaciones maravillosas que ya le había proporcionado , haciéndola recordar ese día repleto de magia en el bosque tropical cuando la había hecho suya.
Sólo que, esta vez, era diferente para ambos. Compartían algo más profundo, mucho más significativo, porque no estaban bajo el efecto de la hierba , habían disipado toda inhibición e incertidumbre. Ahora ambos sabían exactamente lo que estaban haciendo.
_ Ryan... _ ella susurró jadeante contra los labios de él.
_Olvídalo . No voy a detenerme esta vez.
_ No iba a pedirte que te detengas.
Un aire triunfante surgió en los ojos azules cuando Ryan inclinó la cabeza para besarla otra vez. Y, esa vez, no se detuvo en el beso. Las manos ansiosas se abrieron camino por botones y lazos, desnudándola casi por completo, las varias prendas se apilaron en el piso . Aunque el día estuviese gris allá afuera, una suave claridad penetraba por las escotillas. Y allí estaba ella, usando solamente una fina enagua .
Ni por un instante Isadora llegó a pensar que estaban haciendo algo condenable. La primera vez en que había estado a bordo, había encontrado a Ryan con una mujer, pero, aún así , ese recuerdo no la incomodaba. Nada la incomodaba.
Quería estar con él, abrazarlo como a los últimos vestigios del viaje que había terminado . Parecía inconcebible que fuesen a separarse, pero tendría que ser así. Ryan no le estaba ofreciendo nada más allá de ese mero momento en el tiempo, que ese íntimo abrazo, y ella aceptaba ambos de buen grado, sabiendo que podría vivir durante años con esos recuerdos.
Tomándola de la mano, Ryan la condujo hasta la cama, apartando las cortinas. La acostó contra las almohadas y la besó lentamente en los labios, con ímpetu y sed , como si nada pudiese saciarlo. Entonces , con ojos semi cerrados, ella lo observó desvistiéndose , admirando el cuerpo masculino perfecto, excitándose con su virilidad de una manera que sabía que una verdadera dama no haría. Emitió un gemido ahogado e involuntario y abrió los brazos, llamándolo , impaciente por el contacto . Ryan le soltó el lazo de la enagua y la abrió , desnudando sus pechos. Los besó con ternura, lentamente, haciéndola suspirar. Intensificó las caricias, succionando los pezones . Al mismo tiempo, metió la mano en la parte inferior de la enagua, levantándola, acariciando los muslos desnudos . Los dedos expertos avanzando osadamente al pasaje húmedo de su sexo y la hizo sentir un placer tan intenso que Isadora temió haber gritando y alertando a toda la tripulación. Después que las convulsiones del orgasmo aminoraron , Ryan se acostó sobre ella, colocándola para recibirlo . La penetró lentamente. En una reacción espontánea y desinhibida, Isadora arqueó las caderas y comenzó a acompañarlo en los movimientos lentos y lánguidos.
Ninguno de los dos habló. La pasión los condujo irremediablemente al camino del éxtasis , todo pareció acabar demasiado rápidamente. Los movimientos de ambos se hicieron frenéticos, e Isadora finalmente comenzó a entender lo que era fusionarse con un hombre. Pues ciertamente en ese momento sublime , ambos eran uno , un corazón, una mente, guiados en dirección de una satisfacción que los dos precisaban tanto como el aire que respiraban.
En el bosque tropical, ella había creído haber vislumbrado el paraíso. Había imaginado que había encontrado un pedazo do cielo, pero que era una rareza, algo para nunca mas podría ser visto o sentido otra vez. Ahora, en los brazos de Ryan, con la luz del día penetrando en la cabina y sus pensamientos claros, sintió todo aquello nuevamente, sólo que de esa vez las emociones eran más fuertes, más nítidas, más llenas de significado.
Continuaba acostada allí, todavía maravillada con la unión de sus cuerpos e invadida por una emoción profunda cuando se dio cuenta que Ryan también estaba conmocionado .
El susurró su nombre repetidamente, cubriéndole la cara con besos. Isadora cerró los ojos y sonrió secretamente .
