domingo, 18 de octubre de 2009

CAPITULO 19


Ella resolvió seguir a Cameron a la cocina . No quería ser ignorada. No soportaba la idea de ver la pared invisible que se había levantado entre ellos.
- Cam, mírame a los ojos.
El tomó un paquete de papas fritas y la miró con una sonrisa. Antes que ella pudiese intentar persuadirlo a continuar conversando, el celular los interrumpió.
- No vas a atender? - Cameron cuestionó al tercero timbre. EN la sala, Claire debió tranquilizar a Victor y asegurarle que el problema con los renos ya había sido solucionado. Su amigo había reconocido a Cameron por la televisión.
- Claire, voy a volver. Te quiero demasiado para quedarme de brazos cruzados mientras ese cavernícola arruina tu vida.
- No es necesario, Victor. Esa convención es importante para tu carrera. Te juro que todo está bajo control .
Después de colgar, Claire se quedó pensativa, extrañada por el silencio. Cameron no estaba en la cocina. Había dejado la mesa preparada y había encendido dos velas.
- Cam?
El salió del cuarto completamente vestido.
- Quién era?
- Victor. El viaje a California le hizo bien.
- Perfecto . A propósito, no pude encender el fuego.
- Es automático. Si falta energía eléctrica es necesario usar fósforos.
- Vas calentado la comida ? - él le pidió, ya abriendo la puerta del apartamento. - voy a llamar a señora Grouse para comer con nosotros.
Claire se quedó inmóvil por un instante y después se sentó pesadamente en una silla. No era la actitud que ella esperaba de Cameron después de la primera vez de hacer el amor. Deberían estar abrazados, besándose, tal vez algunos pequeños secretos. Pero no. Cuando terminaron, él había saltado fuera da cama y había ido a buscar la compañía de la señora Grouse, en vez de quedarse con ella.
Era tan obvio que le dolí . Cameron no quería estar a solas con ella. Por qué ?

La nevisca había cubierto la ciudad con un manto blanco. Después de su pasaje, el sol volvió a brillar y a calentarla. Aunque continuasen acostándose juntos, cada vez que Claire despertaba en medio de la noche, el otro lado de la cama estaba vacío. Cameron estaba insomne y extraño. Lo había sorprendido en el fondo de la tienda, mirando el baúl donde había sido colocado en otra vida por su madre.
También estaba preocupada por su falta de apetito . Hacia días que Cameron se alimentaba apenas lo suficiente para estar de pie. Pero lo que más la perturbaba era la negativa de él a discutir sus proyectos. Claire se había ofrecido a enseñarle algunas nociones sobre computación, para inscribirlo en una agencia de empleos. Pero por más que detestase su trabajo en la disco, era seguía yendo allá noche tras noche.


Determinada a minar la resistencia de Cameron, Claire preparó una cena especial esa noche. Preparó el platos que más le gustaba: bife tostado por fuera y casi crudo por dentro ,y papas fritas .
- Cam! - ella lo llamó desde la ventana. Cameron enderezó la espalda y se apoyó sobre la pala . Le sonrió para que Claire notase que había entendido el mensaje y retomó la tarea de remover la nieve de la entrada de la tienda, la sonrisa desapareció.
Claire apagó el horno, irritada. Nada parecía funcionar en el sentido de devolverle el ánimo a su amado escocés. Pero pronto él estaría subiendo para almorzar y ella le diría que... Oh, no! El teléfono otra vez. Si pudiese, lo arrancaría de la toma.
- Hola?
- Habla el sargento Evan, del Centro de Reclutamiento Militar de Boston. Puedo hablar con Cameron MacLeod, por favor?
El aire se negó a llegar a los pulmones de Claire. Cerró los ojos y se ordenó mantener el control . No había motivo para entrar en pánico. No hasta que supiese el motivo la llamada, al menos.
- El no está no momento. Le gustaría dejar algún recado?
- Si, por favor. Dígale que mis superiores me autorizaron a asegurarle una permanencia de un año en Alemania. Lo lamento, pero no será posible enviarlo a Inglaterra como era su deseo. Cuando él se presente en el cuartel, nos ocuparemos de su documentación. El próximo curso básico de entrenamiento comenzará en tres semanas.
A medida que la información le era transmitida, Claire sentía que las fuerzas le faltaban . Al oír el click indicando que la llamada había sido interrumpida, ella dejó escapar el tubo del teléfono de su mano. Cameron era un guerrero. Luchar era su profesión. Había sido testigo de su interés por los documentales que exhibían confrontaciones armadas. Jamás se le había ocurrido temerle a ese entusiasmo. Los extranjeros no deberían tener permisión para unirse a las tropas norteamericanas. Era eso lo que ella pensaba.
Una fuerte náusea la hizo correr al baño. Se llevó un susto al mirarse en el espejo. Parecía un fantasma.
- Claire?
- Ya voy! - ella se lavó la cara con agua fría y se obligó a cambiar su línea de pensamiento. El hecho de Cameron extrañase su hogar no significaba que no la amase.
- Qué aroma delicioso! - él la elogió, haciéndola dar un gritito de protesta al introducir sus manos heladas debajo del saco y sujetándola contra su pecho, sin que ella pudiese escaparse. -No era necesario que te tomases todo ese trabajo.
Una hora después, Cameron se levantó para servirse whisky.
- Quieres que te prepare un chocolate caliente? No comiste casi nada. No te sientes bien ?
- Estoy cansada. Sólo eso.
Había sido un largo día. Muchas de los clientes de la semana anterior habían retornado con amigas para ver a Cameron con la excusa de comprar algunos regalos más o para consultar a la incomparable madame Grouse. No podía censurarlas. Cameron MacLeod era, sin ninguna duda, el hombre más guapo que ella jamás había conocido.
- Cam, debemos salir mañana para hacer las compras de Navidad.
- Pensé que no te gustaban las fiestas de fin de año.
- Bien, tal vez esté sea el momento de revea ese concepto.

No hay comentarios: