CAPITULO 12
- Te digo que es imposible distinguir a una de la otra - afirmó Kirk, parado frente al granero y al lado de Tarr.
- Pero todos los hombres del clan concuerdan que cualquiera de las dos será una buena esposa para vos. - Tosió para ahogar su incomodidad. - Sabes como es esto... la gente comenta...
- Si ?
Tarr se frotó el brazo que ya estaba libre del cabestrillo hacia una semana. La cicatriz era muy pequeña, gracias a los ungüentos que la gemela curandera había aplicado diligentemente. Kirk trató de hablar rápidamente antes de arrepentirse :
- Cásate con una de ellas pronto, y permite que la otra permanezca con nuestro clan.
Ante tales palabras, Tarr le lanzó una mirada severa, pero Kirk no titubeó , lo que no dejó a su líder extrañado.
Durante los muchos años de convivencia, Kirk siempre había sido el único en tener coraje para decirle la verdad, al contrario de los otros hombres que temían su reacción violenta. Y siempre estaba cerca para ayudar y para darle apoyo moral.
- Pensé mucho al respecto -murmuró Tarr.
-Entonces sabes lo que debes hacer - retrucó Kirk viendo que su jefe permanecía con una expresión terca, y sacudía la cabeza ,
desanimado.
- Debí haber previsto que continuarías insistiendo con tu obsesión
de descubrir quien es quien - Kirk murmuró .
- Estoy siendo racional.
-Ah! Yo diría que terco y tonto. Las gemelas son buenas y el clan quiera... a Las dos!
- Una va a distraer a la otra de sus obligaciones - discordó Tarr
- No vi ninguna distracción, ni durante la batalla ni después. Hacen lo que deben hacer, y muy bien. Defendieron con honor y orgullo al clan. Es cierto que pasan mucho tiempo juntas, cuchicheando. Perfecto! Así tendrás una esposa que no estará todo el tiempo reclamando tu atención , pues tendrá a su hermana para distraerse - argumentó el sabio Kirk.
- Los deberes de ella serán para conmigo - insistió Tarr, hinchando su pecho. - Y no quiero tener una esposa quejosa.
Kirk se rió.
- Tienes mucho que aprender! Las mujeres siempre se están quejando, por una cosa o por otra. Y el marido siempre tiene la culpa. Ese es el ABC del matrimonio.
Los dos se rieron.
- Por lo menos piensa mi idea - le pidió Kirk.
- Ya lo pensé, créeme. Y aunque las dos me vuelven loco,
reconozco que la lucha por permanecer unidas me impresiona. Se necesita mucho coraje para desafiar al jefe de un clan.
- Pero... hay una de ellas que te mira. .. con mucho interés - dijo Kirk.
Tarr lo miró a con un brillo animado en la mirada .
- Estás seguro ?
-Erin me lo aseguró , y las mujeres tienen un olfato especial para esas cosas.
Tarr suspiró.
- Vengo intentando descubrir quien es quien, y siempre que pienso que descubrí, algo sucede que me hace volver a punto cero. Son demasiado parecidas !
- Entiendo lo que quieres decir, pero las dos hacen eso a propósito. Actúan de modo que las dos parecen saber curar y guerrear al mismo tiempo, cuando - en verdad- cada cual tiene sus habilidades. Es un juego para desgastarte , Tarr.
- Concuerdo, y por eso estoy determinado a descubrir quien es Fiona para poder casarme con ella.
- Fiona? Es de ella que estás enamorado?
- No estoy enamorado de nadie !
Kirk sonrió.
- Está hablando conmigo, tu mejor amigo. Siempre nos dijimos la verdad .
Tarr bajó la cabeza, y murmuró :
- Bien , me siento atraído por una de ellas.
- Pero no sabes cual. Como ya te dije, siempre que pienso haber descubierto sus identidades, vuelven a embromarme y me confunden.
- "Observa los ojos de ellas", me dijo Erin. Los ojos de una mujer
enamorada no mienten. - La voz de Kirk sonaba cada vez más baja. - Y comienza a analizar eso ahora , porque una de ellas se aproxima.
El se apartó con una sonrisa en los labios. Tarr oyó los pasos de su amigo distanciando.
- Cómo te sientes hoy?
