miércoles, 24 de junio de 2009

EL ACUERDO - CAPITULO 26

CAPITULO 26


Una hora después , en esa misma mañana, Brett se encontraba en la terraza de la villa, interrogando a Blecker, el maestro carpintero de Ravensford Hall, quien acababa de examinar los destrozos de la baranda.
- Entonces, esa es su impresión, Tom? Alguien forzó la baranda!
- Desafortunadamente , su Gracia, no hay dudas respecto a eso. - El viejo empleado mostró la parte inferior del parapeto. - Vea aquí. Hay marcas de una palanca aquí.
Brett se arrodilló al lado de él y examinó la parte en cuestión. Pero fue un mero acto de cortesía. Conocía bien a Tom Blecker, un profesional de primer orden. Y no comprendía por qué alguien había intentado matar a Ashleigh... o a él mismo! Imágenes de otro accidente súbitamente aparecieron en su mente. Pero las descartó impacientemente. No podía fiarse de un recuerdo vago .
- Estoy convencido, Tom - Brett dijo , levantándose . - Ahora, quiero pedirle más un favor.
- Como no, su Gracia.
- No menciones este hecho a nadie. Quiero descubrir quien hizo este trabajo antes de decidir que actitud tomar. Puede prometerme eso ?
Tom Blecker asintió su decisión. Su Gracia era un hombre justo e inteligente. Debía tener buenas razones para no hacer público ese hecho.
- Tiene a mi palabra, su Gracia.
- Eres un buen hombre, Tom. Y muy sensato. - Brett le dio una palmadita en la espalda . - Voy para Hall, ahora.
Quiere que mande a alguien para ayudarlo?
- No es necesario. Este es un trabajo para una persona.
Tom se puso a retorcer su sombrero nerviosamente.
- No cree que es mejor que verifique también el parapeto del otro balcón?
- Me sacó las palabras de la boca, Tom! Iba a pedirle justamente eso!
Brett se dirigió al Hall inmerso en sus pensamientos. Cómo actuar , ahora que sus sospechas habían sido confirmadas? Convocar inmediatamente al jefe de policía del condado? Pero el caso se haría público , algo que, en virtud del cargo que ocupaba, prefería evitar.
Además, estaba el hecho incontestable de que había sufrido varios atentados, desde que había entrado al Servicio Secreto de su Majestad. Pero habían ocurrido cuando todavía estaban en guerra. Ahora, a no ser por una pequeña cuestión con algunas antiguas colonias inglesas en América, había paz en Inglaterra.
Por consiguiente, no podía descartar la hipótesis de que alguien había intentado contra la vida de Ashleigh. Pero quién podría desear la muerte de ella? Pensó en su antigua prometida, pero pronto descartó esa idea. Lady Elizabeth Hastings era una mujer fría y calculadora, histérica y presuntuosa, pero incapaz de cometer un crimen.
Sin embargo, ella casi había enloquecido de rabia con el rompimiento del compromiso... una razón mas para apartar Ashleigh de allí hasta que la situación se aclarase! La convocatoria del gobierno no podía haber llegado en momento más oportuno. Entre otras cosas, le daba tiempo para elaborar un plan para evitar que "el accidente" se repitiese.
Sus pensamientos se volvieron hacia su joven esposa, y una sonrisa de ternura se curvó en sus labios. Sería delicioso mostrarle Londres. Iba a mostrarle los lugares que ella no conocía y a revelarle sus gustos, sus ideas, hasta sus propias fantasías.


Media docena de rostros ansiosos se volvieron hacia el duque, quien permanecía de pie, en el hall de entrada, cuando él preguntó tensamente:
- Me están diciendo que nadie los vio salir? Es muy curioso!
Chauncey Jameson intercambió miradas preocupadas con Hettie Busby y respondió:
- La duquesa no vino al Hall. En cuanto a sir Patrick y la señorita O'Brien, pensé que habían ido a la villa para levar el caballo a su Gracia.