_ Por qué estás sonriendo? _ preguntó él, Finalmente, besándole la frente.
_ No fue solamente imaginación.
_ Qué no fue solamente imaginación?
_El .. oh... ah ... eh .... el momento de placer.
Ryan rodó a un lado, riendo, la mano rozándole los pechos y el vientre firme.
_ Creíste que lo que sentiste la primera vez había sido fruto de tu imaginación?
_ Bien, como sabes, yo no tenía ningún punto de referencia. Y estaba la cuestión del cigarro de hierbas. Por lo tanto, creí que tal vez la hierba me había llevado a sentir todo ese... placer.
_ Querida, ninguna droga puede tener el efecto arrebatador del buen sexo f con la persona adecuada _ le aseguró él, besándole los pechos.
_Cómo saber cuál es la persona adecuada?
_ No se sabe. No al principio, al menos. Solamente sucede.
_ Pero una persona acaba sabiendo.
_ Si .
_Oh, Ryan...
_ Tienes que entender, no podría dejarte volver a Boston vestida de viuda.
Ella lo abrazó.
_Por qué estás mencionando eso ahora?
_ Creí que estabas preguntándome por qué te traje aquí y te saqué toda la ropas. _Ryan cambió de tema con toda a naturalidad.
_Porque parecían ropa de viuda.
_Porque... vos ya no sos esa persona. Ya no sos más la Isadora Peabody que subió a bordo tan envuelta en tristeza, tan tímida, con miedo de tu propia sombra. Vos viajaste , conociste lugares nuevos. Tuviste aventuras.
_Tuve aventuras _ murmuró ella. _ Te tuve a vos. _ Sintió un nudo en la garganta por las palabras que no podían ser dichas. _ Yo ...
Ryan le tocó los labios con la punta de los dedos, silenciándola.
_ Tienes una fiesta a donde ir.
Ella lanzó una mirada desolada hacia el vestido y la pila de ropas interior en el piso .
_ No te pondrás eso _ dijo Ryan, levantándose y poniéndose el pantalón y la camisa. _ Tengo una idea mejor.
_ Pero ...
_Nada de “peros”. Mientras estemos a bordo de este barco, soy el capitán. Harás lo que yo diga. Ven aquí, señorita Peabody. _ Ryan se curvó galantemente y le extendió a mano.
Isadora se sintió femenina y deseable en vez de torpe cuando dejó la cama y fue hacia la mesa. El agua del conjunto de jarro y fuentón estaba templada pero era fresca, y Ryan insistió en bañarla, usando el jabón de menta hecho en la cocina de la casa de su tía. La lavó lentamente, enjabonando y enjuagando, deteniéndose para besarla en lugares que ella debería prohibirle tocar. Pero se permitía disfrutar cada caricia con abandono. Era como si ese hombre la hubiese hechizado, dejándola incapaz de objetar cualquier cosa . Confiando en él plenamente, se entregó por entero y el baño acabó convirtiéndose en una aventura erótica .
Después, él la envolvió en una de franela y dejó la cabina, prometiendo no demorarse. Fiel a su palabra, abrió la puerta minutos después y arrastró una gran caja de madera de la bodega que alguno de los hombres debía haberlo ayudado a llevar hasta el pasillo . Cerrando la puerta atrás de si, usó una barra de hierro y abrió la tapa .
_Estás saqueando la carga? _ dijo ella, en un tono reprobador, aunque la sonrisa fuese burlona.
_Es por una buena causa. Mi madre te mandó este regalo.
Isadora inclinó la cabeza para leer lo que decía en el lateral de la caja:
_Seda finas.., sedas finas da Italia.
_ Además de ropa , hay adornos para el cabellos, una caja con maquillaje, perfumes y un barniz para las uñas.
_ Y qué voy a hacer con todo eso?
_ Lo descubriremos.
Con el aire compenetrado de un modisto parisino , él tomó un bello vestido turquesa de la caja.
_Mi madre dijo que este color te quedaría perfecto . Te gusta?
