martes, 11 de agosto de 2009

LA GEMELA GUERRERA - DONNA FLETCHER - CAPITULO 14

CAPITULO 14


Ni un sólo sonido se oía mientras los hombres de Tarr, en silencio, aguardaban sus órdenes . Permanecían sobre sus caballos en la orilla del riacho que separaba las tierras de los Hellewyk y de los Blackshaw, preparados para lo que viniese.
Fiona mantenía la mirada en la otra orilla, agradecida porque fuese el final del otoño y que las ramas y el follaje no estuviesen tan densos. Aguardaba señales de la vuelta de Tarr.
Todos habían llegado al riacho en las primeras horas de la mañana, y desde el principio había parecido que habían seguido un rastro falso. Nuevos rastros fueron descubiertos en la otra orilla, y estaban siendo investigados cuando Tarr había sido llamado.
Fiona había deseado acompañarlo, pues presentía que el llamado tenía algo que ver con Aliss. Por qué Tarr sería interrumpido si no fuese para eso? Pero el líder había insistido en que permaneciese h atrás, advirtiéndole que no lo siguiese.
- Había dejado dos escoltas a cada lado de Fiona y se había apartado , avisando que no se demoraría. Pero ya había pasado mucho tiempo. demasiado tiempo . Algo no estaba bien. Está demorando mucho - le murmuró Fiona a John, el
más alto y fuerte de sus escoltas.
- Tarr nos ordenó que esperáramos su vuelta. Tenemos
que esperar.
Fiona sabía bien que no valía la pena intentar persuadirlo. John haría lo que le había sido ordenado y seguiría las órdenes del jefe.
Pero cada minuto que pasaba la preocupación aumentaba, y cuando la mañana se transformó en el inicio de la tarde, se hizo evidente que algo estaba muy mal.
John estaba al comando, y cada hombre que intentaba moverse, él lo hacía aquietarse con una simple mirada de advertencia.
- No podemos continuar aquí sin hacer nada - dijo Fiona. - Algo no está bien. Tarr ya debería haber retornado.
Para su sorpresa John concordó.
- Tienes razón . - miró al hombre a la izquierda de Fiona. - Patrick, dile a los guerreros que se preparen. Vamos a cruzar el riacho y entrar en tierras de Raynor.
Fiona casi suspiró de alivio, pero en vez de eso trató de lanzar una mirada de aprobación a John por su sabia decisión. Los hombres estaban listos y ansiosos por avanzar, así como sus caballos que lanzaban coces al suelo y relinchaban. John se dispuso a dar una señal, cuando James, uno de los guerreros que había acompañado a Tarr, salió de los arbustos y les hizo una seña para que cruzasen.
John no vaciló; bajó su mano en un movimiento para que los hombres lo siguiesen. James se aproximó y se apostó entre los caballos del jefe substituto y el de Fiona.
- Los hombres de Raynor capturaron a Tarr - anunció, volviéndose hacia Fiona. - El mensaje que me dieron es de que la gemela debe entrar sola al castillo de Blackshaw si desea volver a ver a Tarr y a su hermana.
-Fiona no irá a ningún lugar - declaró John con firmeza.
En respuesta ella lo miró con aire de desafío.
- No te cabe a vos decidir eso .
- Recibí órdenes de protegerla. No podré hacer eso si entras en una cueva de leones. Es una trampa de Raynor y no seré tan idiota como para permitir que vaya sola.
- Si Raynor quisiese matar a tu líder, ya lo habría hecho -razonó Fiona. - Es obvio que desea algo de nosotros, pero también quiero algo de él.
John protestó entre dientes y se rascó el bigote.
- Me está queriendo decir que no tenemos alternativa - murmuró .
- Eso mismo - retrucó Fiona.
- Pero no sé como voy a protegerla.
- No precisas hacerlo . Sabré protegerme sola. -
Diciendo eso , Fiona se bajó de su caballo con agilidad.
- Necesitaré más armas y tiras para amarrarlas a mi cuerpo. Raynor espera que vaya armada, pero no sabrá que traigo un puñal escondido.
John ordenó que los hombres desmontasen, y después, junto a James, la ayudó a prepararse.
- Cuánto tiempo te daré antes de atacar? - preguntó al substituto de Tarr, amarrando un cuchillo debajo de la axila derecha de Fiona, mientras James hacía lo mismo en su tobillo izquierdo.
- No más que una hora. Será tiempo suficiente para convencer a Raynor de liberar a los prisioneros.
John y James dejaron de hacer lo que hacían y la miraron. Fiona los encaró y explicó:
-Raynor raptó a mi hermana y después tuvo la audacia de tomar a Tarr como rehén. Creen que voy a tener una conversación muy amigable con ese infeliz?
- Dijiste que iba a convencerlo - le recordó James.
Fiona tocó el arma debajo de su brazo.
- Una hoja afilada convence a cualquiera. Sobre todo si el peligro es que le corte las pelotas.
John sacudió la cabeza .
- Yo dudaría eso si no te hubiese visto en combate.
- Perfecto. Así no tendrás de que preocuparte. Y ahora haz que los hombres retrocedan para que podamos proseguir hasta la entrada del castillo de Raynor.
- Y seremos una masa compacta pronta a luchar, que vaa impresionar al clan de los Blackshaw - prometió John.
- Envía un mensajero a Kirk diciendo que podremos necesitar refuerzos, pero que él no debe hacer nada hasta recibir instrucciones - prosiguió Fiona.
John obedeció sin titubear, dejándola contenta de ver que respetaba sus decisiones y su comando, aún siendo mujer.
Dos horas más tarde llegaron al aldea, con o castillo al fundo, e Fiona pronto se dio cuenta que no sería difícil dominarlo aún sin refuerzos y apenas con los hombres que allí estaban. El castillo no estaba rodeado por muros y había sido construido con más madera que piedras.
- Verifiquen cuantos hombres están escondidos entre los árboles y fíjense si hay mujeres, y si están armados - dijo Fiona mientras se aproximaban. - Estén preparados, pues defenderán su castillo en caso sea necesario.
John asintió .
-Esperaremos una hora, ni un minuto más - le avisó.