- Eso es verdad - confirmó o viejo Henry. -- Yo mismo entregué a Irish Night a sir Patrick.
Brett estaba francamente afligido. Los criados ya habían hecho una búsqueda completa en el solar y los alrededores . Dónde podía estar Ashleigh? Y de qué modo los tres habían desaparecido? A pesar de su férreo autocontrol , sintió aprensión apretando su corazón. Alguien había completado el trabajo sucio que había iniciado la noche anterior?
Mientras pensaba en que actitud tomar, dos jóvenes criados bajaban velozmente por la escalera externa. Eran Jonathan Busby y Robert. Brett Se dio vuelta hacia ellos, esperanzadamente.
- Descubrieron algo ?
- Su Gracia dijo que continuásemos la búsqueda. Robby y yo decidimos volver a la villa. La puerta estaba abierta. Entramos. En la sala de visitas, encontramos este papel caído debajo de la mesa.
El viento lo hizo voló. Fue por eso que nadie lo vio antes.
- Buen trabajo, muchachos - dijo Brett, desdoblando la hoja. - Muchas gracias .
Mientras los dos criados se retiraban, él leyó rápidamente:

"Querido Brett,
Estoy demasiado confundida y no sé qué decir, excepto que me voy . Me di cuenta a tiempo que nuestro casamiento fue un error. Y quiero corregirlo de la única manera posible: devolviéndote la libertad . De ese modo, podrás obtener el divorcio y casarte con Elizabeth Hastings, quien sabrá desempeñar mejor que yo el papel de duquesa. Convencí a Megan y a Patrick para que me acompañen! Estaré segura en compañía de ellos. No me busques,
Ashleigh".
Al terminar la lectura, el rostro de Brett era una máscara impenetrable.
- Ensillen a Raven inmediatamente! - él ordenó, sin ninguna explicación, al jefe de establo.
Henry Busby solamente asintió y se retiró .
- Higgins - Brett se volvió hacia el criado . - Termina de preparar el equipaje y después ve a Londres. Yo me adelantaré.
Mientras caminaba hacia el establo, se sentía burlado y traicionado! No comprendía nada de esa partida. Ella se había entregado completamente y sin reservas, había vibrado de placer en sus brazos y, horas después ,se escapaba!
En qué estaría pensando ahora? Se estaría vanagloriando por haberlo engañado? Pues bien, el placer mas grande lo tendría él al vengarse. Iba a encontrar a esa pérfida y recobraría el dominio sobre ella, aunque fuese preciso usar la violencia! Tenía que volver a tenerla a sus pies, bañada en lágrimas, implorando misericordia. Y él. .. él no tendría piedad !




Ashleigh lanzaba miradas inquietas en torno al establo de White Horse, en los alrededores de Londres, donde habían alquilado cuartos para pasar la noche. Todavía tenía en sus manos la esquela que la dueña de la posada le había entregado minutos antes, cuando se preparaba para dormir, y que decía:
"Ashleigh,
Patrick salió para conseguir un poco de ungüento para la pata del garañón . Necesito tu ayuda. Encuéntrame en el establo.
Megan".
Estaban camino de Londres. Patrick iba a encontrarse con un colaborador en el muelle del puerto. Después , proseguirían viaje hacia uno de los refugios secretos, en la de costa de Devon, donde su hermano había escondido el barco Ashleigh Anne, ya que navegaba bajo bandera americana. Su destino final era América. América para siempre!
Poco antes del anochecer, Saint, el garañón de Patrick, se había lastimado una pata, y la parada había sido inevitable.
Poco después de la cena , servida en la sala común, abierta al público, Ashleigh había subido a su cuarto .El día había sido largo, y ella estaba física y emocionalmente exhausta. Pero entonces había recibido la esquela de Megan y ahora estaba allí, asustada, porque no veía a nadie.
Pensando que era extraño que ni el jefe de establos, a quien se le había ordenado que cuidase de Irish Night, estuviese presente, se dirigió a otro compartimento, que debía albergar Saint. Estaba vacía!
