viernes, 12 de junio de 2009

EL ACUERO - VERONICA SATLER - CAPITULO 10

CAPITULO 10


Brett miró a Madame y sonrió . Pero era una sonrisa formal, que no expresaba satisfacción .
- Parece entonces que la señora pretende quedarse con la generosa cantidad de dinero que el abogado de mi abuelo le adelantó, por los servicios de una joven absolutamente inexperta. Una
chica, como usted misma admitió, que fue enviada a mi casa por error. Brett hizo una pausa y concluyó , irritado:
- Y encima me está pidiendo otra suma de dinero , mucho mayor, para que pueda tenerla de vuelta.
Los ojos grises de Madame sustentaron la mirada de él por un instante, antes de entrecerrar los párpados.
- Perdone mi impertinencia. Pero el error al que su Gracia se refiere se revertió completamente a su favor. Ashleigh Sinclair era virgen, cuando dejó esta casa, días atrás, ahora ella afirma, entre lágrimas, que ya no lo es.
Madame inclinó su cuerpo hacia adelante y, graciosa e insidiosamente, continuó :
- Tiene alguna idea de lo que vale una virgen en el mercado actualmente? Y una tan encantadora cuanto nuestra Ashleigh? - ella volvió a reclinarse en la silla, más cómodamente. - Su Gracia hizo un gran negocio !
Brett le notó las manos, bellas con uñas largas y curvas. manos en forma de garras.
- Fue una ventaja que yo no pedí - Brett comentó, un tanto irritado.
- Ah! - Los ojos de Madame brillaron . - Entonces por qué vino aquí, buscando esa "joven totalmente inexperta"?
- Usted se olvida que el error del el cual es responsable podría tener consecuencias...
La risa de Madame vino en el momento oportuno.
- Lo que su Gracia realmente está queriendo decir es que su reputación sufrirá un gran golpe, en caso que se corran rumores sobre el modo en que usó y abusó de esa pobre criatura!
Madame hizo una pausa significativa.
- Me dijeron que ella tiene marcas por todo el cuerpo, una de las cuales está en su adorable trasero.
- Basta! - la cortó Brett, enervado. - Veo que es inútil asegurarle que no soy responsable de esas... marcas! Por lo tanto, sugiero que volvamos a la cuestión principal. Lo que sucedería con esa muchachita, se yo me fuese de aquí sin aceptar sus términos?
Los ojos fríos y calculadores de Madame mostraron una estudiada sorpresa.
- Pensé que era obvio, su Gracia! Ella va a trabajar aquí. Yo soy una persona muy sensible, pero esta no es una casa de caridad !
- Supogo que quiere decir con eso que ella retomará sus antiguas tareas de criada.
Madame respondió con grande vivacidad :
- Ashleigh es joven, bonita y huérfana. Cuando ella era inocente, fui persuadida a conseguirle un empleo honesto. Pero ahora... - ella se encogió de hombros . - nuestra huérfana se convirtió en una buena inversión.
- Para usted, tal vez .
- Para mí, para usted, y para quien pueda pagarse el lujo de tenerla!
Brett suspiró, consciente de su derrota. quería a la joven, y Madame sabía eso, aunque no supiese que no era el alto precio exigido lo que lo hacía vacilar. Ni la amenaza de un escándalo, como ella hábilmente había insinuado.
Estaba absolutamente perplejo. Había ido allí con el único propósito de recobrar un juguete encantador y tal vez para poner a prueba su carisma masculino. Pero , después de la asombrosa historia que había oído de Madame acerca del pasado de Ashleigh Sinclair, se encontraba en un dilema. La joven verdaderamente era pura e inocente, y él la había violado, a pesar de sus protestas.
Eso no condecía con su carácter. Siempre se había involucrado con mujeres que sabían en que se metían , con mujeres cuya elección era libre y voluntaria, sin coerción alguna . Nunca había seducido a quien no deseaba ser seducida .Y ahora, si quería dormir tranquilo, sin remordimientos ni peso en su consciencia, tendría que pensar en un modo de remediar su error, aunque eso significase obtener a Ashleigh de vuelta en los términos de Madame.
Madame lo miró interrogativamente.
- Veo que su Gracia me comprende.
Brett suspiró por segunda vez y se levantó .
- Pues bien ! Acepto sus exigencias. Quieres que firme una carta compromiso o...
- Por favor, su Gracia! - lo interrumpió Madame, levantándose también . - Será suficiente con que mande a su abogado a buscarme mañana.
- Dónde está ella ? Y cuando podré llevarla de vuelta a Ravensford Hall?
Madame sopesó cuidadosamente sus palabras.
- Me temo que no será nada fácil. Fui informada que ella llegó aquí profundamente conmocionada. En este momento, se encuentra en el piso superior , entregada a los cuidados de una
de mis jóvenes .
Ella lo miró con aire de duda.
- Podrá tener problemas, si intenta separarla de ese verdadero perro guardián.
Brett suspiró brevemente. No había hecho un plan para resolver esa situación y la miró durante unos segundos sin decir nada. Finalmente, se decidió :
- Puede mostrarme el camino, Madame.


