domingo, 21 de junio de 2009

EL ACUERDO - VERONICA SATTLER - CAPITULO 23

CAPITULO 23



Quince días después , Ashleigh se encontraba en el cuarto cuyo balcón daba aun florido jardín, ya un paisaje domino por un lago .
Por la ventana abierta se veían las aguas brillantes y los márgenes verdes, escalonados con los mas variados arbustos. El infinito del cielo la atrajo . Se puso a seguir las nubes y sus formas ,pensando si todo aquello no sería un cuento que la había hecho adormecer y soñar.
No. Esa mujer vestida de seda color marfil con encajes antiguos, a la espera del momento de convertirse duquesa, era ella misma y no un personaje de un cuento de hadas!
Una leve sonrisa vino a sus labios al recordar cómo todo eso había sucedido . Cierta mañana, Brett, a quien no veía desde a noche del compromiso, había mandado a Hettie Busby a su cuarto con un esquela. Decía que, siguiendo una antigua tradición, las novias de la familia Westmont acostumbraban a ir a residir a la villa del lago, en las semanas que precedían a la boda. Le Pedía que, cuando esa pequeña casa, ahora deshabitada, estuviese en condiciones de recibirla, fuese para allá con la gobernanta y algunas criadas.
En pocos días, decenas de empleados, entre pintores y carpinteros , habían reformado y redecorado los diez cuartos que componían los dos pisos del la elegante mansión, haciéndola habitable.
Durante una semana, Ashleigh había vivido allí una vida reposada. De noche, encerrada en su cuarto, pasaba el tiempo evocando y recomponiendo la imagen de Brett. Durante el día, paseaba por las sendas floridas que bordeaban el lago. Uno de los pensamientos que la acompañaban en esas caminatas era lo que haría si alguien apareciese de repente, en una curva del camino...
Saliendo bruscamente de esos devaneos, Ashleigh abrió las puertas francesas del balcón. Había llovido el día anterior , pero ahora solamente harapos de nubes permanecían en el cielo. Apoyada en la balaustrada, posó sus ojos en el aterciopelado rectángulo del jardín. Las hojas lavadas y las flores nuevas brillaban al sol. Las abejas zumbaban sobre las flores de tamarindo, y los lirios amarillos.
Mas allá de los cortinajes de las ramas, se extendía hacia el lago, las aguas tranquilas cortadas por el nado de los cisnes lentos. Mientras protegía sus ojos de la luz del sol, vio como una pequeña mancha gris se detenía en una de las orillas y rápidamente asumía la forma de una barcaza con dos personas a bordo.

A medida que la embarcación se aproximaba al viejo muelle de piedra, notó que, a juzgar por el color roja de la casaca, el remador era un lacayo. Y la otra persona, con su rostro escondido por un amplio sombrero de paja, una mujer.
Recogiendo cuidadosamente las faldas , Ashleigh fue rumbo a los escalones de entrada. Un quietud dominguera reinaba en la casa. Los criados estaban descansando. Hettie y Megan habían retornado al solar para avisarle a Patrick de que ella estaba lista para ser acompañada a la iglesia de la aldea, donde Brett la esperaba.
Abrió la puerta del frente en el exacto momento en que el bote se arrimaba al muelle. Mientras el lacayo lo amarraba a uno de los pilares, tuvo una visión más clara del otro pasajero. Era lady Jane Hastings!
- Señorita Sinclair... señorita Sinclair! - llamó ella de lejos, al avistarla. - Qué bueno que todavía esté en casa!
Ashleigh siguió por el camino que bordeaba el pasto y abrió el portón cubierto de enredaderas.
- Lady Jane... qué agradable sorpresa !
Era sincera. Había simpatizado con esa mujer, un poco bizarra, pero de una gentileza infinita.
- Afortunadamente llegué a tiempo!
Lady Jane señaló para un montículo cubierto de arbustos, donde se distinguía en lo alto, entre los árboles, una casa blanca.
- Es Cloverhill Manor. En barco, no queda lejos de aquí . Pero tuve que esperar que Blye tuviese un momento libre para acompañarme. No es verdad, Blye?
El viejo criado sonrió .
- Si, my lady.
- No quieres entrar? - la invitó Ashleigh. - Mi hermano pronto estará aquí. Pero creo que tenemos tiempo para una taza de té .
- Oh, no, querida! Vine solamente para desearte felicidades.
Lady Hastings se volvió hacia Blye.
- Oh... las olvidé en el bote! Sería tan gentil de ir buscarlas por mí. ..
- Seguro, my lady.
Mientras él se apartaba, ella tomó ambas manos de Ashleigh.
- Estás encantadora, mi querida. - Súbitamente , los ojos de la vieja lady se pusieron soñadores. - Yo también fui una novia bonita. por lo menos , fue eso lo que me dijeron. Había mucha gente... todo era tan bello! La iglesia estaba adornada con rosas y los niños del coro cantaban. ..
Hubo un largo momento de silencio . Después , ella volvió , en voz tan baja que Ashleigh tuvo que inclinarse para oírla:

