jueves, 25 de junio de 2009

EL ACUERDO - VERONICA SATTLER - CAPITULO 28

CAPITULO 28



Brett salió de su cuarto llevando un candelabro, atravesó el corredor y se detuvo junto a la puerta de Ashleigh. Los últimos tres días habían sido un infierno, y esa noche no prometía ser mejor.
Cuando, llevado por el despecho, había resuelto traerla de vuelta a su casa, no tenía otra cosa en mente mas que castigar a esa mujer, que se había atrevido a creer que podía escaparse de él . Había sido un acto de venganza, pero, ahora que la tenía en sus manos, completamente a su merced, se daba cuenta que la venganza era un arma de doble filo, capaz de herir también a quien la empuñaba. Al principio, solamente había pensado en hacerla sufrir durante algún tiempo y luego dejarla ir, como ella quería, borrarla para siempre de su memoria y de su vida! Pero su mente no le permitía hacer eso, ni su cuerpo ansioso.
Sin embargo, allí estaba lady Margaret, amenazando con consecuencias escandalosas e instigándolo a pedir el divorcio. Pero romper los lazos que eventualmente lo ligasen a una mujer que ya no le interesaba sería fácil. Casi imposible sería separarse de otra que había despertado en su corazón una emoción tan profunda!
Esa noche, había desistido de las rondas nocturnas a los clubes y a las mesas de juego, distracciones a las que se entregaba, invariablemente, después de la última sesión en Carlton House. Había comido un cena liviana en su cuarto. A continuación , se había bañado y se había cambiado de ropa. Después , había esperado que Higgins terminase de preparar el baño de Ashleigh, antes de ir hasta su puerta y quedarse allí, esperando el momento de entrar.


Ashleigh estaba sentada delante de la ventana abierta de su cuarto, sintiendo la dulce caricia de la brisa del anochecer. Afuera, el cielo presentaba las primeras estrellas, y la luna, medio velada por los ramas de las mimosas, lanzaba brillos de plata sobre el jardín dormido. Era la promesa de una noche adorable!
El ruido de la puerta que se abría la arrancó de sus devaneos y la hizo darse vuelta bruscamente. Era Brett. Informalmente vestido, con pantalones grises y la camisa blanca abierta en el pecho , él estaba tan atractivo que ella apenas disimuló su admiración.
Consciente de que ella lo examinaba, Brett se quedó un instante contemplándola. Su juventud, su belleza, sus ojos azules, su vulnerabilidad le conmovieron el corazón.
Dominado por el repentino deseo de tomarla en sus brazos, Brett dio dos pasos hacia adelante . Pero inmediatamente se dio cuenta que sería ir lejos demasiado. Antes, debían conversar. De lo contrario, nunca llegarían a entenderse...
- Parece que te adaptaste muy bien a las nuevas circunstancias - le dijo , con leve ironía.
-A mi prisión, eso quieres decir?
Brett se encogió de hombros .
- Lo que sea ... tu prisión!
- Sabes bien que estoy aquí contra mi voluntad ! Por qué no me dejas ir ?
El la miró fijamente, debatiéndose en un conflicto interior. No podría darse al lujo de conceder una sola ventaja a esa mujer tan voluble.
- No voy a permitir que salgas de aquí mientras no me digas por qué me abandonaste ! - Brett dijo con rabia, aún sabiendo que ese era un objetivo demasiado limitado para justificar su ansiedad.
Ashleigh sintió sus esperanzas renacer. Por primera vez él se mostraba dispuesto a discutir el tema con ella. Sabía que la amargura todavía estaba allí, alimentando su odio, pero no perdió el coraje. Le diría todo, le explicaría todo.
Ashleigh se levantó y lo enfrentó .
- Concuerdo, Brett. Ambos tenemos derecho a una explicación.
- Muy bien . Voy a comenzar preguntando una sola cosa que realmente me importa saber. - Los ojos de él brillaron, traduciendo odio y sufrimiento.- Por qué te escapaste de mí, Ashleigh? El matrimonio te decepcionó a tal punto que preferiste cortar brutalmente el vínculo?