Fueron detenidos a la entrada de la aldea y les hicieron una seña para que solamente Fiona avanzase.
Dos guerreros la hicieron parar delante de los escalones de entrada del castillo y mientras uno sujetaba las riendas del caballo, y otro le pidió que lo acompañase.
Fiona prestaba bastante atención al escenario a su alrededor . Podía ver que todas las construcciones en la aldea eran nuevas, y que las personas iban a defender sus propiedades con uñas y dientes, el ganado era abundante por todas partes. Las ropas de los aldeanos también parecían nuevas y de buena cualidad, lo que la hizo pensar por primera vez que Raynor era rico.
Un pequeño vestíbulo desierto precedía la entrada al gran salón , e Fiona pronto se sintió aliviada al ver Aliss a lado de Raynor, y... conversando amigablemente con él ? ! Contuvo la respiración al encontrarse con Tarr atado a una silla junto a la enorme chimenea.
Su frente fruncida pronto la hizo darse cuenta que estaba dispuesto a matar alguien, probablemente con sus propias manos, ya que los nudillos de los dedos estaban lívidos por la fuerza que hacía.
Su presencia allí pareció enojarlo y debía pensar que ella era una imbecil por haber entrado sola en el castillo del enemigo. Pero pronto cambiaría de opinión, pensó Fiona.
No había criados a la vista, aunque una gran cantidad de platos humeantes estaban sobre la mesa central y las otras alrededor del salón.
- Bienvenida a mi hogar! - exclamó Raynor con una sonrisa.
Fiona se aproximó, satisfecha por ver que no había extraños cerca, y que los guerreros que la habían escoltado hasta allí desaparecieron cuando ella había entrado. No obstante, todo parecía estar siendo demasiado fácil, y tal pensamiento la puso en sobreaviso. en vez de aceptar la mano que Raynor le ofrecía, sacó la daga que ocultaba en la manga del vestido y la apoyó en el cuello de él, sin darle tiempo de reaccionar.
- Aliss suelta a Tarr! - le ordenó con voz tensa.
- Ni Tarr ni yo somos prisioneros aquí - dijo Aliss, yendo al lado de su hermana.
- Tarr está atado a una silla - retrucó Fiona sin entender.
- Solamente porque se rehusa a oír la voz da razón - explicó Raynor, con la hoja da daga todavía apoyada en el cuello.
Aliss posó su mano en el brazo de su gemela ,
-Deja a Raynor en paz. No es una amenaza para nosotras.
Fiona no tenía por qué dudar de las palabras de su hermana.
Apartó el arma, pero mantuvo la daga en la mano.
-- Qué está sucediendo aquí?
Raynor dio algunos pasos atrás por seguridad, y se frotó el cuello.
- Quiero que todos ustedes sean mis invitados en el castillo . - Se dio cuenta de la confusión de Fiona y le sonrió. - No tenía modo de hacer una invitación formal y apropiado mientras estuve mantenido preso en el castillo de tu futuro marido. Y estaba seguro que Tarr no aceptaría una invitación después que huí, por lo tanto no tuve otra alternativa mas que raptar a Aliss. Eso aseguró que viniesen a buscarla, y tenerlos acá era mi intención. Además, mi plan inicial al entrar en las tierras de los Hellewyk era encontrar a las gemelas y revelarles la verdad. ..
- Estoy oyendo pero no entiendo mucho - murmuró Fiona - pero me sentiría mejor si liberases a Tarr.
Raynor se encaminó al hombre encadenado.
- Vas a darme tu palabra de honor que serás razonable y que oirás lo que tengo que decir?