Tarr se volvió , y pareció sentir un golpe en el estomago. Sea cual fuese la gemela delante suyo, estaba linda, el rostro enrojecido y sonriente, los cabellos peinados en un rodete, con algunas mechas sueltas enmarcando sus mejillas. La blusa sencilla dejaba entrever sus pechos firmes, y sus ojos...Tarr los examinó por un segundo. Brillaban con vida . Pero... habría más que eso?
-Parece que vas a desmayarte - dijo Fiona. Tarr sacudió la cabeza negando . -Estoy bien, estaba pensando en el granero. Buscaban otra cosa ... Es extraño que hayan entrado en el granero pero que no hayan saqueado nada - Tarr murmuró , ella lo miró con seriedad.
- También estuve pensado en eso.
- - Y qué conclusión sacaste ?
- Como ya conversamos, buscaban otra cosa... o a alguien.
- Si ... - Tarr se rascó el mentón. - Buscaban una persona en particular.
- Debemos investigar más sobre el clan de Lobo - sugirió Fiona.
- Concuerdo - dijo Tarr. - Voy a hablar con Raynor respecto a eso.
- Voy con vos - anunció Fiona, dando un paso adelante .
Tarr ni pensó en decirle que no. Respetaba la opinión de las gemelas, y la idea de continuar con una de las dos a su lado lo ponía contento. Podría contar con ellas en cualquier circunstancia... cuando escogiese una para casarse.
Caminaron lado a lado e, instintivamente, Tarr le tomó la mano. en respuesta, Fiona sonrió con el brillo del sol en sus labios, lo que llenó el corazón de Tarr de alegría. El le apretó los dedos y le sonrió en respuesta.
- Me alegra que estés curado.
- Extrañabas mis brazos a tu alrededor? - la provocó él.
- Si - admitió ella con franqueza, lo que lo sorprendió . Fiona notó su expresión, y se rió.
- Por qué estás tan perplejo ? Me gustan tus besos y tus abrazos . Es tu naturaleza terca lo que me irrita.
- Mi terquedad ? Perdón?? - retrucó Tarr con tono irónico.- Creo que ustedes dos son las tercas, por lo tanto todos estamos empatados, en cierto modo.
-Veremos.
Entraron al castillo y subieron las escaleras de piedra. De repente Tarr se detuvo y la abrazó . Fiona correspondió su abrazo con ímpetu.
- Extrañaba tu cuerpo contra el mío - él susurró -Le besó el cuello suave y se rió , con su boca apoyada contra su oído. - Me encanta cuando te estremeces con mi contacto.
Sin darle tiempo para responder, la besó en los labios haciéndola
gemir bajito. Fiona envolvió su cuello con los brazos y
correspondió al beso con pasión y ansiedad.
Cuando los labios se separaron, ella apoyó su mentón en el pecho musculoso de Tarr, quien le levantó la cara para mirarla. Qué podría leer en sus ojos verdes más allá de deseo carnal? Una chispa especial que jamás había visto antes? O sería una fantasia tonta que lo hacía imaginar ese tipo de cosas? Amor?
Tarr soltó la cara de Fiona, quien apoyó su mejilla en su hombro. Por qué pienso en amor?, razonó Tarr. Jamás Me importó ese sentimiento! Debo cumplir mi deber y casarme con una mujer adecuada para el clan. Ella me dará hijos e hijas, y estaremos juntos por el resto de nuestras vidas. El amor no formaba parte de sus planes. Pero Tarr gimió otra vez cuando Fiona comenzó a besarlo en el cuello, sabiendo muy bien lo que hacía. Si continuase, así él perdería el control.
- Estás jugando con fuego - murmuró Tarr con los ojos cerrados, sintiendo el calor de la lujuria invadiendo su cuerpo.
-No tengo miedo. .. La voz de la gemela sonó desafiante , y eso fue suficiente. Tarr la sujetó por la cintura, la levantó del suelo y la apoyó contra la pared. Fiona gimió, mientras lo sentía
acariciarle los pechos. Pensó que debería protestar, pero eso no sucedió . Ardiendo de pasión, lo sujetó por la nuca, incentivándolo a acariciarla. Tarr apretó uno de los pezones entre sus dedos hasta sentir que se endurecía, entonces inclinó la cabeza y lo chupó, haciéndola ahogar un grito de placer.
-Alguien se aproxima - susurró Fiona, apartándolo con las manos
abiertas.