Ashleigh se encontraba sentada delante de la chimenea. Detrás de ella, Megan peinaba cuidadosamente sus cabellos.
- En verdad, querida. No debes preocuparte tanto por mí. Vos ya hiciste demasiado!
- Y haría más si pudiese aliviarte de este dolor. - La pasional irlandesa apretó con fuerza el peine. - No sé a quien me gustaría ahorcar primero: si a Monique, esa puta desgraciada , o si a tu duque perverso !
Ashleigh se dio vuelta impetuosamente y respondió con un malestar que no conseguía esconder:
- Oh, Megan! Yo nunca lo consideré "mi duque". Nada me sería más embarazoso que volver a estar delante de él!
- Fue un modo de decir, querida. No debes preocuparte. Tengo la impresión que su Gracia no se atreverá a poner los pies en Hampton House!
Ashleigh iba a retrucar cuando a puerta se abrió con un estruendo, dando paso a Dorcas.
- No debería estar aquí arriba con ese perro! - dijo ella jadeante, señalando a Finn, quien estaba a los pies de su ama. - Qué diría Madame si se entera ?
- Yo le diría que tiene hasta mañana para librarse de ese animal!
Las tres mujeres se volvieron al mismo tiempo y vieron a Madame en el corredor, espléndida con un vestido de terciopelo marfil .
Sin hacer caso de la exclamación de Ashleigh, ella ordenó secamente:
- Llévalo abajo, Dorcas.
- Si , madame.
Madame se dirigió a Megan con una expresión severa.
- Ya has pasado demasiado tiempo con esta niña. Es momento para que bajes a recibir a nuestros clientes. Yo tengo un asunto que tratar con Ashleigh.
La bella irlandesa dejó pasar el punto principal de ese comentario. su atención había sido atraída por un hombre alto que, hasta entonces, había permanecido en las sombras.
Dándose cuenta de quien se trataba, ella se inclinó hacia Ashleigh y le dio una palmadita de aliento en el hombro.
- Estás lista para recibir esta... visita, querida?

Si hubiera podido, Ashleigh habría huido del cuarto. Daría cualquier cosa por nunca más tener que enfrentarse a su agresor. Pero, ante la expresión severa de su patrona, se dio cuenta que no tendría otra alternativa mas que someterse a los deseos de ella!
- Yo ... yo estaré bien, Megan. Puedes bajar.
- Perfecto , querida. Si cambias de idea, no vaciles en llamarme.
Diciendo eso, la bella pelirroja caminó hacia la puerta con altivez, la cabeza en alto, como se estuviese cumpliendo con dignidad un deber desagradable.
Madame se dio vuelta entonces hacia Brett e hizo un gesto cortés con su mano cargada de brillantes.
- Por favor entre, su Gracia.
Ashleigh levantó sus ojos hacia ese hombre vestido según la moda y no obstante tan soberbiamente viril, pero no consiguió mantener la intensidad de su mirada . Agachó la cabeza y mantuvo los labios apretados y las manos entrelazadas en su regazo, en un mutismo cargado de tormento.
- Ashleigh, mi querida! Dónde están tus buenos modales? - le preguntó Madame, escandalizada. - Cómo te atreves a quedarte sentada ante un noble del Reino?
- Realmente no es necesario... - murmuró Brett, poco cómodo.
Ashleigh se ruborizó. Se puso de pie de un salto hizo una leve reverencia.
- Su Gracia... - ella murmuró, cuando su única voluntad era arrancarle con las uñas su sonrisa arrogante!
En verdad, la sonrisa que iluminaba las bellas facciones de Brett no era propiamente arrogante, sino irónica, y constituía una respuesta a la chispa de desdén que él había registrado en los ojos de ella.
Hasta entonces, había estado bajo el efecto de una especie de encantamiento. Había estudiado durante algún tiempo la cara angelical de Ashleigh. Después , recorriéndole el cuerpo, se había complacido en adivinar los contornos y las formas a través de la bata liviana. La encontraba aun más bonita, como si, de algún modo, su belleza fuese algo nuevo para él.
Ahora, sin embargo , estaba positivamente irritado y se esforzó para responder a la reverencia con un leve cumplimiento:
- Buenas noches, señorita Sinclair.
Ella nada pudo decir durante un minuto. Después , intentó recuperar la sangre fría.
- Madame... dijo que tenía un asunto que tratar conmigo?
- Ah, si ! - Madame se dio vuelta hacia Brett. - Voy a exponer los términos de nuestro acuerdo hasta el punto en que eso me involucre. Después , será el turno de su Gracia de continuar.
Ante el gesto de confirmación de Brett, Ashleigh sintió un escalofrío de aprensión .