Sin parecer oírlo, Tarr le preguntó a Fiona: - Dónde están mis hombres?
- Aguardan en la entrada de la aldea. Si no reciben noticias nuestras dentro de una hora, atacarán.
- Tus hombres están invitados a venir acá y participar de la cena que mandé a hacer para todos - avisó Raynor.
Tarr miró a Fiona, y ella notó la preocupación en su mirada . Pero ya no se sentía inquieta. Hizo un gesto discreto con la cabeza, para que Tarr notase que consideraba la propuesta de Raynor honesta.
-Oiré que lo que tienes que decir - gruñó Tarr de mala voluntad .
Entonces Raynor lo soltó, y el líder de los Hellewyk caminó hasta Fiona, frotándose las muñecas doloridas.
- Actuaste bien - le murmuró a su futura esposa.
- Dudabas eso?
Fiona sonrió maliciosamente, y Tarr le rodeó a cintura con el brazo, apretándola contra su cuerpo.
- Nunca.
Se quedaron abrazados por algunos instantes. Después, con reticencia, Fiona se desprendió y miró a su hermana. Las dos corrieron a abrazarse.
- Sabía que vendrías a buscarme -murmuró Aliss con una sonrisa feliz.
En respuesta, Fiona lanzó una mirada severa a Raynor.
- Tienes mucho que explicar.
- Con placer - dijo el caballero, haciendo un gesto amplio con los brazos abiertos. - Vengan a sentarse y disfrutar la cena.
- Mis hombres también necesitan alimentarse - advirtió Tarr.
Fiona pronto comprendió que deseaba tener a sus guerreros
Cerca por seguridad, y Raynor no hizo la menor objeción, pues ya los había invitado al banquete, dejando en claro que el clima sería amigable.
-Primero quiero saber por qué fuimos traídos aquí - dijo Fiona con impaciencia.
Ya había esperado demasiado y quería explicaciones. Tarr se quedó callado, concordando, y en respuesta Raynor sonrió con entusiasmo.
- Deseo que conozcan a mis padres, que están en camino y llegarán en breve.
- Porque debemos conocer a tus padres ? - preguntó Fiona, sin entender nada.
- Déjame explicar - dijo Raynor ansioso.
- Es lo que estamos esperando hace horas- protestó Tarr con sarcasmo. - Ya estoy hasta las pelotas de tanto misterio.
- Todo tendrá sentido - Raynor intentó tranquilizarlo. -Desde el primer momento en que puse mis ojos en Aliss...
supe la verdad. Y cuando vos apareciste, Fiona.., - Raynor sacudió la cabeza, riendo. - Era exactamente como imaginaba que sería. Siempre puder distinguirlas con facilidad.
- Facilidad ? - repitió Tarr, mirando a su anfitrión como si estuviese demente . - Ellas son idénticas en todo!
- Son diferentes como el día y la noche - insistió Raynor.- Principalmente cuando uno sabe qué observar.
Tarr señaló la cabeza de Raynor.
- La herida te dejó desvariando .
El lord de Blackshaw golpeó con un dedo la cicatriz.
- Me curé gracias a la habilidad milagrosa de Aliss. Pero Fiona quería que continuase con la explicación.
- Qué quisiste decir cuando dijiste que yo era como habías imaginado?
- Tu apariencia, tu fuerza, tu terquedad... - Raynor sonrió. - Eres igual a ella.
Aliss y Fiona se miraron entre sí , confundidas.
- Ella... quién vendría siendo ? - preguntó Fiona con cautela.
Raynor caminó hacia las gemelas.
- Se acuerdan de la noche en que me puse impaciente por ver y me forcé a abrir los ojos?
- Si. Gritaste de dolor - dijo Aliss.
- No fue sólo el dolor que causó esa reacción , ni el desmayo que le siguió. Fue ver tu rostro lo que me chocó. - Colocó la mano en el brazo de ella.
- No me entiendas mal... Eres tan linda como me imaginaba.
- Ahí vamos de nuevo, ... vueltas y vueltas.. sos un vueltero...veal punto - protestó Fiona. - Puedes explicar de una vez por todas cómo diablos nos imaginabas, si no nos conocía?
Raynor sujetó las manos de las dos.
- Esperé mucho por este momento. El día en que finalmente me reuniría con mis dos hermanitas.

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