jueves, 22 de octubre de 2009

LA HERENCIA - SANDY BLAIR - CAPITULO 24 - EPILOGO

CAPITULO 24


Un enorme oso de peluche estaba entrando en la tienda.
- Señorita Claire MacGregor? - preguntó el muchacho, saliendo de detrás del oso.
- Si.
- Esto es para usted.
- De parte de quién?
- Hay un tarjeta sujeta a la cinta del cuello.
Claire sacudió la cabeza ante el tamaño descomunal del regalo . Lo colocó en una silla y buscó una tijera para soltar el sobre.
- Cielos! - ella exclamó, aturdida. El sobre contenía un cheque de doce mil dólares.

Feliz Navidad. Imagino que el otro oso debe estar mojado a esta altura. Para ser franco, estoy deseando que así sea. Con lágrimas de nostalgia.
Amor, Cam.

Claire lloró al terminar de leer. Miró al oso en la silla y sonrió . Abrazada a él, comenzó a sollozar.
- Eso significa que no te gustó mi regalo?
Claire se estremeció. Levantó la cabeza y no se atrevió a creer en sus ojos. Cameron estaba allí. Maravillosamente bronceado, los cabellos a la altura de los hombros, vistiendo jeans y una chaqueta de cuero.
- Cam?
- Alguien más te anda dando osos de regalo ? - Cameron entró en la tienda y cerró la puerta. - Confieso que estaba esperando una recepción más calurosa. Yo ...
Cameron no puedo terminar la frase. Claire se arrojó sobre él, enlazándolo con los brazos por el cuello y con las piernas por la cintura.
El la abrazó con fuerza antes de apartarla algunos pocos centímetros, lo suficiente como para mirar a la mujer que durante un largo año sólo había podido ver en sus pensamientos.
- Déjame mirarte.
Ella lo dejó a pesar de la nariz roja y los ojos probablemente hinchados. También ella quería perderse en aquellos ojos que le estaban diciendo todo lo que quería saber.
Cameron la besó en ese instante. Un beso apasionado e intenso. Dulce y mojado.
-Te extrañé horrores , Claire.
- Si ? - ella lo empujó por el pecho sin dejar de mirarlo. - Por qué el silencio? Por qué no me contaste que estabas trabajando como modelo? Por qué tuve que enterarme a través de Tracy?
- No era algo de lo que pudiese enorgullecerme. - Cameron frunció la cara. - Ya no puedo comer en paz en un restaurante. No puedo andar mas por las calles. Las mujeres me asedian. Y las mentiras que publican sobre mí? Siento vergüenza, Claire. No me gusta ese trabajo. - Cameron dejó de hablar y sonrió . En seguida la empujó por la mano. - Tengo algo muy importante para mostrarte.
Claire lo detuvo .
- Sólo un instante. Debo avisarle mi padre que voy a salir.
- Tu padre está aquí? - él no se había atrevido a esperar tanto. La noticia era excelente.
- Si - Claire respondió sonriendo. - Nos reconciliamos. Te debo eso a vos.
Los dos subieron los escalones como si hubiesen vuelto a la infancia. El padre de Claire abrazó a Cameron y bajó para cuidar la tienda. Claire fue hasta su apartamento para tomar una chaqueta. Cameron sintió una oleada de emoción inundarlo. Todo estaba como antes. Fue hasta el cuarto y un nudo se le cerró en la garganta. Su espada estaba sobre la cama. De alguna forma, Claire había descubierto que él había tenido que venderla y había logrado recuperarla.


En la calle, Claire miró a la izquierda y a la derecha. Cuál sería la sorpresa?
- Ahora puedo invitarte a pasear sin que debas pasar frío por estar a mi lado - Cameron bromeó al abrir la puerta de un Corvette rojo estacionado en el frente.

- A dónde me estás llevando? - Claire preguntó , algunos minutos después, cuando su respiración volvió a ser normal. Cameron no estaba acostumbrado a manejar del lado derecho de la calle. Pero por más que ella insistiese en reemplazarlo al volante, él afirmaba que con dos o tres más minutos de práctica, ella no tendría de que quejarse. Sus documentos estaban en orden. Poseía incluso un pasaporte británico válido por diez años.
- Pronto lo descubrirás - Cameron respondió después de tomar la salida al mar. - Fui a mi casa, Claire. En Rubha.
- Ah, puedo adivinar. Estamos camino a Salem. Quieres ver a la bruja.
El no tenía esa intención, pero estaba agradecido a ella.
- Sandra Power tenía razón . No hay como volver al pasado. Mis ojos tuvieron que ser convencidos de lo que mi corazón ya sabía. Fue muy duro. Muy, muy difícil, Claire.
- Lo lamento. Lo lamento tanto.
Cameron encogió los hombros. No había más que decir. Ellos estaban llegando a destino.


Claire miró la casa de dos pisos hecha de piedra, con tejado rojo. Y alrededor, un cerca blanca. Perfecta. Absolutamente adorable.
Sandra Power se habría mudado a ese lindo lugar?
Las sorpresas no habían terminado. En vez de tocar el timbre, Cameron abrió el portón y sacó una llave del bolsillo.
- Feliz Navidad, Claire. Es tuya.
Perpleja, incapaz de hablar, Claire subió los escalones de la entrada y recorrió la baranda con las puntas de los dedos, mientras admiraba las rosas del jardín. El olor a mar impregnaba el aire que respiraba.