Ella se rió porque Ryan parecía ridículo sujetando el vestido delante de si, pero pronto se sintió atraída por el maravilloso color y el corte perfecto del vestido. Entonces , una recuerdo cruzó su mente... el día que se había puesto el vestido de lino crudo para el juego de croquet y Thankful se había burlado de ella.
Isadora bajó la vista. Un lindo vestido no transformaría un sapo en una princesa.
_ No me sentiría cómoda usando eso.
_ Te equivocas. Créeme.
Isadora, luego, se acordó de lo que Ryan le había dicho, asegurándole que era una persona diferente ahora. Tal vez ese tipo de persona podría usar un vestido de un color vibrante en una fiesta de Beacon Hil.
_ Yo no sé. ..
El la interrumpió con un beso sensual que evocó el placer que habían compartido.
_ No me digas que una mujer puede besar así después se viste de negro.
Ryan insistió en ponerle el vestido, pateando el corset a un lado.
_ Este maldito instrumento de tortura. Voy a tirarlo al mar. _ Le Permitió solamente una enagua, sin importar cuanto ella protestase. Después la ayudó a ponerse un par de medias de seda tan fina que ella podía ver del entramado . Admitió que era delicioso sentir el contacto de la seda contra la piel. El vestido tenía un corpiño armado ajustado pero no apretado, realzando su cintura esbelta. La falda era amplia, la luz que se filtraba por las escotillas hacía brillar la seda tornasolada.

Después de un largo tiempo acomodándole el vestido al cuerpo, Ryan dio un paso atrás y la estudió con un aire crítico.
_ Esto está más allá de mis capacidades. Necesito de ayuda. Isadora se ruborizó violentamente, segura de que se trataba de una broma de parte de él, pero con una expresión seria, Ryan salió al pasillo y tocó su armónica de capitán, llamando a varios miembros de la tripulación. Permaneciendo en el pasillo, conversó en voz baja con los hombres que habían bajado de la cubierta. Largos y terribles minutos se pasaron, Isadora sintiéndose mortificada. Pero la cosa más extraordinaria acabó sucediendo.
Todos entraron en la cabina. Cada hombre a bordo, así como también Delilah. Como si formasen parte de la servidumbre de una reina, cada uno contribuyó a ayudarla. Se Comportaban como sacerdotes en una ceremonia, serios y reverentes.
Journey tomó un par de zapatos forrados en seda de la caja y le calzó los pies. Gerald Craven, haciendo uso de su habilidad para hacer tatuajes , tomó un polvo negro usado para oscurecer los pestañas y delinear los ojos y carmín para pintarle los labios. Luigi, el hábil artesano de velas, tomó hilo y e aguja para hacerle un pequeño ajuste a la cintura del vestido, donde había quedado un tanto holgado. Doutor le colocó un collar de cuentas turquesas y plateadas. Hasta Chips contribuyó con un elemento inesperado... Un frasco de u perfume de flores tropicales. Delilah resultó entusiasmada con pintarle las uñas, mientras las hijas observaban con curiosidad.


Ryan también la sorprendió , dándole algo que había comprado de un artesano cuando habían estado en el mercado de Río de Janeiro, la pequeña caja que lo había visto guardar en el bolsillo y que había creído que había comprado para alguna de sus amantes ocasionales. Conmovida y sin palabras, Isadora observó la bella pulsera de plata labrada que él colocó en su muñeca.
Finalmente, con gran concentración, Timothy Datty le arregló los cabellos.
Ella acompañó toda la actividad azorada, sintiéndose como Cenicienta. Esas personas eran como hadas madrinas en la piel de rudos marineros, y , mientras comprendía lo que estaban haciendo, sintió un nudo formándose en su garganta.
_ Todos ustedes planearon esto, verdad ? _ ella dijo, con la voz un tanto embargada.
_Por supuesto _ dijo Doutor orgullosamente. _ No podemos devolverla al mundo sin hacer algo especial por nuestra Isadora.
_ No te olvides de girar ligeramente el pie cuando hagas una reverencia _ le aconsejó Gerald, haciendo el gesto.