Tarr se detuvo y se quedó oyendo, le costaba discernir los sonidos, pues se sentía atontado por su propia excitación. Pero, oyendo los pasos que se acercaban, se apartó de inmediato, y se quedaron parados, lado a lado. Pronto una criada apareció y pidió disculpas, tratando de alejarse apresuradamente.
La lujuria y la pasión estaban grabados en sus rostros, se preguntó Tarr. Fiona notó la humedad en su blusa y trató de esconderla con la mano.
- No hicimos nada malo. Serás mi esposa, y mi clan estará orgulloso con nuestra unión.
- Eso todavía no fue resuelto - dijo ella preocupada.
- Si, lo fue. Vos sos Fiona, tengo certeza de eso. Ustedes pueden ser idénticas a la vista, pero no reaccionan tan idénticamente a mis besos.
- Cómo puedes estar tan seguro?
Tarr levantó el mentón.
- Hay algo diferente en vos. No sé qué es, pero me doy cuenta que hay algo. Y te aseguro que me casaré con mi preferida.
La voz de Tarr sonó en tono de comando, y eso irritó Fiona. La elección era de ella . Desposaría a Tarr de Hellewyk por libre y espontánea voluntad , y si no era así, huiría!
- No me conoces, si crees que puedes forzarme a algo .
Tarr se rió.
- Pero no te estoy forzando a nada! Sé que me deseas.
- Hay una gran diferencia entre deseo y amor - le informó Fiona con aire serio.
-Pero debo decir que el deseo es un buen inicio para un matrimonio.
- Pero no dura mucho tiempo. El amor, si.
- Se puede aprender a amar a una persona.
La seriedad en la voz de Tarr la sorprendió. Comenzaba a pensar en el amor?
- Cómo? - preguntó ella, en un hilo de voz.
- No quieres descubrirlo?
Fiona lo miró por un instante, detectando una súplica en la voz del guerrero. Sería su imaginación? A Tarr poco le importaba si hubiese o no amor entre ellos dos, simpre y cuando se casasen y ella le diese hijos saludables.
- Tu silencio es un consentimiento - murmuró Tarr.
- Hay mucho más en mi silencio que debes juzgar.
Tarr le tomó la mano.
- Confía en mí. Dime qué significa esa reticencia.
Quiero compartir todo con vos.
La oferta la emocionó todavía más .
-No sabes lo que estás pidiendo, Tarr de Hellewyk.
El pareció ofendido.
- Yo no hablo por hablar. Conversa conmigo, comparte tus sentimientos y tus ideas. Estoy ansioso por escucharte.
Tal ofrecimiento la intimidó y, con un gesto brusco, ella desprendió su mano.
-No impongas una distancia entre nosotros dos, Fiona.
- Ya forjamos ese distanciamiento, Tarr.
- Porque los dos somos tercos.
Eso la hizo sonreír levemente.
-Concuerdo
- Por fin concordamos en algo, lo que significa que ahora podemos construir un puente y encontrarnos en el medio. Costará trabajo construirlo, pues necesitará ser muy sólido, y sólo conseguiremos eso con confianza mutua.
Fiona se estremeció. Tarr estaba dispuesto a contemporizar y llegar a un término medio . Era un buen inicio, ella pensó.
- El plan de construir una puente me parece bueno - ella murmuró .
- Me alegra que te haya gustado - dijo Tarr, volviendo a ofrecerle a mano.
Lentamente, Fiona la aceptó. La primer piedra para construir el puente había sido colocada.
- Cuéntame de mis hombres, Aliss - pidió Raynor, mirando por la ventana el paisaje que ya le era familiar.
Estaba preso, según sus cálculos, hacia demasiado tiempo . Ya se había recuperado totalmente, y era hora de huir.
Se volvió para mirarla. Aliss estaba parada delante de la mesa donde acostumbraba a preparar sus pociones, ungüentos y remedios de hierbas medicinales . Potes, frascos y vasijas estaban colocados en orden, dejando un espacio para que pudiese trabajar.
-Preciso saber donde están encarcelados - insistió Raynor, Aliss dejó las hierbas que manipulaba y limpió sus manos en una tela que traía amarrada a la cintura.
- Sé por qué vacilas en responderme y comprendo no desees saber sobre mis planes, pero necesito esa información, Aliss.
- Pensé que deseabas...
- Escapar solo? - concluyó Raynor sin dejarla terminar el razonamiento, y sacudiendo la cabeza en una vehemente negativa. - No puedo abandonar a mis hombres, en especial después que me contaste que están totalmente recuperados de sus heridas.