Se quedó parada, preguntándose con que fin le había sido entregada esa esquela, cuando oyó un leve ruido detrás de sí. Se volvió y, en el mismo instante, sintió dos manos fuertes sujetar sus brazos por detrás.
Cuando iba a gritar, una de ellas le cubrió la boca. Se vio siendo levantada en el aire e inmovilizada contra el pecho de su captor. Intentó desprenderse, debatiéndose, pataleando y forcejeando. Inútil. Estaba oscuro, pero no necesitaba luz para darse cuenta que el hombre era mucho mas grande que ella e infinitamente más fuerte. Estaba completamente a la merced de él !
Súbitamente, un aroma familiar invadió sus fosas nasales , y una voz susurrada, que reconoció inmediatamente, quebró el silencio :
- Voy a soltarte la boca, si me prometes que no vas a gritar.
Pero, si proferís un solo sonido, estarás perdida!
Era Brett! Derrotada, Ashleigh asintió con a cabeza.
El la bajó lentamente hasta el suelo cubierto de paja y luego , sujetándola brutalmente por los hombros ,la dio vuelta . Ashleigh levantó sus ojos y encontró los de él. Lo que vio, con la luz de la llama de una linterna de aceite que pendía de una viga, hizo que su miedo creciera.
- Ensilla ;a yegua, "querida esposa"! - lo oyó murmurar entre dientes. - Y no haga ningún movimiento en falso, porque no tendré ningún escrúpulo en dejarte inconsciente!
Ashleigh ensilló a Irish Night con manos temblorosas y la montó . Pero, antes de entregarle las riendas, él amarró firmemente os puños con un pedazo de cuerda. Después se apartó , volviendo minutos después con Raven y una gran manta de lana que ella había dejado en el establo de Ravensford Hall y con la cual acostumbraba a abrigarse en las mañanas frías, al ejercitar a la yegua. La arrojó sobre sus hombros y sacó un pañuelo de seda de su bolsillo.
- Oh! Brett, no... - Ashleigh suplicó al darse cuenta que él iba a amordazarla.
La voz de él continuaba fría e implacable.
- No pierdas tu tiempo implorando mi perdón!
Al salir al patio, ella miró alrededor ansiosamente. Pero él le quitó toda esperanza, al afirmar:
- No hay nadie aquí. Mandé al hombre del establo ejercitar a Saint, después que el ungüento fue aplicado. En cuanto a Megan y tu hermano, deben estar durmiendo. Fui yo quien escribió la esquela que te entregaron!
Cabalgaron por lo que le pareció horas, aunque, en su aturdimiento, ella no podía tener certeza de eso. Hacia la medianoche, a juzgar por la luna, que ya estaba alta en el cielo , avistó las viejas calles de piedra y los estrechos edificios de St. James. Poco después , alcanzaban King Street. Brett la estaba conduciendo a su residencia de Londres!
Después de desmontar y arrojar las riendas de Raven al muchacho del establo, él la ayudó a desmontar, le bajó la mordaza y después la empujó hacia la puerta de los fondos da casa.
Higgins los recibió en la puerta, pero, mas allá de la breve respuesta a una pregunta del duque, se quedó en silencio , mirándolos con aire perturbado. A esa altura, Ashleigh ya estaba más aterrorizada por los modales de Brett que por cualquier otra cosa.
Una vez en el piso superior , él la condujo a un aposento amplio, de gusto evidentemente masculino, que ella no le conocía. Cerró la puerta detrás de sí, giró la llave en la cerradura y entonces se volvió para encararla.
Ella tragó el nudo que se formaba en su garganta y empezó a decir apresuradamente :
- Brett, sé que debes ...
- Cállate la boca! - Brett la interrumpió antes de arrancarle el manto. - Tu amable esquela me dijo todo lo que necesitaba saber!
Después , con los labios apretados en una línea inflexible, se puso a desabotonar su chaqueta de montar.
Ella dio un paso hacia atrás , los ojos muy abiertos con pavor. Brett planeaba forzarla a una intimidad que no deseaba? Brett ignoró su repulsión y le quitó la chaqueta de montar. Después comenzó a desabotonar los botones de su vestido.
- Brett, yo...
- Una palabra mas y haré que desees nunca haber abierto la boca!
En silencio, Ashleigh recordó las escenas de la noche en que había sido abusada. La inquietud y el miedo la dejaron atontada.
Cuando, finalmente, él la vio desnuda la arrojó sobre la cama y se puso a contemplarla con los ojos reluciendo de odio.
- No podrás ir a lugar ningún sin ropa! Pero para
estar seguro...
El agarró el pañuelo de seda y le amarró las muñecas. En seguida, después de un instante de vacilación, subió la manta de seda sobre el cuerpo tembloroso. Hecho eso, apagó la vela que ardía en el candelabro y se dirigió hacia la puerta . Antes de cerrarla detrás de sí, se volvió y dijo, sarcásticamente:
- Que duermas bien, su Gracia.

Estremecida de frío y de miedo, Ashleigh se encogió en la cama. Qué pretendía Brett hacer con ella ? Seguramente no podía mantenerla presa allí para siempre! Debía imaginarse que Patrick y Megan moverían cielo y tierra para encontrarla!
Por qué, entonces, le había impedido hablar ... explicarse? Sentía que, si pudiese hacerlo, ganaría su comprensión, tal vez su empatía. Quizás hasta el derecho de poder irse!
Reconocía ahora que había cometido un error imperdonable al partir como una fugitiva! Debería haber tenido el coraje de enfrentarlo y darle un explicación convincente. Pero e descubrimiento del amor que sentía por él le había ofuscado la razón .
Se sentía avergonzada de haber provocado la desesperación en Brett. No sería mejor confesarle sus sentimientos? No, nunca le contaría la verdad, ni siquiera para rehabilitar su imagen ante los ojos de él. Nunca! Nunca...
El cansancio acabó por invadirla. El último pensamiento que tuvo, y al cual se aferró, fue que hallaría un medio de convencerlo... o de escapar de allí!
A la mañana siguiente, despertó con el ruido de la llave girando en la cerradura. Era Higgins con la bandeja de la comida matinal.
- Es muy amable de tu parte, Higgins! - ella le dijo educadamente. - El aroma es delicioso.
El criado se ruborizó y mantuvo los ojos bajos, mientras decía, incómodo:
- Estoy obedeciendo órdenes de su Gracia, el duque.
El señaló una alcoba parcialmente escondida por una cortina.
- Su baño pronto estará listo.
- Y quién va a prepararlo? - ella le preguntó , sorprendida, mientras él corría las cortinas de la ventana.
Higgins se volvió hacia ella con el rostro avergonzado.
- Soy el único criado de la casa, su Gracia.
- Comprendo - ella dijo con una sonrisa.
Mantuvo la sonrisa hasta que él salió y cerró la puerta. Sólo entonces ponderó si él estaba al tanto de la situación vergonzosa en que se encontraba. Probablemente, no debía saber que sus muñecas estaban amarradas. Qué excusa le daría, cuando volviese y viese que no había tomado el chocolate?
Determinada a no soportar ninguna humillación, se puso a aflojar con los dientes el pañuelo de seda que le apretaba las muñecas. Cuando, segundos después , Higgins entró en el cuarto
con dos baldes de agua caliente, la encontró cómodamente sentada en la cama, con un chal de seda azul sobre los hombros.
Terminó el desayuno mientras él entraba y salía, atareado, de la alcoba. Después de anunciar que el baño estaba listo, él se encaminó al armario que ocupaba toda una pared y se puso a vaciarlo.
- Qué está haciendo?
- Discúlpeme , señora. Tengo órdenes de retirar todas las ropas de su Gracia del cuarto.
