sábado, 24 de octubre de 2009

SIN ALMA - CAPITULO 2 - SOPHIE JOHNSON

CAPITULO 2



El día apenas había amanecido cuando Netta agudizó sus oídos y vio por la hendija de la puerta, a Mary aproximarse. La abrió y empujó a la criada con fuerza hacia adentro.
_ Vine cuanto antes, mi lady.
_ Rápido! - Netta chasqueó los dedos y se quitó la túnica, dejando los rulos negros cayesen por la espalda. Luego , vio que Mary todavía vacilaba. - Necesito sus ropas. - Viendo la sorpresa en la cara de la joven, le arrancó la túnica y se la puso en seguida. - Escuché al guardia bajar el portón. Debe ser alguien con muchos guerreros juzgando por el estruendo de los caballos al pasar por el puente levadizo. - Acomodó la ropa y asomó la cabeza fuera del cuarto.
_ Qué planeas? - Los dientes de Mary tiritaban de frío y ella gimió al ver sus zapatos ser retirados.
_ Hacerme pasar por vos, por supuesto. Para eso necesito tus ropas.
_ Mi lady estás buscando más problemas.
_ Esta vez no seré atrapada.
_ Dijiste eso ayer a la mañana, antes de colocar lo almohada debajo del vestido al encontrarte con el viejo barón.
_ Funcionó, o no ?
_ No demasiado bien . El armó un escándalo tan grande que tu padre vino corriendo para ver qué pasaba.
_ Tendré más cuidado. Tengo más práctica ahora. Debo ver cómo es el nuevo pretendiente.
_ Y qué puede cambiar eso ? - Mary levantó las manos. - Hasta la cuidadora de gansos oyó cuando tu padre prometió, después de que hubiese matado de un infarto al barón, que te daría en matrimonio al primer que atravesase los portones.
_ Yo no lo maté . - ella se enderezó. - Papá hizo eso al intentar demostrarle al hombre que yo no estaba embarazada. Y sabes que él era tan viejo que podría morirse en cualquier momento.
_ El te va a golpear de nuevo .
_ Pues que lo haba. Debo arriesgarme, no puedo entrar en esta historia con los ojos vendados. - Netta apretó los dedos de Mary. - No te preocupes por mí , sólo planeo espiar el salón para ver la cara de ese hombre.
Querida Santa Inés, te lo imploro. Permite que él no sea tan horrendo como el difunto.

Mereck de Blackthorn pronto volvería a as Highlands , pues había concluido sus tareas en Inglaterra, restándole apenas una. Durante la última semana, había oído diversos rumores sobre la manera en que la hija de Wycliffe había frustrado varios pretendientes. La noche anterior, un herrero se había unido a ellos en el campamento y había relatado los acontecimientos del día.
_ La muchacha lo mató, pues él creía que ella estaba embarazada - dijo el herrero.
_ Y eso lo mató? - Mereck levantó la ceja con descreimiento .
_ No, fue después que él la vio en el baño.
_ Crees que es visión lo haya matado? - Mereck sondeó.
_ Nunca supe de nadie que haya muerto porque vio una mujer desnuda. Ella debe haberlo envenenado.
_ Pero , y los otros pretendiente ? Algunos salieron corriendo tan rápido que tropezaron con sus propios pies. Dicen que ella será entregada al primer hombre que cruce el portón al rayar el sol, pero creo que ni un criador de cerdos querría arriesgarse.
Mereck se rió al entrar al patio del castillo con sus hombres. Los primeros rayos de sol apenas despuntaban en el horizonte. Después de ver su estandarte, los hombres de los muros lo habían observado asombrados. él miró sobre su hombro . Dos estandartes flotaban con la brisa: uno era el de los Morgan, y el otro tenía letras negras en la tela escarlata.
Lanzó una mirada dura al hombre que los cargaba, quien pronto bajó el segundo estandarte .