- Entonces fue por eso que esperabas -murmuró Aliss como si hablase consigo misma. - Siempre me pregunté por qué te quedabas tanto tiempo aquí sin intentar escapar.
Raynor ignoró el comentario.
- Mis hombres, Aliss.
Como ella todavía vacilase, Raynor decidió adoptar un abordaje diferente:
- Pasas mucho tiempo con ellos?
Aliss lo miró a por un instante, y eso lo hizo sonreír con ternura. - Te hice una pregunta muy simple.
Aliss asintió .
- Sólo los veo cuando los dejan salir de las celdas para tomar un poco de aire fresco por un breve período, todos los días.
- Les debe gustar esa salida.
- Se sientan y se quedan observando lo que pasa a su alrededor .
- Me alegra oír eso, pero puedes decirme por qué a mí nunca me dejaron salir e tomar un poco de aire fresco?
-Porque Tarr no lo permite.
- Pero le concede esa gentileza a mis hombres.
Aliss se encogió hombros, y Raynor se aproximó . - Podrías hacerlo aceptar que me dejar salir, mi querida?
Aliss suspiró profundamente.
- Asegurar un poco de libertad para tus hombres fue una cosa, pero intentar hacer lo mismo con vos... - Sacudió la cabeza con vehemencia. - Es imposible!
- Agradezco tu esfuerzo en mi favor. Me has cuidado muy bien y te estaré eternamente agradecido por eso. Jamás me olvidaré de tu bondad.
- No diga nada más - Lo interrumpió Aliss, levantando las manos. - No quiero que me cuentes sobre tus planes. - Ella colocó algunos objetos en una cesta ya llena y caminó hacia la puerta. - Soy una curandera, nada más.
Abrió la puerta y vio a Tarr y a Fiona aproximándose por el corredor. - Tienes visitas, Raynor - Aliss anunció con una voz sin emoción.
- Muchas gracias - murmuró él, inclinando la cabeza, Aliss se apresuró por el vestíbulo, lanzando apenas un asentimiento a su hermana y a Tarr, cuando pasó por al lado de ellos.
- Parece molesta - comentó Fiona, y se volvió para seguir a Aliss ,pero se detuvo mirando a Tarr.
- Ve - dijo él. - Puede estar necesitándote .
- No me demoraré - prometió Fiona.
- Demora cuanto sea necesario .
Se sentía contento por el hecho de que la gemela le hubiese demostrado tanta consideración . En seguida entró al cuarto y encontró a Raynor sentado en una silla cerca de la ventana.
- Los días se están haciendo cada vez más fríos - comentó el prisionero sin mirarlo.
- Estamos preparados para el invierno. - Tarr dirigió una mirada en torno al cuarto, caminó de vuelta hacia la puerta y la abrió, ordenándole al centinela en el corredor:
- Manda a traer cerveza y comida para el prisionero.
- Ya decidiste qué harás con mis hombres y conmigo ?
- No vine aquí por eso - explicó Tarr.
- Sabes más sobre el clan de los Lobos y su líder que yo. He oído historias que me parecen leyendas, pues nunca los había visto por estos alrededores .El líder causa estragos en las tierras del norte por lo que oí decir, gobierna a través del miedo. Nadie se atreve a oponerse a su comando. También oí decir que es llamado el Lobo por el nombre del clan.
- Y qué podría haberlo traído aquí?
- Yo me hice esa misma pregunta - retrucó Raynor. - Si tenía
planeado rodear tus tierras y conquistarlas, habría traído mucho más hombres.
- Ese Lobo no me parece un loco para atacar sin un propósito -
murmuró Tarr pensativamente. - Sea como fuere, estaré preparado.
Fiona alcanzó a su hermana cuando ella ya iba saliendo del castillo.
- Hace mucho frío allá afuera. Necesitas llevar un chal - le advirtió .
Aliss desaceleró el paso mientras ambas bajaban los escalones del frente.
- Estaba apurada y no pensé en eso.
- Qué te preocupa?
Fiona se sacó de los hombros el chal verde que usaba y lo coloc 2 sobre los hombros de su hermana.
- Ahora vos tendrás frío - sonrió Aliss.
- Yo estoy bien - aseguró Fiona.
Tomó la cesta de las manos de su hermana y la condujo hasta el lugar donde solían conversar, bajo un frondoso árbol . Era un lugar suficientemente desierto como para hablar sin ser incomodadas.