- En virtud de tu vuelta a Hampton House, te encuentras nuevamente bajo mi protección - comenzó Madame. -Sin embargo , en vista de las circunstancias que rodearon tu vuelta, no puedo volver a ofrecerte el puesto que ocupabas anteriormente. Ahora eres una mujer, Ashleigh. Eres bonita y digna de una ocupación... desgraciadamente superior. Madame hizo una pausa dramática.
- Tenemos que considerar que abandonaste la casa de su Gracia, con grave contratiempo que...
- Qué más podía hacer? La conducta de su Gracia fue francamente repulsiva ! - la interrumpió Ashleigh impetuosamente. - Era una situación que una mujer decente no...
- La honestidad causa muchos dolores y sufrimientos superfluos - observó Madame con un leve encogimiento de hombros . - Pero no es a mí que tienes que explicarle lo que sucedió en Ravensford Hall. Resta resolver el hecho de que estás nuevamente en mi casa. Y, como no tienes ganas o capacidad para desempeñar la única función que te haría indispensable aquí, me vi obligada a cederte a su Gracia, quien me pagó anticipadamente por tus servicios.
Un silencio sepulcral siguió a esas palabras. Transcurrido un minuto, Ashleigh levantó los ojos llenos de lágrimas y preguntó, con una voz que era casi un susurro:
- Cuánto, Madame?
- Esa ... - respondió Madame, volviéndose hacia la puerta - es una información que no estoy autorizada a revelarte. Sugiero que te entiendas con su Gracia.
Diciendo eso , ella desapareció en las sombras del corredor. Ashleigh miró a Brett.
- Planeaste todo cuidadosamente! - dijo ella entre lágrimas. - Sabiendo que difícilmente conseguiría que me acepten de vuelta, urdiste una trama con Madame! Es así que procede un hombre de bien de esta sociedad ?
Brett notó su fragilidad y su desamparo. Conmovido, tuvo que controlarse para no tomarla en sus brazos.
- Señorita Sinclair... - dijo para entrar en tema.
- Señorita Sinclair! - ironizó ella, con ganas de decirle todas las cosas que se le pasaban por la cabeza. - Estás queriendo dorarme la píldora? Soy joven, era virgen pero no soy idiota.
El dio un paso más.
- Oye, Ashleigh, yo...
- No! Escúchame! No hay nadie en este mundo que me pueda obligar a ser tu amante! Nadie! Dejaré esta casa y buscaré un modo de encontrar un empleo honesto. Cualquiera... mientras sea honesto!
Brett oía todo con creciente irritación. Sería un infierno, pero por culpa suya. Había hecho de ella un instrumento de placer, de placer egoísta, y ahora tenía que pagar por el desprecio que había generado!
- Ashleigh - dijo Brett con paciencia, procurando no ver la angustia y la tristeza que había en esos ojos zafiro. - Supónte que te dijese que no tengo ninguna intención de convertirte en mi amante. Y supónte también que te ofreciese ese empleo que tanto deseas. Qué pensarías?
El estaba muy cerca de ella, y Ashleigh creyó ver sinceridad en lo profundo de sus ojos azules.
- Qué clase... qué clase de empleo?
- Si, su Gracia! - dijo una firme voz de mujer venida desde la puerta. - Qué clase de empleo?
Ashleigh y Brett se volvieron al mismo tiempo y vieron la alta figura de Megan desde las sombras.
-Discúlpeme , su Gracia. Todavía no fuimos presentados. Soy Megan O'Brien, la nueva responsable de la señorita Sinclair. Y estoy interesada en saber cuál es su respuesta.
- Mi nueva responsable ? - balbuceó Ashleigh. - De qué estás hablando?
- Acabo de renunciar a mi puesto , querida. - Los dientes perfectos de Megan brillaron en un sonrisa de satisfacción .
Ella se volvió hacia Brett.
- Y como su adulto responsable quiero saber de la boca de su Gracia qué propuesta él tiene para hacernos. Que quede claro esto, a donde Ashleigh vaya, yo también iré !
Brett ponderó esa nueva situación con desagrado. Y por primera vez en su vida maldijo el sentido de honor que corría en su sangre. Ahora, estaba obligado a tratar con dos mujeres, en vez de una!
- Debo suponer que la señorita no cree en la sinceridad de mis intenciones?
- No se trata de eso, su Gracia. Quiero que esta pequeña tenga una amiga y una protectora a su lado, cuando tome posesión de ese nuevo cargo que usted mencionó, pero que todavía no explicó!
Brett inspiró profundamente, antes de anunciar:
- Señorita Sinclair, me gustaría que te instalases en mi casa como asistente de mi tía. Ella viene desempeñando las funciones de anfitriona hace muchos años, desde que mi abuelo enviudó.
Pero es una mujer mayor y , tengo certeza, que agradecería cualquier ayuda que yo pudiese proveerle.
Brett hizo una pausa pensando que si había algo en el mundo que lady Margaret no apreciaría era justamente la ayuda de nadie . Pero, como no podía llevar adelante sus planes sin vencer la hostilidad y la desconfianza de esas dos mujeres, estaba dispuesto a enfrentar todas las consecuencias que fuesen a surgir!
- Tus tareas serán simples y definidas. Planeo recibir amigos, tanto en mi casa de campo como en la casa de Londres.
Para esas ocasiones, voy a precisar una anfitriona. Supe que has recibido una buena educación , y que tienes credenciales suficientes para desempeñar esas funciones con responsabilidad .
El interés de Ashleigh creció considerablemente. Pero podría confiar en Brett Westmont? él no había procedido como un caballero, antes. Y, una vez que la tuviese al alcance de las manos, quién le impediría ... Sintió su rostro arder de vergüenza ante esa posibilidad .
Pero ahora Megan estaba a su lado, y eso era una garantía de tranquilidad . Si pudiesen continuar unidas, nada malo le iba a suceder. Aún así , vaciló.
Megan la sacó de la nebulosa en la que se encontraba.
- Qué crees, Ashleigh querida?
- Era exactamente eso lo que te iba a preguntar !
La pelirroja giró hacia Brett.
- Su Gracia tendrá alguna objeción si llevamos un amigo con nosotras ?
- Amigo...?
- Finn.
- Y quién es ese Finn?
- El perro irlandés de Ashleigh.