Había demasiadas personas a esa hora del día: el encargado del establo, el halconero , el fabricante de velas colocando pabilos, la cocinera con una olla de hierro vacía y algunas lavanderas cargando ropas sucias y yendo al establo. Al establo? Pero, por qué todos no estaban ocupándose de sus quehaceres en sus lugares correspondientes?
Irritado por la barba incipiente, Mereck se rascó el mentón y usó el don heredado de su madre galesa.
Liberó la mente buscando los pensamientos de esas personas. Palabras que venían de todas las direcciones, haciéndolo sentir dolor: salvaje, pobre muchacha, matarla, que vergüenza, viejo bastardo.
El barón George Wycliffe bajó los escalones con dificultad mientras Mereck desmontaba. Entregó las riendas al escudero y se dio vuelta hacia su primero en comando .
_ Acomoda a los hombres y no les de la espalda - él murmuró al notar la multitud que los cercaba.
_ Bienvenido . -La sonrisa de Wycliffe era encantadora al aproximarse. - Veo que tus hombres cargan el estandarte de lord Morgan. He escuchado muchas cosas buenas respecto a él.
_ Gracias, barón. - Mereck saludó cortésmente. - Soy Mereck de Blackthorn, amigo de Bleddyn ap Tewdwr, lord supremo de Caer Cadwell. Vengo bajo el comando de él.
Le extrañó la recepción calurosa. A menos de dos leguas había enfrentado un grupo de guerreros que había intentado robarles caballos y todavía no había tenido la oportunidad de cambiarse la ropa salpicada de sangre. Sería posible que el herrero de la noche anterior tuviese razón al afirmar que el padre ofrecería a su hija al primer hombre que cruzase los portones? Y aún así , no habría rechazado a alguien como él ? Tenía un lado del rostro pintado de azul, vestía una túnica de piel de buey ensangrentada que le llegaba hasta los rodillas, el hombro estaba cubierto por piel de lobo y tenía tiras de cuero amarradas en las muñecas hasta los codos. Sólo el tamaño de su espada ya era amenazante.
Si estuviesen en Blackthorn y guerreros como ellos apareciesen de repente, encontrarían los portones trancados y una hilera de arqueros preparados hasta que explicasen el motivo de su visita.
- Lord Bleddyn no vendrá para su visita anual? - el barón preguntó al conducir a Mereck por los escalones de entrada.
- él está en el castillo Blackthorn, en Escocia. Vine a Inglaterra para resolver otra cuestión y lord Bleddyn me pidió que viniese a verificar como está la heredera de Caer Cadwell.
El barón se frotó las manos con entusiasmo al llevar al recién llegado a la mesa del salón principal. Mereck examinó el recinto antes de sentarse delante del hombre. Muchos siervos limpiaban las superficies ya limpias y parecían llevar un objeto de un lugar a otro sin propósito alguno mientras lo analizaban.
- Un viaje tan largo debe entristecer a su esposa - el barón comentó.
- Esposa? No estoy casado .
- Pasa mucho tiempo en Gales? - el barón preguntó. En respuesta, Mereck levantó la ceja.
- Por cierto, es galés, verdad ? - El barón continuó. - Ningún otro hombre que no sea galés se sentiría cómodo con ropas tan bárbaras.
Mereck entrecerró los ojos, lo que sobresaltó al barón.
_ Yo comando los guerreros de los Morgan en el castillo Blackthorn y paso la mayor parte del tiempo en las Highlands . Pero mi madre era galesa y, por eso, conservo muchas de sus tradiciones.
_ Claro. Y qué piensa de Caer Cadwell? Sería capaz de casarse para reclamarla como su propiedad?
_ Soy el hermano bastardo de Damron Blackthorn e inadecuado para ser lord de tal propiedad. - Mereck no permitió que los pensamientos se transparentasen en su expresión. No importaba cuan airado estuviese, un padre jamás sería capaz de entregar la riqueza de una hija a un bastardo.
_ El hecho que sea bastardo no me afecta. - Los labios del barón se curvaron en una sonrisa solapada. - Sus acciones como guerrero y líder del ejército de lord Damron lo han hecho famoso en toda Inglaterra. - él prácticamente se orinaba encima de entusiasmo. - Vi su estandarte. Solamente el guerrero muy valiente recibiría la alcurnia de Sin Alma de sus enemigos.
Los puños de Mereck se cerraron debajo de la mesa cuando se acordó de la primera vez en que lo habían llamado así. Pero contuvo la lengua, pues no quería nada más que las tierras, y aún más esa propiedad. Por qué el barón estaba tan apurado por librarse de su hija? Debía haber más por detrás de todo eso de los rumores que se escuchaban.
Se sintió observado, como si dedos suaves el acariciasen los cabellos. Cambió de posición, sintiendo calor. Mirando a su alrededor, buscó la figura. No lograba verla, pues estaba escondida en las sombras. Pero sintió cuando ella se retiró.