Confundida y avergonzada, Ashleigh movió afirmativamente la cabeza, sin una palabra. Higgins sabía que ella estaba allí contra su voluntad . Lo acompañó con los ojos, cuando él salió cargando una enorme pila de ropas, y después se recostó en la almohada, vencida. No satisfecho con raptarla, su marido se valía de la situación para humillarla delante de un criado!
"Su marido"!... Miró su mano izquierda, donde brillaba la alianza de oro que él le había dado dos días antes, y una oleada de rabia nació en su interior. En un impulso, se la arrancó del dedo y la arrojó al piso.
Todavía enojada, salió de la cama y se encaminó a la alcoba. Se paró delante del gran espejo para atar sus cabellos con el pañuelo de seda y después se metió en la bañera de mármol . Al sentir el agua caliente y perfumada envolverla, se calmó . No había placer que se comparase con ese!
Estaba comenzando a enjabonarse cuando oyó el ruido de la cerradura de la puerta. Sobresaltada, ella gritó :
- Todavía no terminé el baño, Higgins!
- No soy Higgins!
Estremeciéndose, Ashleigh se hundió en la bañera. Pero por el espejo, en el otra extremo de la alcoba, vio a Brett.
- Qué... qué estás haciendo aquí?
Con una expresión irónica, él se aproximó.
- Crees que tengo que pedir permiso para visitarte cuando tomas baño?
Ashleigh cruzó sus brazos sobre sus pechos.
- Si tu intención era avergonzarme, sabe que lo conseguiste ! Ahora sal, por favor.
Contemplando la exuberante belleza de su mujer, Brett sintió una puntada de pesar. Ella estaba encantadora! Las mejillas rosadas por el vapor del baño , los cabellos ébano escapándose del pañuelo de seda y los ojos de un azules, como el cielo nocturno. El mismo color que asumían en los momentos de pasión...
Pero el veneno acumulado durante años ardía en él. Ella era una mentirosa, que había abandonado sin motivo el lecho conyugal, que lo había humillara y lo había engañado! Lo que le redoblaba su ira era la sangre fría con que decía que sentía vergüenza en su presencia. Vergüenza!...
Brett gritó :
- Todavía no comencé a enseñarte el significado de la palabra vergüenza!
- Brett, escúchame... puedo explicar todo!
Ella lo miraba con una mirada tan sincera y franca que lo impresionó. pero pronto el resentimiento volvió a predominar sobre cualquier otra emoción.
- Explicar... para qué? Tu actitud dispénsalas palabras. Querías librarte de un marido que no deseabas!
- No, Brett! no fue así !
El la miró casi como si no la estuviese viendo.
-No ?
- No! - Ashleigh protestó entre lágrimas. Después lo miró sin fuerzas, sin coraje. - No quieres creer en mí?
- No quiero... No puedo!
El estaba inclinado hacia adelante , sujetando con fuerza el borde de la bañera. Súbitamente, ella comprendió por qué él estaba tan trastornado: veía en ella la imagen de la madre que lo había abandonado! Ese pensamiento la hizo estremecer.
- Yo no soy tu enemiga! - le dijo entonces, con gran desesperación.
- Qué eres entonces?
- No lo sé... No sé...
- Pues yo te lo contesto : vos sos como todas las otras!
Lívido, él la agarró por los hombros , su dedos fuertes lastimándola con la presión. Después , lentamente, deslizó las manos hasta la cintura y la levantó de la bañera.
- Brett, yo no quería...
Brett ya no la escuchaba. Al tomarla en sus brazos, frágil, temblorosa, la abrazó y comenzó a besarla con deseo, con desesperación, Estaba emocionalmente perturbado y por eso, cuando Ashleigh dijo que lo había abandonado por miedo, él registró solamente las palabras: " Yo te dejé, Brett".
Trastornado, la colocó bruscamente en el piso . Con la violencia del movimiento , Ashleigh se tambaleó y se cayó.
- Quédate ahí! - él dijo cuando ella intentó levantarse del suelo.

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