Brett murmuró algo entre dientes, pero, cuando sus ojos recayeron en el pequeño reloj de porcelana que estaba sobre la cómoda y vio la hora, cedió.
- Está bien. Me ocuparé de acomodarlo. - él miró a Ashleigh. - Y entonces, señorita Sinclair?
- Yo no debería recibir algún tipo de remuneración? Planeo restituirle a Madame la suma que has desembolsado por mis servicios. Y no podré hacerlo, a menos que...
- Haré que mi abogado deposite quinientas libras a tu nombre en el Banco de Inglaterra. Podrás considerar esa cantidad como su salario anual. Además ...
- Yo estaba pensando en mil libras - intervino Megan.
- Mil libras? Es una cantidad exorbitante, señorita O'Brien!
- Concuerdo con su Gracia. Pero eso incluye la indemnización...
Brett capituló una vez más .
- Está bien. Mil libras anuales.
- Pero usted iba a decir algo...
El la miró con severidad .
- Antes que me interrumpieses, iba a decir que la señorita Ashleigh recibirá cincuenta libras cada vez que sus servicios fuesen requeridos. Naturalmente, todas los demás gastos que el cargo involucren correrán por mi cuenta.
- Qué gastos?
- Ropas, alimentación... y otros ítems.
Ashleigh asintió, aturdida. No había imaginado que la oferta pudiese ser tan generosa.
- Habrá algún tipo de recompensa para mi amiga?
Brett estaba a punto de estallar.
- Trescientas libras anuales, pero ella tendrá que cumplir con el puesto de ser tu criada de cuarto.
Ashleigh miró a Megan, consternada.
- Oh, querida...
- No te aflijas, mi querida. - La irlandesa sonrió . - Criada de cuarto! Me gusta eso.
Brett miró nuevamente el reloj. Pasaban de las diez, y tenía que pasar por el Almack's, antes que el salón de baile cerrase sus puertas.
- Entonces, señorita Ashleigh? Aceptas mis condiciones?
Ella lanzó una breve mirada a Megan y después asintió .
- Si, su Gracia. Es un acuerdo .

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