Netta cubrió su boca con la mano intentando calmarse. El extraño estaba sentado de espalda, conversando con su padre con voz de barítono, el sonido melodioso contrastando con su figura imponente. No lograba ver la cara , pero por lo poco que veía, supo lo que él era. Un salvaje. Un gigante salvaje.
Largos cabellos ondulados castaños caían por los hombros. Notó tinta azul en la sien . Vestía pieles de manera tan casual cuanto su padre usaba la capa. Dedos delgados que rascaban el mentón y vacilaban, como si estuviese molesto con la barba. Al moverse en la silla, la túnica manchada de sangre reveló un muslo musculoso, grueso como un tronco.
El bárbaro debía haber percibido que estaba siendo observado, pues giró la cabeza en su dirección. Temerosa de que él la viese, se retrajo , pero decidió que necesitaba ver la cara de él.

Si fuese cautelosa, podría llegar a la otra puerta, desde donde tendría una clara imagen de la mesa. Colocó un grande florero delante de su rostro, para poder espiar sin ser vista. Cuando llegó al otro lado, la nariz le empezó a picar. Carajo! alguien había colocado plumas en el arreglo floral , con certeza una de sus hermanas que sabía de su alergia.
Intentó contener la respiración, pero fue demasiado tarde . Un estornudo explosivo, más adecuado para un hombre del tamaño del gigante en la sala, salió de sus labios. Las flores se abrieron . Ojos verdes se clavaron en los suyo. Ella respiró profundamente tres veces y , en seguida, volvió a estornudar. El arreglo de flores cayó al piso ,
El barón se levantó de repente de la silla, derribándola.
- Netta, espera. - El grito hizo que los criados se escondiesen . - Vagos de mierda, atrápenla ! Una ladrona!
Netta corrió en dirección al patio, veloz impulsada por el miedo. Pasos pesados la seguían y ella gritó. Desesperada por encontrar un escondrijo, siguió adelante . A dónde se habían ido todos? El perseguidor se aproximaba con cada paso , y Netta casi podía sentir el aliento en la nuca. El establo! Corrió hacia allá y entró en la oscuridad. La mano grande y áspera la agarró por el hombro, haciéndola detenerse .
- Por qué huyes , muchacha? Qué robaste ? - Las palabras tenían un tono de amenaza.
Ella reconoció la voz, pues pertenecía al hombre del salón principal. Con disgusto sintió también el lor : sangre, sudor, cota de malla y caballo.
- No tomé nada, suéltame - ella dijo jadeante.
_ Sólo después de recuperar las monedas del barón.
Netta intentó defenderse a l sentir las manos revisando su cuerpo. Arañó , golpeó, pellizcó , hizo todo lo posible para que el hombre odioso la soltase. Jadeó , pues en ese instante él metió la mano dentro de la túnica y palpó sus senos. Las palmas ásperas rozaron los pezones, provocando una oleada de shock .
- Para, tarado ! - Airada, Netta tomó la mano con fuerza, pero así la hizo aproximarse todavía más a la piel .
El bárbaro no se detuvo . En vez de eso, cerró los dedos sobre la carne temblorosa y los apretó gentilmente. Sonidos salieron del fondo de su pecho, recordando al ronroneo de un felino. Horrorizada, dio un codazo en el estomago de él con toda la fuerza que poseía, pero quien gimió fue ella, pues él parecía hecho de piedra.
- Sólo te lastimas a vos misma cuando intentas luchar conmigo. Vamos . El barón nos dirá lo que robaste.
La voz profunda y la respiración caliente en su nuca hicieron que sus rodillas flaqueasen . Sería posible que estuviese transformándose en una cobarde? Su padre todavía estaba furioso, no podría permitir que el bárbaro la llevase a él. Le había dicho a Mary que no le importaba ser atrapada nuevamente. Era mentira. Le importaba, y mucho.
El hombre la giró de frente, sujetándola por los hombros, y Netta, vacilando, dejó traslucir el miedo que sentía.