Ashleigh sacudió la cabeza con fuerza, mientras lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas . Oh, no! Ella lo amaba!
- No, Brett. No es eso, lo juro! Sé que me equivoqué al irme sin hablar antes con vos, pero...
- Entonces la única cosa de la cual te arrepientes es de" haberte ido sin hablar antes conmigo"? Sólo eso ? Ninguna otra explicación? Los momentos que pasamos juntos no significaron nada para vos?
Ashleigh recordó las cosas que habían hecho juntos. Volvió a ver el lecho nupcial y la mujer anidada en los brazos de él, en una intimidad sensual . Sacudió la cabeza vacilantemente, y dijo muy bajo:
- Esos momentos significan todo para mí.
Brett la miró asombrado. Y la noche, que debía ser nuevamente de venganza, fue dominada por el resurgimiento de la emoción. Sin decir una palabra, la tomó en sus brazos y hundió su rostro en sus cabellos perfumados.
En el calor de ese abrazo, todas las dudas desaparecieron, junto con todos los temores. "Este hombre que amo, que deseo, es mi marido! No puedo dejarlo!"
Brett le besó la frente, las párpados todavía húmedas, las mejillas.
- Ashleigh... No puedo permitir que te vayas! Yo no soportaría...
El desató el nudo de la sábana en la que ella estaba envuelta y se quedó un instante admirando a la mujer que tanto lo atraía.
- Ashleigh, yo...
Las miradas se encontraron , y Ashleigh por primera vez tuvo certeza de ver en los ojos de Brett algo que no era sólo deseo, sino aflicción. por primera vez él había abandonado su postura cínica y abría su alma, dejaba fluir las emociones tiernas que siempre había reprimido.
- Perdóname, querido, Perdóname - Ashleigh dijo en un murmullo y entonces abrió los brazos para recibirlo.
- No es preciso decir nada más - Brett dijo antes de besarle los labios entreabiertos.
-
Ashleigh abrió los ojos y se acurrucó contra el pecho de su marido. Se sentía muy feliz. Las horas de pasión que habían compartido fueron ardientes y repletas de momentos de ternura. El amor, si ella fuese paciente, vendría con el tiempo. La espera no sería fácil, pero lucharía con todas las armas que disponía. Pero Brett tendría que serle fiel!
- Brett... - ella habló bajito.
- Si, querida?
- Vos. .. te vas a quedar conmigo?
- Toda la noche, querida. Nada en este mundo me hará salir de aquí antes del amanecer!
Ashleigh se quedó callada. No ganaba nada con decirle que no era eso lo que quería saber. Hablaría con él más tarde, ella pensó, somnolientamente. Después , con un suspiro de felicidad, volvió a dormirse.

Se despertó antes de llegar la aurora, con el sonido de un gemido. A su lado, Brett se debatía, víctima de una pesadilla.
- Por qué no quieres decirme? Por qué se fue? Por qué?
Afligida, Ashleigh lo sacudió por los hombros.
- Brett... Brett! Despierta!
- Madre. .. se fue! Yo... - Brett se sentó de repente en la cama, bañado en sudor.
Ashleigh le acarició el rostro con ternura.
- Todo está bien, querido. Tuviste un pesadilla.
Brett abrió los ojos. El sueño mil veces repetido... La cara del pasado emergiendo cuando los frenos de la represión se aflojaban ...
- Qué dije?
- Nada... nada. Estabas soñando.
- Pero qué dije ?- volvió a decir él, rudamente.
Sin comprender lo que él quería seguir escondiendo sus secretos más íntimos., ella respondió confusamente:
- Hablaste de alguien que te dejó... sin decir adiós.
El la miró largamente. Después dijo, sin el menor vestigio de simpatía en su voz:
- Qué más?
Ashleigh se retrajo , los ojos llenos de amargura y censura.
- Por qué me interrogas de ese modo? Yo no tengo la culpa que hayas gritado y ...
Brett se levantó .
- Basta! No diga nada más .
- Qué te hice ? - dijo ella, que, en su desesperación, intentó sujetarlo. - Sólo te desperté para que dejases de atormentarte con el recuerdo de tu madre!
- Vetea la mierda! - Brett estalló, desprendiéndose de ella. Se vistió rápidamente y salió sin mirar atrás .
Ashleigh se arrojó sobre la cama y enterró su rostro en la almohada, el sentimiento de humillación minando sus fuerzas. había sido brutalmente rechazada! Era un dolor y una agonía que no olvidaría fácilmente.

