domingo, 21 de junio de 2009

EL ACUERDO - CAPITULO 21

CAPITULO 21


- No comprendo, Megan! Por qué se esconde? Por qué no vienes con nosotros ? - Ashleigh volvió su cara ruborizada hacia su amiga, quien la ayudaba a vestirse para la cena. - Oh, querida... Es
porque tiene temor de que alguien de Londres pueda reconocerte? Ya sabes... de Hampton House.
. - Oh, no! - Megan se rió. - Vos no me viste, pero ya estuve espiando a los invitados del duque, durante el almuerzo. La única persona que conoce mi pasado es el señor Shelley. Pero él es digno de toda confianza, no va a denunciarme. Al contrario! Se Mostró contento porque una pobre muchacha irlandesa hubiese conseguido superar las barreras sociales. No, Ashleigh, no temo nada por ese lado.
- Entonces, por qué no bajas para cenar con nosotros ?
- La respuesta es muy simple - dijo Megan, continuando con su tarea. - Los invitados de su Gracia todavía no saben que soy tu criada personal. Pero, si bajo, una de las dos ladies "cara de trasero" es muy capaz de informarles eso.
- Y con eso arriesgare a que las haga pasar un papelón? No, ninguna de las dos se atrevería a tanto!
- No sé... - murmuró Megan, poco convencida. - Lady Elizabeth es una mujer vengativa.
Ella dio un paso hacia atrás , admirando su obra con una sonrisa de satisfacción . Esa noche, Ashleigh usaba un lindo vestido rosado. " Rosa de noche será el último grito de la moda este año", le había asegurado madame Gautier.
- Mi Dios, estás muy linda!
Ashleigh se aproximó al espejo, curiosa de verse, y examinó con agrado su propio cuerpo, envuelto en una leve tela de seda rosada. Mas, cuando sus ojos se fijaron en el escote generoso, que le exponía el nacimiento de los pechos, sintió su rostro arder de vergüenza.
- No sé como tuve el coraje de permitir que madame Gautier me hiciese... esto! - dijo ella , empujando nerviosamente la pechera
hacia arriba. - Cómo fue que no notamos esto , Megan?
La irlandesa se rió.
- Y yo que pensé que te estabas convirtiendo en una mujer sofisticada!
Ashleigh sacudió su cabeza . Sofisticación era justamente lo que le faltaba para igualarse a las damas y a los caballeros nobles del círculo social del duque.
El duque... Brett! Sintió sus sienes latir y su mente confundirse con una mezcla de sentimientos y emociones al recordar la escena que había sucedido en ese mismo cuarto. Había hecho muy mal en permitir que él le despertase sensaciones voluptuosas que tenía dormidas dentro de si. Pero, en ese momento, no quería examinar su incondicional rendición a las caricias de él ni las implicaciones de sus acciones. Pensaría en eso después .
Fue en ese estado de impaciencia y nerviosismo que volvió a considerar las palabras de Megan. Y llegó a una conclusión: para estar a la altura de lo que se esperaba de una anfitriona del duque, debía desarrollar un gusto por las cosas de la alta sociedad, un culto por las apariencias. Y tendría que comenzar esa misma noche, usando ese vestido!
Decididamente, se volvió hacia Megan.
- Es de noche que las mujeres tienen ocasión de mostrarse y de agradar. Voy a usar este vestido y causar una sensación!
- Ah, mi querida... Por fin! - exclamó Megan. - Pero las noches suelen ser frías y peligrosas. Espera un instante. Voy a buscar el chal que Suzanne me hizo.
Ashleigh la miró con admiración. Era una solución perfecta. Los chales estaban de moda.
- Siempre pienso lo que podrías hacer por la grandeza de este país si no fueses mujer e... irlandesa, Oh Megan!