l Señor, por favor. No me entregues al barón. él es cruel, le gusta golpear a las criadas y , cuanto más gritamos, más goza él . - Mentalmente pidió perdón por la mentira a su santa favorita,
l Santa Inés .
Levantó la mirada y se estremeció . El hombre no sólo era un gigante, sino también que era peludo. Además del cabello desgreñado, tenía bastante barba. Inclinó la cabeza para observarlo mejor y encontró los ojos verdes, cuya belleza no residía solamente en el color, sino en la expresión. Sería compasión? Confundia, Netta se mantuvo en silencio.
- Qué quieres que haga, muchacha? - él frunció el ceño . - Oí a tu amo pedir que te atrapasen . No puedo esconderte detrás mío.
Grande como era, podría esconder hasta a un hombre detrás de sí. Sería una sonrisa lo que veía debajo de los bigotes?
_ No podrías decir que me perdiste entre tantas personas en el patio? - Netta esperaba que el grandullón acatase su pedido.
_ él te llamó por tu nombre. Va a encontrarte con facilidad.
Cielos! Sería mejor huir antes que su padre se impacientase y siguiese al gigante.
_ Suéltame e iré con mi madre, que trabaja en la cocina del castillo Ridley, un poco más allá de esa colina. Ella me ayudará cuando llegue allá.
_ Y si la entrada te fuese negada? - El hombre parecía preocupado. Sería un bárbaro con consciencia?
- La hija de ese lord necesita una criada. No me rechazará.
Esa vez, no necesitaba pedir perdón por la mentira. Elise estaría feliz de acogerla, pero cómo demonios llegaría hasta allá? Antes de verbalizar su preocupación, el hombre resolvió :
- Mi escudero te llevará y se quedará con vos hasta estar seguro que podrás entrar.
Sujetando su mano, la empujó hasta el último compartimento del establo donde encontraron un chico cuidando de un garañón. Al verlos, él se detuvo y aguardó.
- Ve con Marcus y dile que Sin Alma necesita una caballo manso.
El hombre de las leyendas contadas por su madrastra? Netta tembló de miedo, pues varias veces su padre la había amenazado diciendo que, si no fuese obedecido, ese guerrero cruel vendría y se la llevaría a su mazmorra.
El muchacho asintió y partió. Por qué él no demostraba miedo? Hasta le había dado una sonrisa cuando su amo se había llamado Sin Alma. Estaría loco?
Sintiéndose acalorada e incómoda , Netta levantó la mirada y se encontró con el bárbaro observándola como si estuviese explorando su cuerpo. Sintió una náusea creciente. Necesitaba liberarse antes que él descubriese que ella era su prometida. Oyó, por encima de los latidos descontroladas de su corazón, los cascos de un caballo siendo traído por un hombre fuerte, seguido por el escudero.
- Pidió un caballo manso , Sin Alma? - él preguntó, enfatizando el nombre. - Ninguno de nuestros caballos es manso , pero esta es la que más se aproxima. - Parecía haber diversión en su voz.
El escudero comenzó a preparar el caballo, mientras los dos hombres conversaban en una lengua desconocida. Sería galés? Distraída, Netta ni se dio cuenta cuando el gigante le preguntó se estaba lista para montar. Antes que de poder respirar, ya estaba sentada detrás del escudero.
- Netta? No fue ese el nombre por el cual el barón la llamó ? Pronto veremos como te va en el castillo Ridley. - él la examinaba con ojos atentos.
Si pudiese evitarlo , jamás lo vería de nuevo , Netta pensó. Desde lo alto del caballo, notó el cambio en la expresión del hombre, como si él supiese lo que pasaba por su cabeza.
- Tu interés será bienvenido, señor. - Una mentira más . Viendo los labios de él apretarse , ella llevó la mano a la boca. él le había leído los pensamientos?
Callado, el gigante fue hacia el patio. Netta se sujetó a la cintura del escudero atenta a escuchar sonidos de persecución. No aflojó el asimiento hasta estar lejos del castillo de su padre.

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