_ Y levanta el dedo menor cuando tomes té _ dijo Journey, demostrándole con una taza.
_Es lo mínimo que podemos hacer, después de todo lo que hizo por nosotros _ agregó Timothy, poniéndole una peineta adornado con perlas en los cabellos.
_Todo lo que hice _ repitió ella confundida . _ No entiendo.
Ryan la observaba con un brillo intenso en la mirada .
_Vos mejoraste la vida de todos nosotros _ él le explicó. _ A tu propia manera.
_ Espera un momento. _ Journey le entregó un impecable pañuelo de encaje. _ No vayas a llorar ahora. Vas a arruinar el maquillaje que Gerald hizo.
Isadora cerró los ojos y apretó los labios pintados, respirando profundamente . No ayudó, no mucho, pero como Gerald parecía tan orgulloso y expectante, no se atrevió a dejar que las lágrimas borrasen el delineado de sus ojos.
_ Ustedes son _ ella dijo, su mirada recorriendo la cabina llena de gente _ los primeros verdaderos amigos que he tenido . _ Intentó controlar la emoción, acomodando levemente la amplia falda del vestido turquesa. _ Qué pensará Boston de mí ?
_ Por qué no lo ves vos misma? _ Chips sacudió la cabeza haciéndole una seña a Luigi, quien entró para a la cabina una caja donde se leía “frágil”. Usando la barra de hierro, sacaron de allí un grande y bello espejo de marco dorado.
Mientras los dos lo montaban, Isadora se dio cuenta que no se había visto en un espejo durante meses. El espejo de afeitarse de Ryan era tan pequeño que mostraba solamente parte de la cara . Casi tuvo miedo de mirarse, pues nunca le había gustado ver el triste reflejo de su figura descolorida.
Pero la tripulación parecía tan orgullosa que no quería decepcionarla. Esperó, con los hombros erectos, el mentón levantado en el nuevo porte que había aprendido a mantener. Los hombres alzaron el espejo alto y lo giraron en su dirección. Finalmente, por primera vez desde que había dejado Boston, Isadora se confrontó en un espejo de cuerpo entero. Lo que vio la dejó estupefacta, y le robó el habla.
Estaba mirando una extraña.
Una extraña bonita.
El patito feo se había convertido en un cisne.
No estaba abatida ni pálida, sino con un color saludable , gracias a la comida de Doutor y la vida activa a bordo del barco. Bellos rulos castaño dorados enmarcaban su rostro sorprendido, casi elegante. El sol había substituido su palidez excesiva con un tono bronceado, nada convencional mas curiosamente atractivo. El vestido osado y los zapatos de baile completaban la figura de una beldad confiada, transformándola de maneras que sabía que iban mucho mas allá de la apariencia. Se dio cuenta que no había sido tanto su exterior sino su interior era lo que había cambiado, su modo de mirar al mundo y a si misma.
El haber hecho esa viaje, conocido a esos hombres sencillos y especialmente a Ryan había hecho crecer la confianza que siempre le había faltado y esa confianza se evidenciaba en su postura digna y orgullosa. Todos los trabajos de traducción que había realizado y los contactos comerciales resultantes le habían enseñado a mantener la mirada más intimidante sin vacilar; sus noches en la cubierta y en la Villa de Rose le habían enseñado a bailar con el más guapo de los hombres sin sentirse inferior; el disfraz usado en Virginia le había mostrado que cualquier cosa era posible si creía en sus propias capacidades.
Ryan y la tripulación... Su inesperada escuela de vida... le habían cambiado la vida.
No pudo contenerse. Las lágrimas fluyeron libremente.
_ No, por favor _ imploraron todos casi al unísono, pero ella no podía parar. Abrazó a cada uno de los hombres y, finalmente, a Journey y a Delilah, empapando el pañuelo de encaje.
_ Los quiero mucho _ ella dijo, emocionada. Señaló la imagen reflejada por el espejo. _ La amistad de ustedes me transformó en alguien que nunca hubiera podido ser .
Delilah le limpió la cara con un paño húmedo y Gerald retocó la pintura.