- Fui madre también . Pero algo sucedió... algo que no recuerdo... La cuna quedó vacía y ellos volvieron a llenarla...
Me hicieron doblemente madre. Pero... - ella levantó los ojos.
- Yo no era "realmente" la madre. Intenté decirles eso, pero no quisieron escucharme. "Ella" se los prohibió !
Ashleigh oía sin comprender.
- Debe estar cansada, mi lady - Ashleigh dijo preocupada, no tanto por las palabras extrañas de esa dama gentil, mismo por el tono lleno de angustia de su voz. - No quiere entrar y sentarse
un poco?
- Oh, ahí están, frescas como en el instante en que las corté ! - dijo lady Jane, tomando un espléndido ramillete de rosas de las manos de su criado, quien acababa de volver. - Gracias, Blye.
Después , extendiéndolo a Ashleigh, ella continuó , con una sonrisa lleno de bondad :
- Hoy es un día de fiesta y es preciso celebrarlo según la costumbres de los abuelos. Con flores. Para vos, mi querida. Espero que te traigan suerte!
Ashleigh aspiró su aroma, deleitada.
- Son muy lindas! Gracias, lady Jane. Me ha dado el más bello regalo de casamiento . Muchas gracias !
- No hay de que, mi querida. Sé feliz y no te atormentes con lo que no vale la pena.
La amable señora colocó su mano en el brazo de Blye.
- Debo irme ahora, querida. Espero que no te importe.
Ashleigh se inclinó y le besó las dos mejillas.
- Claro que no.
- Qué Dios te bendiga, mi querida.
Ashleigh se quedó parada, siguiéndolos con los ojos, hasta que la barcaza desapareció en medio de la bruma que comenzaba a bajar sobre el lago. Todavía estaba allí con el ramillete en las manos, pensando en las palabras de lady Jane Hastings, cuando oyó el ruido de las ruedas de un carruaje sobre el camino de tierra.
- Ah, ahí estás, querida! - gritó Patrick, por encima de los alegres ladridos de Finn quien saltó al suelo y corrió hacia ella.
Mientras reía y le ordenaba al perro para que se comportase, Ashleigh levantó los ojos hacia el carruaje y quedó bajo el influjo de una especie de encantamiento. Allí estaba la pareja más elegante y más bella que jamas hubiese visto! Parecían sacados de un cuento de principies y princesas!
Patrick parecía un perfecto dandy. Megan, con un vestido de seda violeta y cintas del misma color en sus cabellos peinados a la griega, era una diosa encarnada.
Ambos irradiaban tanta alegría que no pudo dejar de exclamar, mientras iba al encuentro de ellos: - Forman una pareja soberbia!
- Y vos estás extraordinariamente bonita - dijo Megan, abrazándola. - No es verdad, Patrick?
- Si, es verdad - aprobó Patrick con lágrimas en los ojos .- Cómo te sientes, pequeña?
Ashleigh contuvo un sollozo en el pecho y murmuró con voz estrangulada:
- Bastante bien.
Ella había pasado muchas horas con su hermano. Durante esos momentos, le había confesado que había aceptado el casamiento solamente para agradarlo. Su sentimiento, en relación a eso, era de una absoluta y definida resignación.
- No pareces nada animada con la perspectiva de convertirte en duquesa - observó él, sonriendo.
- Conoces bien mi opinión , Patrick. Sabes que los títulos de nobleza no me impresionan.
- Si, lo sé. Y creo, mi querida, que vos vivirías mejor en América!
- El señor Shelley y la señorita Mary te mandan saludos y sugirieron que vayas a visitarlos cuando estés en Londres. Parece que los cautivaste, Ashleigh - dijo Megan.
Patrick levantó las cejas, simulando horror.
- No sabía que mantenías amistad con esos dos radicales!
- Estás completamente equivocado! - protestó Ashleigh con fervor. - Shelley y Mary son bellas personas , que se muestran tal como son.
Patrick se rió y la tomó tiernamente por el brazo.
- Ella se exalta fácilmente, no te parece, Megan?
La irlandesa lo acompañó en la risa.
- No es lo que se espera de una duquesa?
Ashleigh comprendió de repente que los dos estaban procurando distraerla y calmarle un poco los nervios, tensos con la aproximación de la hora del casamiento. Y los amó todavía más por eso.
- A partir de hoy, cuando se dirijan a mí en público, espero que me llamen su Gracia! - Ashleigh afirmó, uniéndose a la broma.
- Cómo no! - dijo Megan, entregando a Finn a los cuidados de la señora Busby, quien había venido con ellos de Ravensford Hall. - Seremos súbditos de su Gracia hasta la muerte, no es así , Patrick?
El asintió, mientras instalaba a su hermana en el carruaje.
- Y nos inclinaremos delante de ella con todo o respeto!
- Espero que no te olvides de eso! - agregó Ashleigh, con toda seriedad, recostándose en el respaldo acolchado.
Patrick solamente sonrió y le hizo una seña al cochero, quien sacudió el látigo. Un segundo después , el carruaje avanzaba por los perfumados caminos de la campiña.

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