-Creo que Raynor planea escaparse en breve - Aliss dijo cuando se sentaron. - Espero que llegue a un acuerdo con Tarr, Fiona.
- Yo no creo que Tarr pretenda lastimar a Raynor o a sus hombres.
- Pero el confinamiento está agotando a Raynor y no puedo culparlo. Yo me volvería loca si me dejasen encerrada en un cuarto solitario. - Aliss sacudió la cabeza. - Pero no es eso lo que importa. Creo que nos va a pedir que acompañemos cuando llegue el momento.
- Y eso te preocupa? Te gusta Raynor?
- No del modo en que estás pensando - respondió Aliss con franqueza. - Es muy guapo y parece un buen hombre, pero no me siento atraída. Aún así, me preocupa la situación de nosotras dos.
- Por qué ?- preguntó Fiona, comenzando a ponerse inquieta.
- Qué será de nosotras? Comienzo a cansarme de nuestro juego de doble identidad, siempre estoy preocupada por lo que digo o hago para no meter la pata. Me gustaría poder concentrarme en las curaciones, quiero vivir sin necesitar fingir. Algunas personas me llaman Aliss, otras Fiona, solamente para darme un nombre, pues no saben, en realidad, distinguirnos. Por cuánto tiempo más continuaremos con esta farsa?
-Creo que estoy progresando - dijo Fiona con orgullo, - - - - Si?
Aliss la miró sorprendida.
- Si. Tarr sugirió que él y yo podemos construir una puente para encontrarnos en el medio. Es una manera simbólica de hablar, claro.
- Parece promisorio - retrucó Aliss con animación. Tal vez todo termine mejor de lo que esperamos.
- Puede ser, pero es necesario continuar teniendo paciencia.
Fiona acarició la cara de su hermana. - Puedes aguantar un poco más?
- Claro que si. Solamente estoy un poco intranquila hoy.
- Raynor debe hacer lo que crea necesario. De tu parte, hiciste todo lo que podías hacer por él. - Fiona la miró seriamente. - Estás segura que no te empezó a gustar él ?
-Absolutamente segura. Me gusta de compañía, sin duda. Siempre demostró interés por mí, y es fácil conversar con una persona interesante e inteligente como Raynor. Compartimos historias sobre nuestras infancias y adolescencias y, Raynor sabe que soy Aliss.
- En breve todos sabrán eso también, pero seremos nosotras quienes hagamos la revelación, sin que nadie nos desenmascare.
- Hasta que ese momento llegue, tendré paciencia.
Fiona se sintió aliviada con a firmeza de su hermana.
- Todo va a salir bien, Aliss.
- Me gusta este lugar-admitió la gemela . - Todos nos han recibido con generosidad. Siento como si siempre hubiese pertenecido al clan de los Hellewyk.
- Yo siento lo mismo. Jamás nos trataron como intrusas. Sería un buen lugar para llamar hogar.
-Concuerdo - dijo Fiona. - hacía tiempo que no nos sentíamos en casa.
- Tío Tavish hizo todo lo que pudo para hacernos sentir cómodas.
- Y Leith siempre se empeñó en hacernos sentir como extrañas.
-El tenía celos de vos. -declaró Aliss. - Detestaba que su padre
conversase más con su sobrina que con él, y él era su hijo.
Fiona se rió.
-Porque el tío Tavish sabía que Leith era un idiota.
Ambas se rieron.
- Quizás aquí, en medio de la seguridad y el cariño de esta gente que nos aprecia, podamos comenzar a descubrir algo sobre nuestro pasado - sugirió Aliss.
-Mamá nos alertó que tuviésemos cuidado - le recordó Fiona. - Siempre insistió en que no confiásemos en nadie .
Aliss levantó su rostro hacia el cielo azul salpicado con nubes blancas.
- No te preguntas quiénes somos en verdad, Fiona?
Fiona siguió la mirada de Aliss y contempló una gran nube con forma de mujer gorda.
- Si. Me pongo a imaginar a a la mujer que dio sus hijas gemelas a otra mujer para que las criase. Lo habrá hecho para protegerlas o porque no deseaba quedarse con las niñas?
- Y me pregunto si llegó a bautizarnos con otros nombres.
Fiona sujetó la mano de su hermana.
- Eso te preocupa, querida?