Lady Margaret levantó el borde de la cortina y vio, por la ventana, el carruaje de Brett salir por el patio. Lo vio ir rumbo a la avenida y después , dejó caer la cortina. El momento era perfecto para poner en práctica el plan que había urdido cuidadosamente, después de la discusión que había tenido con él.
Dominada por una sensación de euforia, se dirigió a la escalera, apretando en su mano la llave que había robado del aposento del mayordomo , y empezó a subir lentamente los escalones. Una pérfida sonrisa de satisfacción crispó sus labios al alcanzar el piso superior. La campesina todavía estaba sollozando. Era lo que quería: tenerla delante de sí derrotada, vulnerable, y fácil de manipular!
Aún sonriendo, insertó la llave en la cerradura.

Ashleigh levantó de la almohada su rostro bañado en lágrimas. Pensando que era Higgins con la bandeja del desayuno, se envolvió rápidamente en la sábana y se secó los ojos hinchados de tanto llorar. Pero al ver a figura vestida de negro transponer el umbral, no pudo contener el escalofrío que le corrió el cuerpo.
- Lady Margaret... No sabía que estaba aquí.
- Acabo de llegar - dijo la mujer, acercándose . - Vine a Londres a visitar una amiga enferma.
- Oh, comprendo.
"Todavía no, tonta ingenua, pero pronto comprenderás!", pensó lady Margaret, maliciosamente.
- Brett supo que yo estaba en la ciudad y me pidió que viniese aquí.
- Por algún motivo en especial? - preguntó Ashleigh, sabiendo que los dos no se llevaban bien.
- Mi sobrino quiere que lo ayude a resolver una cuestión muy delicada. No entramos en detalles, porque él estaba muy apurado. Tenía un compromiso con lady Pamela Marlowe.
Ashleigh sofocó una exclamación de repugnancia ante la mención de la ex amante de su marido. Cómo él había podido ... después de una noche juntos? Pero encontró las fuerzas para preguntar, con una leve hostilidad:
- Puedo saber qué cuestión es a la que se refiere?
Lady Margaret la miró fijamente. La joven parecía estar soportando la situación con con coraje.
- Estás un poco pálida, querida - Margaret dijo , pareciendo no tener prisa en proseguir con el asunto. - Quieres que le pida a mi criada que te prepare un té?
- No, gracias.
Ashleigh apenas podía contener su ansiedad. Por qué su marido había buscado a su tía con tanta urgencia? Tenía la incómoda sensación de que eso tenía alguna relación con ella y con su actual situación. Qué otro motivo traería a esa mujer, que siempre había sido su enemiga declarada, a su cuarto, sino para gozar de su humillación?
- Usted dijo que Brett le pidió ayuda - Ashleigh le recordó con prisa por esclarecer la cuestión de una vez por todas.
- Ah! Si - respondió Margaret, volviéndose para que ella no pudiese ver su satisfacción . - Brett quiere que lo ayude con el proceso de divorcio.
En el silencio que siguió, Ashleigh cerró los ojos con fuerza. Brett quería divorciarse... Naturalmente, debido a la absurda discusión que habían tenido esa mañana, cuando él había demostrado claramente que era un hombre atormentado por una inquietud que le frustraba la posibilidad de disfrutar placeres y no le permitía ser feliz con ninguna mujer !
Sintiéndose abatida e incapaz de continuar la lucha, Ashleigh murmuró :
- Puedo irme de aquí ? No le pido más que eso.
- Su Gracia no dijo nada al respecto - respondió astutamente lady Margaret, mientras se encaminaba hacia la puerta. - Pero estoy segura que pronto tendrás permiso para partir.
- Cree que va a demorar mucho ?
- Sabes como son esas cosas, querida. Los abogados tendrán que proceder con cautela para evitar que se investigue el caso.
Um caso común de infelicidad conyugal no debe ser transformado en un escándalo público. Están en juego los intereses del ducado y el buen nombre y honor de mi familia!
Ya con la mano en la perilla, ella se dio vuelta .
- Voy a darte un consejo que podrá ayudarla en ese sentido. La próxima vez que el duque te busque, insiste para que él te deje ir con tu hermano. Convéncelo de que la mejor manera de evitar los rumores y para que él no se vea afectado en su puesto político es que te deje partir a América.
Lady Margaret abrió la puerta.
- Sé que no será fácil para vos. Pero estoy segura que , finalmente, vas a darte cuenta que el divorcio es la mejor solución.

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