Patrick había terminado de bañarse y vestirse con la ayuda de Higgins y estaba listo para ir al encuentro del duque. Antes de salir, lanzó una rápida mirada al espejo y sonrió de satisfacción.
- Matador- le dijo a su propia imagen -, esta noche tendrás algunas de las mujeres más bellas del mundo a tus pies! No me falles!
Después , con un último toque a su corbata inmaculada, se dirigió hacia la puerta . La abrió y salió al corredor. Al darse vuelta , se chocó con un cuerpo delicado que venía en sentido contrario.
- Discúlpeme ...
Patrick miró a la mujer que estaba sentada en el piso , en medio de un montón de sedas color verde jade, y se quedó mudo. Allí, mirándolo con aire indignado, estaba la mujer más bella que jamas había conocido . Y, súbitamente, se preguntó por qué Brett no le había hablado respecto a ella.
Los ojos de Megan subieron por esas largas piernas musculosas, enfundadas en un pantalón gris, que se erguían delante de ella como dos torres, examinaron su chaleco blanco de seda, la inmaculada camisa blanca, y finalmente se detuvieron en el rostro bronceado del desconocido. El la miraba con la boca entreabierta, con unos ojos azules arrebatadores.
- Bien - Megan le dijo -, me vas a ayudar a levantarme o me vas a dejar tirada aquí toda la noche ?

Patrick miró la a mano de dedos largos y uñas rosadas y la tomó inmediatamente dentro de la suya. Cuando la bella mujer se puso de pie , él se vio delante de un par de increíbles ojos verdes, que brillaban con ironía.
Sonrió con esfuerzo y volvió a decir torpemente:
- Discúlpame... No tuve a intención...
La bella sacudió sus estupendos cabellos rojos, que caían sobre sus hombros como una cascada de fuego, y lo miró con un aire de secreta diversión .
- Irlandesa! - exclamó Patrick súbitamente.
Ella se rió, su risa era cálida y contagiosa.
- Si, soy irlandesa. Con mucho orgullo, señor ...
- St. Clare. Patrick St. Clare, irlandés hasta la médula.
- Ah, un verdadero irlandés! Soy Megan O'Brien.
- Megan O'Brien... Un lindo nombre.
- Patrick! - llamó una profunda voz masculina desde el otro lado del corredor. - Estaba justamente pensando en vos!
Patrick fue arrancado de su estado de fascinación y soltó la mano delicada, que todavía conservaba en la suya.
- Veo que ustedes dos ya se conocen - dijo Brett, aproximándose.
- Ya somos viejos amigos - dijo Patrick, sonriendo.
- Pero tal vez no sepas que la señorita O'Brien es la compañera de mi pupila.
Volviéndose hacia Megan, el duque agregó :
- Todavía no te vestiste para la cena. Espero que no estés pensando en no comparecer!
- Oh, no, su Gracia! - Megan hizo una leve inclinación de cabeza a los dos hombres. - Discúlpenme ...
-
Antes de entrar en la sala de visitas, Ashleigh lanzó una mirada de admiración a su compañera. Nunca la había visto tan linda! Y pensó por qué Megan había cambiado de idea en el último instante.