_ Hora de partir _ anunció Ryan, tomándole a mano.
Como en un sueño, Isadora subió a cubierta y ambos fueron bajados al mar en uno de los botes. El propio Ryan fue remando, conduciendo el bote suavemente por las aguas tranquilas del puerto de Boston. Ella se dio vuelta para mirar a sus amigos una vez más . Todos estaban parados junto en la baranda del Cisne de Plata, con las velas plegadas y la tormenta formándose en el horizonte distante, había una melancolía en ese momento que casi le provocó más lágrimas.
_ No hagas eso _ dijo Ryan, leyendo sus pensamientos. _ No tengo la habilidad de Gerald con la pintura .
Isadora se dio vuelta para mirarlo.
_ No voy a llorar.
Lo observó remando y , con los vigorosos movimientos, cada momento del tiempo que habían pasado juntos pasó delante de sus ojos. La noche en que lo había conocido , como Baco embriagado en su trono, una mujer sentada en su regazo. Ryan, relajado y bello en el jardín de la casa de su padre, dándole una pequeña muestra de la vida infeliz que ella llevaba. En la cubierta del barco, dando órdenes y riendo mientras el viento inflaba las velas. Finalmente, Isadora pensó en como se habían unido, íntimamente, y en como debería estar avergonzada, pero no lograba sentir el menor arrepentimiento por lo que habían hecho, por lo que habían significado el uno para el otro.
Demasiado rápidamente, llegaron al muelle y él la ayudó a bajar. Ele suelo pareció resbaladizo y ella se inclinó en dirección a Ryan, quien la amparó con un brazo mientras hacía una señal para al carruaje de Easterbrook, tirado por bellos caballos. Las puertas estaban pintadas con el familiar emblema de la compañía de comercio marítimo... el Cisne de Plata sobre un fondo azul.
_Diviértete en el baile de esta noche, princesa _ le dijo él, con un guiño de ojo . _ Ahora sabes como divertirte, no ?
Ella sonrió, sintiendo el rubor subiendo por las mejillas.
_ Ahora sé. Irás a la fiesta más tarde, verdad ?
_ Si, más tarde. _ Ryan le tocó el mentón con gentileza. El movimiento de los trabajadores en el muelle desapareció al fondo. A Isadora no le importó quienes podían verlos, o lo que pensasen. _ Lo prometo.
_ Ryan?
_Si ?
_Puedo preguntarte algo?
_ Cualquier cosa.
_ Por qué... después de aquel día en la cascada... te mantuviste distante conmigo ? Por qué no pudimos quedar... amigos, como hoy?
El se rió, aunque su risa contuviese un dejo sombrío de ironía.
_ No lo entiendes , verdad ?
_ No sé . Qué?
_ Realmente no lo entiendes.
_ Qué?
El se curvó ligeramente y la besó .
_ Isadora. Me enamoré de vos ese día.
Por varios segundos, ella quedó demasiado aturdida como para hablar. Los gritos de las gaviotas sonaron como truenos en sus oídos.
_ No bromees así. Es cruel.
_ No estoy bromeando. _ él la miró con firmeza y , en esos ojos azules, Isadora pudo ver una afecto profundo que quiso capturar en su corazón y guardar para siempre.
_Por qué no me lo dijiste?
_ Qué habría ganado? _ Ryan volvió a besarla y , luego, se dio vuelta y la condujo al carruaje, entregándola a los cuidados del cochero. _ Viaje con cuidado _ instruyó al hombre. _ Ella es una carga valiosa.
Y fue así como Isadora lo dejó. Parado en el muelle , un viento fuerte soplándole los cabellos rojizos y la camisa. Isadora tuvo la horrible e irracional sensación de que jamás volvería a verlo, aunque él hubiese prometido ir a la fiesta.
Un grito de dolor se formó en su garganta, pero no pudo soltarlo, pues si lo hiciese, todas las emociones en su interior emergerían dejándola vacía, sin nada, ni siquiera recuerdos, para ayudarla a sobrevivir por el resto de su vida.

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