- Es un pensamiento que me persigue desde que comenzamos con este juego.
Estamos invirtiendo el uso de nuestros nombres que en verdad ni sabemos si son nuestros nombres reales. Entonces, la pregunta es siempre la misma. Quiénes somos?
-Un día lo vamos descubrir.
-Mamá esperó demasiado para contarnos. Siempre insistió que debíamos tener mucho cuidado para que nadie descubriese eso. Temía por nosotras, pero no pido decir más en su último suspiro de vida.
- Dijo que nos amaba. - Fiona secó una lágrima con el dorso de su mano.
-Jamás dudaré que ella nos amó de verdad. Ella demostró eso, y para siempre le estaré agradecida a la mujer que nos adoptó con tanta bondad y cariño.
Las lágrimas nublaban la mirada de Aliss, quien también las secó rápidamente.
- Fue este ardid lo que nos hizo pensar en nuestra verdadera identidad.
- Creo que llegó el momento de descubrir quienes somos -respondió Aliss.
- Siempre hablamos de eso con miedo y temor, pero llegó el momento de comenzar una investigación seria.
- Primero vamos a resolver la cuestión de Tarr, y entonces podremos indagar sobre nuestro pasado.
Apretaron sus manos, mirándose por un largo tiempo, como siempre hacían cuando deseaban transmitirse fuerza una a la otra. Sobrevivirían juntas y no dejarían que nadie las separase.
Ya era tarde, y el castillo se preparaba para dormir, cuando Allis fue llamada a la presencia de Raynor. El prisionero se quejaba de fuertes dolores de cabeza, y la joven se precipitó por las escaleras, apenas teniendo tenido tiempo de vestirse, y repente una mano cubrió su boca, impidiéndole gritar. Fue arrastrada hacia las sombras y presionada contra un cuerpo musculoso.
- Soy yo - murmuró Raynor. - No te lastimaré.
Pero las palabras no aliviaron el miedo de Aliss, quien permaneció tensa.
- Voy a partir ahora - anunció Raynor. - Vos y Fiona desean venir conmigo?
Ee apartó la mano que cubría la boca de Aliss.
- No . Todavía no terminamos nuestro trabajo aquí. Pero te deseo buena suerte.
- Estás segura que no irán conmigo?
- Si. Conversé con Fiona y decidimos que no llegó el momento de
partir.
- Lamento oír eso.
Con agilidad, Raynor le tapó la boca con una tela y la cabeza con una bolsa de alpillera, antes que Aliss tuviese tiempo de darse cuenta de lo que sucedía. Sus brazos fueron amarrados detrás de su espalda, y ella se sintió levantada y colocada sobre los hombros de Raynor.
Aliss oyó murmullos, se dio cuenta que había alguien más allí, mientras se debatía sobre los hombros del fugitivo, Sintió una súbita ráfaga de aire frío en la cara , lo que significaba que habían salido del castillo.
Le pareció ser cargada durante horas, mientras era sacudida y oía otros pasos a su alrededor . El aire cada vez más frío y el rumor de hojas y ramas quebrados denunciaban que se habían internado en el bosque cerca del castillo.
Aliss no sabía por qué había sido raptada, pero tenía certeza absoluta que Raynor no le haría mal. El caballero había dicho que le estaría agradecido por el resto de su vida, y ella confiaba en su honor.
Pero por qué la estaba llevando contra su voluntad ? Sin duda, cuando pudiesen conversar, Raynor se explicaría, ella pensó. Pero ese pensamiento poco ayudó a liviar el miedo que sentía por Fiona.
Cuando su hermana descubriese que se había sido iba a seguirla hasta los confines del mundo. Se estremeció al pensar en lo que Fiona podría hacer con la persona que la había raptado .Entonces Raynor dejó de caminar y la bajó de sus hombros, sacando con cuidado la bolsa y la mordaza. Aliss permaneció mirando a su raptor y esperando una explicación para un acto tan espantoso.
- No le haré mal - le aseguró Raynor.
-Jamás temí eso.
- Me alegra saber que confías en mí.
- No hablé en confianza. Sólo sé que te sientes en deuda conmigo, por lo tanto no me vas a lastimar.
Raynor asintió con la cabeza. Aliss esperó una explicación, y el caballero pareció leer sus pensamientos.
- En breve comprenderás por qué te rapté.
- Fiona vendrá a buscarme.
Raynor sonrió.
- Estoy contando con eso.
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