Megan le había dado pocas explicaciones cuando había vuelto al cuarto luciendo una espectacular creación de Suzanne: un vestido imperial dorado, que ella usaba con el porte de una reina. Cuando la había interrogado, Megan había sonreído enigmáticamente y solamente había dicho :
- Tendrás la respuesta pronto, si sos capaz de sumar dos mas dos.
Ahora, mientras se abrían camino por entre los invitados elegantemente trajeados, Ashleigh la vio lanzar una mirada a su alrededor , como si estuviese buscando a alguien. Iba a interrogarla, cuando una voz profunda y cordial se elevó sobre el inmenso murmullo que dominaba la sala:
- Dos ángeles han bajado a la Tierra!
Ambas volvieron sus cabezas. Era Brett, que venía al encuentro de ellas con una sonrisa en los labios.
- Si no me equivoco ...- continuó él gentilmente, volviéndose hacia Megan -, pronto te verás rodeada por una multitud de caballeros queriendo conocerte.
Mientras la miraba , la vio lanzar una mirada ansiosa alrededor del salón y comprendió que la encantadora pelirroja había simpatizado con su amigo.
Se inclinó hacia adelante y le susurró al oído:
- Creo que encontrarás a quien buscas en la sala de fumar. Algunos de los invitados están allá, discutiendo con Percy Shelley la cuestión irlandesa.
- Ah! Ese es un tema que me agrada! - exclamó Megan con una sonrisa. - Ashleigh... su Gracia... espero que me disculpen un instante.
Ashleigh se volvió hacia Brett, intrigada.
- Megan está tan extraña...
El se rió bajito.
- Creo que ella quiere darte una sorpresa. Espera un poco y verás.
- Brett! Hace cuanto tiempo... - dijo en ese instante un hombre canoso, de ojos lagrimeantes, que llegaba acompañado de Elizabeth Hastings.
Brett hizo una leve inclinación de cabeza, pero su tono era frío cuando dijo:
- Mi lord... Finalmente resolvió aparecer.
- Habría venido antes, pero esta muchacha no permitió - dijo el hombre, lanzando una mirada acusadora a Elizabeth.
- Papá ! Sabes que no estás en condiciones de participar de fiestas - dijo ella con enfado. - Digo eso por tu bien, no lo tomes a mal...
Brett la interrumpió bruscamente:
- Señorita Ashleigh Sinclair, permite que te presente a lord David Hastings, padre de lady Elizabeth.
Mientras Ashleigh hacía una leve reverencia, lord Hastings se aproximó de ella con un paso pesado y la miró demostrando satisfacción .
- Estaba ansioso por conocerla, mi querida. - Volviéndose hacia Brett, agregó : - Ella es una belleza, su Gracia! - Después le dijo a Elizabeth: - Ahora comprendo por qué estás tan preocupada!
La ira brilló en el rostro de la rubia. Pero, antes que Elizabeth pudiese decir algo , su padre se dio vuelta hacia un criado que pasaba con una bandeja de bebidas.
-Oh, papá - ella murmuró, consternada, imperturbable, David Hastings levantó la copa de champagne.
- Por mi buen vecino y mi futuro yerno.
Brett sonrió poco cómodo y murmuró un comentario banal, pero el hombre era locuaz y no estaba dispuesto a quedarse callado. Hubiese continuado hablando durante una hora, si su hija no lo hubiese llevado delicadamente afuera del salón .
Ashleigh los siguió con los ojos por un momento y después observó :
- Parece que no lo estimas.
- Quién puede estimar a un hombre que pasa todo el día bebiendo y que, cuando logra estar sobrio, es un hombre aburrido sin opiniones, sin pasiones o convicciones de ninguna índole?
Súbitamente, Brett miró por encima de los hombros de ella y su cara se distendió .
- Ah! Ahí están !
Ashleigh volvió su cabeza y su mirada recayó en el acompañante de Megan, un hombre alto, de cabellos negros y ojos azules como el cielo nocturno. Ashleigh se puso a estudiarlo y frunció el ceño , en el esfuerzo de activar la memoria. De repente, su corazón comenzó a latir más rápidamente .

Brett notó su reacción y le preguntó solícitamente:
- Ashleigh... No te sientes bien ?
Ella no respondió. miraba ese rostro querido, pensando si no estaría soñando.
- Patrick?... - Ashleigh finalmente consiguió decir con un hilo de voz. Después , habló más alto: - Patrick! Oh, mi Dios... es Patrick!
Patrick St. Clare no se movió , los ojos fijos en la bella joven con el rostro en forma de corazón, ojos azul oscuro y cabellos negros y brillantes. Había en ella algo familiar... Súbitamente, comprendió todo.
- Mi hermana! - gritó Patrick , tomándola en sus brazos. - Realmente sos vos, mi niña?
Ashleigh lo miró sin poder hablar. Entonces , toda su emoción estalló descontroladamente, y ella se aferró a él sollozando.
- Gracias a Dios! - dijo Patrick, sintiendo el gusto salado de sus propias lágrimas en sus labios. - Nunca, ni por un momento , dudé que iba a encontrarte !
El la bajó al piso y se apartó un poco para contemplarla.
- Te has convertido en una bella mujer, mi querida. Como todo hacía suponer, cuando eras solamente una niña.
De repente, sus ojos se pusieron pensativos.
- Pero ... qué estás haciendo en Ravensford Hall?
Ashleigh lo miró confundida. Cómo podría explicar, delante de todos, el motivo de su presencia allí ? Era una situación embarazosa, y además necesitaba tiempo para pensar. Pero, al ver la expresión ansiosa de su hermano, supo que no podría eludir la situación. Y decidió , para tranquilizarlo, decirle parte de la verdad, la parte más amena.
Después lanzar una rápida mirada en dirección a Brett, Ashleigh respondió sonriente:
- Estarás feliz de saber que me encuentro aquí en calidad de pupila de su Gracia, el duque de Ravensford.
Patrick permaneció en silencio por un momento. Súbitamente, sus facciones se endurecieron y él miró al hombre al que siempre había considerado su mejor amigo con fría ausencia en la expresión de su rostro.
- Brett Westmont - dijo Patrick serenamente. - Voy a matarte.

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