- Es más de lo que soñé tener algún día. Pero no puedo aceptarla.
- Por qué no? - él la acurrucó contra el pecho. -No te gusta?
- Si no me gusta? Me encanta ! Pero...
El momento era ese. Cameron respiró profundamente para tomar coraje. Hacia tres meses que llevaba en el bolsillo ese pequeño estuche de terciopelo.
- Claire Patricia MacGregor, te amo con todas las fibras de mi ser. Serías tan tonta como para aceptar casarte con este viejo hombre de varios siglos ?
Claire quiso responder, pero la voz no le salió. En compensación, lágrimas inundaron sus ojos.
- Puedo entender esa mirada como un "si "? - Cameron besó la mano de Claire y colocó el anillo de esmeralda en su dedo anular. - Maggie y el joyero insistieron para que comprase un diamante, pero yo quise una esmeralda que me hace acordar a tus ojos.
- Oh, mi Dios!
Fue lo único que Claire dijo. Cameron contuvo el aliento.
- Claire?
- Si - ella murmuró.
- Si, qué ? - Cameron indagó . - Crees que yo tenía razón ? O Maggie?
- Si, al su pedido de casamiento. Si, a esta casa. Si , a este anillo de esmeralda.
Cameron la abrazó. Se dieron un largo beso. Y Cameron la preparó para una sorpresa más.
- Algo más ? - Claire no tuvo tiempo de intentar descubrir qué era. Cameron la cargó por la escalera que llevaba al segundo piso de la casa y se detuvo al llegar a la puerta del cuarto.
- Cam! Una cama de dosel!
El sonrió . Había comprado esa cama en una tienda de antigüedades de Londres. Era parecida con las camas usadas en Rubha. El había nacido en un lecho como ese. Esperaba que los futuros miembros da familia MacLeod a pudiesen nacer allí. Amor y deseo jamás les faltarían a sus padres. A partir de ese momento.

- Te extrañé, amor - Cameron se colocó encima de Claire casi con reverencia.
- Yo también. - Había sido un año muy solitario, e interminable. De repente, dejaron de hablar. Se miraron uno al otro y eso bastó. Se desvistieron rápidamente. No podían esperar v.
Al tener a Claire desnuda en sus brazos, Cameron rodó a un costado de la cama y la trajo consigo. Había intentado acordarse de la suavidad de esa piel, del peso de ese cuerpo sobre el de él, cada noche y cada día. Casi se había olvidado de cuan increíble era estar con Claire.
Era tan bueno estar nuevamente con Cameron. Claire cerró los ojos y de sus labios brotaron gemidos susurrados, mientras ella rozaba su sexo contra el miembro de él.
- Lentamente, amor - Cameron le pidió enterrándose en los cabellos de Claire. - Hace un año. Te quiero , pero no quiero que termine tan rápidamente .
En vez de atender a los ruegos de Cameron, Claire lo estimuló todavía más , posicionándose sobre él para tenerlo dentro de su cuerpo.
- Está mejor así?
No fue necesario responder. El modo en que él la miró antes de cerrar los ojos y levantar las caderas para participar más activamente, fue lo bastante para satisfacer Claire.. Después de cerrar los ojos por un momento, de puro placer, Claire volvió a abrirlos y fue atraída por un reflejo a su izquierda. La puerta estaba cerrada apenas parcialmente. Detrás, apoyado contra la pared, estaba el espejo barroco que ella había vendido para que Cameron pudiese volver a Escocia.
Su atención nuevamente volvió a Cameron, Claire notó que él había percibido su breve distracción.
- Lindo, no? - él comentó maliciosamente. - Lo encontré en Italia. Pensé que podríamos aprovecharlo y mirarnos en él hoy antes que lo lleves al lugar de donde nunca debería haber salido.
Antes que Claire pudiese agradecerle, Cameron comenzó a acariciar su sexo , haciendo que se olvidase todo lo que había en su mente hasta ese momento.

Claire cayó sin fuerzas sobre el pecho de Cameron, después una explosión de éxtasis que continuó vibrando por sus nervios. El esperó algunos instantes y volvió a acariciarla. Su cuerpo todavía estaba inflamado de deseo. Su nueva erección quería la comodidad caliente que sólo Claire podría proporcionarle.

- Tengo una cosa más para contarte - Cameron murmuró, algún tiempo después, con Claire anidada en sus brazos, de donde él no quería que ella nunca más se fuese.
- Qué es?
- Le dije adiós a Maggie.
- Entonces ya no tendrás que viajar a Europa? - Claire preguntó, entusiasmada y aliviada.
- No. Ya me sacrifiqué suficiente para asegurar nuestra supervivencia hasta que encuentre un trabajo que me realmente me guste hacer.
Claire se dio vuelta para mirarlo.
- Oír te eso fue casi tan lindo como verte entrar en la tienda esta mañana.
El sonrió y la besó .
- Estás teniendo una Navidad feliz, amor?
- Si, sir MacLeod. Me has dado el mejor regalo que una anticuaria puede desear.
- El espejo? - Cameron estrechó los ojos con malicia.
- Un verdadero Highlander de la vieja Escocia!
Puedes ser viejo, Cameron MacLeod, pero no perdiste su encanto de caballero.
Cameron empezó a reírse. Claire lo miró por el espejo y se sintió contagiar por esa explosión de humor. No podría adivinar que Cameron estaba pensando en comenzar inmediatamente a intentar traer un nuevo Highlander a la familia.

FIN

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